martes, 31 de enero de 2017

¿Por qué Fernando Pereira publica sueldos docentes?




Si recordamos la actitud de Pereira durante los conflictos educativos, no resultan para nada inocentes las declaraciones del actual presidente del PIT-CNT pensando en lo que será este 2017.

En los últimos días el presidente del PIT-CNT hizo uso de su página en las redes sociales para expresar que en los últimos 12 años (o sea desde que el FA llegó a la presidencia), los salarios de los trabajadores de la educación aumentaron entre 75% y 102%. Seguramente Pereira esté en lo cierto en cuanto a números, teniendo en cuenta que los trabajadores de la educación eran uno de los sectores peor pagos durante la crisis de 2001-2002, de tal manera que ocupábamos uno de los últimos lugares del continente en cuanto a salarios docentes.
Pereira no es ingenuo al destacar el periodo en que el FA fue gobierno; justo en un año que la derecha se envalentona internacionalmente y las encuestas muestran con posibilidades reales a partidos opositores. Recordémosle a Pereira que en 2005 el PIB nacional rondaba los 17 mil millones de dólares y actualmente está en unos 55 mil millones, con un crecimiento mayor al 300% en dicho período. ¿Acaso los salarios acompasaron ese crecimiento? ¿Quiénes son los realmente beneficiados por los gobiernos FA?

Ante un año de lucha presupuestal Pereira abre el paraguas

En este caso el presidente del PIT-CNT se dedicó a destacar el crecimiento salarial de la educación y agregó “Nos ha dado mucho trabajo alcanzar todos estos objetivos … nos hemos movilizado, hemos luchado”.
Detengámonos a pensar dos aspectos mientras recordamos cómo actuó Pereira cuando miles de docentes, funcionarios, padres, alumnos y más, estábamos en plena lucha por más presupuesto educativo.
Mientras avanzábamos en una lucha educativa de magnitudes históricas, con cientos de centros de estudios ocupados (muchos de ellos por primera vez), en el marco de una huelga que emprendimos los sindicatos de la educación en 2015, el presidente Tabaré Vázquez decreta, junto a la ministra de Educación, la esencialidad del sector, ilegalizando así la medida de huelga. En dicho momento, cuando miles estábamos perdiendo días de sueldo, cuando más necesitábamos el apoyo de todo el movimiento sindical para torcer el brazo al gobierno, Fernando Pereira, junto a otros dirigentes del PIT-CNT, nos propusieron a los sindicatos educativos levantar la medida de huelga como señal para negociar y públicamente nos desacreditaron declarando que nuestro reclamo era justo y legítimo pero que no compartían la medida. Tal vez Pereira nunca pensó qué hubiera pasado si el PIT-CNT extendía el paro parcial que convocó a uno de 24 o más horas de manera de poder masificar la movilización (que aun así fue de decenas de miles), o decenas de ejemplos más.
Tal vez Pereira tenga otro balance, pero creo que muchos tenemos claro que fue la huelga lo que obligó a Vázquez a intentar detener el conflicto mediante la esencialidad, y desde la cúpula del PIT-CNT nos estaban proponiendo lo mismo que Vázquez como salida, o sea, levantar la huelga. Pese a que los aumentos resultaron insignificantes comparados con nuestros reclamos, Pereira no tiene ningún mérito en esos logros. Tal es así que fue una de las personalidades más criticadas en las asambleas de profesores y maestros, junto a María Julia Muñoz y Juan Castillo, éste último por pasar directamente de ser dirigente del PIT-CNT a ser director de Trabajo del gobierno.
Pero no es casual que Pereira lo plantee a estas alturas y quiera mostrarse como parte de la lucha y a la vez mostrar grandes avances. Esto se debe básicamente a dos cuestiones: su interés por mantenerse como dirigente y negociador clave del PIT-CNT, lo que depende de su relación con los sindicatos de la educación ya que él es elegido por ser del sindicato de funcionarios de educación primaria, y por otro lado porque este año se negociará un nuevo presupuesto educativo, por lo que remarcar el crecimiento salarial influye a que las medidas pierdan fuerza o al menos radicalidad, cuestión que ya tenemos de ejemplo su posición ante la huelga pasada.

Lo que se viene

Sigue siendo una tarea pendiente para todos los que somos trabajadores de la educación, poner las organizaciones sindicales al servicio de nuestros propios intereses, y no en manos de dirigentes que son orgánicos del FA aunque por momentos posen de izquierda.
Nosotros emprendimos luchas que fueron las más importantes de las últimas décadas y recordamos que tuvimos a muchos en la vereda de enfrente: al gobierno que no cedía y que prefería pagar el costo político de la esencialidad; obviamente a toda la derecha con sus medios desacreditándonos; pero también a algunos dirigentes sindicales que a la vez que decían apoyarnos nos aislaban o desacreditaban públicamente.
La mejor forma de prepararnos para lo que se viene no es mostrando recibos de sueldo por las redes, sino preparando un plan de lucha discutido desde las bases, para poner en las calles a miles y cada vez más, para obtener nuestros reclamos, tanto educativos como del resto de los trabajadores.
Así como Pereira tiene en su memoria distintos aumentos salariales, los trabajadores de la educación tenemos bien grabado en la memoria el accionar de varios dirigentes sindicales.

Claudio Álvarez

Trump contra los inmigrantes




Las medidas de Donald Trump, que prohibían temporalmente el ingreso a Estados Unidos de ciudadanos de siete países de mayoría musulmana (Irán, Irak, Libia, Siria, Sudán, Somalía y Yemen) y paralizaban la entrada de refugiados desató una crisis debido a las movilizaciones populares de repudio y a la anulación parcial de la medida por parte de la justicia.
Al igual que el avance en la construcción del muro con México, la ofensiva contra los inmigrantes fue lanzada por decreto. Se trata de una muestra temprana del formato de arbitraje personal que Trump buscará darle a un gobierno que se caracterizará por agudos choques en las principales medidas que emprenda. Un dato a tener en cuenta es que dieciséis fiscales generales de distintos estados -algunos gobernados por republicanos- salieron a calificar el decreto como inconstitucional.
Decenas de miles de personas se han movilizado en Estados Unidos contra las medidas de Trump. Se vio un vivo espíritu solidario en un sector de la población norteamericana, con la multiplicación de acciones en los aeropuertos para defender a los afectados de las deportaciones -las hubo en Portland, Nueva York, Filadelfia, Chicago, Dallas, Seattle, Washington D.C., Newark, Los Ángeles, San Francisco, Miami, Detroit, Minneapolis, Denver y Atlanta- y las movilizaciones y actos en grandes ciudades como Washington, Los Ángeles, Nueva York (donde se contabilizaron diez mil manifestantes) y Boston. La presencia en los actos de los alcaldes de Nueva York y Boston da cuenta de que los demócratas buscan encorsetar el movimiento.
Es necesario desenmascarar la farsa de los demócratas y de aquellos sectores que buscan explotar el malestar con Trump. Obama se ganó el apodo de "deportador en jefe" por ostentar el récord de expulsiones al deportar cerca de 3 millones de habitantes. La misma hipocresía debe ser señalada con respecto a los gobiernos europeos que salieron a cuestionar a Trump: se trata de aquellos gobiernos que firmaron un pacto con Turquía para que ésta actúe como estado tapón de los refugiados sirios mientras miles se ahogan en los mares tratando de alcanzar el continente. En materia de muros, se adelantaron a Trump, como lo prueba la cerca en España contra los marroquíes o aquellas barreras que se levantaron en Hungría y otros países del este europeo.
Las medidas contra los inmigrantes revelan la descomposición capitalista y van a la par de un intento de reforzar los estados de excepción contra las masas.
Trump ha completado el cuadro de ataques con bombardeos sobre Yemen. Cabe señalar que Obama ya alentaba el bombardeo sistemático de la monarquía saudita contra aquel país, cuya población sufre una masacre silenciada. Los yanquis se han alineado en este conflicto con Arabia contra Irán, que respaldan a las dos facciones que se enfrentan en la guerra civil.
La base del tembladeral político yanqui -la bancarrota económica y la profunda división al interior de la burguesía norteamericana- ha tenido expresiones directas en el caso del veto a los inmigrantes: Google, Starbucks, Airbnb, Facebook, General Motors, Uber, General Electric, JP Morgan y Goldman Sachs son algunas de las muchas corporaciones que han expresado su rechazo al decreto. La promesa de Starbucks de que responderá a esta ofensiva contratando a 10.000 refugiados en todo el mundo y dando en EEUU preferencia a los trabajadores migrantes descarta tempranamente cualquier motivación "humanitaria": los capitalistas se rehúsan a renunciar a su "derecho" de utilizar a los foráneos como mano de obra barata.
En pocos días de gobierno, el magnate fascistizante Trump se ha topado con una movilización multitudinaria de mujeres y ahora con una ola de marchas en apoyo a los migrantes. Su gobierno no será un lecho de rosas y no podría serlo en el cuadro de crisis mundial.

Tomás Eps (@tomaseps)

lunes, 30 de enero de 2017

Las revelaciones del “archivo Castiglioni”




La formación de la Comisión Investigadora de la Cámara de diputados en noviembre de 2016 a consecuencia de la divulgación por parte de Brecha de parte del llamado “archivo Castiglioni” deja al descubierto la impunidad con que militares continuaron realizando espionaje en democracia.

Sin una real voluntad política de investigar y más bien como consecuencia de la imposibilidad de tapar los escandalosos descubrimientos que contienen estos archivos, el sistema político heredero del Pacto del Club Naval muestra así la complicidad con la impunidad que tolera y habilita prácticas de inteligencia y persecución a políticos y gremialistas.
El voluminoso archivo (65 cajas de papel, 500 disquetes y más de 100 CDs) reúne documentos oficiales, registros de seguimientos y notas de Castiglioni que llegan al 2015, es decir que los aparatos de inteligencia militar continuaron operando más de 30 años luego del retorno democrático.
Elmer Castiglioni, además de docente del (Centro de Altos Estudios Nacionales CALEN) fue el vocero del Foro Libertad y Concordia. Esta organización se ha destacado por hacer una abierta defensa de golpistas y torturadores, siempre bajo la mirada tolerante de los distintos partidos políticos que fueron gobierno (colorados, blancos y frenteamplistas), que fueron incapaces de dictar mínimas sanciones ante diversas declaraciones de reivindicación de la dictadura y el terrorismo de Estado.

50 años de espionaje

Los peritos Isabel wschebor y Alvaro Rico expusieron ante la Comisión investigadora el pasado mes y explicaron que Castiglioni luego de ser dado de baja en 2006 mantenía en su domicilio abundante documentación que abarcaba el periodo 1968-2015.
Junto a documentos calificados como reservados hay recortes de prensa, audios e informes nacionales e internacionales sobre distintos temas. El archivo cuenta con información sobre lo sucedido en dictadura, y también sobre el periodo democrático, mostrando la continuidad de estas prácticas aún luego del retorno de la democracia.
Los documentos revelan, entre otras cosas, la presencia en Uruguay de Licio Gelli, líder de la logia Propaganda Due, organización criminal italiana con vínculos con todo el sistema político italiano y que varios miembros de la masonería uruguaya fueron también miembros de la logia.
Castiglioni también mostró su interés por la situación en Centroamérica (Nicaragua, Cuba, etc.), por la organización separatista vasca ETA y por el caso Berrios, militar pinochetista que fabricaba armas letales y fue asesinado por militares chilenos y uruguayos.
Se comprobó además que los archivos tienen información que llega al año 2015 con documentos referidos al plebiscito del 2009 por la derogación de la ley de Caducidad, referencias a actividades de políticos y gremialistas y posiciones de los partidos sobre diversos temas.

