martes, 30 de agosto de 2016

Migas de pan




Hace una semana se estrenó la película “Migas de pan”, coproducción uruguaya-española, dirigida por la cineasta Manane Rodríguez y protagonizada por la actriz argentina radicada en el Estado español, Cecilia Roth.

La película gira en torno a la realidad de las mujeres militantes uruguayas en contra de la dictadura, y su dura peripecia política y personal a través de la clandestinidad, la tortura, la cárcel y la lucha en democracia por la búsqueda de justicia y contra la impunidad.
Un verdadero canto de resistencia, a todas aquellas mujeres que aguantaron la larga noche de la dictadura en nuestro país, que resistieron los duros años de plomo cuando la burguesía y el Estado soltaron su perros de caza, sedientos de sangre obrera y hambrientos de carne revolucionaria; cuando la reacción burguesa no solo arrasó con todas las libertades democráticas de la clase obrera y de los sectores populares y de su nivel de conciencia, sino que además constituyó un profundo y verdadero retroceso en los derechos de las mujeres, conquistados en la historia de la democracia burguesa uruguaya, con sangre, sudor y lágrimas.
Sin embargo la película evita sabiamente caer en las tentadoras ciénagas de la autovictimización, porque es ante que nada, tanto narrativa como estéticamente, una historia de la lucha y la resistencia. La resistencia, tema muy transitado por el cine, la literatura y las expresiones artísticas y culturales en general; como aquel rebelde y removedor poema de Almafuerte (el argentino Pedro Bonifacio Palacios):
“No te des por vencido, ni aún vencido, no te sientas esclavo, ni aún esclavo”.
La película además rescata otra forma de resistencia, la de la cotidianeidad de la convivencia entre las luchadoras en la cárcel, los ejemplos de solidaridad, camaradería y amor. Los pequeños acontecimientos y sucesos en la monótona vida de la cárcel, que son todas también estrategias de la resistencia.
Eduardo Galeano en su texto “La canción de los presos”, compilado en el libro “Entrevistas y artículos”, recopila algunos de estos ejemplos de resistencia y dignidad humana a través de la palabra, por ejemplo, en los poemas escritos por los militantes entre los barrotes de la sucia dictadura:

"Hablar brevemente con la abeja
que pasa zumbando
decirle a la hormiga que se apure
con su pan
para la compañera hormiga
contemplar la araña
admirar la belleza
de sus patas portentosas
y rogarle
que suba más despacio por la tela
son todas formas
de la resistencia."

Por último, podríamos sintetizar ese espíritu de la película, de dignidad y resistencia, en el último poema de los presos, recogido por Galeano:

"Haber aprendido
a desnudarse
y aceptar discretamente
que el abono fue
siempre será
doloroso
y nunca se está
en la vida jamás se está
de veras
solo. "

Matías Matonte

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