sábado, 30 de septiembre de 2017

Víctor Jara - Somos cinco mil, su último poema




Poema escrito por Víctor Jara poco antes de ser asesinado por las hienas de Pinochet.

El escenario político pos-Sendic




Mientras en el Frente Amplio la crisis por la renuncia de Sendic va quedando en el pasado, el gobierno avanza con su proyecto de Rendición de Cuentas ajustador y continúa en la búsqueda de inversiones extranjeras.

El desenlace de la situación del ex vicepresidente Sendic, con su renuncia y posterior asunción en el cargo de Lucia Topolansky, ha permitido al Frente Amplio (al menos por ahora) sortear una crisis que amenazaba con perjudicar sus posibilidades electorales para las próximas elecciones.
Con una decisión más o menos consensuada entre todos los sectores la resolución del plenario del Frente Amplio de comienzo de mes logró finalmente superar una situación incómoda con la que oposición blanca y colorada machacaba permanentemente. Las propias encuestas luego de la salida de Sendic parecen indicar un comienzo de recuperación en la imagen del FA.
Los hechos de corrupción, algo intrínseco al funcionamiento del sistema capitalista y que como se vio con este caso atraviesan a toda la casta política, salpican ahora gobernantes del Partido Nacional. El intendente de Soriano Agustín Bascou está acusado por los ediles frenteamplistas de haber comprado productos y servicios para la Intendencia en negocios de su propiedad mientras el diputado Wilson Ezquerra puede terminar en la justicia por el accidente que ocasionó alcoholizado. Además Bascou está altamente comprometido con la liberación de cheques sin fondos por parte de su empresa.
Habrá que ver como resuelve finalmente estas situaciones el partido Nacional entre sectores que proponen tomar medidas contra los acusados y otros que miran para el costado. Se acercan las elecciones de 2019 y con ellas las disputas entre las distintas corrientes del principal partido de la oposición. Hasta ahora tanto Lacalle Pou como Verónica Alonso tuvieron la política de despegarse del intendente y cargar responsabilidades sobre su principal defensor, Jorge Larrañaga.

En el campo sigue mandando la oligarquía

La denuncia del trabajador rural de haber sido brutalmente agredido por el dueño de la estancia para la que trabajaba causó una gran conmoción a nivel nacional.
Esta crisis intenta ser capitalizada por el Frente Amplio, quien recuerda las declaraciones de Lacalle Pou contrario a la ley de 8 horas en el campo y difunde las posturas más retrogradas y conservadoras del Partido Nacional como la del integrante de la Juventud del Partido Nacional que pidió a través de Twitter mano dura y que los sindicalistas “se vayan a Venezuela”.
Sin embargo, casos como los del trabajador rural, que no son aislados y muestran la prepotencia con que se maneja la patronal, se suceden con un Frente Amplio gobernando hace tres períodos. Las muy tibias medidas que ha tomado desde el gobierno en todos estos años no han puesto freno a este tipo de situaciones y muestran los límites de la propuesta política que lleva adelante el Frente Amplio.

Una rendición de cuentas encaminada

Las idas y vueltas de los casos de corrupción, con la justa indignación que provocan, también tuvieron el efecto secundario de haber sacado de los principales titulares el tema de la Rendición de Cuentas.
Todo parece indicar que la propuesta que maneja el equipo económico del gobierno finalmente será aprobada, luego de que la cámara de senadores votara sin cambios lo acordado en la cámara de diputados.
El voto 50 lo había dado el legislador colorado Fernando Amado, que de esta manera dio un apoyo fundamental para que el proyecto del Frente Amplio pudiera ser aprobado y muestra también posibles nuevas alianzas y realineamientos políticos con que el régimen político intenta lograr estabilidad y gobernabilidad.
El proyecto de rendición de cuentas enviado por el Poder Ejecutivo continúa en la línea del ajuste que ya se viene implementando desde el año pasado (aumento de IRPF, postergación de gasto social, etc.).
Un presupuesto que no contempla las necesidades del pueblo trabajador y que destina partidas absolutamente insuficientes para salud y educación. El dinero que se le retacea a los trabajadores es el que el gobierno de Tabaré Vázquez destina a subsidiar a los capitalistas e inversores extranjeros, a la vez que se mantienen condiciones laborales con salarios absolutamente insuficientes. Por esto mismo a la par que se ajusta, se dictan decretos y leyes de carácter represivo (decreto antipiquetes, prohibición de ocupar oficinas públicas, etc.) que eventualmente se pondrán en práctica cuando sea necesario enfrentar la resistencia popular.
Por otra parte el gobierno se empeña en continuar con su política de tercerizaciones y privatizaciones, buscando afanosamente la llegada de inversiones y capital extranjero, sin importar las concesiones que deba hacer para lograr esto.
En el caso de UPM el acuerdo que se estaría alcanzando para la apertura de una nueva planta de celulosa es tan negativo para el país que hasta Andrés Masoller (director de la Asesoría Macroeconómica del Ministerio de Economía y Finanzas y en cargos de gobierno desde el 2005) presentó su renuncia alertando sobre el riesgo para la salud fiscal del país.
Aunque a corto plazo puede haber algunas mejoras en los indicadores económicos, los analistas coinciden en que se está “pateando el problema para adelante” comprometiendo el futuro del país.

Una resistencia contenida

Todos estos avances de los planes ajustadores del gobierno del Frente Amplio, que cuentan con el beneplácito de los organismos internacionales, capitalistas locales y el apoyo de la oposición de los partidos tradicionales, son posibles también por el seguidismo de la central sindical que en la práctica ha dado un cheque en blanco a la política de Astori y compañía. Más allá de alguna declaración o algún paro aislado a consecuencia de la presión de la base, no se propone organizar un verdadero plan de lucha que pueda frenar el ajuste y que se descargue el peso de la crisis sobre los trabajadores.
Sin embargo aunque los proyectos del gobierno avancen el desencanto con el Frente Amplio de aquellos que alguna vez depositaron su confianza en que se lograrían cambios radicales se va profundizando a partir de la experiencia de todos estos años.
Aunque minoritarios, y aislados por las direcciones del movimiento obrero, algunos conflictos por defender la fuente laboral y contra el cierre de empresas, como en La Spezia e impresora Polo marcan un camino.
Para derrotar los planes del gobierno hay terminar con la paz social que hoy impera y poner en marcha la fuerza organizada de los trabajadores y sectores populares, tomando el ejemplo de aquellos que en estos años resisten activamente y en las calles.
Al mismo tiempo se hace cada vez más necesario que los sectores de activistas, sindicales estudiantiles y de los movimientos sociales, comiencen a discutir la construcción de una salida de fondo. Es decir, abrir un debate acerca de que organización política es necesaria a nivel nacional e internacional para derrotar estos planes y abrir una perspectiva emancipadora superior, obrera y socialista.

Hernán Yanes

Cinco motivos para que los trabajadores apoyemos el derecho a decidir de Catalunya




El pueblo catalán lleva años movilizándose por un referéndum de autodeterminación. Qué tiene que ver esto con los trabajadores de todo el Estado español.

Aunque pueda parecer extraño a muchos trabajadores, y mucho más en estos días, hay mucho más en común entre los trabajadores de toda la península, sean de la nacionalidad que sean, que entre los trabajadores catalanes y los empresarios catalanes. Los trabajadores son explotados y oprimidos por los empresarios: ya sea con salarios miserables por debajo de los 1.000 euros o con unas condiciones laborales que se aproximan a las del S.XIX.
La intención de este escrito es tratar de poner de manifiesto que una alianza entre un trabajador extremeño y otro trabajador catalán es infinitamente más beneficiosa para los trabajadores de todo el Estado que una alianza entre un obrero y un burgués catalán. Pero, al mismo tiempo, dejar claro que para lograr la unidad, los trabajadores de todo el Estado español tenemos que defender el derecho democrático del pueblo catalán a decidir y enfrentar la represión que contra ellos desata el gobierno español.

1) Un pueblo que oprime a otro no puede ser libre.

Para todos los habitantes del Estado español es muy claro que dentro del mismo conviven diferentes nacionalidades. El Estado español es un estado plurinacional. Los trabajadores en los años 70 reconocían esta diversidad y por ello pedían “Estatut d’autonomia”. Catalunya es la comunidad autónoma que mayor delegación de competencias tiene.
El capitalismo español y los grandes empresarios catalanes pretenden que los diferentes pueblos del Estado estemos enfrentados entre sí. Es la forma que tienen de avanzar sobre nuestros derechos. ¿Cuántos comentarios contra los catalanes de dirigentes del PP hemos escuchado? y, ¿cuántas veces hemos escuchado en Catalunya comentarios degradantes de Pujol y otros dirigentes burgueses contra los trabajadores andaluces?
De la pelea entre los trabajadores y los pueblos siempre han salido beneficiados los poderosos, los Gobiernos y los empresarios. Ellos nos dividen y nos vencen. Así se beneficiaron durante años recogiendo el voto en cada lugar del Estado para beneficiar a la derecha españolista o catalana. De ello, resultaron los peores recortes sociales y pérdidas de derechos laborales en varias décadas.
Por eso, para soldar nuestra unidad contra los gobiernos, hay que profundizar el camino de las manifestaciones en solidaridad con Catalunya y contra la represión del Gobierno central. Las Marchas por la Dignidad y la Coordinadora 25-S se manifiestan este domingo en el centro de Madrid en apoyo al referéndum en Cataluña.

2) Para defender las libertades democráticas conquistadas en la lucha contra el franquismo.

La brutal ofensiva contra los catalanes está pasando por encima de derechos básicos que hemos conseguido luchando contra la dictadura franquista. Rajoy actúa como hacen los gobiernos dictatoriales: no permite el derecho de expresión cerrando múltiples páginas webs, robando carteles y octavillas, deteniendo personas que están pegando carteles, llevando un “mini” ejército de guardias civiles a Catalunya.
Estos métodos aplicados en Catalunya, se han ido preparando en todo el Estado a través de las leyes Mordaza y antiterrorista y cómo se aplicaron. La muchacha que hizo bromas por la muerte de un dictador como Carrero Blanco, el cantante de rap Strawberry por las letras de sus canciones, los titiriteros presos por una obra infantil, etc. y etc.
Estas leyes y otras iniciativas represivas fueron avaladas por el PP, el PSOE y Convergència i Unió. Por ello, la clase trabajadora y los sectores populares debemos buscar la unidad para enfrentarlos, defender los derechos democráticos, rechazar la represión que hoy se concentra contra el pueblo catalán y torcer el brazo al reaccionario Régimen del 78. Porque si esta ofensiva represiva se impone en Catalunya, el gobierno y el régimen del 78 estarán más fuertes para atacar y reprimir a la clase trabajadora en todo el Estado. Si logramos rechazar su represión, estaremos más fuertes para luchar por nuestros derechos.

3) Tenemos el mismo enemigo común: el Gobierno de Rajoy y el Régimen del 78.

Los trabajadores de todo el Estado, incluidos también los de Catalunya, claro, al igual que los sectores populares del principado, tenemos un enemigo común. El Gobierno del Estado español, que desde hace seis años está encabezado por Mariano Rajoy, promulgó una lesiva reforma laboral contra el conjunto de la clase obrera a la vez que desde hace más de 5 años niega el derecho de autodeterminación nacional.
Los años de Gobierno de Mariano Rajoy y de Rodríguez Zapatero han sido los peores años para la clase trabajadora. El paro ha llegado a un pico del 27% y llevamos ocho años de crisis y el paro no ha bajado del 19%; las fuerzas de “seguridad” junto con los jueces dictaminaron centenares de desahucios (desalojos de la vivienda) diarios. Y, ahora que “estamos” saliendo de la crisis es porque los salarios de los nuevos empleos se han reducido en más del 20% y porque la precariedad y la contratación temporal son altísimas.
Durante esos mismos años fue que primero se cargaron el Estatut de Catalunya. Primero recortándolo en un pacto entre Zapatero y Artur Mas, luego derogando algunas leyes entre Rajoy y el Tribunal Constitucional. A partir de ahí, el pueblo catalán comenzó a entender que el Régimen del 78 no podía soportar que las naciones tengan sus derechos y en 2012 comenzaron movilizaciones masivas por el Referéndum. El mismo fue negado en múltiples ocasiones por el Gobierno de Rajoy. Y, para ello contó el apoyo de todas las familias del PSOE, de Ciudadanos, del Tribunal Constitucional y todas las instituciones.