Hay que hacer públicos los archivos

La existencia del archivo “Castiglioni” revela que existe documentación sobre el pasado reciente en poder de las Fuerzas armadas y los organismos de inteligencia.
Existe valiosa información oculta, además de la que ya sabemos que existe en el Archivo General de la Nación (el llamado archivo Berrutti que está bajo cláusulas de secreto amparadas en la ley de información) así como otras fuentes documentales. Incluso se reveló que durante el juicio de Roma, el estado uruguayo utilizó pruebas que había negado aportar para procesos judiciales que hubieron en Uruguay y que tampoco nunca las puso a disposición de los familiares.
El gobierno uruguayo, así como los partidos de la derecha tradicional que también fueron gobierno, son también responsables de la falta de datos y de que mucha información aún continúe siendo secreta.
Sucesos como estos muestran la hipocresía del régimen político uruguayo donde el propio vicepresidente Raul Sendic dice sentirse decepcionado por la absolución de los represores, pero a la vez forma parte de un gobierno que obstaculiza el acceso a documentos e información que pueden servir como pruebas irrefutables para condenar a los militares y civiles involucrados.

Hernán Yanes
Sebastián Artigas

domingo, 29 de enero de 2017

Represores de la dictadura reciben jubilaciones privilegiadas




Según la información aportada por el Semanario Búsqueda, represores de la dictadura están recibiendo altas jubilaciones, incluso los que están procesados y condenados, pagadas con el bolsillo de los trabajadores. El Ministerio de Defensa nunca ha recurrido jurídicamente para recortar estos beneficios, aunque trascendió que se dispone a modificar la normativa próximamente.

De acuerdo a Búsqueda la información fue aportada por el propio Ministerio de Defensa. Se destaca la jubilación que recibía el recientemente fallecido ex dictador Gregorio "Goyo" Álvarez, el cual cobraba $172.647.
También destacan otras jubilaciones de más de cien mil pesos como las de Jorge Silveira, José Araújo Umpiérrez y Juan Carlos Gómez. También destaca la jubilación de $ 68.348 del torturador y asesino José Gavazzo, el cual también goza del beneficio de prisión domiciliaria en un balneario.
Por lo respondido de parte del Ministerio de Defensa dichas jubilaciones “no fueron recortadas, suprimidas ni modificadas”. Aunque los últimos trascendidos de la prensa escrita, afirman que el Ministerio se dispone a reactivar los tribuanales de honor y modificar el reglamento, que data de la época de la dictadura, para que se expidan "lo más rápidamente posible" cuando se trate de las causas vinculadas a violaciones a los DDHH.
El Ministerio se había negado a responder
En un principio el Ministerio se había negado a responder la solicitud del citado Semanario, pero la Unidad de Acceso a la Información lo instó a responder el pedido de información del medio periodístico.
De acuerdo a lo trascendido estás jubilaciones podrían bajarse hasta dos tercios si se sometiera a estos represores al tribunal de honor mlitar.
En medio de la polémica por la reforma de la deficitaria y honerosa caja militar, la publicación de estos datos da muestra de un privilegio más de todos los que gozan los represores, comenzando con la impunidad de sus crímenes.

Del bolsillo de los trabajadores

Mientras el gobierno aplica el ajuste, recortando gastos, subiendo impuestos y tarifas, se utiliza esta plata sacada del bolsillo del pueblo trabajador para pagarle estas altas jubilaciones a los verdugos del pasado. Una de las jubilaciones más bajas difundidas, la de Gavazzo, que entraba a la fuerza y metralleta en mano a la casa de los obreros, como le pasó a mi familia, para amenazar y secuestrar a obreros y luchadores sociales, supera ampliamente el ingreso promedio de la mayoría de los trabajadores uruguayos.
El estado que garantiza la impunidad de la mayoría de los represores y a los pocos condenados lesotorga distintos privilegios, premia con jubilaciones altisimas, por sus servicios prestados a los verdugos de la juventud y la clase obrera de los setentas. Tan vergonzoso es, que el Ministerio se había negado inicialmente a divulgar estos números.
Tardaron más de tres décadas desde el fin de la dictadura, para intentar hacer algo con respecto a esto, incluídos gobiernos de la derecha tradicional y los doce años de gobierno del FA. Si ahora tienen la voluntad política de cambiar esto, deberían ejecutar estos cambios de inmediato ¡sin más dilaciones!
Estos represores llevan décadas cobrando estas remuneraciones privilegiadas, con la anuencia de todos los partidos del régimen político que no han movido un dedo, hasta ahora, para cambiar esta situación, pero sí tienen la mano fácil para recortar y llenar de impuestos y tarifazos a los trabajadores.

Sebastián Artigas

sábado, 28 de enero de 2017

Entrevista inédita: Conversando con el Che.




