viernes, 31 de mayo de 2013

Galeano: El poeta inagotable




Creo que todos hacemos política todo el tiempo. En la vida cotidiana, aunque no lo sepas, estás todo el tiempo eligiendo entre la libertad y el miedo

Cada tarde, Eduardo Galeano toma un café con dios. Se acoda junto a una ventana del Brasilero (el bar que, a estas alturas, es algo así como su segundo hogar), respira hondo el aroma a madera y espera, paciente, que la radiante andaluza que sirve las mesas -Alba Marina de nombre, dios de apellido- le traiga, entre sonrisas, bromas y elogios a su joven divinidad, el cafecito del día. “Son pocos los que se llaman dios -cuenta, encantado con el juego, el escritor que tantas veces se peleó con esa otra presencia divina, la de los altares y los mandamientos-. Creo que en la Córdoba española, de donde ella viene, son sólo cinco.”
No es tan raro que se lleve bien con dios. La furia con la que ha escrito sobre lo religioso no es la de un ateo.
Fui muy creyente cuando era chico, muy místico. Y eso es como la borra en el fondo del vaso del vino, te queda para siempre. No es una cosa que se va; se transfigura, cambia de nombre. En el fondo, uno busca a dios en los demás. O en la naturaleza, entendida como una bella energía del mundo, que es a la vez terrible y hermosa. ¿Dónde está aquel dios que tuve de chico y un día se me cayó por un agujerito del bolsillo y nunca más lo encontré? Después supe que lo estaba llamando por otros nombres. Por eso la palabra dios puede definir a la bella chica que nos trae estos cafés.
Y cómo no va a estar lo divino en un alba marina.
Claro. O en el crepúsculo. Cuando el sol se va y se echa a dormir en esa hamaca que es el horizonte, en la hora más bella del día. Muchas veces me pregunto cuán triste ha de ser morir y no verlo. Porque su capacidad de belleza te devuelve la fe en todo lo que puedas haberla lastimado o perdido. No hay ningún crepúsculo que se parezca a otro. Son todos diferentes, y en Montevideo somos tan afortunados que los tenemos delante. El sol cae ante nuestros ojos.
A los 72 años, Galeano habla como si pintara las palabras: la metáfora siempre a mano, un colorido y caudaloso fluir de imágenes que danza en su voz profunda, modulada, cautivante a conciencia. Son los mismos relatos que, en sus textos, pule con obsesión, decidido a limpiarlos hasta que de ellos no quede más que un núcleo puro y rotundo. El jovencito hambriento de mundo que a comienzos de los 60 ingresó al periodismo de la mano de la mítica Marcha, que luego dirigiría las no menos emblemáticas Crisis y Brecha y conocería también la violencia de los 70 y el desgarro del exilio, se convirtió, con el tiempo, en maestro del microrrelato, arqueólogo de la a veces esquiva poética de lo humano, ícono -lo es hoy- de una sensibilidad tan latinoamericana como universalista.
Muchos de sus breves relatos han nacido en los apuntes que toma en minúsculas libretas, a veces sobre la misma mesa del Café Brasilero donde ahora charla con la Revista: una escenografía, la de este bar fundado en 1877, propuesta por el escritor con algo de elocuente presentación. “Soy hijo de los cafés -dirá-. Todo lo que sé se lo debo a ellos. Sobre todo el arte de narrar. Lo aprendí escuchando, en las mesas de los bares, a aquellos maravillosos narradores orales cuyos nombres ignoro, que contaban mentiras prodigiosas y las contaban de tan bella manera que todo lo que contaban volvía a ocurrir cada vez que ellos lo narraban. Soy hijo de esos cafés y de ese Montevideo donde había tiempo para perder el tiempo.”

LAS LUCES Y LAS SOMBRAS

¿En su obra reemplazó aquellas mentiras por una búsqueda concienzuda de la verdad?
Bueno, la verdad única no existe. Nada más en las cabezas de los nostálgicos del estalinismo, el dogmatismo que te dice que hay una única manera de entender la política o la solidaridad humana. O los que creen que este sistema que el mundo está soportando es el único posible. Yo no comparto eso para nada, lo que busco es celebrar la diversidad. Aquellas mentiras eran arte en el sentido de que el arte siempre es una mentira que cuenta una verdad. Los fusilados de Goya siguen cayendo cada vez que alguien los ve. Yo busco hechos de la realidad para que la realidad me cuente cómo son las realidades que ella esconde. Porque así como el mundo esconde, o tiene en la barriga otros munditos posibles, así también cada realidad contiene otras realidades.
En la diversidad también puede haber muchos demonios. Para ponerles coto, ¿la respuesta sólo puede ser política?
La palabra política suele tener un sentido muy restrictivo, que a mí no me gusta ni un poquito. Creo que todos hacemos política todo el tiempo. En la vida cotidiana, aunque no lo sepas, estás todo el tiempo eligiendo entre la libertad y el miedo. Y eso de algún modo hace política. Aunque lo hagas en el mínimo, microscópico espacio de tu vida privada. A veces hay que aceptar, en lo que tiene de bueno, la pelea interior de los santos y los demonios. Una pelea sana, porque cada uno tiene su cielo y su infierno propio.
¿Cuáles son sus infiernos?
Tengo un cielo y un infierno. [sonríe] que se alimentan mutuamente. ¿Te imaginás qué sería de dios sin el diablo, pobre? Se iría a un fondo de jubilados, tendría que retirarse. Es como imaginar a River sin Boca o a Boca sin River.
Entiendo. Pero tiene la desgracia de que lo está entrevistando una persona muy poco futbolera.
Eso te salva de muchas angustias [risas]. Lo que pasa es que el fútbol da alegrías, no creas. Y da placer. Bien jugado, da placer. Ver jugar a Messi da placer.
Hace rato que, para usted, verlo a Messi es una fiesta.
Incluso inventé una teoría, que se la hice llegar a él a través del director técnico de la selección: así como Maradona lleva la pelota atada al pie, Messi lleva la pelota dentro del pie. Lo cual es un fenómeno físico [se ríe, sus propias carcajadas lo interrumpen]. inverosímil. La frase le llegó. Y se ve que le gustó, porque me mandó una camiseta de regalo. Científicamente es imposible, ¡pero es la verdad!
Bueno, si uno se guía por sus escritos, la verdad científica queda bastante relativizada.
No quiero hablar de enfermedades porque da mala suerte, pero yo mismo he sobrevivido dos veces a una enfermedad grave. Y creo que esa es la prueba científica [imposta el tono de voz, acentúa sus palabras, contiene un breve asomo de risa] de que la yerba mala nunca muere. Yo soy la prueba científica de eso.
Entonces se ríe, francamente, con ganas. Risa de guerrero. Después, cuando la charla continúe entre las calles que van de la Ciudad Vieja a la Rambla, contará algunas cosas más. Que tanto cigarrillo. Que el cáncer, unos años atrás. Y recientemente, otra vez. No lo comenta como algo excepcional: parece, más bien, entenderlo como parte de una serie. La que comenzó el día en que, siendo un intenso adolescente de 19 años, emergió de la profundidad de un coma y descubrió que estaba vivo -destrozado, pero gozosamente vivo- en una cama del hospital Maciel (adonde había llegado tras ingerir barbitúricos, en un rapto de furia porque el don de la escritura parecía estarle negado). O aquel otro momento, años después, en que se miró el rostro devastado por el paludismo que había contraído en Venezuela y a cuyas feroces fiebres había logrado, casi milagrosamente, sobrevivir. “He renacido muchas veces -se explaya-. En realidad uno nace y muere muchas veces en la vida. Lo que pasa es que uno está reducido a ver la muerte como una especie de pasaje, una empresa de pompas fúnebres, que te saluda el chofer y te dice hasta luego. [se ríe, divertido consigo mismo]. Y no es así, en realidad uno se muere muchas veces, y renace otras tantas. Eso es lo que tiene de bueno el arte de vivir.”
¿Cómo lidiar con el dolor cuando es un niño pequeño el que lo siente? Pienso en algo que cuenta en Días y noches de amor y de guerra.
Mi hija vino llorando, era muy chiquita, tenía 6 años. Yo la abracé, traté de consolarla. Mi hija Florencia. Al final me confesó que estaba llorando porque su mejor amiga de la escuela le había dicho que no la quería. Y en el libro pongo que le rogaba a dios que me diera a mí todo el dolor que tenía reservado para ella [A Galeano se le oprime la voz. Las lágrimas que no derrama le incendian los ojos. Pero se recompone. Sigue]. Cuando te sentís ya cansado de todo, como descreído, ayuda saber que uno ha conocido gente que ayuda a creer en los demás, en la solidaridad, en las pasiones humanas. Que a veces son pasiones peligrosas, pero que vale la pena vivirlas. Yo era muy patialegre, como dicen en algunos lugares del interior argentino, siempre fui caminante. Caminé por todas partes, y eso me enseñó a vivir y a escribir.

PALABRAS VIAJERAS

“¡No lo puedo creer! ¡Es increíble! ¡Tengo todos sus libros!”
La chica irrumpe de pronto, pura emoción desbocada. Aborda a Galeano, no para de hablarle: “Sólo por usted me vine a vivir aquí, a Montevideo”. La voz la delata: es mexicana. Está, no cabe duda, muy emocionada. Conocedora de los hábitos de su ídolo, merodeaba por la zona del Café Brasilero. Sólo un detalle se le pasó por alto: no lleva encima ningún volumen donde registrar el autógrafo del escritor. “Es que esto es un acontecimiento -continúa, embelesada-. Tengo todos sus libros. Y los recomiendo.”
Galeano sonríe y comenta: “Difundiendo el martirio…” Saca de un bolso una libretita, se la da: “Para que la llenes con tus pensamientos profundísimos. Acá te dibujo el cerdito, la prueba de autenticidad de mi firma. ¿Y cuál es tu nombre?”
“Daniela”, contesta ella.
“Bueno, Daniela, te voy a hacer el chanchito y una flor pintada de rojo”, dice mientras dibuja el hombre que dio sus primeros pasos en el mundo de la prensa no como periodista, sino como ilustrador. Y no lo olvida.
Daniela, en éxtasis, se queda un rato. Hablan de su país, de los viajes, de esa particular zona de creación entre el arte popular y el arte religioso: los retablos mexicanos. Galeano ya está armando un nuevo relato: “Vos sabés que el primer retablo que vi en México estaba en una iglesita en ruinas. Son obras de arte primitivo, pero arte. Me quedé deslumbrado; me explicaron que los retablos eran pagos de promesas. Me acerqué; era maravilloso, pero no me animé a robarlo. Será la infancia católica.Aunque el retablo no era muy santo que digamos. Porque decía: Gracias Virgen santísima porque cuando las tropas de Pancho Villa entraron a mi pueblo violaron a mi hermana y a mí no .
Estallido de risas. La fan mexicana lo abraza, lo besa. Lo vuelve a abrazar antes de partir con libreta, autógrafo y dibujito., sin todavía poder creer que todo haya realmente ocurrido.
¿Son frecuentes estos encuentros?
Sí. La gente es muy cariñosa. No sólo acá. Es verdad que también tengo enemigos, pero como decía Ambrose Bierce: “Quien no tiene enemigos, no merece tener amigos”. Aunque lo cierto es que tengo muchísimos amigos. Además de la gente que se hace amiga leyendo las cosas que uno escribe. Se ve que las palabras se escapan de las páginas y tienen dedos y tocan al que lee. Te tocan, te acarician, te golpean a veces, te arañan.
Las de Galeano deben resultar bastante acariciadoras. Porque caminar con él por Montevideo obliga a hacer muchas paradas. A poco que Daniela haya quedado atrás, aparece un muchacho, uruguayo, papel y lapicera en mano, listo para pedir un autógrafo. Luego, una mujer. Y varias cuadras más allá, cerca de la Academia Nacional de Letras, un hombre lo reconoce y se acerca. Con cada uno de ellos el escritor habla, intercambia simpatías, les brinda atención, palabras, tiempo. “A mí la verdad que escribir me salva -confesará, luego-. Porque me permite salir fuera de mí. Eso me ayuda a vivir y a saltar por encima de algunos obstáculos que la vida te pone, que parecen insalvables.”
¿Cuáles?
Si los defino, te miento. Peor que mentir, si los defino los convierto en obstáculos estúpidos. Y no lo son. Pero resultan muy complejos para decirlos en una sola palabra. Al escribir, yo los pongo afuera. Es como si uno contuviera vidrios rotos en el alma, que te estuvieran lastimando. Todos tenemos algún vidrio roto en el alma, que lastima y hace sangrar, aunque sea un poquito. Entonces, al escribir, siento que puedo sacar un poco de esos vidrios fuera de mí. Al ponerlos en un papel, ya no me dañan. Ya no me hacen la vida imposible, sino que la multiplican, porque me permiten entenderme mejor con los demás. Porque cada uno tiene sus vidriecitos que duelen [sonríe un poco]. Creo que la literatura es comunicación o no es nada. No escribo para mí, escribo para comunicarme con otros, para llegar a otros que van a ser mis amigos, aunque no los conozca todavía.
Eduardo, ¿qué piensa de la supuesta enemistad entre argentinos y uruguayos?
Yo te contesto diciéndote que es una estupidez. Lamentablemente, una estupidez muy difundida. Pero no es sorprendente, porque la guerra vecinal es una especialidad latinoamericana. Hemos sido diseñados, como países, para odiarnos entre nosotros. Para ignorarnos, también. Es lo peor de la herencia colonial. Hay otras herencias coloniales, como la de la impotencia. Esa que te dice: “Nunca vas a poder, eso no se puede, nunca vas a ser capaz”. La condena a ser espectadores de la historia hecha por otros, pero incapaces de hacerla con nuestras propias manos, nuestra propia cabeza, nuestro propio corazón. Con nuestras propias piernas que caminan.
Hay poca gente en la rambla montevideana. Falta un rato para que se ponga el sol, pero el atardecer ya se anuncia. Una luz blanda, apenas rosada, todavía protectora, envuelve al gran caminante, al admirador de los crepúsculos marinos. Cuenta que está embarcado en dos nuevos proyectos de libros. Que no duda en preparar las valijas, cuando toca presentar en el extranjero algunos de los ya editados. Comenta también que participará como asesor de una serie dedicada al fútbol, que se emitirá por el canal Encuentro. Es probable que, dentro de ese mismo ciclo, lo entreviste a Diego Maradona, quien -asegura- sólo aceptaría participar si el que lo interroga es el escritor uruguayo. Incansable, Galeano se deja acariciar por la suavidad de un sol que todavía no se deshace en llamaradas. En El libro de los abrazos supo contar que, vistos desde arriba, los seres humanos “somos un mar de fueguitos”; él mismo reluce como los más necesarios de esos fuegos: los que “arden la vida con tanta pasión que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca se enciende”.

Diana Fernández Irusta

jueves, 30 de mayo de 2013

Uruguay contra el modelo depredador de agrotóxicos y transgénicos




Ambientalistas marcharon desde Plaza Independencia hasta las oficinas de Monsanto para repudiar y denunciar a ésta multinacional, sumándose a la Marcha Mundial contra la megaempresa organizada en varios países del mundo.

Montevideo se movilizó, el viernes 24 de mayo, contra la multinacional en el marco de una marcha mundial que se realizó en decenas
La convocatoria estuvo a cargo de las plataformas globales Occupy Monsanto y March Against Monsanto, se llevó adelante el último sábado (en Uruguay fue un día antes). Los manifestantes concentraron frente a la Puerta de la Ciudadela y marcharon por la peatonal Sarandí hasta las oficinas de Monsanto.

