miércoles, 31 de octubre de 2018

¿Qué literatura de Cuba es funcional al Gran Hermano editorial y mediático?




Cuba es un país de cultura que produce artistas en grandes cantidades. Profesionales de la música o la danza que residen en la Isla han conseguido reconocimiento y promoción en el exterior, al margen de condicionantes políticos. No es el caso de la literatura. Quienes han logrado publicar en editoriales extranjeras son, en su mayoría, quienes centran su obra literaria –y sus declaraciones públicas- en el ataque al gobierno y al sistema político de la Isla.

Le dan más poder a las Fuerzas Armadas en Uruguay




Por unanimidad se votó en Senadores el proyecto de Ley que da potestades a las Fuerzas Armadas en asuntos de seguridad pública en zonas fronterizas.

La aprobación la semana pasada de la propuesta para dar funciones a las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad interna avanza en la política de darle protagonismo a estas fuerzas represivas y represtigiarlas ante la sociedad.
La propuesta fue votada por unanimidad, mostrando el grado de acuerdos de todos los partidos con representación parlamentaria en temas relacionados con la represión y deberá volver a diputados por los cambios que se introdujeron.
De acuerdo a la iniciativa votada en senadores las Fuerzas Armadas podrán intervenir a través de patrullajes, identificación, control y detención en una franja fronteriza de 20 kilómetros adentro del territorio, con excepción de los centros poblados, alcanzando una superficie de alrededor de 30.000 kilómetros cuadrados.
El proyecto constituye un avance en la militarización de problemas sociales internos del país y está en sintonía con lo que sucede a nivel regional; en su momento Macri en Argentina emitió un decreto que habilita la participación de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad interna en zonas de frontera, y Temer en Brasil recurrió a las fuerzas armadas para reprimir en las favelas de Río de Janeiro.

El Frente Amplio y las Fuerzas Armadas

En nuestro país la propuesta impulsada por el Frente Amplio se da mientras se investiga la participación de estas mismas Fuerzas Armadas en tareas de espionaje político, y continúa una línea de fortalecimiento de las fuerzas represivas.
La creación de una Guardia Republicana a nivel nacional, el aumento de presupuesto y la profesionalización de las fuerzas represivas o las tareas de las propias Fuerzas Armadas en las perimetrales de las cárceles son algunos de sus antecedentes más inmediatos.
La propia senadora oficialista Constanza Moreira señaló que la militarización es una forma de perder libertades (lo que no le impidió votar el proyecto) dejando en evidencia que con esta iniciativa el que “le hace el juego a la derecha” es el propio Frente Amplio.
De hecho hasta Larrañaga remarcó que la propuesta era más amplia que la que él mismo estaba impulsando con respecto a la participación de las Fuerzas Armadas en la represión interna.
En estos tres periodos de gobierno el Frente Amplio ha mostrado su intención de avanzar en la reconciliación con esta institución que reivindica la dictadura y darle un mayor protagonismo en la política nacional.

Hernán Yanes

Uruguay aprobó la Ley Integral para Personas Trans

La Cámara de Diputados uruguaya aprobó en la madrugada de este viernes la Ley Integral para Personas Trans, considerada de avanzada en la región.

Uruguay festejó de madrugada tras la aprobación este viernes de la Ley Integral para Personas Trans, por parte de la Cámara de Diputados. La normativa establece medidas para revertir los mecanismos de discriminación y avanzar en la garantía de derechos para esta población como el acceso al trabajo, vivienda e intervenciones quirúrgicas.
Con 62 votos a favor, de un total de 88, el Congreso dio luz verde a la ley que llevaba año y medio en la órbita parlamentaria.
La ley, que ya había sido avalada por el Senado -con 17 votos afirmativos de 29- se discutió en una sesión extraordinaria que empezó en la tarde del jueves y duró unas 10 horas, culminando en la madrugada de este viernes tras la intervención de más de 40 parlamentarios, quienes expusieron sus argumentos en contra y en favor de la nueva ley, que ahora deberá ser promulgada por el Poder Ejecutivo.
La nueva legislación facilita el cambio de género registral (lo saca del ámbito jurídico y lo instala en el administrativo), prevé una reparación económica para aquellas personas por encima de los 50 años que vivieron la dictadura cívico-militar, obliga al sistema público de salud a solventar el proceso de cambio de sexo (a partir de la hormonización y las distintas cirugías para estos casos) y prevé una cuota trans para trabajar en el Estado.
Se trata de un avance porque reconoce derechos hace mucho tiempo vulnerados para la población trans, en la que la expectativa de vida ronda los 35 años, por lo que una reparación económica se hacía urgente y necesaria (aunque en lo que respecta a quienes vivieron la dictadura, no accederían más de 50 personas, ya que el resto han fallecido).
Es una legislación de avanzada a nivel regional y una conquista del movimiento de la diversidad sexual que hace, como mínimo dos años que promueve esta legislación, y que contó además con una juntada de firmas en el marco de la Campaña #LeyTransYA.
Durante el debate, más de un centenar de personas a favor de la ley aguardaron el resultado expectantes, manteniendo el silencio hasta la aprobación individual del 24 y último artículo, poco antes de las 02.30 de la madrugada, cuando estallaron en ovaciones y al grito de "ley trans ya".

Avances y límites

En concreto, la ley establece facilidades para el cambio de nombre de las personas trans en el Registro Civil y obliga a los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial, a los Gobiernos departamentales, a los entes autónomos y a otras oficinas públicas a destinar, por año, el 1 % de sus puestos de trabajo al colectivo.
Además, el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional debe determinar un cupo "no inferior al 1 %" de sus programas de capacitación a las personas trans.
Respecto a la salud, el objetivo es poder incrementar la expectativa de vida de las personas trans, que actualmente se ubica entre 35 y 40 años de edad.
Por su parte las personas trans, nacidas antes del 31 de diciembre de 1975, que demuestren haber sido víctimas de violencia institucional o privadas de su libertad como consecuencia de las fuerzas de seguridad, tienen derecho a una reparación económica.
Pero la ley, a pesar de ser de avanzada en la región, muestra algunos límites, como lo irrisorio del monto de la reparación económica (equiparable a un “plan social”), la no obligación que tiene el sector privado de incorporar personas trans, la no garantía de un trabajo digno, o la negociación de si los menores podían acceder a los procedimientos de hormonización.
Estos límites y debilidades de la ley se deben al tratamiento en general que le dio el oficialista Frente Amplio al querer negociar con la derecha parlamentaria una votación. Es decir que a cambio de la aprobación rebajó la ley en varios aspectos. “Negocian con nuestros derechos”, se escuchaba en los debates previos, entre las mujeres trans que hace años luchan por su reconocimiento.
Por otro lado, el Frente Amplio nunca pudo explicar por qué cajoneó la ley, cediendo durante años a las arengas de los grupos anti derechos, teniendo mayoría parlamentaria y pudiendo aprobar la ley sin negociación con otros bloques. En este caso la unidad y negociación con la derecha tradicional para aprobar la ley de conjunto dio por resultado la negociación de una legislación más aggiornada.

La derecha "sacada"

Al igual que durante la votación en el Senado, los conservadores y los sectores antiderechos actuaron en bloque para intentar bloquear la ley. El el Senado figuras del Partido Nacional y del Partido Colorado ya se habían destacado por sus argumentos y frases transfóbicas.
Durante la jornada en la Cámara Baja se pudieron escuchar argumentos similares como el del diputado del Partido Nacional, Rodrigo Goñi, que volvió a la carga contra la supuesta "ideología de género" de la ley que podría "confundir a los jóvenes y afectar a la familia". Goñi también confirmó su voto en contra argumentando que la ley podría sugerir que ser trans es algo beneficioso.
Las brutalidades de senadores y diputados fueron parte del arsenal que los grupos y partidos antiderechos vienen utilizando desde hace tiempo para evitar que la iniciativa sea ley.
Es una cruzada que se ve en toda la región y que incluye tanto las campañas de los antiderechos en Argentina, para que no se vote la ley de interrupción voluntaria del embarazo como así también para que no se aplique la ley de educación sexual integral, como las brutalidades llevadas adelante por los seguidores del transfóbico ultraderechista Bolsonaro en Brasil, que se acaba de cobrar la vida de una mujer trans, acuchillada por cuatro de sus seguidores.
La ley que acaba de ser votada en Uruguay es motivo de festejo, pero la reacción de los antiderechos en todo el continente es una señal de alarma. Demuestra que nuestros derechos no solo deben ser conquistados en las calle sino que, ahora más que nunca, es allí donde los tenemos que defender de los ataques de estos sectores reaccionarios y conservadores.

LID Uruguay

martes, 30 de octubre de 2018

Gilberto Vázquez otra perla más de impunidad permanente




En las últimas horas se dio a conocer la “ausencia” de su prisión domiciliaria del reo de lesa humanidad Gilberto Vázquez, en una situación que parece una tomada de pelo el poder judicial le permitió a este psicópata de la dictadura vivir en una ciudad fronteriza a tres cuadras de la frontera con Brasil.

La impunidad como piedra angular del actual régimen político e institucional en Uruguay suma otra perla más con el episodio de fuga temporal protagonizada por Gilberto Vázquez en las últimas horas.
El represor condenado a 25 años de prisión por 28 delitos de "homicidio muy especialmente agravados", y con solicitud de extradición por la causa Plan Cóndor de Argentina, se había ausentado de su domicilio en la ciudad fronteriza de Rivera- Livramento sin autorización judicial, según lo denunciado por el jefe de policía encargado de su control. A Vázquez le concedieron el permiso de cumplir su prisión domiciliaria en dicha ciudad fronteriza desde el 10 de octubre, cuando ya en el año 2006 había protagonizado una fuga y en el 2011 se descubrió que planeaba una nueva fuga de la cárcel vip en Piedras Blancas.
Los distintos poderes de este país se han encargado de hacer todo lo posible para garantizar la impunidad de “sus muchachos” que hicieron el trabajo sucio en la última dictadura militar.
Empezando por las décadas de impunidad y las leyes que la ampararon, pasando por la no condena de la gran mayoría de represores y los múltiples beneficios para el puñado de represores condenados: cárceles vip, prisión domiciliaria, jubilaciones onerosas salidas directamente del bolsillo de los trabajadores (muchos de ellos quizás torturados por los mismos represores o familiares directos de torturados o asesinados).
Impunidad también para respaldar el silencio acerca de los cuerpos de las mayoría de los desaparecidos, o para hacer la vista gorda frente a los atentados a los memoriales que condenan la dictadura, o también de las amenazas contra los antropólogos del GIAF y algunas figuras públicas vinculadas a los DDHH.
Gilberto Vázquez puede sumarse en breve a la lista cada vez más larga de un nuevo beneficio otorgado por la burocracia y los poderes del Estado, la fuga. Con los casos conocidos de Jorge Troccoli (en Italia), Pedro Mato (en Brasil), Manuel Cordero (durante años viviendo en Brasil y atrapado y juzgado por el Plan Cóndor en Argentina) y Eduardo Ferro fugado en España.

