lunes, 30 de junio de 2014

El surgimiento del cerebro humano desde un punto de vista marxista




A los seres humanos nos gusta suponer que lo que nos define como especie está en nuestro cerebro enorme y sofisticado. Es natural quedarse maravillado por un órgano de menos de kilo y medio que contiene cerca de cien mil millones de neuronas, capaz de cobrar consciencia de sí mismo. Pero se trata de un prejuicio idealista que pone la realidad patas arriba. El cerebro no es tanto lo que nos hace humanos sino uno de los resultados de lo que nos hizo humanos. El cerebro es producto del trabajo y aunque es cierto que el desarrollo de este órgano interactuó e impulsó al trabajo en una relación dialéctica, debe verse como una relación en donde el órgano es lo subordinado, el resultado. La prueba de ello está en el hecho de que los primeros homínidos que fabricaron herramientas prelíticas hace más de cuatro millones de años –y podemos asegurarlo porque incluso los chimpancés llegan a elaborarlas en situaciones límite- tenían el cerebro del tamaño de un bonobo. Por lo tanto, primero fue la transformación material y luego vino la evolución de nuestros cerebros. Así, no es verdad lo que dice Juan en La Biblia de que “al principio fue el verbo y el verbo estaba en Dios”, sino al contrario “al principio fue la acción”, la acción creó el cerebro, el cerebro cre el verbo (el lenguaje) y –en uno de sus muchos extravíos- a Dios.

Lo que compartimos con los primates. Necesario pero no suficiente

Los seres humanos compartimos con el resto de los primates, orden al que pertenece nuestra especie, algunas características generales que, aunadas a la locomoción bípeda propia de los homínidos, posibilitaron la creación de herramientas, lo que nos transformaron en lo que somos. Es necesario señalar las más importantes para comprender las condiciones que transformaron al “mono” en hombre.
El origen arbóreo de los primeros primates –que seguramente se alimentaban de insectos y frutas- nos ha legado algunas características esenciales. La visión estereoscópica que permite ver en tres dimensiones, los ojos situados al frente y la capacidad de percibir cierta escala cromática fueron características que les permitieron a los pequeños primates originales, de los que desciende el homo sapiens –como también nuestros primos los chimpancés, los bonobos (chimpancés pigmeos), los gorilas y orangutanes- diferenciar las clases de frutos y su grado de madurez, además de permitir enfocar presas pequeñas como insectos. En relación con otros mamíferos, como los canes, los primates poseemos un área cerebral dedicada a la visión de mayor tamaño que el área olfativa. Sin estas características visuales, junto con unas manos capaces de cierta destreza, sería imposible la selección de materiales y, sobre todo, la precisión y delicadeza que requiere la fabricación de herramientas.
Un cerebro relativamente grande en comparación a otros mamíferos permite a los primates depender menos de los instintos que del aprendizaje, ésta características, propia de la mayoría de las especies de nuestro orden, no sería posible sin una dieta omnívora que alimentara adecuadamente a este órgano. Veremos que el trabajo y la producción de alimentos –especialmente el consumo de carne– crearon al cerebro humano y que la estructura y organización cerebral es más importante que el tamaño para explicar al pensamiento complejo (el recientemente descubierto Homo Floresiensis es prueba de ello), sin embargo, un cerebro de ciertas dimensiones debió haber implicado otro punto crítico que, entre otros, fungió como factor de retroalimentación para transformar y crear al cerebro humano. Adicionalmente, los primates son animales relativamente más sociales, ésta dependencia social –expresada, por ejemplo, en el periodo de crianza dilatado de las crías– habrá de aumentar y hacerse más compleja conforme surjan especies homínidas más sofisticadas culturalmente.
Pero ninguna de estas características por sí mismas es suficiente para explicar el surgimiento de nuestra especie. El elemento central en este proceso dialéctico fue la mano. Las manos sensibles y prensiles con pulgares oponibles son una cualidad que a los primates les sirve para asirse a los árboles, para tomar frutos y para cazar insectos –y a las indefensas crías aferrarse al pelo de sus madres- y a nosotros nos posibilitó la fabricación de herramientas. Vestigio curioso de ello es que aún los bebés humanos menores de nueve meses se aferran instintivamente –con manos y sorprendentemente lo intenta hacer con los pies- de cualquier objeto asible (reflejo prensil plantar y palmar respectivamente), esto debió ser muy útil para sujetarse de las ramas, del pelo de las hembras y no caer de los árboles con fatales resultados.
Desde un comienzo la mano jugó un papel central, incluso antes de que fuera la mano del hombre. La coordinación mano-ojo- cerebro debió haberse desarrollado complementariamente como interrelacionada es su función en el trabajo. La clavícula y muñeca propia de los primates fue esencial para balancearse de rama en rama usando los brazos – locomoción arbórea llamada braquiación- y para nosotros es fundamental para mover los hombros hacia arriba, abajo, atrás y adelante; sin ello no podríamos fabricar herramientas, lanzar una jabalina y ni siquiera girar un picaporte. Los primates tienen manos prensiles, esta característica resultará esencial para la fabricación de las primeras herramientas; el trabajo es producto de la mano tanto como la mano es producto del trabajo. La oposición del pulgar llega a su perfección en la mano humana porque lo es con respecto al resto de las falanges, creando un órgano delicado y preciso capaz de tocar en el piano una pieza de Chopin o de esculpir una Venus de Milo. Pero el trabajo no sólo creo la mano, es justo decir que, en última instancia, la mano creo al hombre; aunque no haya sido la mano de Dios –como sostiene la religión- sino la mano del hombre mismo en su proceso de transformación.
Un contexto ecológico adecuado, más la posición bípeda –además de las características generales de los primates que ya hemos señalado- permitieron el punto de ruptura que se requería para el salto evolutivo que nos lleva de la biología a la cultura; proceso que abrió el camino que nos lleva a la senda humana.

La mano que transformó todo

Investigaciones recientes de los fósiles de los huesos que componen la muñeca del Australopithecus han revelado cómo este antecesor usaba su mano. Los patrones de fuerza ejercidos sobre el tejido esponjoso de un hueso de la muñeca permiten hacerse una idea de cómo usaba sus dedos. De esta manera se ha mostrado que el Australopithecus ya no usaba su mano para trepar árboles y que, por el contrario, usaba el pulgar de una forma similar al de la mano humana moderna, es decir: la usaba para trasportar alimentos, útiles y fabricar toscas herramientas de las cuales no nos han llegado ejemplares. Además de ello contamos con los estudios de los fósiles de parte del rostro de un infante de cuatro años de edad que muestran que -a diferencia de los chimpancés- un aferensis de 4 años aún no había terminado de desarrollar su cerebro y presumiblemente tampoco su proceso de aprendizaje infantil. Esto último confirma que la creación cultural de herramientas tiende a dilatar el periodo en el cual los infantes deben aprender su legado cultural.1
Las causas se convirtieron en efectos y los efectos en causas: la posición erguida liberó la mano y facilitó la fabricación regular de herramientas y con la fabricación de herramientas se fue desarrollando la posición erguida; la diferencia entre manos y pies; la reducción de tamaño de dientes rostro y mandíbulas y sobre todo las tendencias hacia el crecimiento del cerebro, junto con la concomitante transformación de la pelvis, el fémur, la columna vertebral, etc.; fueron una muestras asombrosa de que al fabricar no fabricábamos nosotros mismos. Engels ya había subrayado las implicaciones revolucionarias de la posición erecta cuando señaló que “la acción de trepar asigna distintas funciones a las manos y los pies, y cuando su modo de vida implica la locomoción en suelo llano, estos monos olvidaron poco a poco la costumbre de usar la manos para caminar y adoptaron una postura cada vez más erguida. Este fue el paso decisivo de la transformación del mono en hombre”.2
La mano así liberada se transformó así misma al mismo tiempo que modificaba su entorno y al propio Australopithecus creando el instrumento de producción más increíble sobre la faz de la tierra: la mano humana. Así pues, nos señala Engels en un pasaje clásico que conserva todo su valor después de más de 100 años de haber sido escrito:
La mano no es sólo el órgano del trabajo, sino también el producto del trabajo. Trabajo, adaptación a operaciones siempre renovadas, herencia de músculos, ligamentos y, a lo largo de prolongados periodos, huesos que pasaron por un desarrollo especial y el siempre renovado empleo de ese refinamiento heredado en operaciones nuevas, cada vez más complicadas, otorgaron a la mano humana el alto grado de perfección necesario para crear los cuadros de un Rafael, las estatuas de Thorwaldsen, la música de un paganini.3
Pero no sólo la mano es el producto del trabajo, sino, lo más asombroso, el órgano que representa a la materia más altamente organizada en el universo conocido, la materia que ha cobrado conciencia de sí misma: el asombroso cerebro humano. Resultó una sorpresa cuando los antropólogos descubrieron que los Australophitecus tenían el cerebro de un chimpancé (alrededor de 450-550 Cc -se ha demostrado que los Ardipithecus contaban con una capacidad cerebral similar-).
Sabemos por medio del registro de fósiles que otros cambios físicos importantes como la ampliación del tamaño del cerebro, la modificación de la pelvis femenina para permitir el alumbramiento de crías con mayor cerebro y la reducción de la cara, dientes y mandíbulas no se produjeron hasta hace unos dos millones de años, tras la aparición del bipedalismo. También pueden haberse producido en esa época otras características humanas, como el aumento del tiempo de dependencia de las crías jóvenes respecto de sus padres y el aumento de la ingesta de carne en la dieta habitual.4

Un terrible error filosófico: El vergonzoso Hombre de Piltdown

Este hecho, que Engels había señalado con cien años de anticipación, es ahora universalmente reconocido por los antropólogos. Pero durante un lapso de cien años después de que Engels escribiera El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre los antropólogos siguieron una pista falsa en función de una posición filosófica idealista; Alan Woods comenta este hecho:
Desde aproximadamente cien años, el estudio de los orígenes del hombre fue completamente socavado por la filosofía idealista prevaleciente. Siguiendo la noción idealista de que el cerebro lo determina todo, se asumió que nuestros primeros antepasados deberían por necesidad tener un cerebro grande. La búsqueda del “eslabón perdido” se redujo, por lo tanto, a la búsqueda de un fósil humanoide que exhibiera ese rasgo.
Tan convencidos estaban los antropólogos de esta teoría, que fueron engañados por el llamado Hombre de Piltdown, que más tarde se demostró no era más que una burda falsificación, en la que el cráneo de un humano fue combinado con la mandíbula de un simio. De hecho, al basarse en el idealismo, la ciencia ha estado siguiendo una pista falsa durante cien años. Lo contrario era el caso. El cerebro de los primeros antropoides era del mismo tamaño que el de un chimpancé. Esto ya había sido predicho por Engels hace más de un siglo en su impresionante estudio El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre. Engels explicó que los primeros antepasados del hombre se separaron primeramente de otros simios al adoptar una postura erguida, que liberó sus manos para el trabajo. Esta fue la condición previa al desarrollo de la humanidad. Pero el auténtico salto cualitativo fue la producción de herramientas de piedra. Esto provocó el desarrollo de la sociedad, el lenguaje y la cultura que de forma definitiva nos diferencia del resto de los animales. Stephen Jay Gould señaló que si los científicos hubieran prestado más atención a lo que Engels había escrito, se hubieran ahorra cien años de errores.
¿Cuál era el problema aquí? Era un problema filosófico: la mayoría de los científicos seguía las nociones predominantes del idealismo filosófico y, por tanto, formularon una hipótesis incorrecta. (…)5
El caso vergonzoso del hombre de Piltdown–supuestamente descubierto en 1912 por un aficionado llamado Charles Dawson- retrasó el estudio del Homo erectus unos 60 años (y el de la antropología en general unos 100 años). En 1890 el físico sueco Eugene Dubois descubrió en Java el cráneo de un erectus al que denominó Pithecanthropus pero el cráneo no encajaba con las expectativas dominantes puesto que era del tamaño de un chimpancé y se encontraba en un país que no era del primer mundo, el mismo Dubois se desdijo de su descubrimiento y éste se consideró como los restos de un primate extinto que nada tenía que ver con el humano. La farsa del hombre de Piltdown se sostuvo tanto tiempo porque éste no sólo tenía un cráneo del tamaño de un hombre moderno – ¡y claro que son nuestras ideas las que nos hace humanos!- sino que señalaba el origen del hombre en Sussex Inglaterra, ¡es evidente que el primer ser humano debió haber sido un respetable ciudadano Inglés mucho más avanzado que los pobladores de Java! Fue hasta 1924 que el antropólogo australiano Raymond Dart redescubrió al erectus en Transaval África pero nadie hizo mucho caso a su descubrimiento porque neciamente tenía el cráneo del tamaño de un chimpancé y, peor aún, estaba en África. No fue sino hasta 1953 que se descubrió que el famoso hombre de Piltdown –ese respetable primer hombre inglés- no era sino una burda falsificación, un palimpsesto compuesto de huesos de un cráneo humano encimados con la mandíbula de un orangután y un canino de chimpancé, huesos todos hábilmente pintados de color pardo y raspados para parecer muy antiguos. ¡Esta vergüenza monumental es otro de los grandes logros del idealismo en la ciencia!
¿Cuál fue el factor que permitió a Engels anticipar la relación entre el trabajo y el desarrollo del cerebro mientras que la mayoría de los antropólogos estuvieron atrapados bajo una hipótesis incorrecta durante casi cien años? Engels partía de un punto de vista dialéctico y pudo orientar su atención en el lugar correcto, de la misma manera los filósofos jonios pudieron adelantar la teoría de la evolución (Anaximandro) porque su enfoque dialéctico los orientaba en la dirección correcta. Esto es una muestra sorprendente del papel de la filosofía en la formulación de hipótesis, en la orientación de la investigación y en la selección de datos. A diferencia de lo que creen los positivistas el punto de vista filosófico con el que se aborda una investigación no es irrelevante. Se puede, como es el caso de los positivistas, tener disponibles una tecnología muy avanzada pero estar atrapados por métodos e interpretaciones absolutamente deficientes, mecánicos y rígidos (ya decía Heráclito que los sentidos son malos consejeros para las personas con almas bárbaras), actualmente contamos con tecnología y conocimientos a años luz de distancia de los filósofos jonios pero la ideología dominante (positivista o posmoderna) está muy por detrás de los primeros filósofos griegos, el materialismo dialéctico debe combinar el pensamiento dialéctico con los últimos conocimientos de la ciencia.