4) Porque ellos se unen: empresarios catalanes y españoles hacen sus negocios.

Las fuerzas que forman Junts pel Sí han participado del gran “negocio” del Estado español sin chistar durante décadas. Algunos lo han hecho estando en Convergècia i Unió como Artur Mas y Carles Puigdemont; otros en Esquerra Republicana dentro del Tripartit o en algunos ayuntamientos.
Los 23 años de pujolisme fueron años en que la burguesía catalana y la española participaron en una plataforma común de sus negocios. Una plataforma llamada Estado español. Luego continuaron con el Tripartit dirigido por el Partit Socialista de Catalunya que gobernó Barcelona y el Área metropolitana durante varias décadas.
Compartieron los años en que la Olimpiada de Barcelona tiró la construcción para arriba, el pelotazo urbanístico de Aznar y Rato, la oleada de privatizaciones a precio de saldo, las reformas laborales de los 90 y las de estos años, el saqueo económico en Latinoamérica y Marruecos, etc. Incluso Aznar hablaba catalán “en la intimidad”.
Apoyar el derecho a decidir no es apoyar a la burguesía catalana, sino luchar junto a los trabajadores y el pueblo por el derecho a decidir y por una agenda propia de los trabajadores, por nuestras demandas, y contra los capitalistas.

5) Porque serán nuestros aliados en la lucha por acabar con ésta “democracia para ricos”.

Tenemos un enemigo en común, los empresarios se unen para atacarnos mejor, ellos son quienes atacan continuamente nuestros derechos y conquistas y para ser un pueblo libre tenemos que reconocer nuestras diferencias y respetarlas. Por todo ello es clave que los trabajadores y los pueblos de todo el Estado nos unamos en la lucha contra esta “democracia para ricos”.
La lucha por una democracia generosa hacia los trabajadores y el pueblo va unida a la lucha por los derechos laborales. Una democracia generosa no es posible con paro, desahucios, salarios de miseria, precariedad, universidades para ricos, etc. Estas son las condiciones con las que vivimos ahora y tenemos una democracia blindada para las familias “ilustres”.
La unión permitirá acabar con el Régimen opresivo del 78 que heredamos del franquismo. Conseguir el derecho a la autodeterminación, pero también acabar con una Monarquía impuesta por Franco, con los jueces y las fuerzas de “seguridad” procedente de la dictadura, con todas las familias “ilustres” que son militares, abogados, fiscales, etc. Porque esta unión podrá imponer a través de las movilizaciones, las huelgas, la autoorganización y la lucha, procesos constituyentes que permitan conquistar una democracia generosa arrebatando el poder a los empresarios del Ibex 35, en la perspectiva de gobiernos de trabajadores.

Guillermo Ferrari
Barcelona | @LLegui1968

La Higuera, un lugar en el mundo




A 50 años del asesinato del Che

Existen lugares que por encontrarse en sitios remotos, poseer climas inhóspitos o por no disfrutar de ciertos servicios públicos, no son atractivos para muchas personas. La Higuera es uno de ellos. Lugar a donde llega quién realmente tiene un interés auténtico en conocer.
Un camino largo, de tierra, entre montañas, en el cual las curvas vienen una atrás de otra en un eslabón cuya pendiente es pronunciada. Un clima seco que produce surcos tanto en la piel como en la tierra, lluvias sólo en un mes del año, el mismo mes en el que se puede conseguir alguna fruta. El sol parte el día en dos, toda actividad al aire libre se debe hacer antes de las 11 de la mañana o después de las 4 de la tarde. Agua, hasta apenas iniciada la tarde y luz eléctrica no hay. Internet, wi-fi, señal de celulares no se conocen allí. Lugar donde se queda quien realmente tiene un interés autentico en descubrir.
Un pueblo polvoriento más se esos perdidos en la nada, a casi unos 2.000 m., al cual nadie hubiese conocido si no fuera porque allí, en la escuela del pueblo, fue asesinado una de las personalidades más trascendentes del siglo XX: Ernesto "Che" Guevara.
Desde la pequeña plaza, a simple vista se visualizan tres bustos del guerrillero nacido en Rosario, Argentina. La nueva escuela primaria, así como la mayoría de las casas y almacenes tienen murales o grafitis de viajeros y militantes sociales de todo el mundo que han llegado a este pueblo al cual la presencia de la muerte del Che los hace pasar varias horas en buses destartalados por caminos de tierra que se dibujan en grandes sierras cubiertos de vegetación de tierra seca -espinillos y arbustos- que secan la piel con tan solo animarse a espiar por la ventanilla.
Es que por más que existen reiteradas promesas de asfalto y mejoras en la carretera, el viaje entre Valle Grande -la ciudad más cercana- y La Higuera son unas largas 3 horas donde el sol es omnipresente, interrumpido por ciertos pueblitos, entre ellos Pucará, autodenominada "la capital del cielo" que deja ver, tanto en su escudo como en la comisaria, la mundialmente conocida fotografía del hombre de la estrella que el fotógrafo cubano Alberto Korda capturó en la Plaza de la Revolución de La Habana.
A 20 metros de la plaza del pueblo se encuentra el Museo Comunal "La Higuera", construido sobre la demolida escuelita donde el lunes 9 de octubre de 1967, luego de recibir la orden desde La Paz y Washington, las balas del Sargento Mario Terán atravesaron primero el antebrazo y el muslo de Guevara para luego, en una segunda ejecución después que el mismo Che le ordene que "apunte bien", perforar el cuello del líder guerrillero. El reloj marca que faltan 15 minutos para la 1 de la tarde, el Che se está desangrando cuando ingresa el sargento Bernardino Huanca, quien le da un puntapié que lo coloca boca arriba y, a menos de un metro de distancia, le dispara a quemarropa directo al corazón. Una hora antes, lo habían sacado afuera del lugar para tomarle unas fotos. Muchos vecinos del pueblo tienen aquel recuerdo. Allí, dentro de esa habitación hoy no hay más espacio libre en las paredes. Como si se tratara de un santuario de alguna deidad pagana, numerosos mensajes, agradecimientos, fotos, banderas, palabras pululan en los muros como si se tratara del reconocido bar habanero "La Bodeguita del Medio".
Nadie en el pueblo o en la zona sabía quién era el Che Guevara. Un pueblo en donde aún hoy no hay televisión, radio, diarios, ni internet, ni señal de celular, ni un transporte interurbano. Las novedades del mundo no se desayunan en este extremo de Bolivia. Con esto podemos imaginar cómo eran las noticias hace medio siglo. "Si hubiera sabido quién era lo hubiese ayudado a escapar" se sincera don Florencio ante mis preguntas, mientras bajamos a la Quebrada del Churo, lugar donde Guevara fue capturado y hoy se encuentra una piedra con una estrella roja. Uno de los dos caminos que bajan hacia aquel lugar atraviesa la hacienda del abuelo que, junto con su hijo Santos, cobran 10 pesos bolivianos -un dólar y medio- al que quiera caminar unos 40 minutos de bajada hasta el río. Don Florencio tenía 27 años aquella tarde del domingo 8 de octubre cuando el combate terminó con la captura de Guevara y comenzó la caravana hacia el pueblo pasando por su chacra. "Parecía un indigente, barbudo, sucio, flaco, con la ropa rota y con unos zapatos improvisados hechos de alguna tela". El Che había escrito el 10 de septiembre en su diario: "yo crucé el río a nado con la mula pero perdí los zapatos en el cruce y ahora estoy a abarca, cosa que no me hace ninguna gracia."
La caravana de soldados, los rehenes y los muertos en combate desde la Quebrada del Churo hasta la escuela de La Higuera se demoró unas dos horas a pie. A la vista de los entonces pobladores de esa tierra. Doña Hirma tenía 20 años cuando la caravana pasó por la puerta de su casa. Ella trabajaba como ayudante de la tipografista cuando el mundo posó sus ojos sobre su pequeño pueblo. ¿Empezaba un nuevo Vietnam? se preguntaba el Che en su diario ante la confirmación de la intervención norteamericana en el combate. "La gente del pueblo estaba asustada, apenas se animaba a espiar a los barbudos extranjeros desde atrás de las puertas de sus casas. Ya que apresaban y llevaban a Valle Grande a los campesinos que ayudaban a los guerrilleros con comida o víveres" cuenta la señora dueña del almacén "La Estrella" que esta frente a la plaza. Su tienda ofrece panes cocinados en horno de barro, quesos hechos con la leche ordeñada cada mañana por la señora de 70 años. Luego de fusilarlo, expusieron el cuerpo del guerrillero cubano-argentino afuera de la escuela, momento en el cual la gente del pueblo conoció por primera vez la imagen del peligroso revolucionario del cual le hablaban. Doña Hirma con una amiga se acercaron de curiosas a ver: "quedamos impresionadas por su mirada ya que tenía sus ojos abiertos" recuerda.
"Si algo hizo bien el ejercito es introducir la cultura del miedo en la zona" asegura Leo, responsable de la oficina de turismo de Valle Grande y gran conocedor de la historia, mientras va de una reunión a otra en plena organización para los eventos que se llevarán a cabo en octubre y que esperan que atraiga a miles de personas. "La gente del pueblo estaba asustada por la psicosis creada por el ejército y los permanentes estados de sitio en los que se vivía" agrega Leo. Estrategia que no se detuvo una vez muerto el líder guerrillero: "les van a bombardear los aviones soviéticos y cubanos por haberlo matado" cuenta doña Hirma que les decían los militares.
Son las 6 de la tarde y la noche llega luego de un sensual atardecer en las montañas que tiñen de matices violáceos, celestes y naranjas el horizonte más allá del Rio Grande. El cielo es una brillantina, ante la ausencia absoluta de luz eléctrica, todas las estrellas sirven de trasfondo de la estatua del Che. Me encuentro con Casiano, un curioso niño de unos 12 años que se gana las monedas para los dulces y sodas guiando a los visitantes a la Quebrada del Churo. Cuando le pregunto qué sabe sobre el Che me cuenta una historia que le contó su abuelo: "cuando la caravana de soldados y rehenes pasó por el pueblo, el Che tenía un reloj en su muñeca y se lo quiso dar a un campesino que estaba mirando, pero los soldados no lo dejaron. Por más que el Che insistió en que se lo quería dar al trabajador". Al ver mi cámara fotográfica me pide que le saque una foto y luego me saca una a mí. Es su primera foto con una cámara que no sea la de su celular. Al otro día vendrá a invitarme a jugar al futbol en la canchita de la escuela, bajo la luz de la luna llena. Ya soy su amigo, y él será el único en el pueblo en aprender a llamarme por mi nombre y no "don" o "gringo". Es el niño rebelde del pueblo.
A pesar de la presencia de todo lo relacionado a la muerte del Che, La Higuera no vive del turismo -la mayoría de los visitantes vienen un par de horas se sacan unas fotos y se van-. Maizales, vacas lecheras, papas entre algunos otros pocos cultivos aseguran la dieta de los locales. Sólo existe una escuela primaria, por lo tanto los adolescentes se van a Valle Grande o Santa Cruz a estudiar y ya no vuelven. "No hay gente para trabajar la tierra, esa la que todos los días nos da de comer" lamenta doña Hirma. Es que hoy allí viven aproximadamente unas 50 personas, antes vivían 70. Sus dos hijos que aún viven en el pueblo se ganan la vida ofreciendo transporte desde La Higuera a Valle Grande en sus taxis. Consciente de cómo el turismo altera la identidad de los pueblos, la señora y la mayoría de los vecinos están a favor de que se explote más el turismo. Lo que generaría más clientes para su tienda y más comensales para sus almuerzos y cenas caseras. Sabe que si se asfalta el camino y se coloca luz eléctrica una mayor cantidad de turistas se animarán a venir a sacarse fotos con la estatua del Che que tiene frente a su casa.
Frente a la plaza, funciona la escuela primaria. Atrás tiene un espacio -una cancha de fútbol- que hace las veces de alojamiento comunitario para aquellos que quieran ir al pueblo y no tengan dinero para el alojamiento. En la puerta se me acerca Brian, un niño de 6 años que está siempre sonriente, me cuenta que no le gusta ir a la escuela, pero se oyen los gritos de su madre desde la puerta de su casa y no le queda otra opción. "¿Sabes quién es el hombre de la estatua?" le pregunto. "Si, me dice. Es un guerrillero que lo mató la policía" responde antes de entrar a la escuela en la cual todas las paredes tienen frases o murales del Che. Me muestra que lleva un huevo y una papa para que le cocinen el almuerzo en el establecimiento educativo.
"A las 3 p.m. del 8 de octubre termina el Combate del Churo y el Che es capturado. A las 7 p.m. llegan a La Higuera. El 9 de octubre al mediodía es fusilado. Luego lo llevan en helicóptero a Valle Grande, donde lo exponen en "La Lavandería" -lavandería que funcionaba en el hospital de la ciudad- y donde el fotógrafo francés Marc Hutten saca las famosas fotografías del Che muerto con los ojos abiertos. Allí el médico Ustary Arze toca el cuerpo del guerrillero y nota que aún está caliente y que no tenía la rigidez de un muerto de más de un día. De esta forma, se transforma en la primer persona en denunciar que el Che había muerto ese mismo día y no el 8 de octubre en combate como afirmaba el ejército: el Che fue asesinado" concluye Cristian, un historiador francés fanático del Che que está radicado hace años en La Higuera y que, junto a su compañera, son los dueños del hospedaje "Los Amigos", el alojamiento más confortable del pueblo. Cristian va hacia su corpulenta biblioteca agarra dos libros y me los alcanza. Se trata de "El combate del Churo y el asesinato del Che" de Reginaldo Ustariz Arze y "El asesinato del Che en Bolivia: Revelaciones" de Adys Cupull y Froilán González. En estos libros se denuncia que la dictadura del general Barrientos ocultó y silenció muchas voces y testigos para instalar la idea de que el Che había muerto en combate el 8 de octubre, de allí que durante tanto tiempo se recordó esa fecha y no el 9 de octubre como la fecha en que Guevara había muerto.
Luego de esa famosa foto en "La Lavandería" al Che lo llevan a la morgue y le cortan las manos antes de ser enterrado en una fosa común ubicada en los alrededores del cementerio de Valle Grande junto a otros 6 guerrilleros, permaneciendo allí en secreto por 30 años. Hasta que en el año 1997 alguno de los militares desmintió la versión hasta ese momento sostenida por el ejército boliviano de que el cuerpo del Che había muerto en combate el 8 de octubre, que sus restos habían sido cremados y sus cenizas regadas por el Rio Grande. En la actualidad, en donde estaba esa fosa común tiene lugar el "Mausoleo del Che" junto con un interesante museo con fotos, replicas del diario del Che y de su vestimenta, además de mucha información histórica.
Don Ismael, tenía 6 años cuando anduvo la guerrilla por aquí. Recuerda que pasaron guerrilleros bajando desde Abra del Picacho, pueblito más arriba de La Higuera. Por donde los guerrilleros pasaron y hasta bailaron algunas músicas aprovechando que el pueblo estaba de fiesta. "Eran varios hombres que pasaron tranquilos, saludando como cualquier otro visitante. No recuerdo las armas, sólo sus grandes mochilas" me comenta mientras con mi inocente ayuda mata un cerdo. Trabajo que le encargó doña Gregoria, quién siguiendo su visión de negocios se prepara para la próxima fiesta del pueblo, donde venderá chicharrón -grasa y cuero de cerdo frito con papa y maíz- y asado de cerdo. "¿Usted le tiene miedo a la muerte?" me sorprende y atino un "no". "Todos decimos eso pero cuando se aparece ahí realmente nos damos cuenta lo que sentimos frente a ella" continúa. "¿Y te gustaría ser un soldado de Jesús?" me pregunta don Ismael, cuchillo en mano rasurando el cuero del cerdo ya muerto. Es que él es evangelista y frecuenta un templo de la Iglesia Universal que hay en Valle Grande. Me compara la guerrilla guevarista con los soldados de Jesús: "como el Che, Jesús luchó contra el imperio, en su caso el romano. Predicando el bien contra el mal de Satanás. El Che buscaba una vida mejor para nosotros los campesinos, pero los ricachos no lo dejaron" concluye, y ya es hora de carnear el cuchi -cerdo-.
La gente del pueblo se comienza a alborotar, todos preparando alguna comida para vender. Es que se aproxima la fiesta de la Virgen de Guadalupe, patrona del pueblo -si, la misma Virgen de Guadalupe que el cura Hidalgo y Costilla levantó como bandera en la lucha por la independencia de México-. La tradición consiste en hacer una promesa a la virgen de bailar durante tres días seguidos. Por eso, todo 7, 8 y 9 de septiembre hay fiesta en La Higuera y en todos los pueblos de los alrededores. Para esa fecha, los originarios de La Higuera que migraron para buscar mejor suerte en otros pagos - generalmente a Valle Grande, Santa Cruz o Argentina-, vuelven para reencontrarse con su tierra. Rondas de chicha -bebida de maíz fermentado- y sucumbé -bebida caliente preparada con leche ordeñada por la mañana, clavo de olor, canela y singani- giran de mano en mano al compas de bandas que tocan música vallegrandina - especie de ranchera mexicana- con sombreros tejanos y guitarrones al lado del altar de la Virgen, lleno de velas de colores y flores que le ofrendan sus fieles. La gente baila y luego se sienta para degustar el cerdo o picante de pollo.
Para esta fecha, las noches tranquilas, oscuras y silenciosas que caracterizan al pueblo se ven alteradas por la llegada de camionetas 4x4 polarizadas, generadores eléctricos, altoparlantes y hasta fuegos artificiales. La mezcla de gente que se encuentra es interesante. Se puede distinguir fácilmente entre aquellos que aún viven en La Higuera: generalmente más retraídos, tímidos, con chanclas en sus pies, ropa de campo con restos de alguna carneada o de la arriada de ganado; con los higuerenses que hoy viven lejos de su tierra: ropa más citadina, jeans, zapatillas Nike, cortes de cabellos que utilizan jugadores de fútbol, y buzos. Como también a simple vista se divisa a las personalidades más pudientes, ya que ostentan ropa de marcas europeas o norteamericanas, pieles y peinados cuidados, maquillajes, zapatos de cuero fino y una presencia que detenta un aire de superioridad.
Todo ello a unos 200 metros de la escuela, hoy museo, donde aún retumban en las paredes como un eco infinito las últimas palabras del "hombre más completo del mundo" según Sartre: “Póngase sereno, está usted por matar a un hombre”.
Octubre será de fiesta. Se cumplen 50 años de la muerte del revolucionario que hizo que La Higuera ya no fuera la misma. 10.000 personas se espera que lleguen -o consigan llegar- a este pueblo de 50 almas y se lleven un poquito de esta tierra en el corazón, tal como le sucedió a quien escribe estas líneas.