Poder judicial prepara el plan de fuga

Como si fuera una tomada de pelo el poder judicial le otorgó a Gilberto Vázquez la prisión domiciliaria, con todos los antecedentes de fuga conocidos, en un apartamento a tres cuadras de la frontera terrestre de la frontera de Uruguay y Brasil.
Desde el Observatorio Luz Ibarburu presentaron ante los juzgados correspondientes “para conocer las razones por las cuales se le otorgó prisión domiciliaria y las razones por las cuales se le habilitó la ida para Rivera”. Habrá que ver las excusas que responderá el poder judicial para justificar todo esto, que parece más un plan de fuga (con la complicidad de los jueces) que una resolución que corresponda al tratamiento de un reo condenado por 28 homicidios muy especialmente agravados y con antecedentes de fuga.
Gilberto Vázquez deberá estar soñando con esconderse en el nuevo paraíso ultraderechista del continente de la mano del fascista Jair Bolsonaro que tiene gran posibilidad de ganar las elecciones este domingo. Agregado a que Brasil se ha convertido en una cueva de genocidas prófugos, como Pedro Mato o en el pasado Manuel Cordero.

La impunidad, sus hechos y un mensaje

La impunidad garantizó la preservación de las fuerzas armadas como principal brazo armado del Estado capitalista a usar contra los trabajadores y sectores populares, si les es necesario, en el futuro tal cual ya lo hicieron en los setentas. La reconciliación y el re prestigio de los militares es una consecuencia directa también, que ya viene dando sus frutos con la creciente intervención de los militares en política en la figura del jefe del Ejército Manini Ríos.
El mensaje reiterado del régimen de impunidad (políticos, poderes del estado, FFAA, medios de comunicación) es que para “los muchachos” que hacen el trabajo sucio tendrán múltiples beneficios que les garantice ser salvados en la medida de lo posible mediante múltiples maniobras.
A futuro las garantías para los genocidas del ayer prepara el terreno para los genocidas del mañana, la ola reaccionaria que vive la región de la que Uruguay es parte, anuncia que ese mañana no está muy lejos.

Sebastián Artigas

lunes, 29 de octubre de 2018

La victoria de Bolsonaro abre otra etapa en la crisis brasileña




Jair Messias Bolsonaro se consagró ayer presidente electo de Brasil, con una ventaja de once millones de votos sobre el candidato del PT, Fernando Haddad. La ola derechista de los comicios quedó también en evidencia con la victoria de Joao Doria, del PSDB, para gobernador del estado de Sao Paulo, que logró sobrellevar el retroceso que le marcaban las encuestas, con un apoyo declarado a Bolsonaro. Lo mismo ocurrió en otros estados representativos, como Río de Janeiro y en Río Grande do Sul – un ‘bastión’ del PT –, o en Minas Gerais, donde un advenedizo derrotó en el primer turno al gobernador del PT y se quedó con el estado en la segunda vuelta.
Bolsonaro ha llegado a la presidencia montado en una crisis económica y política de enorme envergadura, que primero liquidó al gobierno de Dilma Rousseff y luego al de su vicepresidente, Michel Temer, convertido en titular de gobierno mediante un golpe de estado. El interinato de Temer acabó con todos los partidos tradicionales que integraron su gobierno, como consecuencia de la acentuación de la crisis en marcha. La crisis industrial ha dejado un ejército de desocupados formales que se aproxima a quince millones de personas – un tendal que se suma a un desempleo fluctuante, no registrado, de proporciones enormes. El derrumbe del PT antecede mucho en el tiempo al ascenso de Bolsonaro, porque quedó de manifiesto en la violenta política de ajuste que aplicó como gobierno desde 2012 y que se manifestó en multitudinarias manifestaciones.

Una crisis política a toda velocidad

Es oportuno recordar que los llamados ministros y banqueros ‘neo-liberales’, que ahora están apuntados para integrar el gabinete de Bolsonaro, hicieron sus primeros oficios bajo los de Lula y Rousseff – Henrique Meirelles, del Banco Boston, designado en el Banco Central, y Joaquim Levy, otro banquero, como ministro de Economía en 2015. La desmoralización política que los gobiernos petistas provocaron en la masa trabajadora se expandió a partir de las pruebas de corrupción perpetradas por su gestión, en beneficio de grandes capitales – en especial las poderosas empresas de la construcción. El período de reacción política que pretende imponer Bolsonaro y la camarilla de militares pasivos y activos que lo ha promovido, no se funda en una derrota explícita de la clase obrera en lucha contra las patronales y el capital sino en la bancarrota política y moral de su dirección. De otro modo no se explica que en las ciudades del ABC paulista, el centro de la industria automotriz y metalúrgica de la periferia de Sao Paulo, y cuna simbólica del PT, Bolsonaro se haya podido acercar al 70% de los votos en el reciente balotaje.
La velocidad del ascenso de Bolsonaro, que todavía a principios de año orejeaba un 20% de la intención de votos, es un testimonio de la velocidad de la crisis política. Al inicio de la campaña por la primera vuelta, la inmensa mayoría del capital financiero apostaba por el Macri paulista, Gerardo Alckmin, del PSDB (un animador del golpe contra Rousseff y sostenedor del gobierno Temer) que nunca pudo levantar vuelo a pesar de sus ‘calificados’ apoyos. La pulverización de la ‘vieja política’ pavimentó el camino de Bolsonaro, no al revés; Bolsonaro desfiló con todos los corruptos del Congreso brasileño (se calcula que abarca a un 65% de sus miembros) en el operativo de destitución de la presidenta de entonces.

Militares y banqueros

Bolsonaro mismo logró explotar el vacío político en su beneficio, no por su destreza; se vale de un lenguaje propio del bajo fondo. El pilotaje de la crisis, en especial el golpe contra Dilma y el encarcelamiento de Lula, estuvo a cargo del alto mando del ejército y de su comandante Eduardo Vilas Boas. Lo hizo incluso en forma desembozada, a lo Trump, por medio de Twitter. Fue el alto mando el que operó el pasaje de Alckmin a Bolsonaro, incluso cuando observó que no arrancaba la candidatura del ‘laborista’ Ciro Gómes, un ‘desarrollista’, que gobernó el estado de Ceará. Varios especialistas han subrayado que la campaña de Bolsonaro en las redes sociales, supone una infraestructura altamente sofisticada. Se ha configurado, en consecuencia, la junción entre el alto mando militar y un demagogo fascista, que viene de ninguna parte, de naturaleza contradictoria, en especial porque el advenedizo tiene ahora 55 millones de votos.
Para dejar en evidencia aún más estas contradicciones, Bolsonaro ha anunciado desde el inicio un gabinete compuesto, por un lado, de banqueros asociados a la actividad de fondos especulativos, como Paulo Guedes, ex mandamás del Banco Itaú, el mayor de Brasil, y por el otro, de la burocracia tecnocrática-militar, que encara la economía desde la seguridad nacional. Figura fundamental, que ocupará el ministerio de Defensa, Antonio Heleno, ha sido comandante de las tropas de ocupación de Haití, donde los ejércitos latinoamericanos se han ejercitado en el combate urbano, mientras sus estados les tenían prohibida la inteligencia interna. Viejos zorros del capital brasileño, como Delfim Neto, ministro de Economía de la dictadura, o reputados economistas, como Nogueira Batista, se han adelantado en asegurar que este mejunje ministerial no tiene posibilidades de durar. De todos modos, The Wall Street Journal ha festejado el triunfo de Bolsonaro con la certeza de que “drenará el pantano” ‘populista’ – la consigna de la campaña de Trump.

Fascismo

El nuevo presidente ha sido reclutado en el bajo fondo fascista, pero esto no alcanza para que su victoria establezca un régimen político fascista. Para esto hay que reunir todavía condiciones apropiadas. El crecimiento electoral le da la oportunidad de formar una bancada fuerte en el Congreso y de obtener adhesiones de los terratenientes, evangélicos y militares que han entrado por medio de otros partidos. Desarrollar una fuerza organizada propia es condición para el fascismo. Ha ganado una base electoral masiva, pero de ningún modo disponible para ser movilizada contra la clase obrera o para imponer un ajuste mediante aprietes extra-parlamentarios. La posibilidad de un ascenso fascista es todavía un asunto del futuro – que se será determinada por la crisis económica y la lucha de clases entre el capital y el estado, de un lado, y los trabajadores del otro. Obligado por las condiciones políticas objetivas a establecer un régimen de arbitraje con características autoritarias. Bolsonaro debería conquistar una autonomía respecto a sus mandantes, el ejército y el capital financiero. Se trata de un desenlace incierto, pavimentado de crisis políticas de diversa naturaleza.
De conjunto, sin embargo, el pasaje del régimen pseudo democrático que se estableció en 1985 a un régimen bonapartista potencial, compartido por el Ejecutivo y el alto mando militar, constituye un retroceso histórico – una expresión de la incapacidad de la burguesía para gobernar con métodos que disimulan su dominación (democracia) y la obligación al recurso de regímenes de excepción, que ponen al desnudo la violencia política del Estado.
Como muy bien recuerda nuestro compañero Hernán Gurian desde Río de Janeiro: “En 1990 Fernando Collor de Melo se convertía en presidente del Brasil, derrotando a Lula del PT en segunda vuelta. Collor, un político aventurero y casi desconocido hasta ese momento, repetía incansablemente que el Brasil no se iba a transformar en un país comunista, que ´nuestra bandera jamás será roja´ y nunca se iba cambiar el himno nacional por La Internacional. Entre 1991 y1992 el pueblo brasilero salió masivamente a las calles para poner fin a un gobierno privatizador, hambreador y represor mediante una rebelión popular. El 29 de diciembre de 1992 el gobierno de Collor CAYÓ”.

Guerra de clases

Brasil atraviesa por una crisis económica descomunal, que la burguesía quiere abordar por medio de una cirugía mayor. De ahí que plantee privatizaciones en gran escala, por unos 200 mil millones de dólares, para rescatar en forma anticipada una deuda externa bruta que supera el billón – y creciendo. Entran en el paquete numerosas empresas estatales, empezando por Petrobrás y sus satélites, Electrobras, empresas de los estados federales, incluso la joya aeronáutica, Embraer.
Para ir por la eliminación del déficit fiscal, el capital financiero pretende liquidar el régimen público de reparto por otro de capitalización, de modo de convertir a los fondos privados en fuente financiera barata. Esta reforma ha llevado, en todos lados, durante la transición, a mayor déficit y mayor endeudamiento internacional. El aumento de la edad jubilatoria, otra pieza del ataque, se aplicaría a un población sin protección social: la reforma laboral impuesta bajo Temer ha impuesto el trabajo intermitente (lo que supone menores aportes previsionales) y la liquidación del derecho laboral. El equipo de Bolsonaro propone sustituir los convenios colectivos por la emisión de una tarjeta verde, donde se anotarían salarios y prestaciones, en una suerte de contrato individual – de aquí sale el ataque que los bolsonaristas han emprendido contra el aguinaldo. El movimiento obrero enfrenta el desafío de prepararse para colisiones gigantescas. Los apologistas del nuevo rumbo denuncian que Brasil tiene una economía “cerrada” y una industria incapaz de “competir”, lo cual anuncia una liquidación gigantesca del patrimonio industrial y tecnológico. La guerra de clases que desataría un plan de esta envergadura, pondría en la agenda de la burguesía un pasaje al fascismo – y en la del proletariado, obligado a una lucha histórica, un pasaje a la revolución. La deforestación y sojización de la Amazonia acentuaría el régimen fascista que existe ya en el campo, bajo los gobiernos democráticos, incluso petistas.
Trump apenas le deseó “suerte” a Bolsonaro, sin que quede claro si encogió el apoyo por la proximidad de las elecciones norteamericanas, o si por el convencimiento de que Brasil no se distanciará de China – por lejos su principal socio comercial y hasta financiero. El centro del choque entre EEUU y China, en América Latina, es Brasil, donde la ‘prosperidad’ del capital agrario depende del mercado de China. Detrás de Bolsonaro opera un lobby yanqui, dirigido por el senador Marcos Rubio, jefe del anticastrismo y partidario de atacar a Venezuela. Por de pronto, las fuerzas armadas brasileñas están negociando la instalación de bases norteamericanas en la frontera norte del país.
La burguesía yanqui, sin embargo, no está unida en esta aventura. Macri, por su lado, a través del brasileñista Dante Sica, ministro de Industria, le ha dado un apoyo contundente al fascismo ultra-fronteras: “Dará estabilidad, dijo, a Brasil” (Ámbito, 13.10). Paulo Guedes, el candidato a dirigir Economía, ha adelantado, sin embargo, que congelaría el Mercosur, a favor de una “economía abierta”. La prensa ha pasado por alto que el petista Fernando Haddad, en este ambiente privatizador, había anunciado la preferencia por Persio Arida, como ministro de Economía, un Sturzenegger brasileño. La penetración de la banca norteamericana ha crecido sustantivamente en Brasil, lo que explica los candidatos que se mencionan para el gabinete y los planes económicos. Trump posiblemente no pretenda anular la relación comercial China-Brasil, pero sí valerse de esa penetración financiera para profundizar su guerra económica con China por otros medios y otras vías.

