viernes, 29 de diciembre de 2017

El indulto a Fujimori y crisis política en Perú




“Lo que acaba de hacer es una vil traición a la patria. A cambio de salvar su pellejo ha negociado con el fujimorismo un indulto infame al corrupto y asesino. Una vez más ha actuado como un vendepatria” escribió la izquierdista peruana Verónika Mendoza en las redes sociales.

Mendoza, líder del izquierdista Nuevo Perú, se refería al indulto concedido por el presidente de su país, Pedro Pablo Kuczynski (PPK), al criminal Alberto Fujimori, que gobernó el país entre julio de 1990 y noviembre de 2000 con un régimen de terror que incluyó masacres atroces como la de Barrios Altos (1991) y La Cantuta (1992). La izquierdista Mendoza fue clave para la victoria de PPK por sólo 40 mil votos, porque pidió a sus seguidores, después de obtener el 20 por ciento de los sufragios en la primera vuelta, que votaran a PPK para evitar el triunfo de Keiko Fujimori, la hija mayor del ex autócrata. Los diez diputados de la bancada de Nuevo Perú apoyaron la continuidad de PPK, contra el intento de destitución fujimorista.
El abogado de las víctimas de las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta, Carlos Rivera, anunció que sus representados iniciarán acciones legales para impugnar el indulto. Si tales acciones no prosperaran, añadió, acudirán a instancias internacionales. Ambas masacres fueron cometidas por el Grupo Colina, un destacamento del Ejército creado por el gobierno de Fujimori, y que realizó ejecuciones extrajudiciales que se hacían pasar por operaciones contrasubversivas. En verdad, para rememorar un régimen terrorista comparable al fujimorismo en Perú hay que remontarse a la dictadura del general Manuel Odría (1948-1956).
El indulto ha generado en el Perú una crisis política mayúscula. En principio, una masiva movilización popular repudió la medida y la represión contra las protestas fue feroz.
Por el indulto se quebró el partido del propio presidente: los diputados Alberto de Belaúnde y Vicente Zeballos ya anunciaron su salida del oficialismo. Y está roto incluso el partido de Fujimori, puesto que su hija Keiko no quería el indulto sino derribar al presidente; en cambio, su hermano Kenji encabezó un bloque de diputados que apoyó la continuidad del presidente y, como contrapartida, negoció la liberación de su padre.
PPK salvó así su presidencia cuando estaba a punto de ser destituido por corrupción: una de sus empresas asesoró a la brasileña Odebrecht cuando el actual jefe del Ejecutivo era ministro de Economía del presidente Alejandro Toledo. Durante diez años, Odebrecht desarrolló en Perú obras públicas por más de 10.000 millones de dólares y pagó, según se calcula, 30 millones de dólares en coimas a los gobiernos de Toledo, Alan García y Ollanta Humala, y la propia Keiko Fujimori. Según el diario español El País (27/12), Kuczynski negoció a dos puntas: le prometió a Mendoza que no concedería el indulto para asegurarse votos fundamentales y, al mismo tiempo, hacía lo propio con la fracción de Fenji Fujimori, pero en sentido contrario.
El régimen de PPK se ha vuelto inviable, perdida cualquier legitimidad. La izquierda –Nuevo Perú y Frente Amplio− exigen una Asamblea Constituyente que, tal como la conciben, sólo serviría para salvar a un régimen político y social en crisis profunda.
Por el momento, la clase obrera no ha intervenido en forma independiente, en cuanto factor político autónomo. La independencia política de los trabajadores será el factor clave para darle a la crisis una salida positiva.

Alejandro Guerrero

jueves, 28 de diciembre de 2017

Libertad a Ahed Tamimi, símbolo de la resistencia palestina




La joven fue detenida por las Fuerzas de Defensa Israelí, mientras el sionismo avanza sobre territorio palestino con el espaldarazo de Trump.

Una campaña internacional está en marcha exigiendo la libertad de la joven palestina de 16 años Ahed Tamimi. El martes 19 de diciembre las Fuerzas de Defensa Israelí (IDF) detuvieron en Nabi Saleh a la joven, a su madre Nariman y a una amiga, Nour.
Estas detenciones se inscriben entre otras cientos que se están sucediendo en los territorios ocupados como consecuencia de la decisión de Donald Trump de mudar la embajada norteamericana a Jerusalén y reconocer a esta ciudad, símbolo multirreligioso, como patrimonio exclusivo del Estado de Israel.
La decisión ha abierto una crisis internacional. Luego de que Estados Unidos vetara la posibilidad de tratar el tema en el Consejo de Seguridad de la ONU, el rechazo a la decisión de Trump fue llevado a tratamiento del plenario de los 193 países integrantes. Allí 128 países votaron una moción de rechazo al otorgamiento de un nuevo estatus para Jerusalén, 9 votaron a favor y 35 se abstuvieron, entre ellos la Argentina.
Los colonos que ocupan la zona desde 1977, los Halamish, vienen extendiendo su territorio con el apoyo del ejército; ahora, apalancados por el espaldarazo imperialista, han avanzado sobre nuevas fuentes de suministro de agua en territorio cisjordano.
En pocas horas se hizo viral el video donde se ve a la niña Ahed Tamimi abofeteando a los soldados apostados en el patio de su casa, quienes el día anterior habían malherido a uno de sus primos disparándole en la cara. Los Tamimi son una familia de activistas palestinos y referentes de la nueva generación de luchadores que resisten la política de ocupación de Israel. El proceso de resistencia se intensifica mientras que Hamas y la Autoridad Nacional Palestina se disputan el gobierno de la Franja de Gaza, entre acusaciones de incumplimiento de los pactos firmados con la mediación egipcia.
La campaña internacional por la liberación de Ahed Tamimi debe ser tomada como una bandera que contrarreste la política imperialista en Medio Oriente y que ponga en evidencia los crímenes cometidos por el Estado de Israel, incluido el desastre humanitario de convertir extensiones de territorios palestinos en campos de concentración a los que se les quita el suministro de alimentos y de agua.

¡Libertad a Ahed Tamimi! ¡Libertad a todos los presos políticos palestinos!

Vanina Biasi

Estados Unidos, modelo racial de la Alemania nazi




Protesta de jovenes blancos contra la integración racial en las escuelas, Montgomery, Alabama, 1963.

“Los abogados nazis contemplaban a EE UU, no sin razón, como líder mundial innovador en la creación de leyes raciales”, observa Whitman en su libro "Hitler's American Model". El Sur de EE.UU. y la Alemania nazi eran los regímenes más racistas del mundo en la década del 30.