Resistencias frente a la “nueva” barbarie




Entrevista a Néstor Kohan

Marcela Paolucci: ¿Qué época vivimos?
Néstor Kohan: ¡Excelente pregunta! No podemos comprender nuestra pequeña cotidianeidad haciendo abstracción del mundo histórico global que habitamos. Vivimos una transición incierta del capitalismo imperialista en crisis aguda a una forma social aún más bestial, feroz, cruel y despiadada del mismo sistema mundial capitalista en la cual se han fracturado las barreras sociales que encarrilaban e institucionalizaban los poderes destructores del capital. El muro grotesco y patético que pretende construir hoy Estados Unidos en la frontera con América Latina, para domesticar y encorsetar el flujo de fuerza de trabajo es, parafraseando a un viejo rebelde de Asia, un muro de papel.
El capitalismo genera caos y desintegra las sociedades para reordenarlas bajo su mando despótico. Destruye y construye al mismo tiempo. Separa vínculos comunitarios para volver a reunir, ahora bajo su dominación y control. Esto ya lo estudió Rosa Luxemburg. La violencia genocida de la acumulación originaria del capital se reproduce y recicla periódicamente a escala ampliada. Hoy David Harvey lo retoma y actualiza.
El capitalismo no es sólo caos y desorden. También es orden. Un orden cada día más opresivo y totalitario. Nos encaminamos hacia la destrucción del planeta, de la especie humana, de los diversos ecosistemas y de la vida misma como tal. En esa transición estamos. Pero aun con su devastador y criminal poder destructivo, el capitalismo no se terminará por sí mismo, como se muere un anciano de “muerte natural” por el simple hecho de estar viejo. Sólo las resistencias contra el capitalismo y las alternativas de nuevas revoluciones socialistas pueden cambiar el rumbo suicida de la humanidad e inaugurar una nueva época histórica, radicalmente diferente.
M.P.: ¿Qué hitos o fechas identificarías dentro de esa transición para poder periodizarla?
N.K.: Toda transición implica un proceso abierto. No empieza ni termina un día preciso. La transición del feudalismo al capitalismo en Europa occidental llevó siglos. Quienes la habitaron no sabían que estaban viviendo esa transición. Los tiempos se han acelerado a ritmo enloquecido.
El período que va desde septiembre de 1973, con el golpe neoliberal de Pinochet inspirado en el monetarismo de Friedman (bastante anterior a Reagan y Thatcher) y el nacimiento de la contraofensiva norteamericana continental del Plan Cóndor hasta 1989-1991, con la implosión de la Unión Soviética y el triunfo del imperialismo capitalista en la tercera guerra mundial (eufemísticamente conocida como “guerra fría”), marcan el inicio de esa transición. La incorporación de China al sistema mundial capitalista se produce en ese contexto, no obstante la derrota de los yanquis en Vietnam (Asia) en 1975 y la de Sudáfrica frente a Angola y Cuba (en África) que termina en 1991.
En América latina la derrota sandinista de 1990, la firma de la “paz” en 1992 en El Salvador y la de Guatemala en 1996 se inscriben en ese horizonte que el suprimido Departamento América del comité central del PC cubano interpretó como “el fin de la era de las insurgencias”. Sin embargo, la irrupción inesperada del bolivariano Hugo Chávez en Venezuela y de los zapatistas en México, junto con la persistencia de la insurgencia colombiana durante aquellos años, trataron de modificar dicho rumbo, poniendo en entredicho aquel vaticinio un tanto apresurado. Dichas resistencias e insurgencias buscaban torcer la tendencia general hacia una profundización de la dependencia. Aunque esos procesos continúan resistiendo y no fueron completamente derrotados ni cancelados, lamentablemente no han podido (hasta ahora) modificar sustancialmente el carácter de esta transición.
M.P.: ¿Y Argentina?
N.K.: La rebelión popular de diciembre del año 2001 que golpeó duramente al neoliberalismo (aunque no al capitalismo, a pesar de la simpática consigna “que se vayan todos”) y los intentos ambivalentes pero de intenciones progresistas que le sucedieron en la siguiente década (donde convivieron de modo contradictorio desde realineamientos internacionales latinoamericanistas, la oposición al ALCA y políticas socialmente inclusivas con procesos regresivos de “revoluciones pasivas” marcados por el extractivismo minero-sojero y la extranjerización de la economía) tampoco lograron frenar ese tsunami contrarrevolucionario que el imperialismo y las burguesías autóctonas fueron pacientemente desarrollando hasta llegar a la barbarie actual.
Creo que a partir del impulso bolivariano encabezado a nivel continental por Hugo Chávez se abrió la posibilidad real de torcer el rumbo global. Chávez arrastraba a la región pregonando, a contramano de todas las modas, el socialismo (de forma ecléctica y difusa, es cierto, pero volviendo a poner el proyecto socialista en la agenda de los movimientos sociales cuando ya muchos lo daban por muerto y no se animaban ni a nombrarlo). Sin embargo, esa correlación de fuerzas se modificó sustancialmente a partir de la crisis capitalista global del 2008 y de la “sospechosa muerte” (¿asesinato?) del líder bolivariano, que motorizaba a toda la región desoyendo, incluso, ciertos consejos de “prudencia” diplomática que provenían de La Habana.
Muerto Chávez, se desinfla el impulso irreverente en la región (aunque no desaparezca del todo). Quizás unas de las principales debilidades del campo popular latinoamericano consista en depender exageradamente de los liderazgos carismáticos (el Che, Fidel, Santucho, Chávez, etc.), mientras el imperialismo capitalista ejerce una dominación burocrática, anónima e impersonal, donde el presidente de Estados Unidos puede ser un actor analfabeto o un energúmeno escapado de los Simpson, el de Italia un pornógrafo grotesco, el de Francia un personaje de cuarto orden, sin cultura, sin carisma, sin conocimientos elementales. Marionetas grises y anodinas que simplemente responden al capital. El actual empresario que gobierna la Argentina, Mauricio Macri, incapaz de articular cuatro oraciones coherentes, es una muestra elocuente de ello.
M.P.: ¿Cómo repercute esa transición mundial en la vida cotidiana?
N.K.: Al ganar la tercera guerra mundial (conocida como “guerra fría”) la industria bélica norteamericana y su complejo militar industrial se permitieron trasladar su estructura tecnológica comunicacional de origen militar a los negocios del mercado y a la sociedad civil. Así fuimos inundados con internet, los teléfonos celulares y las pantallas tomaron el control de nuestra atención y nuestros cerebros. La imagen se tragó al concepto y a la lectura. El presente efímero a la historia profunda. El fetiche tecnológico y la expansión mercantil ilimitada despersonalizaron todavía más las relaciones intersubjetivas. El “giro lingüístico” en la teoría social es hijo de esa victoria político-militar en la guerra fría. La aceleración de la rotación del capital (que Mandel estudió en El capitalismo tardío) y las derrotas del mundo laboral precarizaron no sólo nuestros empleos, sino toda nuestra vida cotidiana, incluyendo desde las identidades políticas, comunitarias y nacionales hasta los nexos familiares, los lazos de amistad e incluso las relaciones amorosas. Las descripciones “líquidas” de Zygmunt Bauman no son ninguna exageración. Se abrió la puerta a ciertas libertades (como la posibilidad de no tener que convivir toda la vida de manera forzada con alguien a quien uno no ama, la eventualidad de elegir otras opciones sexuales diferentes a las tradicionales, la elección de no tener hijos que no son deseados ni productos del amor, etc., cuestionado de este modo antiquísimos roles patriarcales) pero a mi entender en términos globales los cambios que trajo en la vida cotidiana el nuevo capitalismo no fueron positivos.
Incluso se llegó al extremo de festejar como si fuera una supuesta “emancipación” la posibilidad de vender una persona homologándola y tratándola como un objeto mercantil, celebrando de modo acrítico la prostitución masiva y el reinado mugriento del dinero y el mercado. No es casual que siguiendo a Shakespeare, Marx definiera desde su juventud hasta su vejez al dinero como el máximo símbolo de la prostitución, en tanto núcleo central del mercado, al cancelar toda diferencia específica en las relaciones interpersonales, poniendo en primer lugar la cantidad por sobre la calidad, los objetos por sobre las personas. Aplaudir, festejar y celebrar, en nombre del progresismo, ese reinado del dinero-prostitución como sinónimo de “emancipación” nos habla de una crisis ideológica de alto rango. El próximo paso de esta crisis civilizatoria será alabar la esclavitud entendiéndola como sinónimo de “libertad” y la tortura como paradigma de los “derechos humanos”. El fetichismo todo lo invierte y el mundo queda patas arriba.
M.P.: Frente a tu diagnóstico pesimista, ¿no hay salida?
N.K.: ¡Por supuesto que hay salida: LAS RESISTENCIAS! Sólo la lucha nos hará libres. Quien no esté en disposición de jugarse la vida jamás podrá alcanzar la libertad, había escrito Hegel pensando en la revolución negra (social, nacional y anticolonial al mismo tiempo) de Haití.
El futuro no tiene la puerta cerrada y la historia no está predeterminada. Tenían razón Engels y Rosa Luxemburg: SOCIALISMO O BARBARIE. Lo único que podemos prever es …. la lucha, como nos enseñó Antonio Gramsci.
M.P.: ¿El acercamiento de Cuba y EEUU no inaugura una nueva época de paz como vaticinaba el Papa Francisco desde el Vaticano romano?
N.K.: Sospecho que no. No hay que confiar en el imperialismo “pero ni un tantito así….¡Nada!”. El pueblo cubano tiene derecho a decidir su futuro. Se lo ganó resistiendo más de medio siglo y de manera heroica a un gigante feroz, monroísta y prepotente, enviando además combatientes internacionalistas a todo el planeta, especialmente América Latina y África.
Pero si no se disuelve el Pentágono, la CIA, la Agencia Nacional de Seguridad, el FBI, Wall Street, el Banco Mundial, la Organización Mundial de Comercio, etc., dudo que pueda construirse una paz verdadera sin sometimiento, dependencia ni dominación neocolonial. Sea con la sonrisa permanente de Obama que vendía pasta dentífrica, sea con el peluquín ridículo y extravagante de Trump, Estados Unidos no abandonará su autopercepción de Policía Mundial y de “país elegido” por El Altísimo para regir los destinos del mundo, especialmente en su “patio trasero”, incluyendo a Puerto Rico y Cuba, las dos perlas del Caribe. El nuevo muro de Berlín, perdón, quise decir, de la frontera entre Gringolandia y México, es simplemente el símbolo de lo que nos espera de nuestros hermanitos del norte.
M.P.: ¿Los acuerdos de paz de las insurgencias colombianas y del pueblo vasco no agregan nada?
N.K.: Insisto: cada pueblo tiene derecho a elegir su destino y su autodeterminación, como recomendaba un muchacho llamado Lenin. El viejo profesor argentino Rodolfo Puiggrós, rector de la Universidad de Buenos Aires e historiador marxista, escribió alguna vez que como los argentinos no hemos podido tomar el poder y hacer nuestra revolución socialista, vamos por el mundo con el dedito acusador inspeccionando revoluciones ajenas. ¡Gran advertencia metodológica formulada con ironía argentina, pero que bien vale también para otros lugares! Nunca me canso de repetirla.
No obstante, sospecho que el imperialismo yanqui, su gendarme en Medio oriente (el estado de Israel, de fuerte presencia en la lucha contrainsurgente de otros países, como Colombia) y la propia clase dominante colombiana no permitirán la paz, el pluralismo ni que el pueblo recupere pacíficamente lo que lo que le arrebataron durante tantas décadas de violencia sistemática.
Ya hubo experiencias como El Salvador y Guatemala donde el grueso de los violadores de derechos humanos y los militares genocidas gozan de impunidad. ¿Fueron a la cárcel los torturadores de la guardia civil que ejercieron sin piedad su sadismo contra la juventud vasca durante décadas? ¿Fueron castigados severamente los viejos represores del franquismo?
En fin, sea como sea, creo que sería un ERROR ESTRATÉGICO dividir, fragmentar o dispersar lo poco que se había logrado aglutinar a nivel internacional en torno al movimiento continental bolivariano [MCB] (que incluía fuerzas europeas).
En ausencia de una coordinación internacional seria (pues las internacionales stalinistas o maoístas están disueltas y las trotskistas sólo tienen existencia nominal pero sin fuerza real), disolver o fragmentar el movimiento continental bolivariano —se comparta o no el fin de la lucha insurgente en Colombia— generaría un saldo negativo.
Hoy más que nunca necesitamos una coordinación internacional para hacer converger las rebeldías populares organizadas. Y eso implica, creo que ya quedó demostrado, no depender de ninguna organización particular, triunfe, empate o sea derrotada. Por eso hoy se torna urgente e imprescindible recuperar el espíritu internacionalista de Lenin, tratando de articular todas las formas de lucha, sin renunciar a ninguna ni decretar apresuradamente su defunción. Si el enemigo maneja todas las formas de lucha, ¿por qué nuestro campo debería limitarse únicamente a la lucha institucional?
M.P.: Ya que mencionaste a Lenin, ¿cómo ves el marxismo a 150 años de «El Capital», a 100 años de la revolución bolchevique y a 50 años del asesinato del Che Guevara?
N.K.: Lo veo sencillamente más actual que nunca. La crisis del capitalismo no disminuye, se multiplica exponencialmente., amenazando con destruir ya no sólo a la clase trabajadora sino a todo el planeta, su cultura y su civilización. Los análisis de Marx (que abarcan no sólo la explotación económica y la extracción de plusvalor sino también las formas de la dominación política, la teoría del poder y las redes de sujeción de las subjetividades y la cultura), las perspectivas estratégicas de Lenin y el espíritu insurgente del Che Guevara se convierten en un faro cada día más potente. En medio del desánimo político, el desarme moral y la confusión ideológica generalizada ellos nos marcan el camino. Sin nostalgias complacientes ni revivals anodinos. Ese horizonte revolucionario es el único que puede detener la marcha del capitalismo mundial hacia el suicidio de la especie. El tren perdió la brújula y marcha al precipicio, como nos alertó hace rato Walter Benjamin. Por eso las nuevas rebeldías e insurgencias que seguramente nacerán (porque aquí no se acabó la historia como hace un cuarto de siglo quiso hacernos creer el mediocre funcionario Fukuyama, aprendiz frustrado de filósofo) deberán tomarse bien en serio los estudios críticos de El Capital de Marx, la perspectiva internacionalista y antimperialista radical de Lenin y sus entrañables bolcheviques y el llamado guevarista a la lucha insurgente mundial contra el capitalismo, su miseria, su explotación, sus alienaciones y todas sus formas de dominación.

Marcela Paolucci
Politik

jueves, 26 de enero de 2017

Vázquez emprenderá nueva gira por Europa junto a cien empresarios




Entre el 7 y el 17 de febrero se llevará a cabo una nueva gira del presidente por Alemania, Finlandia y Rusia. Vázquez presentará a Uruguay como un país confiable para los empresarios y con grandes beneficios impositivos. Se destaca la posibilidad de concretar una tercera planta de UPM.
Vázquez emprenderá nueva gira por Europa junto a cien empresarios

La delegación uruguaya visitará las ciudades de Berlín, Hamburgo, Helsinki y Moscú con el objetivo de captar inversores para el Plan Nacional de Infraestructura que demandará unos 12.000 millones de dólares. La propuesta del gobierno es que se realicen a través de la modalidad de la Participación Público Privada (PPP).
Uno de los motivos centrales del viaje es la posibilidad real de instalarse una nueva planta celulosa de la empresa UPM, ya instalada en nuestro país y con sede en Finlandia, quien estaría exigiendo al gobierno el mejoramiento de infraestructura, principalmente trenes que faciliten el ingreso de la madera y la salida del producto.
En los últimos días el gobierno nacional está intentando acordar con los gobiernos departamentales cómo se concretará el trazado y las adaptaciones necesarias para las vías férreas.
El tercer gobierno frenteamplista realizará la gira con la mayor delegación empresarial respecto a las anteriores, alrededor de cien, quienes serán presentados por mandatarios gubernamentales en distintas instancias y eventos que se están agendando. También fue invitado a participar el PIT-CNT, que acompañó delegaciones anteriores, pero en este caso aún no ha confirmado su presencia.

Seguir optando por los grandes capitales sin desarrollo productivo

Los precios de las materias primas que se exportan desde Uruguay, aunque tuvieron bajas desde la crisis internacional abierta en 2008, siguen relativamente altos, lo que permite cierta sobre vida del modelo económico agro-exportador altamente primarizado. Sin embargo los índices de crecimiento son muy bajos, casi estancamiento, y el gobierno está jugado a conseguir una mega inversión, como es el caso de la nueva papelera. De esta manera se generarían cientos de puesto de trabajo directo y más aún indirectos, lo que podría favorecer otros elementos del mercado interno y de estabilidad del dólar, aunque no sea tan mecánico.
El costo de todo esto es ofrecerles grandes beneficios impositivos, o sea, exonerarlos de la mayoría o totalidad de impuestos, lo que significa que dicho costo se haga cargo el estado.
Vázquez hace uso de buenas notas de calificadoras internacionales sobre Uruguay para favorecer la apertura a los capitales extranjeros, y para dichas calificadoras uno de los elementos a destacar sobre Uruguay es la solidez del sistema político, y la “estabilidad social” o “paz social”, o sea, que se encuentra pacificado el movimiento sindical garantizando así estabilidad a las instituciones del régimen.
El Plan Nacional de Infraestructura pudiendo ser un plan nacional de obras con convenios de construcción de viviendas, centros de estudios, de salud, y más necesidades para la mayoría de la población, es en realidad un plan para inversiones de capitales extranjeros y sus prioridades.
En todos estos años de récord de inversiones, y de multiplicación de PIB, no se ha buscado apostar al desarrollo productivo, lo que permitiría dar valor agregado a las exportaciones, como industria pesquera nacional o frigorífico nacional, por nombrar solo algunas de las posibilidades que los distintos gobiernos han dejado de lado y que las condiciones económicas lo posibilitaban. Todo parece indicar que se seguirá apostando a ser un país altamente dependiente y primarizado.