Transición política

Brasil se encuentra en una transición política que deberá mutar sucesiva y explosivamente su régimen político. El fascismo está planteado en esta transición; “hay que barrer a los rojos”, “a la cárcel o el exilio” – son las consignas de Bolsonaro. El PT y las burocracias sindicales, sumidas en una crisis profunda, han anunciado su adaptación política a la nueva situación con el planteo de la batalla parlamentaria. La izquierda brasileña, el Psol, subida ayer en el ‘palenque’ del PT, junto a Haddad, dejó claro que no es alternativa a nada. Es necesaria otra estrategia política; no pueden haber partido obreros o de trabajadores con direcciones y aparatos pequeño burgueses, que es el núcleo explicativo de este derrumbe político ante un aventurero sin escrúpulos. No harán frente a las grandísimas batallas de clase que tendrán lugar en este período explosivo. En estas condiciones, la convocatoria a una deliberación de la clase obrera, por medio de asambleas y congresos de delegados electos, ocupa un lugar estratégico, porque introduce la necesidad de un planteo de conjunto y de un plan de lucha debidamente preparado, en consonancia con el desafío que ha quedado planteado.
América Latina ha quedado conmovida por el desarrollo de la crisis brasileña, que no es una crisis local sino de conjunto. Lo muestra el derrumbe de Centroamérica y la migración en masa por diversos territorios. Las luchas contra la reforma previsional llevó a una prolongada huelga general en Costa Rica y a un levantamiento popular en Nicaragua, en tanto que ha abierto una lucha enorme en Argentina. La crisis brasileña, como parte de la crisis mundial y de la crisis de gobernabilidad en América Latina, está presente, en forma harto deformada, pero presente sin duda, en la batalla política que se libra en las elecciones norteamericanas del próximo 8 de noviembre. La crisis brasileña interpela a la crisis capitalista mundial, por un lado, y al conjunto de la vanguardia obrera en el mundo entero, por el otro, atravesada por una gran crisis de dirección.

Jorge Altamira

Bolsonaro: antipetismo, reacción conservadora y descomposición capitalista




Vivimos tiempos de reacción. La mayor intención de votos de Bolsonaro en las encuestas no puede ser comprendida si no se percibe que estas elecciones de conjunto fue la continuidad del golpe institucional que ocurrió en 2016, con una serie de operaciones manipulatorias, comenzando por el poder judicial, la aparición del Ejército en la vida política y las maniobras de los grandes medios. La última noticia fue el escándalo de financiamiento ilegal de campaña conocido como “caixa 2” de empresas para financiar grandes operaciones de fake news a través de WhatsApp a favor de Bolsonaro. Pero si las maniobras ayudaron a amplificar la reacción, no explican todo el fenómeno de la extrema derecha en el país.
La primera cuestión a señalar es que existe un fenómeno internacional en ese sentido, sin despreciar las particularidades nacionales: como definición, podemos decir que a nivel internacional, el fortalecimiento de formas políticas de extrema derecha tiene que ver con un conjunto de procesos económicos, políticos, sociales y culturales que tiene com una de las raíces la crisis económica iniciada en 2008 y que completa una década ahora. Para ser más específico, se trata de un proceso relacionado con “acciones y reacciones” al interior de esa crisis.
Si la candidatura de Bolsonaro es un ejemplo claro, en Brasil, de la reacción al interior de esta década de crisis económica internacional, la pregunta que se plantea es: ¿contra qué reaccionan y cuales son las bases materiales para esa reacción conservadora?

Los objetivos y la forma de alcanzarlos

El gran objetivo “oculto” para las masas en la reacción bolsonarista es la aplicación de un programa neoliberal, de ajustes, reformas, ataques a los derechos y privatizaciones. Pero ¿cuál será la forma de alcanzar ese objetivo? Responder a esta cuestión es comenzar a entender el significado de la reacción que ocurre en Brasil y la cara que tiene.
La primera tarea de reflexión, que parte de ligar los efectos internacinales de la crisis conlas particularidades de la realidad brasileña, es la de comprender el sentido más profundo de los objetivos del golpe institucional y, por consiguiente, de aberración de extrema derecha oriunda de él. Para esa reflexión, volvamos brevemente a Florestan Fernandes en su A revolução burguesa no Brasil (La revolución burguesa en Brasil). Analisandoel sentido dictadura militar en el país, el sociólogo brasileño hizo dos consideraciones que nos auxilian en la reflexión actual. Primero, dice Florestan:
Cuanto más se profundiza la transformación capitalista, más necesitan las naciones capitalistas centrales y hegemónicas de “socios sólidos” en la periferia dependiente y subdesarrollada –no solo de una burguesía articulada internamente en bases nacionales, sino de una burguesía bastante fuerte para saturar todas las funciones políticas autodefensivas y represivas de la dominación burguesa. Esa necesidad se hace aun más aguda bajo el imperialismo total, inherente al capitalismo monopolista, ya que después de la Segunda Guerra Mundial, al entrar en una era de lucha por la supervivencia contra los regímenes socialistas, dichas naciones pasaron a depender de las burguesías nacionales de las naciones capitalistas dependientes y subdesarrolladas para preservar o conservar el capitalismo en la periferia. (Florestan Fernandes, A revolução burguesa no Brasil, Editora Globo, 2006, p. 342).
Aquí está una primera diferencia importante con el contexto de 1964, del golpe militar. En aquel momento, la “amenaza comunista” era real, dada la existencia de la URSS y una serie de Estados obreros que, aun que burocratizados (alejados de una perspectiva comunista), ocupaban casi un tercio del globo. En aquel momento, aun que patrocinase a la dictadura, el imperialismo norteamericano dio cierto margen mínimo a los militares. En los gobiernos de Brasil, eso se combinó con un feroz ataque a las condiciones de trabajo, a los sindicatos y a las organizaciones de izquierda, pero desde un punto de vista de la estructura del país, la burguesía interna, junto al gobierno militar, conservó algún poder, especialmente en el gobierno de Geisel, con el mantenimiento de grandes empresas estatales comoparte del plan global de la dictadura.
En la actualidad, el golpe institucional en Brasil, en el contexto mundial de la crisis pos 2008, pero sin procesos de revolución social o Estados obreros fuertes, lleva a que el “plan Trump” sea de subordinación salvaje de los países de la periferia, como “patio trasero”, América Latina. En este sentido, al no lograr efectivizar el plan de privatizaciones agresivas (incluyendo la de Petrobras), ataques como la reforma previsional, además de un ajuste fiscal sofocante como los antiguos gobiernos del PT, y al fallar también en imponer un candidato de centro derecha que le diese una cara democràtica a esos duros ataques, la "solución" fue girar hacia Bolsonaro como respuesta posible a ese plan del capital.
Aquí podemos abordar un segundo aspecto de lo que señala Florestan Fernandes. Al hablar de la "revolución burguesa en Brasil" afirma que ésta combina "transformación capitalista y dominación burguesa" y explica:
Todavía esa combinación se procesa en condiciones económicas e histórico-sociales específicas, que excluyen cualquier posibilidad de "repetición de la historia" o de "desencadenamiento automático" de los prerrequisitos del referido modelo antidemocrático burgués. Al contrario, lo que se concretiza, aunque con intensidad variable, es una fuerte disociación pragmática entre desarrollo capitalista y democracia; o, utilizando una notación sociológica positiva: una fuerte asociación racional entre desarrollo capitalista y autocracia. (Florestan Fernandes, ídem, p. 340).
Eso significa que es parte de la vocación de las élites en los países de capitalismo dependiente buscar las transformaciones capitalistas disociándose de las ideologías liberales y de la democracia burguesa, recorriendo a una solución autoritaria. En 1974, cuando Florestan escribió su obra, todavía bajo los impactos del "milagro económico", podría haberse generado la confusión de que había algún tipo de desarrollo capitalista en el país. Después de asistir a la hiperinflación del final de la dictadura, al avance neoliberal a partir de 1990 -no modificado por el PT como política económica en sus rasgos fundamentales- y, más recientemente, la intensificación de la destrucción de la industria nacional y de las grandes empresas estatales promovida progresivamente en el período pos golpe institucional, bien como la respectiva amplificación del alcance de lo que hizo el neoliberalismo desde los años 90, lo que vemos es que ese recurrir a una "solución más autocrática" -aun que en los límites de un régimen autocrático descompuesto- está más ligado a las necesidades del imperialismo que a la "revolución burguesa en Brasil".
O sea: Bolsonaro es el recurrir de las élites nacionales a una solución más bonapartista (represiva) para terminar de saltar en el abismo de la entrega total del país al imperialismo con Paulo Guedes como emblema más claro de ese proceso.

La tragedia y la farsa: anticomunismo y antipetismo

Señalamos, entonces, que el período histórico de la dictadura militar en Brasil y las condiciones económicas hasta 1973 son bastante distintas a la actual realidad brasileña, y geopolíticamente, también de la mundial, ya que en aquel momento había un Estado obrero muy fuerte como la URSS y un contexto de Guerra Fría. En ese sentido, la tragedia de la dictadura militar pudo puscar consolidarse "contra la amenaza comunista", porque era relativamente más fácil explorar los acontecimientos y promover un régimen regresivo diciendo que una revolución comunista estaba a punto de ocurrir en el país.
La farsa de Jair Bolsonaro es que, no teniendo una "amenaza" comunista para enfrentar e imponer un régimen más autoritario, decidió inventar una amenaza. Así fue que el PT se transformó en emblema de la amenaza comunista -y todo lo que brilla es oro, en este caso. PT en Brasil, amenaza de invasión a Venezuela (hundida en la boliburguesía, que de socialista no tiene nada), la "alianza" con Cuba, pero también la "Red Globo comunista", al igual que las revistas capitalistas internacionales, como The Economist, que se transformó en "e-comunist"... y una larga lista; recientemente los bolsonaristas hicieron la proeza de "acusar" a uno de los mayores pensadores emblemáticos del neoliberalismo, Francis Fukuyama, de "comunista".
Aquí la crisis económica internacional se liga a lo que Antonio Gramsci denominó "crisis orgánica". Sobre eso venimos escribiendo en distintos artículos en Idéias de Esquerda. Se trata de un fenómeno que debilitó a los "centros políticos" de las democracias en distintos países de Europa, con expresiones a derecha y a izquierda, y polarización también en Estados Unidos, que culminó con Trump.
También en Brasil la crisis orgánica hizo trizas al "extremo centro", especialmente con a enorme crisis del PSDB, y ahora del PT. Fácilmente asociado a toda corrupción y a las crisis de la "Nueva República", éstas solo pudieron ser capitaneadas por la extrema derecha al crearse una amenaza: el "fantasma del comunismo".
A lo que llamamos la atención es a que esta reacción, evidentemente, no es a la revolución proletaria o al "comunismo" de Estados obreros (aun burocratizados), de modo que existen límites para la conformación de una fuerza social facista real en Brasil. La creación de un fantasma y la histeria social de la clase media actual no es la misma que llevó, en la década de 1930, a que se crearan grupos sociales paramilitares para perseguir a sindicalistas y fusilar obreros, como hicieron los facistas en la década de 1930. En realidad, el "antiizquierda" queda más mezclado con el "anticorrupción", que ha sido fuerte para ganar una elección, pero no parece ser tan fuerte como para ganar a un amplio sector de la sociedad para aplastar a los sindicatos durante los ataques económicos que están preparando.