Lautaro Actis

Oriente Medio : Tablero de ajedrez


viernes, 29 de septiembre de 2017

La Internacional de Karl Marx




El 28 de septiembre de 1864 se fundó la Asociación Internacional de Trabajadores, conocida como la Primera Internacional. El movimiento obrero daba sus primeros pasos de organización mundial para derrotar los planes de la burguesía que sólo significaban miseria para las mayorías. Los mismos objetivos de aquellos obreros, hoy continúan vigentes.

La Revolución Industrial marchaba a todo vapor. El Capitalismo se extendía por el mundo y con él la clase obrera.
Inglaterra, cuna de la industria, el país más avanzado del siglo XIX, fue el lugar donde primero comenzaron a manifestarse y desarrollarse los antagonismos de clase modernos, la lucha de clases entre burgueses y proletarios. Cerca de 1840, el Movimiento Cartista[1] se consagraba como la primer movilización política de los trabajadores como clase.
Al calor de esas primeras demostraciones de la clase obrera europea, Carlos Marx y Federico Engels escribían el Manifiesto Comunista por encargo de la Liga de los Comunistas, que saldría en 1848, donde pronosticaban que el espectro del comunismo recorría el viejo continente ya que los objetivos de los obreros eran comunes y, por eso mismo, que la lucha de clases era nacional en su forma pero que tenía un contenido internacional.
También en Inglaterra, al calor de las primeras huelgas de finales de la siguiente década, la clase obrera se organizó por primera vez en trade-unions (sindicatos), tomando en sus manos tanto demandas sindicales como políticas de los trabajadores. Y fue en este país donde el proletariado antes tuvo un sentido de solidaridad internacional y tuvo la necesidad de luchar contra el capitalismo basándose en esa solidaridad.
De la solidaridad entre obreros de distintos países a una organización internacional
En el marco de la crisis económica europea que había estallado en 1846, el Manifiesto adelantaba lo que se conoció como “la primavera de los pueblos”[2]. En 1848 la revolución se extendió por gran parte de los países del continente europeo, pero fueron derrotadas. Luego de estas oleadas, el capitalismo tuvo un importante desarrollo durante la década de 1850, provocando inmovilismo y depresión en el movimiento obrero. Fenómenos políticos enormes conmovían a la clase trabajadora.
Además de la gran crisis económica de 1857, Estados Unidos se encontraba inmerso en una guerra civil (1861-1865) donde los capitalistas del Sur del país luchaban contra el Norte para que se mantuviese la esclavitud. La causa de la liberación de los esclavos despertaba la solidaridad internacional de los trabajadores de Europa. En Francia se obtuvieron conquistas económicas y políticas, como poder votar en las elecciones y el rechazo de las leyes que prohibían las organizaciones sindicales. En Inglaterra, el derecho a sindicalizarse se había obtenido en 1825, pero las masas no tenían derecho a votar. A su vez, el desarrollo del capitalismo en el continente europeo había creado una competencia peligrosa para los obreros ingleses en forma de trabajo sobreexplotado y la burguesía británica amenazaba con importar fuerza de trabajo de otros países. Estas circunstancias hicieron manifiesta la necesidad de la lucha y organización a nivel internacional. En 1863 las trade-unions de Inglaterra harían un llamamiento a sus hermanos de clase de otras naciones para organizarse contra esta competencia entre obreros que quería imponerle la burguesía.
Pero además de la lucha de clases a escala internacional, fueron también las propias condiciones económicas y políticas del capitalismo, el carácter mundial de la economía y el desarrollo de las fuerzas productivas las que abonaron el terreno para el internacionalismo de la clase obrera. El proletariado luchó contra el capitalismo desde que nació como clase social hace más de doscientos años. La Primera Internacional será la culminación organizativa de ese período inicial de lucha y resistencia contra las condiciones de explotación capitalista.
Ese despertar de la clase obrera inglesa y francesa revivió la idea del internacionalismo. Un 28 de septiembre de 1864, en Londres, se reunían en el St. Martin’s Hall los representantes de obreros franceses e ingleses. Pero a dicha convocatoria, también concurrieron obreros alemanes, belgas, polacos, italianos y suizos. Así se fundaba la Asociación Internacional de Trabajadores, más conocida como la Primera Internacional. Marx fue el encargado de escribir el Manifiesto Inaugural, que al igual que en el Manifiesto Comunista hace una aguda denuncia al capitalismo y deja delineadas los objetivos de la clase obrera. Si bien no fue el fundador de la Primera Internacional, rápidamente se transformó en su principal dirigente y organizador. No era producto de la casualidad. Junto con Engels, ya eran veteranos revolucionarios y en el exilio habían cultivado una estrecha relación con los círculos obreros de Londres. Además, sus tesis expresaban las conclusiones más avanzadas del movimiento obrero de la época y se imponía a otras corrientes luego superadas por la misma experiencia histórica, como los socialistas utópicos, los sindicalistas ingleses, los anarquistas, entre otras.
En el discurso inaugural, Marx parte del hecho fundamental del desarrollo político de la lucha de clases, que no empieza con frases generales, con objetivos elevados, sino con los hechos que caracterizan la situación de la clase obrera. Plantea que entre los años 1848 y 1864, a pesar del desarrollo industrial y comercial, la miseria de las masas obreras no había disminuido. Basándose en los documentos de las comisiones parlamentarias, demuestra que la mayoría de los trabajadores se alimenta de forma insuficiente y sufre enfermedades producto de la miseria, mientras la burguesía incrementa sus riquezas insaciablemente. Remarca también que en esos años los trabajadores han obtenido importantes conquistas. La ley de la jornada de diez horas producto de la lucha del proletariado inglés. Además de las fábricas cooperativas, que demostraron en la práctica que los trabajadores pueden organizar la producción y sus intercambios sin necesidad de empresarios. Sin embargo, mientras la sociedad se mantenga sobre las mismas bases, los antagonismos de clases continuarán agudizándose. Por ello Marx deja claro en este texto que la gran tarea de los trabajadores es tomar el poder político. Los obreros “poseen un elemento para el éxito, su número. Pero el número pesa en la balanza sólo cuando está unido en una organización y dirigido hacia un fin consiente”. [3]