Cerebros grandes, partos dolorosos y problemas intestinales

La transformación del entorno por medio de la mano no sólo transformó al homínido en humano, también creo un cerebro cada vez más sofisticado. Pero nuestra especie tuvo que pagar el precio: el consumo de energía de este órgano maravilloso exige el 20 % del total de la energía utilizada por el cuerpo y por consecuencia unos intestinos sorprendentemente largos –de unos ocho metros y medio- capaces de absorber toda esta energía, esto no sólo condenó a la humanidad a padecer de colitis y otros problemas intestinales desagradables; además condenó a las mujeres a un parto doloroso –que incluye una pelvis femenina diseñada para luxarse temporalmente durante el alumbramiento- dado el enorme tamaño de la cabeza de los recién nacidos. La razón de que las mujeres partan con dolor no está, así, en el castigo divino al pecado original de la mujer, como sostiene La Biblia en el Libro del Génesis, sino en nuestro proceso evolutivo, en las complicaciones anatómicas de un cerebro grande. A los idealistas les gusta pensar que las ideas no tienen nada que ver con la materia y menos aún con asuntos tan triviales como la digestión, pero una hipótesis interesante sobre el surgimiento del cerebro en el reino animal, a partir del tubo neural primitivo, es que el cerebro de los primeros animales con cabeza –surgidos tras las explosión cámbrica hace unos 500 millones de años-tuvo la función inicial de regular la digestión, por eso no es de extrañar la cercanía entre la boca y el cerebro. Como decía Marx, antes de hacer historia necesitamos alimentarnos.

La dialéctica de la evolución cerebral, el tamaño no lo es todo

La historia del cerebro expresa una dinámica dialéctica. En su evolución las viejas funciones son negadas por nuevas estructuras cerebrales conservando las anteriores dentro de una estructura superior. Así, sin uno observa la estructura interna del cerebro humano verá que en términos generales, mientras más interna es la estructura más básico y primitivo es su funcionamiento. El tallo cerebral que conecta con la médula espinal controla la respiración y el latido cardiaco, uno puede imaginarse esta parte primitiva del sistema nervioso como el original tubo neural; el tálamo se encarga de la temperatura corporal, alimentación, agresión y la reproducción; coronando el tallo hay algo parecido – a decir de Carl Sagan- al cerebro de un cocodrilo: el “complejo R”, sede de la territorialidad de los animales más rudos; rodeando esta parte primitiva está el sistema límbico de los mamíferos, sede de los estados de ánimo y emociones. El neocortex cerebral está presente en los mamíferos dado su comportamiento social y complejo. De acuerdo a Carl Sagan: “[…] finalmente en el exterior, viviendo en una tregua incómoda con los cerebros más primitivos situados debajo, está la corteza cerebral, que evolucionó hace millones de años en nuestros antepasados primates. La corteza cerebral, donde la materia es transformada en consciencia, es el punto de embarque de todos los viajes cósmicos. Comprende más de las dos terceras partes y es el reino de la intuición y del análisis crítico. Es aquí donde tenemos ideas e inspiraciones, donde leemos y escribimos, donde hacemos matemáticas y componemos música […]”6 El desarrollo embrional repite el mismo patrón evolutivo, desde un simple tubo neural que se diversifica y especializa en sucesivas capas, hasta formar el cerebro del recién nacido.
No hay dudas de que el proceso de cerebración humano está íntimamente relacionado con la fabricación de herramientas. Hemos señalado que el cerebro del Australopithecus era de unos 400 cm cúbicos, el Homo habilis de poco más de 500 cm cúbicos, el erectus 850 cm cúbicos; por lo que en menos de 2 millones de años la fabricación de herramientas duplicó el volumen cerebral. Una evidencia adicional de que el desarrollo cerebral estuvo relacionado íntimamente con la práctica histórica concreta lo constituye el proceso de desarrollo intelectual del bebé, que en ocasiones parece repetir a su modo el proceso de desarrollo de la humanidad; en efecto, mientras una cría chimpancé presenta el 65% de la capacidad cerebral de un adulto y se calcula que la cría habilis era del 50% respecto a sus padres, la capacidad cerebral de un bebé humano es de un 25% en relación al adulto; el resto de su potencial cerebral se desarrolla durante la infancia, por medio del aprendizaje y la interacción con el mundo social. Así pues la interacción con el medio conectó las neuronas en nuevos circuitos, creó las potencialidades cerebrales y también las realizó.
Hace unos 200 mil años surgieron los primeros especímenes de nuestra especie con una capacidad cerebral promedio de unos 1200 cm cúbicos quienes convivieron con el famoso neandertal que superaba a nuestra especie en capacidad craneal con sus 1550 cm cúbicos. Pero, como suelen afirmar los terapeutas sexuales, “el tamaño no lo es todo”. Aunque el neandertal tenía un volumen superior promedio al hombre moderno y el hombre de flores tenía el cerebro del tamaño del chimpancé, presentando paradójicamente un comportamiento complejo inalcanzable para éste; es claro que la estructura y organización cerebral marcaron la diferencia. Las transformaciones cualitativas, estructurales del cerebro son aspectos más complejos de estudiar en el desarrollo de la evolución del cerebro humano pero más importantes que el tamaño.

El cortex cerebral, sede de la inteligencia

Una característica cualitativa fundamental en el surgimiento del cerebro humano está en el desarrollo del cortex cerebral asociado a las capacidades racionales, lingüísticas y abstractas propias de la mente humana, capa del cerebro que comprende dos terceras partes de este órgano. La fabricación de herramientas funcionó como un importante motor cultural en la selección de todas aquellas mutaciones que favorecen la capacidad de abstracción, planificación y racionalización, dado que las poblaciones con mutaciones genéticas que mejoraron estas capacidades tuvieron mayores posibilidades de sobrevivir. A pesar de que las herramientas del Homo habilis no muestran prácticamente variedad o especialización, vale la pena reflexionar un poco las implicaciones de la elaboración de estas herramientas. La fabricación de herramientas de piedra es una tarea más compleja de lo que se cree, su fabricación -incluso para un trabajador experto- requiere empeño y precisión; es imposible separar las lajas de la piedra original si no se golpea ésta con el instrumento percutor en un ángulo determinado; la transformación de un pedernal o una roca en un raspador presupone y a la vez impulsa la capacidad propia del ser humano de abstraer, prever y planificar. La fabricación de herramientas implica e impulsa –como hemos observado- la capacidad de imaginar, prever, planificar, medir, simbolizar. Así, la necesidad creó al órgano: las necesidades sociales que se le presentaron a los homínidos para transformar su entorno generaron los órganos correspondientes, especialmente el cerebro. Las necesidades de planificación, ejecución, autocontrol, razonamiento y abstracción impulsaron el desarrollo de los lóbulos frontales, especialmente de una fina capa de unos 2 milímetros llamada neocortex –que compartimos los mamíferos-cuya sofisticación llega a su punto máximo en los seres humanos; a ello se debe que los humanos modernos tengamos frentes altas, encima de los ojos y cráneos globulares.
La transformación del medio natural fue un asunto social, colectivo; algunos investigadores han encontrado una relación directa entre el tamaño del necortex y la complejidad de las relaciones sociales que unen a los individuos de la clase de los mamíferos. En concordancia, mientras avanzamos en la sucesión de especies homínidas y llegamos al género Homo observamos un desarrollo progresivo del cortex cerebral que llega a su punto álgido con nuestra especie. El estudio de las impresiones cerebrales dejadas en los cráneos del homo habilis demuestran un desarrollo del cortex cerebral, especialmente de la áreas encargadas de la imitación de gestos orales y manuales, reforzando la idea de que la fabricación de herramientas y el lenguaje (aunque fuera una tosca comunicación gestual) se desarrollaron de forma paralela. En un fascinante estudio se establece una hipótesis sobre la antigüedad de la capacidad cerebral para el lenguaje abstracto “diversos autores (Kay, Catmill y Ballow) estimaron que el tamaño del nervio que controla los músculos de la lengua está relacionado con la capacidad de ésta para pronunciar distintos sonidos del habla. A su vez, el nervio pasa por el canal hipoglosal del cráneo y éste es 1,8 veces mayor en los seres humanos que en los simios. Además en los Australopitiecus, el canal mide igual que en los simios, pero hace 300.000 años alcanzó el tamaño que hoy se advierte en los seres humanos, lo que da a entender que el habla humana tiene al menos esta antigüedad”.7 Hace 300 mil años surgieron los primeros humanos arcaicos, pero sabemos que el neanderthal tenía dificultades para un lenguaje articulado dado el tamaño de su laringe y el menor desarrollo de su corteza prefrontal, de ser cierto la hipótesis antes citada se demostraría que la capacidad cerebral para un lenguaje complejo estuvo latente antes del desarrollo de este potencial, potencial que se actualizó con nuestra especie hace unos 200 mil años mediante la acción.
La creciente complejidad de la producción de herramientas y de los lazos sociales implicaba, no sólo el desarrollo del neocortex, también la necesidad de desarrollar mejores sistemas de comunicación, ello produjo áreas cerebrales específicas para dichas funciones. Así, por ejemplo, fue probablemente una mutación en el gen FOXP2 el que catalizará un potencial oculto en el cerebro y realizará las capacidades lingüísticas y asociativas del cerebro, con el desarrollo áreas corticales conocidas como “de Wernike” y el “de Broca” que se relacionan con la comprensión del lenguaje abstracto y la formación de oraciones complejas. Con la complejidad creciente de las actividades sociales la corteza del cerebro se especializó generando una lateralización hemisférica; aunque cada hemisferio realiza actividades simétricas –controlando el lado opuesto del cuerpo- también se especializa en una suerte de actividades polares, como explica Carl Sagan: “El mundo del pensamiento está dividido más o menos en dos hemisferios. El hemisferio derecho de la corteza cerebral se ocupa principalmente del reconocimiento de formas, la intuición, la sensibilidad, las intuiciones creadoras. El hemisferio izquierdo preside el pensamiento racional, analítico y crítico. Estas son las fuerzas duales, las oposiciones esenciales que caracterizan el pensamiento humano. Proporcionan conjuntamente los medios tanto para generar ideas como para comprobar su validez. Existe un diálogo continuo entre los dos hemisferios canalizado a través de un haz inmenso de nervios, el cuerpo calloso, el puente entre la creatividad y el análisis, dos elementos necesarios para comprender el mundo”.8
En síntesis, aunque el cerebro de los Neandertales tenía un volumen mayor al de nuestra especie, sus lóbulos frontales y su cortex prefrontal estaban menos desarrollados. Desafortunadamente para los neandertales, los “dados” de la evolución estaban “cargados” para que el sapiens-sapiens pudiera superar la prueba del final de la última glaciación con nuevas herramientas, sistemas de comunicación más abstractos y complejos, y formas más flexibles de adaptarse a los inevitables cambios, superando su animalidad al subordinarse a nuevas leyes culturales. Adicionalmente, aunque el cerebro del hombre de flores fuera del tamaño del de un chimpancé es seguro que las circunvoluciones de su cerebro estuvieron organizadas de distinta manera, como lo sugieren los estudios hechos en sus cráneos.

