jueves, 31 de julio de 2008

DESTINO HISTÓRICO DE LA DOCTRINA DE CARLOS MARX


Vladimir Ilich Lenin

(1913)

Lo fundamental en la doctrina de Marx es que destaca el papel internacional histórico del proletariado como constructor de la sociedad socialista. El curso de los acontecimientos en el mundo entero, ¿confirmó esta doctrina desde que Marx la expuso?
Marx la formuló por primera vez en 1844. El Manifiesto Comunista de Marx y Engels, publicado en 1848, ofrecía una exposición integral y sistemática de esta doctrina, exposición que hasta la fecha sigue siendo la mejor. Desde entonces la historia mundial se divide con claridad en tres grandes períodos: I) desde la revolución de 1848 hasta la Comuna de París (1871); 2) desde la Comuna de París hasta la revolución rusa (1905); 3) desde la revolución rusa.
Veamos cuál ha sido el destino de la doctrina de Marx en cada uno de estos períodos.

I

Al comienzo del primer período, la doctrina de Marx no era, ni mucho menos, la imperante. Era sólo una de las muy numerosas fracciones o tendencias del socialismo. Las formas de socialismo que dominaban eran, en el fondo, afines a nuestro populismo: incomprensión de la base materialista del movimiento histórico, incapacidad de discernir el papel y la importancia de cada clase en la sociedad capitalista, ocultamiento de la naturaleza burguesa de las reformas democráticas bajo frases diversas casi socialistas sobre el "pueblo", la "justicia", el "derecho", etc.
La revolución de 1848 asestó un golpe mortal a todas estas formas ruidosas, abigarradas y pomposas del socialismo premarxista. La revolución mostró en todos los países a las distintas clases de la sociedad en acción. La matanza de obreros por la burguesía republicana en París, en las jornadas de junio de 1848 [61], demostró definitivamente que sólo el proletariado es socialista por naturaleza. La burguesía liberal temía cien veces más la independencia de esta clase que a cualquier reacción. El cobarde liberalismo se arrastró a sus pies. El campesinado se conformó con la abolición de los restos del feudalismo y se unió a los partidarios del orden, y sólo de vez en cuando vaciló entre la democracia obrera y el liberalismo burgués. Todas las doctrinas del socialismo que no sea de clase y de la política que no sea de clase, demostraron ser un simple absurdo.
La Comuna de París (1871) completó este desarrollo de las trasformaciones burguesas; sólo al heroísmo del proletariado debió su consolidación la república, es decir, la forma de organización estatal en que las relaciones de clase se manifiestan de un modo menos disimulado.
En todos los demás países europeos, una evolución más confusa y menos completa condujo al mismo resultado: una sociedad burguesa que había adoptado formas definidas. A fines del primer período (1848-1871), un período de tormentas y revoluciones, murió el socialismo premarxista. Nacieron los partidos proletarios independientes: la I Internacional (1864-1872) y el Partido Socialdemócrata Alemán.

II

El segundo período (1872-1904) se distinguió del primero por su carácter "pacífico", por la ausencia de revoluciones. Occidente había terminado con las revoluciones burguesas El Oriente aún no había madurado.
Occidente entró en una fase de preparación "pacífica" para una época de futuras trasformaciones. Se formaron en todas partes partidos socialistas, básicamente proletarios, que aprendieron a utilizar el parlamentarismo burgués, a crear su prensa cliaria, sus instituciones culturales, sus sindicatos y cooperativas. La doctrina de Marx obtuvo una victoria total y comenzó a difundirse. Lenta pero firmemente continuó progresando la selección y concentración de las fuerzas del proletariado, y su preparación para las futuras batallas.
La dialéctica de la historia era tal, que el triunfo teórico del marxismo obligó a sus enemigos a disfrazarse de marxistas. El liberalismo, podrido por dentro, intentó renacer en forma de oportunismo socialista. Interpretaron el período de preparación de las fuerzas para las grandes batallas como una renuncia a esas batallas. El mejoramiento de la situación de los esclavos para luchar contra la esclavitud asalariada lo interpretaron en el sentido de que los esclavos vendían por unos céntimos su derecho a la libertad. Predicaban cobardemente la "paz social" (esto es, la paz con los esclavistas), la renuncia a la lucha de clases, etc. Tenían muchísimos partidarios entre los miembros socialistas del Parlamento, diversos funcionarios del movimiento obrero y la intelectualidad "simpatizante".