Difundimos proclama leída en el acto frente a la sede de Monsanto:

El Uruguay está inmerso en un mal llamado “modelo productivo” que, en realidad, deberíamos denominarlo subdesarrollista, cortoplacista, extractivista, expoliador… ¡un verdadero “modelo depredador”! Se llenan la boca hablando de modelo sustentable. ¡Mentiras! ¡Burdas patrañas! Puro “viru viru”. Es todo lo contrario: ¡Insustentable! Insustentable e insostenible. Nos afecta a todos hoy, pero afectará muchísimo más a nuestra descendencia, a las generaciones futuras y al porvenir. Si no nos importa nuestro destino, por lo menos deberíamos ser lo suficientemente responsables como para que nos importe el de nuestros hijos, nietos y bisnietos.
Hoy vemos cómo la cuenca del río Santa Lucía, que abastece de agua potable a la mitad de la población del país, ¡se está literalmente pudriendo a pesar de que las autoridades ya conocían hace 9 años respecto de la existencia de este grave problema! El modelo depredador en curso, y que se acentuó fuertemente a partir del 2008, año en el que el Ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca Ernesto Agazzi autorizó la quita de la moratoria a los cultivos transgénicos, propició la expansión vertiginosa del maíz transgénico pero sobre todo de la soja transgénica que hoy ocupa más de 1 millón de hectáreas, es decir, más de 20 veces la superficie del departamento de Montevideo y que ya se está hablando que este año la soja llegará a los 2 millones de hectáreas. Esto nos está causando daños de niveles intolerables. El caso de las escuelas fumigadas en Guichón, Paysandú; en abril pasado en la escuela N° 369 de Montevideo rural en Pajas Blancas, el caso de La Laguna del Cisne, en Canelones, rodeada por soja transgénica; casos que constituyen la punta del iceberg de la grave contaminación causada por los agrotóxicos que se utilizan en este tipo de cultivos. Agrotóxicos y semillas transgénicas que son producidos también por esta multinacional que monopoliza más del 90% del mercado mundial de semillas transgénicas, y que produce el herbicida más utilizado del mundo, el Round Up Ready, más conocido por su principio activo el glifosato, causante de cosas tan graves como del aumento de malformaciones fetales.
Debido a las graves consecuencias que causa este modelo depredador de los transgénicos, queremos que en nuestro país se prohíban; no podemos seguir sufriendo tanto para alimentar algunas vacas de los chinos. También reclamamos que los alimentos que contienen transgénicos que se comercializan en Uruguay -más de 800- sean etiquetados como tales, como así se hace en más de 60 países del mundo. Hasta el alimento para perro que viene del Brasil, está etiquetado como transgénico. En Uruguay los consumidores nos encontramos ante una absoluta indefensión, no tenemos capacidad de elegir y el Estado, omiso y carente de la más mínima ética, ante estos problemas mira hacia otro lado y viola flagrantemente nuestra Constitución como los Artículos 44 y 47, la Ley de Medio Ambiente y el Principio Precautorio, y la Ley 17.250 de Defensa del Consumidor.
Monsanto tiene graves antecedentes en el mundo entero y ya hace más de un siglo que viene haciendo daño, participó en la construcción de las bombas nucleares soltadas sobre Hiroshima y Nagasaki que mataron a más de 220.000 personas en el año del ataque. Coprodujeron el agente naranja, un potente químico que EE.UU. utilizó en la guerra de Vietnam y que causó entre la población vietnamita unos 400.000 muertos y unos 500.000 nacimientos de niños con malformaciones, también fue productor de los PCB que se utilizó como aislante eléctrico y cuya contaminación afectó la capacidad intelectual, sobre todo la memoria de los nacidos luego de su invento, y que hasta el día de hoy permanece en nuestra hidrosfera, incorporándose a los peces y luego a los seres humanos; hoy Monsanto, que de santo no tiene un pelo, se dedica a producir semillas transgénicas para que toleren ciertos agrotóxicos, los cuales también son producidos por ellos mismos. El historial nefasto de Monsanto continúa… Y no es en vano que sea repudiada en el mundo entero.
Uruguay no podía faltar a esta cita, por eso estamos acá. Para gritarle a Monsanto y a este tipo de empresas promovidas por nuestros políticos que no las queremos en el Uruguay, ni en nuestro continente, ni en nuestro planeta. A la clase política le exigimos también, y le recordamos que sus integrantes están para protegernos a nosotros, al pueblo, no a estas multinacionales contaminantes, depredadoras y nefastas que hoy nos convocan aquí en la Ciudad Vieja para gritarles que se vayan del Uruguay.
La multinacional que hoy repudiamos, y a la que le exigimos que se vaya, que no la queremos en nuestras tierras, que no queremos sus pseudo alimentos transgénicos, ni sus agrotóxicos, ni sus patentes, ni que contaminen con los transgenes a los cultivos criollos, ni que nos sigan matando a las abejas ni a los sanantonios, ni que fumiguen más a los productores familiares, ni a nuestros niños ni a nuestras maestras rurales , ni que nazcan más niños con malformaciones causadas por estos tóxicos, ni que nuestras mamás sufran abortos espontáneos debido a estas fumigaciones.

Por eso decimos ¡Fuera Monsanto del Uruguay!

RebelArte – Uruguay

James Petras “Siria es hoy el epicentro de las grandes luchas entre el imperialismo y antiimperialismo”




“Por primera vez Bashar Al Assad está armando milicias populares, vecinos, han armado grupos populares para unirse al ejército contra esta turba de grupos terroristas que vienen a masacrar al pueblo, respaldados fundamentalmente por Inglaterra, Francia y Estados Unidos”
Agregó que actualmente “lo que podemos decir son dos cosas: primero que Hezbolá y Siria juntos son totalmente capaces de derrotar y echar a los terroristas. Pero, al mismo tiempo, los países imperialistas –lo ha hecho Israel- reconocen esto por lo que quieren una gran escalada de armas, incluso hablan de armas pesadas, y hasta misiles de gran potencia”. Además, Petras se refirió a la actualidad política venezolana y comentó su reciente gira por Irlanda y el País Vasco.
A continuación transcribimos la Columna de James Petras
Efraín Chury Iribarne: Es un gusto retomar el contacto de cada lunes –tras dos semanas sin tenerlo- con James Petras desde Nueva York. Buenos días, bienvenido.
James Petras: Buenos días. Estamos felices de volver al programa después de mi viaje por Irlanda y el País Vasco.
Estuvimos en el País Vasco, dando algunas conferencias invitados por el sindicato LAB (1) en Bilbao y mantuvimos una gran reunión en Pamplona, con casi mil personas.
EChI: Muy bueno, entonces si te parece podríamos comenzar con una reseña de lo que dejó este viaje.
JP: Si. Hay un enorme contraste entre Irlanda el País Vasco, ambos enfrentan una gran crisis y altas tasas de desocupación. Pero en Irlanda donde no hay una organización de masas clasista, con una visión de transformación, la respuesta de los jóvenes es salir del país, 300 mil jóvenes y trabajadores han salido del país en los últimos cuatro años. Estamos hablando de casi el 10% de toda la población activa, de la mano de obra, en el país.
Mientras que en el País Vasco hay convocada una huelga general para este jueves 30 de mayo, donde todas las fuerzas populares están movilizadas y nosotros pudimos ver e incluso pudimos apoyar, en conferencia de prensa (2), hacer una declaración de apoyo a este gran acto que va a unificar todos los problemas de los participantes en una gran lucha.
Este contraste hay que analizarlo porque en Irlanda optan por la salida del país y en el País Vasco por la lucha. Esto tiene que ver con la existencia de organización política, orientada hacia asambleas en los centros de trabajo que son capaces de informar, organizar y participar. En Irlanda el Partido Laborista está colaborando en los pactos, que incluyen en recortes a los programas sociales y las exenciones a las multinacionales, mientras sigue bajando el nivel de vida en forma vertical.
Es muy impresionante como en dos situaciones similares, las respuestas son tan divergentes y que da tan pocas posibilidades a los irlandeses y todas las posibilidades a los vascos.
Ni hablemos de las diferencias gastronómicas, de eso podríamos hablar en otro momento, pero la gastronomía vasca es de gran categoría.
EChI: Es curioso porque la ‘crisis madre’ es la misma en ambos lugares.
JP: Si. Por eso digo que la diferencia es en la estructura política y social, y de la organización de conciencia. En el país Vasco hay una fusión entre la conciencia nacional, emancipadora y la lucha de clases; mientras que los irlandeses tienen una desconexión, no están identificados con nada antiimperialista, es el lugar más propicio para las multinacionales, donde pagan el menor impuesto y la lucha de clases ha desparecido con la colaboración entre sindicatos, sindicalistas amarillos y las multinacionales.
Son diferentes culturas que determinan la gran divergencia en la reacción a la crisis.
EChI: ¿Cómo esta el tema Siria?
JP: Siria obviamente es el epicentro de las grandes luchas entre el imperialismo y antiimperialismo en este momento.
Los últimos acontecimientos muestran que el poder del gobierno de Siria y los pueblos sirios, están a la ofensiva. Por primera vez Bashar Al Assad está armando milicias populares, vecinos, han armado grupos populares para unirse al ejército contra esta turba de grupos terroristas que vienen a masacrar al pueblo, respaldados fundamentalmente por Inglaterra, Francia y Estados Unidos.
Lo que está en juego ahora es muy claro, la táctica del imperialismo es dividir y conquistar. Primero empezaron con Irak, ahora están atacando Siria, después van a dividir Irán del Líbano, después atacarán Hezbolá y después atacarán Irán. Es un cadena. Por eso Hezbolá ha entrado a colaborar con el gobierno y el pueblo sirio, atacando a los terroristas que están tratando de combinar la lucha contra Siria, con un ataque al Líbano.
Hay mucho en juego y por eso Hassan Nasrallah, el dirigente de Hezbolá, ha dicho claramente que si cae Siria, le sigue Líbano e Irán, y los que van a sufrir más son los palestinos. Por esta razón Israel colabora con Estados Unidos, Inglaterra y Francia, atacando Siria, porque sabe que Siria y Hezbolá son los que han quedado como los principales defensores del pueblo palestino. Y esta situación es muy grave porque Inglaterra y Francia están exigiendo mayor financiamiento para armar a los terroristas.
Muestran con toda vulgaridad la capacidad de intervenir y destruir un país, pues saben muy bien que dar más armas a los terroristas significa más destrucción y más muerte, más asesinatos.
Hasta ahora, Austria y algún otro país en la Unión Europea están bloqueando esta medida, que tiene el apoyo también de los Estados Unidos, pero con la mano escondida. El canciller (estadounidense, John) Kerry está actuando ahora junto con la quinta columna palestina, el sector de gran capital palestino, que hay algunos requisados, forman un acuerdo de negocios dentro de lo que queda de Palestina, estos pequeños pedazos palestinos, especie de bantustanes, para formalizar alguna neutralización de la campaña palestina a favor de Siria.
Esto es muy complicado.
Lo que podemos decir son dos cosas: primero que Hezbolá y Siria juntos son totalmente capaces de derrotar y echar a los terroristas. Pero, al mismo tiempo, los países imperialistas –lo ha hecho Israel- reconocen esto por lo que quieren una gran escalada de armas, incluso hablan de armas pesadas, y hasta misiles de gran potencia.
Entonces el avance de la liberación en Siria va contra los esfuerzos del imperialismo de intervenir con mayor fuerza.
EChI: En Venezuela también han sucedido varias cosas, el desabastecimiento, el protagonismo de las Fuerzas Armadas, etc. ¿Qué visión tiene de todo esto?
JP: Todavía no hemos visto una clara nueva iniciativa, creo que la cosa sigue igual. Hay declaraciones del presidente (Nicolás) Maduro, que la amenaza de golpe por parte de la oposición han bajado, las presiones norteamericanas siguen avanzando pero sin ningún cambio estratégico hasta este momento. El gobierno todavía no ha lanzado ninguna campaña de rectificación y eso es un problema. Deben reorganizarse, repensar las prácticas administrativas, las iniciativas políticas. Estamos en un período de pausa, por lo que debemos esperar a ver si en los próximos meses o semanas, si el gobierno reconoce la necesidad de reforzar el sector administrativo, popular, político y económico.
Una cosa, las refinerías que había propuesto el Ministerio de Petróleo hace años, todavía no se han construido. Están importando diesel de Estados Unidos, lo que es ridículo.
Deben lanzar un programa de autosuficiencia en alimentación, mientras están importando el 85% de los alimentos.
En tercer lugar, la idea de algún alto funcionario, ministros -como Alí Rodríguez- de buscar aliados en el sector privado, me parece muy cuestionable porque no indica que sectores privados pueden prestar una mano, que tipo de ayuda o colaboración pueden ofrecer; en que tipo de actividades y cómo eso va a afectar su posición política. Me parece que se está dando una perspectiva privatizadora, conciliadora, pero sin base económica. Es más una estrategia política para calmar los ánimos. Pero no se si es una salida económica, porque hasta ahora el capitalismo, el sector privado, sólo sabe chupar dolares del Estado sin hacer ninguna inversión productiva que sirva para dinamizar la Economía.
Eso es un peligro porque frente a la confrontación, que es cada vez más grave hay sectores y personas como el señor Ali, que piensan evitarlo a partir de la conciliación; mientras la derecha y los capitalistas aceptan todas las concesiones, sin dar respuesta ninguna de reciprocidad. Ese me parece el principal tema político internamente.
EChI: En otro orden, los comunistas chilenos han decidido apoyar a la candidata de la concertación Michelle Bachelet para las elecciones del 30 de junio.
JP: Bachelet no ofreció nada durante su Presidencia frente a los temas que hoy enfrenta Sebastián Piñera, como Educación, empleo, salarios. Ella ha sido muy demagoga, ese es su estilo, juega las cartas del feminismo, del progresismo, pero Piñera no inventó estos problemas, son también el producto de los 20 años de Concertación. No debemos engañarnos y pensar que Bachelet representa una ruptura con el pasado. Ni con el pasado de Piñera ni con su propio antecedente.
Lo que falta en Chile hace años es una verdadera alternativa entre la derecha y el centro derecha; porque se llaman centro izquierda, pero si analizamos a Chile en la economía internacional, en la estructura de clases, es un país de centro derecha. Muy autoritario dentro del sistema electoral, muy pero muy colaboracionista con Wall Street, forma parte del PAN Pacifico como miembro fundador, colaborando con Estados Unidos para debilitar el ALBA, Mercosur y otras alianzas regionales. Recordemos que PAN-Pacífico es una alianza centrada en Estados Unidos y Chile es su socio favorito, junto a Japón y otros países que tratan de formar un cerco alrededor de China y debilitar el regionalismo latinoamericano. En ese panorama, Bachelet es muy funcional.
Hemos recibido noticias, no se si está circulando en Uruguay, que el presidente José Mujica ha sido muy complaciente para entrar al PAN Pacífico; considerándolo incluso como una opción seria, que podría ser útil para el sector agro exportador uruguayo.
PAN Pacífico es la alternativa que Estados Unidos está proponiendo para América Latina y para el Pacífico. Dirigido contra cualquier progresismo regionalista latinoamericano, debilitar a la Argentina y a otros países independientes, y fortalecer lazos a partir de la asociación –supuestamente- con el Pacífico. Lo mismo que aliados con Japón y Australia, está tratando de montar una alternativa a China.
Es muy difícil en el caso de China, porque está muy involucrada en los países asiáticos y Australia; y otros países como Perú y Chile, dependen de las exportaciones a China. Pero en todo caso, Estados Unidos está metido en formar un nuevo cerco, es su idea, un cerco militar con consecuencias económicas.
Muy complicado como decía, China está involucrada a gran escala en toda Asia, con inversiones. Incluso está extendiendo sus inversiones en el Caribe, hay un enorme flujo de inversiones y proyectos en el Caribe. Por tanto, la competencia del nuevo poder económico chino y el declive estadounidense se está intensificando e involucrando a Latinoamérica. A ver cuál es ahora la posición de Uruguay sobre PAN Pacífico.
EChI: Es cierto Petras, el gobierno uruguayo se ha declarado favorablemente a integrar la Alianza del Pacífico.
JP: Si hay tiempo quiero comentar dos cosas más.
EChI: Si, adelante.
JP: Primero es la política de la mal llamada socialdemocracia. El señor (presidente de Francia, Françoise) Hollande en las páginas financieras anuncia que va a cortar el Presupuesto, gastos públicos, en 50 mil millones en los últimos años de su gobierno. Esto incluye el despido de empleados públicos, recortes en salarios, aumentar la edad de jubilación, recortes en programas sociales –pensión por desempleo, asignaciones familiares-. En otras palabras Hollande está haciendo todo lo que son los programas de (David) Cameron, (George) Bush; (Barack) Obama; etc. O sea, ha cumplido el ciclo: empezó como demagogo criticando a la derecha y luego imitándolo hasta las últimas.
Esto me parece que confirma la idea de que no hay diferencia entre la socialdemocracia y la derecha. Junto con Cameron son los principales apoyantes del terrorismo en Siria, los mas agresivos son precisamente Hollande y Cameron, que están exigiendo que la Unión Europea aumente el flujo de armas pesadas para los terroristas; son los que están atacando a Hezbolá que etsá defendiendo la frontera.
Ni en política interna ni en política externa, Hollande demuestra el mínimo de progresismo, de demócrata y mucho menos de socialismo.
Vamos a ver si ahora, tan debilitado, podrá enfrentar las protestas, que imagino y espero que los sindicatos rompan con Hollande y lancen protestas masivas. Porque los recortes que anuncia Hollande tarde o temprano llevan a la confrontación y todos los socialistas, marxistas, comunistas, trostkistas que apoyaron a Hollande como el mal menor, ahora están comiéndose sus propias palabras.
El otro tema es el tornado en Oklahoma, que mató a una veintena de jóvenes estudiantes y niños de una escuela. Esta región constantemente tiene tornados, no son la excepción, son la regla. Por lo que tener una escuela que no tenga un lugar de seguridad para que cuando se anuncie con varios minutos que viene un tornado, puedan bajar a un sótano de concreto y se puedan salvar esas vidas, es inaceptable. Y ayer Obama visitando a las familias y dando consuelo es realmente inaceptable.
Hay miles de millones de dólares gastados en bases militares en 800 lugares del mundo, mientras que en Oklahoma y otras regiones afectadas por los tornados, la gran mayoría de las escuelas no tienen ninguna protección.
Estas cosas se repiten cada año. Las amenazas existen siempre. Pero indica que la seguridad de la patria no es la prioridad del gobierno, porque no hay seguridad para los niños, para la gente que vive en casas precarias no tienen donde escapar cuando les avisan por radio que viene un tornado. No tienen donde ir para protegerse. En la gran mayoría de los pueblos no tienen donde ir y sufren los muertos como cualquier animal del campo.
EChI: Bien Petras, ha sido un gusto, un abrazo.
JP: Bien, un abrazo. Y en especial a los vascos, porque me recordaron con mucho cariño la solidaridad del pueblo uruguayo y tienen un día de recuerdo cada año para los dos uruguayos que murieron peleando para evitar la extradición hace unos 20 años (3). Lo recuerdan con un gran cariño.
Gracias, hasta el lunes.