Conclusión

Es la evolución la que ha posibilitado que la materia cobre consciencia de sí misma, que ha hecho surgir la materia más altamente organizada conocida en el universo: nuestro cerebro. Pero la capacidad cerebral del primer Homo sapiens que surgió en África hace 200 mil años y la del hombre contemporáneo es idéntica, tanto por su volumen como por su estructura. Lo que explica las diferencias culturales abismales entre el hombre del paleolítico y el del capitalismo no se encuentra, por tanto, en el cerebro sino en el contexto, en la evolución histórica y ya no en la evolución natural. La evolución social avanza mucho más rápido que la evolución biológica, por lo que las leyes de Darwin han dejado de operar en nosotros en forma decisiva por lo menos durante los últimos 200 mil años; si bien es cierto que nuestro cerebro ha dejado de crecer, hemos podido expandirlo culturalmente con herramientas asombrosas como los procesadores y el internet, hemos dilatado nuestra memoria con bibliotecas, hemerotecas y fonotecas; nuestra capacidad de comunicación, con la televisión y los celulares; mucho más allá de la capacidad natural de nuestro cerebro. Hasta ahora ha sido el contexto el que configura al cerebro y en mucho menor medida a la inversa. Es éste el que desarrolla o limita las potencialidades cerebrales latentes, presentes en todos los seres humanos. Pero el contexto mismo ha dado la oportunidad para que el cerebro humano desentrañe los misterios de la naturaleza y la sociedad, para que un Einstein arranque a la naturaleza sus secretos, para que un Darwin descubra los procesos de evolución de las especies y para que un Marx descubra el funcionamiento del capitalismo. Por tanto, el desarrollo histórico que nos ha hecho lo que somos nos da la oportunidad, por primera vez en la historia, de que el cerebro domine conscientemente el contexto, no sólo natural sino, sobre todo, el social. El dominio del hombre sobre sus propias relaciones sociales pasa, necesariamente, por la liquidación del capitalismo para que la planificación democrática socialista nos dote de la capacidad para que las ideas colectivas, los cerebros de los hombres, controlen finalmente su propio destino y desarrollen plenamente todas sus potencialidades, liberando las capacidades ocultas de nuestros cerebros, llevándolas a nuevas cimas, expandiéndolas con inventos ahora inimaginables.

David Rodrigo García Colín Carrillo

NOTAS

1.- “Preshistoric Autopsy” BBC Documentary,
2.- Federico Engels, El Papel del Trabajo en la Transformación del Mono en Hombre, en Dialéctica de la Nturaleza,, p. 138.
3.- Ibid. p. 139.
4.- Carol R. Ember, et al. Antropología, p.103
5.- Alan Woods, Marxismo o revolución, Marxismo y socialismo del siglo XXI (respuesta a Heinz Dietrich), p. 48.
6.- Car Sagan, Cosmos, Planeta, Barcelona, 1985, pp. 276-277.
7.- Cf. Morgan, J El cerebro en evolución. Barcelona. Ariel, 2003.
8.- Carl Sagan, op cit. p. 278

sábado, 28 de junio de 2014

Guerra civil y reacción negra en Irak: un monstruo de Frankenstein del imperialismo levanta la cabeza


El martes 10 de junio, el grupo fundamentalista islámico ISIS capturó Mosul, una de las principales ciudades en el norte de Irak y luego se dirigió al sur hacia Bagdad, capturando varias ciudades importantes en el camino. Cientos de miles de personas ya han huido por temor a sus vidas bajo el dominio de este grupo reaccionario. Este fantasma de la barbarie creciendo en el horizonte, es el resultado directo de las aventuras cínicas del imperialismo estadounidense.
La madrugada del martes, los fundamentalistas islámicos que venían del desierto tomaron el aeropuerto de Mosul, sus canales de televisión y la oficina del gobernador. También fueron liberados miles de presos conforme los insurgentes consolidaban sus posiciones en la ciudad.
El ejército iraquí contaba con más de 30.000 soldados estacionados en la ciudad. Sin embargo, estas fuerzas literalmente huyeron sin lucha, abandonando sus armas y vehículos. Los milicianos tomaron su lugar en los bulevares y edificios de la ciudad. De los bancos de la ciudad, se ha informado que los islamistas se han apoderado de $ 480 millones en billetes de banco, y como el ejército iraquí se disolvió también cayeron en sus manos millones de dólares más en armas, desde rifles y chalecos antibalas para vehículos todoterreno (Humvees), hasta artillería pesada, aviones de carga, e incluso helicópteros black-hawk.
Se dice que, al menos, 500.000 personas han huido de la ciudad por miedo a lo que está por venir. Ya el ISIS ha declarado que dentro de dos días se aplicará estrictamente la ley islámica (Sharia) en la zona. Mosul está compuesta de muchas nacionalidades que han estado viviendo juntas durante generaciones. Junto a la mayoría árabe suní, miles de asirios, kurdos, turcomanos, shabaks y armenios también viven en la zona. Ahora los que no son sunitas estarán temiendo lo peor.
Además de ser una de las ciudades más grandes de Irak con hasta dos millones de habitantes, es también un importante centro comercial. La captura de la ciudad es un cambio importante en la guerra civil que se ha estado librando en Siria e Irak y que ahora amenaza a toda la región.
Tras la captura de Mosul, los islamistas lograron tomar la ciudad de Tikrit y la importante ciudad de Baiji que posee la refinería de petróleo más importante de Irak. La toma de la ciudad fue aún más fácil que Mosul ya que los informes indican que la rendición de la policía y de otras fuerzas armadas tuvo lugar después de una llamada telefónica.
El ejército iraquí, que cuenta formalmente con 800.000 hombres (de los cuales, 300.000 en el servicio activo), se está desmoronando, literalmente, en la cara de unos pocos miles de islamistas. Las fuerzas armadas desmoralizadas y hambrientas no tienen ninguna intención de oponer una lucha contra el bien equipado y determinado ISIS. El New York Times informa lo siguiente de la provincia:
"A medida que las fuerzas del gobierno iraquí se derrumbaban en el caos antes del asalto, se especuló que pudieron haber recibido órdenes de sus superiores de que renunciaran sin lucha. Un comandante local de la provincia de Salahuddin, donde se encuentra Tikrit, dijo en una entrevista el miércoles: "Hemos recibido llamadas telefónicas de los comandantes de alto rango que nos pedían que nos rindiéramos. Yo les pregunté sobre esto, y me dijeron: 'Esto es una orden’".
La ofensiva ha dejado un área que abarca más de la mitad de Irak en manos de los islamistas.

Barbarie

El ISIS tiene sus raíces en las milicias que formaron la rama iraquí de Al-Qaeda. Hasta hace poco era un grupo marginado dentro del movimiento islamista que lo veía como demasiado extremo. Ganó notoriedad por sus métodos brutales y bárbaros de la crucifixión y la decapitación. Estuvo aislado principalmente en el desierto y en áreas tribales del oeste de Iraq, donde la desintegración del Estado iraquí y el atraso de estas áreas permitieron al ISIS ganar un punto de apoyo.
El grupo adoptó el método de atacar las prisiones (un total de 24 cárceles atacadas), con el fin de liberar a los reclusos para reclutarlos. El año pasado atacaron la tristemente célebre prisión de Abu Ghraib, liberando a 1.000 prisioneros. También liberaron 2.400 presos en Mosul recientemente, incluyendo matones y asesinos comunes que se unieron a ellos ansiosos por el botín y el saqueo. Así, algunos de los elementos más podridos de la sociedad iraquí - a excepción de aquellos que están en el gobierno, por supuesto - se han incorporado a los efectivos del ISIS.
Durante el último año ha tratado de intervenir cada vez más en la guerra civil de Siria. Inicialmente buscó fusionarse con el frente de al-Nusra, que era el brazo oficial de Al-Qaeda en Siria. Sin embargo, ya que no podían ponerse de acuerdo sobre los términos de la fusión el grupo tomó distancia. Debido a sus posiciones extremas, se las arregló para hacerse un hueco entre los islamistas aguerridos que habían estado luchando en Siria. Algunas estimaciones, aunque parecen ser exageradas, afirman que hasta la mitad de los combatientes de al-Nusra se unieron al ISIS, que estaba más interesado en la creación de su Califato través de la frontera entre Irak y Siria, que en la lucha contra Assad.
En Siria, la organización tomó relevancia como una milicia particularmente cruel y odiada, estableciendo el control en la región rural fronteriza con Irak. Durante el último año han estado muy ocupados luchando contra otros insurgentes en Siria, mientras Assad los dejó a su suerte. Esta tregua no declarada ayudó a Assad a reforzar su apoyo en casa y puso presión sobre el imperialismo EE.UU., Israel y los Estados del Golfo. Una broma muy extendida entre los periodistas en Siria era que el lugar más seguro de un ataque aéreo en Siria se encontraba en los cuarteles generales del ISIS.
Esto permitió al ISIS consolidar su control sobre una gran parte del este de Siria. Aquí se las arregló para hacerse con el control de muchos campos de petróleo. De acuerdo con un informe, un campo petrolífero muy bien controlado por el ISIS al sur de Raqqa le provee de ingresos de hasta 1,3 millones de dólares diarios, mientras que otros campos en los alrededores de Raqqa les deja medio millón cada día. El grupo también se financia a través de secuestros y rescates de lugareños y extranjeros, incluidos periodistas, así como el robo y el saqueo de las zonas capturadas, incluidos los lugares arqueológicos y fábricas. Además, el ISIS ha tomado el control de los granos y de la producción de algodón en las regiones del este y ha saqueado los silos de grano, uno de los cuales está valorado, se informa, en más de $ 25 millones.
El conflicto en Siria también le ha permitido al ISIS hacerse con un gran arsenal de armas, que consta de las armas incautadas en el combate y armas compradas directamente a los traficantes de armas.
Durante el año pasado, el grupo ha crecido rápidamente. Esto, combinado con el aumento de los ingresos, le permitió tomar iniciativas audaces. Es sobre esta base que la ofensiva del ISIS pudo tomar impulso para ampliarse y desarrollarse. De combatir al ejército iraquí en el desierto y en las áreas tribales, el grupo se trasladó a las ciudades. Su éxito fue una sorpresa, ya que una cosa es vagar montado sobre la guerra ya iniciada en Siria y otra cuestión totalmente diferente es combatir en Irak, con su ejército numéricamente abrumador.
La verdadera razón por la que podría hacerlo es el carácter podrido del régimen mafioso corrupto de Nouri al-Maliki, que ha estado azotando los conflictos sectarios durante años. Sus métodos gangsteriles y la corrupción generalizada le han enemistado con una capa tras otra de la población. Al mismo tiempo, la pobreza y el desempleo son moneda corriente. Según el Banco Mundial, el 28% de las familias iraquíes viven por debajo del umbral de la pobreza. En el caso de que el país se enfrente a una gran crisis, como los conflictos armados de los últimos años, la organización estima que esta tasa podría aumentar hasta un 70%. Miles de familias se alimentan literalmente de la basura y viven en los basureros y barrios marginales.
Con el fin de desviar la atención de esta situación Maliki se ha cebado especialmente contra la población sunita cuyos representantes fueron eliminados sistemáticamente del gobierno y del Estado. Muchos líderes sunitas desaparecieron sospechosamente o fueron asesinados, y una ola de terror fue desatada por las milicias chiítas reaccionarias nutridas por Maliki y sus aliados. Basándose en la superioridad numérica y técnica militar, trató de reprimir a sus opositores sunitas con la fuerza militar.
La guerra contra el ISIS fue apodada como la guerra contra el "terrorismo" y fue utilizada con frecuencia para atacar a los rivales de Maliki, incluso a civiles. Esto empujó a más y más gente a manos del ISIS que prefería a los reaccionarios islamistas antes que el terror de Maliki. En enero, cuando el ISIS trasladó sus tropas a las ciudades, especialmente a Faluya y Ramadi, el gobierno de Maliki trató estas ciudades enteras como zonas de guerra enemigas.
Las acciones del gobierno allanaron el camino para que los fundamentalistas movilizaran a los jóvenes más ansiosos. Los meses de bombardeo indiscriminado de barrios en la provincia de Anbar, estimularon el espíritu de venganza entre los familiares de las víctimas.
En febrero, un grupo de personas inició una campaña de reconciliación entre el gobierno y las tribus locales de la provincia de Anbar. Aunque la campaña tuvo un amplio apoyo el gobierno no retrocedió ni un centímetro. Esto sólo añadió leña al fuego. El gobierno saboteó deliberadamente las recientes elecciones parlamentarias en las áreas sunitas.
Todo esto significó que el gobierno perdió toda legitimidad en las áreas sunitas de Irak. Así, el ISIS, que es la fuerza más decidida y organizada, se las arregló para tomar la iniciativa y ganar impulso, incorporando a otras milicias sunitas, a antiguos funcionarios de alto rango del régimen y del ejército de Saddam Hussein, a muchos jefes tribales, e incluso el apoyo pasivo o activo de la población urbana. Esta es la base de la ofensiva del ISIS.