III

Apenas los oportunistas se habían congratulado por la "paz social" y por que no eran necesarias las tormentas bajo la "democracia", cuando se abrió en Asia una nueva fuente de grandes tormentas mundiales. A la revolución rusa siguieron las revoluciones turca, persa y china. Hoy vivimos la época de esas tormentas y de sus "repercusiones" en Europa. Cualquiera sea la suerte reservada a la gran República China, contra la cual afilan hoy los colmillos las distintas hienas "civilizadas", no habrá en el mundo fuerza alguna que pueda restablecer en Asia la vieja servidumbre, ni barrer de la faz de la tierra la heroica democracia de las masas populares en los países asiáticos y semiasiáticos.
Algunas personas, no atentas a las condiciones de preparación y desarrollo de la lucha de las masas, fueron llevadas a la desesperación y el anarquismo por el largo aplazamiento de la lucha decisiva contra el capitalismo en Europa. Hoy vemos cuán miope y pusilánime fue esa desesperación anarquista.
No desesperación, sino ánimo debe inspirarnos el hecho de que ochocientos millones de hombres de Asia se hayan incorporado a la lucha por esos mismos ideales europeos.
Las revoluciones asiáticas nos han mostrado el mismo servilismo y bajeza del liberalismo, la misma importancia excepcional de la independencia de las masas democráticas, la misma pronunciada diferenciación entre el proletariado y la burguesía de todo tipo. Quien después de la experiencia de Europa y de Asia hable de una política que no sea de clase y de un socialismo que no sea de clase, merece simplemente que se lo meta en una jaula y se lo exhiba junto a un canguro australiano o algo por el estilo.
Después de Asia, también Europa ha comenzado a agitarse, pero no a la manera asiática. El período "pacífico" de 1872-1904 ha pasado para no volver. La carestía de la vida y la opresión de los trusts provocan la agudización sin precedentes de la lucha económica, que ha puesto en movimiento inclusive a los obreros ingleses, los más corrompidos por el liberalismo. Ante nuestros ojos madura la crisis política aun en Alemania, el más "intransigente" país de los burgueses y los junkers. La furiosa carrera armamentista del imperialismo y su política hacen que la Europa actual entre en una "paz social" que se parece más bien a un barril de pólvora. Mientras tanto, la descomposición de todos los partidos burgueses y la maduración del proletariado sigue firmemente adelante.
Desde la aparición del marxismo, cada uno de los tres grandes períodos de la historia mundial le ha traído nuevas confirmaciones y nuevos triunfos. Pero al marxismo aún le espera una victoria mayor, como doctrina del proletariado, en el próximo período histórico.

[61] Se refiere a la sublevación del proletariado de Paris del 23-26 de junio de 1848 reprimida por el gobierno reaccionario de la burguesía. [pág. 82]

domingo, 27 de julio de 2008

Nuestra batalla de hoy es la misma iniciada el 26 de julio de 1953


Discurso del presidente Raúl Castro por el Aniversario 55 del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, pronunciado este 26 de Julio en Santiago de Cuba

Santiagueras y santiagueros;

Compatriotas:

Cincuenta y cinco años son un período corto en la vida de un pueblo, pero suficientes para confirmar que el 26 de Julio marcó el inicio de una nueva era en la historia cubana.
Fidel, en su medular intervención en el acto conmemorativo del XX Aniversario, también en Santiago de Cuba, rememoró estos encendidos versos del destacado dirigente comunista y notable intelectual Rubén Martínez Villena:

"Hace falta una carga para matar bribones,

para acabar la obra de las revoluciones,

para vengar los muertos que padecen ultraje,

para limpiar la costra tenaz del coloniaje,

para no hacer inútil, en humillante suerte,

el esfuerzo y el hambre, y la herida y la muerte;

para que la República se mantenga de sí,

para cumplir el sueño de mármol de Martí;

para que nuestros hijos no mendiguen de hinojos,

la patria que los padres le ganaron de pie."