Un libro de reciente aparición, Hitler's American Model [Princeton University Press, 2017], de James Q. Whitman, argumenta de modo convincente que las medidas políticas de Hitler se inpiraron en el racismo institucionalizado en los Estados Unidos y el pragmatismo de su Derecho consuetudinario.
El 26 de julio de 1935, cerca de un millar de manifestantes antinazis asaltaron el Bremen, un elegante y modernísimo transatlántico alemán que había fondeado en nueva York. Los manifestantes lograron hacer trizas la bandera con la esvástica del barco y lanzarla al río Hudson. Fue el climax de un largo y cálido verano neoyorquino de luchas callejeras entre pronazis y antinazis.
Cinco de los alborotadores del incidente del Bremen fueron detenidos, pero cuando comparecieron ante el juez Louis Brodsky en septiembre de 1935 sucedió algo digno de nota: Brodsky desechó todos los cargos, alegando que la esvástica era “una bandera negra de piratería” que merecía ser destruida, emblema de “una revuelta contra la civilización…un retroceso atávico a condiciones sociales y políticas de antes de la Edad Media, por no decir bárbaras”.
El Derecho que amparaba la valerosa proclamación de Brodsky era cuestionable, y no pasó mucho tiempo antes de que el Departamento de Justicia de Roosevelt se disculpara ante Alemania por la decisión del juez. Hitler elogió a la administración de Roosevelt por desautorizar el dictamen de Brodsky. Pero la absolución de los vándalos antinazis por parte del judío Brodsky se convirtió con todo en una cause celèbre para el partido de Hitler. Las Leyes de Nuremberg de septiembre de 1935, que imponían severas restricciones a los judíos alemanes, eran, así lo afirmaban los nazis, una “contestación” al “insulto” de Brodsky.
James Q. Whitman dedica su nuevo libro Hitler’s American Model [El modelo norteamericano de Hitler] “al fantasma de Louis B. Brodsky”. Pero Whitman discrepa de la afirmación de que el nazismo de mediados de los años 30 fuera un retroceso a la Edad Media. Whitman muestra que las Leyes de Nuremberg, en vez de constituir una bárbara anomalía, se modelaron parcialmente sobre las leyes raciales norteamericanas entonces en vigor. El regimen nazi se consideraba a la vanguardia de la legislación racial, y se inspiraba en Norteamérica. “Los abogados nazis contemplaban a EE UU, no sin razón, como líder mundial innovador en la creación de leyes raciales”, observa Whitman. En la década de los años 30, el Sur norteamericano y la Alemania nazi eran los regímenes más directamente racistas del mundo, orgullosos del modo en que habían privado a negros y judíos, respectivamente, de sus derechos civiles.
Los especialistas académicos hace mucho que saben que el movimiento eugenésico norteamericano inspiró a los nazis; ahora Whitman le añade la influencia de la política de inmigración norteamericana y sus leyes acerca de la raza. Hoy en día, la idea de Whitman de que el nazismo miraba hacia Norteamérica en busca de inspiración se expone a sumirnos en el pánico moral. Pero hay otra faceta de la historia, y en la era de Trump, especialmente, podemos sacarle partido echándole un vistazo riguroso. Nuestro presidente resultó elegido en parte porque capitalizó un nacionalismo de los de EE UU primero, a la caza despiadada de enemigos externos e internos. De acuerdo con esta visión, los cosmopolitas sin raíces, los inmigrantes y los centros urbanos sin ley son una constante amenaza para la verdadera Norteamérica.
Los historiadores le han restado importancia a la conexión entre las leyes raciales norteamericanas y EE UU, porque Norteamérica estaba interesada principalmente en negar la plena ciudadanía a los negros, más que a los judíos. Pero la diestra labor detectivesca de erudición académica de Whitman ha demostrado que a mediados de los años 30, los juristas y politicos nazis se volvían una y otra vez hacia la forma en que los Estados Unidos habían privado a los afroamericanos del derecho a votar y casarse con blancos. Estaban fascinados por la forma en que los Estados Unidos habían convertido a millones de personas en ciudadanos de segunda clase.
Por extraño que pueda parecernos, los nazis consideraban a EE UU como un modelo para la raza blanca, un imperio racial nórdico que había conquistado una ingente cantidad de Lebensraum [“espacio vital”]. Un especialista académico alemán, Wahrhold Drascher, en su libro La supremacía de la raza blanca (1936), contemplaba la fundación de EE UU como un “punto de inflexión transcendental” en el ascenso de los arios. Sin EE UU, escribió Drascher, “nunca habría surgido una unidad consciente de la raza blanca”. Rasse y Raum—raza y espacio vital — eran para los nazis palabras clave tras el triunfo de EE UU en el mundo, de acuerdo con el historiador Detlef Junker. Hitler admiraba el compromiso norteamericano con la pureza racial, alabando las campañas indias que habían “masacrado a millones de pieles rojas hasta dejarlos reducidos a unos cuantos cientos de miles”.
Hitler no se equivocaba al volver los ojos hacia EE UU en busca de innovaciones racistas. “A principios del siglo XX, EE UU era líder global en leyes raciales”, escribe Whitman, más incluso que Sudáfrica. El imperio español del Nuevo Mundo había sido pionero en leyes que ligaban la ciudadanía a la sangre, pero los Estados Unidos desarrollaron una legislación racial bastante más avanzada que la de los españoles. Durante casi un siglo, la esclavitud africana-norteamericana fue una mancha monumental en la Declaración de Independencia de Jefferson y su afirmación de que “todos los hombres han sido creados iguales”. La Ley de Naturalización de 1790 establecía que “cualquier extranjero, tratándose de una persona blanca libre” podía convertirse en norteamericano, y los nazis advirtieron aprobatoriamente que se trataba de un caso inusual de restricciones raciales a la ciudadanía. California prohibió la inmigración china en la década de 1870; el país entero siguió el ejemplo en 1882.
La I Guerra Mundial proporcionó un ímpetu añadido a la atención que concedían las doctrinas racialistas a la inmigración y los inmigrantes. La Ley de Zona Vedada Asiática de 1917 prohibía la entrada a inmigrantes asiáticos, junto a homosexuales, anarquistas e “idiotas”. Y la Ley de Cuotas de 1921 favorecía a los inmigrantes del norte de Europa por delante de italianos y judíos, a lo que en su mayoría se prohibía inmigrar. Hitler alabó las restricciones norteamericanas a la inmigración en Mein Kampf: el futuro dictador alemán lamentaba el hecho de que nacer en un país le convirtiera a uno en ciudadano, de modo que “un negro que haya vivido anteriormente en protectorados alemanes y que ahora resida en Alemania pueda así engendrar a un ‘ciudadano alemán’”. Hitler añadía que “hay actualmente un Estado en el que puede al menos observarse los débiles inicios de una concepción mejor… la Unión norteamericana”, la cual “excluye sencillamente la inmigración de ciertas razas”. EE UU, concluía Hitler, gracias a sus leyes de base racial, tenía una idea más verdaderamente völkisch del Estado que Alemania.
En el terreno de las restricciones raciales al matrimonio, América se quedaba sola como pionera. La idea norteamericana de que un matrimonio racialmente mixto era delito tuvo una intensa repercusión en las Leyes de Nuremberg. En la década de 1930, casi treinta estados norteamericanos tenían leyes contrarias al mestizaje en sus códigos, prohibiendo en algunos casos a los asiáticos, así como a los afroamericanos, casarse con blancos. Los nazis copiaron con empeño las leyes norteamericanas contra el mestizaje. Las Leyes de Nuremberg, que seguían el modelo norteamericano, ilegalizaron los matrimonios entre judíos y no judíos.
Hay un aspecto en el que las leyes raciales norteamericanas demostraron ser demasiado severas para los nazis. En Norteamérica, reinaba la regla de “una gota”. A menudo, se te consideraba negro sólo con tener una dieciseisava parte de sangre negra. Pero la propuesta de los Nazis de línea dura de definir a los alemanes con un abuelo judío como judíos no se aprobó en Nuremberg. Por el contrario, a quienes eran judíos en una cuarta parte, o incluso medio judíos, se les trataba con relativa indulgencia. Los Mischlinge, medio judíos, podían contabilizarse como arios, a menos que fueran religiosamente observantes o estuvieran casados con un cónyuge judío.
El tratamiento norteramericano del derecho al voto era también crucial para el programa de los nazis. Hitler se proponía convertir a los judíos alemanes en residentes sin ciudadanía que carecerían del voto, así como de otros derechos. En Mein Kampf proponía una división tripartita entre Staatsbürger (ciudadanos), Staatsangehörige(nacionales) y Ausländer (extranjeros). Los Estados Unidos ya disponían de esa división cuando se trataba de ciertos grupos étnicos, principalmente los afroamericanos, la mayoría de los cuales no podía votar en el Sur. Los sureños blancos veían a los negros del modo en que los nazis veían a los judíos, en palabras de Whitman, como una “‘raza extranjera’ de invasores que amenazaba con ‘tomar la delantera’”. Al jurista nazi Heinrich Krieger le entusiasmaba en particular, en un artículo de 1934, que los EE.UU. privaran del derecho al voto no sólo a los negros sino también a los chinos. Detlef Sahm, otro jurista, aplaudía la denegación del voto a los indios norteamericanos, e hizo notar que de acuerdo con la ley norteamericana, los filipinos, igual que los chinos, eran nacionales sin ciudadanía.
Los nazis no sólo se mostraban entusiastas con el contenido de las leyes raciales norteamericanas, también abrazaban su base de Derecho consuetudinario (“common law”). Erich Kaufmann, un profesor de Derecho, judeo-alemán y derechista, que sobrevivió escondido los años de la guerra, alababa en 1908 la forma en que las decisiones legales norteamericanas, con su “riqueza de vida e inmediatez”, por oposición al rígido código de Derecho Civil que guiaba la jurisprudencia alemana, respondía a “las intuiciones legales vivas del pueblo norteamericano”.
Treinta años más tarde, el atisbo de Kaufmann lo recogerían los nazis que consideraban el Derecho consuetudinario, que incorpora las poderosas intuiciones de la gente, como forma de legislar sobre prejuicios raciales. Es verdad, reconocían, que no existía una definición biológica sólida de la judeidad, pero los instintos antisemitas del pueblo eraN, sin embargo, corrrectos. Roland Freisler, uno de los juristas nazis más radicales y despiadados [y juez principal de los conspiradores del atentado contra Hitler del 20 de julio de 1944], escribió:
“Creo que cualquier juez contaría a los judíos entre la gente de color, aunque por fuera parezcan blancos…Así pues, soy de la opinión de que podemos proceder con el mismo primitivismo que emplean estos estados norteamericanos. Un estado incluso afirma simplemente: ‘gente de color’. Ese procedimiento sería tosco, pero suficiente”.
A Freisler le gustaba el racismo del Derecho consuetudinario norteamericano, con (en palabras de Whitman) “su modo legal llevadero, no concluyente, de lo-entiendo-cuando-lo- veo”. No hacían falta definiciones científicas de raza; el prejuicio popular era más que suficiente para proseguir. La experiencia norteamericana lo decía todo: el racismo a lo Jim Crow [símbolo de las leyes discriminatorias del Sur norteamericano tras la Guerra Civil] era realismo legal, enraizado en los sentimientos del pueblo.
Otros juristas nazis, como Bernhard Lösener, atacaban la defensa del enfoque de Derecho consuetudinario. Se quejaban de que a los jueces no se les permitía hacer juicios basados en intuiciones raciales cuando no tenían forma científica de determinar lo que era judío. “Vagos sentimientos de odio a los judíos” no eran suficientes, insistía Lösener, defendiendo la postura de que de que el antisemitismo precisaba una sólida base de “ciencia” racial. Lösener representaba un aspecto de la ideología nazi, el énfasis en los hechos rigurosos y científicos acerca de la raza y el caracter de los pueblos; el otro aspecto era la improvisación de nuevas reglas para promover el poder alemán. Acabó ganando la improvisación: la falta de claridad respecto a quien contaba como judío permitió a los nazis durante la guerra lo mismo usar a los Mischlingeque asesinarlos si era necesario.
Los nazis eran conscientes de que Norteamérica se gobernaba de acuerdo con principios igualitarios y liberales. Pero señalaban que hacíamos excepciones para con nuestro ideal basadas en la raza. Norteamérica demostraba, en palabras del profesor de Derecho Herbert Kier, que “la fuerza elemental de la necesidad de segregar a los seres humanos de acuerdo con su ascendencia racial se deja sentir incluso cuando una ideología política se interpone en su camino”. Hitler rendía homenaje a Norteamérica en Mein Kampf por su evangelio de movilidad social, sobre la base de que el nazismo era un proyecto de igualdad de oportunidades para los arios. Hasta finales de los años 30, el New Deal de Roosevelt gozó de popularidad entre los nazis. El presidente, declaraban, había asumido poderes dictatoriales con el fin de impulsar las perspectivas de todos los norteamericanos blancos, a la vez que la segregación continuaba en vigor en el Sur.
En sus páginas finales, Whitman sugiere que vale la pena reflexionar sobre la aprobación por parte de los nazis de la cultura legal norteamericana. El gusto norteamericano por el Derecho consuetudinario, que se considera habitualmente señal de nuestro enfoque pragmático y flexible en la toma de decisiones legales, puede también consagrar prejuicios populares. Estados de ánimo populares como el afán por mostrarse duros con la delincuencia o con los inmigrantes ilegales pueden portar las semillas del fanatismo autoritario.

David Mikics
Tablet Magazine / Sin Permiso

David Mikics autor recientemente de Bellow´s People: How Saul Bellow Made Life Into Art, además de Slow Reading in a Hurried Age, The Annotated Emerson, The Art of the Sonnet y A New Handbook of Literary Terms, es profesor de Inglés en la Universidad de Houston, Texas.
Fuente original: Tablet Magazine, 20 de marzo de 2017
Traducción: Lucas Antón

miércoles, 27 de diciembre de 2017

El Frente Amplio uruguayo le hace un guiño a los empresarios nacionales y extranjeros




En la foto: Tabaré Vázquez junto al presidente golpista de Brasil, Michel Temer

La llegada de la derecha al gobierno en varios países de la región, luego del desgaste y agotamiento de los gobiernos progresistas, encuentra a un Uruguay gobernado por un Frente Amplio que intenta mostrarse como una opción segura y confiable para las patronales y la oligarquía financiera.

La corrupción golpea a todos los partidos

En este año el tema de la corrupción atravesó a todos los principales partidos del país.
El caso de Francisco Sanabria, quien aportó importantes sumas a las campañas del Partido Colorado, con el Cambio Nelson y los cheques sin fondos; y la estafa en el Fonasa en la que estuvo involucrado el edil Álvaro Puerto de Canelones, del Partido de la Gente pero con pasado en el Partido Nacional, fueron los primeros del año.
Luego se sumaron los casos de Sendic con el affaire Ancap, que le costó su puesto al vicepresidente, y el del intendente de Soriano del Partido Nacional Agustín Bascou, mostrando como los privilegios y las sospechas de corrupción salpican a todos los partidos.
Ladrones de guante blanco o políticos que se aprovechan de sus privilegios ya no son solo patrimonio de los partidos tradicionales. En su integración al régimen político, el Frente Amplio también ha incorporado estas conductas, de los que en sus comienzos proclamaba encontrarse ajeno.
Con su acceso a cargos de gobierno y gestión vinieron también un buen número de arribistas y políticos que se aprovechan de sus cargos para obtener beneficios personales. Todos comparten también los grandes sueldos y prebendas, los beneficios que da el régimen por gobernar favoreciendo el status quo.

Austeridad y “prudencia” ante las necesidades populares

El reclamo de los “cincuentones” y la respuesta de un sector del gobierno, con Astori a la cabeza, mostró también cuales son los límites del Frente Amplio ante los reclamos populares.
A la ya terrible situación de jubilados, presentes y futuros, se le suma en este caso las consecuencias que viven los llamados cincuentones como resultado de la privatización de la seguridad social implementada por blancos y colorados en el pasado ( y que el Frente Amplio continuó).
Ante los crecientes reclamos, el ministro Astori prioriza la “responsabilidad” y se niega a resolver esta clara inequidad. La opción para el equipo económico, y por extensión para todo el gobierno, es clara: privilegiar los acuerdos con los organismos multinacionales, cuidar el grado inversor y hacer buena letra con el capital financiero.
En las tensas negociaciones para que el “astorismo” votara algún tipo de solución para los “cincuentones”, el mismo Astori fue capaz de utilizar como arma de presión una eventual renuncia a su cargo en el gobierno, una muestra clara del compromiso del ministro con el capital.
La falta de respuestas y soluciones también se vio en relación a los cierres de empresas, Fanapal, Molino Dolores, Molino Florida, Foto Martín son solo algunos de los ejemplos, con sus secuelas de despedidos y pérdidas de fuentes laborales.
El modelo de bajos salarios y magras jubilaciones (mientras dejan intactas las jubilaciones militares de privilegio), acompañado de aumentos de tarifas de los servicios básicos que atacan el poder adquisitivo de trabajadores y pueblo, se complementa con los avances privatizadores que se verifican en distintas áreas.
Los trabajadores del Banco República continúan su lucha contra el cierre de sucursales y el achicamiento del Banco; política que deja importantes negocios financieros en manos de privados y que a la vez terceriza y precariza a los trabajadores del sector.
A estos ataques en marcha se le suman proyectos como los de UPM y la sanción de la Ley de Riego. Ambas iniciativas están hechas a medida de las multinacionales; en su afán por atraer inversiones no tienen empacho en acceder a todos los requerimientos y chantajes de las empresas internacionales ni poner en peligro el medio ambiente y la salud de la población.
La primarización de la economía y la apertura al capital internacional se conjuga con los avances en la flexibilización laboral (el acuerdo con UPM es un buen ejemplo), el modelo de PPP (participación público-privada) y también con la reforma de las jubilaciones que anuncian para el futuro.

