miércoles, 28 de diciembre de 2016

Jesualdo Sosa, pedagogo comunista Parte II




Retomando el análisis del legado pedagógico de Jesualdo Sosa, queremos enfatizar en esta segunda entrega un aspecto muy poco destacado de su obra, el valor estético y literario presente en las páginas de gran parte de su prosa.

UNA PROSA POÉTICA.

Más allá de sus libros de poemas como “Nave del alba pura” y “Siembra de pájaros”; el conjunto de la obra de Jesualdo es poseedora de una gran calidad estética y literaria; ya sea desde sus trabajos más teóricos-pedagógicos (“17 educadores de América”, “Vaz Ferreira, un pedagogo burgués”, “Formación del pensamiento racionalista de José Pedro Varela”, “Los fundamentos de la nueva pedagogía”, etc) hasta sus textos más testimoniales y autobiográficos (“Vida de un maestro”, “Fuera de la escuela”), pasando incluso por sus aproximaciones al campo de la historia nacional (“Artigas: del vasallaje a la revolución”); su obra se caracteriza por una gran creatividad literaria: los perspicaces juegos retóricos, la utilización de imágenes audaces, un sabio manejo de la ironía componen los rasgos más sobresalientes de una prosa cargada e impregnada de lirismo y literialidad.
No un lirismo florido y ornamental, a la manera de los estetas franceses o ingleses de fines del siglo XIX sino expresión de la melancolía, la indignación, la rabia pero también la alegría de un hombre sensible, comprometido con la lucha y la suerte de los desposeídos de su tiempo.

VIDA DE UN MAESTRO.

Por otra parte Jesualdo también supo incursionar en la teoría literaria desde el punto de vista de la recepción infantil en su obra “Literatura infantil. Ensayo sobre ética, estética y psicopedagogía de la literatura infantil”; en el mismo sentido profundizó en la investigación de la creatividad artística y estética en la infancia en su trabajo “La expresión creadora del niño” y en la recopilación empírica de “500 poemas de los niños de la escuela de Jesualdo”.
Sin embargo es “Vida de un maestro” uno de los ejemplos más logrados de su prosa poética, su descripción de numerosas situaciones y sucesos en la escuela 56 de Canteras del riachuelo, el retrato a veces idealizante de sus “camaradas” (sus pequeños aprendientes) pero siempre cargado de amor y ternura; el retrato siempre ácido y mordaz de burócratas e inspectores, la descripción del entrono natural de la escuela, del amanecer y el crepúsculo; la personificación del conjunto de un salón de clases: viejas paredes, bancos y mesas desvencijados protestando contra el discurso de un inspector gris y aburrido; la rabia, la impotencia y la posterior catarsis ante la muerte de uno de sus niños, explotado como mano de obra adulta en el campo; y también la escena de superación del “camarada” Alfonso de las oscuras ciénagas de la ignorancia y el egoísmo hasta las cumbres más altas de la solidaridad y la pertenencia colectiva.
“Vida de un maestro” constituye sin lugar a dudas, además de un texto inolvidable en la memoria de todos los que hemos atravesado con dolor por él, una impostergable guía para la acción, para todxs aquellxs docentes y educadorxs que no nos resignamos a entregar nuestras vidas, en estériles aulas, educando para el capital; sino que soñamos en forma consciente y crítica no sólo con la superación del capitalismo y la lucha por el socialismo; sino también con la perspectiva real y posible de la emancipación social de la escuela de los estrechos y asfixiantes marcos del régimen del capital.

Matías Matonte

martes, 27 de diciembre de 2016

El gobierno anuncia aumento de las tarifas públicas




El Ministro de Economía anunció hace pocos días en conferencia de prensa que las tarifas de los servicios públicos tendrán un importante aumento a partir del 1 de enero del próximo año.

El agua potable y saneamiento subirá un 8,2%, los combustibles y los servicios telefónicos fijos y móviles lo harán un 8% y la energía eléctrica un 7,5%.
Los lineamientos del gobierno para las tarifas están en sintonía con lo que viene haciendo Frente Amplio con la política económica, es decir descargar el ajuste sobre los trabajadores y exonerar a su vez a los capitalistas para mantenerles sus beneficios.
Con un importante sector de trabajadores cobrando salarios de hambre ( por ejemplo en los supermercados los trabajadores vienen sosteniendo un duro conflicto para tratar de superar los míseros 14000 pesos que cobran actualmente); una propuesta desde la propia administración Vázquez para la ronda de los consejos de salarios de este año que en los hechos implica una pérdida del salario real y aumentos del IRPF para trabajadores y sectores medios anunciados hace algunos meses por el propio Astori, el gobierno profundiza el ajuste para que el costo de la crisis lo paguen los sectores populares.
Demagógicamente los partidos tradicionales han salido a criticar los anuncios de Astori. Sin embargo, no se debe olvidar que aunque ahora protestan, cuando estuvieron en el gobierno hicieron lo mismo, y aún con más profundidad. Los aumentos en las tarifas que castigaban a los trabajadores fueron una variable de ajuste de los gobiernos neoliberales de los 90 contra el bolsillo popular mientras favorecían a los empresarios y los capitalistas, con quienes además tienen profundos lazos históricos.

El ejemplo de UTE

Ante los anuncios del nuevo tarifazo los trabajadores de AUTE (sindicato de UTE) denuncian como esta política económica beneficia a los empresarios privados a costa de una tarifa cara para la amplia mayoría de hogares uruguayos.
El aumento de tarifa está al servicio de subsidiar a los grandes consumidores y asegurar grandes ganancias para los capitalistas que manejan el negocio de la generación de energía a partir de las propias privatizaciones que fomenta el gobierno de Tabaré Vázquez.
UTE es una muestra del esquema que maneja el Frente Amplio para las empresas públicas, brindando oportunidades de negocios a los empresarios nacionales e internacionales, a costa de privatizaciones, tercerizaciones y precarización laboral así como altos costos para la población.
La situación del costo de la luz tiene un capítulo especial en el departamento de Colonia. Hace pocos días, con los votos de blancos y frenteamplistas se dispuso un aumento en la tarifa eléctrica para financiar el alumbrado público lo que implica un castigo aún mayor para el pueblo del departamento.

El PIT-CNT defiende al gobierno

Los dirigentes del PIT-CNT han salido, como si fueran funcionarios de la administración frenteamplista, a minimizar el aumento y declarar que no lo consideran un tarifazo.
Los dirigentes, en su afán por defender al gobierno y evitar que la bronca por el aumento se organice en resistencia, parecen olvidarse de los sacrificios que deben hacer los propios trabajadores para pagar las tarifas públicas básicas, mientras con las tercerizaciones de muchas empresas públicas los empleos se precarizan y los salarios tienden a bajar.
Estos aumentos no son inevitables sino que son una opción del gobierno que mientras asegura beneficios económicos para los empresarios descarga la crisis sobre el pueblo.
Es necesario recuperar los sindicatos para los trabajadores para que la Central Sindical organice un verdadero plan de lucha que pueda frenar los ataques del gobierno.

Hernán Yanes

viernes, 23 de diciembre de 2016

Odebrecht: gobiernos y empresas, unidos en el latrocinio




La confesión del empresario preso en Brasil revela la trama que incluye al gobierno de Cristina Fernández. Los Calcaterra, primos de Macri, son socios de Odebrecht en sus negocios argentinos.

El reconocimiento del pago de coimas en diversos países para acceder a contratos de la obra pública por parte de la empresa constructora Odebrecht amenaza con desatar un tembladeral político que incluye a nuestro país.
En efecto, la constructora –que realizó la admisión en el marco de un acuerdo con la justicia de Brasil, Estados Unidos y Suiza que la obliga a pagar 3500 millones de dólares como pena por sus delitos– señaló entre otros a la Argentina como el escenario del pago de coimas por 35 millones de dólares entre 2007 y 2014 que le valieron contratos por 278 millones de dólares en un periodo incluido dentro de la “década ganada” kirchnerista. En ese período, la empresa brasileña obtuvo licitaciones en el país por ampliación de gasoductos, la construcción de una planta de agua y de una refinería para YPF, además del soterramiento del ferrocarril Sarmiento. También se filtró que existe documentación que prueba el giro de 80 mil pesos destinados a Negocios Inmobiliarios, la firma de la familia Kirchner, según indica Infobae. No es un dato menor que el soterramiento del Sarmiento fue un contrato conseguido por Odebrecht en conjunto con la empresa constructora de los Calcaterra, primos del presidente Mauricio Macri. Evidentemente, no se trata tan sólo del problema de una administración, sino de una clase social y los gobiernos que actúan para sostener sus intereses.
El sismo político de las revelaciones de corrupción por parte de una de las partes –la empresa corruptora– excede a la Argentina, ya que las coimas se repartían por una amplia gama de países. Los Estados y gobiernos que negociaron las coimas con Odebrecht son Angola, Argentina, Colombia, República Dominicana, Ecuador, Guatemala, México, Mozambique, Panamá, Perú y Venezuela y por esos negociados la empresa fue adjudicataria de contratos por 12000 millones de dólares entre 2001 y 2016. Marcelo Odebrecht, presidente de la empresa, está preso desde hace un año –tiene una condena a 19 años de prisión– por la investigación conocida como Lava Jato.
En la Venezuela del “socialismo del siglo XXI”, Odebrecht coimeó a funcionarios por 98 millones de dólares. En la República Dominicana, pagaron 92 millones de dólares a los gobernantes. En Ecuador, 33 millones. En Guatemala, 18 millones. En México, 10.5 millones.
En Mozambique, 900 mil dólares. En Panamá, 59 millones. En Perú, 29 millones. En Colombia, 11 millones. En Angola, 50 millones. Toda una danza de la fortuna a cambio de la obra pública que pasa de manos de empresarios al personal político de su clase.
La justicia argentina investiga a cien empresas argentinas implicadas en las operatorias que Odebrecht manejó en la Argentina y que, por eso, podrían haber contribuido al esquema de corrupción.
El caso Odebrecht es pedagógico acerca de los alcances de la corrupción, que no reposa sobre personas o partidos ni es episódica: se trata de un fenómeno intrínseco al funcionamiento de la burguesía, sus fracciones y los gobiernos que les responden al mejor postor.

Juan Manuel Cicala

jueves, 22 de diciembre de 2016

¿Qué fue la masacre de Santa María de Iquique?




En 1907 miles de mineros chilenos fueron a la huelga contra las brutales condiciones de opresión y explotación. El gobierno y la patronal, ante la negativa de los huelguistas a volver al trabajo, asesinaron a 3.600 obreros y sus familias.