Y concluyó su discurso afirmando:

“Rubén: el 26 de Julio fue la carga que tú pedías”.
Muchas dificultades y momentos difíciles hemos enfrentado los cubanos desde aquel memorable acto de 1973. Sólo las profundas convicciones y firme voluntad de resistir y vencer de nuestro pueblo, han hecho posible celebrar con orgullo y optimismo este nuevo aniversario.
El periódico Granma tuvo la feliz iniciativa de reproducir en días recientes, en 15 partes, dicha intervención. Ello hace innecesario referirnos a los antecedentes, causas, condiciones y consecuencias del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, expuestos por el Jefe de la Revolución aquel día en irrepetible síntesis.
Ese discurso, además de un sólido análisis del pasado y el presente de entonces, constituye una certera y precisa valoración de las duras realidades que deparaba el futuro y las vías de enfrentarlas.
Un día como hoy, en 1973, Fidel afirmó que la única salvación para los pueblos de Latinoamérica estaba en unirse y librarse del dominio imperialista, pues sólo así lograrían ocupar un lugar entre las grandes comunidades humanas.
Y refiriéndose a nuestra región, agregó lo siguiente:
“Solo esto nos daría las fuerzas para enfrentar los gigantescos problemas alimenticios, económicos, sociales y humanos de una población que ascenderá a 600 millones en 25 años más. Solo esto haría posible nuestra participación en la revolución científico-técnica que conformará la vida del futuro. Solo esto nos hará libres”.
Más adelante alertó:
“…el lujo y el despilfarro de las sociedades capitalistas desarrolladas agotan recursos naturales no recuperables, como el petróleo, cuyo precio amenaza con elevarse extraordinariamente”. Hasta aquí sus palabras.
Parece dicho hoy y fue hace 35 años. Con razón Abdelazís Bouteflica, entrañable amigo de Cuba y Presidente de la hermana Argelia, expresó en una ocasión:
“Hemos tenido el inmenso privilegio de tener como amigo al compañero Fidel, que nunca nos ha fallado. Fidel tiene la rara cualidad de viajar al futuro, regresar y explicarlo“, sentenció.
Los 55 años transcurridos desde el 26 de julio de 1953, han justificado con creces por qué se escogió Oriente, y en particular Santiago de Cuba y Bayamo, para reiniciar la entonces inconclusa Revolución cubana. En esta tierra indómita de mambises y rebeldes, como en toda Cuba, permanecen vivas las gloriosas tradiciones patrióticas y revolucionarias de nuestro pueblo.
El país, desde el mismo año 1959, ha hecho grandes esfuerzos por desarrollar las provincias orientales, donde hoy vive el 35% de toda la población, pero aún siguen en desventaja con el resto de la nación. El período especial y los desastres naturales que nos han azotado con particular fuerza, influyeron además en que no hayamos podido avanzar con mayor celeridad.
Somos conscientes de la gran cantidad de problemas que aún quedan por resolver, la mayoría de los cuales afectan de manera directa a la población. No obstante, debemos reconocer que en los últimos tiempos se han aprovechado bien y rápido los limitados recursos que el país ha podido entregar adicionalmente a la región oriental.
Ejemplo de ello es la reanimación de numerosas instalaciones que mejoran la calidad de vida de la población y contribuyen a la educación y el esparcimiento.
Va a buen ritmo una obra muy valorada por los santiagueros, iniciada en el pasado año: la reconstrucción y ampliación del acueducto. Este viejo y grave problema debe quedar resuelto definitivamente en el 2010, cuando toda la ciudad tendrá solucionado el abasto diario de agua.
Restará para el 2011 concluir la rehabilitación de los acueductos de El Cobre y El Cristo, que también tendrán agua diariamente, y la construcción de la conductora de 25 kilómetros desde la presa Carlos Manuel de Céspedes hasta la Gilbert, que garantizará una fuente adicional ante grandes sequías.
Hasta ahora se han terminado 370 kilómetros de redes y 593 kilómetros de acometidas, aproximadamente la tercera parte de los necesarios, que ya han permitido beneficiar algo más de 26 mil viviendas donde residen unos 111 mil santiagueros.
Además están concluidos 24,6 kilómetros de grandes conductoras, cerca del 17% del total a construir. En fecha próxima concluirá la modernización de la planta potabilizadora Quintero Uno, la cual elevará la calidad del agua que se suministra.
Se cuenta con el equipamiento que requieren estas labores, y para emplearlo óptimamente debe organizarse el doble turno, siempre que resulte aconsejable y teniendo en cuenta además causar las menores molestias posibles a la población, pues una buena parte del trabajo a ejecutar es dentro de la ciudad. El principio es abrir la zanja e inmediatamente poner las tuberías y tan pronto se ejecuten las pruebas, restablecer la vía.