Seguridad y control social

Para sostener este modelo, que tarde o temprano implicará ataques más profundos a las condiciones de vida de los trabajadores y el pueblo, continúan con su política de fortalecer y agrandar el aparato represivo y de endurecer códigos y leyes.
El decreto antipiquetes firmado a principio de año, intenta reprimir la protesta social y la resistencia popular que pueda generarse mientras que el endurecimiento de penas para adolescentes que trae las reformas del código penal son ejemplo de las respuestas para las víctimas del ajuste y la miseria que propone el gobierno.
La impunidad para los crímenes de la dictadura legitima también el aparato represivo; la política del olvido y la reconciliación intenta represtigiarlo para cuando sea necesario utilizarlo.

¿Y la Central Sindical?

Todo este paquete de medidas contra los trabajadores, las presentes y las que se anuncian para el futuro solo pueden avanzar si cuentan con el apoyo de los dirigentes sindicales. El PIT-CNT no tiene independencia política y prioriza la defensa del gobierno antes que las necesidades de los trabajadores.
Paros aislados, declaraciones de apoyo al gobierno, ausencia de planes de lucha discutidos democráticamente son las propuestas del PIT-CNT.
Conflictos como los de Ancap, resuelto con decreto de esencialidad por parte del gobierno, o los de la Spezia e Impresora Polo, en los que los trabajadores lucharon por sus fuentes de trabajo, solo pueden triunfar si la dirección del movimiento obrero toma seriamente estas luchas para apoyarlas y rompe con su política de apoyo al gobierno.
En cambio, la política de la dirección mayoritaria del PIT-CNT ha sido la de montar un discurso contra las reformas regresivas y ataques a los trabajadores por parte de los gobiernos de derecha de la región, como son el caso del golpista Temer en Brasil y Macri en Argentina. Pero este discurso, lejos de preparar a los trabajadores para organizarse y defender sus conquistas, busca encolumnarlos y cerrar filas con el proyecto frenteamplistas para nuevamente “cerrarle el paso a la derecha”.
Lamentablemente la política del callejón sin salida de la conciliación de clases es la que termina abonando el retorno de las viejas derechas “aggiornadas” con nuevos discursos y formas, pero de contenido igualmente reaccionario. Este retorno se basa centralmente en un discurso demagógico alrededor de los grandes problemas sociales que los gobiernos centroizquierdistas no pudieron resolver: la tenencia y concentración de la tierra, los bajos salarios, la precarización laboral, y la toma y pago de deuda externa que configuran negocios excepcionales para los grandes pulpos financieros, a la vez que incrementa las penurias de los sectores más vulnerables de la población. La estructura económica de los años neoliberales en su mayor medida prosigue intacta.

Hernán Yanes
Damián Recoba

A 78 años de la Batalla del Río de la Plata




El Graf Spee en Montevideo

En diciembre de 1939, a poco de comenzada la Segunda Guerra Mundial, el acorazado alemán Graf Spee se hundía frente a las costas de Montevideo, en una zona totalmente alejada del terreno de batalla.

La llamada "Batalla del Río de la Plata" aconteció el 13 de diciembre de 1939, cuando los buques británicos Exeter, Ajax y Achilles se encontraron frente a las costas de Punta del Este con el acorazado Graf Spee, uno de los más rápidos del mundo. La nave alemana que resultó dañada ingresó al puerto de Montevideo. El Ajax y el Achillers que también fueron afectados, decidieron retirarse de la zona de conflicto.
El acorazado Graf Spee fue construido en 1934, tras sus gemelos Admiral Scheer y el Deutschland. Había sido planificado para eludir las condiciones del Tratado de Versalles, que prohibía a Alemania tener navíos superiores a 10.000 toneladas.
Con una tripulación de 1.150 hombres, el 21 de agosto de 1939 el acorazado partió del puerto de Wilhelmshaven, en el norte de Alemania. Su función fue apostarse en el Atlántico Sur durante los primeros meses del conflicto bélico , su hundimiento fue seis kilómetros al noroeste de la escollera Sarandí de Montevideo.
Durante su recorrido el Graf Spee tuvo enfrentamientos con otros buques. El 20 de septiembre, halló cerca de Pernanbuco al vapor inglés Clement con carbón y petróleo, siendo su primera víctima. Los hechos fueron los siguientes. Hans Langsdorff telegrafió al mercante la orden de silenciar su radio, si no, abriría fuego.
El capitán del vapor acató la orden y los alemanes enviaron a la “Tripulación de Presa” a ocupar la nave. Para confundir a los ingleses, los alemanes llevaban gorras con el nombre del acorazado Admiral Scheer. Así los marineros del Clement (que fueron enviados a tierra en chalupas) dijeron que les había atacado el Scheer, en vez del Spee.
Mientras el Graf Spee seguía su curso, el Almirantazgo inglés, comunicó sobre la presencia en el mar de una nave corsaria. Toda la flota inglesa se puso en estado de alarma, pero sus órdenes eran muy ambiguas, sabiéndose que solo una o más naves corsarias están en el Atlántico. Ninguno de los barcos hundidos comunicó su posición en el momento del ataque. La estrategia de Langsdorff de modificar todo el tiempo el nombre del barco le funcionó.
Ante esa situación, las autoridades británicas se vieron obligadas a comenzar una gran operación de rastreo. Para eso recurrió a todas las unidades disponibles y desplazando hacia el Atlántico a la Flota del Mediterráneo, el Almirantazgo organizó a nueve grupos de búsqueda, confiando a cada una, un sector del Océano. Pero era buscar una aguja en un pajar. La búsqueda duró meses.
El Graf Spee surgía en los lugares más inesperados. Por otro lado era muy fácil para los alemanes escabullirse de los británicos, pues en esa época, casi todos los buques funcionaban con carbón, por lo que a la menor señal de humo en el horizonte, el Graf Spee se retiraba a otro lugar. Su seguridad dependía de que los alemanes consiguieran que los barcos capturados no solicitaran auxilio por radio. Pero fue el Doric Star el que lanzo la señal: RRR (que en cifrado significa "Somos atacados por una nave enemiga").
Los ingleses elaboraron cálculos muy complicados para tratar de dilucidar los movimientos del acorazado. Se estimaba que posiblemente se encontraba a unas 3000 millas de distancia y que podía llegar al Río de La Plata hacia el 13 de diciembre.
En ese sentido sin tener certezas salvo presunciones el Comodoro Henry Harwood ordenó a sus navíos (el HMS Exeter, el HMS Ajax y el HMS Achilles) ubicarse en aquella zona. El 13 de diciembre, a las 06:14, el Graf Spee llegó a su cita, divisando inicialmente a la flota británica. Sonó la alarma, y los hombres corrieron a sus puestos de combate. El primer error del Comandante Langsdorff fue tomar a las naves inglesas, no como cruceros sino como destructores y se lanzó a toda velocidad contra el enemigo.
La estrategia inglesa a partir de tener varios navíos fue ponerse en semicírculo para evitar los más posible el fuego directo del acorazado alemán en un solo ángulo. El Graf Spee hizo el ataque de acuerdo a lo que esperaban los ingleses es decir esparciendo su fuego a diferentes posiciones.
Si bien los primeros momentos de la batalla el Graf Spee logró doblegar a los navíos alemanes, no pudo sostener la intensidad de sus ataques. A esto hay que agregarle que el comandante Langsdorff fue herido en la cabeza al inicio de la batalla. Esto pudo haber disminuido su capacidad de juicio en un contexto complicado.
Hacia las 10:00 de la mañana el acorazado se retiró de la batalla y se dirigió al estuario del Río de la Plata, pero en todo momento fue seguido por los Cruceros HMS Ajax y los HMS Achilles, que no querían perder de vista a su enemigo hasta la llegada de refuerzos...
El acorazado entró en Montevideo a la 11:00 de la noche del miércoles 13 de diciembre de 1939. Londres envió la indicación que le fueran concedidas al Graf Spee solo 24 horas de asilo conforme a la Convención de la Haya de 1907. La misma sostiene que “en tiempo de guerra un navío beligerante no puede estar más de 24 horas en un puerto neutral, a menos que tenga daños que la impidan lanzarse a la mar”.
La idea del acorazado alemán eras pedir 15 días para reparar la embarcación. Berlín quería evitar que se filtre la información de los serios daños de Graf Spee. En este sentido era incongruente esconder los daños y pedir, a la vez, 15 días para repararlo. El 14 de diciembre el embajador ingles modificó su estrategia apoyando al comandante alemán en su petición de asilo. La idea era dejar al acorazado hasta el día 20 (porque en esas fechas el acorazado HMS Renown y el portaaviones HMS Ark Royal llegarían a las cercanías del Río de la Plata).
Por otro lado la batalla diplomática era más intensa. Langsdorff y el embajador alemán en Montevideo se comunicaban constantemente con Berlín. Llegaban órdenes y contraórdenes, y Langsdorff no ocultaba su nerviosismo. Empezaba a comprender que había cometido un gran error al refugiarse en un puerto neutral. El encuentro diplomático le resultaba más peligroso que una batalla naval. Ahora corría el riesgo de perder su barco sin disparar un solo cañonazo.
La estrategia de los ingleses era sobredimensionar la presencia de buques ingleses en la zona. Langsdorff creyó en esa versión a pesar de que las informaciones que llegaban desde Berlín decían lo contrario. Si Langsdorff hubiese escuchado las noticias que le llegaban de Berlín y zarpaba, probablemente hubiera logrado superar el modesto obstáculo representado por los tres pequeños cruceros.
A las 19:30, el acorazado se dirigió a la salida del puerto, pero se detuvo inesperadamente a unas cincuenta millas de la ciudad. Pocos minutos después algunos barquitos aparecieron en el horizonte y se detienen al lado del Graf Spee para que los tripulantes abandonen el buque y se dirijan a Buenos Aires. Durante unos minutos, el acorazado quedó inmóvil en las calmadas aguas del puerto. Cuando en ese instante la nave explotó. El sonido de la explosión llegó hasta los navíos británicos que estaban preparándose para la batalla. Hubo júbilo general. El comodoro Harwood telegrafió a Londres: "Hoy muchas vidas humanas han sido ahorradas". El Graf Spee ardió durante unas horas, para luego volcarse sobre un costado posándose en un fondo de apenas 8 metros.
Paralelamente a este suceso el 20 de diciembre, se encontró al capitán de navío Hans Langsdorff muerto en su habitación del Hotel de Inmigrantes en Buenos Aires. Se había envuelto en la bandera alemana. Con anterioridad había escrito una carta, dirigida al embajador de Alemania en Buenos Aires, que decía:
“Después de haber luchado largo tiempo, he tomado la grave decisión de hundir el acorazado Admiral Graf Spee, a fin de que no caiga en manos del enemigo. Estoy convencido de que, en estas circunstancias, no me quedaba otra resolución que tomar después de haber conducido mi buque a la trampa de Montevideo. En efecto, toda tentativa para abrir un camino hacia alta mar estaba condenada al fracaso a causa de las pocas municiones que me quedaban. Una vez agotadas esas municiones, sólo en aguas profundas podía hundir el buque a fin de impedir que el enemigo se apoderara de él. Antes de exponer mi navío a caer parcial o totalmente en manos del enemigo, después de haberse batido bravamente, he decidido no combatir, sino destruir su material y hundirlo... Desde un principio he aceptado afrontar las consecuencias que implicaba mi resolución”.