Los acontecimientos que culminaron en la trágica matanza de la Escuela Santa María de Iquique, el 21 de diciembre de 1907, instituyeron unos de los hitos más emblemáticos del movimiento obrero chileno.
En los primeros años del siglo XX la clase trabajadora chilena ya había protagonizado otros conflictos que terminaron en cruentos incidentes, como la huelga portuaria de Valparaíso en 1903 y la huelga de la carne en 1905. Pero la saña que revistieron los hechos de 1907 le dieron una relevancia particular.
Este suceso se convirtió en un símbolo de la lucha de clases y de la brutalidad de la clase dominante, transformándose en una referencia para muchos intelectuales y también para los artistas que lo transformaron en cantata popular, la cual se conserva en la memoria del pueblo trabajador chileno.
Corría el año 1907 y la ciudad de Iquique, al norte del país hermano, se hallaba sacudida por una serie de conflictos debido a la fuerte devaluación del peso y el aumento de precios. En este contexto, el 10 de diciembre, estalla la huelga salitrera en la oficina San Lorenzo, propagándose rápidamente a todo el cantón de San Antonio.
Cinco días después, una columna de más de dos mil obreros - entre ellos trabajadores peruanos, bolivianos y argentinos- junto a sus familias, hartos de las condiciones de trabajo esclavizantes, marchó a Iquique para exigir mejoras salariales y laborales. Caminaron con la firme decisión de permanecer en la ciudad hasta que las compañías salitreras - de capitales ingleses- dieran respuesta a sus peticiones.
Muchos gremios de Iquique se sumaron al movimiento huelguístico. Todos los cantones salitreros fueron al paro y, periódicamente, cientos de mineros llegaban a la ciudad. Los huelguistas oscilaban entre 15 mil a 23 mil personas, lo que implicó que tanto las actividades del puerto, como la producción minera de toda la región, quedaran paralizadas por completo.
El rechazo de las compañías a negociar mientras los mineros no volvieran trabajo, hizo que la intervención del Estado fuera sanguinaria. El intendente Carlos Eastman decretó restricciones a la libertad de tránsito y ordenó a los mineros y sus familias a abandonar Iquique el 21 de diciembre, amenazando con aplicar la fuerza de ser necesario. El gobierno ya había lanzado la advertencia y apostado una numerosa tropa de línea y tres buques de guerra.
Ante la negativa de los huelguistas a desalojar la Escuela Santa María, en donde permanecían desde hacía una semana, el 21 de diciembre, el general Roberto Silva Renard ordenó a sus tropas abrir fuego en contra de la multitud. Más de 3. 600 obreros y sus familias fueron asesinados y los sobrevivientes fueron enviados de regreso a las oficinas o subidos a un barco rumbo a Valparaíso.
La historia de lucha y enfrentamientos de la poderosa y combativa clase trabajadora chilena guarda en su memoria las gestas más heroicas de su clase. La sangre y bravura de los mineros asesinados en la Escuela Santa María de Iquique, vive en cada lucha de la clase obrera internacional.

Claudia Añazco San Martín

miércoles, 21 de diciembre de 2016

El general Líber Seregni, la salida de la dictadura y el pacto del Naval




Hace pocos días se cumplieron 100 años del nacimiento del ex presidente del Frente Amplio y primer candidato a presidente por esta fuerza política en el año 1971, General Líber Seregni.

El aniversario fue el motivo de un conjunto de homenajes por parte de todo el sistema político uruguayo, a través de actos, discursos y monumentos, que intentan reconocer el papel de Seregni en momentos claves del Uruguay del siglo XX.
Como candidato a la presidencia en el año 71 y luego durante el periodo dictatorial Seregni fue la figura que mejor representó al naciente Frente Amplio, muy distinto al que hoy ha llegado al gobierno del país. Ese Frente, si bien nunca se propuso romper definitivamente con el imperialismo ni tampoco ajustar cuentas con la burguesía nativa supo levantar consignas antiimperialistas, de reforma agraria y nacionalización de la banca, despertando la simpatía de la clase trabajadora y la juventud que enfrentaba en las calles a los gobiernos que trataban de implementar un profundo ajuste antipopular. Seregni fue el líder que pudo expresar el proceso de ese momento histórico, en un contexto de masivas movilizaciones y ascenso obrero y popular. A las pocas semanas del golpe de estado, encabeza una marcha en contra de la dictadura y es detenido por primera vez por los militares. Liberado a los pocos días, volvería nuevamente a la prisión en el año 76; esta vez hasta el fin de la dictadura cívico-militar.
Sin embargo desde La Izquierda Diario proponemos repasar el rol jugado por este militar en uno de los momentos cruciales del periodo dictatorial: las negociaciones entre políticos y militares para realizar la transición hacia la restauración democrática en el año 1984. El mismo año de la liberación de Seregni luego de 9 años de prisión por su oposición a la dictadura.
No nos detendremos en el rol de Seregni en el periodo del ascenso obrero 1968-1973, pero no podemos dejar de mencionar que en 1967 asumió como Comandante de la División de Ejército I, con sede en Montevideo, la más importante del país. Desde ese puesto Seregni llevó adelante la militarización de los empleados bancarios y la del personal y empresas municipales del transporte urbano. De su autoridad dependió también el control de los locales universitarios clausurados por el gobierno de la época, momento en que se produjo también la muerte de estudiantes en el marco de la represión contra los manifestantes.

La movilización popular hace tambalear a la dictadura

Seregni fue liberado el 19 de marzo de 1984, momentos en que la dictadura enfrentaba una creciente oposición, con importantes manifestaciones populares que ponían en jaque el poder militar.
A la crisis económica producto del quiebre de “la tablita”, el desprestigio de las dictaduras el continente, la derrota en el plebiscito del 80 y el triunfo de los sectores más opositores de los partidos tradicionales en las elecciones internas del 82 se sumaban las multitudinarias marchas y acciones populares del año 83. El acto del primero de mayo de ese año, el caceroleo del 25 de agosto, la semana del estudiante organizada por ASCEEP, la marcha por 18 de Julio del PIT, el acto del obelisco del 27 de noviembre, el paro general de enero del 84 son ejemplos de la situación del momento; con miles de jóvenes que se sumaban a la actividad política y organizaciones sociales en ebullición.
Durante 1983 se dieron además las negociaciones del Parque Hotel, con representantes de los militares y de los partidos Colorado, Blanco y la Unión Cívica y sin la participación del Frente Amplio. Finalmente fueron suspendidas ante la inflexibilidad militar y nuevas acciones de represión.

La liberación de Seregni y la transición ordenada

El día de su liberación, y desde su domicilio, Seregni da un improvisado discurso que de alguna manera marcaba la posición de la dirección del Frente Amplio sobre la transición hacia la democracia.
En el Uruguay de la dictadura, con importantes sectores de la población en la pobreza producto de las políticas liberales de los militares, en el país con el record mundial de presos en relación a la población, Seregni declara ese día “Ni una sola palabra negativa, ni una sola consigna negativa”.
Para luego agregar “…quiero decirles una cosa, la gran preocupación de este momento, para poder transitar efectivamente los caminos a la recuperación de la democracia es la pacificación de los espíritus, la pacificación nacional. Lo sentimos como la necesidad, no hay democracia si no hay paz. Y la pacificación que lleve al reencuentro de los orientales…”
Estas terribles declaraciones, muestran la orientación política del Frente Amplio cuando la dictadura tambaleaba a consecuencia de la creciente movilización y radicalización popular. Seregni pone todo su liderazgo al servicio de una política de negociación y acuerdos tendiente a la pacificación y el “reencuentro” de los orientales, es decir incluyendo los militares de la dictadura. El Frente Amplio comenzaba a tener un rol estabilizador del sistema político, jugando un importante rol en una salida pactada y una transición ordenada hacia la democracia que preservara las instituciones del país, entre ellas, las fuerzas armadas.
En el contexto de estas declaraciones, a los pocos meses se ponen en marcha las negociaciones del Club Naval, con la firma final de un acuerdo entre los militares, colorados, frenteamplistas y cívicos.
Progresivamente, y con el correr del año los actores van cambiando, de la intersectorial, que aglutinaba a las organización sociales como el PIT, ASCEEP o SERPAJ y ponía el acento en la movilización como forma de enfrentar a la dictadura, se pasa a la Multipartidaria, con la activa presencia de los partidos políticos para encauzar la movilización popular hacia el dialogo y las negociaciones.
Aunque el contenido de las negociaciones fue secreto, la impunidad, como lo dijo el propio Seregni, subyacía o sobrevolaba las negociaciones entre políticos y militares.
Finalmente, y con la proscripción del propio Seregni.

Hernán Yanes

Tres hipótesis sobre el asesinato del embajador ruso en Turquía




El asesinato de Andrei Karlov, embajador ruso en Turquía, tiene como telón de fondo la guerra civil en Siria y, en particular, el giro dramático que tomaron los acontecimientos a partir de que el régimen despótico de Assad, con el apoyo de Rusia e Irán, logró retomar el control de Alepo.

Como es sabido, Rusia y Turquía están en lados opuestos de las sinuosas y cambiantes trincheras de la guerra civil siria. Erdogan está detrás de diversos bandos “rebeldes”, lo que podría haber incluido una tolerancia generosa hacia el Estado Islámico, en particular para contener el avance de las milicias kurdas ligadas al Partido de Trabajadores del Kurdistán.
Putin es el patrón de Bashar al Assad e integra junto con Irán y Hezbollah, la coalición que le permitió primero la sobrevida, y ahora pasar a una cierta ofensiva al régimen sirio.
Las relaciones entre ambos países cayeron a su punto más bajo en noviembre de 2015, cuando Turquía derribó un avión ruso. Pero luego del intento de golpe fallido contra Erdogan, en julio de este año, el presidente turco dio un giro hacia recomponer relaciones diplomáticas.
Sin ir más lejos, la evacuación de Alepo, en particular de los grupos armados opositores y sus familias que aún estaban en la ciudad, fue un acuerdo tejido entre Rusia, Turquía e Irán.
La primera hipótesis más obvia es que efectivamente quien disparó por la espalda al diplomático ruso haya actuado motivado por la derrota del campo opositor en Siria a manos de un régimen apoyado por Rusia. Lo que va a favor de esta hipótesis es que hubo manifestaciones en estos días en Estambul contra Putin, en solidaridad con la población de Alepo que aún está atrapada en las zonas que estaban bajo control opositor y hoy están a merced del arbitrio de las fuerzas de Assad. Según los medios, el asesino de Karlov gritó frases relacionadas con la situación en Siria y Alepo.
Además, el timing no es casual: ocurrió tan sólo un día antes de una reunión planificada entre Rusia-Irán y Turquía, la nueva entente que parece estar decidiendo la suerte de los bandos en la guerra civil siria.
Pero hay otras dos hipótesis relacionadas con la situación interna en Turquía. Una apunta a la organización del clérigo Fetullah Gülen, acusado por Erdogan de ser el instigador del putch que buscó destituirlo. El fundamento es que quien disparó contra Karlov era miembro de una fuerza especial de la Policía Nacional Turca, donde tenía una importante influencia del movimiento gulenista antes del golpe. La otra apunta hacia grupos terroristas islámicos, ya sea que puedan estar buscando algún tipo de venganza contra Rusia por la situación en Siria, o también contra el gobierno turco que aceptó la situación creada en Alepo a partir del avance de Assad.
La excusa del “terrorismo” puede servir de cobertura a la brutal ofensiva de Rusia y Assad en Siria. También le puede servir a Erdogan para justificar la persecución encarnizada contra la minoría kurda y sobre todo, sus organizaciones políticas más radicales. Es decir, ambas hipótesis son funcionales a reforzar el giro bonapartista de Erdogan.
El cambio de mando en la Casa Blanca probablemente haya acelerado las acciones tendientes a quebrar el empate catastrófico entre los bandos en pugna en Siria. Aunque no está claro cuál podría ser esa salida, las conquistas militares se traducen luego en una mejor posición en las mesas de la diplomacia. Y en ese sentido la posición de Rusia ha mejorado con la conquista de Alepo.
La política de Trump hacia Siria, o más precisamente con qué métodos y alianzas combatirá Estados Unidos al ISIS, aún es una incógnita. El nuevo presidente de norteamericano parece haber invertido los términos de Obama: se ha mostrado más dispuesto a negociar una salida con Putin a la vez que ha aumentado la hostilidad hacia Irán. Eso está en consonancia con una lógica geopolítica posible de la próxima administración Trump de disminuir la hostilidad hacia Rusia, que fue una política de estado norteamericana en los últimos años, para concentrarse en China.
El levantamiento del pueblo sirio contra la dictadura de Assad, que fue parte de los procesos de la “primavera árabe”, terminó ahogado entre la brutal represión del régimen y la acción de diversas fracciones armadas por potencias occidentales y actores regionales –Estados Unidos, Francia, Rusia, Irán, Arabia Saudita, Turquía, entre otros- que se enfrentan en una guerra civil laberíntica y reaccionaria que en cinco años causó una catástrofe de dimensiones históricas para el pueblo sirio. La destrucción de Alepo es quizás el símbolo más terrorífico, aunque no el último, esta tragedia.