(*) Escuche en vivo los lunes a las 11:30 horas (hora local) la audición de James Petras por CX36, Radio Centenario desde Montevideo (Uruguay) para todo el mundo a través de www.radio36.com.uy

Notas de Redacción

(1) LAB: Langile Abertzaleen Batzordeak (en euskera: Comisiones de Obreros Abertzales) es un sindicato nacionalista vasco, integrado en la izquierda abertzale, y considerado parte del Movimiento de Liberación Nacional Vasco. Creado en el otoño de 1974, mantiene su presencia fundamentalmente en País Vasco y Navarra (España); a partir de su V congreso (San Sebastián, 2000) extendió su actividad sindical al País Vasco francés. A nivel internacional, LAB forma parte de la Federación Sindical Mundial.
(2) James Petras apoya la huelga general en Euskal Herria
Ver video de la conferencia de prensa en: http://agoitzgorria.info/wp/?p=9598
(3) La masacre del Filtro fue una masacre que desató el gobierno uruguayo, el 24 de agosto de 1994, contra miles de personas que se concentraban el las inmediaciones del Hospital Filtro, en apoyo al pedido de asilo político de tres ciudadanos vascos y en reclamo de otorgarle el asilo político. En rechazo a su extradición, los vascos estaban realizando una huelga de hambre, motivo por el cual el 19 de agosto son internados en dicho hospital, rodeados de decenas de miles de uruguayos que se concentraban allí para apoyar que se le otorgara el derecho de asilo. Pero el gobierno resolvió sacarlos a la fuerza y extraditarlos en la noche del 24 de agosto. Se desplegó un operativo represivo para ‘abrir camino’ a las ambulancias que conducirían a los detenidos, operativo que fue conducido por el Inspector Nacional José Dávila y el Inspector General Pablo Gerjiulo que dependían de la orden directa del Ministro del Interior de entonces, Ángel María Gianola, dejando como saldo la muerte de Fernando Morroni y Roberto Facal y cientos de heridos.

martes, 28 de mayo de 2013

De Marquetalia a La Habana: 49 años luchando por la paz




1964-2013: FARC celebran aniversario con el primer acuerdo sobre la tierra

Las FARC-EP, con ocasión de cumplirse este 27 de mayo el 49 aniversario de nuestra fundación en Marquetalia, enviamos un saludo patriótico, revolucionario y fraternal al conjunto de las masas populares que luchan por la justicia en Colombia, Nuestra América y el mundo.
Nacimos como un puñado de mujeres y hombres del pueblo de Colombia, obligados por la brutal violencia ejercida en beneficio de minorías privilegiadas por el poder del Estado, a alzarse en armas en defensa de su vida, su dignidad y sus sueños. Manuel Marulanda Vélez, Jacobo Arenas, Hernando González Acosta y el resto de los 46 campesinos y 2 campesinas que suscribieron el Programa Agrario de los Guerrilleros en 1964, encarnaron con legendaria bravura la erupción de un sentimiento nacional de resistencia y denuncia contra el crimen, la impunidad y la intolerancia.
Las FARC-EP somos producto del crisol en que al calor del fuego y el filo de otras armas, la oligarquía colombiana pretendió entronizarse hasta la eternidad en la dirección del Estado. Viejos partidos compuestos por terratenientes y burgueses de distintas esferas, inspirados en la doctrina fascista de seguridad nacional, ensoberbecidos por el apoyo incondicional del gobierno de los Estados Unidos en su afán de dominio continental, se encargaron de hundir a Colombia en la horrible noche de muerte, persecución y terror que por desgracia aún no termina.
La guerra, la violencia y el miedo generalizado han sido siempre, a lo largo de la historia universal, instrumentos favoritos de los poderosos. Colombia no es una excepción. Para demostrarlo basta una mirada desapasionada sobre los acontecimientos que han bañado de sangre y dolor la vida de los más débiles y humildes desde los lejanos días de la conquista. O los sucesos que precipitaron en nuestra nación el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán y la furia violenta del Estado que aún no cesa. En nuestro país, en los últimos 65 años, las víctimas no se cuentan por miles, sino por centenares de miles y por millones. Y toda la responsabilidad recae sin duda en las clases dominantes y sus ambiciosos partidos políticos, aunque se vistan de etiqueta y se laven con pulcritud las manos. La tranquilidad del hogar, la concordia, los sentimientos de paz, han sido en cambio el más valioso patrimonio de las mujeres y los hombres que viven con sencillez del trabajo de sus manos. La guerra, toda guerra, consiste en un enfrentamiento desatado por los ricos en contra de los pobres. Las mejores tierras, los grandes proyectos de explotación de hidrocarburos, las concesiones mineras, las áreas urbanizables, todo cuanto representa un importante negocio, desata de inmediato las fieras hambrientas, con disimulo o sin él, contra los más pacíficos habitantes condenados a vender, marcharse o morir. La guerra incluye entonces el silencio y la mentira.
Las FARC-EP somos pueblo que enfrenta con armas las armas del poder y la riqueza. Sentimos por tanto el más inmenso aprecio por la paz que nos robaron, la paz que le robaron a Colombia los negociantes y politiqueros. Nunca hemos querido la guerra. Desde antes del ataque a Marquetalia, nuestros fundadores reclamaron ante el Estado, la Iglesia y la comunidad internacional por un diálogo. Nada detuvo la obsesión de los azuzadores enquistados en el parlamento y el gobierno. Durante estos 49 años siempre hemos luchado por una solución política al conflicto. Nuestro sueño más querido es que termine definitivamente esta guerra que desangra la patria.
Lo cual no equivale a arrojar los fierros al suelo y volver sumisos al redil, hay que atacar las causas del conflicto. Las clases dominantes en Colombia, los dueños tradicionales del poder y la fortuna, deben cesar para siempre sus conductas violentas, poner fin a sus prácticas intolerantes, desmontar sus aparatos de muerte y terror, permitir que en Colombia se instaure la democracia verdadera, que se proscriban la estigmatización y la amenaza, la persecución y el destierro, el crimen que garantiza con su impunidad la dominación por el miedo.
El pueblo colombiano, la gente trabajadora y humilde que soporta los rigores de la pobreza y es acosada por sicarios de diversa índole, la enorme masa a la que sólo se le ofrecen migajas a cambio de inclinar con mansedumbre la cerviz, tiene todo el derecho a organizarse políticamente, a expresar sus sentimientos de inconformidad y sus propuestas de cambio, a hacer política sin riesgo de ser asesinados. Las víctimas y opositores a la salvaje locomotora minera, los afectados de todo orden con los TLCs y las políticas neoliberales de despojo, deben contar con plenas garantías para el trabajo pacífico en torno a la abolición de esas atroces políticas contra la humanidad.
La guerra tiene que ser terminada. Lo está exigiendo en las calles la inmensa mayoría de colombianos. Para materializar en verdad ese objetivo, esos esfuerzos tienen que armonizarse y coordinarse, unirse de manera sólida y pronunciarse de manera enérgica. Será imposible poner fin definitivo a la guerra en nuestro país, si el bloque dominante de poder desconoce que la consecución de la paz implica profundas reformas, de carácter estructural, en las instituciones y en la vida nacional, sin las cuales no desaparecerán jamás las causas de la guerra. Lo comprendimos perfectamente las FARC-EP desde el primer intento de reconciliación en Casa Verde y nos mantenemos fieles a esa posición, la única que beneficia sin ningún interés a Colombia.
Si la oligarquía se niega a hacer los cambios, la enorme multitud del pueblo movilizado se encargará de imponerlos. Nuestro país atraviesa por un momento histórico y crucial. La nación colombiana no puede permanecer más en silencio, como simple espectadora de unos diálogos en el exterior y a la expectativa de sus resultados. Los foros celebrados en Bogotá en torno a la Política Agraria Integral y a la Participación Política, pusieron de presente el enorme caudal de posiciones coincidentes y la potencialidad de los anhelos por transformar nuestro país hacia una democracia verdadera, en paz y con justicia social. Pero no basta con ello.
La ponencia y el discurso no conmueven un ápice la conciencia de los personeros del régimen. Hace falta mucho más. Que se repitan una y otra vez movilizaciones como las del 9 de abril. Que el pueblo hable y se haga respetar. El no a la guerra tiene que ser un sí a la reforma agraria integral, un sí rotundo al freno de la locomotora minera, un sí rotundo a una Asamblea Nacional Constituyente que consagre efectivas garantías democráticas, un sí a la desmilitarización del territorio nacional, un sí a la prohibición de los garrotes del ESMAD, un sí a la justicia contra los responsables ocultos y visibles de los grandes crímenes contra el pueblo colombiano.
Las FARC-EP no íbamos a desechar de ningún modo los ofrecimientos del Presidente Santos en el sentido de intentar la vía de una solución civilizada y dialogada al conflicto colombiano. Cuando comenzó este gobierno, llevábamos 46 años combatiendo por ello. Sabíamos y sabemos, como recién ratificó en la prensa el Alto Comisionado de Paz, que las intenciones del régimen no eran otras que las de conseguir nuestro humillante sometimiento al precio de un aplastante encarnizamiento mediático. Pero un Ejército del Pueblo como el nuestro, que conoce el auténtico sentir de los colombianos, sabía que no había razones para temer. Poco a poco, lenta pero firmemente, se iría levantando un clamor muy distinto por la paz. Hoy ya comienza a sentirse la fuerza de ese poderoso eco por todos los rincones del país. Ya Colombia entera expresa que la paz es el nombre de la justicia social. Ya la nación comprende que la fórmula santista de oponer un no rotundo a cuanto se le plantea en la Mesa, es un cebo hábilmente concebido para validar su entrega definitiva a los intereses del capital extranjero. La Agenda pactada en La Habana no servirá jamás, por parte de las FARC-EP, para endosar el imperio del neoliberalismo y santificar la dictadura civil en nuestras instituciones. No existen ningún tipo de acuerdos secretos como afirman algunos politiqueros con perversos propósitos.
Las FARC-EP creemos sincera y apasionadamente que la paz es posible, y que las circunstancias son abiertamente propicias para conseguirla. No tenemos la menor duda acerca de la importancia de la existencia de la Mesa de Conversaciones en Cuba. Se encarga de confirmárnoslo el plebiscito nacional e internacional de respaldo que recibimos a diario. Confiamos en que el pueblo colombiano avanzará sin parar hacia esa Mesa, para hacerse oír, y en que tanto él como la comunidad internacional se encargarán de blindar los diálogos para impedir que se rompan por parte del gobierno, una vez vea claro que las cosas no se van a dar como las planeó. Esta vez no podrán proceder como lo hicieron doblemente en Casa Verde, Tlaxcala o el Caguán.
Al tiempo que compartimos el regocijo de completar 49 años continuos de lucha por la paz, reconocemos el heroico esfuerzo de todas aquellas mujeres y hombres, ancianos y niños, que de una u otra manera han puesto su cuota de sacrificio en apoyo a nuestra lucha. Nuestros combatientes caídos en combate o encerrados en prisiones provinieron, al igual que todos los demás, de esa masa humana esperanzada y noble que con abnegación silenciosa lo ha arriesgado todo por nosotros. Nuestros muertos y heridos, nuestros prisioneros, nuestros guerrilleros y milicianos asediados por bombas y metralla, nuestros camaradas clandestinos, nuestros héroes extraditados, lo han entregado todo, sin ningún interés personal, por Colombia y su gente, por la paz y la justicia. A todos ellos, a todas ellas y a nuestro pueblo, un homenaje sincero en este nuevo aniversario.

¡Hemos jurado vencer!… ¡Y venceremos!

SECRETARIADO DEL ESTADO MAYOR CENTRAL DE LAS FARC-EP
Montañas de Colombia, 27 de mayo de 2013.

lunes, 27 de mayo de 2013

Por el retiro de tropas uruguayas en Haití




El Acto realizado por el PITCNT el 23 de mayo , al fin de una marcha de 10.000 trabajadores por la Av. 18 de Julio, comenzó con la lectura de una dura declaración de repudio, de la Coordinadora, a la visita , ese mismo dia , en Uruguay, de un alto Representante de las Misiones de Paz de la ONU en HAITI, MINUSTAH, que en ese mismo instante daba una conferencia en el ex CGIOR, de la calle Victor Haedo, dedicado hoy a la formación de Cascos Azules. Esta declaración exigía al gobierno, el inmediato retiro de las tropas uruguayas de HAITI, en el debido respeto al derecho pleno del Pueblo Haitiano a su AUTODETERMINACION.
Este reclamo aplaudido y vivado por una multitud de trabajadores decía así:

23 de mayo de 2013

Hoy, está en nuestro país, el Sr. Nigel Fisher, Representante Especial del Secretario General de la ONU para la Misión de Paz de las Naciones Unidas por la Estabilización de Haití (MINUSTAH), para articular la continuidad de la ocupación.
Nuestro movimiento sindical y todo el movimiento social uruguayo, hemos luchado desde el principio contra esta infame ocupación que denigra y nos denigra. El pueblo haitiano pelea por el pleno respeto del principio de autodeterminación.
Repudiamos la presencia de este Sr. y exigimos EL RETIRO INMEDIATO DE TODAS LAS TROPAS DE OCUPACIÓN DE HAITÍ y el pleno respeto del principio de autodeterminación de los pueblos.
El 1º de junio, se cumplirán 9 años de ocupación. Y se desarrollará una jornada mundial por el retiro inmediato de las tropas de Haití coordinada por todas las organizaciones de trabajadores y las organizaciones sociales del mundo.
Convocamos a participar de ella y allí estaremos