Darío Brenman

martes, 26 de diciembre de 2017

Regalo de Navidad




Regalar a alguien un arma en esta época del año puede parecer extraño, menos para los estadounidenses. Estadísticas del FBIsugieren que diciembre es el mejor mes para las ventas de armas en Estados Unidos

Desde pequeño, allá en la casita de campo, en mi Barajagua natal, recuerdo la Navidad como fecha de paz, armonía, amor y regalos —acorde con las posibilidades de cada quien–, pero siempre regalos de afecto y solidaridad humana.
Pero resulta que ahora la vida me sorprende cuando leo que en Estados Unidos, que debiera ser el país más solidario y pacífico del planeta —por sus grandes recursos, que alcanzan para hacer realidad la ayuda a otros—, un regalo de Navidad muy de moda es el arma de fuego.
Una extensa narración de BBC Mundo, me motivó esta reflexión.
La citada crónica se generó en una tienda de armas de Virginia, llamada Arsenal Blue Ridge. Allí, describe el autor, brilla un árbol de Navidad mientras se escucha música —cuando se puede— debido al ruido de los disparos en el polígono de prueba.
En el propio lugar, las luces de Navidad no son las típicas de la fecha, están hechas con cartuchos de bala… como para que no falte ningún ingrediente bélico a esta celebración, que según la tradición religiosa debía ser de paz y amor.
Resulta que, de acuerdo con estadísticas del FBI, es diciembre el mes en que más armas se venden en Estados Unidos.
Recordemos que en ese país hay más de 200 millones de armas en manos de la población.
El cronista de BBC destaca que según Mark Warner, representante de ventas de este comercio, la razón por la que se elevan las ventas de armamentos en este mes es por la costumbre de regalarlas por las Pascuas.
Describe Warner que «vinieron clientes que son marido y mujer. Él compró un bolso para su esposa y ésta le obsequió con un arma de fuego».
Otro caso relatado en el propio texto es el de Patrick Hudgens, quien planea comprarle a su hijo de 16 años un rifle de caza para las celebraciones. Está mirando uno con acción de palanca 357 que cuesta 525 dólares. Si finalmente lo adquiere, será la «cuarta o la quinta» vez que le regale un arma a su hijo en esta fecha o en su cumpleaños.
Patrick le enseñó a su pequeño a disparar con pistola de aire comprimido cuando tenía seis años. Después de «profundizar en cómo disparar de manera segura», evolucionó hacia otras armas más potentes.
Luego enfatiza: «Fue parte de mi crecimiento, y del de mi padre, y del de su padre. Es una tradición en nuestra familia. Es muy divertido, una gran experiencia de unión».
En el caso de Mark, dice estar muy feliz de que sus hijas, unas gemelas de 17 años, sepan disparar y tengan armas que las acompañen. Y justifica el hecho con aquello de que «para mí, disparar es algo con lo que crecí».
Mark dice que cuando unos padres le compran a su hijo un arma como regalo de Navidad, generalmente es un rifle. «El 99% de las veces es para la práctica de tiro. Es emocionante ver a un niño acertar en la diana una y otra vez y ver ese brillo en su rostro».
¿Entonces —se pregunta el cronista de la BBC—no hay nada extraño en envolver un arma y dejarla bajo del árbol de Navidad?
Salgo de mi éxtasis periodístico y me percato de que lo que estoy leyendo en Cuba no es ficción ni nada parecido, sino la realidad de hoy mismo, Día de Navidad, en ese país que se llama Estados Unidos, al que todavía muchos miran y añoran como país rico, muy desarrollado… pero carente de valores fundamentales. Son decenas de miles los que mueren debido a esa locura de permitir y estimular que cada ciudadano porte un arma de fuego y… que Navidad sea una buena fecha para regalarla, alejándose totalmente del sentido de la celebración.

Elson Concepción Pérez | internet@granma.cu

lunes, 25 de diciembre de 2017

Perú: un régimen entero en el banquillo




El presidente peruano Pedro Pablo Kuczynski evitó -por escaso margen- su destitución por parte del Congreso por “incapacidad moral”. El fujimorismo, principal bancada parlamentaria, lo acusó de favorecer a Odebrecht, mientras era ministro de economía del entonces presidente Alejandro Toledo, a cambio de contratos con consultoras ligadas a él por alrededor de 5 millones de dólares. Y de mentir públicamente acerca de esos vínculos.
En su defensa, Kuczynski denunció un intento de golpe de Estado y la vulneración de un debido proceso. Aunque cuenta con sólo 18 diputados propios, se opusieron también a la destitución una fracción del fujimorismo, encabezada por Kenji Fujimori, y Nuevo Perú, uno de los dos bloques de la izquierda en el Congreso. A favor de la medida votó el grueso del bloque fujimorista, liderado por la ex candidata presidencial Keiko Fujimori (que según algunos está enfrentada a su padre), así como también el partido del ex presidente Alan García y la bancada del Frente Amplio. Pero los partidarios de la destitución no alcanzaron los votos necesarios para sacar del ruedo al presidente.
Kuczynski evitó su destitución pero se encuentra seriamente debilitado. Viene de reestructurar su gabinete en septiembre y todo indica que tendrá que hacerlo ahora nuevamente. En su llamado a la “reconciliación”, luego de la votación en el Congreso, se anticipan nuevas concesiones y acuerdos con el fujimorismo. Entre ellos, la posible liberación de Alberto Fujimori, el ex dictador que purga una condena por corrupción.
La crisis afrontada por Kuczynski, un hombre del capital financiero, pone en duda si podrá llevar a buen puerto el paquetazo de reformas antiobreras, semejantes a las emprendidas en Brasil y Argentina (reforma laboral, educativa, etc.).

Que se vayan todos

Las ramificaciones peruanas del escándalo Odebrecht van mucho más allá de Kuczynski. Envuelven, por coimas y financiamiento ilegal de campañas políticas, a tres ex presidentes –Alejandro Toledo, Alan García y Ollanta Humala- y a Keiko Fujomori. También a la ex alcaldesa centroizquierdista de Lima. Odebrecht habría efectuado sobornos por 29 millones de dólares para quedarse con obras de infraestructura. Entre ellas, algunas muy importantes como la construcción de la carretera Interocéanica Sur. Durante diez años, Odebrecht participó en obras por 10 mil millones de dólares.
Detrás de esta crisis se desenvuelve una puja regional de negocios en que el imperialismo busca retomar posiciones. El conjunto del régimen político está golpeado y también la burguesía nacional, ya que han caído cinco empresarios de compañías nativas asociadas a Odebrecht en las obras, entre ellos José Graña Miró Quesada, que fue hasta hace poco líder de la principal constructora del país y que tiene parte del paquete accionario del diario El Comercio.
Todo esto ha acentuado el descrédito del régimen político. Kuczynski cuenta con una aprobación que apenas llega al 18% y lo mismo ocurre con el Congreso. En los últimos días se han producido importantes movilizaciones en varios puntos del país bajo la consigna “que se vayan todos los corruptos”. La convocatoria cuestiona la corrupción de los últimos gobiernos, incluyendo al actual, y rechaza la ofensiva golpista del fujimorismo. Aunque se trata de un planteo circunscrito a la corrupción, desligado de un planteo claro contra las reformas antiobreras, y a que propulsa un “frente ciudadano” (La República, 20/12), o sea de conciliación de clases, el carácter masivo de las protestas refleja un hondo malestar popular.
A esto debe añadirse que la clase obrera ha enfrentado las medidas del gobierno. Los maestros peruanos desarrollaron este año una extraordinaria huelga de más de dos meses contra una reforma semejante al Plan Maestro argentino, que incluso desbordó a la burocracia del Sutep (en manos del PC-Patria Roja). Los trabajadores de la salud pararon 40 días en defensa de su escala salarial, y también hubo luchas entre los mineros contra la ley Pulpín, símil de la ley de primer empleo de Triaca.

Asamblea constituyente

La izquierda y centroizquierda peruana se ha dividido frente a la crisis política. El Frente Amplio, que obtuvo el 18% de los votos en las últimas elecciones, pero que hizo seguidismo a Kuczinski en la segunda vuelta en nombre de evitar el mal mayor fujimorista, sufrió una considerable escisión encabezada por su candidata Verónika Mendoza, que se llevó 10 de los 20 diputados que consagró la coalición.
Pese a la votación divergente sobre la destitución del presidente, ambos reclaman una asamblea constituyente, pero concebida meramente como un rescate del actual régimen político y social.
La clase obrera, hasta el momento, está ausente como factor político autónomo en el actual proceso político. La independencia política frente a las salidas capitalistas en danza es el punto de partida para que los trabajadores empiecen a terciar en la actual crisis política en desarrollo.

Gustavo Montenegro

domingo, 24 de diciembre de 2017

¿Por qué se celebra el nacimiento de Jesús el 25 de diciembre?




La celebración de la Nochebuena y la Navidad fueron instituidas por la Iglesia Católica de occidente en el año 354 durante el papado de Julio I, si bien fue el emperador Justiniano en 529 quien emplazó ese día festivo en el calendario. La fecha no fue seleccionada al azar sino que tiene un origen pagano, derivado del culto de Mitra (el dios del sol de los persas durante los siglos VII y VI anterior a nuestra era), en la cual los pueblos indoeuropeos solían celebrar el solsticio de invierno, la noche más larga del año, que preanunciaba el próximo retorno del sol tras el frío del invierno. De esa manera, la Iglesia Católica asimiló esa celebración tan antigua que remitía al nacimiento del sol resemantizándola, haciéndola coincidente con el nacimiento de Jesús, trazando así su relación con el cristianismo primitivo con el objetivo de legitimarse, aspecto registrado en numerosas ocasiones en la historia, particularmente en períodos de crisis. No resulta casual que el papa Francisco haya seleccionado su nombre aludiendo al franciscanismo, la orden que sostenía el retorno al cristianismo primitivo a partir de la comunidad de fieles, que rápidamente terminó absorbida en la pompa y el boato de la curia. Sin embargo, la enunciación de esa relación de continuidad está viciada de imposturas, pues la formación de la Iglesia y el desarrollo del cristianismo primitivo responden a fenómenos históricos distintos, animados por diferentes clases sociales, movilizadas por distintos motivos.
Si bien no existe ninguna evidencia histórica real de la existencia de Jesús y los apóstoles, pues el Evangelio de San Marcos (el más antiguo de los Evangelios) fue escrito casi un siglo después, el cristianismo primitivo hundió sus raíces sociales en los padecimientos de los campesinos judíos pobres expropiados por el Imperio Romano. Separados del Rabinato y del judaísmo ortodoxo, esos campesinos se organizaron en infinidad de sectas heréticas como los esenios, los celadores o zelotes, los saduceos, los fariseos, etc., enfrentadas con los reyes Herodes y Agripa, la realeza judía y el Imperio Romano, que imponía el cobro de fuertes tributos en sus provincias, conduciendo a la miseria más absoluta a las franjas más desposeídas. El filósofo judío Filón de Alejandría describía a los esenios como aquellos que “carecen de propiedades, casas, esclavos, tierra o ganado”. Esta secta practicaba un comunismo primitivo o espartano, mediante la socialización de la pobreza de sus miembros, a partir de los pocos bienes de uso que poseían, organizados en pequeñas comunidades en rechazo a la plutocracia de Roma. Por otro lado, los zelotes o celadores (por su celo en Dios) constituían la secta más radical que animaba la insurrección contra Roma y sus vasallos de la realeza judía.
Durante las guerras judías del año 66 a 70, tomaron por asalto Jerusalén, aunque finalmente fueron derrotados por la abrumadora superioridad del ejército romano.
Las ideas que sustentaban el cristianismo primitivo resultaban del sincretismo entre el misticismo de los neopitagóricos, el idealismo de Platón y el rechazo del deseo contenido en Zenón y los estoicos. Esta mixtura se hallaba en abierta oposición al pensamiento greco-romano, que formaba el escalón más avanzado de la humanidad, sintetizado en las ideas materialistas de Demócrito, Epicuro y Horacio. Sin embargo el cristianismo, en tanto movimiento social, era la expresión genuina y concreta de la impotencia campesina a la superación del Imperio Romano, apoyado sobre una soldadesca brutal que arrasaba con todo a su paso, donde la redención del hombre y sus penurias sólo podían hallarse en el “reino de los cielos”. Sólo los esclavos tuvieron la capacidad potencial de proporcionar una salida superadora, que resultó imposible tras la derrota de la gran rebelión de Espartaco y su ejército de 70 mil esclavos en armas (año 71 anterior a nuestra era).
Si bien comenzó siendo un movimiento marginal, recién en el siglo III el cristianismo cobró un carácter de masas, fundado sobre la pauperización generalizada de las provincias que componían el imperio. El desarrollo de Roma llevaba la simiente de su propia crisis: mientras el imperio absorbía toda la savia de las provincias, sea en moneda o especie, no daba nada a cambio. Para garantizar ese orden era necesario el flujo constante de soldados, contratados como mercenarios. Así Roma se sostenía sobre el pillaje de los pueblos conquistados para satisfacer el lujo y excentricidad de las clases patricias romanas, llevando al marasmo a la economía del imperio, donde la institución de la esclavitud resultaba cada vez más onerosa.
Sobre la crisis del modo de producción esclavista, emergió en el siglo IV la figura de Constantino, el primer emperador romano que asimila la fe cristiana, transformándola en religión de Estado e ideología de los grandes propietarios rurales, que extienden la economía feudal basada en el régimen de servidumbre por toda Europa a instancias de los pueblos “bárbaros” germánicos. De este modo la Iglesia Católica adquiere su fisonomía actual, homogeneizando su dogma en guerra extendida en el tiempo contra las sectas heréticas, como los partidarios de Arrio, los samaritanos, el montanismo, el sabatarianismo, etc., tal como describe el cronista romano Procopio en su Historia secreta, escrita a mediados del siglo VI.
En numerosas ocasiones de la historia, las clases oprimidas recurrieron a ideas religiosas como expresión distorsionada de la lucha de clases para justificar sus acciones y constituirse en movimientos sociales, tal como el protestantismo a principios del siglo XVI que expresaba las ideas de prosperidad de una burguesía en ascenso contra el ascetismo de los príncipes de la Iglesia Católica que formaban parte de los terratenientes de la aristocracia feudal.
A diferencia de los teólogos y sus ideas trascendentales de religión, los socialistas revolucionarios comprendemos la realidad a partir de los hombres de carne y hueso y las relaciones que contraen para producir sus medios de vida. Del mismo modo en que los hombres producen también un determinado modo de vida basado en valores, costumbres y un sistema de creencias materializado en instituciones que naturalizan y justifican mediante un sentido común la dominación de las clases propietarias por sobre las clases desposeídas, garantizando el orden establecido. La crítica implacable a la religión (en sus diversas formas) es una tarea ineludible de los obreros conscientes para develar las cadenas de la esclavitud asalariada de este sistema, una condición necesaria para avanzar hacia la emancipación de la humanidad en una sociedad sin explotadores ni explotados.