Claudia Cinatti

Cuando las lógicas coloniales son más fuertes que las lógicas del capital fabril




Si no somos conscientes de que el extractivismo económico y el racismo son los núcleos duros de la estructuración de las sociedades latinoamericanas, nunca podremos romper con la dependencia que nos impusieron los imperios coloniales hace ya más de 500 años.

Las distintas tendencias de las izquierdas, desde las más revolucionarias hasta transadoras, siempre han hecho hincapié en los efectos brutales del Capital Fabril en los seres humanos. Desde Marx y Bakunin hasta Friederich Ebert siempre se ha problematizado el tema del sistema industrial. Sin embargo el sistema industrial no es la única forma de opresión que utiliza el Capital. En ese sentido tenemos que señalar las dos más antiguas: el racismo y el género. En el caso del racismo, este esta implícitamente relacionado con las estructuras de desigualdad producto del Imperialismo y la colonización. A la vez la colonización se relaciona también con los modos de apropiación de la tierra y los recursos naturales. Es así como se establece una lógica basada en la desigualdad étnica y la apropiación de los recursos la cual denominaremos “colonialidad”.
El ciclo de los gobiernos progresistas de Latinoamérica es un buen ejemplo de como la lógicas coloniales o la “colonialidad” son incluso más profundos que las logicas del capital industrial. No me centraré en la discusión de si los gobiernos progresistas rompieron con las lógicas del capital fabril o no, sino que abordare su relación con las lógicas coloniales. Tampoco me centrare en las diferencias entre los denominados “gobiernos progresistas”, ya que claramente son muy distintos los gobiernos que se desarrollaron en Uruguay, Paraguay, Argentina, Brasil y El Salvador de los que se desarrollaron en Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua. Los que esgrimen más las contradicciones que desarrollare son el primer grupo de países, sin embargo estas contradicciones también pueden aplicarse a los del segundo grupo, solo que en menos medida. Es más estas contradicciones pueden aplicarse a la mayoría de la izquierda institucional del Continente, he incluso a algunos sectores puntuales de la izquierda no institucional. En ese sentido este texto es para reflexionar sobre desigualdades y estructuras de dominación sumamente profundas que no han sido abordadas correctamente por la amplísima gama de sectores diferentes de lo denominado “izquierda”.
Cuando hablamos sobre el tema de los derechos laborales y sindicales, claramente la clase política se divide en dos bandos clarísimos, “derecha” e “izquierda”. La denominada “izquierda” a favor de los derechos de los trabajadores y de la reglamentación del mercado laboral, mientras que la “derecha” pregonando una flexibilización laboral e incluso la represión del sindicalismo. Con respecto a las empresa publicas la “izquierda” las defiende, mientras que la “derecha” quiere acabar con ellas. Podríamos decir que dentro de la “izquierda” hay una cierta idea de responsabilidad social, mientras que la “derecha” defiende el liberalismo a ultranza. Sin embargo con respecto al extractivismo económico hay un consenso casi absoluto. Capas que la única diferencia sea en que la “izquierda” plantea efectivizar cargas impositivas para poder después desarrollar planes sociales. Sin embargo en esencia nadie cuestiona el modelo. Nadie cuestiona las plantaciones de soja transgénica o la forestación, nadie cuestiona la megaminería, ni la extracción de hidrocarburos.
Eso también se aplica al tema del reconocimiento de los derechos de los pueblos originarios. La discusión entre “izquierda” y “derecha” es si reconocer o no reconocer los derechos culturales o sobre planes sociales para ayudar a los pueblos. Pero si hablamos de autonomía y de respeto irrestricto a los territorios, la cosa cambia. Uno de los ejemplos más paradigmáticos de esta contradicción se vio durante la “Marcha del Color de la Tierra” del año 2001 organizada por el EZLN y el Congreso Nacional Indígena (CNI) de México para promover la Ley de Derecho y Cultura Indígenas. El social-demócrata PRD se alío con la derecha más tradicional y se opuso a los artículos sobre autonomía de las comunidades indígenas contemplados en la ley. Algo similar ocurre en el Uruguay, país donde hace 11 años gobierna la coalición centro-izquierdista Frente Amplio. El Frente Amplio ha impulsado el fortalecimiento del movimiento sindical, de derechos sociales para las mujeres y los colectivos LGBT, así como la mundialmente famosa legalización de la marihuana. Sin embargo los derechos de los afro-descendientes fueron más cuestionados que los de las mujeres y los colectivos LGBT y los derechos para las comunidades charrúas siguen sin ser reconocidos. Justamente uno de los argumentos esgrimidos por el gobierno para no ratificar el Convenio 169 de la OIT es el tema de los derechos territoriales así como prejuicios racistas sobre la población indígena. Cabe señalar que Uruguay es un país que vive de la exportación de soja transgénica y forestación de eucaliptos además de carne bovina y leche. Si bien el modelo forestal y sojero se desarrollaron en gobiernos de derecha pura como el de Luis Alberto Lacalle y el de Jorge Batlle, ninguno de los gobiernos del Frente Amplio ha tenido la más mínima intención de cambiarlo. Por otro lado es de señalar el intento del Presidente Mujica de impulsar la megaminería de hierro, proyecto que tuvo una muy fuerte oposición social.
Brasil es otro ejemplo con claridad de esta contradicción. El primer gobierno de Lula fue el gobierno con mayor demarcación de tierras indígenas de la historia del Brasil, así como también la implementación de políticas culturales de reivindicación indígena y afro. Sin embargo ni Lula, ni Dilma cambiaron el modelo económico basado en la soja transgénica, la ganadería, la desforestación, la minería de hierro y la explotación de hidrocarburos. Esta contradicción, entre una reivindicación cultural indígena y afro y una apuesta a la exportación de materias primas genero tensiones muy fuertes entre los latifundistas y las comunidades indígenas, quilombolas y sintierras. Esto se vio en el segundo gobierno de Lula que fue el periodo con mayor asesinato de indígenas y campesinos por parte de pistoleros de las haciendas. Y más particularmente con la apuesta del gobierno central en construir la represa sobre el río Xingú, en plena amazonia, para satisfacer la demanda energética de la industria siderúrgica paulista y que genero una oposición férrea de parte de los principales líderes indígenas del Brasil. Estas contradicciones han sido las que han generado las condiciones para la realización del Golpe de Estado contra Dilma Rouself. Ahora los movimientos indígenas, sintierras y quilombolas se encuentran en la disyuntiva de tener que salir a defender un gobierno que no ha hecho mucho por ellos, por el tema de que ahora se viene la derecha más brutal.
Los desafíos futuros que se nos deparan es en crear alternativas y movimientos que no solo cuestionen al mercado laboral o al capitalismo industrial sino que cuestionen al capitalismo más profundo y depredador. Que si no somos conscientes de que el extractivismo económico y el racismo son los núcleos duros de la estructuración de las sociedades latinoamericanas, nunca podremos romper con la dependencia que nos impusieron los imperios coloniales hace ya más de 500 años. Si no descolonizamos a las izquierdas no podremos descolonizar a las sociedades donde vivimos.

Martín Delgado Cultelli

martes, 20 de diciembre de 2016

¿Qué tanto cambiará el Mundo Trump?




Son grandes las implicancias del triunfo de Trump tanto para Estados Unidos como para la situación internacional y, en particular para América latina y Argentina.

El triunfo de Trump implica el comienzo de un cambio de rumbo de la política norteamericana. Lo han votado tanto trabajadores como pequeños y medianos empresarios desfavorecidos por la globalización. Este cambio de rumbo va a producirse en el contexto de una contradicción entre los intereses globalizantes de las franjas hegemónicas del capital y es parte de una tendencia “antiglobalizadora” que se expresa con fuerza en los países centrales de Europa.
Ya se expresó en el triunfo del Brexit en Inglaterra y en el ascenso de la extrema derecha europea, a la que se suma la derrota de Renzi en el referéndum italiano. La emergencia de fenómenos populistas de derecha es una respuesta política retardataria a las condiciones de polarización creadas por la crisis capitalista de 2008. La crisis se prolonga con un crecimiento bajo de la economía en particular en los países centrales, con importantes desigualdades, como el caso de Estados Unidos que crece a tasas más altas que Japón o Europa, pero significativamente por debajo de su promedio histórico.
La Gran Recesión mundial iniciada en 2008 puso de relieve con toda crudeza las consecuencias de décadas de neoliberalismo. Antes de la crisis, el mundo fue un negocio muy rentable para las grandes corporaciones y las elites globalizadas, que se beneficiaron en zonas de mano de obra barata. Pero que dejó un tendal de arruinados empezando por pequeños empresarios, capitalistas que venden en los mercados internos y sectores de la vieja clase obrera manufacturera, los “trabajadores de cuello azul”, con nivel de educación y capacitación medio o bajo, que perdieron sus buenos empleos y hoy tienen una subsistencia decadente.
La tendencia hacia un mayor proteccionismo o nacionalismo de los diversos populismos de derecha de los países centrales no se trata solo de demagogia política electoral –aunque de esto hay mucho en el discurso de Trump, como es la promesa de “reindustrializar” Estados Unidos que tiene la gran parte de la producción de sus empresas fuera de sus fronteras. La base material de estos fenómenos está en la situación de bajo crecimiento y tendencias recesivas que ya lleva ocho años. En su último informe de octubre de 2016 sobre las perspectivas de la economía mundial, el FMI alerta sobre la fuerte contracción del comercio internacional (por tercer año consecutivo crece por debajo del 3% cuando anteriormente crecía al doble del incremento del producto bruto mundial) y la persistencia de males indicadores en el conjunto de la economía.
Por lo que expresó en la campaña en EE.UU y ya se puede ver en los gestos que está haciendo durante la transición, el gobierno de Trump de mínima va a impulsar una reversión parcial de las tendencias “globalizadoras” que fueron hegemónicas durante las últimas décadas. Existe un amplio consenso -incluso de los consejeros del capital transnacional- de la necesidad de frenar las políticas de los nuevos tratados comerciales. Trump ya anunció que va a renegociar los términos del TLC con México, y que va a retirar a Estados Unidos del Tratado Transpacífico, un ambicioso acuerdo de libre comercio con 12 países de Asia y América latina contra China negociado por Obama y al que hasta Hillary se había visto obligada a renunciar, al menos como promesa de campaña. A esto se suman las ya conocidas amenazas de aplicar impuestos desde el 35 al 45% a bienes importados desde México y China, aunque lo más probable que esto signifique una posición dura para negociar y arrancarle a estos países, que necesitan de su relación comercial con Estados Unidos, mayores concesiones en términos de apertura de sectores de la economía, o beneficios especiales para Estados Unidos.