¿Un nuevo plan del gobierno mediante PPP?

Ya no es novedad lo que implica un acuerdo de Participación Pública Privada, que es el modelo de avance en las privatizaciones de servicios públicos impulsado desde el BID y el Banco Mundial en las últimas décadas, donde ya tiene experiencia en toda América Latina.
En nuestro país el caso más emblemático ha sido el Hospital de Clínicas, que cuenta con un movimiento en defensa del hospital universitario que lucha contra el proceso privatizador que se está intentando implementar mediante las PPP. Otros casos son las nuevas cárceles uruguayas, con tantos ejemplos de la región con anterioridad donde en última instancia el tener más presos termina siendo un beneficio para los empresarios que realizan la inversión. Podríamos también citar la cantidad de licitaciones del estado, como son las recientes promesas de más centros educativos, donde empresas de la construcción se harían cargo de mantener el edificio y algunos servicios durante decenas de años, cuando estamos hablando de la educación pública. Todos casos en los que siempre existe un tercero, el empresario, que termina favoreciéndose.

Claudio Álvarez

"Lujuria": un libro sobre la Iglesia Católica con severos cuestionamientos a Francisco



Emiliano Fittipaldi lanzó un nuevo libro titulado "Lujuria" que desarrolla la investigación que realizó este periodista sobre la complicidad del Vaticano frente a los casos de abuso sexual dentro de la Iglesia Católica. Esta presentación le sigue a "Avaricia" de 2015 que aportaba pruebas respecto de la corrupción al interior del Banco Vaticano: fraudes millonarios, beneficios impositivos, inversiones en empresas, fundaciones destinadas a la asistencia de niños enfermos que terminaron pagando las reformas del domicilio del ex Secretario del Estado Vaticano, entre otros negociados.
Cuando se lanzó "Avaricia", el Papa Francisco admitió a medias lo expuesto (debemos "afrontar el problema") y creó una comisión de control. Sin embargo, el ex contador de la oficina de bienes de la Iglesia, Nunzio Scarano, procesado por contrabando y lavado de dinero (intentó repatriar 20 millones de euros desde Suiza a Italia en un avión privado) fue separado de la administración un mes antes de ser procesado. Actualmente se encuentra en libertad y tampoco fue juzgado por el Estado Vaticano. El prelado vivía en un departamento con 19 habitaciones en plena Roma y tenía en su haber 9 millones de euros.
En "Lujuria", Fittipaldi, muestra los múltiples casos de abuso por parte de sacerdotes de todo el mundo a niños y adolescentes. Entre estos, figura el del sacerdote Nicola Corradi, denunciado recientemente en Mendoza y La Plata por haber abusado de niños sordomudos en el Instituto Próvolo, y que había sido trasladado de Verona a la Argentina precisamente por haber abusado de niños en aquella ciudad italiana en el mismo instituto. Hoy, Corradi goza de prisión domiciliaria. La complicidad del clero para con los abusadores se revela, entre otros datos, en que en Italia de la veintena de casos de curas condenados en 2016 ninguno tuvo como contrapartida en una acción canónica que los separara de la Iglesia. Lo mismo sucede en la Argentina: Grassi sigue habilitado a dar misa y otros rituales católicos gracias a la protección de la curia, especialmente del ex cardenal Bergoglio.
La vaticanista de La Nación, Elisabetta Piqué, dice con respecto al libro: "Fittipaldi denuncia que, en vez de castigar a prelados pedófilos o encubridores, el Papa promovió a tres de ellos en el denominado C-9, el grupo de cardenales consultores que lo aconseja en la reforma de la curia y el gobierno universal de la Iglesia. Los tres purpurados son el australiano George Pell, prefecto de la Secretaría de Economía; el chileno Francisco Errázuriz Ossa, y el hondureño Oscar Rodríguez Maradiaga" (17/1). Pell fue ungido por Francisco como el zar de las finanzas de la Iglesia.
El autor revela algunos de los eslabones del encubrimiento de las autoridades eclesiásticas a los curas pedófilos. En su libro publica la carta que el Cardenal Calcáneo (a quien caracteriza como uno de los hombres más poderosos del Vaticano) envió a Benedicto XVI una carta en defensa de un cura pedófilo: "Eminencia, el sacerdote tiene la intención de seguir el compromiso pastoral. En la medida de lo posible, quiero evitar que haya responsabilidad que lo pongan en contacto de niños y adolescentes". El traslado de un lugar a otro en la marca de la impunidad y el modus operandi del encubrimiento sobre los curas abusadores, en ese caso ni Ratiznger ni Calcáneo dieron parte a la familia del niño abusado ni al poder judicial: dos años después el cura atacó de nuevo a un niño menor de edad. "Calcáneo (...) maneja todo el patrimonio millonario de la Santa Sede. Como hobby, colecciona armas y armas de combate de fabricación rusa y americana" (Facebook Fittipaldi) "Monseñor Rambo", como lo llaman, fue confirmado en su puesto por Francisco. El libro establece que tres de los nueve Cardenales consejeros del Papa Francisco encubrieron a curas abusadores.
Fittipaldi fue acusado por el Vaticano por realizar esta investigación. El periodista, junto con su colega de profesión Gianluigi Nuzzi, "destapó en 2015 lo que se conoció como el caso Vatileaks2, un escándalo sobre información clasificada de carácter financiero de la Santa Sede por el que ambos fueron juzgados y absueltos en julio de 2016. Hablando con The Guardian, recordó: "Fue irónico estar allí, durante el juicio. Pensaba que muchos sacerdotes y obispos y cardenales estaban involucrados en abuso sexual y el Vaticano no hacía nada. Prefieren perseguir a periodistas". Sí fueron condenados un sacerdote español y su ex colaboradora por filtrar los documentos publicados (Infobae, 16/01).
Las filtraciones recogidas por sucesivos libros sobre el Vaticano pusieron de relieve también las intrigas y los agudos enfrentamientos de camarillas que caracterizan a la Iglesia Católica.
La jerarquía católica apunta con su accionar al encubrimiento, por ello es elemental que las investigaciones se realicen en el fuero civil y avancen con total independencia de las autoridades religiosas cuya supervivencia depende de que se perpetúe la impunidad.
Por justicia para las víctimas de abuso eclesiástico
Juicio y castigo a los abusadores y sus cómplices
Separación de la Iglesia del Estado

Pato Lourdes

miércoles, 25 de enero de 2017

El final del neoliberalismo “progresista”