Miguel Raider

FIdel y el día en que se proclamó la hazaña del pueblo de Cuba

Era sin duda una hazaña de naturaleza educacional y cultural debido a que nunca antes ni después un pueblo alguno eliminara el analfabetismo, en apenas un año, e involucrando a miles de alfabetizadores surgidos de sí mismo, por demás en un periodo convulso por las agresiones de EE.UU.
Existen fechas que por su significación para un país marcan un hito en la historia de un pueblo por los hechos o acontecimientos concretos que las representan. Si a ello se une la realidad que los mismos son singulares y excepcionales en el mundo, estos acontecimientos pasados se convierten en paradigmas de los cambios sociales que conservan su vigencia en el presente y futuro de la mayoría de los países.
Una de las metas particulares de los países que concita los esfuerzos de las sociedades la constituye la eliminación del analfabetismo, que es una condición que afecta a más de 100 millones de niñas y niños y a más de 800 millones de adultos en el planeta, a los cuales habría que añadir los millones de analfabetos funcionales. Esta realidad lacerante se mantiene a pesar de que la UNESCO declarara el 8 de septiembre como el Día Internacional de la Alfabetización y se estableciera la década 2003-2012 como “la década de la alfabetización”.
Pienso que tal vez la mejor fecha para reflejar la lucha por la alfabetización de los pueblos debió ser el 22 de diciembre, ya que en esa fecha del año 1961 se produjo la declaración de Cuba como primer territorio libre de analfabetismo, en acto presidido por Fidel. Era sin duda una hazaña de naturaleza educacional y cultural debido a que nunca antes ni después un pueblo alguno eliminara el analfabetismo, en apenas un año, e involucrando a miles de alfabetizadores surgidos de sí mismo, por demás en un periodo convulso por las agresiones de EE.UU.
Fue precisamente en los inicios de la campaña de alfabetización que ocurrió la invasión de las tropas mercenarias por Playa Girón, organizada, financiada, y dirigida por el gobierno estadounidense, y que fuera derrotada en menos de 72 horas, del 17 al 19 de abril. Este hecho también constituyó una proeza político militar, ya que por primera vez se infligió la primera derrota del imperialismo en América.
Fidel anunció al pueblo de Cuba el inicio de la campaña de alfabetización en el discurso del 29 de agosto de 1960 en la graduación del primer contingente de Maestros voluntarios. Dijo que “el año que viene, vamos a la batalla contra el analfabetismo. El año que viene tenemos que establecernos una meta: liquidar el analfabetismo en nuestro país.”
Posteriormente, el 26 de septiembre de 1960, dio a conocer al mundo este propósito en su discurso en la Asamblea General de la Onu. Allí expresó: “ Treinta y siete y medio por ciento de nuestra población era analfabeta, no sabía leer ni escribir; el 70% de nuestra población infantil rural no tenía maestros.
El Gobierno Revolucionario, en solo 20 meses, ha creado 10 000 nuevas escuelas, es decir, en tan breve período de tiempo se ha duplicado el número de escuelas rurales que se habían creado en 50 años. Y Cuba es hoy ya el primer país de América que tiene satisfechas todas sus necesidades escolares, que tiene un maestro hasta en el último rincón de las montañas. Las fortalezas militares más importantes albergan hoy decenas de miles de estudiantes, y, en el próximo año, nuestro pueblo se propone librar su gran batalla contra el analfabetismo, con la meta ambiciosa de enseñar a leer y escribir hasta el último analfabeto en el próximo año, y, con ese fin, organizaciones de maestros, de estudiantes, de trabajadores, es decir, todo el pueblo, están preparándose para una intensa campaña y Cuba será el primer país de América que a la vuelta de algunos meses pueda decir que no tiene un solo analfabeto.”
Sin duda, había una fuerte motivación de todo el pueblo por erradicar uno de los problemas más grandes y sensibles que arrastraba desde la época colonial.
Las fuerzas participantes: se movilizaron con carácter voluntario, bajo el lema "El que sabe enseña al que no sabe", y estaba integrada por 20,000 alfabetizadores populares, 100,000 brigadistas estudiantes, 13,000 brigadistas obreros y 34,000 maestros y profesores. En fin, una fuerza de 167 mil voluntarios provenientes de todos los sectores de la sociedad.
Los resultados de la Campaña fueron: De 979,207 analfabetos censados, se logró la alfabetización de 707 202, quedando un saldo de 3,9 por ciento de analfabetismo residual sobre la población total estimada en Cuba en aquella época.
En los años posteriores se continuó la atención al analfabetismo residual y los alfabetizadores se incorporaron a los estudios de continuación de la Educación de Adultos.
Al respecto, Fidel expresó: “No nos contentaremos sólo con liquidar el analfabetismo, sino que seguiremos aprendiendo y seguiremos enseñando, seguiremos estudiando y seguiremos dándole oportunidades al pueblo para estudiar. Liquidar el analfabetismo no es más que un primer paso; después vendrán nuevos pasos, después vendrán nuevas batallas, porque nuestro pueblo tiene que proponerse estudiar, superarse, saber cada día más, para comprender cada vez mejor; estudiar cada vez más, para comprender la verdad cada vez mejor.”
Y como conclusión de los fines de esta gran proeza educacional y cultural del pueblo cubano, cabe reflejarlos a través de estas ideas cardinales de Fidel: “Los que enseñan la verdad preparan a los pueblos para comprenderla; los que enseñan la mentira condicionan a los pueblos para engañarlos. Los que defienden la explotación, los privilegios y la injusticia tratan de mantener a los pueblos en la oscuridad y la ignorancia más completa. Las revoluciones que predican la justicia, que se hacen para redimir a los pueblos de la explotación, enseñan, educan, erradican la ignorancia.”
En estas ideas se resumen los aportes de Cuba para sí misma, y los esfuerzos que ha realizado para contribuir a la erradicación del analfabetismo en otros países, a través de la creación de un método de alfabetización idóneo denominado Yo sí puedo y Yo sí puedo seguir. Ya suman millones de personas alfabetizadas por esta herramienta educacional, que en los países aplicada ha contado con la asesoría y participación de maestros cubanos.

Wilkie Delgado Correa

sábado, 23 de diciembre de 2017

Reforma o revolución: ¿diferencia de grado o disyuntiva?




¿Es cierto que la dicotomía entre “reforma” y “revolución” es una encrucijada obsoleta o, por el contrario, ésta define proyectos políticos que actúan en el presente?

El reconocido intelectual Carlos Pérez Soto, en su texto “Un programa marxista para Chile” incluido en Marxismo: Aquí y ahora, publicado en 2014 por la fundación CREA, sostiene que “la dinámica de una oposición anti burguesa y a la vez antiburocrática requiere, sin embargo, de superar un viejo atavismo ilustrado de las izquierdas clásicas: la dicotomía reforma – revolución. Se trata de una de las discusiones más estériles y más destructivas en la cultura de izquierda. Una dicotomía que ha llevado históricamente a que la izquierda discuta mucho más, y más intensamente, con la izquierda que con la derecha.”
Pérez fundamenta que quizá en “la época de la producción y la política jerárquica, en la que se tenía todo el poder o nada, esto tenía algún sentido”. Para Pérez, el poder, en la actualidad, está configurado de manera más compleja. En su visión existen una producción y un dominio en red. La apropiación de plusvalía por capitalistas y funcionarios, éstos últimos a través del aparato Estado y “las tecno estructuras del gran capital y de los poderes globales”, es lo que estructura la sociedad. Desde ahí que no sólo capitalistas, también burócratas, hacen pesar sus intereses propios, formando “una enorme red de cooptación social, que da empleo precario, a través del boleteo o de los sistemas de fondos concursables, manteniendo con eso un enorme sistema de neoclientelismo que favorece de manera asistencial a algunos sectores claves, amortiguando su potencial disruptivo, y favoreciendo de manera progresivamente millonaria a la escala de operadores sociales que administran la contención”.
El Estado central continúa actuando como un factor de dominio pero en estas coordenadas: por esa razón Pérez considera necesario “acotar las funciones del estado central sólo a la redistribución de las riquezas locales desiguales, a los grandes proyectos de infraestructura, a la gestión de las grandes fuentes de recursos naturales” y “limitar el poder del Estado central sobre todo asunto que concierna a la soberanía de las comunidades locales”.
Su visión de la dicotomía reforma o revolución como un viejo atavismo estéril y destructivo tiene que ver con una definición de la organización del trabajo como “posfordista”. "Lo esencial es que este nuevo poder -para Pérez- no requiere homogeneizar para dominar. Puede dominar a través de la administración de la diversidad. Esto hace que lo local no sea directamente contradictorio con lo global. Este nuevo dominio no necesita tener todo el poder para ejercer el poder. La dicotomía clásica, que culmina en el fordismo, da lugar a un ejercicio interactivo de poderes de primer y segundo orden. Los dominados pueden ejercer, incluso plenamente, el poder local. El poder real, el de segundo orden, consiste en la capacidad de hacer funcionales esas autonomías locales a una distribución desigual, a nivel global, tanto del poder mismo como del usufructo”.
Pérez intenta situarse por fuera de las polémicas clásicas en el movimiento marxista a la hora de pensar qué oposición y qué política construir. Rechaza lo que denomina “el principio leninista de unidad de propósito” contraponiendo un “espíritu común” en el que sería siempre erróneo pretender establecer jerarquías en las luchas, pues de ese modo se alejarían los “núcleos periféricos”. En su visión “todo revolucionario debe ser como mínimo reformista. La diferencia entre reforma y revolución es una diferencia de grado, de alcance, no de disyuntiva, y mucho menos de antagonismo. Se es reformista en la lucha por lo local y revolucionario si se la pone en un horizonte de lucha global. Se es revolucionario en la crítica radical, y reformista a la vez si se es capaz de llevar los principios de esa crítica a toda lucha local”.
Esto se traduce en el plano organizativo. Pérez rechaza el partido leninista, al que considera una “maquina fordista”. Según su visión, cuando Marx hablaba de “nuestro partido” en el Manifiesto, se refería a quienes creen que el comunismo es posible y no a un partido. Pérez no cree en un partido sino en “una gran izquierda organizada en red, que se reconozca en un espíritu común.”
A la luz de la situación política enormemente fluida que se abre en nuestro país con la nueva configuración de la superestructura política marcada por el triunfo de Piñera, la decadencia de la Nueva Mayoría y la emergencia del Frente Amplio -con una importante bancada parlamentaria- resulta pertinente referirnos a este debate. ¿La adhesión de Pérez a la órbita frenteamplista y sus apariciones junto a Movimiento Autonomista son congruentes con su noción “de una gran izquierda organizada en red, que se reconoce en un espíritu común” de la que hablaba en este texto de 2009? Quienes proponemos construir una izquierda anticapitalista de las y los trabajadores diferenciada del Frente Amplio, que aloja tanto a corrientes que ni siquiera se referencian en la izquierda como el Partido Liberal como a corrientes referenciadas más claramente en la izquierda como Nueva Democracia; ¿somos acaso la encarnación de esa distancia con una “amplia cultura del “respeto” y la “tolerancia” producto de las obsesiones puristas que para Pérez serían propias de leninistas y trotskistas?