La crisis y la reacción de las costumbres

Comentando la emergencia de la derecha en Europa, Brexit, Trump e incluso expresiones de inspiración abiertamente facista, Ricardo Antunes opinaba en un artículo en Folha que "esta ’era de las tinieblas’ fue la respuesta de las corporaciones financieras globales y sus gobiernos (a la derecha y a ’izquierda’) frente a la ’era de las rebeliones’ que sacudieron al mundo pos crisis de 2009" (Folha, 13 de octubre de 2018).
Entender lo que fue la "era de las rebeliones" es muy importante para entender el real significado de la reacción actual, incluyendo el plano cultural. El movimiento obrero internacional viene entrando en escena en combates durante la poscrisis. Particularmente contra la austeridad, Grecia fue uno de los grandes ejemplos de la lucha con por lo menos 30 huelgas generales. En otro sentido, y con un desenlace reaccionario, la Primavera Árabe fue parte de las "rebeliones". Sin embargo, lo que marcó más incisivamente los cambios en la situación internacional y le dió cierto tono a las movilizaciones poscrisis fueron los levantamientos de la juventud, posiblemente los más importantes desde mayo de 1968.
Los indignados españoles, Ocuppy Wall Street en Estados Unidos, el movimiento estudiantil #feesmustfall en Sudáfrica, las movilizaciones del movimiento estudiantil chileno por la educación gratuita, las Jornadas de Junio del 2013 en Brasil son solo algunos ejemplos emblemáticos de esa oleada internacional a partir de 2011. Entre otras consecuencias de esos levantamientos de la juventud, está cierto remezón que que promovió contra el conservadurismo en el capitalismo del siglo XXI, que se manifestó en otros movimientos de estatura internacional, como la primavera feminista, movimientos de identidad negra y por la libertad sexual y contra la opresión a la diversidad sexual, entre otros.
Bolsonaro es también la expresión nacional de una reacción internacional conservadora (en distintos grados) de ese fenómeno internacional: se basa en un sector conservador duro machista, racista, con fobia a la diversidad sexual, reaccionario en las costumbres, pero busca tener una capacidad expansiva en sectores más amplios, contra el "victimismo" y los "excesos" de la oleada anterior. Evidentemente, están lejos del arianismo nazi o expresiones ultra reaccionarias del facismo en ese ámbito, que además de las diferencias con el conservadurismo bolsonarista dentro del actual contexto histórico, en el caso brasileño, también hay que considerar que todavía no tiene correlación de fuerzas para revertir totalmente la primera oleada "reformista" de "rebeliones" de la juventud e ir por más, pero lograron una fuerza importante para ponerle límites a esa oleada. No por casualidad, el capoeirista y activista negro Mestre Môa y transexuales han sido víctimas del movimiento bolsonarista: son emblemas de la "oleada anterior" y de la reacción bolsonarista actual.

El problema de la violencia y la descomposición social

No deja de ser significativo, como tercer componente explícito del fenómeno Bolsonaro, junto con el antipetismo la postura reaccionaria en las costumbre, la capacidad de explotar la descomposición del capitalismo brasileño y la gran violencia social en el país.
El mote de "armar al ciudadano de bien" tal vez sea uno de los puntos por medio de los que el reaccionario ha logrado ilusionar a un sector del proletariado, que se ve indignado frente a la situación de descomposición capitalista de la sociedad, aumento de la miseria, crisis y violencia social.
También aquí se manifiesta una nueva determinación de la crisis económica internacional en su décimo año, que le pone límites al fenómeno si se lo piensa en comparación con el facismo. Partimos, claro, de que para llegar a ese nivel de apoyo de la sociedad, una propuesta "radical" como el armamento, tiene que haber una situación de crisis económica y rasgos más claros de descomposición. Sin embargo, los límites son que el deseo de armamento de la población contra la "violencia" no lleva directamente al soporte de grupos de apoyo a la violencia paraestatal o a aceptar la violencia generalizada estatal contra todo y contra todos. En una encuesta reciente de Datafolha, aun que ha crecido la cantidad de personas que apoyan una dictadura militar, frente a la pregunta de si está de acuerdo con que el Estado cohiba huelgas, el 72% de los entrevistados se manifestó en contra.
De esta manera, aun que partamos de un aumento significativo del carácter reaccionario de la violencia estatal y ligado en particular al elemento anterior, seguramente habrá un fortalecimiento del racismo institucional de la policía, con una violencia estatal aun más brutal contra la población pobre y negra, los jóvenes, etc. Esta solución reaccionaria de Bolsonaro y el peso preocupante que sucitan en sectores importantes de la población no se desdoblan en un pase libre para atacar a la izquierda, a los sindicatos, a las huelgas, y reprimir en forma generalizada a la juventud y los trabajadores. Hasta donde llega l a represión, depende de cómo la sociedad va "resisitendo a la reacción".

Límites de reacción

La acción anterior, la "era de las rebeliones", tuvo límites reformistas claros, no fue una manifestación ofensiva del sujeto proletario, no generó revoluciones socialistas. Eso también le imprime ciertos límites a un gobierno de Bolsonaro, que se insertaría, en ese sentido, mucho más en lo que León Trotsky definía como prebonapartismo y bonapartismo que en el fascismo (que en general es un fenómeno típico de países imperialistas).
Eso no tiene que ver con no percibir el discurso fascistizante de Bolsonaro, o no percibir y prepararse para una ofensiva aun más reaccionaria de esa ’ola de tinieblas’, pero se trata de entender las bases internacionales y nacionales del fenómenos de extrema derecha en Brasil para saber cómo actuar contra él. O sea, tratamos de una determinante oscura (el programa neoliberal) y tres explícitas (el antipetismo, el conservadurismo y la cuestión del armamento) como reflejos de cuestiones ligadas a la crisis internacional.
La gran cuestión es que lo que podemos abordar, desde el punto de vista teórico, son los márgenes generales que circunscriben ese fenómeno, pero esos márgenes son bien elásticos y suceptibles a una variable más fundamental de ese proceso, así como de los procesos internacionales: la lucha de clases.
Si en la física clásica podemos decir que toda acción genera una reacción, podríamos decir también que toda reacción genera una nueva acción. Ante los ataques brutales del programa neoliberal de Bolsonaro, ante la reacción bolsonarista, veremos la acción del movimiento obrero. Esa respuesta que los trabajadores, la juventud y todos los oprimidos darán a los intentos de Bolsonaro será definitoria de hecho, será el gran determinante para que sepamos cuál es el alcance y el sentido de este nuevo episodio siniestro en nuestra historia.

Vivi Iuri Tonelo
Campinas

domingo, 28 de octubre de 2018

Por pedido de Bolsonaro, la Justicia allana universidades, edificios públicos y sindicatos




Para bloquear toda voz opositora.

En un adelanto del carácter que adquirirá el gobierno de Jair Bolsonaro si se confirma su casi seguro triunfo el domingo próximo, la policía irrumpió en casi 30 universidades y varios sindicatos de todo el Brasil para amenazar, interrumpir clases e incautar material y carteles que, en el criterio arbitrario de la justicia electoral, cuestionaban al candidato derechista.
La Justicia, que habilitó los allanamientos ante una denuncia del propio Bolsonaro, justificó este avasallamiento a los más elementales derechos democráticos y añadió que la ofensiva fue aún más generalizada, ya que “también hubo acciones semejantes en otros órganos públicos municipales, estaduales y federales en todo el país” (Folha de São Paulo, 26/10).
Ante estos ataques, los estudiantes de la facultad de Derecho de la Universidad Fluminense de Río de Janeiro, con el apoyo de los docentes, realizaron una movilización y los de San Pablo decretaron hoy un paro de actividades “contra Jair Bolsonaro”, y se les sumarían los de otros centros de estudios, mientras varios rectores se pronunciaron contra este avasallamiento.
La ofensiva policial-judicial alcanzó a un sindicato de trabajadores petroleros y uno de maestros, a quienes se les secuestraron ediciones completas de sus publicaciones internas bajo la ilegal “acusación” de incluir material crítico de Bolsonaro en la “veda electoral” -cuando se trata de publicaciones internas de los gremios respectivos.
Una jueza de Río de Janeiro amenazó con detener al director de la Facultad de Derecho de la Universidad Federal Fluminense (UDFF) de esa ciudad si no era retirado de inmediato un cartel colgado en la entrada que decía “Derecho UFF Antifascista”.
En la Universidad Federal de Grandes Dourados, en Mato Grosso do Sul, la policía –por orden del tribunal electoral local- impidió ayer la realización de una conferencia sobre el tema del fascismo porque en un material de invitación los estudiantes “alertaban sobre el peligro de Bolsonaro”. Es también un reconocimiento más que directo por parte de la Justicia, de la ideología y el accionar del candidato derechista.
Por una denuncia de una alumna, hija de un policía, una patota de esa fuerza irrumpió en la clase que cursaba la denunciante porque el profesor se había referido en su exposición a las “fake news”, sin referencia alguna a Bolsonaro. El profesor tuvo que explicarse y disculparse para que la patota policial se retirara.
En medio de este creciente y generalizado clima de persecución y atropellos, la justicia (el Tribunal Regional Electoral) dio un paso más en Minas Gerais donde se entrometió en temas que ni siquiera están vinculados con la veda. Exigió que la Universidad Federal de São Joao Del Rei retirase una nota publicada en su sitio oficial, en la que la institución afirma “su compromiso con los principios democráticos” y agrega que ella defiende y adoptó las cuotas y el uso del nombre “social” para las personas trans.
Bolsonaro, que cuenta con el apoyo del alto mando militar, y los sectores más amplios de la burguesía brasileña, viene para desarrollar un brutal ataque a los derechos de los trabajadores y las masas. En este terreno ya cuenta con el apoyo de, al menos, un importante sector de la Justicia.
El PT y las direcciones sindicales de la Central Única de Trabajadores que le responden, se encuentran virtualmente paralizados ante esta ofensiva. Está planteado el frente único contra el fascismo, en primer lugar del conjunto de las organizaciones obreras. Es prioritario organizar la acción directa contra el fascismo para combatir sus métodos de guerra civil reaccionaria.