Los kurdos

En el norte, las continuas acciones autoritarias de Maliki también han conseguido enemistar a la población de la región autónoma kurda. Maliki ha estado exigiendo obediencia a los kurdos, que, sin embargo, han estado equilibrándose entre los gobiernos de Iraq y Turquía. De hecho, durante mucho tiempo el Kurdistán iraquí ha sido un estado independiente de facto. En el último mes los kurdos han incluso comenzado a exportar su propio petróleo eludiendo al gobierno central. Al mismo tiempo, el gobierno ha bloqueado los fondos asignados a la región en el presupuesto. Hace apenas unas semanas el gobierno kurdo advirtió al gobierno central acerca de un inminente ataque a Mosul, pero Maliki no reaccionó.
Los kurdos también tienen sus propias fuerzas armadas, pero debido al deterioro de la relación entre ellos y el gobierno central hicieron poco o nada para ayudarlo contra el ISIS en Mosul. A medida que el ejército iraquí se encontraba en estado de disolución, las fuerzas Peshmerga kurdas ya se han movido y consolidado su control sobre varias zonas del Kurdistán iraquí, que aún no estaban oficialmente bajo el control del Gobierno regional kurdo. Entre éstas han tomado la importante ciudad petrolera de Kirkuk. Ahora, hay inevitables enfrentamientos entre los islamistas y las fuerzas kurdas. Esto, sin embargo, será un desafío mucho mayor para el ISIS de lo que ha sido el ejército iraquí.

Ejército desmoralizado

La velocidad de la disolución del ejército fue una sorpresa incluso para algunos islamistas. En el último par de días se han apoderado de al menos cinco instalaciones del ejército y del aeropuerto de Mosul. El ejército iraquí desesperado se vio obligado a bombardear sus propias bases para evitar la pérdida de más armas a favor del enemigo. El imperialismo de EE.UU. había gastado de hecho $14.000 millones en las fuerzas de seguridad iraquíes a fin de prepararlas para vigilar el país después de que se fueron las tropas estadounidenses, y parte de esto está cayendo en manos de las fuerzas del ISIS.
La enorme inversión en armas está en total contraste con la escasez crónica del propio ejército. Esto ha llevado a deserciones masivas. Los soldados a menudo pasan hambre y carecen de equipo básico y municiones. Comentaristas militares estadounidenses estiman que alrededor del 40%-50% de los soldados ya han desertado. Antes de que las tropas se disolvieran en Mosul, el ejército estaba perdiendo alrededor de 300 soldados al día por deserciones, muertos y heridos.
La táctica del ISIS hasta ahora ha sido la de lanzar una serie de ataques violentos contra las posiciones para retirarse poco después. De esta manera, han estado apuntando a agotar la ya baja moral del ejército con pérdidas mínimas.
The New York Times informaba:
"Un ex soldado que sólo dio su primer nombre, Mohamed, porque desertar es ilegal, dijo que había servido en Ramadi y que sus compañeros comenzaron a desertar hace meses conforme los muertos comenzaban a amontonarse. 'Me sentí como si estuviera luchando contra ejércitos, no contra un ejército’, dijo Mohamed, de 24 años.
"Los combatientes llegaban en oleadas, enviando terroristas suicidas cuando sus municiones comenzaban a escasear. Mohamed dijo que ocho de sus amigos habían muerto y que él estuvo a punto de serlo también, cuando un proyectil de mortero golpeó su Humvee. Cuando los combatientes lo señalaron como objetivo de asesinato, obligándole a huir, fue casi un alivio.
"Estoy cansado", dijo. ‘Todo el mundo está cansado.'
"El Gobierno ha restado importancia a la magnitud de la crisis, en parte, mediante el registro de los soldados como "desaparecidos" en lugar de como desertores. Los oficiales también culparon del problema a cuestiones no relacionadas - diciendo, por ejemplo, que los soldados no regresaban de vacaciones de sus hogares, pero sólo porque las carreteras que conducían a los campos de batalla se habían vuelto inseguras".
Por encima de todo, el régimen es universalmente detestado por su corrupción y brutalidad. Esta es la razón de que 4-5000 soldados puedan derrotar a un ejército de un número mucho mayor. Nadie está dispuesto a arriesgar su vida por Maliki. Muchos soldados, sobre todo suníes, no ven ninguna diferencia real entre el dominio de un grupo de mafiosos y el de otro. Gran cantidad de equipo militar avanzado no puede verse compensado por este simple hecho.

"Misión cumplida"

Después de la invasión de 2003, George W. Bush proclamó con orgullo "misión cumplida". Sin embargo, como podemos ver, las consecuencias previsibles de las equivocaciones del imperialismo EE.UU. ahora están amenazando con precipitar a toda la región en una guerra civil.
El régimen de Saddam Hussein era una dictadura feroz, pero jugó un papel muy útil desde el punto de vista del imperialismo de EE.UU.. Su régimen mantuvo al país unido (bajo un puño de hierro, por supuesto) y a los islamistas a raya. El derrocamiento de Saddam y, sobre todo, el desmantelamiento de las fuerzas estatales iraquíes por el imperialismo EE.UU. trajo a la superficie todas las tensiones nacionales, tribales y sectarias.
En lugar de mantener a la nación unida, los EE.UU. basaron su dominación de Iraq sobre todas las rivalidades y divisiones sectarias que existían en el país. Fue una táctica clásica de “divide y vencerás”, evitando que los diferentes grupos se unieran contra de la presencia de EE.UU..
Al disolver el ejército de Saddam, los EE.UU. destruyeron el equilibrio militar de toda la región, colocando a los saudíes e israelíes en colisión con Irán, papel que hasta entonces había sido ejercido por las tropas de Saddam.
Como los iraníes inevitablemente terminaron dominando Irak, los países del Golfo comenzaron financiar a grupos fundamentalistas islámicos sunitas en toda la región como un contrapeso a la influencia iraní. Sin embargo, la reaccionaria Casa de Saud puso en marcha un proceso que no pudo controlar completamente. La actual radicalización del movimiento islamista sunita se está convirtiendo en una amenaza directa para el régimen saudí.
Cuanto más tiempo los EE.UU. se mantenían en Irak, más se profundizaban las tensiones sectarias. En medio de todo esto, instalaron a Maliki, quien presidió un gobierno cada vez más corrupto y sectario. Desde el principio, el primer ministro Nouri al-Maliki fue colocado en el cargo como un compromiso entre los iraníes y los estadounidenses. Su debilidad, sin embargo, significaba que sólo podía sobrevivir mediante la profundización de la división sectaria en el país.
Ahora, todos los inteligentes expertos que se pasaron la última década defendiendo a Maliki y la guerra en Irak, le culpan a él del desastre. Por supuesto, Maliki es un gángster particularmente inepto en un régimen de gángsteres. Pero fue precisamente la invasión y ocupación de Irak lo que obligó a los EE.UU. apoyar a estas personas. Él es de hecho una criatura muy similar a Karzai en Afganistán. Esta criatura reaccionaria se ha convertido en una carga para todos, pero quitándolo de en medio se dan cuenta de que se enfrentarían a un escenario aún peor. Su partido, a pesar de ser, con mucho, el más grande en el parlamento, sólo consiguió 92 de 328 escaños, mientras que el segundo partido más grande consiguió 34. Esto demuestra el grado en que se ha fragmentado el país.
La tragedia actual es un resultado directo de esto. El juego imprudente alrededor de la política sectaria que fue introducida por los imperialistas estadounidenses simplemente fue desarrollado hasta sus últimas consecuencias por Maliki. El resultado es lo que estamos presenciando hoy en día, el comienzo de la desintegración de Irak y un colapso total del régimen que ni siquiera pudo reunir el quórum necesario en el Parlamento para imponer ayer un estado de emergencia.