Coordinadora por el retiro de las tropas de Haití
Pit-Cnt

Las patas de la sota




Desde 1968 a 1972 Alicia Rey Morales y Héctor Amodio Pérez integraron diferentes organismos de dirección del movimiento de Liberación Nacional (Tupamaros). Fueron de los cuadros más importantes del movimiento guerrillero, organizaron la columna 15 que fue la que demostró mayor eficiencia y capacidad operativa, comandaron y participaron en muchas de las operaciones de mayor trascendencia, tomaron decisiones que afectaron la vida y la muerte de muchas personas. Hoy se muestran como inocentes de toda responsabilidad, como si nunca tuvieron nada que ver con el “accionismo”, el “sancionismo” y el “militarismo”, los males que determinaron la debacle del MLN (T) y en los cuales esta parejita tuvo muchísmo que ver.
El 16 de marzo de 1972 luego que se comproboran una serie de maniobras que realizó para impedir que Raúl Sendic y Eleuterio Fernández Huidobro integraran la dirección del Movimiento, Héctor Amodio pidió ser enviado a Chile y hacerse cargo de la columna organizada en ese país por quienes allí estaban refugiados. Se resolvió “sacarlo” a Chile pero sin ningún tipo de responsabilidad. Implícitamente se lo estaba dando de “baja” de la organización y alejándolo del teatro de operaciones por tener dudas sobre cual podría se su reacción en caso de ser apresado. No fueron diferencias políticas el motivo de su separación del MLN(T), fue él susto.
El 25 de mayo de 1972 Amodio fue detenido por tropas del Batallón Florida y, según relata, se tragó todas las pastillas de “Vallium” que usaba diariamente para calmar sus nervios. Al despertar en la camilla de la enfermería, se encontró con el teniente segundo Armando Méndez, que por ser hijo del general homónimo tenía mucho peso en la cadena de mando de la unidad. Rápidamente llegaron a un acuerdo: a cambio de organizar el caos de información amontonada en el despacho de la recién nacida OCOA, serían dejado en libertad el matrimonio. Es de remarcar que en ninguna de sus extensas cartas dice haber sido interrogado bajo tortura, no pasó por las barbaridades que sufrieron todas y todos, no se quebró en la tortura. Amodio dice que lo hizo por amor a Alicia Rey Morales, que traicionó para salvarla de la tortura. Al parecer no tenïa ningún sentimiento hacia quienes mandó a la tortura y la muerte. Desde que fundaron el movimiento guerrillero, Alicia y Amodio sabían a qué peligros se exponían, no eran una parejita de ingenuos quinceañeros. Si algún día llego a traicionar a los demás para salvar a Veronika, estoy seguro que ella me deja de amar.
Armando Méndez consultó al general Cristi, comandante de la Región No. 1, la más poderosa del Uruguay, quién autorizó lo solicitado por el subalterno. Evidentemente el mando adjudicaba al trabajo realizado por la pareja la importancia suficiente para correr el riesgo de otorgar esa mini-amnistía clandestina e ilegal. Alicia y Amodio sistematizaron la información para que pudiera ser utilizada en perseguir, detener y torturar a miles de personas. Sin Amodio la OCOA no habría sido tan efectiva o, por lo menos, habría demorado bastante más en disponer del archivo que necesitaba para cometer sus crímenes contra la humanidad y, tal vez, mucha gente estaría viva todavía. En sus cartas Amodio resta importancia al accionar de OCOA, pasa por alto la historia de los desaparecidos y asesinados en la Cuenca del Plata, le hace un servicio ideológico a sus compinches del terrorismo de estado
La primer tarea que realizó Amodio para la OCOA fue de espionaje a sus propios compañeros. Lo metieron en la celda donde estaban Adolfo Wassen y Rodolfo Wolf. Un drama digno de la pluma de Shakespeare: dos prisioneros, torturados hasta el cansancio por los verdugos, confían ciegamente en un tercer prisionero, sin saber que éste último está asociado con los torturadores. Cuenta Samuel Blixen en su libro “Sendic”: “Amodio no sabe dónde está el local de la cárcel del pueblo, sí sabe que Rodolfo Wolf conoce el lugar. Héctor (nombre de guerra de Wolf) aguanta la tortura hasta el límite de sus fuerzas y los torturadores temen un ataque al corazón o un intento de suicidio, con lo que perderían preciosa información. Entonces Amodio, que lleva años militando junto con Wolf, lo convence de que es necesario aportar la información, que hay una negociación y que todo depende de que se rescate a los prisioneros con vida. Wolf no sospecha. Mantiene por su jefe el respeto y la admiración surgidos en la intensa militancia en la que ambos se han jugado la vida muchas veces. Y le revela el secreto. El 27 de mayo el ejército rodea la casa de la calle Juan Paullier; la ama de casa que da cobertura avisa desesperadamente a los cuatro tupamaros que están de custodia en la pieza subterránea ubicada debajo del garaje, que el ejército sabe que allí están los prisioneros y que Amodio quiere hablar con ellos antes de que se cumpla la orden prevista de ejecución en caso de allanamiento". A dos días de ser detenido, Héctor Amodio Pérez cosechó su primer éxito en su carrera de traidor.
Entregada la cárcel del pueblo y prontos los archivos de la OCOA, Amodio había ganado su libertad pero, para disfrutar de ella necesitaba las treinta monedas. Debía vender algo más. Conspirando con Armando Méndez y otros de los oficiales del “Florida”, en setiembre de 1972 logró entrevistarse nueve horas con el periodista Federico Fassano. Le entregó un manuscrito para editar un libro con la “verdadera historia del MLN (T)”, presumiendo que los derechos de autor serían suficientes para cubrir sus gastos en el exterior. En su historia acusaba a Wilson Ferreira Aldunate, Enrique Erro, Zelmar Michelini, Liber Seregni y Héctor Gutiérrez Ruiz de estar vinculados al MLN(T). Falsedad total. Además de traidor, mentiroso. Las acusaciones vinieron como anillo al dedo a los generales Cristi y Gregorio Álvarez para desprestigiar los parlamentarios y servir de excusa al golpe de Estado en desarrollo. Esta conspiración entre los capitanes, Amodio y los generales golpistas se hizo a espaldas del comandante del ejército general César Martínez y del jefe de inteligencia Ramón Trabal. Orgulloso de estar sumergido en toda esa mierda, Amodio confió a Fassano que estaba participando en los actos preparatorios del golpe militar. Fassano informó de inmediato a Seregni y a Wilson de la amenaza y éste lo denunció al presidente Juan María Bordaberry. La ejecución del plan golpista quedó postergada por unas semanas.

Reenganche

Cuarenta años después, Amodio reengancha en la vida política con otra “historia verdadera”, una serie de anécdotas inconexas destinadas a justificar su cobardía. Sin embargo en ella confiesa que militó en la OCOA y que salía uniformado de patrullaje. Hasta ahora las pruebas de la traición, eran los testimonios de sus víctimas, pero su confesión descarada releva de toda prueba. Es un traidor confeso. Miente cuando dice que se ponían uniformes a todos los que eran conducidos al Hospital Militar o el Juzgado Militar. Miente cuando dice que nadie lo acusa de haberlo “marcado”: Julio Marenales lo reconoció cuando lo detuvieron y le lanzó una granada que no explotó. Héctor Amodio Pérez debe presentarse en un juzgado penal para hacerse cargo de su complicidad en los crímenes cometidos por la OCOA.Tal vez debiera incluso declarar en la causa del Plan Cóndor en Buenos Aires pues la OCOA fue el instrumento uruguayo del terrorismo regional.
Traición y mentira es el contexto ético y moral de su reaparición en el escenario político. La historia que Amodio cuenta es la historia contada por un traidor mentiroso. Amodio relata varios episodios inconexos para justificar su cobardía y enlodar al movimiento revolucionario. Por supuesto, la historia del MLN(T) tuvo sus claros y oscuros, como todas las historias de las revoluciones en el Uruguay y en América Latina. La historia la hace las mujeres y los hombres con sus pequeñeces y miserias. El Partido Nacional fue fundado por alguien apodado el “degollador” y tuvo entre sus héroes a Antonio Floricio Saravia, el “Chiquito”, que con la mejor de las intenciones cometió una atrcidad en casa de la familia Muniz y para reivindicar su condción humana cargó a pecho descubierto hasta que lo mataron. Del Partido Colorado mejor ni hablar, toda su historia está tachonada de intrigas, golpes militares, asesinatos y genocidio.
La historia de los tupamaros está iluminada por el heroísmo de las compañeras y los compañeros. La falsficación que hace Amodio es perversa, en particular con la memoria de Raúl Sendic y Adolfo Wassen, que no pueden defenderse y que durante once años fueron sometidos a condiciones de aislamiento y a un hostigamiento permanente. Mientras el traidor disfrutaba de su mal habida libertad, los médicos militares dejaron morir a Wassen aquejado por un cáncer que podía haber sido controlado. Las cartas de Amodio tienen la mira puesta en desprestigiar la memoria de Raúl Sendic y de todos los revolucionarios, presentándolos como seres despreciables, capaces de las peores aberraciones. Las cartas de Amodio son la continuación de aquellos enormes libracos infames dirigidos a “la Nación”, que publicaron las fuerzas armadas en los setenta. Están claramente dirigidas a desalentar los jóvenes que hoy día mantienen aspiraciones y esperanzas revolucionarias.
Es un operativo para espantar el fantasma que siempre acosa a los sectores más reaccionarios, la idea de una revolución socialista. No parece que Amodio acometa esta empresa sin compañía... quiénes serán sus socios en esta nueva “operación enchastre” tan parecida a la 1972?. Cuántas serán las monedas que le redituará su reaparición?
Hay periodistas que saludan con alborozo que “ahora sí se sabrá la verdad sobre la sórdida historia de los tupamaros”. Tal vez a muchos de ellos les pase desapercibido que la traición y la mentira son la materia prima de la versión Amodio y acompañan su jueguito de mosqueta. Por supuesto habrá otros periodistas que comparten con Amodio el odio a la revolución y a los tupamaros y se ubican en la misma trinchera que Héctor Amodio Pérez. Para ellos su traición no fue traición sino simplemente treparse al carro de los “buenos”, del terrorismo de estado necesario para impedir que la patria cayera en manos de la subversión y el comunismo. En ese marco ideológico comienzan a agitar nuevamente los casos de Pascasio Baez y Roque Arteche, como otros los agitaron en las radios, la tele y las tapas de los diarios durante toda la dictadura, como lo hicieron en 1987 todos los medios de comunicación para hacer campaña por la Impunidad de los criminales. El de Baez y el de Arteche fueron homicidios injustificables y por ellos pagaron en tortura y verdugueo varios hermanos y hermanas míos, bastante los persiguieron, algunos enloquecieron, otros murieron en prisión. No son de “lesa humanidad” como dije cuando Gabriel Pereira me puso en la mira de Amodio. Para ser tales debe cometerlos el Estado, pero están sirviendo de punto de apoyo para quienes quieren transformar las luchas heroicas del pueblo en una sórdida historia de crímenes y resentimientos. No se hace la historia de los 700 torturados que pasaron por Artillería No. 1, entre las cuales abundaron las actitudes heroicas, sino que se escribe una novela sobre el coronel Agosto y los cinco compañeros que colaboraron con los milicos. Es la ideología del sistema que apunta la mira del que escribe, que no rescata el marco entero sino la parte más miserable de los hechos.
Lamentablemente el siglo XXI ha parido un montón de ex-guerrilleros que no tienen el más mínimo interés en rescatar la historia de la revolución, más bien desean fervorosamente enterrarla y que la gente que los vota olvide que alguna vez fueron revolucionarios. Calculan en votos perdidos o ganados, tiemblan cuando ocurren imprevistos de este tipo. Frente a la “operación enchastre” que inician las cartas de Amodio, ignorarlas no parece la respuesta más conveniente; el que calla otorga y tal vez tenga miedo que salgan otras verdades a luz. Hay que mostrar las patas de la sota para que no prosperen la mentira, las dudas y la confusión; es, además, una oportunidad concreta para divulgar elementos de la historia reciente, en especial el proceso que condujo al golpe de Estado. Hay que confiar en la capacidad e inteligencia de la opinión pública para hacerse un juicio de valor. Además, los votos se pierden por otros motivos, no por la historia infame que hace este traidor.

Jorge Zabalza
26 de mayo del 2013

A 5 años del crack de Wall Street, ¿lejos del sendero de la gran depresión? No lo parece…




En su último Panorama Económico global, el FMI reprodujo los pronósticos tranquilizadores que suelen caracterizarlo aún en las peores condiciones. El organismo fue uno de los primeros que en 2009 veía “brotes verdes” por todas partes, que al final en el mundo desarrollado dieron lugar a poco más que una estabilización “bonsai” o pigmea en los EE.UU. al tiempo que Europa continuó un deterioro cada vez más peligroso. Si para el resto de la economía mundial logró desacoplarse parcialmente, el resultado estuvo lejos de sus pronósticos optimistas. Ahora el FMI nos presenta nuevamente datos alentadores al menos para la perspectiva inmediata. Si bien este año el crecimiento previsto del producto mundial es de 3,25%, para el año próximo espera que crezca al 4%. Una economía ahora en tres velocidades (y ya no sólo dos) que, aunque con diversos riesgos a la vista, continua un alejamiento paulatino de los eventos catastróficos de 2008. En estas condiciones, aunque en lo inmediato las economías desarrolladas “la política debería utilizar todas las medidas prudentes para sostener una demanda anémica”, el punto crítico de la política fiscal a mediano plazo, es la “consolidación” fiscal a mediano término, aunque para algunos países (como los los EE.UU. y Gran Bretaña) pida un ritmo más lento en el mismo sendero de recortes.

EE.UU., la gran depresión y el desempeño pos Lehman

Sin embargo, resulta difícil sustentar una visión optimista, aún para el corto o mediano plazo. Aunque la situación de los EE.UU. contrasta favorablemente con la de Europa, esto habla más bien de la situación cada vez más sombría en la que se encuentra buena parte de la Unión como producto de las políticas de ajuste, y no de la fortaleza norteamericana. Así lo ponen en evidencia los pronósticos poco alentadores que están surgiendo en los últimos tiempos. J Bradford DeLong, economista neokeynesiano que hace no mucho tiempo mostraba gran confianza en las capacidades de la política fiscal y monetaria para sacar a la economía norteamericana del sendero de la depresión, ajustó en las últimas semanas las perspectivas que había trazado anteriormente. Hasta el momento, venía llamando a la crisis iniciada en 2007 Depresión Menor, señalando así su menor envergadura respecto de la Gran Depresión de los años ’30. Pero para Delong esta definición ya no se ajusta a la dinámica que está atravesando la economía norteamericana. Según sus estimaciones, “es casi seguro que las pérdidas [que para el autor totalizarán nada menos que el 60% del PIB de un año] no habrán finalizado para 2017”. Su conclusión es que debe dejar de llamar a la crisis que estamos atravesando “Depresión Menor”: “Sí, su forma es distinta a la de la Gran Depresión pero, hasta ahora por lo menos, no hay motivo para clasificarlo en un nivel inferior en la jerarquía de desastres macreconómicos”.

Tiempos muy austeros

Salir de lo más profundo del pozo no es lo mismo que recuperar dinámica. Las iniciativas desplegadas a lo largo de toda la geografía global ante el crack de 2008 permitieron realizar una contención de daños. Pero por la persistencia de los efectos de los quebrantos privados sobre las economías más ricas, no ocurrió nada parecido a una recuperación vigorosa y sostenida. Los elementos de contención devinieron a su tiempo en eslabones débiles, especialmente en la Unión Europea, y llegó el tiempo de los ajustes fiscales. También en los EE.UU.: la Administración de Barack Obama afronta un déficit muy elevado, pero ha llevado a cabo el mayor ajuste en 30 años: desde el 10% del PIB en 2011 hasta el 8,5% de 2013, y la previsión es que acabe en el 6,5% en 2014. Sin embargo, sería erróneo creer que sólo allí y en los EE.UU. se están produciendo ajustes profundos. En contra de lo que parece, las políticas de contracción fiscal se están dando en casi todo el mundo. El estudio “The Age of Austerity: A review of public expenditures and adjustment measures in 181 countries” estiman que en 2013 119 países ajustarán sus cuentas, y 131 lo harán en 2014. Es decir que las medidas de austeridad afectan hoy a 5.800 millones de personas y afectarán a 6.300 millones en 2015 (el 90% de la población mundial). Las medidas de contracción fiscal más generalizadas han sido la disminución de salarios públicos (en 74 países de bajo ingreso y en 23 de alto), reducción o eliminación de subsidios (en 78 países de bajo ingreso y 22 de alto), incremento de impuestos al consumo (63 de bajo ingreso y 31 de alto), reforma de las pensiones y de los sistema de salud (en 47 de bajo ingreso y 39 de alto), reformas diversas en los sistema de protección social orientadas a limitar su alcance (en 55 países de bajo ingreso y 25 de alto), y flexibilización del mercado de trabajo (según el FMI en 32 países pero según la OIT en 40 países).
En los últimos días ha caído en descrédito un estudio que se transformó rápidamente en un clásico, “Growth in a Time of Debt” de Kenneth Rogoff y Carmen Reinhart (RR de acá en más), publicado en 2009. El mismo “probaba” que un nivel de deuda excesivo se transformaba en un lastre para el crecimiento económico. Para los países que mantenían niveles de deuda superiores al 90% del PIB durante cinco años o más, su crecimiento medio rondaba el -0,1%. Si bien desde el mismo momento de su publicación fue blanco de varias críticas (entre ellas la de una inversión de la causalidad entre crecimiento y deuda), pero la piedra del escándalo fue el descubrimiento de que, sencillamente, los resultados de RR eran el resultado de datos incorrectos. Fue el descubrimiento que hicieron Herndon, Ash & Pollin, según detallan en “Does High Public Debt Consistently Stifle Economic Growth? A Critique of Reinhart and Rogoff”. Analizando las hojas de cálculo usadas por los autores en su libro, comprobaron que los resultados principales surgían de simples errores de cálculo y transcripción. Uno de los más importantes fue la exclusión de lapsos de crecimiento de países (como Nueva Zelanda) con un ratio deuda/pib mayor al 90%.
Sin duda, estos descubrimientos arrastrarán al descrédito a la dupla RR y su trabajo. Sin embargo, no es de prever que eso vaya a torcer significativamente el rumbo de las políticas. La decisión de mantener las cuentas públicas ajustadas responde a presiones muy poderosas, no sólo por parte de instituciones multilaterales, sino especialmente de los grandes bancos y tenedores de títulos de deuda, pero sobre todo a la necesidad de avanzar medidas más de fondo para descargar la crisis sobre los trabajadores y los sectores populares buscando una salida mediante el ajuste.
Esta “era de austeridad” augura la persistencia de un crecimiento anémico. De todos modos, es un error culpar de la persistencia de la crisis a las medidas de recorte del gasto, como hacen distintas vertientes keynesianas, para quienes la iniciativa fiscal tiene capacidad de dar algo más que un alivio momentáneo. Contrario a lo que pregonan estas corrientes, aunque un recorte significativo del gasto en un contexto depresivo puede agravar los problemas, de esto no se deduce que un plan de gasto más ofensivo alcanza para encarar una salida de la crisis. Las “fallas tecnónicas” que recorren a una economía mundial descalabrada por el crack de 2008 no se pueden subsanar a fuerza de gasto público, como si este pudiera sobreponerse a las contradicciones sistémicas.