“¡Proletarios de todos los países, uníos!”

Con este grito profundamente internacionalista culmina el Manifiesto Inaugural, al igual que 16 años antes había sonado en el Manifiesto Comunista.
Si bien el movimiento obrero surge y se desarrolla dentro de cada nación, si quiere triunfar, no puede quedar restringido dentro sus fronteras. Una vez que se organiza tiende, por necesidad, a forjar lazos internacionales. Así como los gobiernos burgueses establecen relaciones internacionales contra los trabajadores, estos en contraposición para defenderse estrechan vínculos con sus hermanos de clase de otras tierras.
El internacionalismo es una necesidad estratégica, ignorar la solidaridad y organización que debe existir entre los trabajadores de todos los países, termina llevando a un fracaso general de todos los esfuerzos. El movimiento obrero tiene que seguir con atención la política exterior. La liberación de la clase obrera no puede realizarse si las clases que dirigen la política exterior aprovechan los prejuicios nacionales para enfrentar a los obreros de los distintos países, derramar la sangre de los pueblos en las guerras y despilfarrar sus riquezas. Marx aseguraba en el Manifiesto Inaugural que: “No ha sido la prudencia de las clases dominantes, sino la heroica resistencia de la clase obrera de Inglaterra a la criminal locura de aquéllas, la que ha evitado a la Europa Occidental el verse precipitada a una infame cruzada para perpetuar y propagar la esclavitud más allá del océano Atlántico. La aprobación impúdica, la falsa simpatía o la indiferencia idiota con que las clases superiores de Europa han visto a Rusia apoderarse del baluarte montañoso del Cáucaso y asesinar a la heroica Polonia (…) han enseñado a los trabajadores el deber de iniciarse en los misterios de la política internacional, de vigilar la actividad diplomática de sus gobiernos respectivos, de combatirla, en caso necesario, por todos los medios de que dispongan; y cuando no se pueda impedir, unirse para lanzar una protesta común y reivindicar que las sencillas leyes de la moral y de la justicia, que deben presidir las relaciones entre los individuos, sean las leyes supremas de las relaciones entre las naciones. La lucha por una política exterior de este género forma parte de la lucha general por la emancipación de la clase obrera. ¡Proletarios de todos los países, uníos!”.
El capitalismo, en su voraz competencia, ha dado muestras notorias de su barbarie desde su propia existencia. No ha dudado en invadir territorios, llevar a cabo genocidios, dos guerras mundiales con sus campos de concentración y sus bombas atómicas. La llamada crisis de los inmigrantes africanos en Europa a la que se asiste en estos días, que genera odio por ver morir a miles y a millones de hombres, mujeres y niños huyendo de terribles sufrimientos, es el subproducto de los planes imperialistas y sus políticas de hambre, guerras y destrucción para las poblaciones de los países que supieron ser antiguas colonias.
Como en 1864, cuando en la primera etapa del proletariado industrial, los obreros más conscientes sacaban la conclusión de que el peor enemigo era el patriotismo; que había que unirse internacionalmente, dado que tenían los mismos objetivos que sus hermanos de clases de todo el mundo: la abolición de las condiciones existentes El marxismo ha demostrado que esto sólo es posible con la abolición del capitalismo. La clase obrera tiene una rica historia, que nos ha dejado importantes enseñanzas. La AIT fue la primera de cuatro internacionales que pusieron en pie grandes revolucionarios, que enfrentaron no sólo a los capitalistas sino también la traición en sus propias filas. Hoy, 152 años después, ese gran objetivo de refundar una internacional continúa vigente.

Emilio Salgado
@EmilioSalgadoQ

Jazmín Jimenez
Lic. en Sociología / @JazminesRoja

[1] Cartismo: Se inicia en Gran Bretaña en 1837. El Cartismo fue el primer gran movimiento político de los trabajadores, en su primera etapa del movimiento obrero. Su nombre viene de “la Carta del Pueblo”, que era el documento que sintetizaba su programa que exigía una serie de derechos políticos como el sufragio universal masculino (el sufragio universal femenino recién se conquistó por primera vez en con la Revolución Rusa de 1917), el voto secreto, la posibilidad que los obreros puedan ser candidatos, que los diputados cobren un salario para que todo trabajador pueda ejercer esta función, etc.
[2] Primavera de los pueblos: última oleada revolucionaria de “las revoluciones burguesas” contra la dominación aristocrática, que comenzó en Francia en febrero de 1848 y rápidamente se extendió a numerosas regiones de Alemania, a Hungría, Polonia, Italia y otros pueblos de Europa central. El proletariado, aunque al lado de la burguesía que peleaba por la República y después lo traicionaría, aparece con grados avanzados de organización en estos procesos.
[3] Marx, Karl, Manifiesto Inaugural de la Asociación Internacional de los Trabajadores

Trump y una política de miedo contra los inmigrantes




Esta semana, el gobierno de Donald Trump deportó a 498 inmigrantes en una ofensiva de ICE contra las Ciudades Santuario.

El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) realizó esta semana la operación “Ciudad Segura” con el objetivo de detener y deportar a inmigrantes de 42 países. Con el mismo discurso de criminalización de los inmigrantes que ha caracterizado a la actual administración, el organismo argumentó que se trataba de “ex convictos, pandilleros e indocumentados reincidentes”.
La operación se realizó en varias de las Ciudades Santuario, donde las organizaciones de inmigrantes se han organizado los últimos meses contra la política migratoria del actual presidente como Baltimore, Denver, Los Ángeles, Nueva York, Portland y Filadelfia.
La policía migratoria ha acusado a las Ciudades Santuario de ser “imanes” de inmigración ilegal.
Activistas y miembros de organizaciones de inmigrantes han denunciado que esta ofensiva pretende sembrar miedo entre la comunidad migrante y evitar que la rabia que se ha expresado contra la política migratoria de la Casa Blanca se desarrolle activamente en las calles. Apenas hace unas semanas y ante el anuncio de cancelación del programa DACA, miles de migrantes y activistas tomaron las calles de las principales capitales de Estados Unidos al grito de “Ningún ser humano es ilegal”. También se trata de una fuerte presión contra las Ciudades Santuario para que asuman la política migratoria del actual presidente.
Esta medida es parte de una serie de acciones que el gobierno actual está intentando llevar adelante contra el movimiento migrante en Estados Unidos. Las deportaciones y la presión sobre las Ciudades Santuario se suman a la amenaza de cancelación del programa DACA, el incremento de arrestos en los llamados Centros de Detención para migrantes y nuevas políticas migratorias que afectarán a jóvenes Centroamericanos.

Los Centros de Detención llenos de trabajadores migrantes

Una vez en el poder, Trump aseguró que deportaría a por lo menos 3 millones de “traficantes” y “pandilleros” indocumentados en Estados Unidos. Según algunos analistas, el presidente y la policía migratoria han tenido serios problemas para demostrar que hay 3 millones de mexicanos y centroamericanos “delinquiendo” en Estados Unidos.
La población latina en Estados Unidos, constituye una porción muy importante de la fuerza de trabajo y se concentra en industrias como la construcción, servicios, turismo y trabajo doméstico. Los “bad hombres” a los que se refirió Trump en meses pasados (supuestos delincuentes de origen latino) son en realidad trabajadores precarios que laboran sin derechos en todo el país, pagan impuestos y generan grandes ganancias para la economía nacional.
Esto sumado al repudio que existe a nivel nacional, ha impedido que el plan de deportaciones de Trump se haga efectivo. Pero la amenaza de cancelación de DACA, las recientes deportaciones y el incremento sustantivo de presos en los Centros de Detenciones están generando alarma entre la población migrante.
En los últimos nueve meses el ICE deportó a 211.068 migrantes. Y aunque el número de deportaciones todavía no se dispara como en la era Obama, la propia policía migratoria ha informado que los arrestos han subido un 43 por ciento en el último año.
Aunque el gobierno pretende justificarse diciendo que los arrestos son contra personas con antecedentes penales, la realidad es que una gran mayoría de personas detenidas no tienen antecedentes criminales. ICE ha informado que se detuvieron 28.000 personas sin antecedentes penales entre el 22 de enero y el 2 de septiembre. Muchos de aquellos presos que tienen antecedentes penales, los tienen por delitos menores ligados a su situación de precariedad y pobreza.
Según datos oficiales, hay casi 700 Centros de Detención en todo el país. Bajo la administración Trump, la densidad poblacional de los mismos ha aumentado sustancialmente. La mayor parte de estos Centros, son administrados por empresas privadas que hacen jugosas ganancias por otorgar estos “servicios”. Hay decenas de denuncias por maltrato, mala alimentación, tortura, abuso sexual y trabajos forzados en estas verdaderas cárceles. Los presos pueden pasar meses o hasta años esperando que su situación sea dirimida por un juez.

Trump contra lo más jóvenes

Al parecer, el nuevo habitante de la Casa Blanca no cejará en su persecución a los inmigrantes, en particular los más jóvenes. La amenaza de cancelación de DACA fue una verdadera declaración de guerra contra los dreamers pero hay más. Según un nuevo reporte de McClatchy DC, la Casa Blanca está preparando una nueva política para acelerar deportaciones de menores de edad centroamericanos.
Según informaron diversos medios de prensa la política está orientada contra “adolescentes centroamericanos que llegaron a la frontera sur de Estados Unidos sin la compañía de adultos”.
Esta medida implica deportar a estos jóvenes una vez que cumplan los 18 años. Se trata de habilitar juicios express que le permita a las autoridades migratorias deportar a estos jóvenes sin papeles sin necesidad de un juicio.
Según datos oficiales, en los últimos años han ingresado a los Estados Unidos 100.000 menores de Centroamérica. De aprobarse, esta medida solo profundizaría la catástrofe humanitaria que aqueja a los niños y jóvenes de Centroamérica que cruzan por México huyendo de la miseria, la violencia del crimen organizado y el Ejército en sus respectivos países.
La propuesta está siendo elaborada bajo la responsabilidad del Departamento de Seguridad Nacional y el Departamento de Justicia.