Reforma o revolución: Luxemburgo v/s Bernstein

En el año 1900, la marxista polaca Rosa Luxemburgo publicaba lo que muchos consideran su primera gran obra política, bajo el sugerente título Reforma o Revolución. Es un texto polémico en el cual desmonta los argumentos de Eduard Bernstein que le daban más valor a las batallas parciales (movimiento) en desmedro del fin comunista (el objetivo).
Bernstein le daba fundamento a la práctica de los sectores del Partido Socialdemócrata Alemán más vinculados a la actividad parlamentaria y sindical que empujaban a la idea de que es posible ganar posiciones y conquistar reformas en el capitalismo sin necesidad de combatir por su superación. En la Introducción de la autora a su texto polémico leemos: “Entre la reforma social y la revolución existe, para la socialdemocracia, un vínculo indisoluble. La lucha por reformas es el medio; la revolución social, el fin (…) Es en la teoría de Eduard Bernstein (…) que encontramos por primera vez la oposición de ambos factores en el movimiento obrero. Su teoría tiende a aconsejarnos que renunciemos a la transformación social, objetivo final de la socialdemocracia, y hagamos de la reforma social, el medio de la lucha de clases, su fin último. El propio Bernstein lo ha dicho claramente y en su estilo habitual: “El objetivo final, sea cual fuere, es nada; el movimiento es todo” (…) Pero puesto que el objetivo final del socialismo es el único factor decisivo que distingue al movimiento socialdemócrata de la democracia y el radicalismo burgués, el único factor que transforma la movilización obrera de conjunto de vano esfuerzo por reformar el orden capitalista en lucha de clases contra ese orden, para suprimir ese orden, la pregunta “reforma o revolución”, tal como la plantea Bernstein es, para la socialdemocracia, el “ser o no ser”. En la controversia con Bernstein y sus correligionarios, todo el partido debe comprender claramente que no se trata de tal o cual método de lucha, del empleo de tal o cual táctica, sino de la existencia misma del movimiento socialdemócrata”.
¿Tiene sentido hoy hacer una dicotomía entre “movilizar para reformar el orden capitalista” o “transformar la lucha de clases contra ese orden en una lucha para suprimir ese orden”?
A decir de Luxemburgo, el “fundamento científico” del socialismo reside en tres resultados del “desarrollo capitalista”: en “la anarquía creciente de la economía capitalista que conduce inevitablemente a su ruina; a la “socialización progresiva del proceso de producción que crea los gérmenes del futuro orden social” y la “creciente organización y creciente conciencia de clase proletaria”. Bernstein opinaba que la tendencia a los monopolios y el crédito habían incorporado importantes aspectos de planificación a la economía que hacían obsoleta la teoría marxista de las crisis estructurales. Por eso, la tendencia a la socialización y la conciencia de clase creciente -tendencias que Bernstein sí reconocía- conducirían al socialismo en un proceso evolutivo carente de momentos de ruptura. Por eso, pelear por el socialismo, para Bernstein, era posible por medio de métodos estrictamente parlamentarios y sindicales. Luxemburgo polemizó analizando como esas tendencias del capitalismo implican contradicciones irresolubles si permanecemos en sus coordenadas. El crédito, que tendencialmente puede aparecer como un medio para la expansión de la producción y el consumo, para Luxemburgo, puede ser también “el medio específico que hace que dicha contradicción [entre la capacidad de extensión, el incremento de la producción y la capacidad de consumo restringida del mercado] estalle con la mayor frecuencia. En primer lugar, aumenta desproporcionadamente la capacidad de extensión de la producción y constituye así una fuerza motriz interna que lleva a la producción a exceder constantemente los límites del mercado.”

El capitalismo hoy

El capitalismo en el siglo XXI es una sociedad tan irracional como en los tiempos de Luxemburgo. La productividad del trabajo permitiría alimentar a toda la población mundial, sin embargo, todavía acontecen prácticas tan absurdas como el botar alimentos por consideraciones de lucro mientras una de cada nueve personas en el mundo -795 millones- no tienen alimentos para llevar una vida activa y saludable (según un dato del “Programa Mundial de Alimentos”). La pérdida de pujanza de la economía mundial en la última década empuja a los gobiernos y empresarios a desmantelar los restos del Estado de bienestar en Europa: hay una tendencia mundial a golpear los sistemas previsionales, con intentos de elevar la edad de jubilación, bajar las pensiones para traspasarle fondos a los empresarios, entre otras iniciativas que recorren países tan distintos como la Francia de Macron, el Brasil de Temer y la Argentina de Macri. Pareciera ser que al capitalismo mundial para resolver su crisis no le basta con el rol que ha cumplido la economía de China o los rescates estatales a los bancos en la primera etapa. Hoy se trata de golpear a la fuerza de trabajo. En medio de estas tensiones las conciencias rompen con los sentidos comunes y se abren a nuevas formas de pensar. Emergen figuras reaccionarias como Trump, al mando de la principal potencia militar y económica del mundo, fenómenos de extrema derecha y corrientes neorreformistas que al llegar al mando -como Siryza en Grecia- terminan gestionando los ajustes.
La expansión de los regímenes democráticos en el mundo -las democracias degradadas del neoliberalismo- ha ido de la mano con el perfeccionamiento de los aspectos coercitivos de las maquinarias estatales y una agresividad imperialista que vimos a inicios de siglo en las empresas yanquis contra Afganistán e Irak. La dominación “a través de la administración de la diversidad” que ve Pérez, coincide en zonas del globo con la “administración de la exclusión” como podemos ver en situaciones como la de Palestina -donde literalmente existe una gestión del espacio a manos del ejército de ocupación israelí- o el oriente bombardeado años atrás por Obama. “Los dominados pueden ejercer, incluso plenamente, el poder local”. Pero ¿qué es un poder pleno si no se controlan las principales palancas de la economía y las fuerzas militares? Las propuestas para descentralizar el poder estatal de Pérez, al estar desconectadas de la problemática de constituir organismos de poder de las y los trabajadores y oprimidos; termina separando la cuestión de la propiedad de las palancas de la economía -que para Pérez debería ser estatal como citábamos antes- de la cuestión del poder. La transformación ocurriría en esos marcos estatales sin el factor de la fuerza social activa que es capaz de doblarle la mano a la clase de la burguesía, a los grandes grupos económicos y su fuerza militar y policial.
La contraposición que hace Pérez de “una gran izquierda en red” a la concepción leninista de “partido” -que en sus textos aparece bastante caricaturizada-, buscando presentar a leninistas y trotskistas como corrientes con obsesiones puristas, elude un tema no menor: que para la tradición de la III Internacional, el problema de poner en movimiento la fuerza social de los productores y su constitución como sujetos de transformación, fue una cuestión central, directamente relacionada a la táctica del frente único y con el problema del poder. Lejos de una actuación “vanguardista ilustrada” para tomar la imagen caricaturesca que usa Pérez, Lenin y Trotsky transformaron en estrategia la divisa la emancipación de los trabajadores será obra de los trabajadores mismos: creían que era crucial “ganar la mayoría” del movimiento obrero, cuestión que sólo iba a ser posible si los trabajadores hacían una experiencia con sus direcciones reformistas y si los revolucionarios con una activa búsqueda de la unidad de acción en el terreno de la lucha de clases, apostaban a ganar su influencia por ese medio y no a través de decretos burocráticos. Eso implicaba acuerdos parciales con otras organizaciones, pero no una “unidad de la izquierda” o una “red”, como si eso tuviese un valor por fuera de la transformación de los explotados en sujeto político a través de la formación de organismos de poder y por fuera de la expansión de la influencia de los revolucionarios que tenían que demostrar en la práctica su resolución contrastándola con la de los dirigentes mayoritarios. La III Internacional puso esta problemática en el centro.
Para situar este debate en un plano más contingente, tengamos en cuenta la demanda No+AFP. ¿Es posible que los grandes grupos económicos accedan voluntariamente a terminar con las AFP o porque una “red de organizaciones de izquierda” lo plantea? No. Sólo será posible con el despliegue de la fuerza de millones en las calles. Es necesario exigirles a las organizaciones con mayor capacidad de convocatoria en la clase trabajadora, preparar paros y movilizaciones para cuando asuma Piñera, por todas nuestras demandas, como el fin de las AFP. Un trabajo parlamentario puede ser o no un engranaje de este proceso.
No basta con el horizonte comunista. La estrategia de combate también hace a la realización del objetivo. Si el centro está en transformar en sujeto revolucionario a la clase trabajadora y la táctica del frente único o la perspectiva de un gobierno de trabajadores de ruptura con el capitalismo, entonces será clave preparar un partido que desarrolle a dirigentes, cuadros y militantes capaces de encabezar los grandes choques con la maquinaria estatal, y pelear por un programa anticapitalista y de gestión obrera empezando por las principales ramas de la economía nacional. El neoliberalismo ha profundizado la explotación de la clase trabajadora. Mientras los empresarios tienen sus partidos, sus medios de prensa, sus cuadros técnicos y políticos, a la clase trabajadora la condenan a jornadas laborales interminables y salarios de hambre. La “asociación voluntaria” de quienes comparten la perspectiva comunista y una estrategia para pelear por ese fin es una necesidad. Intentar discutir con seriedad -sin caricaturas- las diferencias entre reforma y revolución, es un acto necesario después de décadas de ofensiva neoliberal.

Juan Valenzuela
profesor de filosofía - Partido de Trabajadores Revolucionarios

jueves, 21 de diciembre de 2017

Reforma previsional en Argentina: un “triunfo” pírrico en medio de una crisis política




Una victoria económica del oficialismo y un fenomenal fracaso político. El oficialismo aprobó el recorte a las jubilaciones y las asignaciones sociales. Una crisis política y una nueva etapa.