Nelson Marinelli

La gran lucha de los estudiantes universitarios en Colombia




El paro de los estudiantes universitarios por aumento presupuestario que comenzó el 11 de octubre abarca ya a 26 universidades públicas nacionales, o sea la inmensa mayoría de los liceos universitarios del país. Como parte del proceso de lucha, el 10 de octubre se realizó una histórica jornada de movilizaciones que habría reunido a más de 500 mil personas en todo el país (El Espectador, 24/10).
La debacle de la universidad pública colombiana es tan pronunciada que el movimiento contó inicialmente con el guiño de los rectores. Ocurre que el presupuesto educativo en Colombia se ajusta por el Indice de Precios al Consumidor, o sea por inflación, con lo cual se fue deteriorando al calor del crecimiento de la matrícula. “Los ingresos por estudiante se derrumbaron y las universidades entraron en cuidados intensivos a nivel financiero”, dice la revista Semana (10/10).
El gobierno del uribista Iván Duque arribó ayer a un acuerdo con los rectores para incrementar el presupuesto educativo, añadiendo tres puntos porcentuales a lo que surja del IPC para 2019. Pero es apenas un paliativo para las enormes necesidades salariales, de funcionamiento e infraestructura que arrastra el sector.
Los estudiantes iban a desarrollar asambleas para considerar los anuncios del gobierno, pero por lo pronto se mantiene el cese de actividades y la convocatoria a movilizaciones para el 31. Esta semana fracasó también una reunión de negociación con las federaciones estudiantiles (Unees, Acrees, Fenares) a la que el gobierno no envió funcionarios de peso.
A la lucha de los estudiantes universitarios se suma la lucha de los docentes nucleados en la Fecode (Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación), que pararon y se movilizaron el 23 ante el incumplimiento de los acuerdos sellados con el gobierno de Juan Manuel Santos en 2017, que pusieron fin a una huelga de 37 días. Los maestros denuncian el pésimo estado del servicio de salud y el hacinamiento en las aulas, entre otros puntos. Han logrado, de momento, que el gobierno desista de presentar en el parlamento un proyecto “que afectaba la financiación pública y perjudicaba la carrera docente”, según las fuentes gremiales (El Tiempo, 24/10).
La lucha del sector educativo es la primera gran pulseada de las masas contra el gobierno reaccionario de Iván Duque.

Prensa Obrera

sábado, 27 de octubre de 2018

¿Por qué socialismo?




En mayo de 1949 Albert Einstein publicaba este texto en el primer número de la revista Monthly Review , publicación “roja” que sigue asomándose a las librerías todavía hoy, contra viento y marea. Conviene releerlo ahora, en estos tiempos de gran confusión, en los que parece que hayamos olvidado cosas tan sencillas como las que el gran físico plantea aquí.

¿Debe quién no es un experto en cuestiones económicas y sociales opinar sobre el socialismo? Por una serie de razones creo que sí.
Permítasenos primero considerar la cuestión desde el punto de vista del conocimiento científico. Puede parecer que no hay diferencias metodológicas esenciales entre la astronomía y la economía: los científicos en ambos campos procuran descubrir leyes de aceptabilidad general para un grupo circunscrito de fenómenos para hacer la interconexión de estos fenómenos tan claramente comprensible como sea posible. Pero en realidad estas diferencias metodológicas existen. El descubrimiento de leyes generales en el campo de la economía es difícil porque la observación de fenómenos económicos es afectada a menudo por muchos factores que son difícilmente evaluables por separado. Además, la experiencia que se ha acumulado desde el principio del llamado período civilizado de la historia humana –como es bien sabido– ha sido influida y limitada en gran parte por causas que no son de ninguna manera exclusivamente económicas en su origen. Por ejemplo, la mayoría de los grandes estados de la historia debieron su existencia a la conquista. Los pueblos conquistadores se establecieron, legal y económicamente, como la clase privilegiada del país conquistado. Se aseguraron para sí mismos el monopolio de la propiedad de la tierra y designaron un sacerdocio de entre sus propias filas. Los sacerdotes, con el control de la educación, hicieron de la división de la sociedad en clases una institución permanente y crearon un sistema de valores por el cual la gente estaba a partir de entonces, en gran medida de forma inconsciente, dirigida en su comportamiento social.
Pero la tradición histórica es, como se dice, de ayer; en ninguna parte hemos superado realmente lo que Thorstein Veblen llamó “la fase depredadora” del desarrollo humano. Los hechos económicos observables pertenecen a esa fase e incluso las leyes que podemos derivar de ellos no son aplicables a otras fases. Puesto que el verdadero propósito del socialismo es precisamente superar y avanzar más allá de la fase depredadora del desarrollo humano, la ciencia económica en su estado actual puede arrojar poca luz sobre la sociedad socialista del futuro.
En segundo lugar, el socialismo está guiado hacia un fin ético-social. La ciencia, sin embargo, no puede establecer fines e, incluso menos, inculcarlos en los seres humanos; la ciencia puede proveer los medios con los que lograr ciertos fines. Pero los fines por si mismos son concebidos por personas con altos ideales éticos y –si estos fines no son endebles, sino vitales y vigorosos– son adoptados y llevados adelante por muchos seres humanos quienes, de forma semiinconsciente, determinan la evolución lenta de la sociedad.
Por estas razones, no debemos sobrestimar la ciencia y los métodos científicos cuando se trata de problemas humanos; y no debemos asumir que los expertos son los únicos que tienen derecho a expresarse en las cuestiones que afectan a la organización de la sociedad. Muchas voces han afirmado desde hace tiempo que la sociedad humana está pasando por una crisis, que su estabilidad ha sido gravemente dañada. Es característico de tal situación que los individuos se sienten indiferentes o incluso hostiles hacia el grupo, pequeño o grande, al que pertenecen. Como ilustración, déjenme recordar aquí una experiencia personal. Discutí recientemente con un hombre inteligente y bien dispuesto la amenaza de otra guerra, que en mi opinión pondría en peligro seriamente la existencia de la humanidad, y subrayé que solamente una organización supranacional ofrecería protección frente a ese peligro. Frente a eso mi visitante, muy calmado y tranquilo, me dijo: “¿porqué se opone usted tan profundamente a la desaparición de la raza humana?”
Estoy seguro que hace tan sólo un siglo nadie habría hecho tan ligeramente una declaración de esta clase. Es la declaración de un hombre que se ha esforzado inútilmente en lograr un equilibrio interior y que tiene más o menos perdida la esperanza de conseguirlo. Es la expresión de la soledad dolorosa y del aislamiento que mucha gente está sufriendo en la actualidad. ¿Cuál es la causa? ¿Hay una salida?
Es fácil plantear estas preguntas, pero difícil contestarlas con seguridad. Debo intentarlo, sin embargo, lo mejor que pueda, aunque soy muy consciente del hecho de que nuestros sentimientos y esfuerzos son a menudo contradictorios y obscuros y que no pueden expresarse en fórmulas fáciles y simples.
El hombre es, a la vez, un ser solitario y un ser social. Como ser solitario, procura proteger su propia existencia y la de los que estén más cercanos a él, para satisfacer sus deseos personales, y para desarrollar sus capacidades naturales. Como ser social, intenta ganar el reconocimiento y el afecto de sus compañeros humanos, para compartir sus placeres, para confortarlos en sus dolores, y para mejorar sus condiciones de vida. Solamente la existencia de éstos diferentes, y frecuentemente contradictorios objetivos por el carácter especial del hombre, y su combinación específica determina el grado con el cual un individuo puede alcanzar un equilibrio interno y puede contribuir al bienestar de la sociedad. Es muy posible que la fuerza relativa de estas dos pulsiones esté, en lo fundamental, fijada hereditariamente. Pero la personalidad que finalmente emerge está determinada en gran parte por el ambiente en el cual un hombre se encuentra durante su desarrollo, por la estructura de la sociedad en la que crece, por la tradición de esa sociedad, y por su valoración de los tipos particulares de comportamiento. El concepto abstracto “sociedad” significa para el ser humano individual la suma total de sus relaciones directas e indirectas con sus contemporáneos y con todas las personas de generaciones anteriores. El individuo puede pensar, sentirse, esforzarse, y trabajar por si mismo; pero él depende tanto de la sociedad -en su existencia física, intelectual, y emocional- que es imposible concebirlo, o entenderlo, fuera del marco de la sociedad. Es la “sociedad” la que provee al hombre de alimento, hogar, herramientas de trabajo, lenguaje, formas de pensamiento, y la mayoría del contenido de su pensamiento; su vida es posible por el trabajo y las realizaciones de los muchos millones en el pasado y en el presente que se ocultan detrás de la pequeña palabra “sociedad”.
Es evidente, por lo tanto, que la dependencia del individuo de la sociedad es un hecho que no puede ser suprimido — exactamente como en el caso de las hormigas y de las abejas. Sin embargo, mientras que la vida de las hormigas y de las abejas está fijada con rigidez en el más pequeño detalle, los instintos hereditarios, el patrón social y las correlaciones de los seres humanos son muy susceptibles de cambio. La memoria, la capacidad de hacer combinaciones, el regalo de la comunicación oral ha hecho posible progresos entre los seres humanos que son dictados por necesidades biológicas. Tales progresos se manifiestan en tradiciones, instituciones, y organizaciones; en la literatura; en las realizaciones científicas e ingenieriles; en las obras de arte. Esto explica que, en cierto sentido, el hombre puede influir en su vida y que puede jugar un papel en este proceso el pensamiento consciente y los deseos.
El hombre adquiere en el nacimiento, de forma hereditaria, una constitución biológica que debemos considerar fija e inalterable, incluyendo los impulsos naturales que son característicos de la especie humana. Además, durante su vida, adquiere una constitución cultural que adopta de la sociedad con la comunicación y a través de muchas otras clases de influencia. Es esta constitución cultural la que, con el paso del tiempo, puede cambiar y la que determina en un grado muy importante la relación entre el individuo y la sociedad como la antropología moderna nos ha enseñado, con la investigación comparativa de las llamadas culturas primitivas, que el comportamiento social de seres humanos puede diferenciar grandemente, dependiendo de patrones culturales que prevalecen y de los tipos de organización que predominan en la sociedad. Es en esto en lo que los que se están esforzando en mejorar la suerte del hombre pueden basar sus esperanzas: los seres humanos no están condenados, por su constitución biológica, a aniquilarse o a estar a la merced de un destino cruel, infligido por ellos mismos.
Si nos preguntamos cómo la estructura de la sociedad y de la actitud cultural del hombre deben ser cambiadas para hacer la vida humana tan satisfactoria como sea posible, debemos ser constantemente conscientes del hecho de que hay ciertas condiciones que no podemos modificar. Como mencioné antes, la naturaleza biológica del hombre es, para todos los efectos prácticos, inmodificable. Además, los progresos tecnológicos y demográficos de los últimos siglos han creado condiciones que están aquí para quedarse. En poblaciones relativamente densas asentadas con bienes que son imprescindibles para su existencia continuada, una división del trabajo extrema y un aparato altamente productivo son absolutamente necesarios. Los tiempos — que, mirando hacia atrás, parecen tan idílicos — en los que individuos o grupos relativamente pequeños podían ser totalmente autosuficientes se han ido para siempre. Es sólo una leve exageración decir que la humanidad ahora constituye incluso una comunidad planetaria de producción y consumo.
Ahora he alcanzado el punto donde puedo indicar brevemente lo que para mí constituye la esencia de la crisis de nuestro tiempo. Se refiere a la relación del individuo con la sociedad. El individuo es más consciente que nunca de su dependencia de sociedad. Pero él no ve la dependencia como un hecho positivo, como un lazo orgánico, como una fuerza protectora, sino como algo que amenaza sus derechos naturales, o incluso su existencia económica. Por otra parte, su posición en la sociedad es tal que sus pulsiones egoístas se están acentuando constantemente, mientras que sus pulsiones sociales, que son por naturaleza más débiles, se deterioran progresivamente. Todos los seres humanos, cualquiera que sea su posición en la sociedad, están sufriendo este proceso de deterioro. Los presos a sabiendas de su propio egoísmo, se sienten inseguros, solos, y privados del disfrute ingenuo, simple, y sencillo de la vida. El hombre sólo puede encontrar sentido a su vida, corta y arriesgada como es, dedicándose a la sociedad.
La anarquía económica de la sociedad capitalista tal como existe hoy es, en mi opinión, la verdadera fuente del mal. Vemos ante nosotros a una comunidad enorme de productores que se están esforzando incesantemente privándose de los frutos de su trabajo colectivo — no por la fuerza, sino en general en conformidad fiel con reglas legalmente establecidas. A este respecto, es importante señalar que los medios de producción –es decir, la capacidad productiva entera que es necesaria para producir bienes de consumo tanto como capital adicional– puede legalmente ser, y en su mayor parte es, propiedad privada de particulares.
En aras de la simplicidad, en la discusión que sigue llamaré “trabajadores” a todos los que no compartan la propiedad de los medios de producción — aunque esto no corresponda al uso habitual del término. Los propietarios de los medios de producción están en posición de comprar la fuerza de trabajo del trabajador. Usando los medios de producción, el trabajador produce nuevos bienes que se convierten en propiedad del capitalista. El punto esencial en este proceso es la relación entre lo que produce el trabajador y lo que le es pagado, ambos medidos en valor real. En cuanto que el contrato de trabajo es “libre”, lo que el trabajador recibe está determinado no por el valor real de los bienes que produce, sino por sus necesidades mínimas y por la demanda de los capitalistas de fuerza de trabajo en relación con el número de trabajadores compitiendo por trabajar. Es importante entender que incluso en teoría el salario del trabajador no está determinado por el valor de su producto.
El capital privado tiende a concentrarse en pocas manos, en parte debido a la competencia entre los capitalistas, y en parte porque el desarrollo tecnológico y el aumento de la división del trabajo animan la formación de unidades de producción más grandes a expensas de las más pequeñas. El resultado de este proceso es una oligarquía del capital privado cuyo enorme poder no se puede controlar con eficacia incluso en una sociedad organizada políticamente de forma democrática. Esto es así porque los miembros de los cuerpos legislativos son seleccionados por los partidos políticos, financiados en gran parte o influidos de otra manera por los capitalistas privados quienes, para todos los propósitos prácticos, separan al electorado de la legislatura. La consecuencia es que los representantes del pueblo de hecho no protegen suficientemente los intereses de los grupos no privilegiados de la población. Por otra parte, bajo las condiciones existentes, los capitalistas privados inevitablemente controlan, directamente o indirectamente, las fuentes principales de información (prensa, radio, educación). Es así extremadamente difícil, y de hecho en la mayoría de los casos absolutamente imposible, para el ciudadano individual obtener conclusiones objetivas y hacer un uso inteligente de sus derechos políticos.
La situación que prevalece en una economía basada en la propiedad privada del capital está así caracterizada en lo principal: primero, los medios de la producción (capital) son poseídos de forma privada y los propietarios disponen de ellos como lo consideran oportuno; en segundo lugar, el contrato de trabajo es libre. Por supuesto, no existe una sociedad capitalista pura en este sentido. En particular, debe notarse que los trabajadores, a través de luchas políticas largas y amargas, han tenido éxito en asegurar una forma algo mejorada de “contrato de trabajo libre” para ciertas categorías de trabajadores. Pero tomada en su conjunto, la economía actual no se diferencia mucho de capitalismo “puro”. La producción está orientada hacia el beneficio, no hacia el uso. No está garantizado que todos los que tienen capacidad y quieran trabajar puedan encontrar empleo; existe casi siempre un “ejército de parados”. El trabajador está constantemente atemorizado con perder su trabajo. Desde que parados y trabajadores mal pagados no proporcionan un mercado rentable, la producción de los bienes de consumo está restringida, y la consecuencia es una gran privación. El progreso tecnológico produce con frecuencia más desempleo en vez de facilitar la carga del trabajo para todos. La motivación del beneficio, conjuntamente con la competencia entre capitalistas, es responsable de una inestabilidad en la acumulación y en la utilización del capital que conduce a depresiones cada vez más severas. La competencia ilimitada conduce a un desperdicio enorme de trabajo, y a ése amputar la conciencia social de los individuos que mencioné antes.
Considero esta mutilación de los individuos el peor mal del capitalismo. Nuestro sistema educativo entero sufre de este mal. Se inculca una actitud competitiva exagerada al estudiante, que es entrenado para adorar el éxito codicioso como preparación para su carrera futura.
Estoy convencido de que hay solamente un camino para eliminar estos graves males, el establecimiento de una economía socialista, acompañado por un sistema educativo orientado hacia metas sociales. En una economía así, los medios de producción son poseídos por la sociedad y utilizados de una forma planificada. Una economía planificada que ajuste la producción a las necesidades de la comunidad, distribuiría el trabajo a realizar entre todos los capacitados para trabajar y garantizaría un sustento a cada hombre, mujer, y niño. La educación del individuo, además de promover sus propias capacidades naturales, procuraría desarrollar en él un sentido de la responsabilidad para sus compañeros-hombres en lugar de la glorificación del poder y del éxito que se da en nuestra sociedad actual.
Sin embargo, es necesario recordar que una economía planificada no es todavía socialismo. Una economía planificada puede estar acompañada de la completa esclavitud del individuo. La realización del socialismo requiere solucionar algunos problemas sociopolíticos extremadamente difíciles: ¿cómo es posible, con una centralización de gran envergadura del poder político y económico, evitar que la burocracia llegue a ser todopoderosa y arrogante? ¿Cómo pueden estar protegidos los derechos del individuo y cómo asegurar un contrapeso democrático al poder de la burocracia?
La claridad sobre los objetivos y problemas del socialismo es de gran importancia en esta nuestra era de transición. Dado que, en las circunstancias actuales, la discusión libre y sin trabas de estos problemas se ha convertido en un poderoso tabú, considerado que la fundación de esta revista es un importante servicio público.