ISIS - una creación del imperialismo

Como un elefante en una cacharrería, los imperialistas estadounidenses han destruido todo lo que han tocado. Cada movimiento que hace la administración de EE.UU. parece ser equivocado. Ellos eliminaron a Saddam Hussein para conseguir un Irak más maleable y tuvieron que librar una costosa e impopular guerra civil en su lugar. Al Qaeda consiguió pronto un punto de apoyo en un país del que, anteriormente, había sido barrida.
Luego, después de la primavera árabe, intentaron derrocar tanto a Gadafi como a Assad. Se apoyaron en sus amigos de Arabia Saudita y Qatar para hacer parte del trabajo sucio. Sin embargo, pronto se enfrentaron al efecto colateral de los islamistas de Libia y Mali armados con las armas y el dinero de Qatar.
Los imperialistas norteamericanos, después de no haber aprendido nada de su experiencia en Afganistán, trataron de apoyarse en los islamistas de Siria, donde se encontraban las tropas más fiables que podían contar para combatir en la guerra que estaba ganando Assad. Es un hecho que el gobierno de EE.UU., de manera indirecta pero consciente, y la CIA, apoyaron directamente a los grupos vinculados a Al Qaeda en Siria y han estado facilitando sus movimientos en la región. El ISIS se limitó a proporcionar a estas tropas un hogar, conforme se radicalizaban en el infierno de la guerra civil.
Esta fue una de las razones por las que los EE.UU. se retractaron de su campaña de bombardeos en agosto del año pasado. Ahora, los islamistas han establecido fortalezas en Libia, Siria e Irak, mientras que antes se limitaban principalmente a Afganistán y Pakistán. ¡"Misión cumplida" desde luego!
Al darse cuenta de lo que ha quedado evidente para todo el mundo - es decir, el desesperado lío en el que se han metido - en el último año el gobierno de EE.UU. ha entrado en una alianza de facto no proclamada con los iraníes y Assad sobre la cuestión de poner freno a la islamistas que ahora dominan el campo anti-Assad de la guerra civil siria. No está claro, sin embargo, si la propia CIA ha seguido esta línea o si seguía apoyando a los islamistas.
Lo mismo puede decirse acerca de la clase dominante turca que desde el comienzo de la guerra civil de Siria ha estado apostando todo a la caída del régimen de Assad. Parecería que Erdogan no tiene ni idea de lo que está haciendo. Después de años de acoger a miles de combatientes de la oposición y cerrar los ojos a su composición cada vez más dominada por los fundamentalistas islámicos, el régimen de Erdogan se ha despertado con una grave amenaza para la estabilidad de la propia Turquía. El ISIS ha tomado alrededor de 80 ciudadanos turcos como rehenes. Entre ellos hay 3 niños y 28 conductores de camiones. Sin duda, esto no va a ser popular en Turquía, donde las aventuras imperialistas de Erdogan ya son una fuente importante de insatisfacción. Sólo recientemente el país declaró al frente al-Nusra como organización terrorista. Pero podría ser demasiado tarde. Unidades islamistas ya han desarrollado un reconocimiento profundo de las porosas fronteras del país y su contención llevará un gran costo para Turquía.
Los iraníes, por otro lado, en alianza con Bashar Assad, permitieron que el ISIS vagara en el este de Siria como medio de ejercer presión sobre el oeste y con el fin de utilizarlos como espantapájaros para la población siria. Sin embargo, ahora toda la región en la que ellos han intervenido ha sido desestabilizada, y las rutas de suministro de Irán a Siria y Líbano, han sido efectivamente bloqueadas, obligándolos a tomar medidas más laboriosas y costosas para apoyar a sus grupos afines en Líbano y a su aliada Siria. La situación amenaza con arrastrarlos a la guerra civil, que podría continuar durante años.
El ISIS no es, pues, más que el resultado de las acciones colectivas de las diferentes potencias que juegan la partida. Ellos derraman lágrimas de cocodrilo hoy, pero han utilizado cínicamente el sectarismo para favorecer sus propios intereses. Han creado un monstruo que ahora amenaza con desestabilizar toda la región. Y ahora, con las consecuencias, se miran unos a otros sin saber qué hacer.
Existe una presión creciente para que los EE.UU. intervengan militarmente de nuevo, que es lo último que Obama querría. No hay apetito en Washington y sobre todo entre la opinión pública norteamericana para otra aventura costosa. Los Republicanos, por supuesto, saltarán arriba y abajo exigiendo una acción militar, pero en realidad la administración tratará de limitar su participación tanto como sea posible.
Ahora la atención se centra en los iraníes, la nueva potencia emergente de la región. Ya se ha informado que la Guardia Revolucionaria iraní se ha movilizado y que las tropas se han agrupado en la frontera con Irak. Se afirma que los iraníes moverían tropas de tierra, junto con ataques aéreos estadounidenses y ataques con aviones no tripulados (drones). Esto es una continuación de los últimos años de distensión entre los EE.UU. y los iraníes.
Los EE.UU. han enfurecido a sus aliados en Arabia Saudita y Qatar, por no hablar de Israel, a través de sus vacilaciones constantes. En cambio los EE.UU. se han visto obligados a recurrir cada vez más a Irán, que desde la desaparición de Irak se ha convertido en la potencia regional dominante. El acuerdo que se está negociando con Irán no es más que el reconocimiento de un hecho.
Los iraníes podrían tener que hacer un movimiento con el fin de defender sus intereses, sin embargo, dudan en entrar en las mismas arenas movedizas que atraparon a los estadounidenses durante una década y que les costó un billón de dólares. Está claro que no hay fuerza en el Oriente Medio, que puede mantenerse en el oeste de Irak contra su voluntad. Y los iraquíes sunitas no van seguramente a darles la bienvenida a las fuerzas chiítas de Irán. Una ofensiva militar por parte de Irán y los EE.UU. en Irak sólo añadiría combustible a la crisis.
El gobierno turco ha dado luz verde para que su ejército realice operaciones transfronterizas, con el pretexto de salvar a los rehenes turcos. Sin embargo, ni Turquía ni Arabia Saudita pueden intervenir con decisión sin causar un desastre aún mayor. De hecho, cualquier intervención hostil sólo reforzaría al ISIS. Ellos han sido militarmente inferiores durante la mayor parte de su existencia, pero han sido los ataques despiadados de la camarilla de Maliki contra la población sunita, lo que ha empujado a la población detrás suya.
No está claro lo que va a pasar ahora. Lo que está claro es que el impulso moral y financiero que el ISIS ha recibido lo fortalecerá en el próximo período, permitiéndole consolidar sus fuerzas. Ahora se acercan a Bagdad desde el norte, pero es probable que se enfrenten a una resistencia más motivada conforme se acerquen a la capital. Es posible que traten de atacar y desestabilizar al gobierno central, después de lo cual se retirarán de nuevo y consolidarán sus posiciones más alejadas de la capital.
En cualquier caso, el proceso de desintegración de Irak como nación se ha acelerado de forma espectacular. Las áreas tribales del oeste estarán fuera del control del gobierno central y cualquier acuerdo con ellas sólo serán temporales. Las zonas kurdas actuarán cada vez más como un país independiente.
Una división sectaria del país dará lugar a purgas, pogromos, ataques terroristas y a una sangrienta guerra de desgaste entre los diferentes grupos étnicos que componen el pueblo iraquí, que durante siglos habían vivido juntos en paz. Lo que una vez fue la cuna de la civilización se está sumiendo en la barbarie. Este es el resultado de los juegos cínicos de los imperialistas que siempre han explotado las diferencias étnicas para favorecer sus propios intereses codiciosos.
Sobre la base de la falta de un movimiento independiente de los trabajadores para luchar contra los imperialistas y su sistema corrupto, los fundamentalistas fueron capaces de obtener un punto de apoyo en el país apoyándose en los elementos más reaccionarios. Así, durante todo un período, la solución a la crisis en Irak, al igual que en Siria, se encuentra fuera de sus propias fronteras. Un movimiento revolucionario en los países vecinos, en el que la clase obrera tiene que jugar un papel decisivo, puede cambiar la situación en Irak.
La revolución árabe mostró el potencial de un levantamiento regional de los pueblos de esta región. En Egipto hemos visto la movilización de millones, derribando en primer lugar al régimen de Mubarak y luego a Morsi. En Turquía vimos movilización de masas del año pasado y, más recientemente, la protesta masiva por la muerte de los mineros en Soma. En Irán, el movimiento revolucionario 2009 nos dio un panorama de lo que está por venir en el futuro. Incluso en Arabia Saudita existen murmullos de una oposición de masas.
En Irak, así como en Siria y Libia, sin embargo, vemos cómo la reacción negra puede levantar su fea cabeza. Las masas no quieren a las fuerzas fundamentalistas islámicas reaccionarias en el poder. Es sólo el fracaso total del capitalismo para ofrecer una solución a los problemas candentes de los trabajadores, lo que ha abierto espacio para que estos elementos ganen una base.
La única clase que puede ofrecer una salida y ofrecer soluciones reales en el Medio Oriente es la clase obrera. Las distintas burguesías nacionales de la región están podridas hasta la médula. Deben ser derrocadas. La podredumbre del capitalismo y del imperialismo en Irak es la causa del estancamiento actual. La barbarie absoluta es todo lo que pueden ofrecer. Sólo eliminándolos a ellos y a su podrido sistema de una vez por todas puede ser asegurada una existencia civilizada para el beneficio de la mayoría.

Niklas Albin Svensson and Hamid Alizadeh

2014 y los fantasmas de 1914



En el Día de Año Nuevo, pocas personas se imaginaban lo que estaba por venir. Habían pasado cien años desde la batalla de Waterloo y el recuerdo de la guerra se había desvanecido, por lo menos en Gran Bretaña. La guerra en Sudáfrica había sido una mera escaramuza y había terminado en victoria. El Imperio en el que el sol nunca se ponía parecía seguro de su supremacía en todo el mundo.
Al otro lado del Canal, es cierto, las cosas no eran exactamente lo mismo. Los recuerdos de la guerra franco-prusiana y la ocupación alemana de Alsacia-Lorena aún permanecían. El Estado Mayor ansiaba venganza, pero en las calles de Montmartre los cafés estaban bulliciosos y la guerra no parecía una posibilidad inminente.
Durante la mayor parte del siglo XIX, la Biblia de la burguesía fue el liberalismo, la expresión política de una creencia firme de que el surgimiento del capitalismo era una garantía de progreso humano. La mayor parte de los países de Europa Occidental habían pasado por un período de prosperidad económica que parecía que iba a durar para siempre. La nueva tecnología (el teléfono, el barco de vapor, el ferrocarril…) había desempeñado un papel mucho más revolucionario en aunar el mundo que el de Internet en nuestros días.
La paz y la prosperidad eran consideradas como el estado normal de las cosas: "Hoy mejor que ayer, pero peor que mañana". Muchos creían que las economías de Europa estaban tan integradas que la guerra era imposible. El rápido desarrollo de la ciencia y la tecnología eran la prueba del progreso constante, una garantía indestructible de la superioridad de la civilización occidental. Sin embargo, en agosto de 1914 ese hermoso sueño terminó en una horrible pesadilla. La razón se convirtió en sinrazón. Europa y el mundo entero se sumieron en una danza macabra de la muerte.
De la noche a la mañana todo se convirtió en su contrario. La tecnología moderna, de ser un potente agente de progreso, se transformó en un medio de producción de los medios más diabólicos de destrucción masiva, creando un caos sin precedentes en una escala aterradora. En lugar de libre comercio, se erigieron barreras proteccionistas por todas partes. El lugar del liberalismo y la democracia lo ocupó el militarismo, la censura y la dictadura en una forma abierta o encubierta. Al menos nueve millones de personas perdieron la vida en la Gran Masacre.

Las causas de la guerra

La conclusión que se extrae con frecuencia es que las guerras y los conflictos son un resultado inevitable de la agresividad natural de la especie humana (o de los hombres, si hemos de creer a algunas feministas). En realidad, se trata de una explicación que no explica nada. Si los seres humanos somos naturalmente agresivos, ¿por qué no estamos siempre en estado de guerra? ¿Por qué la sociedad simplemente no se despedaza a sí misma?
En realidad, el estallido periódico de las guerras es una expresión de las tensiones que surgen en la sociedad de clases, la cual puede llegar a un punto crítico en el que sólo puede resolver las contradicciones por medios violentos. Esta idea ya fue explicada por Clausewitz en su célebre máxima: "La guerra es sólo la continuación de la política por otros medios". Para explicar las causas de la Primera Guerra Mundial (de la que vamos a tratar en detalle en futuros artículos), hace falta el método científico de análisis marxista.
En última instancia, la guerra fue el producto del surgimiento tardío de Alemania, que había tomado el camino capitalista después de Gran Bretaña y Francia. Esto creó nuevas e insoportables contradicciones. Alemania se vio acorralada y estrangulada por sus poderosos rivales que disfrutaban de las ventajas del Imperio. Habiendo conseguido una fácil victoria sobre Francia en 1871, la camarilla gobernante en Berlín estaba buscando una excusa para una guerra que le permitiera dominar Europa y apoderarse de territorio, mercados y colonias.
¿Significa esto que Alemania fue responsable de la guerra? La idea de que uno puede echar la culpa de la guerra a una nación en particular es falsa y superficial, así como lo es buscar culpables sobre la base de "quién disparó el primer tiro". El ejército alemán invadió Bélgica y esto fue, sin duda, una experiencia terrible para el pueblo belga. Pero mucho más terrible fue el sufrimiento de millones de esclavos coloniales en el Congo, que estaba bajo el dominio de la "pobrecita Bélgica".
Los imperialistas franceses querían recuperar Alsacia y Lorena, tomadas por Alemania en 1871. Pero también querían aprovecharse a tomar Renania y someter al pueblo alemán a la opresión y el saqueo, como vimos más tarde en el Tratado de Versalles. Los imperialistas británicos estaban luchando en una "guerra defensiva" –es decir, una guerra para defender su posición privilegiada como los ladrones imperialistas más importantes del mundo, manteniendo innumerables millones de indios y africanos en estado de esclavitud colonial. Los mismos cálculos cínicos pueden aplicarse en el caso de cada una de las naciones beligerantes, desde la más grande a la más pequeña.
Mirando hacia atrás, con la sabiduría de la retrospectiva, no es difícil entender las razones de la catástrofe de 1914. Hubo muchos otros factores, tales como el conflicto entre Rusia y Austria-Hungría por el dominio de los Balcanes y las ambiciones del zarismo para arrebatar Constantinopla al moribundo Imperio Otomano. La sangrienta barbarie de las Guerras de los Balcanes de 1912-1913 fue una advertencia, y en varias ocasiones las grandes potencias casi llegaron a las manos antes de 1914.
Sin embargo, a pesar de todas las señales de advertencia, mucha gente creía que la guerra no iba a suceder. Gran Bretaña y Alemania eran los principales socios comerciales de la una con la otra después de los EE.UU.. ¿Cómo iban a luchar entre sí? Incluso ahora, cien años más tarde, algunos académicos eruditos (¡Dios nos libre de los académicos eruditos!) argumentan que la Gran Guerra no fue en absoluto necesaria, que se podía haber encontrado una solución diplomática y que la humanidad podía haber evitado una gran cantidad de molestias innecesarias y vivir felices para siempre.
Cien años después de la Gran Masacre, es costumbre, no sólo para nuestros amigos académicos eruditos o para los pacifistas sentimentales, sino también para los políticos burgueses llorar océanos de lágrimas de cocodrilo por la "futilidad de la guerra", la pérdida inútil de vidas, etc. Tenemos que "aprender de la historia", nos informan, de modo que nunca se repita. El hecho de que cada día miles de personas siguen siendo sacrificadas en guerras parece escapar a su atención. Al menos cinco millones de personas han muerto en el Congo, lo que muestra cuánta razón tenía Hegel cuando escribió que la única lección que se puede sacar de la historia es que nadie ha aprendido nunca nada de ella.
¡Si la dirección de los asuntos mundiales pudiera ser retirada de las manos incompetentes de políticos, banqueros y generales y le fuera entregada a las damas y caballeros eruditos e infinitamente sabios de las universidades! ¡Si el mundo pudiera ser gobernado por la suave mano de la Razón! ¡Qué lugar tan feliz sería! Por desgracia, todo el rumbo de la historia humana durante al menos diez mil años ha demostrado que los asuntos de la humanidad nunca se han regido por la Razón. Eso ya fue señalado por Hegel, el cual a menudo estuvo cerca de la verdad a pesar de sus prejuicios idealistas, como por ejemplo cuando escribió que se trata de intereses y no de la razón lo que rige la vida de las naciones.