El mundo de Trump

El triunfo de Trump se debe también a la pérdida de liderazgo internacional de Estados Unidos. Esta decadencia se aceleró con la derrota de la estrategia guerrerista y unilateral de Bush que no pudo ser revertido durante los ocho años del mandato de Obama que intentó una orientación que priorizaba la “diplomacia” (acuerdo nuclear con Irán, deshielo con Cuba, no intervención en Siria) para disminuir la exposición militar directa del imperialismo y volver a la estrategia más tradicional de “rebalanceo” entre potencias. Obama mantuvo la estrategia de hostigamiento hacia Rusia, con sanciones internacionales por el conflicto de Ucrania, la consolidación de la política militar de la OTAN en las fronteras rusas, por ejemplo, aunque en los últimos dos años, la política de Obama fue tratar de llegar a un acuerdo con Rusia, aun siendo una línea resistida por un ala del gobierno y de los militares.
En caso de que hubiera ganado la presidencia Hillary Clinton, que milita en el ala de los “halcones” mas guerreristas, hubiera sido mucho más intervencionista (fue la que alentó la intervención en Libia) y agresiva hacia Rusia. Hay una cuota de incertidumbre sobre cuál va a ser la política exterior de Trump aunque será muy probablemente menos intervencionista que Hillary.
Tanto los aliados como los enemigos de Estados Unidos están expectantes y ya están leyendo los gestos políticos de Trump en la transición, el más importante hasta ahora fue el llamado a la presidenta de Taiwán como señal de una política más dura hacia China.
En este punto podemos decir que hay dos hipótesis. Una que la política de Trump implique una ruptura mayor con respecto a la “doctrina Obama (probablemente revise el acuerdo con Irán, y ya anunció una política diferente hacia Cuba). Otra que más allá del “estilo” de contenido va a tener una mayor continuidad con la política de Obama, en particular en la política hacia Rusia. Esto quiere decir que va a Trump será más cauto en el terreno geopolítico, con el objetivo de impedir que se unan Rusia y China contra Estados Unidos y que para lograrlo necesita aflojar la presión sobre Rusia, concentrarse en China y evitar tener que enfrentar dos enemigos al mismo tiempo.
Tendremos que ver cómo se desarrollan una vez que asuma el gobierno y se vea efectivamente cuál va a ser su orientación, más allá de las especulaciones.

Base social, se necesita

La política interna de Trump va a estar orientada a conseguir una base social sólida, de la que hoy aún carece.
La composición de su gabinete indica que va a ser un gobierno hegemonizado por el ala derecha del partido republicano – personajes como Gingrich, Giuliani, muchos militares, veteranos de las guerras de Irak, y otros ligados a las finanzas y monopolios, junto a figuras como el presidente del Partido Republicano.
En las primeras semanas de la “transición” ha dado algunas señales de cómo negociaría con las grandes corporaciones que deslocalizan plantas más allá de las fronteras estadounidenses, en particular hacia México. El “golpe de efecto” lo dio con la empresa Carrier (líder mundial en aire acondicionado) en Indiana para mostrar poder pero no indica que vaya a “hacer volver” empresas como prometió en campaña. El acuerdo con Carrier que Trump presentó como un triunfo, en realidad se viene negociando hace ya más de un año. Y a cambio de concesiones significativas en rebaja de impuestos y regulaciones, la empresa se comprometió a mantener 1000 de los 2000 puestos de trabajo, cuestión que podría ser una muestra del estilo de gobierno.
Muy difícilmente compense los beneficios obtenidos por las deslocalizaciones y menos aún hagan retornar los empleos de calidad a Estados Unidos. El recorte de impuestos que ya se da por hecho obligará al gobierno a buscar formas de financiamiento del déficit presupuestario que ya está a niveles siderales.
Pero además de las grandes multinacionales hay un capital no globalizado que produce para el mercado interno y que es el núcleo de la base social de Trump. En Estados Unidos hay alrededor de 30 millones de pequeñas empresas que emplean a más del 40% de los trabajadores y que si reciben beneficios impositivos y otros incentivos pueden ser un motor, junto con la inversión (estatal y privada) en obra pública para que Trump gane una base social amplia, algo que necesita construir en el primer tramo de su gobierno para hacer una presidencia viable y con expectativa de mantener el control republicano en las elecciones de medio término.

Demócratas al borde del ataque de nervios

El partido demócrata está en una crisis sin precedentes. A pesar de que Hillary ganó el voto popular por casi 2 millones, es una candidata del establishment, fue incapaz de detectar el descontento de la Norteamérica profunda, donde ganó dos veces Obama. Se jugó por profundizar la “política de la identidad” (es decir afroamericanos, latinos, jóvenes, mujeres) y fracasó. No retuvo la ventaja que Obama había sacado en esos sectores y perdió en los sectores de la clase obrera blanca. Los trabajadores fueron los grandes ausentes de su discurso político. Es más, descalificó a los potenciales votantes de Trump como “deplorables”.
El opositor interno de los demócratas, Bernie Sanders dilapidó gran parte de su capital político subordinándose a la estrategia de Clinton, a pesar de que hizo una campaña dirigiéndose “por izquierda” a los mismos sectores sensibles al discurso de Trump.
Todavía es una incógnita cómo se ubicará el partido demócrata –en particular sus referentes de izquierda que son los que quedaron en pie- ante el gobierno de Trump. Estarán en minoría en ambas cámaras. Hay que ver si apoyarán algunas medidas de Trump favorables al empleo norteamericano y rechazarán otras como las restricciones a las de inmigración; o si se ubicarán en la oposición en general y presentará sus propias leyes, como ya anunció Sanders.
En perspectiva es probable que el sector más precario de los asalariados, que por edad y cultura están mucho más cerca de movimientos sociales tipo Occupy Wall Street que de la vieja clase obrera, tienda a ser un sector activo de la oposición a Trump, lo mismo que sectores del movimiento estudiantil, la nueva generación de jóvenes llamados los “millennials” (nacidos en el nuevo siglo). Estarán planteados conflictos contra el racismo, en defensa de inmigrantes, en defensa del derecho al aborto, y otros temas “democráticos”, teniendo en cuenta el contenido autoritario de Trump.
La clase obrera viene de décadas de retroceso, pero aún no está claro si no se fortalecerá socialmente en los próximos años. Por que contradictoriamente, a pesar de que el de Trump será un gobierno de derecha, antisindical y favorable a los intereses patronales, deberá consolidar una base social, entre ellos el “viejo” proletariado americano. Esto no niega de ninguna manera el peligro que implica que un sector de la clase obrera blanca, atrasada desde el punto de vista político y conservadora en lo social, haya votado a un demagogo reaccionario y xenófobo como Trump.

Latinoamérica bajo un nuevo paradigma

El triunfo de Trump ya produjo un cimbronazo en América latina, y no solo en México. Los gobiernos de derecha que asumieron ante la crisis y agotamiento del ciclo “progresista” se habían ilusionado con un triunfo de Hillary y habían apostado por sumarse a la Alianza del Pacífico, el acuerdo de libre comercio que varios países de la región tenían con Estados Unidos y era la base para el Tratado Transpacífico. Pero esa perspectiva está cerrada. Ya está claro que las condiciones van a ser más adversas para América latina: no solo por la política comercial más restringida sino también por una muy posible suba de las tasas de interés y una política de dólar fuerte. Esto deja mal a países más expuestos a los flujos de capital internacional como Brasil que ya lleva una caída acumulada del 8% en dos años. Esta situación agrava las crisis políticas como en el caso de Brasil donde el gobierno de Temer no termina de consolidarse en medio de los escándalos de corrupción, para poder llevar adelante el ajuste fiscal. Argentina, aunque por el aislamiento luego del default y el conflicto con los buitres tuvo menos dependencia del capital financiero internacional, ahora ha aumentado cualitativamente su deuda en dólares, por lo que se verá afectada tanto por la suba de la tasa de interés en Estados Unidos como por la situación crítica en Brasil. Entramos en una situación mucho más convulsiva, que puede dar lugar a procesos más agudos tanto políticos como de la lucha de clases.
Es muy importante aprovechar el odio que puedan generar las políticas derechistas de Trump, para intervenir en los procesos progresivos que haya con una clara orientación de clase, anticapitalista, antiimperialista de conjunto sin caer en frentes de conciliación de clases con los opositores patronales a Trump.

Claudia Cinatti

Turquía: un crimen que trasluce una fractura del aparato estatal




El asesino del embajador ruso en Turquía proclamó, antes de ser abatido, “no se olviden de Alepo”, en referencia a la segunda ciudad más importante de Siria, reconquistada recientemente en forma integral por la dictadura de Al-Assad con el auxilio decisivo de asesores militares rusos y de fuerzas ligadas al régimen iraní.
La población de Alepo ha sufrido una espantosa masacre y la ciudad quedó devastada después de meses de combates y bombardeos cruzados entre dos bandos reaccionarios, uno de ellos patrocinado por el imperialismo yanqui y el otro por Rusia e Irán.
De acuerdo al gobierno turco, que confirmó que el atacante es un policía de un escuadrón antidisturbios, el atentado sería un intento de enturbiar el reacercamiento del país con Rusia.
Putin, a su turno, calificó el hecho como una provocación. El 20 debía desarrollarse un encuentro tripartito Rusia-Irán-Turquía para discutir el conflicto sirio.
El atentado se inscribe en una serie de acontecimientos que indican una fractura al interior del aparato estatal.
En julio pasado, 44 personas murieron en un atentado en el aeropuerto de Estambul en el marco de una seguidilla de ataques del Estado Islámico que –por sus dimensiones- serían inconcebibles sin la anuencia de un sector de los servicios de inteligencia.
Inmediatamente después, la fractura de la burguesía y del aparato estatal quedaron al rojo vivo en el intento de golpe de Estado por parte de una fracción de las fuerzas armadas contra Erdogan, que éste atribuyó al clan Gülen (rival islamista del líder turco) y a los Estados Unidos.
Al golpe fallido, Erdogan le opuso un contragolpe que derivó en encarcelamientos masivos, cierres de periódicos y un reforzamiento de la opresión y masacres contra el pueblo kurdo. El último de estos episodios fue la detención de la dirigencia del Partido Democrático de los Pueblos (HDP).
En la guerra civil siria, el régimen de Erdogan (que ha sido acusado de pretender una “islamización” del país), ha perseguido dos objetivos fundamentales: sostener una influencia regional frente al bloque chiíta (Al Assad, Irán) y –sobre todo- coartar toda posibilidad de desarrollo de una región autónoma kurda en el norte del país, que potenciaría la lucha de los millones de kurdos que viven dentro de Turquía.
En función de estos objetivos, Erdogan fue ensayando diversas políticas. Financió inicialmente al Estado Islámico (EI), enemigo mortal de Al-Assad y de los kurdos del norte sirio, para enlistarse después en la coalición contra el EI patrocinada por Estados Unidos.
En los últimos meses, restableció un canal de negociaciones con Rusia.
Todos estos reacomodamientos han tenido su impacto y consecuencias en la vida política turca. Turquía no podría ser ajena a la enorme desestabilización regional.

Gustavo Montenegro

domingo, 18 de diciembre de 2016

Jesualdo Sosa, pedagogo comunista Parte I.