La elección de Donald Trump es una más de una serie de insubordinaciones políticas espectaculares que, en conjunto, apuntan a un colapso de la hegemonía neoliberal. Entre esas insubordinaciones, podemos mencionar, entre otras, el voto del Brexit en el Reino Unido, el rechazo de las reformas de Renzi en Italia, la campaña de Bernie Sanders para la nominación Demócrata en los EEUU y el apoyo creciente cosechado por el Frente Nacional en Francia. Aun cuando difieren en ideología y objetivos, esos motines electorales comparten un blanco común: rechazan la globalización gran-empresarial, el neoliberalismo y al establishment político que los ha promovido. En todos los casos, los votantes dicen “¡No!” a la letal combinación de austeridad, libre comercio, deuda predatoria y trabajo precario y mal pagado que resulta característica del actual capitalismo financiarizado. Sus votos son una respuesta a la crisis estructural de esta forma de capitalismo, crisis que saltó por primera vez a la vista de todos con la casi fusión del orden financiero global en 2008.
Sin embargo, hasta hace poco, la repuesta más común a esta crisis era la protesta social: espectacular y vívida, desde luego, pero de carácter harto efímero. Los sistemas políticos, en cambio, parecían relativamente inmunes, todavía controlados por funcionarios de partido y elites del establishment, al menos en los estados capitalistas poderosos como los EEUU, el Reino Unido y Alemania. Pero ahora las ondas electorales de choque reverberan por todo el planeta, incluidas las ciudadelas de las finanzas globales. Quienes votaron por Trump, como quienes votaron por el Brexit o contra las reformas italianas, se han levantado contra sus amos políticos. Burlándose de las direcciones de los partido, han repudiado el sistema que ha erosionado sus condiciones de vida en los últimos treinta años. Los sorprendente no es que lo hayan hecho, sino que hayan tardado tanto.
No obstante, la victoria de Trump no es solamente una revuelta contra las finanzas globales. Lo que sus votantes rechazaron no fue el neoliberalismo sin más, sino el neoliberalismo progresista. Esto puede sonar como un oxímoron, pero se trata de un alineamiento, aunque perverso, muy real: es la clave para entender los resultados electorales en los EEUU y acaso también para comprender la evolución de los acontecimientos en otras partes. En la forma que ha cobrado en los EEUU, el neoliberalismo progresista es una alianza de las corrientes principales de los nuevos movimientos sociales (feminismo, antirracismo, multiculturalismo y derechos de los LGBTQ), por un lado, y, por el otro, sectores de negocios de gama alta “simbólica” y sectores de servicios (Wall Street, Silicon Valley y Hollywood). En esta alianza, las fuerzas progresistas se han unido efectivamente con las fuerzas del capitalismo cognitivo, especialmente la financiarización. Aunque maldita sea la gracia, lo cierto es que las primeras prestan su carisma a este último. Ideales como la diversidad y el “empoderamiento”, que, en principio podrían servir a diferentes propósitos, ahora dan lustre a políticas que han resultado devastadoras para la industria manufacturera y para las vidas de lo que otrora era la clase media.
El neoliberalismo progresista se desarrolló en los EEUU durante estas tres últimas décadas y fue ratificado por el triunfo electoral de Bill Clinton en 1992. Clinton fue el principal ingeniero y portaestandarte de los “Nuevos Demócratas”, el equivalente estadounidense del “Nuevo Laborismo” de Tony Blair. En vez de la coalición del New Deal entre obreros industriales sindicalizados, afroamericanos y clases medias urbanas, Clinton forjó una nueva alianza de empresarios, suburbanitas, nuevos movimientos sociales y juventud: todos proclamando orgullosos su bona fides moderna y progresista, amante de la diversidad, el multiculturalismo y los derechos de las mujeres. Aun cuando la administración Clinton hizo suyas esas ideas progresistas, cortejó a Wall Street. Pasando el mando de la economía a Goldman Sachs, desreguló el sistema bancario y negoció tratados de libre comercio que aceleraron la desindustrialización. Lo que se perdió por el camino fue el Cinturón del Óxido, otrora bastión de la democracia social del New Deal y ahora la región que ha entregado el Colegio Electoral a Donald Trump. Esa región, junto con nuevos centros industriales en el Sur, recibió un duro revés cuando la financiarización más desatada campó a sus anchas en el curso de las pasadas dos décadas. Continuadas por sus sucesores, incluido Barak Obama, las políticas de Clinton degradaron las condiciones de vida de todo el pueblo trabajador, pero especialmente de los empleados en la producción industrial. Para decirlo sumariamente: Clinton tiene una pesada responsabilidad en el debilitamiento de las uniones sindicales, en el declive de los salarios reales, en el aumento de la precariedad laboral y en el auge de las familias con dos ingresos que vino a substituir al difunto salario familiar.
Como sugiere esto último, al asalto a la seguridad social le dio lustre un barniz de carisma emancipatorio prestado por los nuevos movimientos sociales. Durante todos los años en los que los se abría un cráter tras otro en su industria manufacturera, el país estaba animado y entretenido por una faramalla de “diversidad”, “empoderamiento” y “no-discriminación”. Identificando “progreso” con meritocracia en vez de igualdad, con esos términos se equiparaba la “emancipación” con el ascenso de una pequeña elite de mujeres “talentosas”, minorías y gays en la jerarquía empresarial del quien-gana-se-queda-con-todo, en vez de con la abolición de esta última. Esa comprensión liberal-individualista del “progreso” vino gradualmente a reemplazar a la comprensión anticapitalista –más abarcadora, antijerárquica, igualitaria y sensible a la clase social— de la emancipación que había florecido en los años 60 y 70. Cuando la Nueva Izquierda menguó, su crítica estructural de la sociedad capitalista se marchitó, y el esquema mental liberal-individualista tradicional del país se reafirmó a sí mismo al tiempo que se contraían las aspiraciones de los “progresistas” y de los sedicentes izquierdistas. Pero lo que selló el acuerdo fue la coincidencia de esta evolución con el auge del neoliberalismo. Un partido inclinado a liberalizar la economía capitalista encontró su compañero perfecto en un feminismo empresarial centrado en la “voluntad de dirigir” del leaning in o en “romper el techo de cristal”.
El resultado fue un “neoliberalismo progresista”, amalgama de truncados ideales de emancipación y formas letales de financiarización. Fue esa amalgama la que desecharon in toto los votantes de Trump. Prominentes entre los dejados atrás en este bravo mundo cosmopolita eran los obreros industriales, desde luego, pero también ejecutivos, pequeños empresarios y todos quienes dependían de la industria en el Cinturón Oxidado y en el Sur, así como las poblaciones rurales devastadas por el desempleo y la droga. Para esas poblaciones, al daño de la desindustrialización se añadió el insulto del moralismo progresista, que se acostumbró a considerarlos culturalmente atrasados. Rechazando la globalización, los votantes de Trump repudiaban también el liberalismo cosmopolita identificado con ella. Algunos –no, desde luego, todos, ni mucho menos— quedaron a un paso muy corto de culpar del empeoramiento de sus condiciones de vida a la corrección política, a las gentes de color, a los inmigrantes y los musulmanes. A sus ojos, las feministas y Wall Street eran aves de un mismo plumaje, perfectamente unidas en la persona de Hillary Clinton.
Lo que hizo posible esa combinación fue la ausencia de cualquier izquierda genuina. A pesar de arrebatos periódicos como Occupy Wall Street, que se rebeló efímero, no ha habido una presencia sostenida de la izquierda en los EEUU desde hace varias décadas. Ni se ha dado aquí una narrativa abarcadora de izquierda que pudiera vincular los legítimos agravios de los votantes de Trump con una crítica efectiva de la financiarización, por un lado, y con la visión antirracista, antisexista y antijerárquica de la emancipación, por el otro. Igualmente devastador resultó que se dejaran languidecer los potenciales vínculos entre el mundo del trabajo y los nuevos movimientos sociales. Divorciados el uno del otro, estos indispensables polos de cualquier izquierda viable se alejaron indefinidamente hasta llegar a parecer antitéticos.
Al menos hasta la notable campaña de Bernie Sanders en las primarias, que bregó por unirlos luego del relativo pinchazo de la consigna “Las Vidas Negras Cuentan”. Haciendo estallar el sentido común neoliberal reinante, la revuelta de Sanders fue, en el lado Demócrata, el paralelo de Trump. Así como Trump logró dar el vuelco al establishment Republicano, Sanders estuvo a un pelo de derrotar a la sucesora ungida por Obama, cuyos apparatchiks controlaban todos y cada uno de los resortes del poder en el Partido Demócrata. Entre ambos, Sanders y Trump, galvanizaron una enorme mayoría del voto norteamericano. Pero sólo el populismo reaccionario de Trump sobrevivió. Mientras que él consiguió deshacerse fácilmente de sus rivales Republicanos, incluidos los predilectos de los grandes donantes de campaña y de los jefes del Partido, la insurrección de Sanders fue frenada eficazmente por un Partido Demócrata mucho menos democrático. En el momento de la elección general, la alternativa de izquierda ya había sido suprimida. La opción que quedaba era un tómalo o déjalo entre el populismo reaccionario y el neoliberalismo progresista: elijan el color que quieran, mientras sea negro. Cuando la sedicente izquierda cerró filas con Hillary, la suerte estaba echada.
Sin embargo, y de ahora en más, este es un dilema que la izquierda debería rechazar. En vez de aceptar los términos en que las clases políticas nos presentan el dilema que opone emancipación a protección social, lo que deberíamos hacer es trabajar para redefinir esos términos partiendo del vasto y creciente fondo de revulsión social contra el presente orden. En vez de ponernos del lado de la financiarización-cum-emancipación contra la protección social, lo que deberíamos hacer es construir una nueva alianza de emancipación y protección social contra la finaciarización. En ese proyecto, que construiría sobre terreno preparado por Sanders, emancipación no significa diversificar la jerarquía empresarial, sino abolirla. Y prosperidad no significa incrementar el valor de las acciones o el beneficios empresarial, sino la base de partida de una buena vida para todos. Esa combinación sigue siendo la única respuesta de principios y ganadora en la presente coyuntura.
En lo que a mí hace, no derramé ninguna lágrima por la derrota del neoliberalismo progresista. Es verdad: hay mucho que temer de una administración Trump racista, antiinmigrante y antiecológica. Pero no deberíamos lamentar ni la implosión de la hegemonía neoliberal ni la demolición del clintonismo y su tenaza de hierro sobre el Partido Demócrata. La victoria de Trump significa una derrota de la alianza entre emancipación y financiarización. Pero esta presidencia no ofrece solución ninguna a la presente crisis, no trae consigo la promesa de un nuevo régimen ni de una hegemonía segura. A lo que nos enfrentamos más bien es a un interregno, a una situación abierta e inestable en la que los corazones y las mentes están en juego. En esta situación, no sólo hay peligros, también oportunidades: la posibilidad de construir una nueva Nueva Izquierda.
Mucho dependerá en parte de que los progresistas que apoyaron la campaña de Hillary sean capaces de hacer un serio examen de conciencia. Necesitarán librarse del mito, confortable pero falso, de que perdieron contra una “panda deplorable” (racistas, misóginos, islamófobos y homófobos) auxiliados por Vladimir Putin y el FBI. Necesitarán reconocer su propia parte de culpa al sacrificar la protección social, el bienestar material y la dignidad de la clase obrera a una falsa interpretación de la emancipación entendida en términos de meritocracia, diversidad y empoderamiento. Necesitarán pensar a fondo en cómo podemos transformar la economía política del capitalismo financiarizado reviviendo el lema de campaña de Sanders –“socialismo democrático”— e imaginando qué podría ese lema significar en el siglo XXI. Necesitarán, sobre todo, llegar a la masa de votantes de Trump que no son racistas ni próximos a la ultraderecha, sino víctimas de un “sistema fraudulento” que pueden y deben ser reclutadas para el proyecto antineoliberal de una izquierda rejuvenecida.
Eso no quiere decir olvidarse de preocupaciones acuciantes sobre el racismo y el sexismo. Pero significa molestarse en mostrar de qué modo esas inveteradas opresiones históricas hallan nuevas expresiones y nuevos fundamentos en el capitalismo financiarizado de nuestros días. Rechazando la idea falsa, de suma cero, que dominó la campaña electoral, deberíamos vincular los daños sufridos por las mujeres y las gentes de color con los experimentados por los muchos que votaron a Trump. Por esa senda, una izquierda revitalizada podría sentar los fundamentos de una nueva y potente coalición comprometida a luchar por todos.

Nancy Fraser

Nancy Fraser es una profesora de filosofía y política en la New School for Social Research de Nueva York. Su último libro: Fortunes of Feminism: From State-Managed Capitalism to Neoliberal Crisis (Londres, Verso, 2013).
Fuente:
https://www.dissentmagazine.org/online_articles/progressive-neoliberalism-reactionary-populism-nancy-fraser
Traducción: María Julia Bertomeu

martes, 24 de enero de 2017

Estados Unidos y México: de la Doctrina Monroe a Donald Trump, una historia de saqueo




El magnate norteamericano que asume hoy como presidente hizo del pueblo mexicano un blanco de ataques constantes. La historia muestra que los verdaderos delincuentes están al norte del Río Grande.

Se sabe que la promesa de construir un muro en la frontera con México fue uno de los ejes de campaña de Donald Trump, mostrando su disposición a profundizar una política migratoria que en la era Obama ya se reveló especialmente dura con más de 2,5 millones de inmigrantes deportados desde 2009.
En su intento de consolidar la base de una agresiva política de “Norteamérica para los norteamericanos”, en una suerte de versión moderna de la doctrina Monroe puertas adentro, su blanco fueron los mexicanos, -el 52 % de los 11 millones de migrantes sin estancia legal que viven y trabajan en los empleos más precarios en Estados Unidos-, a quienes tildó de “violadores, delincuentes y narcotraficantes” que serían peligrosos para Estados Unidos. Pero México no sólo sufre la rapiña imperialista norteamericana que se sirve de su mano de obra hiperexplotada, de sus recursos energéticos como muestra el gasolinazo en curso, de la militarización al servicio de sus intereses estratégicos, etc.; sino que perdió más de la mitad de su territorio a manos de su poderoso vecino del norte, por lo que gran parte de las fronteras que Trump pretende “proteger” de México en realidad le pertenecían a este.

El ladrón de guante blanco

Apenas constituido como nación independiente en 1776, Estados Unidos contaba con una extensión mucho más modesta que la que hoy lo hace ser un “país-continente”: un territorio de menos de medio millón de km2 poblado por dos millones y medio de habitantes. Unas 7 décadas más tarde su territorio era doce veces mayor, con una población de 20 millones de habitantes, la gran mayoría inmigrantes (1).
Esta vertiginosa extensión se basó en la aplicación de políticas que combinaron el exterminio y/o desplazamiento de los pueblos nativos que fueron despojados de sus territorios, -en un proceso denominado eufemísticamente la “mudanza de los indios” por el que el hombre blanco ocupó el territorio entre los Montes Apalaches y el Mississipi-; la compra o negociación de territorios con potencias imperialistas como Francia -Luisiana-, España -Floridas Occidental y Oriental-, Rusia –Alaska-; y la guerra de conquista de territorios mexicanos.
Con un acelerado desarrollo capitalista apalancado en la producción esclavista, la burguesía yanqui requería la incorporación de nuevos territorios para ponerlos al servicio de la producción de granos, tabaco y algodón, para lo que necesitaba en primera instancia enfrentar la injerencia de las potencias europeas sobre suelo americano. De allí nació la llamada “doctrina Monroe” formulada en la segunda década del s XIX sobre la premisa “América para los americanos”, que si en sus inicios se revistió de proclama defensiva frente a la amenaza colonialista que suponía la restauración monárquica en Europa, pronto se reveló en su esencia ofensiva como doctrina de neocolonización del nuevo continente por parte de Estados Unidos.
Acompañada por una justificación ideológica providencial bajo la idea del “destino manifiesto” de los norteamericanos a civilizar al resto de los pueblos, la doctrina cobró máxima expresión en la política del presidente James Knox Polk (quien gobernó entre 1845-49) que en 1846 declaró la guerra contra México. Pero la rapiña a este último había comenzado décadas antes.