Controlaremos mes por mes el cronograma de ejecución de estas obras, que firmaron los máximos responsables de las instituciones involucradas. Es decir, Fidel Figueroa, ministro de la Construcción; René Mesa, presidente del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos; y Rolando Yero, presidente del Poder Popular en esta provincia.
No se trabaja sólo aquí, también se hace con las 27 brigadas que se han creado con este fin, en los acueductos de Holguín, Baracoa, Tunas y otros de las provincias orientales, así como en el de la capital del país, Camagüey y varios más en el occidente y centro de la isla. Incluye además los de decenas de poblados y pequeñas comunidades.
Alerto que en la medida que se distribuya más agua, más habrá que ahorrarla. Es un recurso muy valioso e imprescindible para todo. Por tanto, hay que emplearlo con la mayor racionalidad.
También ha sido necesario trabajar muy fuerte y con urgencia en la recuperación de los viales, buena parte de ellos prácticamente destruidos por la tormenta tropical Noel a finales del pasado año. Es mucho lo que resta por hacer, pero pese a las limitaciones de recursos, sólo en las provincias orientales y Camagüey han sido reconstruidos alrededor de 3 550 kilómetros de caminos y carreteras, y la totalidad de los 120 kilómetros de vías férreas afectadas, incluidos la mayoría de los puentes y otras obras de fábrica de considerable magnitud.
Se trabaja igualmente en varios trasvases a lo largo de la nación, que son, en síntesis, obras que permiten maniobrar con el agua de unas provincias a otras. De ellos, por su importancia, se ha informado en amplios reportajes en nuestros medios de difusión.
Mencionaré sólo el llamado trasvase este-oeste en Holguín, el cual marcha a buen ritmo. Próximamente quedará inaugurada su primera etapa, que permitirá el abastecimiento estable de agua a la capital provincial y otras localidades, en la misma medida en que vaya concluyendo el restablecimiento de las redes.
Las brigadas que ejecutan estas obras tienen el equipamiento necesario. Además se ha incrementado considerablemente la capacidad de producción de tubos de polietileno de alta densidad, con la construcción de las fábricas de Holguín y Ciudad de La Habana, que se suman a la de Ciego de Ávila que funciona desde hace años.
Es una gigantesca inversión que se lleva a cabo con la vista puesta no sólo en el presente, sino especialmente en el futuro. Algo de extraordinaria importancia en una isla larga y estrecha como la nuestra, donde las aguas se van rápido al mar y nos vemos sometidos cíclicamente a períodos de intensa sequía que podremos aliviar trasvasando los recursos hídricos, incluyendo los existentes en los macizos montañosos, a través de grandes túneles.
Una previsión que nos agradecerán todos, en particular las futuras generaciones, esas que les tocará vivir en un mundo donde el agua potable será un recurso cada vez más escaso y caro.
Por ello, no pocos pronostican que las guerras del mañana serán motivadas por la conquista de las reservas de este insustituible recurso natural. Ya en la actualidad se libran las guerras por el petróleo.
Entre las nuevas inversiones que se acometen en colaboración con Venezuela, ocupa un lugar destacado la Petroquímica: el incremento de la refinación de petróleo, la producción de fertilizantes y la fabricación de resinas sintéticas como el llamado PVC, que se emplea, entre otros usos, para las petrocasas, de las que ya comenzaron a edificarse 100 en el reparto La Risueña de esta ciudad, similares a las construidas en Cienfuegos, como parte de las pruebas que se realizan en nuestras condiciones ambientales.
Se acometen además, en unos casos con nuestros propios recursos y en otros con empresas extranjeras, importantes ampliaciones en el níquel, el cemento y la minería. Muchas de estas obras serán aquí en Santiago de Cuba y en otras provincias orientales, aunque están diseminadas por todo el país. Por ejemplo, ya se prepara la ampliación de la refinería “Hermanos Díaz” hasta más del doble de su capacidad actual, con lo que estará en condiciones de abastecer de derivados del petróleo a todo el oriente cubano.
Como decíamos el pasado día 11 en el Parlamento, es un extraordinario esfuerzo para invertir los recursos existentes en esferas que generen utilidades en el menor plazo posible. Como nunca debe existir estrecha coordinación entre inversionistas, proyectistas y constructores para lograr la mayor eficiencia y concluir cada obra en el plazo pactado.