Corrían los años treinta en el Uruguay, tiempos de golpe y reacción, el ciclo político del batllismo entraba en irreversible agotamiento producto de la bancarrota capitalista de 1929, y fruto también de la inconsecuencia y la incapacidad política del reformismo burgués, para llevar hasta las últimas consecuencias la tareas de la revolución democrático-burguesa en el continente; la falta de voluntad política para estatizar la banca, impulsar la reforma agraria y expropiar al imperialismo selló los destinos del proyecto reformista y cavó su propia tumba.

Delimitación del Escolanovismo.

Ante la tormenta que se aproximaba, Jesús Aldo Sosa (Jesualdo) desde la escuela número 56 de Canteras del Riachuelo en Colonia, pudo ver mejor que nadie, desde el campo de la praxis educativa, las limitaciones históricas que el período batllista señalaba para los trabajadores y el país a principios de la década de los treinta: su testimonio pedagógico pero también histórico de su experiencia en Colonia, recogido en el libro Vida de un maestro no sólo constituye una fuente de inspiración para todos los docentes que nos indigna el régimen social de explotación y de opresión de la sociedad capitalista, el mismo en que hoy vivimos y que luchamos por superar, sino que además representa la delimitación teórica más profunda en el terreno del pensamiento pedagógico nacional, con respecto a la corriente hegemónica de la Escuela Nueva.
La pedagogía de la Escuela Nueva, corriente inaugurada por el reformista norteamericano John Dewey tuvo en Uruguay a lo largo de todo el siglo XX una profunda influencia; intelectuales y pensadores de la talla de Julio Castro, Reina Reyes, Agustín Ferreiro fueron entusiastas del escolanovismo; sin embargo Jesualdo Sosa siempre se mantuvo escéptico de los alcances reales de la Escuela Nueva como herramienta de transformación social o empoderamiento de los desposeídos; sin dejar de valorar toda la progresividad alcanzada por la escuela “progresista” con respecto al asfixiante esquema opresivo y disciplinante de la escuela tradicional, Jesualdo nunca dejo de criticar y cuestionar profundamente no sólo las limitaciones de una pedagogía “democratizante” condicionada en última instancia por el modo de producción capitalista, sino que desenmascaró el centro imperialista de su producción intelectual y de su formulación teórica, el imperialismo norteamericano.

La discusión con los Estructuralistas.

Pero Jesualdo no sólo fue un crítico profundo de las tendencias pedagógicas progresistas y reformistas de su época, sino que con extraordinaria previsión logró discutir y polemizar con la corriente estructuralista europea, paradójicamente más de veinte años antes de que esta surgiera como unas de las variantes más importantes del marxismo occidental (así denominado por el marxista inglés Perry Anderson).
En su libro de la década del cuarenta 17 educadores de América Latina, Jesualdo discute fraternalmente con el marxista argentino David Ponce y su concepción de la escuela capitalista como reproductora monolítica de la sociedad de clases y de las relaciones sociales de explotación en el capitalismo, negando cualquier posibilidad de intersticios y autonomías relativas que posibiliten el desarrollo de las potencialidades humanas y la consciencia crítica aún en los marcos de la democracia burguesa y el Estado capitalista.
A diferencia de los intelectuales del estructuralismo francés, totalmente alejados de la praxis en cualquier ámbito de la vida social, completamente ajenos de la experiencia cotidiana del movimiento obrero y la lucha de clases; Jesualdo Sosa representa con respecto al desarrollo del marxismo latinoamericano en el terreno de la pedagogía crítica, aquel tiempo, como escribiera Perry Anderson en Consideraciones sobre el marxismo occidental en que la teoría del materialismo histórico reflejaba aún la indisoluble fusión y unidad entre la teoría y la práctica.

Matías Matonte

El destino de la revolución solo está en manos del pueblo cubano




Ahora que Fidel Castro Ruz ha muerto, diez años más tarde de lo que los detractores de la revolución cubana hubieran deseado, las preguntas siguen siendo las mismas: ¿Qué pasará en Cuba? ¿Se derrumbará la revolución al estilo de la Unión Soviética en 1991?
La burguesía cubana radicada en Miami y los sectores más duros de la política exterior del gobierno de los Estados Unidos todavía albergan la esperanza que algún día no tan lejano, la Habana vuelva a ser lo que fue en el pasado antes de la llegada de Fidel Castro al poder en 1959: El centro de operaciones de Charly “Lucky” Luciano, Santo Trafficante Sr., Meyer Lansky y otros mafiosos de poca monta, y el antro de la prostitución.
Obcecados en derrotar a la revolución cubana lo han intentado todo. Absolutamente todo. Empezando por el bloqueo comercial, político y diplomático, pasando por la invasión militar en Bahía de Cochinos hasta conjurar y atentar contra la vida de ciudadanos cubanos con actos terroristas y culminar con los planes de la CIA para asesinar al Comandante en Jefe.
¿Qué ha dejado de hacer la burguesía cubana y el gobierno de los Estados Unidos para derrotar a la revolución cubana?
Nada. Pero ni a las malas ni a las buenas lo han logrado. No obstante, la amenaza es permanente.
«No se puede confiar en el imperialismo, pero, ni tantico así», exclamó categórico Ernesto Guevara en 1961 y mucha razón tenía el Che. No se puede confiar en nada y nadie. Ni en los cantos de sirenas neoliberales ni en las Circes socialdemócratas que prometen el vellocino de oro a cambio de olvidar la epopeya del Pico Turquino, que es el símbolo del esfuerzo y la perseverancia de un pueblo por alcanzar su verdadera independencia. Es el símbolo de la revolución.
Eso lo sabía Fidel y los que lucharon con él. Hay que estar siempre alerta, pues el enemigo brutal no duerme. Por esa razón, el jefe de la revolución cubana fue claro y explícito el 17 de noviembre del 2005 en su mensaje a los estudiantes universitarios de la Habana, cuando apeló a la audiencia ahí presente a reflexionar dialécticamente acerca de las siguientes hipótesis: “¿Es que las revoluciones están llamadas a derrumbarse, o es que los hombres pueden hacer que las revoluciones se derrumben? ¿Pueden o no impedir los hombres, puede o no impedir la sociedad que las revoluciones se derrumben? Podía añadirles una pregunta de inmediato. ¿Creen ustedes que este proceso revolucionario, socialista, puede o no derrumbarse? (Exclamaciones de: “¡No!”) ¿Lo han pensado alguna vez? ¿Lo pensaron en profundidad?”.
Efectivamente, las revoluciones pueden derrumbarse. Incluso la cubana.

Cuba no es la Unión Soviética

En ese mismo discurso Fidel hace un repaso histórico del desarrollo de las ideas de Carlos Marx, Federico Engels y Lenin vistos desde la perspectiva dialéctica del desarrollo de la sociedad. Con sentido crítico comenta Fidel en su discurso que: “Se pierde todo el sentido dialéctico cuando alguien cree que esa misma economía de hoy es igual a la de hace 50 años, o hace 100 años, o hace 150 años, o es igual a la época de Lenin, o a la época de Carlos Marx”.
También habló Fidel de los errores cometidos en la construcción del socialismo, los propios y los ajenos. Explícitamente se refirió a los cometidos por los revolucionarios bolcheviques, sin mencionar nombres, pues, al fin y al cabo, a buen entendedor pocas palabras bastan. Pero el avezado lector sabe a quién se refiere.
La afirmación que Cuba no es la Unión Soviética no es antojadiza ni voluntarista. La historia político-económica, social y multicultural de la Unión Soviética es muy diferente a la de Cuba y, por consiguiente, las características particulares de la revolución fidelista – guerra de guerrillas y toma del poder – son únicas y no pueden compararse con los de la revolución de octubre y su posterior desarrollo. Más allá de lo común – ideología, partido único, propiedad social a través del estado de los medios de producción y la aspiración por construir el socialismo – Cuba no es la Unión Soviética. Cuba es Fidel y además, una isla.
El fracaso del proyecto histórico “revolución socialista bolchevique” o, dicho en otras palabras, el triunfo de la contrarrevolución burguesa internacional en la Unión Soviética, no se debió solamente a la incapacidad política de las máximas autoridades o al “reformismo” de Mijaíl Gorbachov, sino esencialmente a la acumulación de errores político-económicos e ideológicos al interior del partido comunista soviético a partir de la muerte de Lenin en 1924. Errores tácticos y estratégicos que no se supieron corregir a tiempo.
Por otra parte, el derrumbe del “modelo soviético de desarrollo al socialismo”, demostró que la teoría marxista, y la leninista acerca del Estado y la Revolución no pueden aplicarse mecánicamente como si se tratara de un recetario de cocina. Tanto la teoría como la experiencia de las revoluciones socialistas son simplemente una guía para la acción revolucionaria, pero no la fórmula mágica para resolver los problemas que genera la lucha de clases a nivel nacional e internacional. Por lo tanto, la aplicación dialéctica de la teoría revolucionaria en los momentos concretos de desarrollo de la lucha de clases no tiene nada que ver con revisionismo político-ideológico, sino más bien con el verdadero quehacer político revolucionario.

¿Cómo evitar un posible derrumbe?

Una de las formas para evitar la involución o reversión de la revolución –así lo postuló Fidel– es la corrección a tiempo de errores en el trabajo de partido y en la administración del estado, la rectificación de tendencias económicas que conducen a modelos de desarrollo capitalistas y la puesta en marcha de medidas adecuadas para evitar la corrupción, el despilfarro, el subterfugio, la mentira, los privilegios y la malversación de los bienes públicos.
Pero, además, Fidel añade en su discurso un elemento esencial en la construcción del socialismo: La ética revolucionaria. Muchos de los abusos de poder, la corrupción y los privilegios derivan de la ausencia de ética revolucionaria y falta de conciencia de clase. Aunque también apostilla que no son solamente problemas derivados de la falta de ética revolucionaria de funcionarios de gobierno y miembros del partido, sino que también son causa y efecto de un problema económico todavía no resuelto. Fidel está consciente que el desarrollo de las fuerzas productivas tiene que corresponderse con un desarrollo económico integral del modo de producción socialista. Pero Fidel también deja claro en su discurso lo que él no quiere para Cuba: Un desarrollo capitalista de las relaciones de producción.
Es precisamente en este punto neurálgico sobre el cual dependen y dependerán todos los acuerdos y tratados comerciales bilaterales con los Estados Unidos y la Unión Europea. Parafraseando a Rosa Luxemburg podría decirse que el dilema de la sociedad cubana en el futuro mediato será elegir entre avanzar hacia la meta socialista o regresar a la barbarie capitalista. Esta será la encrucijada en los próximos años en Cuba: Socialismo o renunciar a la herencia de Fidel y el Che (El legado de Fidel y el Che). En Cuba la suerte todavía no está echada.
En todo caso, sea cual fuera la opción –revolución o involución– que el pueblo elija, lo que sí quedó bien claro en el discurso del 17 de noviembre del 2005 es que el único sujeto histórico que puede hacer sucumbir la revolución cubana es el pueblo cubano. Es decir, que el destino de la revolución solo está en manos del pueblo cubano y de nadie más.