Albert Einstein

"Argentina está en una perspectiva de default"

Entrevista a Eduardo Lucita de Economistas de Izquierda (EDI)

M.H.: Hubo una reunión en el Sheraton de Mar del plata, de los empresarios de IDEA. Donde recibieron la visita del Presidente de la Nación en el último día de las Jornadas.
E.L.: Lo primero que hay que decir es que este año hubo mucho menos entusiasmo que otros, hubo menos presencia del funcionariado del gobierno y además hubo toda una sensación casi defensiva de los empresarios porque están acotados y algunos muy alarmados por la evolución de la causa de los cuadernos de Centeno.
Hay muchos que están afectados, están muy preocupados porque si la cosa sigue así, sus empresas no van a poder participar en los Programas de Propiedad Participada (PPP) que es la única salida del gobierno para recuperar la obra pública. Digo la única salida porque no la financia el gobierno sino las empresas privadas; después al gobierno le va a costar bastante más caro pero eso será para más adelante.
Por eso se está discutiendo un programa judicial que afecte y desafecte, valga la contradicción, a los empresarios de las empresas privadas que están comprometidos en la malversación de fondos, en problemas de corruptela pero que eso no afecte a las empresas para que puedan seguir funcionando con el Estado, esa es una gran preocupación.
La segunda cuestión, creo que lo máximo lo hizo el ingeniero Constantini, que es el de Nordelta y de todas esas construcciones, que planteó que el gobierno hizo todo mal. Obviamente están preocupados porque la devaluación favoreció a las exportaciones, hubo una gran transferencia de ingresos a los sectores más concentrados del capital pero les subieron mucho los costos con una inflación del 50%, con una recesión mucho más profunda de lo que se creía y que va a seguir profundizándose el año que viene. Los informes tanto del FMI como de la Cepal son mucho más pesimistas que los del gobierno, que a diferencia de otras veces no dice “lo peor ya pasó” sino “lo peor está por venir”, “habrá más recesión”, etc.
El gobierno mismo prepara el ambiente para lo peor, pero está claro que a pesar de eso hay más pesimismo en el FMI y en la Cepal en cuanto a las estimaciones que han hecho para este año y para el que viene.
Hay otra cuestión que llama la atención a todos, que es que el FMI dijo que este año el PBI cae 2.6, el año que viene 1.6 y después dice que la economía argentina va a volver a crecer en el 2023. ¿Y en 2020-21-22? ¿Sigue la recesión? ¿Qué es lo que pasa? Esa es una incógnita que se corrió por todos lados. El problema es que el acuerdo con el FMI vence en 3 años y hay que empezar a devolver los 57.000 millones de dólares, y nadie sabe de dónde va a salir la plata para devolver eso. Ese es el ambiente general.
M.H.: Hoy el gobierno consiguió dictamen para tratar mañana el Presupuesto 2019, tal cual era su intención, tenerlo aprobado antes de la reunión del FMI. Dado que todavía el acuerdo no ha sido firmado.
E.L.: Más que la intención del gobierno es la imposición del FMI, o se firma la media sanción en Diputados o no hay acuerdo y se cae todo como un dominó. Por eso es el apuro. Lo van a sacar porque si no consiguen el acuerdo vamos al default en 3 meses y a la hiperinflación, estalla todo. El presupuesto lo van a aprobar, están sacando lo que pueden, que entre paréntesis estaba viendo la sanción en Diputados por TV, y hay una bronca terrible porque se sabe que salió el dictamen pero nadie lo conoce y no lo dan a conocer. Vaya a saber qué cambios habrá.