Resistir a Trump

Las deportaciones de la última semana parecen un mensaje contra los migrantes. Una advertencia para sembrar miedo. Mercedes, una trabajadora migrante dijo a Left Voice en una entrevista “Estamos seguros que Trump quiere evitar que el descontento contra su política racista se exprese en la calle. Por eso está castigándonos, porque en los últimos meses nos hemos movilizado en todo el país por derechos laborales, por los dreamers y contra las leyes antiinmigrantes”.
Después de que el anuncio del presidente de cancelar DACA fue repudiado de manera generalizada, la cúpula del Partido Demócrata se reunió con Trump para supuestamente negociar la permanencia de DACA a cambio de un plan de seguridad en la Frontera. Al día siguiente Trump desmintió el acuerdo. Así que por el momento la amenaza de más deportaciones, la cancelación de DACA y nuevas leyes anti inmigrantes persiste. Al respecto nos dice Mercedes “No podemos bajar la guardia, Y no podemos confiar en las negociaciones de los de arriba. Sabemos, nosotros que llevamos años acá que los demócratas y los republicanos no son amigos. Hay que retomar el camino de la movilización y parar realmente a Trump”.
Mercedes es optimista y dice “No estamos solos. Un montón de organizaciones migrantes, algunos sindicatos, estudiantes como los de la Universidad de Berkeley e incluso la izquierda como el Democratic Socialists of America ó Socialist Alternative nos apoyan, pero no es suficiente, tenemos que ser miles de almas. Tampoco es suficiente defender lo que ya tenemos, como DACA. Queremos plenos derechos para los migrantes y nuestros pequeños. Creo que estamos en buenas condiciones de organizarnos todos para resistir a Trump”.

Jimena Vergara
@JimenaVergaraO

¿Y si no era Santiago? Desaparición forzada y conflicto Mapuche




Recibimos y difundimos. Artículo sobre la desaparición de Santiago Maldonado y el ocultamiento de la causa de los pueblos indígenas.

La historia de Santiago Maldonado la hemos escuchado una y otra vez pero vale repetirla; Santiago es un artesano que se unió a un corte de ruta en Chubut realizado por el grupo mapuche Pu Lof en contra de la posesión de territorios por parte de los dueños de la multinacional Benetton. Estos territorios fueron quitados a los mapuches durante la Campaña del Desierto y otorgados a compañías inglesas que durante el conflicto de Malvinas, y bajo el temor de tener represalias, se lo cedieron a los hermanos Benetton. Del lado chileno sucedió algo parecido pero la ley de reparación reconoció la posesión mapuche de los territorios, no así por el estado argentino.
En esta protesta la gendarmería argentina reprimió a los manifestantes y se produjo la desaparición de Santiago.
Acá se abren dos caminos, el gobierno argentino planteó varias hipótesis de dónde está Santiago, todas ellas sin ningún fundamento válido y tiradas abajo por la propia familia de Maldonado, las pruebas o los grupos mapuches; el segundo camino es el más verosímil hasta ahora, a Santiago lo hizo desaparecer gendarmería y por lo tanto el gobierno argentino.
Aquí hay que hacer un alto... no hay que caer en la inocencia epistemológica de decir que el gobierno de Macri es una dictadura porque no lo es. El gobierno argentino, es un gobierno neoliberal en toda regla, así como en Uruguay lo fue el de Lacalle Herrera y su represión al Filtro o Batlle Ibáñez y sus razias, pero no por reprimir se lo debe tildar de dictadura porque se cae en un pensamiento sencillo de la represión y se la descarga de contenido político y complejidad al acto de coartar las libertades.
Las idas y vueltas de declaraciones entre activistas, integrantes del gobierno, periodistas, vecinos en las plazas y estrellas de la tele, llegando hasta Rial, han sido el eje del caso. Ministras como Patricia Bullrich, teniendo actos fallidos han sido compartidos por millones, la cara de Maldonado y el slogan "donde esta Santiago?" Se ha vuelto casi parte de una marca, un símbolo como la cara del Che Guevara que tengo en mi remera...
Pero como todo símbolo posmoderno se lo libera de su contenido, ya no importa qué motivó a Santiago a viajar a Chubut ese día, incluso desde el discurso oficial se dice "algo habrá hecho" recordando esa máxima de los 70 en el Río de Plata.
No importa si apoyaba la causa mapuche pero sobre todo no importa la causa mapuche. Los mapuches son invisibilizados de la discusión, apartados de los foros e incluso llegando a ser burlados como en el caso de la "entrevista" realizada por Nicolás Reppeto con un pasamontañas.
En este terreno es donde el gobierno argentino saca su tajada del caso Maldonado, despolitizándolo y transformándolo en una discusión mediática más, pasándola al ruedo de la estupidez, donde la palabra de Fantino vale más que la de un integrante mapuche, sin importar por qué los mapuches cortaban la ruta ese día, no es superlativa la protesta, al igual que los desaparecidos y asesinados indígenas que viene costando la lucha por el reconocimiento de este pueblo y sus territorios que fueron reclamados por 23 países y son pretendidos por otros.
También en las discusiones se le da palabra a un sector de la lucha y no a todos, no se demuestra su pluralidad incluso se estigmatiza más aun, hablando de contactos con grupos terroristas en discursos para asustar a quien mira TN.
No deja de chocar el foco y el momento en que se hace el mismo, el gobierno argentino ha jugado con la represión y su marca y desmarca desde hace varios años. Las desapariciones forzadas en Argentina se presentan como un elemento de antaño en el altercado, cosa que no es real, vale recordar el caso del estudiante de periodismo Miguel Bru, quien fuese torturado y desaparecido en 1993 por denunciar un allamiento sin orden por la policía bonaerense o los casos de Luciano Arruga o “Kiki” Villegas.
Sonia Ivanoff abogada de Facundo Jones Huala, uno de los activistas detenidos en Chubut, en una entrevista a Radio Cut, marca y trae algo interesante, Santiago no es el primer desaparecido del conflicto, las desapariciones mapuches parecen no contar, no son reconocidas ni puestas sobre la mesa. Las denuncias de torturas, amenazas desde los grupos de poder o el avance sobre las tierras comunales, se vienen repitiendo desde el comienzo del conflicto con Benetton o incluso en conflicto de Trafipan con Macelo Tinelli, pero estas son tapadas y se forma un discurso contra su postura, tildando a la protesta como una actividad terrorista y violenta.
Santiago Maldonado es un eslabón en la cadena de represión y muestra la cara de un problema de fondo que estaba invisible, de un conflicto que está presente desde hace décadas en Argentina y en toda Latinoamérica, el trato a los pueblos indígenas y la desaparición forzada por los órganos del estado.
Y queda abierta la pregunta sobre el conflicto y su desencadenante, ¿cuánto tienen que ver que hablemos de esto porque la desaparición fue de Maldonado y no de un indígena más? Los indígenas no usan capucha porque, si como plantea Repetto, la usan porque así son vistos y reconocidos, al no tenerla son desaparecidos de la visual de la sociedad.
Que Maldonado debe aparecer no cabe dudas, pero no solo él sino debe aparecer el renacimiento de los pueblos originarios que están detrás y son olvidados en mares de tintas, caras, palabras y tandas publicitarias.

Pablo Camacho

jueves, 28 de septiembre de 2017

Topolansky, primera vicepresidenta mujer y el debate feminista




Por primera vez una mujer en ese cargo. ¿Día histórico? ¿Se propondrá frenar la discriminación y la violencia de género? Y lo más importante, ¿querrá hacerlo?

A partir del escándalo y la renuncia de Sendic - que abrió una crisis política al interior de la coalición de gobierno - fue la senadora del MPP Lucía Topolansky quien terminó asumiendo la vicepresidencia de la República.
Las primeras reacciones en el movimiento de mujeres fueron de cautela pero también pudimos ver alimentarse ilusiones y expectativas en que "La Tronca" pueda enfrentar el machismo y defender los derechos de las mujeres.
Sin embargo, nos preguntamos ¿es que todas las mujeres, por el solo hecho de serlo, están dispuestas a luchar contra la discriminación, la violencia y el maltrato?
¿Acaso nos alegramos cuando Hillary Clinton, que ha obtenido millones de votos de mujeres y hombres es hoy la principal referente del movimiento de mujeres en los Estados Unidos?
Son varios los ejemplos que muestran que una mujer en un cargo político importante no constituye – per se - un avance en nuestras conquistas. Sus puestos de poder no son utilizados para frenar la misoginia, el maltrato y la discriminación ni para conceder derechos básicos.
La ex presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner, por ejemplo, obtuvo en 2011 el 54 % de los votos - incluyendo por supuesto el de muchísimas mujeres. Sin embargo, esta situación donde se rompe el llamado "techo de cristal" no implicó que esta mujer mantuviera el enorme poder que tiene la Iglesia Católica. En sus años de mandato mantuvo al aborto en la ilegalidad siendo que las estadísticas cifran en 400 las muertes de mujeres por abortos clandestinos entre las mujeres más pobres.

Quién es La Tronca

El capitalismo y el patriarcado se dan de la mano y salen a jugar. ¿Tendrá Lucía la intención de romper con la larga cadena de opresiones y explotaciones cotidianas? De hecho, si hubiera tenido esta intención, hubiera roto hace tiempo con su fuerza política.
Más allá de que en el mandato del ex presidente Mujica se pudieran concretar varias de las peleas históricas de las mujeres y la diversidad sexual como el aborto – aunque regulado por el estado-, el matrimonio igualitario o la ley de identidad de género, debemos decir claramente que estas son conquistas muy importantes – y que otorgan a Uruguay entre los primeros países en reconocer esos derechos – también decimos que son insuficientes si lo que cuestionamos profundamente es la cultura machista y el sistema patriarcal en el que se basa.
Siendo senadora, no vimos que Topolansky se explayara contra los feminicidios ni que hiciera de la lucha contra la violencia de género su bandera. Lucía nunca fue devota de nuestras causas sino que junto al Pepe creyó más de una vez que nos quejábamos “de llenas”.
Una mujer que defendió la ley de Participación Pública Privada que Mujica siendo presidente impulsó y aplicó para cárceles y que hace poco se quiso implementar en el Hospital de Clínicas. Una mujer que fue parte del gobierno que decretó la esencialidad en la educación, la salud y en ANCAP.
Una mujer que pertenece a una fuerza política que hoy no quiere investigar el espionaje en democracia. Una mujer que integra el sector político que permite que UPM digite la economía uruguaya a gusto y piacere, que integra un gobierno que persigue y criminaliza la protesta social, que permite que las trabajadoras y trabajadores terminen dejando la vida en las fábricas por los ritmos de explotación, que sostiene el miserable salario mínimo.
Una mujer que decidió no votar por un aumento para el presupuesto de la educación en la última Rendición de Cuentas. Una mujer que directamente promueve la impunidad y protege a los militares violadores de los derechos humanos - siendo que tanto ella como Mujica acuñaron la frase de que "no queremos viejitos en las cárceles" y que "ya están juzgados por la sociedad".