Roberto Herrera

sábado, 17 de diciembre de 2016

El Papa recibe a dos criminales




El Papa Francisco recibió en Roma al presidente colombiano Juan Manuel Santos y al ex presidente Alvaro Uribe en una tentativa por sostener los acuerdos de paz con las Farc, que resultaron lesionados tras la victoria del No en el referéndum.
Según los primeros comentarios periodísticos, la reunión no sirvió para avanzar en un acercamiento de posiciones entre ambas figuras políticas. Uribe exige una especie de rendición incondicional de la guerrilla y aprovecha el revés del gobierno en el plebiscito para posicionar a su fuerza de cara a las próximas elecciones presidenciales.
No sería el primer tropiezo diplomático del Papa, que viene de impulsar un acuerdo entre el gobierno y la oposición en Venezuela que naufragó rápidamente.
El Vaticano patrocinó los acuerdos de paz como parte de un amplio abanico diplomático que va desde el castrismo y el chavismo hasta Obama y la Unión Europea.
El fuerte impulso capitalista a los acuerdos ha quedado nuevamente de manifiesto en la gira del flamante premio Nobel de la paz por Europa. “Santos convocó a los empresarios colombianos a ‘conquistar’ la mitad de Colombia que estaba ocupada por las Farc”, tituló un cable de Télam (15/12). En él, se da cuenta de reuniones ante empresarios europeos donde el mandatario colombiano esgrime las bondades de la ‘pacificación’ del campo colombiano como oportunidad para realizar negocios.
Además, los acuerdos fueron concebidos como una pieza de un operativo de contención continental entre ‘nacionalistas’ y derechistas en una región golpeada por la crisis capitalista.
Como resultado de la victoria del No en el plebiscito, se reformularon los acuerdos con mayores concesiones por parte de las Farc. Estos nuevos acuerdos se discuten a paso acelerado en el Congreso colombiano.
Las Farc ya han elegido algunos de los que podrían ser sus voceros en el Parlamento.
Enfrentados ahora por las condiciones del proceso de paz, lo cierto es que Uribe y Santos comandaron juntos la masacre de campesinos y guerrilleros cuando eran presidente y ministro de defensa de la Nación, respectivamente.
Cabe señalar que Santos no se ha pronunciado frente a los recientes crímenes contra militantes de Marcha Patriótica, que indican un resurgimiento del paramilitarismo. En lo que va de 2016 fueron asesinados decenas de activistas sociales.
El proceso de desmovilización de las Farc estará marcado por estos crímenes contra el pueblo y contra militantes sociales y guerrilleros, como ha lamentado públicamente uno de los máximos referentes de la guerrilla.
La ‘paz colombiana’ mantiene intacto al Estado criminal y las bandas paramilitares que custodian a sangre y fuego los intereses de hacendados y grandes capitalistas.
Dos de los máximos responsables de ese Estado han sido bendecidos en el Vaticano por un Papa que presume de progresista.

Gustavo Montenegro

viernes, 16 de diciembre de 2016

Trump contra el medio ambiente




Un gabinete de agentes de las petroleras.

La confirmación de nuevos personajes para el gabinete de Donald Trump pinta a la nueva administración como una enemiga declarada del medio ambiente –un atributo que se suma a su carácter militarista y antiobrero.
En la Agencia de Protección Ambiental, fue nombrado recientemente Scott Pruitt, un agente de las compañías petroleras y negacionista del cambio climático. Pruitt operó activamente contra las regulaciones orientadas a disminuir las emisiones de gas de efecto invernadero, desde su cargo de Fiscal General de Oklahoma, un rol al que llegó “gracias, entre otros factores, a los fondos aportados por los hermanos Charles y David Koch, del gigante químico petrolero Koch Industries; Harold Hamm, de la también petrolera Continental Resources; y Larry Nichols, de Devon Energy” (Clarín, 8/12).
En la saga de agentes de las petroleras, Trump ha confirmado como secretario de Estado a Rex Tillerson, director general de Exxon Mobil, con un abultado prontuario contaminante .
La designación de Tillerson ha despertado resquemores entre demócratas y republicanos, pero no por el prontuario de la petrolera sino por los vínculos empresariales del nuevo titular del Departamento de Estado con Rusia, donde fue condecorado con la Orden de la Amistad de los Pueblos por el presidente Vladimir Putin. Tillerson habría trabajado activamente para fortalecer los vínculos de Exxon Mobil con Rusia y es partidario de un levantamiento de las sanciones a aquel país –el pulpo comparte emprendimientos con la petrolera rusa Rosnef, y debido a las sanciones “no puede percibir las ganancias de una inversión en un consorcio de petróleo y gas que opera frente a la isla de Sajalin” (La Nación, 11/12).
El nombramiento se produce luego de la publicación reciente de un informe de la CIA sobre tareas de espionaje rusas para beneficiar al magnate en su carrera a la presidencia –algo que este ridiculizó públicamente. El Senado norteamericano habilitaría una investigación sobre el punto, en lo que constituye el roce más fuerte de Trump con la dirigencia republicana. El asunto pone de manifiesto una crisis al interior del aparato de Estado, del que ya había dado cuenta precisamente la guerra de “carpetazos” entre Clinton y el magnate durante la campaña electoral.
El cuadro se completa con el anuncio de que la congresista republicana Cathy McMorris, una lobbysta de mineras y petroleras, quedará a cargo de la Secretaría del Interior, que controla las vastas tierras federales.

Trump y Obama

Las designaciones de Trump en materia ambiental siguen una línea. En 2012, el magnate había publicado en sus redes que “el concepto de calentamiento global fue inventado por los chinos para quitarle competitividad a la manufactura estadounidense”, una tesitura que mantuvo durante su campaña electoral. Más recientemente, Trump se comprometió a proseguir la construcción de un oleoducto que fue frenado por la lucha de la comunidad sioux en Dakota del Norte. Trump cuenta con insuflar nuevos aires a los pulpos energéticos, en un cuadro de grandes caídas para las petroleras, dándoles piedra libre en materia ambiental y laboral.
No han faltado los contrastes con las políticas de Obama, que lo retratan como un defensor del medio ambiente por gestos como la firma del pacto de París contra el cambio climático. Sin embargo, tales acuerdos fueron caracterizados como un fraude por ambientalistas y científicos, y fue durante el mandato del presidente saliente que la British Petroleum provocó la mayor catástrofe ambiental de la historia de Estados Unidos, con todo tipo de intentos estatales por exonerar a la compañía de responsabilidades. El gran crecimiento y financiamiento en los últimos años del fracking, un método de exploración petrolera harto contaminante, termina de enterrar el mito de un Obama ambientalista.
El afán de lucro empresario, protegido por los gobiernos capitalistas, se impone por sobre cualquier consideración. Un desenvolvimiento de la producción humana que no destruya el medio ambiente requiere una transformación social de raíz.

Tomás Eps (@tomaseps)

miércoles, 14 de diciembre de 2016

Se inauguró el Espacio de la Memoria en la ciudad uruguaya de Mercedes




El pasado sábado participamos de la inauguración de El Espacio de la Memoria en la ciudad uruguaya de Mercedes. El mismo es una iniciativa de la Comisión Memoria, Justicia y contra la impunidad (Soriano - Uruguay), y contó para su inauguración con la participación de nutridas delegaciones y vecinos de la zona, además de la asistencia y participación de destacados artistas y de dos Madres de Plaza de Mayo: Nora Morales de Cortiñas y Mirta Acuña de Baravalle.

Con una nutrida asistencia se realizó el acto de inauguración de El Espacio de la Memoria, que es una iniciativa de la Comisión Memoria, Justicia y contra la impunidad (Soriano – Uruguay).
El espacio es en memoria de los 10 detenidos desaparecidos: Antonio Omar Paitta, Nebio Melo Cuesta, Winston César Mazzuchi, Luján Alcides Sosa Valdéz, Alfredo Fernando Bosco Muñoz, Carlos Federico Cabezudo Pérez, Elbia Lucía Gándara Castromán, Modesto Quiñonez, Ricardo Altamirano Alza y Ricardo Blanco Valiente, del Departamento de Soriano.
Concurrieron y participaron en el acto Nora Cortiñas y Mirta Baravalle, Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos que concurrió al evento con una nutrida delegación de familiares de detenidos desaparecidos que vinieron desde Montevideo, CRYSOL de parte de los ex presos políticos, delegaciones de uruguayos y uruguayas exiliados en Argentina, la Secretaría de DDHH del Pit- Cnt y la regional del Pit-Cnt de Soriano, entre otras organizaciones y personalidades. También participaron del evento artistas como Daniel Viglietti, Diego Kuropatwa, Laura Gonzáles Cabezudo, entre otros.
Esta actividad se da en el marco de acontecimientos importantes en la pelea por la verdad y el juicio y castigo. Por un lado, estamos esperando el fallo del juicio por el Plan Cóndor en Roma, que se dará en el mes de enero próximo, y que abre la posibilidad de condena a militares asesinos como Troccoli. Posibilidad que lamentablemente no tenemos en Uruguay por la vigencia de las restricciones legales y la negativa de la justicia y los distintos gobiernos que siempre frenaron los juicios. Por otro lado, se vienen dando a conocer la existencia de archivos que contienen seguramente mucha información acerca del destino de los desaparecidos, la confirmación de los vuelos de la muerte y los traslados clandestinos, y que será importante que las organizaciones de derechos humanos y los familiares y las víctimas directas tengan acceso irrestricto a esa información, mediante la conformación de una comisión independiente del estado, para saber la verdad y para que puedan ser utilizados para juzgar y condenar a quienes cometieron crímenes de lesa humanidad.

Ahora y siempre

Como familiares fue importante para nosotros estar y acompañar, con mucho orgullo junto a Mirta Baravalle, Nora Cortiñas y otros familiares, la lucha por la memoria y la justicia de los compañeros y familiares de Mercedes que con mucho esfuerzo levantaron este memorial, para mantener viva entre los trabajadores y el pueblo la memoria de los compañeros desaparecidos y la lucha por la justicia que aun continua.
En el Uruguay de la impunidad del Pacto del Club Naval, el Uruguay de las mil trabas para que avance la justicia y donde solo unos pocos represores cumplen condenas y encima llenos de privilegios, el Uruguay del espionaje en democracia y el acceso restringido a los archivos de la dictadura, el Uruguay de la historia oficial; en este acto demostramos todos los que estuvimos que la lucha por la memoria y el juicio y el castigo a los represores, sigue en pie y que no estamos solos, sino que luchamos junto a los familiares y compañeros de otros países como los que vinieron de Argentina y no pararemos hasta que se haga justicia aquí, allá y en todos lados, que se castigue con cárcel común y perpetua a todos los represores. Porque como dijo Nora Cortiñas “¡no olvidamos, no perdonamos y no nos reconciliamos!”
Por eso hacemos nuestras, las palabras de Mirta Baravalle en el acto: “Estamos aquí y siempre vamos a estar marchando junto a todos y todas ustedes. Esto es tan maravilloso lo que han hecho, que es la fuerza de esa necesidad de decir nuestros desaparecidos lucharon por una vida mejor, por un cambio y por eso los desaparecieron. Sigan luchando los que todavía quizás no se animan a fortalecerse en eso, pero que es necesario por las generaciones que vienen, por esos niños, que les espere un futuro más bienaventurado”. Y como también dijo Nora Cortiñas “Resistimos al olvido, resistimos a la injusticia, resistimos a que sigan caminando impunes miles de genocidas por nuestra América Latina. Como en Argentina, luchando, comprometiéndonos día por día, madres, familiares y el pueblo, conseguimos en estos momentos tener un juicio, queremos también que acá en Uruguay haya un juicio y castigo a los genocidas, no los queremos sueltos ni en América Latina, ni en el mundo. Para que no mueran los detenidos desaparecidos, tenemos que seguir levantando las banderas de lucha de todos ellos, todos los días. Y de esa manera decirles que están presentes.”
Y también gritamos desde las entrañas y con mucho orgullo junto a Nora, el grito de lucha que hacen ellas todos los jueves en la Plaza de Mayo: “Los detenidos desaparecidos, los asesinados, los perseguidos ¡presente! ¡Ahora y siempre! ¡Hasta la victoria siempre! ¡Venceremos!