Contra viento y marea, el robo se consumó con un costo político altísimo para el gobierno de Cambiemos. El presidente Mauricio Macri logró aprobar en la cámara de Diputados el recorte de los futuros haberes jubilatorios, mutilar también las remuneraciones de las personas que reciben la misérrima Asignación Universal por Hijo (AUH) y las pensiones no contributivas. En total, 17 millones de personas verán reducidos sus ingresos en los próximos años con la nueva fórmula. El avance fue posible gracias a los ajustados votos afirmativos de 127 legisladores (117 en contra y 2 abstenciones) que pasadas las siete de la mañana de este martes emitieron su voto y dejaron en sus bancas la escasa dignidad que les quedaba (si es que les quedaba alguna). El cordobés Mario Negri, jefe de la bancada oficialista protagonizó la escena que pintó la realidad del Gobierno ante esta medida: cuando le tocaba cerrar la lista de oradores no se animó a emitir un discurso que defienda lo indefendible y solicitó pasar directo a la votación.
Los legisladores se subordinaron a la mayoría de los gobernadores peronistas u oficialistas que fueron a “garantizar” que sus diputados den quórum y aprueben el proyecto.
Con peculiares métodos "democráticos", el régimen político tomó la forma de un grupo de coaccionadores seriales: el Gobierno nacional chantajeó a los mandatarios provinciales con la amenaza de no enviar fondos ni para abonar los aguinaldos y consecuentemente provocar el incendio de sus provincias; los gobernadores se arrodillaron dóciles y apretaron a los que consideran “sus” diputados para que cumplan la orden de votar a la carta. ¿La representación del pueblo?, bien gracias.
Luego de la fallida jornada del jueves pasado, levantada obligadamente por el escándalo y la represión a mansalva a manos de Gendarmería, esta vez la coalición oficial y sus aliados decidieron seguir adelante a como dé lugar, en el marco de una movilización multitudinaria, enfrentamientos que duraron horas en los alrededores del Congreso y un tímido paro nacional de 24 hs. decretado por el triunvirato de un CGT en crisis. Por la noche, pese a la campaña demonizadora de casi todo el periodismo contra las movilizaciones de la tarde, se produjeron cacerolazos en muchos barrios de la ciudad, el Gran Buenos Aires y centros urbanos del interior del país. Una masa considerable de manifestantes llegó hasta el Congreso y se plantó hasta altas horas de la madrugada, momentos en los que se desató una nueva represión.
Esta vez la coalición oficial y sus aliados decidieron seguir adelante a como dé lugar, en el marco de una movilización multitudinaria
Como la semana pasada, durante la tarde, hubo cerca de cincuenta detenidos, decenas de personas heridas y gaseadas -incluso hasta dentro de las estaciones de subte-, por lo menos cuatro personas que perdieron un ojo y, pese a las múltiples solicitudes para que se suspenda la sesión, realizadas por una larga fila de diputados, el oficialismo continuó como si fuese una cuestión de Estado.
Y era una cuestión de Estado: “ahorrar” cien mil millones de pesos, arrancándolos brutalmente de los bolsillos de los empobrecidos jubilados y las personas que reciben la AUH, fue la primera medida que Cambiemos se jugó a sacar a cualquier costo. La ecuación corona su oprobio si se tiene en cuenta que el “ahorro” tiene un objetivo espurio: repartir ese dinero y el que surge del pacto fiscal, entre los gobernadores y una meta especial: financiar la campaña reeleccionista de María Eugenia Vidal.
Pero el costo no fue cualquiera, fue demasiado alto.
Recientemente, varios estudios difundieron datos que habían demostrado que la inmensa mayoría de la población se opone al recorte, una sensación que se percibe en la calle:
Un relevamiento que llevó adelante la consultora Analogías en el ámbito del Gran Buenos Aires, los días 15 y 16 de diciembre, sentenció que un 68% de las personas consultadas rechaza las modificaciones a las jubilaciones propuestas por Macri y la cifra asciende hasta un impactante 80% cuando se pregunta si es correcto bajar el déficit ajustando jubilaciones. Según el monitor socio-laboral de opinión pública desarrollado por el Centro de Estudios del Trabajo y del Desarrollo dependiente de la Universidad de San Martín, un 65% de los consultados se opone a la mal llamada reforma previsional. Siete de cada diez argentinos rechazan el ataque a los jubilados.
Esta conmoción social generada por la violenta y repentina propuesta del Gobierno, está en el trasfondo del escenario que habilitó una movilización masiva (continuidad de las que se realizaron la semana pasada), que intentaron ocultar la mayoría de los medios que pusieron el foco en los enfrentamientos de los alrededores del Congreso. También estuvo detrás del odio que manifestaron muchos contra unas fuerzas de seguridad que, bajo la administración Cambiemos, tienen la responsabilidad de dos muertos en su oscuro haber y están con la correa suelta protagonizando una seguidilla de represiones en los últimos días y policializando cada vez más la vida civil con especial saña hacia la juventud.
Este vertiginoso cambio de clima social empujó al embotado triunvirato de la CGT a convocar a una medida de fuerza que no preparó ni se jugó a que sea contundente, pero no dejó de expresar el malestar extendido en la base de los trabajadores. En múltiples establecimientos de trabajo y pese al contexto de una medida improvisada, trabajadores y trabajadoras de base tomaron el paro en sus manos y se movilizaron al Congreso. El histórico Astilleros Río Santiago de Ensenada con sus 15 micros y cerca de 700 obreros que participaron de la marcha, las fábricas de la alimentación de la zona norte (Mondelez Victoria y Pacheco) o la metalúrgica SIAM de Avellaneda, fueron sólo algunos ejemplos.
En unos pocos días, Cambiemos develó ante los ojos de millones la verdad de su orientación y de su programa. Hasta ahora había logrado “plebiscitar” el malestar y responsabilizar a la administración anterior -y a sus corruptelas- por las medidas que tomó durante todo este tiempo y que deterioraron las condiciones de vida de la mayoría. La ilusión de que la situación podía mejorar se fortaleció con el “veranito” económico electoral acicateado por el gasto público. Junto al blindaje mediático y cierto "gradualismo" que financió con un endeudamiento salvaje, configuraron las condiciones que permitieron el triunfo electoral del pasado 22 de octubre, que el Gobierno confundió con un cheque en blanco para aplicar su programa.
Pero, como lo denunciaron muchos legisladores, entre ellos los del PTS en el Frente de Izquierda, ni ésta “propuesta” de poda a los jubilados ni tampoco la contrarreforma laboral, estuvieron en sus plataformas de campaña. Por lo que estas medidas constituyen una verdadera estafa a la voluntad popular.
La crisis no se revela sólo entre quienes son opositores al Gobierno y pasaron a la acción con variadas formas de manifestarse, sino que se está procesando en amplios sectores de la base electoral de Cambiemos que le dio su apoyo con la ilusión de una mejora de su deteriorado presente.
El giro brusco de la coyuntura no es un rayo en el cielo sereno de la hegemonía cambiemita. Con la propuesta de saqueo al bolsillo de los jubilados, el gobierno dejó transparentado que su oferta para el futuro es empeorar lo que hicieron durante estos dos años. Atacó específicamente a lo que es el núcleo duro de sus votantes (las personas mayores) y un sector social que sensibilizó a gran parte de la sociedad.
Como respuesta a la tormenta perfecta autogenerada, el oficialismo vivió los diez días que conmovieron a Macri.
La administración kirchnerista tiene una responsabilidad indiscutible en la situación de los sectores populares en general y de los jubilados en particular, con la miseria de los haberes de hoy. Incluso, una de sus gobernadoras (Alicia Kirchner) fue firmante del pacto fiscal y sus legisladores que se muestran muy belicosos en el Congreso, bajan moderadamente el volumen para no denunciar (y encubrir) prolijamente a los gobernadores peronistas con los que aspiran a construir su “nueva mayoría”. Daniel Scioli, el último candidato presidencial del Frente para la Victoria, dio la nota con un soberano ausente en la primera votación decisiva.
Pero con su propuesta de reforma, el Gobierno dejó claro que ese “argumento” (la famosa herencia recibida) es impotente para justificar un ajuste. Hablar de un problema de “comunicación” es una forma de negar un problema político: no hay ajuste que pueda comunicarse “bien”.
Pese a las “dudas” y trabas que imponen las direcciones gremiales, sobre todo el triunvirato de la CGT y los que agitan con una pose más confrontativa pero no preparan una lucha seria, los trabajadores y distintos sectores populares mostraron una predisposición contundente para enfrentar a Macri y su ajuste. El protagonismo de la izquierda en general y del PTS en el FIT en especial, así como del sindicalismo combativo, fue esencial para impulsar y sostener la movilización contra un proyecto repudiado ampliamente.
La exigencia de que los sindicatos terminen con su juego funcional de amenazas y llamen a un verdadero plan de lucha, discutido en todas las fábricas, empresas y reparticiones, con la preparación de un paro real con movilización para derrotar todas las reformas de Macri, se pone a la orden del día.
El “rey” macrista está desnudo, indiscutiblemente se abre una nueva etapa con amplias posibilidades para que los trabajadores y sectores populares apuesten a derrotar el plan de guerra del Gobierno de los CEO que, subido a la moto y con el apuro por aplicar la hoja de ruta que demanda el gran capital, desató una temprana crisis política con final abierto.

Fernando Rosso

El Imperio Disney




En un acuerdo histórico, la empresa adquirió la mayoría de activos de la Fox. La crisis de fondo.

Cuando Ariel Dorfman y Armand Mattelart publicaban Para leer al pato Donald (1971), donde denunciaban la penetración cultural del imperialismo y su volumen de negocios en la rama del entretenimiento, Disney apenas era un mundo poblado por patos, ratones, bambis y la bella Blancanieves.
Casi cincuenta años después, The Walt Disney Company se convirtió en el segundo de los conglomerados multimediáticos –en un concentrado grupo integrado por Comscat Corporation, Time-Warner, 21st Century Fox y Viacom- que controla la producción y distribución de la mayoría de los bienes culturales que consume la población mundial, a través de sus estudios de cine, cadenas de televisión abierta y por cable, radiofonía, parques temáticos, merchandising de todos sus contenidos.
Ahora, con la firma del acuerdo entre Disney y Fox, por la cual la primera absorbe la casi totalidad de los activos del grupo fundado por Rupert Murdoch, asistimos a la conformación de un mega imperio en el nada pacífico mundo de las corporaciones de entretenimientos.
Tras un proceso que durará más de un año, Disney adquirirá los estudios de cine y televisión de Fox; los canales FX Networks, National Geographic y otros 300 canales internacionales; la mayoría accionaria de Hulu (el servicio de streaming conformado por cadenas televisivas estadounidenses); las franquicias de las películas más taquilleras (Avatar, por caso); programas de televisión (Los Simpsons, The Walking Dead, Prison Break...) y recuperará, ahora sí, la totalidad del universo de contenidos y personajes de Marvel, la empresa que había comprado en 2009 pero de la que todavía le quedaban por embolsar algunas otras franquicias (X-Men y Los 4 fantásticos) que hasta ahora retenía Fox.
A todo esto hay que sumar la lista de canales de deportes de Fox, con sus derechos exclusivos de trasmisión de las ligas de Béisbol, NBA y Hockey. A partir de esta operación ESPN (Disney) y Fox Sports pasarán a monopolizar la transmisión del deporte mundial. Pero los alcances de esta compañía recargada no tiene límites: debemos consignar los servicios televisivos del grupo de Murdoch en Europa y en Asia, muy en particular el sistema pay per view en la India.

Las razones de una operación

La cifra de la operación –un traspaso de acciones, por el cual los accionistas recibirán 0,2745 acciones de Disney por cada acción que posean de Fox- asciende a 52.400 millones de dólares. ¿Qué explica tamaño movimiento de capital? La prensa burguesa también en esto es opaca. Colocan todo, en primer lugar, en el escenario de una guerra por el mercado de streaming –una plataforma donde se puede acceder a producciones a través de una tarifa mensual-, hoy monopolizado por Netflix. En 2012, Netflix había logrado un acuerdo por el cual podía distribuir también los productos de Disney. Eso, cuando el mercado del streaming recién empezaba y Netflix tenía 20 millones de suscriptores. Hoy, cuenta con 104 millones en un mercado que crece a partir de nuevas tendencias de las audiencias que prefieren programar su consumo –cuándo, dónde, a través de qué pantalla– en lugar de seguir las grillas televisivas.
Por eso, Disney se prepara para competir en ese mercado. Dejó caducar el acuerdo con Netflix –para reservarse la distribución de todos sus productos- y anunció el lanzamiento de su propia plataforma de streaming en 2020, para la cual -en un servicio que necesita de la renovación permanente de sus contenidos para alimentar un consumo voraz- contará también con el catálogo de productos y marcas taquilleras de Fox.

Crisis y despidos

Las compras, recompras y fusiones se dan en medio de una crisis económica que afecta a toda la industria del entretenimiento, lo que revelaría que las colosales cifras en juego son producto de la especulación financiera. Fox, por ejemplo, tiene una deuda neta de 13.700 millones de dólares. Netflix, pese al crecimiento continuo de su audiencia, no puede sostenerse si no es sobre la base de seguir contrayendo deuda: recientemente ha emitido bonos por 1600 millones de dólares. Según revelan algunos medios, la deuda de la empresa alcanza la cifra de 20 mil millones de dólares (BBC Mundo, 4/8). ESPN, el líder mundial en deportes de Disney, ha tenido pérdidas por decenas de millones de dólares por la baja de más de un millón y medio de suscriptores.
Por eso, los primeros en reaccionar contra la operación de Disney fueron los guionistas –nucleados en Writers Guild of America West, el sindicato que reúne a más de diez mil escritores de cine, televisión y radio-, quienes denunciaron la compra y alertaron sobre el creciente control oligopólico que ejercen los conglomerados “a costa de los creadores” y sus condiciones de trabajo. El diario Los Angeles Times, por su parte, advierte que el acuerdo “podría traer importantes recortes de empleos en el sur de California” (14/12), que algunos calculan en pérdidas que van de 5.000 a 10 mil puestos de trabajo.
En otras palabras, más que una industria en florecimiento y mucho más que los cambios en los consumos de las audiencias mundiales, esta compra revela otra tendencia: la concentración del capital para aumentar su tasa de ganancia en el cuadro de la crisis económica mundial y sobre la base de ajuste y despidos. Encima, consumiremos una cultura “global”, cada vez más formateada a imagen y bajo palabra de Walt Disney.