¿Por qué no ha habido otra guerra mundial en los últimos tiempos?

¿Es posible establecer paralelismos útiles entre la situación que existía en el año 1914 y hoy en día? Las analogías históricas pueden ser útiles dentro de ciertos límites, pero siempre es necesario tener estos límites firmemente en mente. La historia sin lugar a dudas se repite, pero nunca lo hace de la misma manera.
El paralelo más importante es que hoy las contradicciones del capitalismo han surgido una vez más de una manera explosiva en una escala mundial. Un largo período de expansión capitalista –que tiene algunas similitudes llamativas con el período que precedió a la Primera Guerra Mundial– llegó a un final dramático en 2008. Ahora estamos en los últimos estertores de la crisis económica más grave de toda la historia de 200 años de capitalismo.
Contrariamente a las teorías de los economistas burgueses, la globalización no abolió las contradicciones fundamentales del capitalismo. Sólo las reprodujo en una escala mucho mayor que nunca: la globalización ahora se manifiesta como una crisis global del capitalismo. La causa fundamental de la crisis es exactamente la misma que en 1914: la rebelión de las fuerzas productivas contra los dos obstáculos fundamentales que impiden el progreso humano, la propiedad privada de los medios de producción y el Estado nacional.
Un ex-marxista como Eric Hobsbawm creía que la globalización pondría fin al conflicto nacional. El revisionista Karl Kautsky dijo exactamente lo mismo hace cien años. La Primera Guerra Mundial demostró la falsedad de esa teoría. Y el estado de nuestro mundo en el año 2014 muestra la estupidez del neo-revisionismo de Hobsbawm. Cuánto más profundo fue Lenin, cuyo clásico libro El imperialismo, fase superior del capitalismo es tan reciente y relevante hoy como el día en que fue escrito.
Sin embargo, hay diferencias importantes. En dos ocasiones, los imperialistas trataron de resolver sus contradicciones mediante la guerra: en 1914 y en 1939. ¿Por qué esto no puede volver a ocurrir? De hecho, las contradicciones entre los imperialistas son ahora tan extremas que en el pasado ya les hubieran llevado a la guerra. La pregunta que debemos hacernos es: ¿por qué el mundo no está en guerra una vez más?
La respuesta está en el cambio experimentado en la correlación de fuerzas a escala mundial. No tendría ningún sentido que Alemania invadiera Bélgica o se apodera de Alsacia-Lorena, por la sencilla razón de que Alemania ya controla el conjunto de Europa a través de su poderío económico. Todas las decisiones importantes son tomadas por Merkel y el Bundesbank, sin tener que disparar un solo tiro. ¿Quizás Francia podría comenzar una guerra de independencia nacional de Alemania? Es suficiente plantear la cuestión para ver de inmediato lo absurda que es.
El hecho es que los viejos Estados pigmeos de Europa hace tiempo que dejaron de jugar un papel independiente en el mundo. Es por eso que la burguesía europea se vio obligada a formar la Unión Europea, en un esfuerzo por competir a escala mundial con los EE.UU., Rusia y ahora también con China. Pero una guerra entre Europa y cualquiera de los Estados antes mencionados está descartada completamente. Aparte de todo, Europa carece de un ejército, marina y fuerza aérea. Tales ejércitos, que sí existen, se mantienen celosamente bajo el control de las diferentes clases dominantes, que, detrás de la fachada de la "unidad" de Europa, están luchando como gatos en un saco para defender sus "intereses nacionales".
Desde un punto de vista militar, ningún país puede oponerse a la fuerza militar colosal de los Estados Unidos. Pero ese poder también tiene límites. Hay evidentes contradicciones entre EE.UU., China y Japón en el Pacífico. En el pasado, esto habría llevado a la guerra. Pero China ya no es una nación débil, atrasada y semicolonial, que pudiera ser invadida y reducida a la servidumbre colonial fácilmente. Es un poder económico y militar cada vez mayor, que está estirando sus músculos y haciendo valer sus intereses.
Los EE.UU. ya se han quemado los dedos malamente en Irak y Afganistán. Fue incapaz de intervenir en Siria. ¿Cómo podría incluso considerar una guerra con un país como China, cuando ni siquiera puede responder a las continuas provocaciones de Corea del Norte? La cuestión es muy concreta.

Guerra y revolución

Antes de 1914 las ilusiones de la burguesía fueron compartidas por los líderes del movimiento obrero en Europa occidental. Los dirigentes socialdemócratas, mientras que hablaban sin convicción de las ideas del socialismo y de la lucha de clases y hacían discursos que sonaban radicales e incluso revolucionarios en el Primero de Mayo, en la práctica habían abandonado la perspectiva de la revolución socialista a favor del reformismo: la noción de que pacíficamente, gradualmente, sin dolor, podrían transformar el capitalismo en socialismo en algún momento lejano en el futuro.
En un congreso internacional tras otro, los socialdemócratas –que incluyeron en ese momento a Lenin, Trotsky, Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht– votaron por resoluciones comprometiéndose con la Internacional a oponerse a cualquier intento de los imperialistas de lanzar una guerra, e incluso a aprovechar la situación para organizar una lucha revolucionaria contra el capitalismo y el imperialismo.
Para su vergüenza eterna, todos los dirigentes de la Segunda Internacional (con la excepción de los rusos, los serbios y los irlandeses) traicionaron a la clase obrera mediante el apoyo a "su" clase dominante por motivos "patrióticos". Como resultado, millones de trabajadores uniformados fueron condenados a muerte en los terrenos sangrientos y fangosos de Flandes. La consigna agrupadora de "trabajadores del mundo, uníos" parecía ser una triste ironía cuando los trabajadores alemanes, franceses, rusos y británicos empezaron a usar sus bayonetas y a dispararse unos a otros hasta la muerte por los intereses de sus amos. La situación parecía completamente desesperada. Sin embargo, la guerra imperialista terminó en revolución.
La Revolución Rusa ofreció a la humanidad una salida de la pesadilla de las guerras, la pobreza y el sufrimiento. Pero la ausencia de una dirección revolucionaria a escala internacional significó que esta posibilidad fuese abortada en un país tras otro. El resultado fue una nueva crisis y otra guerra imperialista todavía más terrible, que condujo a la muerte de 55 millones de personas y casi causó el colapso de la civilización humana.
Dos guerras mundiales eran prueba suficiente de que el sistema capitalista había agotado por completo su potencial para el progreso. Pero Lenin señaló que a menos que fuese derrocado por la clase obrera, el capitalismo siempre podría encontrar una manera de salir de la crisis económica más profunda. Lo que Lenin veía como una posibilidad teórica en 1920 realmente ocurrió después de 1945. Como resultado de una concatenación peculiar de circunstancias históricas, el sistema capitalista entró en un nuevo período de auge. La perspectiva de la revolución socialista, al menos en los países capitalistas desarrollados, fue pospuesta.
Al igual que en las dos décadas anteriores a 1914, la burguesía y sus apologistas estaban borrachos de ilusiones. Y al igual que entonces, los líderes del movimiento obrero se hicieron eco de estas ilusiones. Incluso más que entonces, hoy en día han abandonado toda pretensión de luchar por el socialismo y se han abrazado con entusiasmo "al mercado". Pero ahora la rueda ha dado una vuelta completa. En el año 2008 el fruto del éxito se volvió cenizas en sus bocas. Al igual que en 1914, la historia les ha dado un duro despertar.
Mucha gente de la izquierda se pregunta por qué, si hay una crisis tan profunda, las masas no se han sublevado. A aquellos que hacen este tipo de preguntas les remitimos a 1914. ¿Por qué esa crisis no condujo inmediatamente a un movimiento revolucionario? ¿Por qué los trabajadores acudieron con entusiasmo tras sus respectivas banderas? Aquí, generalizaciones formales lógicas y abstractas no proporcionarán ninguna respuesta. Sólo un conocimiento de la dialéctica puede arrojar luz sobre esta cuestión.
A diferencia de los idealistas, que piensan que la conciencia humana es el motor de todo progreso, el materialismo dialéctico explica que la conciencia humana es extremadamente conservadora. Los hombres y las mujeres siempre se aferran a lo que es familiar: la tradición, la costumbre y la rutina tienen un gran peso en el cerebro. El capitalismo engendra hábitos de obediencia de por vida, que se transfieren fácilmente de la escuela a la línea de producción de la fábrica y de allí a los barracones.
La clase dominante tiene mil formas de moldear la conciencia: la escuela, el púlpito, los medios de comunicación y, sobre todo, esa fuerza invisible, pero poderosa, que llamamos opinión pública. Las masas siempre toman el camino de menor resistencia, hasta que los golpes de martillo de grandes acontecimientos les obligan a comenzar a cuestionar los valores, la moral, la religión y las creencias que han dado forma a su pensamiento toda su vida.
Este proceso lleva su tiempo. No es una línea recta, pero sí muy contradictoria. Los soldados que ondeaban banderas y cantaban canciones patrióticas en agosto y septiembre de 1914 fueron los mismos que tomaron la bandera roja y cantaron la Internacional tres o cuatro años más tarde. Un gran abismo separa los dos fenómenos –un abismo lleno de inmenso sufrimiento, horror y muerte–. Fue una lección dura, pero fue una lección bien aprendida.
Y hoy en día, ¿qué? No hay guerra, por lo menos no en el sentido de 1914. Pero desde el punto de vista de la historia, el año 2008 será percibido como un punto de inflexión tan grande como el de aquel entonces. El gran proceso de aprendizaje ha comenzado. ¿Es demasiado lento para usted? La historia prosigue de acuerdo con sus propias leyes y su propia velocidad, y no se la puede acelerar fruto de la impaciencia.
En 1806, Hegel, cuando estaba terminando su gran "viaje de descubrimiento" (Fenomenología del espíritu), vio a Napoleón a caballo por las calles de Jena y exclamó: "¡He visto al Espíritu del Mundo sentado en un caballo". La Biblia dice: "Tienen ojos y no ven". ¡Mira a tu alrededor! ¿No puedes ver ya evidencia de un cambio en la situación? En las calles de Estambul y de Atenas, en São Paulo y en Madrid, en El Cairo y en Lisboa… las masas están empezando a moverse.
Hoy podemos decir que el Espíritu de un Nuevo Mundo está en marcha por todas partes, no en la forma de un héroe individual, sino en la forma de millones de héroes y heroínas anónimos que están poco a poco sacando conclusiones y pasando a la acción para tomar su destino en sus manos.
Lenin dijo: "El capitalismo es horror sin fin". Las sangrientas convulsiones que se están extendiendo por todo el mundo muestran que tenía razón. Moralistas de clase media llorarán y se lamentarán de estos horrores, pero no tienen idea de cuáles son sus causas, y mucho menos de cuál es la solución. Los pacifistas, los "verdes", las feministas y otros señalan los síntomas pero no la causa subyacente, la cual se encuentra en un sistema social enfermo que ha vivido más allá de su papel histórico.
Los horrores que vemos ante nosotros son sólo los síntomas externos de la agonía del capitalismo. Pero también son los dolores de parto de una nueva sociedad que está luchando para nacer. Nuestra tarea es la de acortar estos dolores de parto y apresurar el nacimiento de una sociedad nueva y auténticamente humana.
Alguien dijo alguna vez a Durruti, el revolucionario español, "Usted va a estar sentado en la cima de un montón de ruinas si resulta victorioso". A lo que Durruti respondió: "Siempre hemos vivido en la miseria y sabremos cómo acomodarnos a ella por algún tiempo. Porque no hay que olvidar, también podemos construir. Somos nosotros los que construimos estos palacios y ciudades, aquí en España, en América y en todas partes. Nosotros, los obreros, podemos construir otros en su lugar. Y mejores. No le tenemos miedo a las ruinas. Vamos a heredar la tierra. No existe la más mínima duda acerca de eso. La burguesía puede que destruya y arruine su propio mundo antes de salir del escenario de la historia. Nosotros llevamos un mundo nuevo, aquí, en nuestros corazones. Ese mundo está creciendo en este instante".