María Victoria Moyano

Perspectivas de leve crecimiento macro económico al cierre de 2016




Desde el gobierno así como distintos organismos internacionales realizan proyecciones macroeconómicas para determinar el rumbo de la economía uruguaya. Recientemente el FMI corrigió a la suba su proyección para cierre de año y la sitúa en 0,7% de crecimiento, así como prevé un crecimiento de 1,1% para 2017. ¿Qué perspectivas hay para el bolsillo de los trabajadores?

El Fondo Monetario Internacional en octubre había situado los cálculos para Uruguay en una expansión del 0,1% en 2016 y 1,2% en 2017.

Según el Fondo "El gobierno hizo compromisos muy claros" con una "fuerte contracción del gasto en 2015 y el paquete impositivo de 2016”, que regirá desde enero, dos ajustes para el objetivo de llevar el déficit a 2,5% del PIB para fin de 2019. El FMI expresa que "el ajuste fiscal" de 2017 "tendrá un efecto desfavorable limitado en el consumo" y "la racionalización del gasto en salarios públicos y empresas públicas será un factor importante para lograr una consolidación duradera y crearía espacio para inversión pública".
La meta que persiguen las autoridades uruguayas es mejorar el resultado fiscal en un punto del Producto Bruto Interno (PIB) a 2019 hasta 2,5% (hoy está en 3,5%). Autoridades del Ministerio de Economía, el Banco Central (BCU) y la OPP han expresado que la economía uruguaya cerrará el año con un crecimiento de entre 0,5% y 1% del PBI. Recordemos que en la última ley de Rendición de Cuentas, el gobierno estimó que la economía crecerá 1% en 2017, 2% en 2018 y 3% en 2019.
Cabe aclarar que estas estimaciones de crecimiento económico, leve y que lleva dos años de crecimiento cercano al estancamiento, se da en el marco de que la crisis capitalista de conjunto no se ha resuelto, por lo tanto podrían darse cambios en la economía internacional que modificaran rápidamente estas proyecciones. A esto último lo que trae mayor incertidumbre es la política anunciada de Trump de mayor proteccionismo, que conllevaría otros impactos también en el precio del dólar y por lo tanto en los países endeudados en dicha moneda.

Estimaciones macroeconómicas de una economía altamente dependiente

El director de la Asesoría Macroeconómica del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), Andrés Masoller, expresó en recientes reuniones empresariales, que la mejora en los precios de algunos productos de exportación como soja, arroz y lácteos, dinamizaron al sector agropecuario, así como la posible instalación de una tercera planta de celulosa, Uruguay recuperaría la senda de crecimiento a tasas de 4% sobre finales del actual período de gobierno en 2019. A esto se le suma una promesa de mega inversiones en infraestructura que viene anunciando el gobierno del entorno de los 2600 millones de dólares que comenzarían el año que viene.
Nuestra economía, pese a la última década de altos precios de materias primas y récord histórico del PIB, sigue sin desarrollar industria propia en base a las materias primas que exportamos y los distintos gobiernos no han cambiado en esencia nada del esquema económico agroexportador y primarizado.

De la macroeconomía al bolsillo del trabajador

Retomando lo que expresa el informe del FMI, el gobierno muestra compromiso de llevar adelante “el ajuste fiscal", "limitado en el consumo" y "la racionalización del gasto en salarios públicos y empresas públicas”. Esta perspectiva expresa claramente el rumbo de ajuste al estado y remarca, explícitamente, los salarios. Por otra parte la gira última de Vázquez por Europa, así como en otras oportunidades Mujica y todos los mandatarios predecesores, fueron en búsqueda de inversión directa extranjera para nuestro país, expresando Vázquez la “seriedad” y “solidez” de la economía uruguaya, pero principalmente destacando la variedad de beneficios de exoneración impositiva.
Pese a todos los cuidados de no generar un desequilibrio inflacionario ni un conflicto de grandes dimensiones con los sectores populares, el gobierno Frenteamplista muestra claros compromisos con los capitales internacionales y está dispuesto a avanzar atacar el salario de los trabajadores.
Por todo esto, queda claro que los recientes índices de leve mejoría de la macroeconomía no conllevan directamente una mejoría en los bolsillos de los trabajadores, dicho de otro modo, que la torta crezca no significa que los de abajo comamos más, eso dependerá de decisiones del gobierno pero principalmente de la presión de empresarios y trabajadores, o sea lucha de clases.
Recordemos que el PITCNT viene realizando el pedido al gobierno de mayor inversión pública para contrarrestar el ciclo contractivo y mantener el trabajo. Hasta el momento no se ha podido contrarrestar ni torcer el brazo al gobierno, que incluso viene cerrando los convenios salariales en términos generales dentro de los márgenes que previó. Tampoco podemos olvidar que las “inversiones” prometidas por el gobierno se realizan en amplia mayoría mediante el proceso de privatización de PPP, que es el modelo de privatizaciones con el que pretende avanzar sobre servicios públicos como lo está haciendo en Salud y Educación.
Estas perspectivas nos indican que los trabajadores deberán luchar por imponer que la crisis no sea descargada en sus espaldas, y para ello será clave conquistar la independencia política para defender sus derechos e ir por todas las demandas. El 2017 nos debe encontrar organizados y en las calles.

Claudio Álvarez

lunes, 12 de diciembre de 2016

“Fue la propia clase dirigente la que propició la disolución de la URSS”




El periodista Rafael Poch recuerda la desaparición de la URSS, 25 años después

"La lógica de la lucha por el poder de la estadocracia de Rusia determinó la disolución”, afirma.