De guerrillera a vicepresidente

El Uruguay tiene ejemplos como este de hombres y mujeres que en los años 60 – y como parte del proceso de radicalización de amplios sectores de trabajadores y estudiantes - tomaron la lucha armada como forma de enfrentar la violencia y tiranía del capitalismo. Más allá de optar por una estrategia que para nosotras resultó equivocada, tenía el mérito de enfrentar al poder burgués y proyectar otro tipo de sociedad superando al capitalismo.
Hoy lamentablemente, algunas de esas personas que valientemente tomaron un arma, que lo arriesgaron todo, que sufrieron años de cárceles, torturas y maltratos, hoy son parte del staff político que dirige el estado burgués realizando una “buena gestión” y favoreciendo a quienes, 40 años atrás combatieron con las armas.
Personajes como Huidobro, Mujica, Bonomi o Topolansky fueron y son agentes políticos que, recubiertos de una fraseología de izquierda, intentan fijar en la subjetividad de las masas – y en especial de la juventud – la interpretación de que fue equivocado lo hecho en los 60. Y que actualmente la “revolución” pasa por hacer algunas reformas dentro del sistema y tratar de humanizar al capitalismo.
Hoy gestionan confiablemente (para la burguesía y el imperialismo) la política impositiva y tributaria, las exoneraciones a las transnacionales, el pago de la deuda externa y un proyecto de país que sigue basado en la dependencia, la sumisión y la explotación capitalista y patriarcal.
Nos preguntamos por qué habríamos de tener ilusiones en la Senadora Topolansky que nunca se quejó de todo esto, es más siempre votó en el Parlamento sin chistar.

¿Contentas porque hay una mujer en el poder?

La lucha feminista no puede quedar entrampada en el apoyo a una mujer del gobierno solamente porque es mujer. Nada nos dice que esa mujer pelee por nuestros derechos, frene la desigualdad en los salarios, el acoso laboral, el maltrato y la discriminación, la violencia en todas sus formas.
Nuestros enemigos son el patriarcado y el capitalismo, que se han unido en "santo matrimonio" para oprimir a más de la mitad de la población mundial. Y nuestro objetivo es acabar con esta sociedad explotadora que no duda en quebrar los huesos de las mujeres que dejan su vida y su juventud en las fábricas como lo vimos en FRIPUR o en YASAKI.
Desde el movimiento de mujeres no nos alegramos cuando una mujer obtiene cargos de poder si es que no lo utiliza para desarrollar una lucha verdaderamente revolucionaria que implica poner en movimiento a las mujeres trabajadoras, a las amas de casa, a las estudiantes y las intelectuales.
Desde el feminismo obrero y revolucionario creemos que el movimiento de mujeres tiene que mantener su independencia política de cualquier expresión política funcional al capitalismo y al patriarcado, sea esta en su versión femenina o masculina o de cualquier identidad sexual.
Porque tal como dice nuestra compañera Andrea D’atri, fundadora de nuestra Agrupación Internacional Pan y Rosas, “el género nos une, la clase nos separa”.
Más allá de las diferencias ideológicas que tenemos, también podemos citar a la reconocida intelectual feminista Silvia Federici - que hace poco visitó nuestro país - quien en una disertación en España declaró que "la violencia es una constante en la vida de la mujer bajo el capitalismo" identificando claramente la opresión de las mujeres bajo el patriarcado y el capitalismo.

Pan y Rosas Uruguay

Brutal agresión a trabajador por reclamar por condiciones laborales




Un trabajador rural de Salto denunció las agresiones y amenazas recibidas por reclamar por las jornadas de trabajo de 14 horas diarias sin ni siquiera cobrar horas extras.

La Unión Nacional de Asalariados, Trabajadores Rurales y Afines (UNATRA) difundió un comunicado en el que señala las brutales agresiones sufridas por un trabajador del establecimiento Flor de Ceibo de Estación Itapebí en Salto.
Ante el reclamo por las extensas jornadas laborales en pésimas condiciones (15mil pesos permaneciendo en la estancia de domingo a viernes, con jornadas de 14 horas de trabajo con pésimas condiciones de vivienda y comida) fue agredido a golpes de rebenque por un capataz y con la complicidad del empleador, sufriendo fractura de costillas. Luego además fue amenazado con cuchillo para que no haga la denuncia.

No son prácticas aisladas

Lamentablemente estas situaciones de maltrato extremo que recuerdan prácticas medievales con pésimas condiciones laborales, sueldos indignos y sin respetar derechos laborales no son hechos extraños en distintos puntos del país, y tal como denuncia la UNATRA se suceden periódicamente.
Estas situaciones son posibles por la inacción de las autoridades nacionales y de la propia Justicia que toleran y dejan pasar hechos de este tipo. En el propio departamento de Salto se reportan en este año casos de personas detenidas por robar naranjas o tomates mientras que cuando los patrones pisotean derechos laborales la Justicia hace la vista gorda. De hecho los propietarios de esta estancia son reconocidos en la zona por sus maltratos a los trabajadores.
Estos hechos tampoco sucederían si existieran las inspecciones laborales oportunas de parte del Ministerio de Trabajo y el Estado así como las sanciones correspondientes cuando no se respetan los derechos de los trabajadores.
A nivel regional tampoco la situación es muy diferente; en Brasil, con la reforma laboral en el campo se ha retrocedido al siglo XIX en condiciones de trabajo. En nuestro país las patronales agrarias también vienen insistiendo en la necesidad de mejorar la competitividad en base a una mayor superexplotación de la mano de obra con niveles de semiesclavitud.

Hernán Yanes

miércoles, 27 de septiembre de 2017

Julio Antonio Mella, hereje y ángel rebelde cubano




Hace casi diez años se publicó una edición cubana de mi biografía sobre Julio Antonio Mella, basada en la primera publicada en Alemania en el 2004, y que fuera mi tesis doctoral, defendida un año antes. Con la edición cubana en el 2008 se realizó un anhelado sueño, pues desde el principio de la investigación estuve convencida de que esta figura, tan importante para la historia cubana del siglo XX, pertenece a los cubanos y mi primer deseo fue entregarles esta biografía a ustedes. Con mucho esfuerzo de amigos y colegas logramos la edición de amplia tirada, por la prestigiosa Editorial Oriente en Santiago de Cuba. Con gran alegría he podido ver que el libro tuvo bastante éxito en toda la Isla y conmovió al público lector, así como a mis colegas académicos, historiadores y filósofos. Este pequeño ensayo es una reflexión sobre el pensamiento político de Mella y lo que trasciende a la actualidad.

Encuentros con Mella

A finales del siglo XX, hace casi 20 años, yo era una posgraduada en Historia de América Latina, de la Universidad de Colonia en Alemania, que –por un sinnúmero de coincidencias personales, políticas y científicas– se había decidido a escribir una biografía de Mella. Llegué a esta decisión tras un profundo estudio de todos los textos accesibles de Mella después de comprender que todas las escritas con anterioridad, las ediciones de sus textos y los artículos publicados sobre él en Cuba no reflejaban la complejidad de su vida ni la de su pensamiento. Lo publicado se encontraba mayoritariamente desvinculado de su contexto histórico, y carecía de una investigación histórica rigurosa y apegada a las fuentes originales. Uno de los puntos neurálgicos en esta biografía fue para mí, entonces, la expulsión de Mella del Partido Comunista de Cuba (PCC)[1].
De ella, en aquel momento, solo conocía lo comentado en algunas notas al pie, sueltas en varios libros, y en un número especial de la renombrada revista cubana Pensamiento Crítico[2] del año 1970, dedicada al primer Partido Comunista de Cuba. Ahí un testigo de la época, Blas Castillo, antiguo militante del PCC, admitía muy tímidamente en una entrevista que el Partido fundado en 1925 por Mella, Baliño y otros, había visto con desagrado la huelga de hambre de Mella y le había ordenado interrumpirla. Nada más y nada menos. En publicaciones aparecidas fuera de Cuba hasta aquel entonces, solo había leído especulaciones sobre una expulsión del Partido motivada por la decisión de Mella de no interrumpir su huelga, pues la consideraban una insubordinación. Las mismas –surgidas mayoritariamente de resentimientos anticomunistas– no pudieron aportar ni una sola prueba para esclarecer el asunto. Simultáneamente con las especulaciones sobre su vida, siempre había otras sobre su muerte violenta: el atentado del 10 de enero de 1929 que le costó la vida, y que hasta se le atribuyó a la política estalinista de acabar con toda la oposición dentro de sus filas. También esto quedaba al nivel de rumor y nunca había sido comprobado. Sin embargo, fueron un estímulo para reflexionar acerca de aquellos acontecimientos.

El desafío de escribir una nueva biografía sobre Mella

Me ayudó a aproximarme a este desafío la fascinación y la curiosidad del historiador que quiere desconstruir y reconstruir desinteresadamente y con rigor científico, a partir de las disímiles fuentes que pudieran encontrarse. Desde el inicio apliqué la ética máxima de mi profesión, apoyándome en un leitmotiv expresado por mi protagonista en 1923 en su “Declaración sobre los deberes y derechos del estudiante”: buscar y decir la verdad. También proporcioné una perspectiva múltiple y amplia sobre los distintos motivos y especulaciones para el atentado contra su vida, pues una personalidad tan polémica como Mella tuvo también muchos enemigos y adversarios. Sin embargo, al final queda comprobado que el gobierno del presidente Gerardo Machado Morales había movido medio mundo para construir un clima propicio a fin de cometer el atentado contra su antagonista más poderoso en el exilio. La investigación en sí fue casi una aventura –que merecería otro libro, una tarea para el futuro– y me llevó a muchos lugares: a Cuba por supuesto, donde pude finalmente consultar una parte del Archivo del Instituto de Historia de Cuba, la biblioteca del Instituto de Literatura y Lingüística, y el archivo de la Universidad de La Habana, entre otros.
Mucho aportaron los archivos en México y fueron claves los de la Internacional Comunista en Moscú, accesibles a los investigadores a partir de la década de los noventa. Ahí se me abrió por primera vez la posibilidad de refutar el mito creado en torno de Mella como alguien con una trayectoria política comunista rectilínea. Con ayuda de aquellos documentos encontrados pude demostrar la suposición que se me había presentado ya: Mella fue expulsado del PCC por insubordinación, justamente cinco meses después de haberlo fundado. La documentación completa de aquellos acontecimientos –el tribunal interno organizado para esta sanción, así como las polémicas alrededor de la expulsión, que se prolongaron hasta su readmisión oficial en el 1927– la publiqué por primera vez completamente en la edición alemana de la biografía en el 2004 y las mismas se hallan en la edición cubana del 2008.
Esta posibilidad de poder viajar y consultar, comparar, analizar y presentar distintas fuentes y documentos, tuvo un resultado también inesperado para mí: una biografía muy diferente a las escritas anteriormente. La figura de Mella con la que me encontré en todos estos lugares y la cual me habló a través de muchos documentos desconocidos que emanaron en esta biografía es, al igual que su pensamiento político, multidimensional y rica en facetas, pero además provocadora y bastante incómoda a veces. En fin, pienso que he podido presentar un Mella que no brinda respuestas acabadas, sino que estimula a pensar.

Las múltiples facetas de Mella: “ángel rebelde” y “hereje”.