Un bombeo monetario cada vez menos enérgico

Ante las constricciones de la política fiscal, se expande cada vez más la experimentación con políticas monetarias en una escala sin precedentes en la historia del capitalismo. EE.UU. sigue a toda marcha con su QE3. Japón fue el último en sumarse a esta línea aventurera, en la expectativa de salir definitivamente de las tendencias deflacionarias que aquejan su economía hace décadas. Como señala un artículo reciente, “toneladas de dinero inyectadas en la economía a base de compra de bonos, préstamos baratos y unos tipos de interés por los suelos para reanimar el crédito, el consumo, la actividad. El nivel de estímulos no tiene precedentes, pero los riesgos tampoco”. Como señala otro autor, “desde 2011, poco más o menos, los costes de la flexibilización cuantitativa han comenzado a superar a sus beneficios, sometidos a una disminución de su rendimiento. La flexibilización cuantitativa ha creado una inflación en el precio de los alimentos que es muy perjudicial para los dos mil millones de personas que viven con menos de dos dólares al día […] El aumento del precio del petróleo ha sido muy negativo para la economía estadounidense; la caída del consumo estadounidense en 2011 se debió al aumento del precio de los alimentos y el petróleo”. El ingreso de nuevos países por esta senda de expansión monetaria en la que los EE.UU. fue pionero, podría agravar los problemas. Otro analista plantea sombríamente que “la élite financiera global se ha encontrado ante el dilema: o llevar el mundo por la vía deflacionista-depresiva con la plena bancarrota del sistema financiero, o por el no menos peligroso camino de la hiperinflación con el resultado confiscatorio análogo”. La pérdida de efectividad se hace visible en el hecho de que una escala en aumento de flexibilización cuantitativa produce un resultado cada vez más débil en el terreno del crecimiento, y cada vez mayor en el de los precios.
Que se sumen nuevos países al batallón de los que intentarán la alquimia monetaria, augura que, bajo el rótulo de la “batalla del crecimiento”, se desarrolle en realidad una guerra de monedas, hace años anunciada aunque pospuesta. Una “coordinación” de las principales economías (desarrolladas y “emergentes”) impulsando en simultáneo políticas monetarias ultra-expansivas, podría multiplicar la inestabilidad monetaria y financiera, alimentando aún más burbujas en todo el planeta, y golpeando de coletazo a los países que vienen basando su crecimiento en altos precios de commodities en dólares. Pero además, hace cada vez más difícil que la respuesta coordinada se siga imponiendo por sobre las numerosas líneas de disputa entre los principales imperialismos, y de ellos con varias potencias emergentes. Como señala este estudio, si en el último año se buscó mostrar que la respuesta a la crisis era más integración, con numerosos acuerdos de liberalización del comercio entre distintas regiones del planeta, estos han entrado rápidamente en un estado de empantanamiento.

Los peores fantasmas

Aunque ya varias veces el coro de optimistas (con acompañamiento de algunos “críticos inmanentes”) anunció que “esta vez es diferente”, que el aprendizaje respecto del pasado de crisis alcanzaría para desplegar iniciativas para salir de la crisis y evitar un sendero traumático como el de la Gran Depresión, estamos viendo exactamente lo contrario. En una situación por el momento sin catástrofes pero tampoco de recuperación sólida, con un crecimiento global descomponíendose en tres velocidades, los márgenes para las iniciativas coordinadas se estrechan. Y, ante la dureza de los ataques del capital, en una geografía cada vez más extendida los trabajadores buscan resistir a los ataques, una inesperada “vuelta de la lucha de clases”.
Este sistema ha mostrado, y vuelve a mostrar en la crisis histórica actual, una gran capacidad de “destrucción” que sólo en las mentes de los apologistas de este sistema de explotación puede seguir presentándose como “creativa”. Para los trabajadores de todo el mundo, es urgente mostrar su creatividad en desarrollar una alternativa. Lejos de un paulatino alivio de la situación, los principales choques (“crisis, guerras y revoluciones” como diría Lenin) están ante nosotros. Para eso debemos prepararnos los revolucionarios.

Esteban Mercatante

domingo, 26 de mayo de 2013

La historia “inocente” de USAID




La historia de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) es muy larga. El carácter de su “filosofía” y el alcance de sus acciones hay que ubicarlos en el mapa político global en general y de América Latina en particular.
Sus orígenes se encuentran en el Plan Marshall y la Alianza para el Progreso que Estados Unidos impulsó en 1948 y en 1961, respectivamente, para enfrentar el nuevo mapa político resultante de la II Guerra Mundial y del triunfo de la revolución cubana.
El Plan Marshall fue lanzado en 1947 por el Secretario de Estado de los Estados Unidos, George Marshall, teóricamente para la reconstrucción de Europa después de una II Guerra Mundial que había enfrentado a las fuerzas aliadas contra el bloque Alemán-Italiano-Japonés. Sin embargo, es evidente que el Plan, que canalizó cerca de 15 mil millones de dólares en esa dirección, representaba una expresión de la disputa por la hegemonía con el bloque socialista de la Europa del Este y un instrumento de contención ante el peligro de expansión de las ideas comunistas en el resto de Europa occidental.
En cambio, la Alianza para el Progreso -formalmente creada el 13 de marzo de 1961 luego de un poco más de un año de preparación a cargo de muchos funcionarios estadounidenses que participaron de la concepción del Plan Marshall-, fue pensada por el Departamento de Estado y el presidente John Kennedy para promover una “Alianza de las dos Américas” que desarrolle las fuerzas de la democracia made in usa e impida que el triunfo de la revolución cubana, el 1 de enero de 1959, se extendiera a otros países del continente.
La Alianza para el Progreso fracasó muy rápidamente por dos razones: por un lado, porque los 20.000 millones de dólares comprometidos por los Estados Unidos dependían de condiciones que la mayor parte de los países latinoamericanos y caribeños no tenían posibilidades de cumplir y, por otro lado, porque la llamada “Revolución pacífica y democrática” que se iba a consolidar en el continente fracasó tempranamente por la derrota de la invasión mercenaria en Playa Girón, Cuba, en abril de 1961 –la primera derrota militar imperialista en América Latina- y por la invasión estadounidense a República Dominicana en 1965.
Pero antes de que la Alianza para el Progreso fuera cancelada, en noviembre de 1961 se fundó una de sus agencias a través de la cual, si bien tenía como radio de acción otros países del mundo, iba a desempeñar un papel protagónico en América Latina. Estamos hablando de USAID.
Desde un principio, la Política de Asistencia al Exterior de los Estados Unidos para el mundo fue desarrollada a través de dos pilares fundamentales: la asistencia técnica y económica por un lado y los programas de Asistencia Político-Militar por otro lado. América Latina no era la excepción, lo cual se tradujo en la llamada “Doctrina de la Seguridad Nacional”, cuya base conceptual expresaba la Doctrina Monroe que en 1823 partía de la firme convicción de “América para los Americanos”.
En el caso de América Latina es evidente que la política exterior de los Estados Unidos tomaría cuerpo en la conformación del Sistema Interamericano: el Tratado de Asistencia Recíproca (TIAR) y la Organización de Estados Americanos (1948) que, como demostraría la historia hasta el siglo XXI, solo ha servido para legitimar las intervenciones militares estadounidenses (directas e indirectas), sus democracias restringidas y sus propósitos de anexión e intercambio comercial unilateral como el ALCA.
Pero volvamos a USAID. Las líneas de separación entre los programas de “asistencia para el desarrollo” y de “asistencia militar” se han ido volviendo cada vez más difusas. El hecho de que ambas hayan tenido desde el principio el objetivo de evitar la expansión de las ideas revolucionarias –llámese “contención” (doctrina Johnson) o “Reversión (Reagan)-, las ha ido complementando y articulando alrededor de la concepción de la subversión.
El concepto de subversión desde la perspectiva de los teóricos estadounidenses implica la puesta en marcha de medidas y mecanismos “no militares” para la consecución de “objetivos militares”, tales como abrir letrinas, construir puentes, prestar servicios odontológicos y de salud en general y desarrollar otros programas sociales. ¿Qué de subversivo pueden tener esas acciones? En la realidad aparente nada, pero como señalara bien el General Summers se trata de “conquistar el corazón y la mente de las gentes” para dejar sin base social a las fuerzas anti-sistémicas. Más claro agua.
Entonces, entre los programas sociales y las asistencias militares está el espacio, generalmente invisible, para el posicionamiento discursivo de ideas anti-revolucionarias y para la puesta en marcha de mecanismos de recolección primaria de información con fines de inteligencia. Ambas se llevan adelante por USAID desde su fundación.
¿Más elementos para probar la relación entre los programas de asistencia económico-social y los programas militares? Veamos dos ejemplos contundentes:
El primero se remonta al gobierno de George Bush (hijo). La entonces secretaria de Estado, Condoleezza Rice, impulsó la convergencia estratégica de todos los programas desarrollados por los Estados Unidos en el mundo a través de la creación de una Oficina de Recursos de Ayuda Exterior (Foreing Assistance Office) y –esto es lo más importante- del impulso del concepto la Diplomacia Transformacional.
La Transformacional Diplomacy es el desarrollo de “programas combinados” entre el Departamento de Estado y el Departamento de Defensa de los Estados Unidos, con el objetivo de reducir costos, pero sobre todo de defender la “seguridad interna” del país del norte. “El desarrollo es ahora tan esencial para la seguridad nacional como lo son la diplomacia y la defensa”, aseveró en 2002 la entonces asesora en temas de seguridad nacional Condoleezza Rice, quien los llevaría hasta el máximo nivel en su condición de Secretaria de Estado (2005-2009).
Segundo, el ingreso de los demócratas a la administración de la Casa Blanca no ha cambiado la creciente “militarización” de los programas de asistencia económico-social impulsados por USAID. Todo lo contrario, la orientación a desarrollar “programas combinados” se ha consolidado en los dos periodos de la administración del presidente Barak Obama.
En 2010, el presidente estadounidense alentó la transformación del organismo que lleva adelante la “Ayuda Oficial al Desarrollo” por la vía de la incorporación del general Jeam Smith –un estratega militar que estuvo muchos años en la dirección de la OTAN- en el Consejo de Seguridad para atender los programas de asistencia social que lleva adelante USAID.
Los antecedentes de esa reestructuración donde se afianza lo militar está en la influyente revista “Foreign Affairs” (Asuntos exteriores), de su edición de noviembre-diciembre de 2008, donde se publica un artículo de ex directores de la agencia de desarrollo estadounidense.
En el artículo titulado “Arrested Development”, los ex directores J. Brian Atwood, M. Meter McPeherson y Andrew Natsios, recomendaban: la creación de un puesto de asistencia en el Consejo de Seguridad Nacional y la constitución de un departamento independiente para la asistencia de “ayuda al exterior” que no se subordine ni al departamento de Estado ni a ninguna institución.
El 1 de abril de 2010, en el subcomité del Senado para las Relaciones Exteriores, Asistencia Exterior, Relaciones Económicas y Protección Ambiental Internacional, presidido por el senador y especialista en subversión contra Cuba, Robert Menéndez, se expusieron algunas propuestas de cuál debe ser el rol y perspectiva de la USAID.
Las más importantes intervenciones de personajes como Stevent Rodelet del “Center for Global Development, Andrew Natsios de “The Walsh School of Foreign Service” y Carol Lancaster de “George Town University” coincidieron con las recomendaciones de los ex directores de USAID.
La constitución de un nuevo departamento para reunir y consolidar en su estructura todos los programas de “ayuda al exterior” que manejan otras agencias y departamentos estadounidenses, así como la creación de un puesto para esa instancia dentro del Consejo Nacional de Seguridad se presenta como una señal, objetiva y contundente, del predominio del concepto de seguridad interna de los Estados Unidos en la reingeniería de lo que se quiere impulsar. Esto implica, en buenas cuentas, que es poco probable que USAID haya abandonado lo que al parecer es uno de los fundamentos de su existencia: las prácticas de espionaje en apoyo a la CIA, y la colaboración a los partidos, periodistas y analistas claramente opuestos a los procesos de transformación social en América Latina.
Pero la subordinación de la USAID a un estratega de la OTAN es apenas un aspecto de la creciente “militarización” de la logística para la distribución de la asistencia. Pero no es el único detalle de los últimos años. Hay otro, la designación como Director Adjunto de Marx Feierstein, un experto en temas de desinformación y estrategias políticas anti-izquierdistas.
Feierstein está vinculado a Greenberg Quinlan Rosner, una firma estadounidense que asesoró a Gonzalo Sánchez de Lozada para las elecciones de 2002 y que ha estado bastante presente en las elecciones de Venezuela y Nicaragua con su asistencia a las fuerzas políticas y los candidatos de derecha que se ponen a las revoluciones bolivariana y sandinista. Es más, en la década de los 80, operó con la NED para desestabilizar al gobierno nicaragüense de Daniel Ortega.
En 2002, el estratega estadounidense, con la directa intervención del presidente Bush, le recomendó al político neoliberal boliviano –hoy protegido por EEUU tras su huida en 2003- de “convencer al público que Bolivia se iba a sumergir en el caos si no se lo elegía presidente”.
Bajo el asesoramiento del estratega de imagen y asesoramiento en técnicas de desinformación –que presuntamente está o estuvo involucrado con un viejo aspirante a la presidencia en Bolivia- desde principios del siglo XXI se ha creado la Oficina para las Iniciativas hacia una Transición (OTI) en Venezuela, Ecuador, Nicaragua y Bolivia con cerca de 10 millones de dólares por cada uno de esos países. El objetivo, desarrollar acciones de subversión contra los gobiernos de Chávez (ahora Maduro), Correa, Ortega y Evo Morales.
Ahora bien, la agencia estadounidense para el desarrollo, según ha denunciado varias veces con elementos probatorios la destacada investigadora Eva Golinger, opera directamente o a través de la National Endowment for Democracy (NED), el IRI y el NDI, entre otras instituciones.
Tanto los programas bilaterales como los unilaterales (que son los más) también se llevan adelante “condicionadamente” mediante las llamadas “contratistas” como la Development Alternatives Inc (DAI), una corporación estadounidense que brinda asistencia técnica a muchos instancias de los Estados latinoamericanos en temas de gestión. La DAI, como ha quedado demostrado con la detención de Alan Gross en Cuba en 2009, es una de las fachadas que utiliza la CIA para llevar adelante sus operaciones secretas.
Otra de las “contratistas” de la USAID es Chemonics, una ONG estadounidense especializada en asistencia técnica y social a los estados del mundo. En Bolivia ha sido la encargada de organizar el componente Democracia a través del FIDEM (Fortalecimiento de instituciones democráticas) dirigido por un ex alto funcionario del gobierno de Jorge Quiroga.
Ahora, si bien la idea de este artículo es demostrar que en la vida de USAID hay una historia de injerencia y subversión de los Estados Unidos, dos hechos demuestran con contundencia el accionar desestabilizador y el carácter combinado de los programas que se llevan adelante esa agencia de desarrollo estadounidense en Bolivia.
Primero, la materialización en 2007 de un convenio entre el prefecto de Pando, Leopoldo Fernández, y la USAID para llevar adelante “programas sociales” en Bolpedra, Cobija y El Porvenir. El apoyo logístico estuvo a cargo del Comando Sur y la cobertura institucional de la Iniciativa de Conservación de la Cuenca Amazónica (ABCI por sus siglas en inglés).
Segundo, la activa participación de la agencia estadounidense vía Wildlife Conservation Society (Sociedad de Conservación de la Vida Silvestre) en la disputa violenta entre los pobladores de Caranavi y Palos Blancos por el lugar de instalación de una planta procesadora de frutas en enero de 2010, a pocos días de que Evo Morales asumiera su primer mandato dentro del Estado Plurinacional.
En síntesis, no parece exagerado coincidir con quienes han denominado a USAID como la agencia estadounidense para la subversión.