Alan Woods
Londres, 06 de enero 2014

viernes, 27 de junio de 2014

La balcanización de Irak




La ofensiva del EIIL en Irak no ha sorprendido a Estados Unidos, por la sencilla razón de que los comandantes históricos de esa fuerza yihadista ya eran oficialmente aliados de la OTAN en Libia. A pesar de todos los aspavientos retóricos de Washington, la ofensiva del Emirato Islámico en Irak y el Levante en territorio iraquí es parte de la estrategia tendiente a desmantelar Irak, aprobada por el Senado estadounidense en 2007 y como resultado de una propuesta de… Joe Biden.

Si lo que se dice en Washington fuese cierto –que la ofensiva iraquí del Emirato Islámico en Irak y el Levante (EIIL, también conocido en árabe como Daesh) realmente sorprendió a Estados Unidos–, el presidente Obama tendría que destituir de inmediato a todos los dirigentes de laUnited States Intelligence Community, a la que pertenecen la CIA y las numerosas agencias federales que se dedican al espionaje y a la ejecución de operaciones secretas estadounidenses a escala mundial.
Pero no hay dudas de que, por el contrario, esos dirigentes han recibido, en privado, las felicitaciones del presidente. El EIIL es, en realidad, una herramienta de la estrategia estadounidense de destrucción de Estados mediante guerras secretas. Varios de sus jefes provienen de las formaciones islamistas libias que, inicialmente clasificadas como terroristas, fueron armadas, entrenadas y financiadas por los servicios secretos de Estados Unidos para derrocar a Muammar el-Kadhafi.
Y es el propio EIIL quien viene a confirmarlo al conmemorar la muerte de 2 de sus comandantes libios. Se trata de Abu Abdullah al-Libi, quien combatió en Libia antes de su muerte en Siria –el 22 de septiembre de 2013– a manos de un grupo rival; y Abu Dajana, quien también luchó en Libia y murió en Siria el 8 de febrero de 2014 durante un enfrentamiento con un grupo de al-Qaeda, que anteriormente había sido su aliado.
Cuando se inició la guerra secreta por el derrocamiento del presidente Assad numerosos combatientes que se hallaban en Libia llegaron a Siria, donde se unieron a otros, que en su mayoría no eran sirios sino que provenían de Afganistán, Bosnia y Chechenia, entre otros países. Fue precisamente en Siria donde el EIIL edificó gran parte de su fuerza. Y fue también en Siria donde los «rebeldes», infiltrados en ese país desde Turquía y Jordania, recibieron cargamentos de armas, provenientes también de Croacia, a través de una red organizada por la CIA (red cuya existencia ha sido incluso documentada en una investigación del New York Times.
¿Es posible que la CIA y las demás agencias estadounidenses –que disponen de una vastísima red de espías, de eficaces drones y de satélites militares– no supieran que el EIIL estaba preparando una ofensiva de gran envergadura contra Bagdad, ofensiva por demás precedida por una serie de atentados? Es evidente que no podían ignorarlo. Entonces ¿por qué no dio Washington la alarma antes del inicio de esta ofensiva? Porque su objetivo estratégico no era defender el Estado iraquí sino controlarlo.
Después de haber gastado más de 800 000 millones de dólares en las operaciones militares de la segunda guerra de Irak, Estados Unidos ve ahora como China está cada vez más presente en Irak. China está comprando cerca de la mitad de la producción petrolera iraquí, en pleno aumento, y está haciendo grandes inversiones en su industria de extracción.
Pero eso no es todo. En febrero, durante la visita del ministro chino de Relaciones Exteriores, los gobiernos de China e Irak firmaron en Bagdad varios acuerdos para la entrega de equipamiento militar chino al gobierno iraquí. En mayo, el primer ministro iraquí Nuri al-Maliki participó en la Conferencia de Interacción y Medidas de Confianza en Asia (CICA, siglas en inglés) realizada en Shanghai, en la que también participó el presidente de Irán, Hassan Rohani. Cabe recordar también que en noviembre de 2013, el gobierno de al-Maliki desafió el embargo estadounidense contra Irán al firmar con Teherán un acuerdo para la compra de armamento iraní por una suma total de 195 millones de dólares.
Es en ese contexto que se produce la ofensiva del EIIL, que incendia Irak recurriendo al material altamente inflamable que encuentra en la rivalidad entre sunnitas y chiitas, una rivalidad que la política de al-Maliki ha acentuado. Esto permite a Estados Unidos reactivar su estrategia destinada a hacerse con el control de Irak.
Ante este panorama, no podemos perder de vista el plan que el actual vicepresidente Joe Biden hizo aprobar en el Senado en 2007, plan que prevé «la descentralización de Irak en 3 regiones autónomas: kurda, sunnita y chiita» con un «gobierno central limitado a Bagdad».
En otras palabras, el desmembramiento de Irak.

Manlio Dinucci /ANRed

miércoles, 25 de junio de 2014

Qué se festeja el “Día D”




El “Día D” es conocido popularmente como un día clave, donde se define una situación. Esta es la interpretación que imprimieron EE.UU., Gran Bretaña y Francia (los Aliados) a la “historia oficial” de la Segunda Guerra Mundial, festejando el desembarco Normandía (en la costa noroeste de Francia), el 6 de junio de 1944, como el hecho donde los Aliados, liderados por EE.UU., hirieron de muerte y liberaron a Europa de la dictadura nazi.
En realidad, lo que iba a ser un rápido camino a París luego del desembarco, se convirtió en un largo y lento avance, que terminó llegando a París dos meses y medio después, el 25 de agosto. Más de 7.000 barcos y 12.000 aviones, habían partido de Inglaterra la noche del 5 de junio. En el desembarco participaron miles de tropas norteamericanas, inglesas y canadienses (murieron o fueron heridos unos 2.400). También participaron algunos soldados franceses, pero también se enfrentaron a los nazis muchos partisanos entre los que había jóvenes, trabajadores y comunistas. Los aliados eran comandados por el norteamericano Eisenhower. En el camino hacia París, se produjeron lo que los imperialistas llaman “efectos colaterales”, como el bombardeo de ciudades como Caen, en Normandía (una batalla que duró más de un mes y donde 460 bombarderos de la Royal Air Force arrojaron en un día más de 2.500 toneladas de bombas explosivas), matando a alrededor de 400 civiles. O como en Saint Lô, bombardeada durante 9 días, destruyendo el 95% de la ciudad y donde murieron 500 de sus habitantes en 44 días de combate.

¿Cuál fue el objetivo del desembarco?

Era la primera vez que EE.UU. pisaba suelo europeo, a 5 años de iniciada la guerra, dando tiempo a un importante avance de los nazis sobre el continente. Hasta ese momento sólo había intervenido donde veía peligrar sus objetivos geoestratégicos como en la llamada “guerra del Pacífico” en su disputa con Japón por Asia. Desde 1942, estaba en el norte de África, donde puso al frente al almirante Darlan (colaborador del fascista francés Pétain) como uno de los jefes militares para “liberar” a Europa, una de las evidencias de la falsa oposición de un bando “democrático” (los Aliados) contra otro “fascista” (el Eje). Mientras, la URSS pedía que EE.UU. abriera el “segundo frente” en Europa Oriental para reforzar su avance hacia la Alemania nazi. Pero EE.UU. prefirió dejar que alemanes y rusos se desangraran, así como que siguieran funcionando los campos de concentración de cuya ubicación y función era totalmente conciente. La Segunda Guerra Mundial fue impulsada por todas las potencias imperialistas, para disputarse entre sí colonias, semicolonias y zonas de influencia y también para derrotar a la URSS, un territorio que el imperialismo quería recuperar para la explotación capitalista y que a pesar de su degeneración estalinista, demostraba a los trabajadores que podían tomar el poder y la superioridad de la economía planificada. El enfrentamiento “dictaduras-democracias” era una máscara imperialista para ocultar una guerra de pillaje, cuyo principal impulsor era EE.UU., ya que no había terminado de definir su hegemonía mundial en la Primera Guerra, y Alemania, que era un imperialismo que necesitaba expandirse y estaba atado por los costos de su derrota en la Primera Guerra. EE.UU., retrasó lo más que pudo su intervención en territorio europeo y sólo lo hizo cuando vio que la verdadera resistencia y fuerzas que comenzaron a derrotar a los nazis en Europa, eran las masas que como en Italia, Francia o Grecia, se empezaban a armar y organizar, sobre todo a partir de 1943, y comenzaban procesos revolucionarios que ponían en cuestión al mismo capitalismo. En 1943, la URSS había derrotado a los nazis en Stalingrado y los países imperialistas temían que el avance de los rusos, incentivara a los pueblos de Europa occidental y a las colonias oprimidas por países como Francia (Indochina) o Inglaterra (India), a liberarse de su opresión y explotación imitando la Revolución Rusa de 1917. Más que a los nazis (furiosos anticomunistas), los imperialismos temían al fantasma del comunismo, a las revoluciones socialistas que se empezaban a avizorar después de años sufrimiento de los pueblos a causa de una guerra que sólo buscaba defender los intereses imperialistas (fuesen dictatoriales o democráticos). La URSS (a pesar de la desastrosa conducción de la guerra de la burocracia rusa), con el Ejército Rojo y la heroica resistencia del pueblo ruso fue la que derrotó realmente a los nazis a costa del mayor número de bajas en la guerra, casi 30.000.000 de muertos entre militares y civiles.
Los objetivos del imperialismo con el desembarco en Normandía eran por un lado cambiar esta nueva situación, desarmando y derrotando, con la ayuda de los Partidos Comunistas estalinizados de Occidente, las revoluciones en curso y sostener el capitalismo en ese lado estratégico de Europa y, por otro lado, impedir que el triunfo sobre el nazismo quedara en manos de la URSS. Para eso, además de los bombardeos en Francia, EE.UU. también bombardeó y masacró civiles en Alemania (Dresde, febrero de 1945, 4.000 toneladas de bombas), el norte de Italia (donde la resistencia antifascista era más obrera) y Japón, donde darán su “toque final” con las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945 (matando a más de 200.000 civiles y dejando secuelas físicas por varias generaciones), cuando ya estaba terminada la guerra y los nazis ya derrotados, para reafirmar su hegemonía mundial como imperialismo demostrando a las masas y a la URSS quién tenía el poder militar. Francia por su lado, bombardeó Argelia, su colonia más importante en África, cuando los nativos festejaban el triunfo Aliado.