Pero, ¿cuáles son esas facetas novedosas en la vida de Mella? Me limito aquí a enumerar solo las más importantes. He intentado ofrecer una nueva interpretación de su vida, procurando liberarlo de los mitos de héroe y mártir que lo rodearon y lo encadenaron sin crear otro mito, y entonces colocar la figura política y su vida personal en su contexto histórico. Mi objetivo fue presentar a Mella como un ser humano de carne y hueso, y como un actor político-social con todas sus rupturas y discontinuidades. Mella, por ejemplo, tenía constantes conflictos con su familia y con instituciones sociales como la escuela y la Universidad. El mismo se presentó como “ángel rebelde” en la cubierta de la revista estudiantil “Juventud” que editaba: la imágen de un ángel desnudo y musculoso, que emergía con el puño en alto entre las llamas.[3] El rebelde que combatía contra todo aquello que lo constriñera o lo obligara a conducir su actividad según principios contrarios a los suyos.
Poco tiempo después, a la edad de 22 años, luego de su expulsión de la Universidad de La Habana, cuya reforma había naufragado, se definió a sí mismo como un “hereje”. Son precisamente esas transgresiones e imperfecciones las que hacen su vida tan fascinante, tan irresistible. Para subrayar esto he aplicado el método de contextualizar al hombre, sus pensamientos y sus acciones en su ámbito social, político, cultural e histórico. Aunque Mella es el protagonista y el centro de esta biografía, él –como persona y como líder político– nunca estuvo solo, sino rodeado de compañeros, amigos, familiares, amantes y adversarios; una red a la vez personal e institucional. Por eso he revelado al actor político inserto en el tejido de las relaciones sociales de poder, los grupos sociales, las organizaciones políticas y las instituciones estatales. Aquella perspectiva que se nutre del análisis no solo del contexto histórico, sino también de la red personal y organizativa, me ayudó a realizar una nueva valoración de su significación política, sin silenciar las rupturas.
He podido demostrar que una de las grandes fascinaciones de Mella es exactamente su pensamiento multifacético: es profundamente cubano, profundamente latinoamericano, pero también profundamente internacional. La interrelación entre la multifacética herencia de un pensamiento latinoamericano (el de José Martí y el de José Enrique Rodó, para nombrar solo algunos) y la tradición de las luchas independentistas (su abuelo, Ramón Matías Mella, fue uno de los padres de la patria en la República Dominicana) con las teorías de Marx y Lenin que Mella compartía, produjo una mezcla explosiva: hizo de él una persona imprevisible para contrincantes y enemigos políticos, y también para quienes militaban en sus mismas filas. Mella no solo era un nacionalista latinoamericano, sino además un comunista no ortodoxo. Sin embargo, durante su vida corta, no nos dejó una teoría revolucionaria perfecta, sino más bien fragmentos de ideas que no llegaron a ser un edificio teórico sólido.
Con todo, muchos de sus escritos y artículos pueden hoy parecer raros, esquemáticos o sobrepasados por la época. Especialmente, aquellos pasajes en los que difunde la creencia en un determinismo histórico y en los cuales afirma la inevitabilidad de la revolución; y donde se entusiasma demasiado con el papel del proletariado como vanguardia de estas revoluciones futuras dirigidas por los Partidos Comunistas y la Internacional Comunista. Pero esto no es nada excepcional, pues en la época de los años 20, para la mayoría de los intelectuales marxistas y militantes políticos en los partidos comunistas, la revolución social con esas características era vista como un hecho inevitable.
Mella se inscribía entonces en aquella élite intelectual de vanguardia, que mediante su acceso a los entonces más modernos medios de comunicación, podía dirigir discusiones a nivel global y reclamaba para sí la tarea de sintetizar lo más progresista del pensamiento de su época. Lo más importante, me parece, es reconocer que sus concepciones teóricas se derivan de las necesidades y los desafíos políticos de su coyuntura y de su propia militancia. En este sentido, Mella incorporó una unidad entre teoría y práctica. Sus pensamientos y sus ensayos teórico-políticos se derivan, además, de sus observaciones del terreno político, económico, social y cultural de un contexto que no se refería solo a la realidad cubana, mexicana, latinoamericana o norteamericana, sino también a escala mundial.
Siempre hay que observar y valuar sus posiciones políticas en las circunstancias de su tiempo, pues siempre las estructuras, las modas y el zeitgeist influyen en el individuo. No obstante, Mella era un individuo excepcional, y por la época en la cual le tocó vivir y actuar tenía que ser un líder político con una visión universal. Exactamente, por esta interrelación entre sujeto y ambiente apegada a la dialéctica materialista, como biógrafa me impuse el reto de estudiar y dibujar el panorama nacional e internacional, a fin de descifrar sus textos y contextualizar sus planteamientos. Los mejores instrumentos para realizar esta visión global de una revolución social mundial se le presentaron en aquella época en la organización del comunismo a nivel internacional.
Por esta misma disposición de tener una visión política amplia y global, Mella siempre fue una figura muy heterodoxa. Las disparidades que se encuentran en su trayectoria política se debieron, sobre todo, a sus permanentes conflictos con las organizaciones comunistas, tal como ya he mencionado. Todo comenzó con su huelga de hambre de diciembre de 1925 en protesta contra la represión a la oposición del gobierno del presidente Gerardo Machado. Sus conflictos no terminaron con su expulsión, sino, como un hilo rector en su biografía, continuaron en México y hasta su muerte. Sin embargo, su relación con el comunismo no estuvo, en modo alguno, marcada solamente por la disidencia, sino también por una fascinación y una esperanza grande en la profunda transformación social del futuro: hasta su último aliento defendió públicamente los principios del comunismo y de la Internacional Comunista. Sin embargo, Mella fue el antípoda del burócrata, del acatador de órdenes, del apparatschik. Se empeñó en la búsqueda de una concepción revolucionaria que proporcionara una orientación en correspondencia con las realidades sociales, culturales, políticas y económicas de la América Latina. Por eso, las dificultades de Mella con las organizaciones comunistas se agudizaron con el ascenso de Josef Stalin a la dirección política de la Unión Soviética, el cual, después de la muerte de Lenin, extinguió a sus adversarios, ante todo a León Trotsky, y se apoderó del Partido y del Estado.
El objetivo de Stalin no era ya la promoción de una revolución mundial, sino fortalecer y construir su propio poder personal, la protección de lo logrado, la edificación del socialismo en la Unión Soviética –o sea, el “socialismo en un solo país”. En consecuencia, los partidos comunistas en el mundo entero y su organización rectora, la Internacional Comunista, fueron reducidos al papel de defensores secundarios de la Unión Soviética. El punto culminante de aquel giro político definitivo a nivel internacional fue el VI Congreso de la Internacional Comunista, efectuado en Moscú, en el verano de 1928. Líderes políticos y pensadores marxistas que, como Mella, se negaron a aplicar estas directivas, habían sido marginados del movimiento comunista. Años más tarde, en la década de los treinta, aquella política estalinista llevó a una catástrofe, pues concluyó con la eliminación física de los adversarios al régimen.
No solo estas heterodoxias dentro del movimiento comunista hacen de Mella una figura tan fascinante, sino también su capacidad de transgredir, de superar fronteras nacionales, de idiomas y de mentalidades. Al parecer, tenía esta facilidad de pensar y actuar más allá de sus fronteras nacionales. Esa cualidad no es casual, mucho de ello se debió al hecho de que creció en el seno de distintos ámbitos culturales: el cubano, el norteamericano y el caribeño, dominicano. Su padre, don Nicanor Mella, dominicano de origen, fue un sastre que poseía un negocio floreciente frecuentado por la clase alta en la calle Obispo y una sucursal en Nueva York. Allí conoció a la madre de Mella, Cecilia McPartland, quien se convirtió en su amante. Por esta razón, la lengua materna de Mella no fue el español, sino el inglés, pues su madre no dominaba aquel idioma. Además, vivió buena parte de su infancia y su juventud en Estados Unidos, hecho que al parecer marcó profundamente su juventud. Su identidad oscilaba entre esos dos rumbos.
Fue así que llegó –como Martí– a conocer Estados Unidos “desde dentro”, y ese conocimiento le ayudó a analizar el fenómeno del imperialismo. Su dominio del inglés le sirvió después para leer textos de Marx y Lenin, que en su mayoría no habían sido traducidos al español. Es muy probable que él mismo hiciera algunas traducciones. El inglés y su conocimiento de otras culturas y contextos le permitieron, además, moverse en las filas de la Internacional Comunista. Le sirvió durante su viaje a Europa en 1927, donde asistió al Primer Congreso mundial contra el imperialismo y la opresión colonial, celebrado en Bruselas.
Existe una carta de Mella a Willi Münzenberg, organizador alemán de la Liga contra la opresión colonial, del año 1927, en la cual le pide a este, en un inglés casi perfecto, que apoyara con dinero a las Ligas Antimperialistas en las cuales Mella militó en primera fila. Esta misiva también se reprodujo en el anexo documental de la biografía. Su dominio del inglés le sirvió, durante su estancia en Moscú, para participar en los medios de la Internacional Comunista y de la Internacional Sindical Roja. Además de esto, su dominio del inglés le permitió organizar la Asociación Nacional de Emigrados Revolucionarios de Cuba (ANERC), porque la mayoría de los exiliados políticos –como en los tiempos de José Martí, que había establecido una organización semejante– se encontraban en Estados Unidos. Solamente una minoría, los más radicales entre los exiliados cubanos, sindicalistas, anarquistas, y comunistas como Mella y Leonardo Fernández Sánchez, o líderes sindicales, entre ellos Sandalio Junco, cubano de descendencia africana, y Alejandro Barreiro, radicaban en México. El ambicioso proyecto político de la ANERC, que siguió a partir de septiembre de 1928 y cuyo propósito era lograr el derrocamiento del régimen de Machado por la vía de las armas, es –en mi opinión– su proyecto políticamente más maduro y conserva su trascendencia en la historia contemporánea y en la actualidad. Ahí Mella muestra su capacidad de superar los esquemas políticos que se les imponían a las organizaciones comunistas e intenta crear algo nuevo, basado en la realidad latinoamericana y las necesidades políticas del momento.

Mella ayer, hoy y mañana.

Con la organización de la ANERC, cuyo eslogan era “¡Cuba Libre!”, Mella nos dejó un ejemplo concreto de un proyecto de liberación que unía los propósitos de una revolución social con los propósitos nacionalistas y antimperialistas, a tiempo que se mantenía dentro de las tradiciones de lucha insurreccional, característica de los movimientos independistas latinoamericanos. Como historiadora y biógrafa de Mella, mi tarea era proporcionar una reconstrucción del pasado por medio de las fuentes y me abstengo de derivar desde ahí planteamientos para un futuro. Sin embargo, quisiera como un último punto caracterizar brevemente la organización y los planteamientos de la ANERC, pues desde ahí se podría tender un puente entre el pasado, el presente y el futuro.
Inspirado por la lucha armada del “pequeño ejército loco” de Augusto César Sandino en Nicaragua contra la ocupación militar de Estados Unidos, Mella quería abrir en Cuba otro frente de combate contra el imperialismo. Su plan era que un grupo de hombres armados cruzara el Golfo de México y llegara a Cuba para combatir. Para esto fundó la ANERC como una alianza transclasista (en el sentido propio martiano) para llevar a cabo una revolución con objetivos nacionales, democráticos y socialistas. Apoyándose en las concepciones de las ligas anti-imperialistas, Mella llamaba a todas las fuerzas nacionalistas, revolucionarias, democráticas y antimachadistas a unirse a la ANERC, organización que estaba contra “la venta de la riqueza nacional al capitalismo extranjero”, la discriminación racial y la discriminación social y política de las mujeres. Formulaba así, por primera vez, una nueva definición inclusiva de la nación cubana: a ella debían pertenecer, expresamente, también los cubanos con antepasados africanos y las mujeres. Según el programa de la ANERC la nación cubana dejó de ser un proyecto oligárquico, burgués y blanco exclusivo.
Además, por otras características el programa de la ANERC –que hasta hoy lastimosamente solo se conoce por fragmentos publicados por Lionel Soto en su obra acerca de la revolución de 1933– era extraordinario para su época y muestra la capacidad de sus fundadores de acatarlo con creatividad y pragmatismo. El programa político que habían elaborado Mella y los organizadores de la ANERC –profundamente inspirado por la Revolución Mexicana y por su Constitución revolucionaria del año 1917– se enfocó en cinco puntos: relaciones internacionales, demandas económicas y políticas, reforma educacional y derechos laborales y sociales. Para demostrar el carácter trascendental de aquel programa, basta enumerar algunos de sus planteamientos. En el plano de las demandas económicas se exigió una reforma agraria y la entrega de tierras a campesinos pobres, el desarrollo de cooperativas agrarias de producción y distribución, además de la creación de un banco agrario de crédito controlado por las cooperativas campesinas. Se exigió la creación de una producción industrial nacional y la reconstrucción del comercio nacional. Al mismo tiempo se exigió una nacionalización de los centrales azucareros de propiedad extranjera, así como del monopolio industrial de los capitalistas foráneos. En cuanto a los derechos laborales y sociales se exigió una jornada laboral de ocho horas, salario mínimo, derecho a la huelga, libertad de organización para los trabajadores en la ciudad y el campo.
Las demandas políticas se centraron en la organización de un Estado sobre la base de principios democráticos: la libertad de organización y de reunión, de palabra y de prensa, así como la eliminación de la pena de muerte. Aquel planteamiento político, ¿podría ser una indicación de que, al parecer, Mella, al final de su vida, estuvo a punto no solo de alejarse de las organizaciones comunistas, sino tal vez también de despedirse del tipo de comunismo proclamado entonces? No lo sabemos con exactitud. Pienso que se debe poner fin a esos debates “filosóficos” sobre qué tipo de marxista era o no Mella. Indiscutiblemente lo fue. Sin embargo, no se descarta la posibilidad de que ya estaba tomando otro rumbo (o quizás transitando hacia otro rumbo) sin prejuicio alguno para su ideología política, al contrario, sus convicciones le impedían seguir el rumbo político de la Internacional Comunista, impuesto como resultado de su Congreso de 1928.
En mi opinión, para entender y asumir la capacidad, aptitudes y legado de Mella como fuente inspiradora en estos tiempos, no hay que centrarse en el examen de su marxismo, que por demás no escaparía a la especulación y la subjetividad. Si como han adelantado algunos estudiosos de su pensamiento, Mella estuvo a punto de abandonar también el marxismo, pienso que fue más por su pragmatismo que por no estar convencido del mismo. Muy propio de Mella, líder revolucionario e inteligente, habría sido el razonamiento nada descabellado de que en aquella coyuntura, si no se podía llegar a la derrota de Machado al amparo de la Internacional Comunista, debido al rumbo que impuso en 1928, cuando proclamó la táctica de “clase contra clase”, habría que continuarla sin descanso hasta el aplastamiento del dictador, con la aprobación comunista o sin ella, asentada en la lucha armada y la unidad popular. La creación de la ANERC es un ejemplo real de ese pensamiento. Si se pretende tomar a Mella como fuente inspiradora en la actualidad no bastará con examinar su marxismo. Distante de suposiciones, derivaciones o especulaciones, lo más importante, válido y útil para los tiempos que corren, es subrayar la fuerza política creadora de Julio Antonio Mella, inspirada en el marxismo sin copiarlo. Esa es la trascendencia de esta figura.