La colonización de Texas

Desde su independencia de España en 1821 México se alzaba como una enorme masa territorial de unos 4 millones y medio de km2, sobreextensión que, en ausencia de una burguesía nativa fuerte con arraigue nacional, obró en su contra. La inestabilidad por las disputas entre las élites regionales impidió en los primeros años del México independiente la consolidación de un régimen político duradero (pasó de ser una monarquía a una república federada, después centralista y luego federada nuevamente), lo que marcó su incapacidad de controlar en forma efectiva los territorios, en particular los del norte del Rio Grande, que recibían escasos recursos del gobierno central debido a la distancia y a la poca densidad demográfica de California y Nuevo México.
Desde la década del 20 los gobiernos mexicanos consintieron el establecimiento de colonos norteamericanos en el por entonces estado de Coahuila y Texas como forma de limitar el avance de las tribus comanches en el oeste, tarea iniciada por el empresario de Virginia Stephen F. Austin que encabezó la llegada de los primeros 300 colonos (los “Old Three Hundred”, los viejos 300). Su crecimiento acelerado y extensión sobre las tierras fértiles del este llevó al presidente Anastacio Bustamante a prohibir en 1830 el ingreso de colonos. Para 1835, luego de que el dictador Santa Anna revocó la constitución federal para imponer un régimen centralista, los colonos de Coahuila y Texas, junto con un ejército de mercenarios enviados y pertrechados por Estados Unidos, se alzaron en armas, resultando vencedores imponiendo un tratado que establecía su independencia en 1836.
Pese a ser rechazado por el congreso mexicano este contó con la aprobación de Francia, Inglaterra y Estados Unidos, que empuñó el discurso de la emancipación y la libertad en función de su consolidación como potencia. La nueva República de Texas fue un experimento de corta duración, y en 1845 sería anexada a Estados Unidos como parte de un plan más ambicioso de robo de territorios mexicanos. En homenaje al voraz empresario Austin, pionero en la colonización de México, hoy lleva su nombre la capital de la actual Texas.

La guerra de conquista

En sus escritos sobre la guerra de secesión norteamericana Marx destacó que los estados esclavistas del sur estaban orgánicamente urgidos de expandirse tanto por una agricultura extensiva que hacía necesaria la incorporación de nuevas tierras como por la existencia de una base social de jóvenes blancos deseosos de hacer fortuna y prestos al aventurerismo a los que debían dar una salida externa para evitar disturbios internos. Estos factores explican que el Partido Demócrata, que en la primera mitad del siglo XIX era el partido esclavista, haya sido el mayor promotor de la política de expansión norteamericana, como mostraría el envío de tropas al Río Grande por parte James Polk, interesado en las por entonces provincias mexicanas de Alta California y Santa Fe de Nuevo México.
Pero contrario a lo que cierta tradición historiográfica norteamericana sostiene, el Partido Whig, antecesor del Partido Republicano y esencialmente antiesclavista, también era expansionista, y sólo guardaba con los demócratas diferencias de método en cuanto a cómo garantizar la expansión. Estas no evitaron que, una vez declarada la guerra a México en 1846 bajo la excusa del asesinato por parte de guerrilleros mexicanos de un coronel yanqui, los whigs votaran junto con los demócratas a favor de la guerra, con la sola oposición de un minúsculo grupo de abolicionistas que votaron en contra alegando que favorecía los intereses esclavistas. El general Taylor a cargo de las tropas norteamericanas escribió reveladoramente en su diario “He mantenido que los Estados Unidos son los agresores. No tenemos el más mínimo derecho de estar aquí… Parece que el gobierno envió un pequeño destacamento adrede, para provocar la guerra, para tener un pretexto para tomar California y todo el territorio que se le antoje”(2).
Howard Zinn refleja que si la guerra, revestida del discurso libertario y civilizatorio propio de la idea del “destino manifiesto”, despertó simpatías al comienzo, pronto se fue volviendo impopular. A las tropas regulares se sumó un ejército norteamericano de voluntarios de los cuales la mitad eran inmigrantes recientes, sobretodo irlandeses y alemanes, que vio como cada vez más soldados que se habían alistado por la promesa de una paga y acres de tierra pública comenzaban a desertar(3), y no pocos a pasarse al bando mexicano, como fue el caso del batallón de irlandeses San Patricio(4). Aún así, se impuso ante un México debilitado por la confrontación entre federalistas y centralistas, (que derivó en la rebelión de Yucatán en 1841 y otros intentos secesionistas en Sonora y Tamaulipas), carente de un poder militar cohesionado, y desgastado económicamente luego de la guerra en Texas y el conflicto militar con Francia entre 1838-39 conocido como la “Guerra de los Pasteles”.
El bloqueo de los puertos mexicanos sumado al rápido avance de las tropas norteamericanas garantizaron la ocupación de Nuevo México y California, que aportó con una rebelión interna de colonos anglosajones que declararon en 1846 la República de California, rápidamente convertida en territorio de Estados Unidos. En marzo de 1847, tras un masivo desembarco y bombardeo norteamericano, caería Veracruz, la “puerta de México al mundo” por ser el puerto más importante desde la época virreinal, abriendo el avance de las tropas norteamericanas hacia la ciudad de México, que caería a fines de ese año.

Un tratado sin hidalguía

Como resultado de su victoria, Estados Unidos le impuso a México la firma del Tratado de Guadalupe de Hidalgo por el cual reconocía el dominio norteamericano sobre Texas y le entregaba las provincias de Alta California y Santa Fe de Nuevo México, que actualmente son los Estados de Nevada, Nuevo México, Arizona, California, Utah y partes de Wyoming, Colorado, Oklahoma y Kansas. A cambio de la pérdida de más de 2 100 000 km² de tierra -el 55% de su territorio-, Estados Unidos se comprometió a abonarle a México 15 millones de dólares. Por eso, el periódico norteamericano Whig Intelligencer pudo decir “no tomamos nada por conquista… Gracias a Dios”.

Paula Schaller. Licenciada en Historia - Conductora del programa Giro a la Izquierda

(1) Nuñez, Jorge. La guerra interminable. Ed. CEDEP. Pág. 11
(2) ZINN, Howard, La Otra Historia de los Estados Unidos, Siglo Veintiuno, pág. 117
(3) Durante la guerra la cifra total de desertores fue de 9207 entre las tropas regulares y 5331 entre los voluntarios.
(4) ZINN, Howard, Op. Cit.

lunes, 23 de enero de 2017

Multitudinaria marcha de mujeres contra Trump en Washington




Límites y potencialidades del movimiento

En el primer día de mandato de Donald Trump, más de 500 mil mujeres se movilizaron en Washington y en numerosas ciudades del país. También hubo concentraciones de repudio en Londres y otras ciudades del mundo.
Bajo el lema “los derechos de las mujeres son derechos civiles” se concentran una abigarrada cantidad de reivindicaciones que van de la defensa de los derechos sexuales y reproductivos, de las minorías sexuales y nacionales, por un medio ambiente sano, contra la violencia en general y la policial en particular, por igualdad salarial y los derechos laborales.
Entre los participantes figuran diversas ONG, entre las que destaca Parenthood, que terceriza la atención relativa a la anticoncepción en las clínicas de todo el país; los sindicatos nacionales de docentes y empleadas domésticas, que tendrán a sus máximas referentes como oradoras; artistas de Hollywood que se pronunciaron a favor de Hillary Clinton en las presidenciales; organizaciones de nativos americanos y afrodescendientes; y voceras de la confesión musulmana entre otras.
El Comité Nacional que organiza la marcha está encabezado por una mujer del Partido Demócrata que formaba parte del gabinete de Barack Obama, junto con ella comparten esa posición otras integrantes del partido y CEO´s de empresa, además de referentes de diversos movimientos y ONG.
La movilización apunta a defender ciertos derechos adquiridos, como el derecho al aborto, amenazado durante la campaña por Trump, quien viró de su planteo inicial de que las mujeres que abortaran debían ser encarceladas, a proponer modificar la Corte Suprema para que revirtiera el fallo “Roe vs Wade” que legalizó el aborto en EE.UU. en 1973. La designación de Mike Pence como vicepresidente y la propuesta de nombrar a Jeff Sessions como jefe de los fiscales de EE.UU. son un avance en la concreción de esta línea.
Pence es un cristiano fanático que como gobernador bloqueó que llegara el financiamiento federal a Parenthood en Indiana, es decir, la vía para acceder a un aborto legal y a métodos anticonceptivos en ese estado. Es además un enemigo declarado de la comunidad LGTBI por considerarlos contrarios a la “idea de dios”. Por su parte, el potencial Fiscal general de los EE.UU. es un racista declarado, votó en contra de la Ley contra la Violencia hacia las mujeres, que establecía penalidades y un resarcimiento económico para las víctimas de la violencia de género, porque abarcaba a inmigrantes y minorías sexuales.
Cuando Trump fue repudiado por decir que “cuando eres una estrella, puedes hacer lo que quieras. Agarrarlas del coño. Cualquier cosa”, Sessions dijo que catalogar eso como un ataque sexual era un “exageración”. Recordemos que los dichos estaban acompañados de una serie de denuncias por abuso sexual contra el magnate inmobiliario, carpetazos que también salpicaron a Clinton por encubrir una catarata de tropelías del mismo tipo cometidos por su marido durante la presidencia demócrata.

Una alternativa independiente

Otro de los reclamos que se escuchan en la marcha: el de un pago igualitario por la misma tarea. Según el Censo de los Estados Unidos las mujeres blancas ganan por cada dólar 20 centavos menos que los varones blancos, una brecha salarial que aumenta cuando hablamos de mujeres afrodescendientes y latinas, que ganan 64 y 56 centavos de dólar menos respectivamente. Una desigualdad que se arrastraron todos los gobiernos, incluso violentando una ley sancionada hace 50 años que establece un pago igualitario por la misma tarea.
En la marcha, sin embargo, está ausente el problema de clase. “La diseñadora de moda Rachel Comey se llevará con ella a 50 de sus empleadas en Nueva York a la manifestación y las trabajadoras de sus tiendas en Los Ángeles también librarán ese día para poder acudir a la marcha de apoyo que tendrá lugar en la ciudad. Pero sus establecimientos no cerrarán: serán sus empleados masculinos los que se encarguen de las labores y el 50% de las ventas de ese día se donarán a ‘Planned Parenthood’ (La Vanguardia, 19/01)
Esta movilización contendrá por lo tanto un repudio genuino y necesario a la potencial avanzada reaccionaria de Trump sobre los derechos de las mujeres y las minorías sexuales, que se encontrará con los límites de quienes se encaramaron como voceros de la misma, que violentaron sistemáticamente bajo los mandatos demócratas los derechos de los migrantes y la población negra, sostuvieron la discriminación laboral y salarial contra las mujeres e incluso “ataron con alambre” el derecho al aborto, en la medida en que el sistema de salud se encuentra privatizado.
Es necesario enfrentar en un plano estratégico a Trump, poniendo en pie una alternativa política de los trabajadores.