Santiago Gándara

miércoles, 20 de diciembre de 2017

Cuando Marx estuvo a punto de ser preso por defender el derecho del obrero inglés a tomar cerveza




Como muchísimos obreros, Marx solía ir de picnic los domingos con su familia y amigos al Hyde Park de Londres. En las caminatas que se realizaban en el verano se solía comprar cerveza fresca “a excepción del breve período durante el cual una banda de tartufos aristócratas, amontonando en sus casas y sus clubes privados todos los alcoholes del mundo entero y haciendo de cada día del año una fiesta perpetua, había procurado, prohibiendo la venta de cerveza los domingos, impulsar a la ‘plebe’ por la senda de la virtud y las buenas costumbres”. Pero los trabajadores londinenses no estaban dispuestos a que se les diera hipócritas lecciones de moral: “El primer domingo posterior a la salida del “Bill” (decreto), cientos de miles de personas se lanzaron a Hyde Park y atronaron con sus gritos a los aristócratas que se paseaban en sus carrozas o montados en finos caballos un irónico y formidable ¡Go to church! (¡Iros a la Iglesia!), aterrando a los virtuosos caballeros y las bellas damas. Al domingo siguiente pasaron de un cuarto a medio millón los que se concentraron en el Hyde Park para gritar un ¡Go to church! cada vez más belicoso. ¡El Bill fue eliminado al tercer domingo!”*
Marx apoyó resueltamente la protesta anti eclesiástica, al punto que fue retenido por un policía para ser llevado a la comisaría. Finalmente convenció al “honesto guardián de la ley” de la justeza de la protesta popular contra la moralina clasista de la aristocracia, quién lo liberó.
Macri quiere aumentar los impuestos al consumo de cigarrillos y alcohol para seguir pagando la deuda pública a los usureros metiendo la mano en el bolsillo del trabajador. Lo hace bajo la excusa de defender la salud del trabajador contra el tabaquismo y el alcoholismo. Estas plagas sociales creadas por la explotación capitalista no se acabarán ni por la represión económica, ni del código penal, sino por una nueva sociedad que elimine la explotación del hombre por el hombre. Abajo los impuestos al consumo, sí a los impuestos progresivos sobre las ganancias capitalistas.

Rafael Santos

*De las memorias de Wilhelm Liebknecht, revolucionario socialista y amigo de Marx (1896)

Macri impone a balazos su reforma previsional: que los más débiles paguen su modelo

Pasadas las 6.30 de la mañana del martes y tras 17 horas de una sesión maratónica y 12 de debate, la reforma previsional - un nuevo régimen para los sucesivos ajustes del haber jubilatorio, de las pensiones y de la asignación universal por hijos- cosechó 127 votos afirmativos, 117 negativos y dos abstenciones, en medio de una fuerte represión y cacerolazos espontáneos de rechazo en casi todos los barrios de Buenos Aires, el conurbano y capitales provinciales.
El gobierno metió su mano en el bolsillo de los más indefensos para equilibrar los números de la macroeconomía. Este tema es una parte del grave problema del déficit fiscal que ronda entre 7 y 9% del PBI, que se debe agregar a un déficit comercial con cifras sin antecedentes.
El presidente Mauricio Macri dijo a CNN en español, que efectivamente la situación podía explotar si no se ajustaba la economía y se bajaba el déficit fiscal. Recalcó que se gastaba mucho más de lo que se recaudaba y que él iba a actuar en consecuencia para terminar con esa situación. Pues bien decidió actuar… mal, haciéndolo sobre los millones de los más débiles, y eso causó bronca popular.
El martes 19, en mensaje televisivo, afirmó que "Toda esa violencia que vimos fue orquestada, no fue espontánea, y la vamos a enfrentar junto a la Justicia". "Lo que hemos hecho con esta reforma es garantizar, durante los próximos años, una fórmula que los defienda contra la inflación", sentenció. "Van a estar mejor que lo que están este año", aseguró, en referencia a los jubilados.
"No me quiero adelantar a la investigación que está llevando a la Justicia. Pero queda claro que hay diputados que incitaron a la violencia", dijo Macri refiriéndose a la cita de una frase de Nelson Mandela: Un gobierno que usa la fuerza para imponerse le enseña a los oprimidos a usar la fuerza para defenderse (…)Lo hablamos con la doctora Carrió: es un cambio cultural que estamos viviendo en Argentina. Debemos tener paciencia, estamos intentando encontrar ese camino de equilibrio".
La reforma previsional recorta el incremento anual de jubilados y beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo (AUH). El Gobierno logró mayoría con la ayuda de sus aliados y el apoyo de varios gobernadores “dialoguistas”a los que se les prometió parte de la torta. La oposición sumó 116 en contra; hubo dos abstenciones y diez ausentes.
“Fin de año salvaje; licencia para la barbarie”, tituló su información Minuto Uno del canal C5N la noche de este lunes, tras reportar 58 heridos y más de 80 detenidos. A esa hora, los cacerolazos sacudían la capital argentina, mientras miles de manifestantes llegaban a rodear la quinta presidencial de Olivos, mostrando la expansión del descontento de amplios sectores.
La jornada de furia y represión comenzó con bloqueos en distintos puntos de la ciudad y una marcha multitudinaria de unas 300 mil personas en rechazo a la ley, que fue invisibilizada por los medios de comunicación.
Pero antes de comenzar la sesión en Diputados, y después de que la Confederación General del Trabajo dispuso un paro nacional por 24 horas a partir del mediodía, mientras comenzaban a llegar los manifestantes por un lado de la Plaza del Congreso, la policía rodeó el edificio y unas 20 personas muy organizadas comenzaron a lanzar piedras a los policías, que no respondieron aunque pudieron detenerlos: todo hizo suponer que era un escenario armado por sectores de inteligencia del gobierno para desprestigiar la movilización encabezada por jubilados y trabajadores.
Tras ese incidente armado, las motocicletas policiales salieron en una cacería indiscriminada. Entre los heridos figuran más de seis periodistas. Un jubilado fue embestido por una camioneta policial, un policía embistió con su motocicleta a una persona que está gravemente herida. Dos jóvenes fueron llevados al hospital por disparos de balas de goma en el rostro y lamentablemente cada uno perdió un ojo. Los policías disparaban a ambos lados de las calles a quien estuviera caminando.

En Diputados

No fueron pocos los discursos duros contra el proyecto. La diputada rionegrina, María Emilia Soria fue una de las pocas que apuntó a los gobernadores. “Son las prostitutas de Macri”, sentenció en referencia a quienes que acordaron la reforma previsional con Cambiemos. Horas más tarde, en su segunda intervención pidió perdón a “las trabajadoras sexuales por haberlas comparado con senadores, diputados y gobernadores que se dejan extorsionar”.
Por su parte, el diputado y ex ministro de Economía, Axel Kicillof enfatizó que el Gobierno fue a las elecciones “mintiendo” a los jubilados, cuando en realidad “tenía preparado un ajuste”.“Es un saqueo”, enfatizó.
Unos seis mil efectivos policiales y de la Gendarmería se desplegaron alrededor del Congreso, dispararon, golpearon, gasearon, hirieron y capturaron a decenas de niños, jóvenes, mujeres, jubilados. En la jornada del lunes hubo más de 80 heridos.
Hay un precio político que deberá pagará el gobierno de Mauricio Macri, quien prefirió jugar al paddle antes que estresarse por las sesiones del Congreso, como el de tirar por la borda su fachada dialoguista, empujando a la vereda contraria a partidos que lo acompañaron desde 2015 y a la Central General del Trabajo (CGT) y al conjunto de los movimientos sociales. Fortificó adversarios dispersos y confundidos tras las elecciones: propició que se unieran en la acción. Los dirigentes sociales no solo perdieron la confianza en el gobierno, sino que muchos de ellos fueron agredidos físicamente, al igual que a sus militantes de base.
Durante varios días, el macrismo y los multimedios de Mauricio Yrigoyen alegaron a través de los medios hegemónicos que la violencia desatada era culpa exclusiva de quienes perdían la votación en el recinto. Los heridos, los maltratados, los perseguidos, los vejados serían en verdad una horda golpista que quiso cerrar el Congreso. Equiparan la responsabilidad de algunas personas que ejercieron violencia, a la estatal, por definición más grave, pero una cronología sencilla desmantela la narrativa oficial, señala Tiempo Argentino.
El diario recordó que la represión contra la movilización del 8 M (paro internacional de mujeres) nada tuvo que ver con la dinámica parlamentaria. Tampoco las que provocaron la muerte violenta de Santiago Maldonado y el homicidio de Rafael Nahuel, a manos de la Gendarmería y la Prefectura, respectivamente. La razzia masiva del primero de septiembre se produjo en la Plaza de Mayo en una marcha por la desaparición de Maldonado.
La represión forma parte del programa macrista, es un modus operandi cotidiano y va escalando, de la mano del Presidente y su jefe de gabinete, de la ministrfa de Seguridad Patricia Bullrich, de la diputada Elisa Carrió, quien acusó a los manifestantes de intentar un golpe de Estado.

Hood Robin

Esta reducción de 5.560 millones de dólares de los haberes de los jubilados y benficiarios de la Asignación Universal por hijo servirá solo para pagar la limosna (definición de la diputada Graciela Caamaño) con la que el gobierno compró el voto de diputados peronistas de derecha y sobre todo beneficia a la gobernadora macrista de la provincia de Buenos Aires, María Julia Vidal con 2.200 millones de dólares para preparar la plataforma electoral para las presidenciales del 2019.
El Gobierno no supo solucionar su problema de déficit fiscal. El Fondo Monetario Internacional, ante el que cedió soberanía económico-financiera, presiona para que lo disminuya, y la única solución que se le ocurre al gobierno es hacerlo a expensas de quienes menos tienen.
Simultáneamente, toma medidas para acrecentar el déficit y/o reducir los ingresos fiscales: supresión o baja de retenciones a la agroindustria (pérdida de 15 mil millones de dólares hasta 2020) y la minería (pérdida de mil millones de dólares para el Fisco, ganancia para las multinacionales), sin cargas impositivas al sistema financiero (deja de percibir 2.200 millones de dólares) y bajando los aportes patronales, hecho que perjudica la situación de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) razón por la que, entonces, deciden rapiñar a jubilados y pensionados.
La supresión o baja de retenciones al agro y a la minería, al sistema financiero y los aportes patronales, significan una pérdida de cinco mil 500 millones de dólares al año para el Estado, transferidos a los poderosos nacionales y trasnacionales. Y no puede sorprender que es la misma cifra que se le quita al conjunto de los jubilados, a los hogares con hijos, a lisiados, combatientes de Malvinas, víctimas o familiares de un terrorismo de Estado que el macrismo trata de negar…
Ya antes del despojo aprobado por el Congreso, las jubilaciones y la AUH se evaporan en las cajas registradoras de laboratorios, supermercados y “chinos” de barrios. Desde enero de 2016 los medicamentos aumentaron 120% promedio, alimentos 80% promedio, mientras que la inflación general fue del 75%, analiza Carlos Villalba. El gobierno ofreció un bono “por única vez” -que se “pagaría” en marzo- y que obviamente no solucionará la trepada de precios.
No siempre una imagen vale más que mil palabras, pero sí miles de imágenes demuelen cualquier intento de maquillaje, de manipulación, y muestran una realidad, dejan al desnudo intenciones y metas de un gobierno y la esencia de su modelo, de una forma de pensar el mundo y de gobernar para conseguirlo. Hace hoy 16 años, el pueblo argentino salió a la calle, enfrentando tambipen entonces una durísima represión, a exigir “que se vayan todos” …y el presidente Fernando de la Rúa debió huir en helicóptero…

Rodolfo Koé Gutiérrez. Periodista económico y docente argentino, analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)