Hugo Moldiz Mercado

Aniversario de la fundación del Estado de Israel. 65 años de genocidio y opresión




A 65 años de la fundación del Estado de Israel y su contrapartida en la Nakba palestina, la realidad demuestra que en nuestra época las demandas democráticas de los pueblos oprimidos, como el derecho a la autodeterminación nacional, son irresolubles en los marcos del capitalismo. Las consecuencias trágicas de la creación del Estado judío persisten en más de 5 millones de palestinos que viven en campos de refugiados sin derecho de retorno a sus tierras originarias, 1,6 millones concentrados en la Franja de Gaza, un gueto a cielo abierto bloqueado por aire, mar y tierra desde 2007. Otros 2,5 millones en Cisjordania que sufren la hostilidad de 500.000 colonos judíos armados hasta los dientes, en tanto 2 millones de “árabes israelíes” residentes en el estado judío son discriminados como ciudadanos de segunda categoría. Según los organismos de DD.HH. hay 4.804 presos palestinos, de los cuales 270 son pibes menores de 15 años y 21 son diputados electos de Fatah y Hamas. Desde 1967 más de 1 millón de palestinos dejaron su huella en las mazmorras israelíes.

Limpieza étnica

En 1898, Teodoro Herzl, el fundador del sionismo, señalaba en su libro El Estado judío que Palestina era “una tierra sin pueblo” destinada a “un pueblo sin tierra”, el leit motiv que alentaba la colonización judía en Medio Oriente. Pero esa región estaba habitada hacía siglos por una rica sociedad multiétnica, predominantemente árabe, que convivía pacíficamente con una minoría turcomana, armenia, griega, drusa, beduina, circasiana y judía. Después de la Primera Guerra Mundial, y tras el ocaso del Imperio Otomano, Inglaterra ocupó su lugar (repartiendo Medio Oriente con Francia en el acuerdo de Sykes-Picott) e instauró un régimen de protectorado con un ejército de 10.000 hombres para mantener a raya a los movimientos nacionalistas árabes. Con esa finalidad dio su visto bueno a la emigración de judíos ashkenazis que pusieron en pie las primeras colonias sionistas. En la huelga general de 1930 el ejército británico armó a los movimientos sionistas para reprimir las movilizaciones radicalizadas del movimiento nacional palestino. Fue un salto cualitativo para constituir la Haganá, la principal milicia terrorista que desde 1920 azotaba a los campesinos palestinos para apropiarse de sus tierras. Curiosamente, sus dos desprendimientos revelan el reverso más siniestro del sionismo. El Irgún fue la milicia creada por el influjo de Vladimir Jabotinsky, el “primer ciudadano fascista” reconocido por el mismo Mussolini, a pesar de las leyes raciales. El Leji, más conocida como la banda de Abraham Stern, se destacaba porque reclamaba “una alianza con los nazis para terminar con el imperialismo británico”. Evidentemente, todo el empeño de los sionistas era la “desarabización” de Palestina, dando la espalda a los judíos perseguidos por la bestia nazi. Por eso la llamada “Shoa” constituye una apropiación ilegítima del genocidio judío, usurpando la memoria de 6 millones de judíos asesinados.
Irónicamente, a fines de 1947 EE.UU. e Inglaterra, los mismos que se negaron a abrir sus fronteras a los judíos que buscaban refugio, junto a la burocracia stalinista de la URSS, llamaron a la partición de Palestina, otorgando el 52% del territorio a los judíos que formaban menos del 30% de la población. Las masas palestinas rechazaron masivamente el ultimatum. Pero la tensión terminó de romper los lazos de solidaridad entre árabes y judíos, y en mayo de 1948 abrió paso a las milicias sionistas con el Plan Dalet, un plan de limpieza étnica que arrasó 531 aldeas y 11 barrios urbanos, expulsando cerca de 1 millón de palestinos al exilio y confiscando todos sus bienes. Así, el genocidio palestino fue la base sobre la cual se edificó el Estado de Israel, un estado racista y colonialista desde su propia génesis, en expansión permanente y que hoy ocupa el 80% de la Palestina histórica.

La continuidad de 1948

En 1967, tras la Guerra de los Seis Días, la colonización pegó un nuevo salto. Las tropas israelíes ocuparon Jerusalén oriental, Cisjordania, Gaza, los Altos del Golán y la península del Sinaí (más tarde devuelta a Egipto a partir de los acuerdos de paz de Camp David). EE.UU. financió la colonización de Cisjordania enriqueciendo a la burguesía ashkenazí a partir de la explotación de la mano de obra barata palestina, desprovista de todo tipo de derechos.
Al no lograr doblegar la resistencia palestina, en 1993 EE.UU., el Estado de Israel y Yasser Arafat, líder histórico de Fatah y la OLP, promovieron los Acuerdos de Oslo, a partir de la propuesta de dos estados, un fraude que negaba las demandas democráticas más sentidas, como el derecho de retorno de los refugiados y el establecimiento de la ciudad capital en Jerusalén oriental. La cooptación de Fatah sobre la creación de la Autoridad Palestina, dio lugar al desarrollo de Hamas, el partido islámico que apareció en escena en 1987 durante la primera Intifada, financiado por el Estado de Israel para licuar el nacionalismo laico de Fatah, aunque más tarde enfrentó el colaboracionismo de la Autoridad Palestina ante el evidente fracaso de Oslo. Hoy Hamas administra los destinos de Gaza bajo el padrinazgo de las petromonarquías de Qatar y Arabia Saudita y la Hermandad Musulmana de Egipto, haciendo silencio sobre el reciente ataque israelí a Siria.
Los nuevos vientos de la Primavera Arabe y el creciente desprestigio del Estado sionista tras su derrota en la guerra de Líbano de 2006 abren una nueva situación para la lucha del pueblo palestino y sus reclamos históricos.
Responsable de 6 guerras regionales, cientos de operativos militares y miles de asesinatos selectivos, el Estado de Israel corrobora que es un estado gendarme en guerra permanente con los pueblos árabes, en función de los intereses del imperialismo y las burguesía árabes reaccionarias. Su vigencia es incompatible con el derecho de autodeterminación del pueblo palestino y las legítimas aspiraciones de paz entre árabes y judíos.

Miguel Raider

Asamblea de Movimientos Sociales del ALBA




El foro inició este jueves con más de 150 delegados de todos los países de América Latina y el Caribe. Durante cinco días los representantes de más de 22 países debaten sobre los desafíos de la integración continental y los movimientos sociales populares.

18 marcha del silencio




Una multitud volvió a marchar por 18 de Julio en reclamo el esclarecimiento de las desapariciones y delitos de la dictadura.
Este año la consigna fue "en mi país no hay Justicia, ¿quiénes son los responsables?".

Sobre el Estado.