Carla Deiana

domingo, 22 de enero de 2017

9 de enero de 1905: el “domingo sangriento” que inició la revolución




El 9 de enero (22 según el calendario actual) de 1905, una manifestación que fue reprimida por el zarismo fue el "ensayo general" de la Revolución Rusa de Octubre de 1917.

La manifestación de 140.000 mujeres, hombres y niños en su mayoría campesinos se dio en San Petersbugo, en el imperio ruso de los zares, encabezada por el cura Gapón y levantando íconos religiosos y retratos del zar, llevaba una declaración a las puertas del Palacio de Invierno, donde le suplicaban al “padrecito zar” una serie de reclamos económicos y otros democráticos, dado que estaban atravesando una tremenda miseria y represión en el país. La represión a los manifestantes desarmados dejó un tendal de cientos de muertos y miles de heridos, pasando a la historia como “el domingo sangriento”
La marcha fue precedida por un movimiento de huelgas que, sobre todo desde 1903, venía desarrollándose en todo el país. Un movimiento obrero joven, que provenía en su mayor parte del campo, pero que venía realizando una “gimnasia” huelguística enfrentando a los patrones explotadores y la represión policial. Mientras, los burgueses e intelectuales llamaban a confiar en las negociaciones con el zarismo, que les prometía la formación de una Duma (especie de parlamento). En febrero de 1904, Rusia invade Port Arthur, iniciando la guerra ruso-japonesa que terminará con su derrota en marzo de 1905. En Bakú, en 1904, los petroleros ya habían empezado a exigir libertad de prensa y de asambleas obreras y la convocatoria a una Asamblea Constituyente, terminar con la guerra ruso-japonesa y por la jornada de 8 hs. Organizaron una huelga general que consiguió la primera convención colectiva. El 3 de enero de 1905 estalló la huelga en la gran fábrica Putilov. El 8 de enero se produjo una huelga general en San Petersburgo.

La importancia del 9 de enero

La masacre del 9 fue un punto de inflexión para la fe que aún mantenía el campesinado en el zar. Por eso las masas, al principio, confiaron en la dirección del cura Gapón (impulsado por la burguesía). Pero la matanza destruyó esa confianza. Ya no servía suplicar ni tratar de convencer al zar. Y los burgueses estaban temerosos de las acciones de las masas. El proletariado era el único que demostraba su fuerza y consecuencia. Para Trotsky (que estaba tratando de volver de su exilio), “El verdadero actor fue el proletariado. Comienza por una huelga, se unifica, formula exigencias políticas, baja a la calle, atrae hacia sí todas las simpatías, choca con la fuerza armada y abre la Revolución Rusa” (1905, “El 9 de enero”). Para Lenin: “reveló la agonía de la fe secular del campesinado en “el padrecito zar” y el nacimiento de un pueblo revolucionario encarnado en el proletariado urbano. (…) La última década del movimiento obrero produjo miles de proletarios socialdemócratas de vanguardia que rompieron con esa fe, plenamente concientes de lo que hacían. Educó a decenas de miles de obreros en quienes el instinto de clase, fortalecido en la lucha huelguística y en la agitación política, minó todos los fundamentos de semejante fe”. (1905, “El ‘padrecito zar’ y las barricadas”)
Abierta la dinámica de la revolución con el “domingo sangriento”, esta continuará con su período de auge obrero entre octubre y diciembre de 1905, hasta su derrota, el 19 de diciembre de 1905. Fue un ensayo general donde se delinearon los actores, las instituciones y sus interrelaciones, que se mostrarían plenamente en Febrero y Octubre de 1917. Se bosquejaron las respuestas a muchas de las incógnitas y debates que cruzaron al movimiento obrero revolucionario sobre la cuestión de la toma del poder: el desarrollo de los soviets (consejos) como la organización más democrática de lucha que se podían dar las masas (“embriones de un gobierno revolucionario para la conquista del poder” para Trotsky; “el embrión del gobierno provisional revolucionario” para Lenin). La huelga general política como método específico del movimiento obrero con el objetivo de paralizar la economía y desorganizar el poder del Estado, será otro de los grandes aportes de esta revolución; la necesidad de la alianza con los campesinos, los estudiantes y las nacionalidades oprimidas y el rol de las consignas democráticas en función de esta tarea; las barricadas y la formación de las milicias armadas y la política para quebrar y ganar sectores de la armada (en particular el levantamiento del acorazado Potemkin y el papel de los bolchequives dentro de él) y el ejército; el ejercicio de la libertad de prensa y en especial de la prensa obrera; la relación entre los soviets y los sindicatos y el partido; la relación entre la lucha económica, la política parlamentaria (o seudo parlamentaria en el caso de Rusia) y la lucha revolucionaria; la visualización de los sectores estratégicos para desorganizar el poder (que en el caso de Rusia eran los correos y telégrafos y ferroviarios).

Un “laboratorio” del pensamiento político ruso

Como plantea Trotsky: “La Revolución de 1905 no fue sólo el ensayo general de 1917 sino también el laboratorio del cual salieron todos los agrupamientos fundamentales del pensamiento político ruso, donde se conformaron o delinearon todas las tendencias y matices del marxismo ruso”. Tendencias y matices que se dieron alrededor del carácter del Estado ruso, del carácter de la revolución y del rol que las clases tendrían en ella en Rusia, discusión que luego se plantearía a nivel internacional. Antes de los acontecimientos de 1905, Trotsky había roto con los mencheviques (la minoría del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso, POSDR) por su posición frente al rol de los burgueses “liberales” y de la clase media intelectual en la lucha contra el zarismo. Mientras los mencheviques proclamaban la conciliación con estos últimos, Trotsky sostenía: “La solución sólo puede venir de una huelga general, seguida necesariamente del levantamiento del proletariado, que se pondrá a la cabeza del pueblo contra el liberalismo”. Trotsky y Lenin coincidían en esta oposición irreconciliable. Frente a la Revolución de 1905, sus coincidencias crecieron, teniendo una visión común del surgimiento y rol de los soviets y de la huelga general como método revolucionario para la insurrección. Las diferencias entre Lenin y Trotsky en esos años giraban esencialmente alrededor del papel del campesinado en la revolución, el cual para Trotsky no podía cumplir un rol independiente sino que debía ser acaudillado por el proletariado, lo que fue confirmado por el posterior desarrollo de los acontecimientos. Las polémicas de este período alrededor de la revolución rusa dieron origen, un año antes de la Revolución de 1905, a las formulaciones iniciales de la “teoría de la revolución permanente” de Trotsky, expresada cabalmente por primera vez en su libro Resultados y perspectivas (1906).
Por otro lado, Trotsky evaluaba equivocadamente las profundas diferencias entre mencheviques y bolcheviques (la mayoría del POSDR), con relación a qué partido era necesario para la revolución. Aunque durante 1905 tendieron a la intervención común y que al término de la revolución votaron unificarse como partido (hasta 1912), las diferencias fueron cada vez más abiertas alrededor del balance de la revolución pasada y su dinámica. Trotsky no coincidía entonces con las concepciones de partido de Lenin, posición que cambiaría en la práctica frente a las Revoluciones de 1917, momento que marcaría la confluencia entre los dos principales dirigentes de la Revolución Rusa.
La Revolución de 1905 fue parte e impulsora de un ascenso en el movimiento obrero internacional tanto en los países imperialistas como en las colonias. Así sucedió en Alemania, Bélgica, Rumania, India, China. En muchos casos, como respuesta a estas luchas, las burguesías imperialistas se vieron obligadas a otorgar importantes concesiones democráticas. En EE.UU., la radicalización de sectores del movimiento obrero dio lugar ese mismo año a la organización del sindicalismo combativo, con la fundación de los I.W.W. Desde ese país, los socialistas, entre ellos el reconocido escritor Jack London, llamaron a la II Internacional a la realización de una manifestación y a la solidaridad activa internacional con la Revolución Rusa.

Gabriela Liszt

Conversando con el Che (Parte I)




En #LaPupilaTv 47 minutos con la voz e imagen del Che. Un programa especial en dos partes a partir de la entrevista que realizara la periodista Lisa Howard al Comandante Che Guevara para el canal de televisión norteamericano ABC del que solo salieron al aire 22 minutos doblados al inglés el 22 de marzo de 1964 y que se grabara originalmente en el despacho del entonces Ministro de Industrias de Cuba un mes antes.

Che Guevara, discurso en la conferencia de la OEA, Punta del Este,1962




El archivo ilustra la participación del entonces ministro de Industria de Cuba, el argentino Ernesto "Che" Guevara, en la conferencia de la Organización de Estados Americanos (OEA).
En calidad de delegado de Cuba, Guevara realiza planteos a los países aliados a Estados Unidos y resalta el agradecimiento cubano "al pueblo uruguayo", aunque realiza una objeción "del agradecimiento que leyó el delegado de Perú, porque sus afirmaciones no pueden ser expresadas por nosotros". Guevara también polemiza y señala: "(...) vamos a responder a Martí con Martí, pero con el verdadero Martí, con el antiimperialista y antifeudal, que murió de cara a las balas españolas luchando por su patria y tratando de impedir con la libertad de Cuba para que Estados Unidos no penetre a Latinoamérica (...) cuando un pueblo fuerte da de comer a otro, se hace servir de él (...) el pueblo que quiera ser libre, sea libre en negocio, distribuya su negocio entre países igualmente fuertes (...) si ha de preferir a uno, prefiera al que tiene menos (...) en el caso geográfico de vivir juntos en América, obliga a unión política (...). La unión con el mundo y no con una parte de él contra otra (...). Porque esta conferencia económica es en realidad política, es política porque todas las cuestiones económicas son políticas, pero además es política porque está concebida contra Cuba".

Presidencia Trump: división de la élite y de los factores de poder




El nuevo presidente tendrá que lidiar no solo con la polarización y división por abajo, sino con una inédita y ácida división en la cumbre del poder.