Presentación de Sistema deuda de Éric Toussaint

M.H.: La diputada Romina del Plá denunciaba esto hoy, hay partes del acuerdo que se firma con el FMI que los diputados desconocen.
Vamos a estar presentando el próximo jueves el libro de Eric Touissant “Sistema deuda” que pretende hacer un recorrido por lo que ha sido la historia de las deudas externas a nivel mundial en los últimos 200 años. Has prologado ese libro, se me ocurre preguntarte cuál considerás que es el aporte de este trabajo de Touissant a la situación que vivimos en nuestro país.
E.L.: Este nuevo libro de Eric Touissant es un eslabón más en la larga cadena de textos que viene produciendo. Comenzó con el asunto de la deuda y la construcción del Comité por la anulación de la deuda del Tercer Mundo a mediados de los ´80 del siglo pasado y ha ido evolucionando en la comprensión del fenómeno.
Hasta ahora él había reproducido las cuestiones de endeudamiento, de repago, de crisis de deuda en distintos países inclusive la anterior de la Argentina también, replanteó el tema de Deuda o Dios, etc. Pero el salto cualitativo que tiene este libro para mí es que presenta la deuda como un sistema, antes trataba el tema país por país, ahora lo que demuestra en este libro es que en realidad es un sistema producto de la explosión de una plétora de capital financiero que aparece desde la crisis mundial de los ´70 en adelante, que no tiene dónde invertir en el sector productivo y entonces se va convirtiendo y armando todo un sistema de deuda y obligando a los países a endeudarse.
En los años ´80 y ´90 el endeudamiento era de los países periféricos llamados del Tercer Mundo, pero hoy son también los grandes países desarrollados los que están muy endeudados. La deuda en Japón es del 300% del PBI, después de 8 años de colaboración del FMI y no sé cuántos acuerdos firmados y vueltos a firmar, la deuda de Grecia que en estos 8 años perdió el 25% del PBI y así podemos ir país por país, Europa central, el propio EE UU que tiene la maquinita de imprimir pero su deuda es fenomenal. Hay un sistema deuda, eso es lo que demuestra y la importancia de este libro.
La segunda importancia que tiene este libro es que cae en la Argentina en un momento justo. Argentina está en una perspectiva de default, una vez más la deuda es el centro de la crisis económica de nuestro país, por eso el aporte del FMI es el más grande de la historia, nunca hubo un préstamo de 57.000 millones de dólares y tampoco por 36 meses, siempre son por 18 meses.
Hay una situación excepcional porque se estuvo al borde del default, entonces el libro cae en el momento justo. Tengo que decir también sin ánimo de alabarte, que es un mérito de la editorial que dirigís, hacer el esfuerzo económico que significa publicar un libro que tiene 300 páginas, en este momento justo. Es muy oportuna la aparición del libro y la decisión de la editorial de editarlo en este momento.
Bolsonaro desplazará a Macri como interlocutor privilegiado de EE UU en América Latina
M.H.: Inevitablemente te tengo que preguntar por Brasil.
E.L.: Brasil es muy preocupante, no se trata solo de un ultraderechista, sino de uno declaradamente fascista. Los comentarios que ha hecho últimamente diciendo que va a meter preso a Haddad, que va a perseguir a todos los que no lo votaron y una serie de cosas; lo que dijo su hijo diputado, que con un soldado y un cabo va a liquidar la Corte Suprema de Justicia, que no necesita ni un jeep. Son todas declaraciones rimbombantes pero que crean un clima.
Además de los hechos concretos de la persecución a los gays y travestis, a los opositores, muchas de esas cosas ya están pasando. Yo acabo de escribir un artículo que son notas del avance del proto fascismo en Brasil, creo que es un momento antes del fascismo.
Bolsonaro puede ser fascista y mucha de la gente que lo acompaña, pero eso no quiere decir que de inmediato se convierta en un régimen fascista porque para eso hay que tener un movimiento, hay que ver si esta millonada de votos que sacó es porque realmente comparten sus ideas o simplemente es un rechazo a la política del PT de los últimos tiempos, un rechazo a la corrupción generalizada, a los partidos políticos y entonces votan a lo que aparece como un tipo que esta por fuera de la política. Aclaremos que esto es lo que ha vendido porque Bolsonaro hace más de 20 años que es diputado, o sea que eso es mentira, pero se trata justamente de este régimen de la posverdad.
Para que haya un régimen fascista como tal tiene que haber un movimiento que además tenga un programa, hasta ahora todo lo que ha anunciado Bolsonaro ha sido un ida y vuelta. Dijo que iba a privatizar todo y lo pararon los militares que tienen una tradición nacionalista y dijo que los aspectos centrales no los iba a tocar, después iba a liquidar el Mercosur y ayer dijo que no, pero que hay que renegociar, etc. Y así con varias cosas, va y viene, cada grupo de presión reacciona con cada cosa que dice entonces se queda a medio camino. Veremos quién se termina imponiendo.
Ahora, va a tener una bancada de militares retirados importante. Es un gobierno pro fascista que se va a apoyar en una fuerte bancada de militares retirados con el apoyo de los militares en actividad. Además el peso de las iglesias evangélicas que todos sabemos, son creadas y correa de transmisión de EE UU. Es un fenómeno bastante extendido, en Chile, en Guatemala pusieron un Presidente, en Colombia, en Costa Rica; y ayer escuchando al presidente de las Asociaciones evangélicas argentinas en un reportaje, dice que entre el 10 y el 12% de la población argentina está en un culto evangélico. Hay un crecimiento muy fuerte.
M.H.: Y que cumplieron un rol central en la movilización por el rechazo a la Ley del aborto.
E.L.: Y tienen una actitud muy agresiva, porque están persiguiendo médicos, en los barrios hay una actitud muy agresiva de los evangelistas sobre las mujeres. Están en una campaña contra la Educación Sexual Integral (ESI). Es un avance ideológico muy fuerte.
Por último lo de Brasil, el peso social, político y económico en la región hace que Brasil retome su centralismo, va a ser el interlocutor válido de EE UU, desplazando a Macri, pero además hay que ver el éxito geopolítico que puede tener esto en la región porque tiene un peso muy importante.

Mario Hernandez

jueves, 25 de octubre de 2018

El Virrey saluda al Rey: el General Manini Ríos en la “Fiesta de la Hispanidad”




Guido Manini Ríos y Javier Varela Salas.

El Presidente Tabaré Vázquez autorizó al militar sancionado a viajar a España, a las celebraciones del “Día de la Hispanidad” (12 de octubre). De esta forma el Presidente, redujo la sanción al militar que cuestionó al Ministro de Trabajo y Seguridad Social, Ernesto Murro. Este hecho demuestra el creciente poder político que está obteniendo el Comandante en Jefe del Ejército así como los vínculos entre las Fuerzas Armadas uruguayas y las Fuerzas Armadas españolas.
Desde hace algún tiempo, algunos vemos como el Comandante en Jefe del Ejército Nacional Guido Manini Ríos, viene obteniendo poder político. Hace mucho se lo viene construyendo como una personalidad pública y como generador de opinión. Esto llega a su punto más alto cuando cuestionó al Ministro Murro por el proyecto de Reforma a la Caja Militar.
Es uno de los pocos casos desde el retorno a la Democracia, en donde un oficial del Ejército Nacional cuestiona y critica a un Ministro. Es el poder militar que se atreve nuevamente a cuestionar al poder político.
El Presidente Vázquez actuó de la peor forma, en vez de destituir a Manini Ríos, le hace una sanción de 30 días. Dicha sanción del Poder Ejecutivo (y no su destitución, como muchos exigimos) terminó por construir a Manini Ríos es un símbolo de la “resistencia al progresismo”. Desde varios sectores políticos, sociales y mediáticos conservadores se lo empezó a construir como el Caudillo Militar que va a unificar a la derecha contra el progresismo, al más puro estilo Bolsonaro.
El gobierno vuelve a cometer un error gravísimo, le reduce la sentencia y le permite viajar a España. El gobierno vuelve a dar el brazo a torcer frente al poder militar. El Caudillo Militar viaja a España para participar en las celebraciones del 12 de octubre, que en dicho país se llama “Día de la Hispanidad”.
¿Pero por qué Manini Ríos viaja a España? Para el país europeo miembro de la OTAN, el feriado del 12 de octubre es una de sus fechas más importantes. En dicha festividad hay un desfile completo de las Fuerzas Armadas Españolas, además el Rey da un discurso político sobre los objetivos y desafíos del Estado. El simbolismo de dicha festividad es absolutamente militarista y monárquico.
Recordemos que el 12 de octubre es el aniversario del inicio de la invasión colonizadora de España y los europeos en América - Abya Yala. Es la recordación del inicio del proyecto imperialista más grande de la humanidad, del genocidio de los pueblos originarios de nuestro territorio, del inicio de la trata transatlántica esclavista desde África, de la división mundial de la humanidad en “razas superiores” y “razas inferiores” y de la acumulación originaria del Capital que va a cimentar el desarrollo del Capitalismo Mundial.
No es casualidad que en la fecha en donde se recuerda el Imperialismo y el Genocidio, haya un desfile militar y un discurso del Rey. Recordemos que la “Fiesta de la Hispanidad” fue impulsada por el dictador español Miguel Primo de Rivera (su Dictadura fue entre 1923-1930), luego levantada por la Segunda República Española ( 1930-1939) y finalmente instaurado de nuevo y de forma definitiva por la Dictadura filo fascista del General Francisco Franco (1939 - 1975).
Al parecer el General Manini Ríos fue invitado por las Fuerzas Armadas Española para participar de las celebraciones del 12 de octubre, y el Presidente Vázquez accedió a las presiones de los militares extranjeros.
No olvidemos los profundos lazos entre los grupos militares y ultraderechistas de Uruguay y España. Comenzando por la dominación colonial hispana, que contó con el sádico Capitán de Blandengues Jorge Pacheco (antepasado del autoritarista Jorge Pacheco Areco) quien realizó una campaña militar contra charrúas y minuanes en 1800-1802 y era famoso por su táctica de tortura con chalecos de cuero crudo (le apodaba “Pacheco el enchalecador”).
Siguiendo con el hispanista, ultra-nacionalista y católico ultramontano Juan Zorrilla de San Martín, quien escribió y difundió la mayoría de los prejuicios racistas que se tienen con la Nación Charrúa en su obra “Tabaré”. Tampoco olvidemos a los grupos que realizaban activismo favorable al levantamiento militar de Franco en contra de la Segunda República a finales de los años 30 en Uruguay. Ni hablemos de la fuerte influencia que ejerció Franco en el golpista Juan María Bordaberry y en buena parte de la cúpula de la última Dictadura Militar uruguaya (quienes declararon Duelo Nacional cuando murió Franco en 1975).
Para finalizar con esta nefasta genealogía, recordar el accionar de grupos de inteligencia españoles en Uruguay para la detención y extradición de los vascos refugiados en el país en los años 90. Debido a la influencia de España es que el gobierno de Lacalle realiza la Masacre del Filtro para deportar a los vascos. Por estas razones es que desconfiamos y rechazamos absolutamente de los vínculos militares y policiales entre España y Uruguay.
Queremos recordar también que en el Parlamento Nacional hay un proyecto de Ley impulsado por organizaciones indígenas y afro-descendientes para cambiarle el nombre al feriado del 12 de octubre en Uruguay. Las organizaciones proponen dos nombres posibles: “Día de la Resistencia Indígena y Afro-descendiente” y “Día del Reconocimiento a las Culturas Indígenas y Afro-descendientes”.
El gobierno en vez de autorizar a Manini Ríos a participar de una fiesta fascista e Imperialista debería impulsar con más fuerza el proyecto de Ley de cambio de nombre del 12 de octubre. Necesitamos empezar a caminar en la Descolonización. No enviar al Virrey a recibir órdenes del Rey.

Martín Delgado Cultelli
LID

La impunidad y el rol de las FFAA en el régimen del Club Naval




Después de más de 30 años de impunidad y con solo un puñado de represores condenados persiste la improvisación en el manejo de estos temas en medio de un marco político con la corporación militar defendiendo sus privilegios de casta sin ruborizarse.

Han pasado más de 30 años después del Pacto de impunidad del Club Naval y la salida de la dictadura, que garantizó por largo tiempo - con Ley de Caducidad mediante - la impunidad de los represores de la dictadura. Hoy día nos encontramos con solamente un puñado de criminales de lesa humanidad condenados pero con privilegios - como las jubilaciones, la cárcel vip y la prisión domiciliaria - para no hablar de los que tienen el privilegio de “escaparse” como Ferro y Tróccoli.

Entre la falta de voluntad política y la desidia burocrática

Como lo han advertido diversas organizaciones de Derechos Humanos la creación de, por ejemplo, la Unidad Especial de Derechos Humanos de la Fiscalía es una sumatoria adicional a las instituciones ya creadas por el Estado, pero en su conjunto lo que se muestra es una falta de voluntad de investigar hasta el final y de forma sistemática. Si bien la actuación de la Fiscalía de Derechos Humanos ha removido algunos casos últimamente, la situación sigue reflejando los problemas centrales que se han señalado.
La ex jueza Mariana Mota que estuvo a cargo del juzgamiento de varios casos de delitos de lesa humanidad en dictadura, declaró recientemente al dejar su cargo de presidenta del Instituto Nacional de Derechos Humanos que “la actuación está desperdigada y eso hace bastante difícil tener resultados” y agregó “Ojalá que las excavaciones den resultados. Pero deberían estar enmarcadas en una política de Estado para que se busquen a todos los desaparecidos y con una línea de investigación definida. Actualmente no hay una actuación uniforme y con una política de Estado que dirija”.
En realidad lo que manifiesta esta situación es la falta de voluntad de las autoridades gubernamentales y el régimen en su conjunto, que puntualmente toman alguna medida aislada para mantener calmadas las aguas pero en su conjunto los intereses son otros.
Esto también se puede ver en la falta de una respuesta eficiente del gobierno y las autoridades ante los casos de atentados a los memoriales de Derechos Humanos, las amenazas en contra de personalidades de Derechos Humanos o el atentado contra el GIAF de hace unos años. También es alarmante la pasividad - o más que eso - del régimen en su conjunto ante las crecientesintervenciones del poder militar en la opinión pública, cuestión expresamente prohibida por la Constitución Nacional.