Christine Hatzky

(Este texto es una versión modificada y actualizada de un artículo que se había publicado en 2014 en la revista online El Sudamericano, Historia Política, Latinoamérica).

Notas:

[1] Entre mis colegas cubanos siempre hemos discutido si Mella fue “expulsado” o “separado” del Partido Comunista. Por mi perspectiva de historiadora sigo con la convicción de que este acto constituyó una expulsión. Primero, porque en alemán no hay otra posibilidad o expresión: o uno está fuera o dentro de un partido. Segundo, por las discusiones larguísimas que, por último, después de casi dos años, llevaron a su readmisión al Partido. Esto se constata claramente mediante los documentos que se encuentran en el anexo de la biografía.
[2] Uno de los editores de Pensamiénto Crítico era el recién fallecido filósofo cubano Fernando Martínez Heredia. Fernando acompañó mi proyecto de investigación sobre Mella desde un principio y con muchas simpatías. Recuerdo numerosas y ardientes discusiones con Fernando acerca de la biografía de Mella.
[3] Juventud, Revista de los estudiantes renovadoes de Cuba, La Habana 1924, fundado por el mismo Mella y dirigido por Leonardo Fernández Sánchez.

Christine Hatzky Profesora Titular de Historia de América Latina y del Caribe del departamento de Historia de la Universidad de Leibniz, Hannover, Alemania. Directora del Centro para Estudios Atlánticos y Globales y directora regional del Centro para Estudios Avanzados sobre América Latina; ambos de la propia universidad.

Reclamo internacional: ¿Dónde está Santiago Maldonado?




A casi dos meses del secuestro y desaparición de Santiago Maldonado a manos de la Gendarmería Nacional Argentina, en toda la Argentina y en el mundo seguimos preguntándonos por su paradero. A la vez le exigimos respuestas al gobierno de Mauricio Macri responsable

martes, 26 de septiembre de 2017

El Capital cumple 150 años




Las palabras socialismo y comunismo son sinónimos hasta que Lenin les da la actual definición: “El socialismo es la fase de transición entre el capitalismo y el comunismo”.
El comunismo surge durante el Directorio de Francia, cuando Babeuf dirige la “Conspiración de los Iguales”; su propósito, eliminar la propiedad privada e instaurar la propiedad comunitaria para alcanzar la igualdad económica de la sociedad. El movimiento de Babeuf es salvajemente reprimido pero sus ideas resisten y engendran todos los movimientos comunistas.
Robert Owen considera que el valor del producto se debe calcular sobre la base del trabajo incorporado en él; el conde Saint Simon sostiene que la sociedad debe ser planificada para satisfacer las necesidades de los pobres y Charles Fourier propone crear una sociedad comunista luego de abolir el capitalismo. Los tres son los principales ideólogos del socialismo utópico, a partir del cual se desarrolla el ideal comunista.
Karl Marx, filósofo y pensador alemán que nace el 5 de mayo de 1818, formula el socialismo científico. Marx se doctora en 1841 con la tesis “Diferencia entre la filosofía de la naturaleza de Demócrito y la de Epicuro”. Luego colabora en la edición de la Gaceta Renana, de la que es redactor jefe y donde escribe sobre la realidad social. Marx se exilia luego de que esta publicación es censurada.
La filosofía de Hegel, de la que Marx emplea el método dialéctico de razonar, le permite crear la “dialéctica del devenir constante”, que emplea para analizar las contradicciones en la historia de la humanidad; en particular, la que existe entre el capital y el trabajo.
En París funda y dirige la revista Anales Franco-Alemanes, que el gobierno francés cierra por pedido de Prusia. En 1844 traba amistad con Friedrich Engels, quien será su más importante e incondicional apoyo ideológico y colaborador económico, también conoce a Proudhon, Blanc, Bakunin y Heine, grandes pensadores socialistas.
Por sus escritos y actuación revolucionaria es expulsado de Francia. Se establece en Bruselas, donde funda la Liga de los Comunistas. Las revoluciones de 1848 le permiten a Marx desarrollar una teoría económica en la que convoca al proletariado a intervenir políticamente con el fin de producir el cambio social revolucionario. En 1848 publica con Engels el “Manifiesto del Partido Comunista”, luego se traslada a Colonia donde edita la “Nueva Gaceta Renana”, que es clausurada por su fuerte compromiso social y éxito.
Marx participa activamente en la fundación de la Primera Internacional, cuyo objetivo es el establecimiento de una nueva sociedad, llamada comunista, paradigma final cuyas principales características son: La abolición de las clases sociales antagónicas; la satisfacción de las necesidades de todos los individuos; la abolición de la propiedad privada de los medios de producción y la extinción del Estado al asumir la sociedad todas sus funciones.
Desde las primeras sesiones de la Primera Internacional, l a división entre comunistas y anarquistas se vuelve irreversible, cuando ambas corrientes políticas chocan por sus principios revolucionarios. Los primeros afirman que, para realizar los cambios sociales, es necesario mantenerse en el poder luego de la revolución y los segundos, que la transformación no será culminada a menos que el capitalismo y el Estado sean abolidos inmediatamente después de la revolución.
El anarcocomunismo es una corriente muy popular dentro del anarquismo. Propone una economía planificada por consenso y la propiedad colectiva de los medios de producción. Sus más importantes partidarios son Kropotkin, Berkman, Malatesta y Bakunin. El anarcocomunismo se da en 1920 en Ucrania y en Cataluña durante la Revolución Española de 1936 a 1939. Esta vertiente anarquista sostiene que no se necesita de ningún organismo político directivo y es antiestatista, antiburocrática, descentralista y partidaria de la adhesión libre y participativa de la ciudadanía.
En su obra “¿Qué es la propiedad?”, Proudhon identifica esta cualidad como el derecho inalienable de todo individuo e intenta demostrar que “la propiedad es un robo”, que el orden económico político existente no la respeta porque beneficia a unos pocos. Para Proudhon, la renta no debe existir porque equivale a obtener algo a cambio de nada. Identifica al obrero como el productor de la riqueza y a la burguesía como la usurpadora de la misma. Concluye que esta apropiación es posible porque el Estado defiende los interese de las clases dominantes. Por lo tanto, mientras exista el Estado los ciudadanos nunca estarán libres de la expoliación.
La Comuna revolucionaria de París de 1871 es la primera experiencia de poder proletario y deja como valioso legado su misma existencia, sus principios rebeldes y heroicos, su democracia participativa y La Internacional, himno revolucionario que es escuchado por un mundo deseoso de justicia.
Marx se dedica a escribir sus pensamientos luego de la derrota de la Comuna. En su extensa obra critica la realidad social e histórica, la teoría del valor y la plusvalía, la filosofía y la economía política, lo que permite comprender en términos económicos el funcionamiento de la sociedad. En particular, explica la acumulación de la riqueza por parte de las clases dominantes. Marx fallece en Londres el 14 de marzo de 1883. Su monumental obra, “El Capital”, aparece en 1867 luego de dieciocho años de arduo trabajo.
El materialismo dialéctico y el materialismo histórico son los instrumentos empleados por Marx para estudiar y realizar el análisis de la realidad social y política de las sociedades humanas. Basa sus conclusiones en la contradicción permanente entre el trabajo y el capital, es decir, entre la clase trabajadora y la burguesía, lo que da origen a la lucha de clases, motor de la historia. Según esta teoría, las clases dominadas determinan el fin de las sociedades establecidas y dan lugar a las que surgen sobre sus cenizas. El comunismo, según Marx, es un sistema en el que no existe más la explotación del trabajo por el capital.
Basado en la dialéctica de Hegel, concibe la lucha de clases como la síntesis que supera los contrarios, cuando surge la contradicción entre la acumulación de la riqueza en pocas manos y la imposibilidad de que la mayoría de la sociedad disfrute de la misma. Esta situación se vuelve insostenible y da lugar al nacimiento de una nueva sociedad sin clases antagónicas. Según Marx, la clase obrera, o dominada, es la encargada de enterrar al capitalismo mediante la toma del poder luego de la Revolución Proletaria, cuyo objetivo es acabar con el Estado, instrumento político de represión de las clases sociales productivas. La toma del poder por el proletariado y su gobierno (llamado “dictadura del proletariado”, aunque se debe aclarar que el término “dictadura” en alemán significa también “hegemonía”) no garantiza la distribución equitativa de las riquezas de la sociedad sino que la burguesía derrocada no regrese nuevamente al poder.
Marx considera que sólo en una sociedad sin clases antagónicas deja de existir la explotación del hombre por el hombre. Sostiene que solamente la clase trabajadora, principalmente la del sector industrial, es la productora de la plusvalía y que únicamente mediante la lucha política de sus sectores más conscientes se puede terminar con el capitalismo.
Para llegar al comunismo propone una etapa de transición, el socialismo, en la cual el proletariado elimina la propiedad privada de los medios de producción y planifica centralmente la economía, de manera que se provean todas las necesidades de la población. Marx entiende que al cumplirse este objetivo cesan las causas para la existencia de clases antagónicas y, por ende, la necesidad del Estado. El comunismo es una etapa posterior al socialismo y se establece cuando la sociedad multiplica tan abundantemente los medios de producción que la riqueza alcanza para todos, lo que hace innecesaria la existencia del Estado que, así, se extingue.
Para Marx es deseable que esta transición se haga con la mínima de violencia y define la violencia como “partera de la historia”, es decir, como la fuerza necesaria para que los acontecimientos históricos se den. Cree que si la revolución estalla en un país, se debe extender a los demás, lo que llama La Revolución Mundial.

Rodolfo Bueno