La actual disputa por Ucrania como trasfondo de los festejos

Se acaban de realizar dos actos para festejar el triunfo sobre los nazis, que tuvieron como telón de fondo la crisis en Ucrania. El primero se realizó en Crimea (zona de Ucrania recién anexada por Rusia), el 9 de mayo, festejando que ese día de 1945 los nazis aceptaron la rendición incondicional frente al Ejército Rojo en Berlín, luego de su paso por el Este europeo1. El segundo fue el 6 de junio en Normandía.
En Crimea, el presidente de la actual Rusia capitalista, Putin, presenció un gran desfile militar como prueba de poder frente a Ucrania y las potencias occidentales. Ni Obama ni las otras potencias europeas concurrieron a estos festejos, pero Putin ya estaba negociando con Occidente, aceptando las elecciones en Ucrania y rechazando los referéndums en las zonas del Este de Ucrania con una fuerte población prorusa que también querían ser anexadas2.
A los festejos de Normandía concurrieron el anfitrión “socialista”, François Hollande, Obama, Putin, la reina Isabel de Inglaterra y Petro Poroshenko, el nuevo presidente prooccidental de Ucrania. Obama en su discurso comparó “a los hombres que el 6 de junio de 1944 se lanzaron a la playa de Omaha Beach para liberar Europa de la Alemania nazi… (con) los hombres y mujeres que tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 se alistaron a las fuerzas armadas de Estados Unidos para luchar en Irak y Afganistán”. Lo único comparable entre estos dos hechos es que EE.UU., hoy como ayer, usó el patriotismo para defender sus intereses imperialistas en otras partes del mundo.

Gabriela Liszt

1 Países que al final de la guerra se convertirán en Estados obreros deformados (ver “La masacre de la Plaza Tiananmen”, LVO 572).
2 Ver LVO 568 y 569, artículos sobre Ucrania.

lunes, 23 de junio de 2014

Estalla una nueva guerra civil en Irak




En Irak ha estallado nuevamente la guerra civil entre sunitas y chiítas, los dos grandes grupos en que se divide el mundo musulmán. Tras varios días de sangrientos combates, ya hay cientos de muertos y heridos y decenas de miles desplazados. El norte del país ha quedado bajo control de los insurgentes sunitas que están dando muestras de una gran crueldad y salvajismo para aterrorizar a la población. El ejército iraquí, entrenado durante años por EEUU, se ha mostrado totalmente impotente para frenar a las milicias del Ejército Islámico de Irak y el Levante (EIIL) que ya controla ciudades clave como Mosul, segunda ciudad más importante de Irak, Tikrit, Kirkuk, así como la zona de Tal Afar, fronteriza con Siria.
El EIIL cuenta también con el apoyo de las tribus suníes del norte del país, así como de los restos del partido Baaz del dictador Sadam Hussein. Durante el día martes 17/6 los combates llegaban a la ciudad de Baiji, sede de la refinería más importante del país que debió ser cerrada e interrumpir su producción y a la ciudad de Bakuba a apenas 60 km de la capital Bagdad. Si bien las tropas del EIIL no llegaron hasta la capital, en ella actúan a través de la modalidad de atentados, mayormente con coches bomba que ya se han cobrado la vida de cientos de personas.
La gravedad de la situación es tal, que los líderes religiosos chiíes han conformado milicias que tratan de frenar junto al ejército los ataques de las fuerzas suníes y el gobierno del primer ministro chií Al Maliki pidió oficialmente ayuda militar a EEUU. Pero la administración norteamericana descartó involucrarse con tropas en el terreno (a excepción de unos 300 comandos especiales para proteger su embajada en Bagdad) y está analizando una intervención parcial con drones (aviones y helicópteros no tripulados), lo cual es difícil tratándose de milicias mezcladas entre la población civil ya que acarrearía una gran cantidad de “daños colaterales” que afectarían aún más la ya desprestigiada imagen de EEUU.

Al Maliki busca su tercer mandato a costa de aumentar las tensiones

El aumento de los ataques y atentados por parte del EIIL y de la violencia sectaria en general se registra ya desde principios de año y para fines de abril había acumulado ya 3000 muertos. La campaña electoral para las legislativas durante ese mes estuvo teñida de sangre por la profusión de atentados y ataques armados. El 30/4 se eligieron los 328 diputados del parlamento que debe elegir al primer ministro, cargo en el que aspira ser reelegido el actual primer ministro Al Maliki del credo chiíta y que gobierna desde 2006. La lista de Maliki obtuvo la mayoría pero sin alcanzarle para formar gobierno por sí misma, con lo cual debía hacer alianzas con otras formaciones lo cual ha sido imposible hasta hoy.
En los acuerdos para la retirada norteamericana en 2011 se establecía una precaria convivencia entre chíies, suníes y kurdos para mantener una suerte de gobierno de coalición nacional que otorgara cierta estabilidad política. Pero los grandes intereses económicos, ligados sobre todo al control de los pozos petroleros, la discrecionalidad en la adjudicación de puestos en las fuerzas de seguridad y en la administración pública (dos de las escasísimas fuentes de trabajo en un mar de desocupación), y las rivalidades interconfesionales que cada líder fomenta para acrecentar su poder, fueron socavando los endebles acuerdos logrados en 2011.
Al Maliki ha sido uno de los más activos promotores de estas divisiones sectarias y de la marginación a los suníes, incluyendo la persecución y apresamiento de líderes suníes parlamentarios y hasta de quienes formaban parte del gobierno. En ciudades suníes como Faluya el ejército ha realizado represiones sangrientas con decenas de muertos. Las promesas de “unidad nacional” han ido desapareciendo de los discursos de Maliki mientras han crecido sus ataques contra los “extremistas” sunitas. Paralelamente ha ido concentrando poder poniendo hombres propios al frente de distintos ministerios (sobre todo los vinculados a la seguridad) rompiendo de hecho el “reparto de poder” con suníes y kurdos acordado en 2011. Toda esta política le ha generado rechazos incluso entre sus propios aliados chiítas.
En la crisis política que ha llevado a esta nueva guerra civil, también es importante tener en cuenta la situación social del país. Tras dos guerras imperialistas (1991 y 2003), años de sanciones económicas, y la ocupación norteamericana hasta 2011, la desocupación afecta a casi el 60% de la población económicamente activa, el 28% de la población vive por debajo de la línea de la pobreza y hay un enorme déficit en los servicios públicos.

La crisis ucraniana como telón de fondo

La actual es sin dudas la crisis más importante desde la retirada de EEUU en 2011 y es una consecuencia no deseada de los grandes conflictos geopolíticos que se desarrollan a nivel internacional y que la Casa Blanca es incapaz de encausar. La enorme crisis que conmueve Ucrania sigue su curso y no muestra horizontes de solución. Por el contrario, a la guerra civil en el este se le ha sumado el fracaso de las negociaciones entre Moscú y la nueva administración de Kiev, encabezada por el magnate pro europeo Porochenko, en torno al pago de la gigantesca deuda que mantiene Ucrania con Rusia por el suministro de gas. El gobierno de Putin decidió finalmente jugar su carta fuerte y le cortó el abastecimiento y condicionó futuras entregas al amargo pago por adelantado, relación imposible de afrontar por Ucrania dada su situación de virtual quiebra económica.
Pero como era de esperar esta decisión rusa no hizo sino agravar la situación y al día siguiente se produjo un atentado contra el gasoducto más importante con el que el gigante ruso Gasprom abastece a sus clientes europeos. Las llamas de hasta 200 metros de altura graficaron la magnitud de la crisis y le dieron un tinte aún más drástico.

Crisis de hegemonía norteamericana

La impotencia para encauzar la crisis ucraniana por parte de las potencias imperialistas, sobre todo de EEUU, está produciendo una mayor inestabilidad a nivel mundial ya que pone de manifiesto la “falta de liderazgo” de la mayor potencia del planeta. Esto se había expresado también en la guerra civil siria donde a pesar de haber trazado una “línea roja” que habilitara una intervención armada en el uso de armas químicas por parte del régimen de Al Assad, Obama tuvo que ceder a la presión rusa (aliada de Assad) y no intervenir. Lo cual terminó fortaleciendo al dictador y poniendo a la defensiva a la oposición armada; las matanzas y bombardeos de Assad contra la población civil continuaron y finalmente se “legitimó” con unas elecciones “blindadas” que el dieron el 98% de los votos.
La crisis de hegemonía norteamericana dio un salto con el fracaso de la estrategia guerrerista de George Bush y los neoconservadores que dirigieron la Casa Blanca entre 2001 y 2009. El objetivo que se habían trazado de recuperar influencia política a nivel global utilizando su mayor activo, el enorme poderío militar, fracasó en toda la línea. Las invasiones a Afganistán en 2001 y a Irak en 2003, encubiertas en la farsa de la “guerra contra el terrorismo”, en vez de reforzar su autoridad terminaron aumentando el desprestigio internacional de EEUU. Se desnudaron los verdaderos objetivos económicos en torno a los multimillonarios negocios petroleros, las burdas mentiras construidas como por ejemplo la supuesta existencia de “armas de destrucción masiva” en Irak, las atrocidades cometidas contra la población cuyos máximos exponentes fueron las torturas en las cárceles de Abu Graib (Irak) y Guantánamo (Cuba) o el negocio de la “tercerización” de la guerra a empresas contratistas.
En este país, tras derrocar al odiado dictador Sadam Hussein y ocupar el país con más de 150.000 tropas, EEUU en vez de conseguir su objetivo político que era crear un nuevo régimen estable y funcional a sus intereses, terminó provocando una larga guerra de resistencia a la ocupación que ocasionó unos 4000 soldados yanquis muertos y luego una guerra civil entre chiíes y suníes que desangró al país y que llevó mucho tiempo encauzar precariamente. El ascenso al poder del chiísmo en Irak (más del 60% de la población, concentrada en el sur del país, se reclama de ese credo) ayudó a fortalecer potencias hostiles a EEUU como el caso de Irán (con una población 90% chií, aunque entre los clérigos iraníes e iraquíes sostienen a su vez importantes diferencias) con lo cual, lejos de facilitar una reconfiguración del mapa político de Medio oriente favorable a EEUU, la posición norteamericana se vio debilitada a largo plazo.
El gobierno de Barack Obama asumido en 2009 reconoció la derrota y la inviabilidad de la estrategia neocon para salir de la profunda crisis de hegemonía en que está inmerso EEUU y a fines de 2011 el ejército norteamericano empezó la retirada de Irak. Esta retirada también responde a los nuevos cambios de la geopolítica mundial como es la creciente influencia de China en Asia y el pacífico, región donde EEUU viene poniendo toda su atención con el fin de poner límites a China.

El fracaso de la “estrategia de salida” de Obama

La tarea de control interno en Irak pasó entonces a manos de su gobierno. Pero como señalamos al comienzo, la debilidad de Al Maliki, sumada a los demás factores internacionales y la crítica situación regional donde la recuperación de Al Assad en Siria (país mayoritariamente suní) tras 3 años de guerra civil está obligando a grupos armados suníes a replegarse sobre Irak, ha desatado esta ofensiva suní en todo el norte del país.
La situación es tan difícil para la administración Obama que en Irak la está llevando a actuar “en el mismo campo” que Irán, país que a pesar de haber cambiado en el último año la orientación confrontativa que le imprimía el verborágico ex presidente Ahmadineyad por otra más conciliadora de la mano de Hasán Rouhaní, continúa sin poder resolver el contencioso nuclear con EEUU y la realidad los encuentra en veredas opuestas en Siria, o en el conflicto Palestino-israelí.
Obama no quiere intervenir con tropas en primer lugar porque sería volver sobre sus pasos hacia la fracasada estrategia de la era Bush así como también un reconocimiento de que ha fracasado la política de retirada iniciada en 2011. Sin embargo la inacción tampoco es una buena opción ya que puede volver la situación impredecible e incontrolable y hasta tener consecuencias regionales más allá de Irak, ya sea con Irán, Turquía (con quien comparten el problema kurdo que está recrudeciendo de la mano del conflicto entre suníes y chiítas), Siria o Arabia saudí.
No se puede saber hasta dónde va a llegar la situación y hasta dónde intervendrá EEUU, pero lo cierto es que ha quedando en evidencia la debilidad del gobierno de Maliki y sobre todo del ejército iraquí que está siendo completamente superado en el terreno y una vez más queda demostrada la derrota de los objetivos estratégicos de la sangrienta invasión norteamericana a Irak, así como la profundización de su crisis de hegemonía.

Diego Dalai