Hoy [por el sábado 10 de diciembre] hace 25 años la Unión Soviética fue disuelta por sus propios dirigentes culminando una larga y sorprendente crisis. Con ese motivo La Marea publica una entrevista con el autor de este blog que aquí se reproduce.
Este mes se cumplen 25 años del fin de la Unión Soviética. Entonces eras corresponsal en Moscú, ¿cómo era el ambiente en Rusia?
Rusia no existía. Se vivía en la URSS, superestado a la vez cosmopolita –con un pluralismo civilizatorio inaudito- y uniforme, donde encontrabas el mismo sofá Schomberg, fabricado en la RDA, en un despacho de Ucrania Occidental y en un hotel de Kamchatka, a once usos horarios de distancia. El ambiente cambiaba con gran rapidez. En 1987 cuando llegué por primera vez como estudiante, era de expectativa. Los jóvenes solo pensaban en pantalones tejanos y en inocentes trapicheos menores. Los policías no llevaban pistola. En general, una sorda expectación por dejar atrás los agobios y miserias de la vida soviética de los sesenta y setenta, magistralmente descrita por José Fernández en “Memorias de un niño de Moscú” (Planeta 1999). Aún en 1988, mezclado con el generalizado cinismo, había esperanza en los cambios, pero se hacía sentir el impacto del desabastecimiento. El sistema había abierto la mano y dio lugar a una general relajación y caída de la disciplina, concepto económico fundamental en aquel universo. No se curraba. No había estrés laboral, pero se pasaba mucha penalidad por llenar la despensa. Había mucho sexo, pero pocas risas. En 1990 y 1991, sobre todo eso se impuso la extrañeza y la incertidumbre. En el ambiente juvenil de 1990 sonaba la inquietante música de Viktor Tsoi. Al calor del deshielo, los intelectuales habían girado en cuatro días desde una disidencia íntima, cobarde y secreta, perfectamente compatible con el conformismo, hacia una especie de estalinismo capitalista que loaba el radiante porvenir de la humanidad y el “regreso a la civilización”. Los dirigentes y cuadros del sistema más avispados se disponían a realizar la profecía de Trotski, formulada en 1936, que decía que la burocracia acabaría transformándose en clase propietaria porque, “el privilegio sólo tiene la mitad del valor si no puede ser transmitido por herencia a los descendientes” y porque, “es insuficiente ser director de un consorcio si no se es accionista”. Las loas a von Hayek de los intelectuales estalino-capitalistas estaban en sintonía con eso. Respecto al pueblo, sufría y despotricaba, desde ese lúcido e indigno anarquismo ancestral del siervo ruso. En las repúblicas la suma de casi todo lo expuesto desembocaba en el vector nacionalista. Liberadas del miedo, algunas de ellas, en el Cáucaso y en Asia Central, comenzaban a zurrarse con sus vecinas… Todo eso, envuelto en la enorme sensualidad rusa, en los secretos que se iban desvelando (creo haber sido el primer periodista europeo en llegar a la orilla del Mar de Aral, y uno de los primeros en acceder a la frontera chino-soviética o a Kamchatka), era, sencillamente, sensacional e irrepetible. Después de vivir aquello, cualquier aventura vital solo podía saber a poco.
Desde hace años proliferan los comentaristas que aseguran que el fin de la URSS era “inevitable”. Sin embargo, leyendo textos de la época parece que el fin de la URSS más bien tomó por sorpresa a casi todo el mundo. Sin entrar en el complejo debate sobre las causas de su desaparición, ¿qué destacarías de este episodio tan importante?
La sorpresa vino de que nadie tuviera en cuenta el mencionado escenario de Trotski, es decir: que fuera la propia clase dirigente, la estadocracia, la que desencadenara y propiciara la transformación y la disolución. Aún hoy algunos despistados continúan achacando la disolución de la URSS a la presión de Reagan, al Papa Juan Pablo II y hasta a los nacionalismos que fueron su consecuencia. La simple realidad es que si la estadocracia, los propietarios del asunto soviético, hubieran querido, habrían podido mantener el sistema veinte o veinticinco años más con un ajuste andropoviano. Dentro de ese universo desencadenante, fue la lógica de la lucha por el poder de la estadocracia rusa la que determinó la disolución: llegó un momento en el que para que el grupo de Yeltsin conquistara el Kremlin había que disolver el superestado soviético. Así de banal fue la sorpresa.
En el centro de este drama se encuentra Mijaíl Gorbachov, cuya figura y legado son aún hoy objeto de una fuerte controversia no sólo en Rusia, sino en los países del antiguo bloque socialista y entre la izquierda europea. ¿Qué balance puede hacerse de los años de Gorbachov al frente del Kremlin?
Gorbachov era uno de los raros dirigentes que creía en el socialismo. No en el “socialismo soviético” heredero de una amalgama de Stalin y las experiencias de la guerra y la posguerra, sino en algo más genuino situado entre Lenin (léase como lo recuperable de la historia soviética) y la socialdemocracia europea. En un contexto de economía estatalizada eso arroja un resultado bien diferente al de, digamos, un SPD neoliberal. Lo intentó y fracasó. Su punto flaco fue haber subestimado dos cosas: el nivel de podredumbre de la estadocracia rusa y eso que llamamos imperialismo, es decir el dominio político y económico de las potencias fuertes sobre las débiles, que los occidentales aplicaron inmediatamente hacia la URSS/Rusia en cuanto percibieron sus dudas, debilidades y desbarajustes internos. Hay que decir que sin haber estado animado de ese optimismo, Gorbachov no habría emprendido nada. El mero intento fue un éxito humano, por más que el resultado haya sido bastante malo. Pero en ese resultado -una Rusia oligárquica y capitalista y una situación global que ni siquiera nos ha liberado del peligro nuclear y hasta de la guerra en Europa- la responsabilidad de Gorbachov va muy por detrás de la de otros. A mí, su gestión al frente del Kremlin me induce un gran respeto y asombro por el hecho de que un honesto muzhik de Stavropol llegara a ese mando con ideas y reflejos tan sanos. De puertas adentro, Gorbachov ofreció lecciones a su pueblo –como la transferencia de su poder de autócrata a cámaras representativas- que éste no comprendió porque no estaba preparado para ellas y que contradecían radicalmente la lógica histórica del poder moscovita. De puertas afuera ofreció acabar con la guerra fría y el arma nuclear, abriéndole la puerta a un siglo viable en el que la cooperación internacional abordara los grandes retos globales. Occidente prefirió omitir esa oportunidad para meterse en la utopía monopolar, comenzando por el desastroso y criminal intento de dominar por completo el Oriente Medio, es decir un más de lo mismo. Así nos va. El actual Imperio del caos no es, en absoluto, responsabilidad del idealismo de Gorbachov que ha sido un gran hombre del Siglo XX.
Frente a Gorbachov se encuentra otra figura no menos controvertida, la de Borís Yeltsin. ¿Qué papel jugó en todos estos acontecimientos?
Fue un hombre mucho más limitado, un vulgar secretario regional del partido de provincias que llegó casi por casualidad al poder central moscovita propiciado por Gorbachov. También fue un oportunista valiente que se la jugó para ascender. Su propio primitivismo, su clásica relación (autocrática) con el poder, le hizo ser mucho máscomprensible que Gorbachov para la población. Toda su intuición, sentido de la oportunidad y luego el apoyo de Occidente, no le habrían servido de nada si Gorbachov hubiera sido un autócrata como él y le hubiera enviado de embajador a Mongolia. Fue un dirigente ideal para dirigir la época turbulenta en la que los cuadros cambiaron poderes administrativos por acciones y capitales. En su ocaso, intentó remediar el fiasco que resultó, poniendo a un guardia civil al mando del asunto. Putin es eso. Otra cosa es el papel de Rusia en el mundo, la importancia capital de su contrapeso, pero de eso no hablamos aquí.
También has sido durante seis años corresponsal en China, donde desde hace décadas existe un “socialismo con características chinas”. ¿Qué impacto tuvo la desintegración de la URSS y cómo reaccionó el Partido Comunista Chino?
La debacle soviética fue observada con extrema atención en Pekín. Los dirigentes chinos fueron directamente al meollo del asunto: la degeneración burocrática de la estadocracia. Su discusión interna ha girado mucho alrededor de eso que identifican como el motivo principal. Poco después de mi llegada a Pekín, el Comité Central del PC chino distribuyó una serie documental sobre la implosión soviética, de visión obligatoria para decenas de miles de sus cuadros. Fue “top secret”. Si alguien le pasaba el disco a un corresponsal extranjero se le caía el pelo. Solo llegué a ver la carátula del disco, pero me enteré de lo muy atinados que eran los mensajes que contenía aquella serie. La crisis de la URSS era un tema del que se podía hablar sin tapujos. Du Shu, una de las revistas intelectuales chinas más interesantes, ciertamente no oficial, publicó un artículo mío dedicado a la comparación entre Rusia y China que se encuentra fácilmente en la red (Rusia y China comparadas). Más tarde, mi propio libro La Gran Transición. Rusia 1985-2002, editado por Planeta Critica, fue publicado por una de las principales editoriales universitarias de China con un gran tiraje. Significativamente, no omitieron nada sobre la degeneración de la clase dirigente, la corrupción, etc. Lo único que censuraron por completo fue el capítulo dedicado a la guerra de Chechenia, seguramente por analogía con la situación en Xinjiang… Es solo un ejemplo personal, si se me permite, del interés suscitado. Naturalmente, que hagan un buen diagnóstico de los problemas del vecino y que intenten lanzar campañas contra la corrupción, que fortalezcan la supremacía del Partido sobre las fuerzas financieras, etc., no les inmuniza contra crisis similares ni contra grandes convulsiones sociales. Cuando en marzo de 2012 se produjo la caída de Bo Xilai, no pude evitar pensar en que quizás habían detectado en él a una especie de “Yeltsin chino”. La historia sigue su camino…
Los think tank occidentales aseguran desde hace años que Vladímir Putin busca reconstruir la Unión Soviética. ¿Qué hay de cierto en esta afirmación?
Es una bobada lamentable, pero nada sorprendente si sabes cómo suelen trabajar esos centros a sueldo del establishment. Hace poco se supo que hasta expertos del Cidob, un centro de relaciones internacionales de Barcelona, recibieron dinero de Soros para confeccionar una lista de periodistas que no sintonizan con el punto de vista de la OTAN sobre lo ocurrido en Ucrania… Es muy cutre.
Putin intenta restablecer la potencia rusa dentro de lo posible. Ese es su principaldelito. Eso es lo que explica que sea el centro de todos los ataques. Los derechos humanos, el estilo autocrático y todo eso les importa un rábano. Están viendo una Rusia que sube, que se atreve incluso a discutirles militarmente en Ucrania después de veinte años metiéndolo el dedo en el ojo al oso ruso, que toma irritantes iniciativas en Siria, donde solo los aviones rusos matan a niños en Alepo (y exclusivamente en el sector Este de la ciudad, dominado por nuestros ambiguos socios). En el marco de todo eso, Moscú intenta organizarse un entorno económico y político estable, organiza unos medios de comunicación globales que han mejorado mucho y que compiten con la propaganda de los occidentales. Esto último provoca llamadas a asfixiar a esos medios, tan vergonzosas como la última resolución del Parlamento Europeo… De todo eso surge la leyenda “imperialista” de Putin. La simple realidad es que ni Rusia ni China son países agresivos en política exterior. No buscan la hegemonía mundial y si les dejan su diplomacia contribuirá a un mundo menos peligroso. Es algo que salta a la vista a cualquier observador independiente.
Actualmente eres corresponsal en Francia. Hemos visto hace poco imponerse en las primarias de Los Republicanos a François Fillon, partidario de una política derapprochement con Rusia. Marine Le Pen o el Frente de Izquierdas apuestan más o menos por lo mismo. Y lo mismo ocurre en Moldavia o Bulgaria. ¿estamos asistiendo a un cambio de la política europea hacia Rusia?
La Unión Europea está en el centro de una crisis descomunal. La integración del Este ha sido un fracaso. Hoy ese espacio es periferia subordinada más parecida al estatuto que tenía en el periodo de entreguerras que al que tenía bajo el yugo soviético, cuando sus productos (desde los ordenadores hasta el mencionado sofá Schomberg) eran el top de la calidad y la modernidad en el bloque. En la Europa del Sur toda la magia del sueño europeo también ha desaparecido: la UE ya no significa más democracia y prosperidad, sino lo contrario, austeridad e imposición involutiva. En el centro, la pareja franco-alemana está en pleno divorcio no reconocido. Francia en el papel de mujer maltratada y Alemania como macho dominante. Pero lo más grave es que nada de todo esto es reconocido oficialmente por los políticos (e incluso por los periodistas) de Bruselas. Hemos tenido el Brexit, el referéndum de Italia, asistimos al regreso generalizado de los nietos de Pétain, Horthy, Pilsudski, Mussolini y demás (los de Franco nunca se fueron del todo), pero en Bruselas hay una máquina con treinta años de inercia incapaz de cambiar de rumbo. Al final creo que lo máximo que serán capaces de proponer será la “lepenización de Goldman-Sachs”. La crisis de la UE comienza a tener un caótico tufillo verdaderamente soviético. Y al mismo tiempo, por debajo de la mesa, en los estados mayores del norte se sueña con una Kerneuropa, una Europa matriz luterana sin los meridionales… Todo esto es grandioso.
Sí, es verdad, en ese contexto hay ciertos cambios y ciertas gesticulaciones. Respecto a Fillon, si su gaullismo no alcanza para referirse a este pastel en la UE, creo poco en su capacidad de cambiar las cosas hacia Rusia u Oriente Medio. De todas formas cierto avance del sentido común francés es ineludible gobierne quien gobierne. De momento Fillon aún no ha ganado las elecciones. En el pantano europeo, Francia es terreno frágil.

Ángel Ferrero
La Marea

domingo, 11 de diciembre de 2016

10 verdades sobre el Gobierno de Mauricio Macri en Argentina




Tras un año el poder el presidente argentino presenta un balance catastrófico. [1]

1. En un año, bajo el gobierno de Macri, hubo 200.000 despidos en Argentina.

2. Hubo una devaluación del peso del 40% lo que ha ocasionado un aumento masivo de los precios con consecuencias dramáticas para la mayoría de los argentinos.

3. Las tarifas de transporte, gas, agua y electricidad aumentaron entre un 200% y un 2000% según los casos.

4. La inflación pasó de un 32% al 45% y la economía está en recesión.

5. La política de austeridad llevada por el Gobierno ha tenido un impacto dramático sobre las clases populares, la vida económica y el desarrollo del comercio. Según la Iglesia Católica 1,4 millones de argentinos cayeron por debajo del umbral de pobreza desde la llegada al poder de Macri. En la capital la tasa de pobreza pasó del 20% al 33%. Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), el 32% de los argentinos vive en la pobreza, o sea 8,7 millones de personas, y el 6,3% vive en la indigencia, o sea 1,3 millones de personas.

6. Centenas de miles de argentinos multiplican las manifestaciones y exigen un cambio de política y el cese de las medidas contra las capas más vulnerables. Según los sondeos el 43% de los argentinos tiene una opinión negativa del gobierno de Macri contra un 26% que aprueba su gestión.

7. El importe de la deuda se disparó en un año pasando del 43% al 55% del PIB.

8. El déficit fiscal es de un 7%, lo que obligó al Gobierno a contratar préstamos de más de 50.000 millones de dólares en apenas un año.

9. El Gobierno de Macri también atentó contra la pluralidad de la prensa al censurar el canal latinoamericano TElesur, que ya no está disponible en el paquete que ofrece Cablevisión en Argentina.

10. El Gobierno Macri procedió a una represión implacable de toda protesta social. El caso de Milagro Salas, elegida al Parlamento suramericano y militante indígena, es emblemático. Está encarcelada desde enero de 2016, en violación de su inmunidad parlamentaria, bajo la acusación de “incitación a cometer delitos”, por organizar una manifestación en la provincia de Jujuy. Las Naciones Unidas denuncian esta represión y califican esta detención de “arbitraria” e ilegal. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Amnistía Internacional y otras organizaciones de defensa de los derechos humanos exigen también su liberación.

Salim Lamrani
Doctor en Estudios Ibéricos y Latinoamericanos de la Universidad Paris Sorbonne-Paris IV, Salim Lamrani es profesor titular de la Universidad de La Reunión y periodista, especialista de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Su último libro se titula Cuba, ¡palabra a la defensa!, Hondarribia, Editorial Hiru, 2016. http://www.tiendaeditorialhiru.com/informe/336-cuba-palabra-a-la-defensa.HTML Contacto: lamranisalim @yahoo.fr ; Salim.Lamrani @univ-reunion.fr Página Facebook: https://www.facebook.com/SalimLamraniOfficiel

Notas:

[1] Agence France-Presse , « Macri, un año con mucho ruido de cambio en una Argentina estancada », 8 de diciembre de 2016; Telesur, « Tarifazos, desempleo y pobreza: balance de un año de Macri », 22 de noviembre de 2016.