Camaradas, el tema de la charla de hoy, de acuerdo con el plan trazado por ustedes que me ha sido comunicado, es el Estado. Ignoro hasta qué punto están ustedes al tanto de este tema. Si no me equivoco, sus cursos acaban de iniciarse, y por primera vez abordarán sistemáticamente este tema. De ser así, puede muy bien ocurrir que en la primera conferencia sobre este tema tan difícil yo no consiga que mi exposición sea suficientemente clara y comprensible para muchos de mis oyentes. En tal caso, les ruego que no se preocupen, porque el problema del Estado es uno de los más complicados y difíciles, tal vez aquel en el que más confusión sembraron los eruditos, escritores y filósofos burgueses. No cabe esperar, por lo tanto, que se pueda llegar a una comprensión profunda del tema con una breve charla, en una sola sesión. Después de la primera charla sobre este tema, deberán tomar nota de los pasajes que no hayan entendido o que no les resulten claros, para volver sobre ellos dos, tres y cuatro veces, a fin de que más tarde se pueda completar y aclarar lo que no hayan entendido, tanto mediante la lectura como mediante diversas charlas y conferencias. Espero que podremos volver a reunirnos y que podremos entonces intercambiar opiniones sobre todos los puntos complementarios y ver qué es lo que ha quedado más oscuro. Espero tambien, que ademas de las charlas y conferencias dedicarán algún tiempo a leer, por lo menos, algunas de las obras más importantes de Marx y Engels. No cabe duda de que estas obras, las más importantes, han de encontrarse en la lista de libros recomendados y en los manuales que están disponibles en la biblioteca de ustedes para los estudiantes, de la escuela del Soviet y del partido; y aunque, una vez más, algunos de ustedes se sientan al principio, desanimados por la dificultad de la exposición, vuelvo a advertirles que no deben preocuparse por ello; lo que no resulta claro a la primera lectura, será claro a la segunda lectura, o cuando posteriormente enfoquen el problema desde otro ángulo algo diferente. Porque, lo repito una vez más, el problema es tan complejo y ha sido tan embrollado por los eruditos y escritores burgueses, que quien desee estudiarlo seriamente y llegar a dominarlo por cuenta propia, debe abordarlo varias veces, volver sobre él una y otra vez y considerarlo desde varios angulos, para poder llegar a una comprensión clara y definida de él. Porque es un problema tan fundamental, tan básico en toda política y porque, no sólo en tiempos tan turbulentos y revolucionarios como los que vivimos, sino incluso en los más pacíficos, se encontrarán con él todos los días en cualquier periódico, a propósito de cualquier asunto económico o político, será tanto más fácil volver sobre él. Todos los días, por uno u otro motivo, volverán ustedes a la pregunta: ¿que es el Estado, cuál es su naturaleza, cuál es su significación y cuál es la actitud de nuestro partido, el partido que lucha por el derrocamiento del capitalismo, el partido comunista, cuál es su actitud hacia el Estado? Y lo más importante es que, como resultado de las lecturas que realicen, como resultado de las charlas y conferencias que escuchen sobre el Estado, adquirirán la capacidad de enfocar este problema por sí mismos, ya que se enfrentarán con él en los más diversos motivos, en relación con las cuestiones más triviales, en los contextos más inesperados, y en discusiones y debates con adversarios. Y sólo cuando aprendan a orientarse por sí mismos en este problema sólo entonces podrán considerarse lo bastante firmes en sus convicciones y capaces para defenderlas con éxito contra cualquiera y en cualquier momento.
Luego de estas breves consideraciones, pasaré a tratar el problema en sí: qué es el Estado, cómo surgió y fundamentalmente, cuál debe ser la actitud hacia el Estado del partido de la clase obrera, que lucha por el total derrocamiento del capitalismo, el partido de los comunistas.
Ya he dicho que difícilmente se encontrará otro problema en que deliberada e inconcientemente, hayan sembrado tanta confusion los representantes de la ciencia, la filosofía, la jurisprudencia, la economiá política y el periodismo burgueses como en el problema del Estado. Todavía hoy es confundido muy a menudo con problemas religiosos; no sólo por los representantes de doctrinas religiosas (es completamente natural esperarlo de ellos), sino incluso personas que se consideran libres de prejuicios religiosos confunden muy a menudo la cuestión especifica del Estado con problemas religiosos y tratan de elaborar una doctrina -- con frecuencia muy compleja, con un enfoque y una argumentación ideológicos y filosóficos -- que pretende que el Estado es algo divino, algo sobrenatural, cierta fuerza, en virtud de la cual ha vivido la humanidad, que confiere, o puede conferir a los hombres, o que contiene en sí algo que no es propio del hombre, sino que le es dado de fuera: una fuerza de origen divino. Y hay que decir que esta doctrina está tan estrechamente vinculada a los intereses de las clases explotadoras -- de los terratenientes y los capitalistas --, sirve tan bien sus intereses, impregnó tan profundamente todas las costumbres, las concepciones, la ciencia de los señores representantes de la burguesía, que se encontrarán ustedes con vestigios de ella a cada paso, incluso en la concepción del Estado que tienen los mencheviques y eseristas, quienes rechazan indignados la idea de que se hallan bajo el influjo de prejuicios religiosos y están convencidos de que pueden considerar el Estado con serenidad. Este problema ha sido tan embrollado y complicado porque afecta más que cualquier otro (cediendo lugar a este respecto solo a los fundamentos de la ciencia económica) los intereses de las clases dominantes. La teoría del Estado sirve para justificar los privilegios sociales, la existencia de la explotación, la existencia del capitalismo, razón por la cual sería el mayor de los errores esperar imparcialidad en este problema, abordarlo en la creencia de que quienes pretenden ser cientificos puedan brindarles a ustedes una concepción puramente cientifica del asunto. Cuando se hayan familiarizado con el problema del Estado, con la doctrina del Estado y con la teoría del Estado, y lo hayan profundizado suficientemente, descubrirán siempre la lucha entre clases diferentes, una lucha que se refleja o se expresa en un conflicto entre concepciones sobre el Estado, en la apreciación del papel y de la significación del Estado.
Para abordar este problema del modo más cientifico, hay que echar, por lo menos, una rápida mirada a la historia del Estado, a su surgimiento y evolución. Lo más seguro, cuando se trata de un problema de ciencia social, y lo más necesario para adquirir realmente el hábito de enfocar este problema en forma correcta, sin perdernos en un cumulo de detalles o en la inmensa variedad de opiniones contradictorias; lo más importante para abordar el problema cientificamente, es no olvidar el nexo histórico fundamental, analizar cada problema desde el punto de vista de cómo surgió en la historia el fenómeno dado y cuáles fueron las principales etapas de su desarrollo y, desde el punto de vista de su desarrollo, examinar en qué se ha convertido hoy.
Espero que al estudiar este problema del Estado se familia rizarán con la obra de Engels El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado. Se trata de una de las obras fundamentales del socialismo moderno, cada una de cuyas frases puede aceptarse con plena confianza, en la seguridad de que no ha sido escrita al azar, sino que se basa en una abundante documentación histórica y política. Sin duda, no todas las partes de esta obra están expuestas en forma igualmente accesible y comprensible; algunas de ellas suponen un lector que ya posea ciertos conocimientos de historia y de economía. Pero vuelvo a repetirles que no deben preocuparse si al leer esta obra no la entienden inmediatamente. Esto le sucede a casi todo el mundo. Pero releyéndola más tarde, cuando estén interesados en el problema, lograrán entenderla en su mayor parte, si no en su totalidad. Cito este libro de Engels porque en el se hace un enfoque correcto del problema en el sentido mencionado. Comienza con un esbozo histórico de los orígenes del Estado.
Para tratar debidamente este problema, lo mismo que cualquier otro -- por ejemplo el de los orígenes del capitalismo, la explotación del hombre por el hombre, el del socialismo, cómo surgió el socialismo, qué condiciones lo engendraron --, cualquiera de estos problemas sólo puede ser enfocado con seguridad y confianza si se echa una mirada a la historia de su desarrollo en conjunto. En relación con este problema hay que tener presente, ante todo, que no siempre existió el Estado. Hubo un tiempo en que no había Estado. Este aparece en el lugar y momento en que surge la división de la sociedad en clases, cuando aparecen los explotadores y los explotados.
Antes de que surgiera la primera forma de explotación del hombre por el hombre, la primera forma de la división en clases -- propietarios de esdavos y esclavos --, existiá la familia patriarcal o, como a veces se la llama, la familia del clan (clan: gens; en ese entonces vivían juntas las personas de un mismo linaje u origen). En la vida de muchos pueblos primitivos subsisten huellas muy definidas de aquellos tiempos primitivos, y si se toma cualquier obra sobre la cultura primitiva, se tropezará con descripciones, indicaciones y reminiscencias más o menos precisas del hecho de que hubo una época más o menos similar a un comunismo primitivo, en la que aún no existiá la división de la sociedad en esclavistas y esclavos. En esa época no existiá el Estado, no había ningón aparato especial para el empleo sistemático de la fuerza y el sometimiento del pueblo por la fuerza. Ese aparato es lo que se llama Estado.
En la sociedad primitiva, cuando la gente vivía en pequeños grupos familiares y aún se hallaba en las etapas más bajas del desarrollo, en condiciones cercanas al salvajismo -- época separada por varios miles de años de la moderna sociedad humana civilizada --, no se observan aún indicios de la existencia del Estado. Nos encontramos con el predominio de la costumbre, la autoridad, el respeto, el poder de que gozaban los ancianos del clan; nos encontramos con que a veces este poder era reconocido a las mujeres -- la posición de las mujeres, entonces, no se parecía a la de opresión y falta de dere chos de las mujeres de hoy --, pero en ninguna parte encontramos una categoría especial de individuos diferenciados que gobiernen a los otros y que, en aras y con el fin de gobernar, dispongan sistemática y permanentemente de cierto aparato de coerción, de un aparato de violencia, tal como el que representan actualmente, como todos saben, los grupos especiales de hombres armados, las cárceles y demás medios para someter por la fuerza la voluntad de otros, todo lo que constituye la esencia del Estado.
Si dejamos de lado las llamadas doctrinas religiosas, las sutilezas, los argumentos filosóficos y las diversas opiniones erigidas por los eruditos burgueses, y procuramos llegar a la verdadera esencia del asunto, veremos que el Estado es en realidad un aparato de gobierno, separado de la sociedad humana. Cuando aparece un grupo especial de hombres de esta clase, dedicados exclusivamente a gobernar y que para gobernar necesitan de un aparato especial de coerción para someter la voluntad de otros por la fuerza -- cárceles, grupos especiales de hombres, ejércitos, etc. --, es cuando aparece el Estado.
Pero hubo un tiempo en que no existiá el Estado, en que los vínculos generales, la sociedad misma, la disciplina y organización del trabajo se mantenian por la fuerza de la costumbre y la tradición, por la autoridad y el respeto de que gozaban los ancianos del clan o las mujeres -- quienes en aquellos tiempos, no sólo gozaban de una posición social igual a la de los hombres, sino que, no pocas veces, gozaban incluso de una posición social superior --, y en que no había una categoría especial de personas que se especializaban en gobernar. La historia demuestra que el Estado, como aparato especial para la coerción de los hombres, surge solamente donde y cuando aparece la división de la sociedad en clases, o sea, la división en grupos de personas, algunas de las cuales se apropian permanentemente del trabajo ajeno, donde unos explotan a otros.
Y esta división de la sociedad en clases, a través de la historia, es lo que debemos tener siempre presente con toda claridad, como un hecho fundamental. El desarrollo de todas las sociedades humanas a lo largo de miles de años, en todos los países sin excepción, nos revela una sujeción general a leyes, una regularidad y consecuencia; de modo que tenemos, primero, una sociedad sin clases, la sociedad originaria, patriarcal, primitiva, en la que no existían aristócratas; luego una sociedad basada en la esclavitud, una sociedad esclavista. Toda la Europa moderna y civilizada pasó por esa etapa: la esclavitud reinó soberana hace dos mil años. Por esa etapa pasó también la gran mayoría de los pueblos de otros lugares del mundo. Todavía hoy se conservan rastros de la esclavitud entre los pueblos menos desarrollados; en Africa, por ejemplo, persiste todavía en la actualidad la institucion de la esclavitud. La división en propietarios de esclavos y esclavos fue la primera división de clases importante. El primer grupo no sólo poseía todos los medios de producción -- la tierra y las herramientas, por muy primitivas que fueran en aquellos tiempos --, sino que poseía también los hombres. Este grupo era conocido como el de los propietarios de esclavos, mientras que los que trabajaban y suministraban trabajo a otros eran conocidos como esclavos.
Esta forma fue seguida en la historia por otra: el feudalismo. En la gran mayoría de los países, la esclavitud, en el curso de su desarrollo, evolucionó hacia la servidumbre. La división fundamental de la sociedad era: los terratenientes propietarios de siervos, y los campesinos siervos. Cambió la forma de las relaciones entre los hombres. Los poseedores de esclavos con sideraban a los esclavos como su propiedad; la ley confirmaba este concepto y consideraba al esclavo como un objeto que pertenecía íntegramente al propietario de esclavos. Por lo que se refiere al campesino siervo, subsistía la opresión de clase y la dependencia, pero no se consideraba que los campesinos fueran un objeto de propiedad del terrateniente propietario de siervos; éste sólo teniía derecho a apropiarse de su trabajo, a obligarlos a ejecutar ciertos servicios. En la practica, como todos ustedes saben, la servidumbre, sobre todo en Rusia, donde subsistío durante más tiempo y revistío las formas más brutales, no se diferenciaba en nada de la esclavitud.
Más tarde, con el desarrollo del comercio, la aparición del mercado mundial y el desarrollo de la circulación monetaria, dentro de la sociedad feudal surgió una nueva clase, la clase capitalista. De la mercancía, el intercambio de mercancías y la aparición del poder del dinero, surgió el poder del capital. Durante el siglo XVIII, o mejor dicho desde fines del siglo XVIII y durante el siglo XIX, estallaron revoluciones en todo el mundo. El feudalismo fue abolido en todos los países de Europa Occidental. Rusia fue el último país donde ocurrió esto. En 1861 se produjo también en Rusia un cambio radical; como consecuencia de ello, una forma de sociedad fue remplazada por otra: el feudalismo fue remplazado por el capitalismo, bajo el cual siguió existiendo la división en clases, así como diversas huellas y supervivencias del régimen de ser vidumbre, pero fundamentalmente la división en clases asumió una forma diferente.
Los dueños del capital, los dueños de la tierra y los dueños de las fábricas constituían y siguen constituyendo, en todos los países capitalistas, una insignificante minoria de la población, que gobierna totalmente el trabajo de todo el pueblo, y, por consiguiente, gobierna, oprime y explota a toda la masa de trabajadores, la mayoría de los cuales son proletarios, trabajadores asalariados, que se ganan la vida en el proceso de producción, sólo vendiendo su mano de obra, su fuerza de trabajo. Con el paso al capitalismo, los campesinos, que habían sido divididos y oprimidos bajo el feudalismo, se convirtieron, en parte (la mayoría) en proletarios, y en parte (la minoría) en campesinos ricos, quienes a su vez contrataron trabajadores y constituyeron la burguesia rural.
Este hecho fundamental -- el paso de la sociedad, de las formas primitivas de esclavitud al feudalismo, y por último al capitalismo -- es el que deben ustedes tener siempre presente, ya que sólo recordando este hecho fundamental, encuadrando todas las doctrinas políticas en este marco fundamental, estarán en condiciones de valorar debidamente esas doctrinas y comprender qué se proponen. Pues cada uno de estos grandes periodos de la historia de la humanidad -- el esclavista, el feudal y el capitalista -- abarca decenas y centenares de siglos, y presenta una cantidad tal de formas políticas, una variedad tal de doctrinas políticas, opiniones y revoluciones, que sólo podremos llegar a comprender esta enorme diversidad y esta inmensa variedad -- especialmente en relación con las doctrinas políticas, filosóficas y otras de los eruditos y políticos burgueses --, si sabemos aferrarnos firmemente, como a un hilo orientador fundamental, a esta división de la sociedad en clases, a esos cambios de las formas de la dominación de clases, y si analizamos, desde este punto de vista, todos los problemas sociales -- económicos, políticos, espirituales, religiosos, etc.
Si ustedes consideran el Estado desde el punto de vista de esta división fundamental, verán que antes de la división de la sociedad en clases, como ya lo he dicho, no existía ningún Estado. Pero cuando surge y se afianza la división de la sociedad en clases, cuando surge la sociedad de clases, también surge y se afianza el Estado. La historia de la humanidad conoce decenas y cientos de paises que han pasado o están pasando en la actualidad por la esclavitud, el feudalismo y el capitalismo. En cada uno de ellos, pese a los enormes cambios históricos que han tenido lugar, pese a todas las vicisitudes políticas y a todas las revoluciones relacionadas con este desarrollo de la humanidad y con la transición de la esclavitud al capitalismo, pasando por el feudalismo, y hasta llegar a la actual lucha mundial contra el capitalismo, ustedes percibirán siempre el surgimiento del Estado. Este ha sido siempre determinado aparato al margen de la sociedad y consistente en un grupo de personas dedicadas exclusiva o casi exclusivamente o principalmente a gobernar. Los hombres se dividen en gobernados y en especialistas en gobernar, que se colocan por encima de la sociedad y son llamados gobernantes, representantes del Estado. Este aparato, este grupo de personas que gobiernan a otros, se apodera siempre de ciertos medios de coerción, de violencia física, ya sea que esta violencia sobre los hombres se exprese en la maza primitiva o en tipos más perfeccionados de armas, en la época de la esclavitud, o en las armas de fuego inventadas en la Edad Media o, por último, en las armas modernas, que en el siglo XX son verdaderas maravillas de la técnica y se basan íntegramente en los últimos lo gros de la tecnología moderna. Los métodos de violencia cambiaron, pero dondequiera existió un Estado, existió en cada sociedad, un grupo de personas que gobernaban, mandaban, dominaban, y que, para conservar su poder, disponían de un aparato de coerción física, de un aparato de violencia, con las armas que correspondían al nivel técnico de la época dada. Y sólo examinando estos fenómenos generales, preguntándonos por qué no existió ningún Estado cuando no había clases, cuando no había explotadores y explotados, y por que apareció cuando aparecieron las clases; sólo así encontraremos una respuesta definida a la pregunta de cuál es la esencia y la significación del Estado.
El Estado es una máquina para mantener la dominación de una clase sobre otra. Cuando no existían clases en la sociedad, cuando, antes de la época de la esclavitud, los hombres trabajaban en condiciones primitivas de mayor igualdad, en condiciones en que la productividad del trabajo era todavía muy baja y cuando el hombre primitivo apenas podía conseguir con dificultad los medios indispensables para la existencia más tosca y primitiva, entonces no surgió, ni podía surgir, un grupo especial de hombres separados especialmente para gobernar y dominar al resto de la sociedad. Sólo cuando apareció la primera forma de la división de la sociedad en clases, cuando apareció la esclavitud, cuando una clase determinada de hombres, al concentrarse en las formas más rudimentarias del trabajo agrícola, pudo producir cierto excedente, y cuando este excedente no resultó absolutamente necesario para la más mísera existencia del esclavo y pasó a manos del propietario de esclavos, cuando de este modo quedó asegurada la existencia de la clase de los propietarios de esclavos, entonces, para que ésta pudiera afianzarse era necesario que apareciera un Estado.
Y apareció el Estado esclavista, un aparato que dio poder a los propietarios de esclavos y les permitió gobernar a los esclavos. La sociedad y el Estado eran entonces mucho más reducidos que en la actualidad, poseían medios de comunicación incomparablemente más rudimentarios; no existían entonces los modernos medios de comunicación. Las montañas, los ríos y los mares eran obstáculos incomparablemente mayores que hoy, y el Estado se formó dentro de límites geográficos mucho más estrechos. Un aparato estatal técnicamente débil servía a un Estado confinado dentro de límites relativamente estrechos y con una esfera de acción limitada. Pero, de cualquier modo, existía un aparato que obligaba a los esclavos a permanecer en la esclavitud, que mantenía a una parte de la sociedad sojuzgada y oprimida por la otra. Es imposible obligar a la mayor parte de la sociedad a trabajar en forma sistemática para la otra parte de la sociedad sin un aparato permanente de coerción. Mientras no existieron clases, no hubo un aparato de este tipo. Cuando aparecieron las clases, siempre y en todas partes, a medida que la división crecía y se consolidaba, aparecía también una institución especial: el Estado. Las formas de Estado eran en extremo variadas. Ya durante el período de la esclavitud encontramos diversas formas de Estado en los países más adelantados, más cultos y civilizados de la época, por ejemplo en la antigua Grecia y en la antigua Roma, que se basaban integramente en la esclavitud. Ya había surgido en aquel tiempo una diferencia entre monarquía y república, entre aristocracia y democracia. La monarquía es el poder de una sola persona, la república es la ausencia de autoridades no elegidas; la aristocracia es el poder de una minoría relativamente pequeña, la democracia el poder del pueblo (democracia en griego, significa literalmente poder del pueblo). Todas estas diferencias sur gieron en la época de la esclavitud. A pesar de estas diferencias, el Estado de la epoca esclavista era un Estado esclavista, ya se tratara de una monarquía o de una república, aristocrática o democrática.