No olvidar que estamos en medio de una verdadera crisis mundial que no es sólo económica, se asocia también al cambio climático, el empleo irracional de la energía y a crecientes problemas de todo tipo.
Es una situación que impacta a todas las naciones y de manera particularmente dramática a los pueblos del Tercer Mundo. Hay fuertes llamados de alerta de organismos internacionales como la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), cuyo director general nos visitó hace pocos días y ha denunciado de forma valiente y con sólidos argumentos la seriedad de esta crisis de consecuencias impredecibles.
Ante esa crisis permanecen pasivos los gobernantes de los países ricos y las grandes empresas transnacionales, una actitud no sólo egoísta e irresponsable, sino además suicida, pues quieran o no, todos vivimos en este pequeño planeta.
Incluso el Presidente del Banco Mundial, una organización a la que nadie calificaría de opuesta al capitalismo, presionó hace pocos días a los países industrializados a participar en la solución del problema. Sólo encontró oídos sordos, a pesar de que les propuso contribuir al Programa de Alimentos de la ONU con la ridícula cifra de 500 millones de dólares. Tanto el Banco Mundial como el Fondo Monetario Internacional afirman que la situación de los alimentos es grave y la empeora la política de los Estados Unidos de promover los agrocombustibles.
La mayoría de nuestro pueblo ha demostrado poseer los conocimientos y madurez suficientes para comprender estas realidades que resultan sencillamente insoslayables. Otras personas, en cambio, pretenden cerrar obstinadamente los ojos ante los problemas del mundo.
Reitero que la Revolución ha hecho y continuará haciendo cuanto esté a su alcance para seguir avanzando y reducir al mínimo las inevitables consecuencias de la actual crisis internacional para la población. No obstante, debemos explicar oportunamente a nuestro pueblo las dificultades y así poder prepararnos para enfrentarlas. Hay que acostumbrarse a no sólo recibir buenas noticias.
Algunas opiniones recogidas respecto al anteproyecto de Ley de Seguridad Social demuestran que es necesario continuar informando sobre este asunto de importancia estratégica.
El proceso de estudio y consulta con todos los trabajadores que comenzará el próximo mes de septiembre, previo a la aprobación de la Ley por la Asamblea Nacional en diciembre, servirá para esclarecer todas las dudas y brindará la oportunidad de expresar cualquier criterio.
Todos serán escuchados con atención, coincidan o no con la opinión de la mayoría, tal como se ha venido haciendo con los planteamientos derivados del proceso de reflexión sobre el discurso del pasado 26 de julio. No aspiramos a la unanimidad, que suele resultar ficticia, en este o en cualquier otro tema.
No obstante, tener presente que en 1953, el año en que atacamos este cuartel y el de Bayamo, la esperanza de vida de los cubanos era de 59 años, casi 20 menos que la actual, lo que significa además que hoy vivimos 5 años más que el promedio de los latinoamericanos y caribeños, así lo dije en la Asamblea Nacional; recordar que en el pasado imperaban el tiempo muerto, las largas filas de desempleados, el desalojo de campesinos de la tierra que cultivaban y de trabajadores de sus viviendas por no poder pagar el alquiler; no olvidar aquella terrible imagen de niños famélicos, pidiendo limosnas, sin médicos ni escuelas.
Por acabar con toda esa injusticia, resumida por Fidel en La Historia me Absolverá, han dado la vida miles de compatriotas, incluidos los mártires del Moncada y Bayamo. Es bueno recordar ese cuadro de miserias y desigualdades que heredó la Revolución hace casi medio siglo, teniendo en cuenta que el 71% de los cubanos de hoy nació después del primero de enero de 1959.
Todavía nos faltan muchas cosas que quisiéramos pudiera disfrutar nuestro pueblo, aunque es una realidad muy diferente a la que encontró la Revolución. Recuerdo que en los momentos más agudos del período especial, un dirigente obrero latinoamericano, hablando a sus colegas cubanos les manifestó: “Ustedes tendrán muchos problemas, pero yo, que conozco mi país y gran parte del continente, les doy un consejo: ¡cuiden lo que tienen!”, alertó.
Por muy grandes que sean nuestros deseos de resolver cada problema, no podemos gastar más de lo que tenemos. Y para sacarle máximo provecho es imprescindible ahorrar de todo, en primer lugar combustible.
Repito lo dicho por el Jefe de la Revolución, en esta misma tribuna, un día como hoy hace 35 años, pues pienso que tiene validez permanente, cuando expresó:
“Como país pobre, sin grandes recursos naturales de fácil explotación, que tiene que trabajar duramente para ganarse el pan, en medio de un mundo donde gran parte de los pueblos viven en la mayor pobreza (…) los objetivos de nuestro pueblo en el orden material no pueden ser muy ambiciosos”. Y añadió:
“Será nuestro deber en los próximos años elevar al máximo la eficiencia en la utilización de nuestros recursos económicos y humanos. Llevar la cuenta minuciosa de los gastos y los costos. Y los errores de idealismos que hayamos cometido en el manejo de la economía saberlos rectificar valientemente”, concluyó.
Recientemente se publicaron los Decretos Leyes sobre la distribución de tierras ociosas y para la retribución salarial a los maestros y profesores que regresen a las aulas, tareas que han recibido un importante respaldo de la población.
También se extiende a un ritmo satisfactorio la experiencia de la distribución directa de la leche del productor a la bodega, de la que hablé hace un año en Camagüey.
El pasado 30 de junio estaban recibiendo leche por esa vía los consumidores normados de 5 361 bodegas, que representan el 49% de las existentes en los 154 municipios con posibilidades de participar en la experiencia. En los primeros seis meses de este año se han vendido de esta forma 52 millones de litros de leche.
Adicionalmente, ha permitido ahorrar más de 1 800 toneladas de combustible, con un valor superior a los dos millones 350 mil dólares, y con el incremento de la distribución directa de la leche, este ahorro de combustible debe ser mayor cada año.
También se trabaja en una mejor organización de la transportación de cargas, pues está comprobado que cuando existe se ahorra hasta un 20% del combustible.
Además, en 16 municipios se lleva a cabo una experiencia consistente en centralizar el transporte destinado a asegurar las tareas en esa instancia, salvo los casos en que no resulte lógico por el carácter de las misiones o ser vehículos especiales. La prueba viene demostrando que con el 30% del transporte de carga que hoy funciona pueden cumplirse las mismas tareas. Se continuará avanzando en esta experiencia a un ritmo que garantice aplicarla con rigor, para no malograr esta idea, que por cierto ha tenido que enfrentar la inútil resistencia de algunos.
Hay otros avances en sectores vitales de la economía. Se va cumpliendo el plan de producción de petróleo, aunque como es sabido está aún lejos de satisfacer nuestras necesidades; además una parte se produce mediante negocios conjuntos con empresas extranjeras, a las cuales hay que comprarles, a los altos precios actuales, el volumen que les corresponde.
También avanza la recuperación del turismo. Han arribado al país hasta el 25 de junio, cerca de 1 millón 309 mil turistas, que representa un crecimiento del 14,8% respecto a igual período del pasado año. Y algo muy importante: se han reducido los costos en que se incurre por cada dólar de ingresos.
Igualmente se mantiene nuestra colaboración con otros pueblos. Precisamente en esta ciudad será en diciembre próximo la Tercera Cumbre Cuba-CARICOM, con cuyos integrantes, los países del Caribe, existe un creciente intercambio. Estamos seguros de que los santiagueros serán excelentes anfitriones.
También se ha decidido que sea aquí, en nuestra Ciudad Héroe, la celebración de un acontecimiento extraordinario: el aniversario 50 del triunfo de la Revolución. Ayer, hoy y siempre: ¡Santiago sigue siendo Santiago!
Y junto a la producción, la defensa continuará sin descuidarse, independientemente de los resultados de las próximas elecciones presidenciales en los Estados Unidos.
La preparación para la defensa del país marcha bien. En noviembre del 2007 realizamos con resultados satisfactorios los ejercicios Moncada en el occidente y centro de la isla. En el territorio oriental se llevó a cabo en el pasado mes de junio, pues se decidió posponerlo para no afectar las labores recuperativas tras las intensas lluvias de fines del pasado año.
Sigue desarrollándose de forma favorable la Operación Caguairán, que ha permitido elevar significativamente la preparación del personal de las reservas que completan las tropas regulares y de nuestros milicianos.
De manera simultánea ha continuado el acondicionamiento ingeniero del teatro de operaciones militares y la modernización del armamento y el resto de los medios, así como la superación y formación de oficiales, de los que este año se graduaron más de 2 000, la mayor cifra en los últimos diez años.
Unido a lo anterior, se crean las condiciones para realizar con la máxima calidad y rigor, en el mes de noviembre, el Ejercicio Estratégico Bastión 2008.