Antes de las elecciones alertábamos de la fuerte división de la clase dominante norteamericana. La élite del poder se dividió amargamente, con la mayoría apoyando a Hillary Clinton, la candidata favorita de las facciones política y corporativa, mientras que la facción militar se reunió alrededor de la elección de Donald Trump.
Esto no significa que la elite corporativa es monolítica. Por ejemplo, a la industria petrolera no le gusta que las guerras o tensiones geopolíticas perturben sus negocios a largo plazo (véase Rusia y Libia). Boeing quiere vender aviones a Irán. Por otro lado, una parte considerable de las multinacionales que se benefician de la segmentación del proceso de producción a nivel mundial se preocupan menos por esas guerras o maniobras geopolíticas, siempre y cuando creen nuevos mercados o faciliten el acceso a la mano de obra barata. Por el momento, Trump logró contener y contentar a este sector de la clase dominante con una mezcla de amenazas y promesas de jugosos negocios: lo primero fue aplicado a la industria automotriz no solo norteamericana sino mundial (Toyota, BMW, etc.) que a riesgo de ver rotas sus esenciales cadenas de producción en el extranjero estuvo dispuesta al comienzo a jugar el juego de producción nacional del nuevo presidente.
Por otro lado, mientras la baja de impuestos corporativos es un elemento central del proteccionismo reforzado de la “Trumpeconomics”, este elemento está estrechamente ligado a un tercero: la desregulación de las finanzas que promete jugosos dividendos a los bancos norteamericanos, como ya se pudo ver en el último trimestre donde los tiburones de las finanzas tuvieron ganancias extraordinarias. Liquidando las tibias regulaciones impuestas al sector financiero después de la crisis de 2007/8, Trump busca darle una ventaja comparativa al sector financiero norteamericano, que se prepara para captar los capitales y ahorros de los hogares, aumentados por la baja de impuestos y por la promesa de rendimientos fabulosos.
Pero junto a esta división del mundo de negocios, la división política decisiva durante las elecciones y a posteriori es la batalla entre el sector neocon/intervencionista liberal o mal llamado “humanitario” y los realistas en política exterior. El primer campo es representado por la CIA y el segundo por los militares. La derrota de Hillary fue una derrota para el sector que, después del fracaso de las operaciones militares en Irak y Afganistán de la era Bush, está a la vanguardia de la provocativa belicosidad del imperialismo norteamericano.
Así es que, durante casi seis años, la CIA ha participado en una campaña para el cambio de régimen, el financiamiento y el armamento de milicias fundamentalistas islámicas con el objetivo de derrocar al presidente sirio, Bashar al-Assad, el único aliado árabe de Rusia en Oriente Medio. En 2013, las declaraciones trucadas de que el gobierno sirio había llevado a cabo ataques con armas químicas fueron utilizadas como pretexto para lanzar una guerra aérea a gran escala contra Assad. El expresidente Obama, frente a la oposición popular en EEUU, las divisiones dentro del establishment militar y la oposición de los aliados de Washington de la OTAN, salvo Francia, detuvo la agresión aérea en el último minuto.
A su vez, hay pocas dudas que las negociaciones estaban en marcha entre la campaña de Clinton y la administración Obama, con un estado de planificación muy avanzado, para una escalada militar masiva de los EE.UU. en Siria a ser lanzado después de la esperada victoria electoral de la candidata demócrata, que tenía el apoyo público de las secciones dominantes de la establishment de inteligencia. Durante la campaña, Clinton reiteradamente pidió la imposición de "zonas de exclusión aérea " y otras medidas que plantean un riesgo directo de conflicto militar con las fuerzas rusas que operan en Siria. Esta política belicosa con Rusia tenía su otro foco caliente en Ucrania, donde la participación de la CIA es moneda corriente.
La caótica transferencia de poder mostró una agudización del conflicto entre Trump y la comunidad de inteligencia. El primero públicamente discutió las evaluaciones de la segunda sobre el hackeo ruso; la venganza contra él fue fabricar un expediente falso sobre un supuesto episodio de relaciones con prostitutas por parte de Trump en Rusia, con un vergonzoso episodio de “lluvia dorada”. A pesar del carácter poco sólido de toda la historia, el mismo podría ser una advertencia de que quienes escribirán el guión de la realidad serán las fuerzas del establishment y no él. Por ahora Trump no ha llegado a un modus vivendi con éste sector del “estado profundo” norteamericano.
Mientras los militares han obtenido tres puestos en el nuevo gabinete y esperan ser recompensados en su medida, la comunidad de inteligencia es la fracción más reacia a ser convencida por la nueva visión de las prioridades de la política exterior norteamericana. Así, mientras es probable que Trump aumente la retórica de conflicto contra algunos países extranjeros, es cauto a comprometerse a iniciar ninguna guerra seria (cuestión que gusta a los militares), a la vez que estos y la poderosa industria de armamentos esperaban el lanzamiento de una inútil arma de maravilla militar para la cual Trump promete billones (la Guerra de las Galaxias de Reagan redux).
Por el contrario, para los neocon y sus lazos con la comunidad de inteligencia el repudio a la doctrina de la “promoción de la democracia” y de las revoluciones coloridas que la acompañaban, que estaba en el corazón del programa de política exterior de estos como quedó claro en el discurso de asunción de Trump en Washington, no son de su agrado.
El abandono de la fracasada política exterior de los últimos años y sus implicancias geopolíticas, que tuvo su más rotundo revés en Siria donde por primera vez en un conflicto regional los EE.UU. son dejados de lado en la resolución del mismo, como muestran los acuerdos de Rusia con Turquía e Irán, hacia un decisivo unilateralismo económico que plantea la agenda del nuevo presidente no solo generará enormes conflictos externos en especial con China y Alemania, sino que arriesga exacerbar también las disputas al interior de la clase dominante norteamericana.

Juan Chingo

sábado, 21 de enero de 2017

Dardo Artigas sobre el fallo en Roma: "los impunes de hoy son los golpistas de mañana"




El pasado martes fuimos muchos los familiares que expresamos nuestra rabia acerca del fallo del juicio por el Plan Cóndor en Roma. Entre ellos estuvieron mi prima Victoria Moyano Artigas y mi padre que estuvo a su lado, Dardo Artigas. Ambos viajaron especialmente a Roma a escuchar la sentencia. A continuación le dejo a usted lector de La Izquierda Diario, algunas expresiones de mi padre en los momentos posteriores al fallo y en algunas palabras que me comunicó más tarde.

Como vengo informando en otras notas mi familia viene luchando por el juicio y el castigo a los represores y en definitiva por un mundo más justo, desde hace décadas. Y en memoria de mis tíos, los padres de Vicky, Asunción Artigas y Alfredo Moyano y de todos los compañeros desaparecidos y de los que han sufrido la represión política como nosotros, así como de todos sus familiares, lo primero que pensamos y dijimos es que continuaremos luchando por la verdad y el juicio y el castigo a todos los represores, como dijo mi padre enseguida del fallo en Roma "nosotros no aflojamos".

Meta preso a Gavazzo

Indiganados luego del resultado del juicio y con la actitud de los representantes de estado y el gobierno uruguayo, en la persona de el vicepresidente Raúl Sendic. Mi prima y mi padre expresaron también su indignación sobre esto, mi padre le dijo a Sendic: "Meta preso a Gavazzo es lo mejor que puede hacer".
Luego, junto a mi prima hizo breves declaraciones sobre el fallo: “El señor Nino Gavazzo allanó mi casa, se llevó a toda mi familia presa, nos torturó a todos, y hoy está libre, goza de libertad en una casa en la playa” (se refiere al beneficio de la prisión domiciliaria de la que actualmente goza).
Y en referencia al asesinato de mis tíos, o sea de su hermana y su cuñado, por parte del FUSNA, mencionó “Y el señor Tróccoli condenó a muerte a 30 uruguayos”.

Los impunes de hoy son los golpistas de mañana

Horas después hablamos y me contó algunas cosas más de lo que piensa acerca del fallo en Roma, de sus impresiones sobre el ambiente que había en el lugar y de la necesidad de continuar con la lucha, les dejo a continuación sus palabras acerca del fallo:
"Mi opinión con respecto a lo que fue la decisión del juicio. Coincidimos en una cosa con el abogado Speranzoni y con Victoria de que llama enormemente la atención que de todos los acusados en el juicio había doce militares y un civil, y fue condenado solo el civil. Fueron absueltos todos los militares. Eso es un llamado de atención del cual tenemos que estar atentos a una realidad en Latinoamerica en la cual Uruguay como país se pone en el plano internacional con una cúpula militar muy fuerte, una cúpula militar muy reaccionaria y donde existen intereses políticos y económicos políticos muy fuertes. Donde es campo de experimentación de las politicas represivas de todo el continente. Hay una frase que me gira en la cabeza "los impunes de hoy son los golpistas de mañana" y eso es lo que tiene que entender la gente."
"Los impunes de hoy son los golpistas de mañana, esta frase le tiene que entrar a la gente. Los que están atrás de estos impunes, de estos golpistas, son la gente que manejan los intereses económicos de todos los uruguayos. Los uruguayos que después van al supermercado y después compran un litro de leche a un precio desorbitante o un pan a un precio desorbitante, o que pagan una lechuga a casi más de cien pesos. En eso se tienen que encontrar la explicación de estas cosas, y que por estas cosas luchaban todos los compañeros desaparecidos, los compañeros desaparecidos que eran maestros, que eran obreros, que eran estudiantes, uruguayos comunes y normales."

Cosas para aprender y cosas para reivindicar

Mi padre me contó extensamente sus impresiones, en el ambiente de las delegaciones uruguayas e internacionales, posterior al fallo. Me señaló su indignación sobre algunas cosas que presenció y vivió junto a mi prima, y a su vez también sobre las cosas que lo confortaron y que reivindica. Me contó lo siguiente:
"Esa es la consciencia, por eso me parece verdaderamente lamentable la posición de lo que fue el representante del PIT-CNT en la reunión después de los que fue la decisión. Un representante del movimiento sindical habla y dice que no está de acuerdo con parte de los familiares cuando la hija de una desaparecida, la hija de un desaparecido, porque Victoria tiene a los dos padres desaparecidos, él se permite decir que no está de acuerdo con lo que dijo ella, entonces yo creo que tendría que tener un mínimo de respeto por lo que es el dolor de un familiar y el mínimo respeto por lo que es la memoria de tantos y tantos obreros desaparecidos. Yo creo que se equivoco y se equivoco mucho. Lamentablemente no pude responder, en lo que fue una reunión dirigida por una persona que también me pregunto porque está ahí. Pero ta, no importa, hay que dar lecciones de educación entonces. "
"Yo creo que ellos tendrían que pensar, que reflexionar, antes de abrir la boca, o de repente esta persona no conoce lo que fue la lucha del movimiento sindical en el Uruguay. Uno no puede por intereses políticos o por disciplina partidaria decir disparates. Las palabras y la actitud del embajador chileno fueron muy confortantes, estuvo de acuerdo con nosotros y al lado de nosotros y cuando terminó de hablar vino y me abrazó. Me gusta que una persona en representación de un país, que no es mi país, yo esperaba un abrazo y una palabra de confort de un representante de mí país, sin embargo vino de un chileno, pero me conforta por que es de un latinoamericano y esa es la idea que debe de ganar. Tendrían que aprender mucho los representantes nuestros, nuestra diplomacia, nuestros políticos uruguayos, lo que es la actitud de muchos representantes y diplomáticos latinoamericanos.{}"
"Un capítulo aparte sobre la fiscal Guianze, una persona excelente, una persona que se ha batido contra un montón de trabas legales, que reconoce adelante de todos las falencias del poder judicial uruguayo."

Una lección de orgullo

Mi padre culminó de expresar su opinión, diciendo cosas muy emocionantes y que comparto plenamente, con mucho orgullo:
"¿Qué nos queda de todo esto? Que nosotros como yo dije, vamos a seguir luchando, ¿cómo no vamos a seguir luchando? Si nuestros desaparecidos nos han dado una lección de lo que es el orgullo de lo que es ser un luchador social ¿cómo no vamos a seguir luchando? Cuando mi hermana sabía muy bien el destino que le esperaba y luchó hasta el final. Ellos tienen que ser la luz, el faro que nos indiquen el camino a seguir, nos están indicando el camino a seguir."
"El hecho de perder un round, no significa que se perdió la pelea, lejos de estar derrotados hoy más que nunca estamos fortalecidos para seguir luchando por nuestros compañeros desaparecidos y por las generaciones futuras, por ellos vamos a seguir luchando. Y así como me dijo un día mi madre, que "el día que yo no esté van a seguir luchando ustedes", y como también decía la Tota Quinteros "el día que ya no estemos van a seguir luchando ustedes por verdad y justicia. "

Sebastián Artigas