En todos los cursos de historia de la antigüedad, al escuchar la conferencia sobre este tema, les hablarán de la lucha librada entre los Estados monárquicos y los republicanos. Pero el hecho fundamental es que los esclavos no eran considerados seres humanos; no sólo no se los consideraba ciudadanos, sino que ni siquiera se los consideraba seres humanos. El derecho romano los consideraba como bienes. La ley sobre el homicidio, para no mencionar otras leyes de protección de la persona, no amparaba a los esclavos. Defendia sólo a los propietarios de esclavos, los únicos que eran reconocidos como ciudadanos con plenos derechos. Lo mismo daba que gobernara una monarquía o una república: tanto una como otra eran una república de los propietarios de esclavos o una monarquia de los propietarios de esclavos. Estos gozaban de todos los derechos, mientras que los esclavos, ante la ley, eran bienes; y contra el esclavo no sólo podía perpetrarse cualquier tipo de violencia, sino que incluso matar a un esclavo no era considerado delito. Las repúblicas esclavistas diferían en su organización interna: había repúblicas aristocráticas y repúblicas democráticas. En la república aristocrática participaba en las elecciones un reducido número de privilegiados; en la republica democrática participaban todos, pero siempre todos los propietarios de esclavos, todos, menos los esclavos. Debe tenerse en cuenta este hecho fundamental, pues arroja más luz que ningún otro sobre el problema del Estado, y pone claramente de manifiesto la naturaleza del Estado.
El Estado es una máquina para que una clase reprima a otra, una máquina para el sometimiento a una clase de otras clases, subordinadas. Esta máquina puede presentar diversas formas. El Estado esclavista podía ser una monarquía, una república aristocrática e incluso una república democrática. En realidad, las formas de gobierno variaban extraordinariamente, pero su esencia era siempre la misma: los esclavos no gozaban de ningún derecho y seguian siendo una clase oprimida; no se los consideraba seres humanos. Nos encontramos con lo mismo en el Estado feudal.
El cambio en la forma de explotación trasformó el Estado esclavista en Estado feudal. Esto tuvo una enorme importancia. En la sociedad esclavista, el esclavo no gozaba de ningún derecho y no era considerado un ser humano; en la sociedad feudal, el campesino se hallaba sujeto a la tierra. El principal rasgo de la servidumbre era que a los campesinos (y en aquel tiempo los campesinos constituían la mayoría, pues la población urbana era todavía muy poco desarrollada) se los consideraba sujetos a la tierra: de ahí se deriva este concepto mismo -- la servidumbre. El campesino podía trabajar cierto número de días para si mismo en la parcela que le asignaba el señor feudal; los demás días el campesino siervo trabajaba para su señor. Subsistía la esencia de la sociedad de clases: la sociedad se basaba en la explotación de clase. Sólo los propietarios de la tierra gozaban de plenos derechos; los campesinos no tenían ningún derecho. En la práctica su situación no difería mucho de la situación de los esclavos en el Estado esclavista. Sin embargo, se había abierto un camino más amplio para su emancipación, para la emancipación de los campesinos, ya que el campesino siervo no era considerado propiedad directa del señor feudal. Podía trabajar una parte de su tiempo en su propia parcela; podía, por así decirlo, ser, hasta cierto punto, dueño de sí mismo; y al ampliarse las posibilidades de desarrollo del intercambio y de las relaciones comerciales, el sistema feudal se fue desintegrando progresivamente y se fueron ampliando progresivamente las posibilidades de emancipación del campesinado. La sociedad feudal fue siempre más compleja que la sociedad esclavista. Había un importante factor de desarrollo del comercio y la industria, cosa que, incluso en esa época, condujo al capitalismo. El feudalismo predominaba en la Edad Media. Y también aquí diferían las formas del Estado; también aquí encontramos la monarquía y la república, aunque esta última se manifestaba mucho más débilmente. Pero siempre se consideraba al señor feudal como el único gobernante. Los campesinos siervos ca recían totalmente de derechos políticos.
Ni bajo la esclavitud ni bajo el feudalismo podía una reducida minoría de personas dominar a la enorme mayoría sin recurrir a la coerción. La historia está llena de constantes intentos de las clases oprimidas por librarse de la opresión. La historia de la esclavitud nos habla de guerras de emancipación de los esclavos que duraron décadas enteras. El nombre de "espartaquistas", entre parentesis, que han adoptado ahora los comunistas alemanes -- el único partido aleman que realmente lucha contra el yugo del capitalismo --, lo adoptaron debido a que Espartaco fue el héroe más destacado de una de las más grandes sublevaciones de esclavos que tuvo lugar hace unos dos mil años. Durante varios años el Imperio romano, que parecía omnipotente y que se apoyaba por entero en la esclavitud, sufrió los golpes y sacudidas de un extenso levantamiento de esclavos, armados y agrupados en un vasto ejército, bajo la dirección de Espartaco. Al fin y al cabo fueron derrotados, capturados y torturados por los propietarios de esclavos. Guerras civiles como éstas jalonan toda la historia de la sociedad de clases. Lo que acabo de señalar es un ejemplo de la más importante de estas guerras civiles en la época de la esclavitud. Del mismo modo, toda la época del feudalismo se halla jalonada por constantes sublevaciones de los campesinos. En Alemania, por ejemplo, en la Edad Media, la lucha entre las dos clases -- terratenientes y siervos -- asumió amplias proporciones y se trasformó en una guerra civil de los campesinos contra los terratenientes. Todos ustedes conocen ejemplos similares de constantes levantamientos de los campesinos contra los terratenientes feudales en Rusia.
Para mantener su dominación y asegurar su poder, los señores feudales necesitaban de un aparato con el cual pudiesen sojuzgar a una enorme cantidad de personas y someterlas a ciertas leyes y normas; y todas esas leyes, en lo fundamental, se reducían a una sola cosa: el mantenimiento del poder de los señores feudales sobre los campesinos siervos. Tal era el Estado feudal, que en Rusia, por ejemplo, o en los países asiáticos muy atrasados (en los que aún impera el feudalismo) difería en su forma: era una república o una monarquía. Cuando el Estado era una monarquía se reconocía el poder de un individuo; cuando era una república, en uno u otro grado se reconocía la participación de representantes electos de la sociedad terrateniente; esto sucedía en la sociedad feudal. La sociedad feudal representaba una división en clases en la que la inmensa mayoría -- los campesinos siervos -- estaba totalmente sometida a una insignificante minoría, a los terratenientes, dueños de la tierra.
El desarrollo del comercio, el desarrollo del intercambio de mercancías, condujeron a la formación de una nueva clase, la de los capitalistas. El capital se conformo como tal al final de la Edad Media, cuando, después del descubrimiento de América, el comercio mundial adquirío un desarrollo enorme, cuando aumentó la cantidad de metales preciosos, cuando la plata y el oro se convirtieron en medios de cambio, cuando la circulación monetaria permitió a ciertos individuos acumular enormes riquezas. La plata y el oro fueron reconocidos como riqueza en todo el mundo. Declinó el poder económico de la clase terrateniente y creció el poder de la nueva clase, los representantes del capital. La sociedad se reorganizó de tal modo, que todos los ciudadanos parecían ser iguales, desapareció la vieja división en propietarios de esclavos y esclavos, y todos los individuos fueron considerados iguales ante la ley, independientemente del capital que poseyeran -- propietarios de tierras o pobres hombres sin más propiedad que su fuerza de trabajo, todos eran iguales ante la ley. La ley protege a todos por igual; protege la propiedad de los que la tienen, contra los ataques de las masas que, al no poseer ninguna propiedad, al no poseer más que su fuerza de trabajo, se empobrecen y arruinan poco a poco y se convierten en proletarios. Tal es la sociedad capitalista.
No puedo detenerme a analizarlo en detalle. Ya volverán ustedes a ello cuando estudien el programa del partido: tendrán entonces una descripción de la sociedad capitalista. Esta sociedad fue avanzando contra la servidumbre, contra el viejo régimen feudal, bajo la consigna de la libertad. Pero era la libertad para los propietarios. Y cuando se desintegró el feudalismo, cosa que ocurrío a fines del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX -- en Rusia ocurrió más tarde que en otros países, en 1861 --, el Estado feudal fue desplazado por el Estado capitalista, que proclama como consigna la libertad para todo el pueblo, que afirma que expresa la voluntad de todo el pueblo y niega ser un Estado de clase. Y en este punto se entabló una lucha entre los socialistas, que bregan por la libertad de todo el pueblo, y el Estado capitalista, lucha que condujo hoy a la creación de la República Socialista Soviética y que se está extendiendo al mundo entero.
Para comprender la lucha iniciada contra el capital mundial, para entender la esencia del Estado capitalista, debemos recordar que cuando ascendió el Estado capitalista contra el Estado feudal, entró en la lucha bajo la consigna de la libertad. La abolición del feudalismo significó la libertad para los representantes del Estado capitalista y sirvió a sus fines, puesto que la servidumbre se derrumbaba y los campesinos tenían la posibilidad de poseer en plena propiedad la tierra adquirida por ellos mediante un rescate o, en parte por el pago de un tributo; esto no interesaba al Estado; protegía la propiedad sin importarle su origen, pues el Estado se basaba en la propiedad privada. En todos los Estados civilizados modernos los campesinos se convirtieron en propietarios privados. Incluso cuando el terrateniente cedía parte de sus tierras a los campesinos, el Fstado protegía la propiedad privada, resarciendo al terrateniente con una indemnización, permitiéndole obtener dinero por la tierra. El Estado, por así decirlo, declaraba que ampararía totalmente la propiedad privada y le otorgaba toda clase de apoyo y protección. El Estado reconocía los derechos de propiedad de todo comerciante, fabricante e industrial. Y esta sociedad, basada en la propiedad privada, en el poder del capital, en la sujeción total de los obreros desposeidos y las masas trabajadoras del campesinado proclamaba que su régimen se basaba en la libertad. Al luchar contra el feudalismo, proclamó la libertad de propiedad y se sentía especialmente orgullosa de que el Estado hubiese dejado de ser, supuestamente, un Estado de clase.
Con todo, el Estado seguía siendo una máquina que ayudaba a los capitalistas a mantener sometidos a los campesinos pobres y a la clase obrera, aunque en su apariencia exterior fuese libre. Proclamaba el sufragio universal y, por intermedio de sus defensores, predicadores, eruditos y filosófos, que no era un Estado de clase. Incluso ahora, cuando las repúblicas socialistas soviéticas han comenzado a combatir el Estado, nos acusan de ser violadores de la libertad y de erigir un Estado basado en la coerción, en la represión de unos por otros, mientras que ellos representan un Estado de todo el pueblo, un Estado democrático. Y este problema, el problema del Estado, es ahora, cuando ha comenzado la revolución socialista mundial y cuando la revolución triunfa en algunos países, cuando la lucha contra el capital mundial se ha agudizado en extremo, un problema que ha adquirido la mayor importancia y puede decirse que se ha convertido en el problema más candente, en el foco de todos los problemas políticos y de todas las polémicas políticas del presente.
Cualquiera sea el partido que tomemos en Rusia o en cualquiera de los países más civilizados, vemos que casi todas las polémicas, discrepancias y opiniones políticas giran ahora en torno de la concepcion del Estado. ¿Es el Estado, en un país capitalista, en una república democrática -- especialmente en repúblicas como Suiza o Norteamérica --, en las repúblicas democráticas más libres, la expresión de la voluntad popular, la resultante de la decisión general del pueblo, la expresión de la voluntad nacional, etc., o el Estado es una máquina que permite a los capitalistas de esos países conservar su poder sobre la clase obrera y el campesinado? Este es el problema fundamental en torno del cual giran todas las polémicas políticas en el mundo entero. ¿Qué se dice sobre el bolchevismo? La prensa burguesa lanza denuestos contra los bolcheviques. No encontrarán un solo periódico que no repita la acusación en boga de que los bolcheviques violan la soberanía del pueblo. Si nuestros mencheviques y eseristas, en su simpleza de espiritu (y quizá no sea simpleza, o quiza sea esa simpleza de la que dice el proverbio que es peor que la ruindad) piensan que han inventado y descubierto la acusación de que los bolcheviques han violado la libertad y la soberanía del pueblo, se equivocan en la forma más ridicula. Hoy, todos los periodicos más ricos de los países más ricos, que gastan decenas de millones en su difusión y diseminan mentiras burguesas y la política imperialista en decenas de millones de ejemplares, todos esos periódicos repiten esos argumentos y acusaciones fundamentales contra el bolchevismo, a saber: que Norteamérica, Inglaterra y Suiza son Estados avanzados, basados en la soberanía del pueblo, mientras que la república bolchevique es un Estado de bandidos en el que no se conoce la libertad y que los bolcheviques son violadores de la idea de la soberanía del pueblo e incluso llegaron al extremo de disolver la Asamblea Constituyente. Estas terribles acusaciones contra los bolcheviques se repiten en todo el mundo. Estas acusaciones nos conducen directamente a la pregunta: ¿que es el Estado? Para comprender estas acusaciones, para poder estudiarlas y adoptar hacia ellas una actitud plenamente conciente, y no examinarlas basándose en rumores, sino en una firme opinión propia, debemos tener una clara idea de lo que es el Estado. Tenemos ante nosotros Estados capitalistas de todo tipo y todas las teorías que en su defensa se elaboraron antes de la guerra. Para responder correctamente a la pregunta, debemos examinar con un enfoque crítico todas estas teorías y concepciones.
Ya les he aconsejado que recurran al libro de Engels El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado. En él se dice que todo Estado en el que existe la propiedad privada de la tierra y los medios de producción, en el que domina el capital, por democrático que sea, es un Estado capitalista, una máquina en manos de los capitalistas para el sojuzgamiento de la clase obrera y los campesinos pobres. Y el sufragio universal, la Asamblea Constituyente o el Parlamento son meramente una forma, una especie de pagaré, que no cambia la esencia del asunto.
Las formas de dominación del Estado pueden variar: el capital manifiesta su poder de un modo donde existe una forma y de otro donde existe otra forma, pero el poder está siempre, esencialmente, en manos del capital, ya sea que exista o no el voto restringido u otros derechos, ya sea que se trate de una república democrática o no; en realidad, cuanto más democrática es, más burda y cinica es la dominación del capitalismo. Una de las repúblicas más democráticas del mundo es Estados Unidos de Norteamérica, y sin embargo, en ninguna parte (y quienes hayan estado allí después de 1905 probablemente lo saben) es tan crudo y tan abiertamente corrompido como en Norteamérica el poder del capital, el poder de un puñado de multimillonarios sobre toda la sociedad. El capital, una vez que existe, domina la sociedad entera, y ninguna república democrática, ningún derecho electoral pueden cambiar la esencia del asunto.
La república democrática y el sufragio universal representaron un enorme progreso comparado con el feudalismo: permitieron al proletariado lograr su actual unidad y solidaridad y formar esas filas compactas y disciplinadas que libran una lucha sistemática contra el capital. No existió nada ni siquiera parecido a esto entre los campesinos siervos y ni que hablar ya entre los esclavos. Los esclavos, como sabemos se sublevaron, se amotinaron e iniciaron guerras civiles, pero no podian llegar a crear una mayoría consciente y partidos que dirigieran la lucha; no podían comprender claramente cuáles eran sus objetivos, e incluso en los momentos más revolucionarios de la historia fueron siempre peones en manos de las clases dominantes. La república burguesa, el Parlamento, el sufragio universal, todo ello constituye un inmenso progreso desde el punto de vista del desarrollo mundial de la sociedad. La humanidad avanzó hacia el capitalismo y fue el capitalismo solamente, lo que, gracias a la cultura urbana, permitió a la clase oprimida de los proletarios adquirir conciencia de si misma y crear el movimiento obrero mundial, los millones de obreros organizados en partidos en el mundo entero; los partidos socialistas que dirigen concientemente la lucha de las masas. Sin parlamentarismo, sin un sistema electoral, habría sido imposible este desarrollo de la clase obrera. Es por ello que todas estas cosas adquirieron una importancia tan grande a los ojos de las grandes masas del pueblo. Es por ello que parece tan dificil un cambio radical. No son sólo los hipócritas concientes, los sabios y los curas quienes sostienen y defienden la mentira burguesa de que el Estado es libre y que tiene por misión defender los intereses de todos; lo mismo hacen muchisimas personas atadas sinceramente a los viejos prejuicios y que no pueden entender la transición de la sociedad antigua, capitalista, al socialismo. Y no sólo las personas que dependen directamente de la burguesia, no sólo quienes vi ven bajo el yugo del capital o sobornados por el capital (hay gran cantidad de cientificos, artistas, sacerdotes, etc., de todo tipo al servicio del capital), sino incluso personas simplemente influidas por el prejuicio de la libertad burguesa, se han movilizado contra el bolchevismo en el mundo entero, porque cuando fue fundada la República Soviética rechazó estas mentiras burguesas y declaró abiertamente: ustedes dicen que su Estado es libre, cuando en realidad, mientras exista la propiedad privada, el Estado de ustedes, aunque sea una república democrática, no es más que una máquina en manos de los capitalistas para reprimir a los obreros, y mientras más libre es el Estado, con mayor claridad se manifiesta esto. Ejemplos de ello nos los brindan Suiza en Europa, y Estados Unidos en América. En ninguna parte domina el capital en forma tan cínica e implacable y en ninguna parte su dominación es tan ostensible como en estos países, a pesar de tratarse de repúblicas democráticas, por muy bellamente que se las pin te y por mucho que en ellas se hable de democracia del trabajo y de igualdad de todos los ciudadanos. El hecho es que en Suiza y en Norteamérica domina el capital, y cualquier intento de los obreros por lograr la menor mejora efectiva de su situación, provoca inmediatamente la guerra civil. En estos países hay pocos soldados, un ejército regular pequeño -- Suiza cuenta con una milicia y todos los ciudadanos suizos tienen un fusil en su casa, mientras que en Estados Unidos, hasta hace poco, no existía un ejército regular --, de modo que cuando estalla una huelga, la burguesia se arma, contrata soldados y reprime la huelga; en ninguna parte la represión del movimiento obrero es tan cruel y feroz como en Suiza y en Estados Unidos, y en ninguna parte se manifiesta con tanta fuerza como en estos países la influencia del capital sobre el Parlamento. La fuerza del capital lo es todo, la Bolsa es todo, mientras que el Parla mento y las elecciones no son más que muñecos, marionetas. . . Pero los obreros van abriendo cada vez más los ojos y la idea del poder soviético va extendiéndose cada vez más. Sobre todo después de la sangrienta matanza por la que acabamos de pasar. La clase obrera advierte cada vez más la necesidad de luchar implacablemente contra los capitalistas.
Cualquiera sea la forma con que se encubra una república, por democrática que sea, si es una república burguesa, si conserva la propiedad privada de la tierra, de las fábricas, si el capital privado mantiene a toda la socicdad en la esclavitud asalariada, es decir, si la república no lleva a la práctica lo que se proclama en el programa de nuestro partido y en la Constitución soviética, entonces ese Estado es una máquina para que unos repriman a otros. Y debemos poner esta máquina en manos de la clase que habrá de derrocar el poder del capital. Debemos rechazar todos los viejos prejuicios acerca de que el Estado significa la igualdad universal; pues esto es un fraude: mientras exista explotación no podrá existir igualdad. El terrateniente no puede ser igual al obrero, ni el hombre hambriento igual al saciado. La máquina, llamada Estado, y ante la que los hombres se inclinaban con supersticiosa veneración, porque creian en el viejo cuento de que significa el Poder de todo el pueblo, el proletariado la rechaza y afirma: es una mentira burguesa. Nosotros hemos arrancado a los capitalistas esta máquina y nos hemos apoderado de ella. Utilizaremos esa máquina, o garrote, para liquidar toda explotación; y cuando toda posibilidad de explotación haya desaparecido del mundo, cuando ya no haya propietarios de tierras ni propietarios de fábricas, y cuando no exista ya una situación en la que unos estan saciados mientras otros padecen hambre, sólo cuando haya desaparecido por completo la posibilidad de esto, relegaremos esta máquina a la basura. Entonces no existir á Estado ni explotación. Tal es el punto de vista de nuestro partido comunista. Espero que volveremos a este tema en futuras conferencias, volveremos a él una y otra vez.

Nota
[*] La Universidad Comunista I. M. Sverdlov se fundó sobre la base de unos cursillos de agitadores e instructores, organizados en 1918, adjuntos al Comité Ejecutivo Central de toda Rusia. Más tarde los cursillos fueron reorganizados en Escuela de Trabajos de los Soviets. Después de la resolución, adoptada por el VIII Congreso del PC(b) de Rusia, de organizar una escuela superior adjunta al CC para preparar cuadros del Partido, la Escuela se transformó en Escuela Central de Trabajos de los Soviets y del Partido; en el segundo semestre de 1919 por decision del Buró de Organización del CC del PC(b) de Rusia, Ia Escuela recibió el nombre de Universidad Comunista I. M. Sverdlov.
Lenin dio en ella dos conferencias acerca del Estado. El texto de la segunda, pronunciada el 29 de agosto de 1919, no se ha conservado.

V. I. Lenin

Conferencia pronunciada en la Universidad Sverdlov*
el 11 de julio de 1919