¿Los milicos nos adoran?

La impunidad pactada a la salida de la dictadura fue acompañada por una política de reconciliación con las FFAA sostenida por todos los gobiernos hasta ahora incluidos los gobiernos del Frente Amplio. Recordar nada más el intento de Vázquez durante su primera presidencia de fijar un día de celebración para la reconciliación o las relaciones carnales con los militares en el gobierno de Mujica a través de su Ministro de Defensa Huidobro.
El resultado de esta política sostenida por todos los partidos del régimen es el represtigio de las FFAA que goza hoy día de una base social golpista que los ve como los salvadores de la patria. Acentuado esto, como ya pasó décadas atrás, por el actual sentimiento anti política a partir del surgimiento de escándalos de corrupción del régimen político. Las encuestas de opinión reflejan un represtigio de la imagen de los militares y correspondientemente una baja acentuada en la imagen de los políticos y el Parlamento, sumado a su vez al actual pedido de la vuelta de los militares para reprimir a “la delincuencia”.
La política de reconciliación ha aportado su parte en este represtigio y sobre todo la sostenida por el Frente Amplio en paralelo a la continuidad de la impunidad de la mayoría de los represores de la dictadura.
Especial mención merece la política hacia las FFAA sostenida por el sector del ex presidente José Mújica y el fallecido ex Ministro de Defensa Eleuterio Fernández Huidobro que llegó a afirmar que los milicos los adoraban porque nunca los habían tratado como ahora. Y es que se encargaron de garantizarle a los milicos las dos demandas básicas que exigen: impunidad y dinero. A su vez el ex presidente Mujica se encargó de aportar lo suyo a la reconciliación con gestos desde su frase de que no quería más “viejitos presos” hasta su visita al hospital a torturadores y asesinos de la dictadura (entre otras perlas). El mecanismo de esta forma de reconciliación es por un lado argumentar la separación temporal entre las FFAA de la dictadura y las actuales, pero por el otro relativizar y “perdonar” los crímenes de los genocidas de la dictadura.
El resultado de todo esto se puede ver en el accionar de Manini Ríos que fue puesto por Mujica y Huidobro y posteriormente sostenido por Vázquez. En los hechos Manini se ha encargado de violar constantemente la Constitución interviniendo en la vida política y desafiando de esta forma a las autoridades civiles elegidas por sufragio. La respuesta tímida del Poder Ejecutivo no hace más que reconocer de hecho el terreno ganado por los militares para intervenir en la vida política y la justificación de violar las normas vigentes cuando les plazca.
La reconciliación no solo ha sostenido la impunidad sino que ha represtigiado a los militares y ha preservado el rol represivo de las FFAA dentro de la sociedad.

Las FFAA y el Estado

La impunidad pactada le dio forma al régimen actual, con papeles repartidos para cada “actor” desde el poder judicial hasta el sistema de partidos en su conjunto y también el poder legislativo. El objetivo central es garantizar el rol esencial reservado a las FFAA en la represión, como ya demostraron en la dictadura, haciendo el trabajo sucio a favor de las clases dominantes. Es el último núcleo de garantía de dominio de las clases dominantes y sus políticos sobre el resto de la sociedad.
El régimen en su conjunto se agrupa en defender ese rol y para eso necesitan sostener los privilegios de casta de la corporación militar. Cuando se toca mínimamente algo de esos privilegios - como podría ser la Reforma de la Caja Militar - emerge un tsunami de “polémicas” y manifestaciones de poder e insubordinación como las ya mencionadas acciones del Jefe del Ejército Manini Ríos y la cúpula militar. Pero incluso dentro de este incidente el rol del gobierno actual y el Frente Amplio es actuar como una pata más del mismo régimen manteniéndose dentro de los pactos establecidos (hacen silencio o ni siquiera desmienten los rumores sobre las supuestas declaraciones “anónimas” del resto de la cúpula) sin avanzar realmente en contra de los privilegios materiales y de impunidad de la casta militar.

La impunidad y el poder

La impunidad por lo tanto es el resultado de mantener el poder de los capitalistas y sus administradores sobre el resto de la sociedad.
El resultado es un régimen de democracia recortada, una democracia para los ricos y privilegiados. Empezando por la impunidad de los genocidas, pero pasando por la impunidad de los poderosos (las cárceles son para amontonar pobres, los ricos si los condenan pasan a lo sumo una pequeña temporada y con privilegios). También por el cercenamiento a reformas que responden en algo al reclamo popular (sobre todo en el Senado) en el que se trancan o diluyen proyectos de leyes (como pasa ahora con la Ley Trans). El rol que juega el poder judicial para trancar causas de Derechos Humanos (como lo hizo más de una vez la Suprema Corte de Justicia con sus cargos aristocráticos y privilegiados), las políticas de gatillo fácil que criminalizan y asesinan a la juventud pobre, entre muchos casos.
Todo lo que se haga o no, está dentro de los marcos de no romper ese poder establecido y que tuvo su refundación a partir de la dictadura y los pactos de impunidad posteriores.
Para acabar con la impunidad es necesario acabar con el régimen que la garantiza y el poder que la sostiene. La movilización de los trabajadores/as, estudiantes y el pueblo oprimido en general es la que puede imponer una salida real a favor de las mayorías populares a través de un gobierno de los trabajadores.
Acabar con el régimen de la impunidad es acabar con los privilegios de casta y las instituciones que garantizan el poder de hecho de una clase social sobre el resto, por eso es imprescindible la necesidad de juzgar a todos los militares y a sus cómplices civiles que orquestaron y llevaron adelante el golpe militar.
Hay que llevar a la cárcel común y efectiva a los asesinos de nuestros compañeros y familiares que hoy no están. Hay que abrir los archivos de la dictadura para conocer el destino de nuestros desaparecidos. Y en esa pelea luchar por disolver las FFAA y las fuerzas represivas en su conjunto que hoy mantienen su estructura intacta desde las épocas más oscuras.
También se deben terminar todos los mecanismos que mutilan el régimen democrático, por lo tanto es necesario imponer para empezar la elección de los jueces por voto popular, la eliminación de la Cámara de Senadores y la figura presidencial con su poder de veto (recordar cómo lo uso Tabaré Vázquez en contra de la Ley de Salud Sexual), que cada legislador o funcionario político gane lo mismo que un docente y su mandato sea revocable, entre otras medidas elementales.
La impunidad de los represores de la dictadura y la lucha contra ella es en cierta forma un caso testigo que da cuenta de las injusticias y las limitaciones que se les impone a los trabajadores y a las grandes mayorías oprimidas de una u otra forma. La conciencia de esto nos debe llevar a la lucha colectiva en contra del régimen del Pacto del Club Naval garantizado por esta democracia "recortada".

Sebastián Artigas

martes, 23 de octubre de 2018

Nueva ola de protestas en Haití




A poco menos de cuatro meses de las gigantescas movilizaciones contra el tarifazo en la nafta y el querosén, el pasado 17 de octubre se produjeron grandes protestas en varias ciudades de Haití contra el desvío de fondos de Petrocaribe, un escándalo de corrupción que involucra a varias gestiones de gobierno por miles de millones de dólares. Petrocaribe es la alianza petrolera creada por Chávez en 2005 por la que Venezuela vende petróleo a precios preferenciales a algunos países del Caribe. En estas horas, el presidente Jovenel Moise se vio obligado a apartar a dos funcionarios de alto rango de su gobierno ante la crisis. En julio pasado, también había tenido que liquidar su gabinete tras la insurrección. Moise gobierna condicionado por un estado de beligerancia de las masas.
El de Moise es un gobierno sometido al imperialismo, que impulsó el tarifazo de julio como parte de un paquete de ajuste negociado con el FMI. La represión contra las nuevas protestas, que coincidieron con un nuevo aniversario de la muerte de Jean-Jacques Dessalines (uno de los próceres de la independencia), dejó dos muertos y decenas de heridos. Las fuerzas represivas usaron armas de fuego. En las marchas hubo inclusive reclamos para que renuncie Moise y un grupo de manifestantes lo apedreó y lo obligó a huir de un acto en homenaje al héroe de la independencia en un barrio de Puerto Príncipe. Durante la jornada del 17 hubo piquetes en varias ciudades y en sus vísperas hubo protestas estudiantiles.
El trasfondo de esta situación es un cuadro de enorme miseria popular. Más del 80% de la población sobrevive con menos de dos dólares diarios y un 63% tiene problemas para cubrir sus necesidades alimentarias básicas (PO, 10/7). En los últimos meses, la devaluación del gourde (la moneda nacional) llevó a un fuerte aumento de los productos de primera necesidad. El gobierno dispuso recientemente un magro aumento del salario mínimo que lo llevó a 5,6 dólares diarios (EFE, 28/7), rechazado por los sindicatos, que reclaman una cifra de poco más del doble.

Crisis política

El desvío de fondos de Petrocaribe, que detonó la última ola de protestas del pueblo haitiano, ha llevado a una investigación en el Senado que acusó a ex funcionarios por corrupción. Se estima un desvío por 3 mil millones de dólares entre 2008 y 2016, que involucra a las gestiones de René Preval y Michelle Martelly. El acuerdo con Venezuela establecía la venta de petróleo a precios preferenciales y bajas tasas de interés a cambio de inversiones en infraestructura y otros proyectos que jamás se concretaron.
No es el único dinero que está bajo un manto de sombras. La ‘reconstrucción’ del país tras el terremoto de 2010 se transformó en un gigantesco negociado capitalista que derivó en el desarrollo de hoteles de lujo para el turismo y de zonas francas donde rigen condiciones semi-esclavas de trabajo (PO, ídem). Los manejos corruptos de los fondos salpican a ONG’s y a la Fundación Clinton. En contraste, la población afectada por el sismo debió vivir durante años en campamentos precarios.
Para hacer posible el sometimiento del pueblo haitiano, el imperialismo patrocinó –tras el derrocamiento de Bertrand Aristide en 2004- una fuerza de ocupación extranjera, la Minustah, que hoy ha sido sustituida por la Minijusth, una fuerza un poco más pequeña que su predecesora. En el prontuario de la Minustah (que contó con el apoyo de casi todos los gobiernos latinoamericanos) figuran todo tipo de atropellos contra la población e incluso la sospecha de que introdujeron el cólera en el país en medio del terremoto de 2010, tras verter aguas infectadas por la bacteria en un río (El País, 30/4), una epidemia que dejó más de 10 mil muertos y 800 mil afectados.
Las movilizaciones del pueblo haitiano se producen en una región sacudida por grandes procesos de movilización como en Costa Rica, Nicaragua y ahora la multitudinaria caravana migratoria hacia los Estados Unidos.
Frente a la quiebra de los regímenes políticos en la región y la movilización popular, se reafirma el planteo de gobiernos de trabajadores y por la unidad socialista de América Latina. Y por el retiro de las tropas de la Minijusth.

Gustavo Montenegro