Compañeras y compañeros:

Cuando imaginamos 50 años hacia delante parece algo muy lejano, pero al pasar revista a los últimos 55, pienso que realmente han transcurrido muy rápido.
Ninguno de nosotros soñó con estar aquí hoy cuando asaltamos el Moncada, ni siquiera cuando en cumplimiento de la orden del Comandante en Jefe, entramos triunfantes en esta fortaleza el primero de enero de 1959, exactamente 5 años, 5 meses y 5 días después. Casi todos teníamos veinte o treinta y tantos años, algunos incluso menos, y medio siglo nos parecía una eternidad. Si algo hemos aprendido bien es que el tiempo pasa velozmente. Desperdiciarlo por inercia o vacilación es una negligencia imperdonable. Hay que aprovechar cada minuto, aprender rápido de las experiencias, incluidos los errores cometidos, que siempre dejan alguna enseñanza, si son analizados con profundidad.
Los problemas y tareas fundamentales los seguiremos analizando con el pueblo, en particular con los trabajadores, con la misma confianza y claridad de siempre. Así buscaremos las mejores soluciones, sin preocuparnos por quienes en el exterior intentan sacar partido de esos debates. Tarde o temprano, la verdad se impone.
Continuaremos atendiendo, preparando y escuchando a nuestros jóvenes para que actúen con la firmeza, convicciones y lealtad de nuestros Cinco Héroes. Somos conscientes de la alta responsabilidad y compromiso que corresponde a las nuevas generaciones, y estamos seguros de que al igual que aquellos que siguieron sin vacilación a Céspedes en 1868, a Martí en 1895 y a Fidel en 1953, sabrán estar a la altura del momento histórico que les ha tocado vivir, igualmente difícil y glorioso.
No olvidar nunca que esta es la Revolución socialista de los humildes, por los humildes y para los humildes. No traicionaremos jamás la memoria de los caídos en combate o asesinados en Santiago de Cuba y Bayamo hace 55 años.
En los días que siguieron al asalto, este cuartel se bañó en sangre por doquier, desde los calabozos en el sótano hasta el mismo techo del edificio, al cual me subieron una madrugada por varias horas, cuando me condujeron hasta aquí desde San Luis, donde fui hecho prisionero. No se borrará jamás de mi mente la horrenda escena de la sangre ya coagulada de mis compañeros dispersa por toda aquella azotea.
Esa terrible imagen, esa mancha al nombre glorioso de Guillermón Moncada, sólo podía lavarla la felicidad y la sonrisa de las decenas de miles de niños que han pasado por las aulas de este gran Centro Escolar, uno de los primeros cuarteles de la tiranía convertidos en escuelas. Es parte del fruto de la obra de todo un pueblo y del sacrificio de cuantos han ofrendado la vida por los mismos ideales, desde las luchas por la independencia hasta el presente, en Cuba y en el cumplimiento del deber internacionalista.
Nuestra batalla de hoy es la misma iniciada el 26 de julio de 1953, sólo que en nuevos escenarios, a una escala superior y ahora en defensa de las grandes conquistas alcanzadas durante medio siglo.
Enfrentamos un enemigo mucho más poderoso que los soldados de la tiranía parapetados tras los muros de este cuartel y el de Bayamo, pero también ha crecido extraordinariamente la fuerza de nuestro pueblo gracias a la unidad, organización, conciencia revolucionaria y conocimientos alcanzados. Son también muy superiores los motivos para sacrificar, si es necesario, la vida en el empeño.
Hace 55 años, un puñado de revolucionarios intentamos tomar el cielo por asalto. Entonces nos impulsó el afán de barrer la ignominia de nuestra tierra y cumplir el propósito martiano de conquistar toda la justicia para el pueblo.
En nombre de todos los patriotas de esta isla, desde la heroica Santiago de Cuba, cuna de la Revolución, a ti, Fidel, dedicamos este 55 Aniversario y te decimos:

¡Continuaremos la carga que pidió Rubén y tú iniciaste el 26 de Julio!

¡Gloria eterna a nuestros mártires!

¡Viva la Revolución!

¡Viva Cuba libre!

sábado, 26 de julio de 2008

La cuarta flota, ¿una reacción tardía?



La potencia hegemónica global, en su afán de controlar el mundo, ha organizado el mando de sus Fuerzas Armadas en Comandos Unificados con sus componentes de Ejército, Fuerza Aérea, Cuerpo de Infantería de Marina, Marina de Guerra, Fuerzas de Operaciones Especiales, etc., que tienen a su cargo, cada uno, un Área de Responsabilidad.

A la América Central, el Caribe y América del Sur les corresponde el Comando Meridional.
La Marina de Guerra de Estados Unidos es uno de los Servicios Armados que integran sus Fuerzas Armadas y, de acuerdo con las funciones administrativas, sus buques, aviones y otros medios se agrupan en Flotas que constituyen el componente naval de los Comandos Unificados. Las Flotas se clasifican de la forma siguiente:
Flotas operativas: existen dos, la Flota del Atlántico (denominada desde el 2006 como Comando de las Fuerzas de Flota de los Estados Unidos) y la Flota del Pacífico, a las cuales se asignan de forma más o menos equitativa los buques.
Flotas numeradas: en cada Flota Operativa existen dos o tres flotas numeradas, a las cuales se les asignan los buques, de acuerdo con sus misiones (esta organización también tiene carácter operacional) y la región donde operan; a la Flota del Atlántico pertenecen la Segunda y la Sexta Flotas (esta última actúa fundamentalmente en el Mar Mediterráneo, y es el componente naval del Comando de Europa); a la Flota del Pacífico pertenecen las Tercera, Quinta (activada en 1997) y Séptima Flotas.
Según un comunicado del Pentágono del mes de abril, a partir del día primero de julio queda reactivada la Cuarta Flota de la Marina de Guerra de Estados Unidos (desactivada en 1950), con la misión declarada de llevar a cabo "operaciones de Seguridad Marítima en la región, en apoyo a los objetivos de EE.UU. y a las actividades de cooperación y de seguridad para promover la estabilidad y disuadir la agresión conjuntamente con los restantes componentes del Comando Meridional y fuerzas aliadas; promover la paz, estabilidad y prosperidad en el Área de Responsabilidad del Comando".
Muchas son las interpretaciones y conjeturas que han hecho políticos y analistas acerca de este sorpresivo hecho: algunos, los más ingenuos, plantean que es algo intrascendente solo para que los pueblos y gobiernos de la región piensen que los "benefactores y salvaguardas del mundo" no los olvidan, pero no pasa de ahí. Otros, consideran que es un simple acto de demostración de su poder militar para neutralizar los impulsos esperanzadores de los pueblos más oprimidos.
En nuestra opinión, la reactivación de la Cuarta Flota tiene un importante significado: es una reacción tardía del gobierno de EE.UU. ante el avance indetenible de las ideas revolucionarias de los pueblos latinoamericanos y caribeños cansados y, sobre todo, conscientes, de la explotación a la que los ha sometido un orden internacional injusto y criminal. Es la expresión de la prepotencia imperial que se resiste a su desaparición y están dispuestos a emplear la fuerza militar para evitarla.
Debe tenerse en cuenta que la Flota constituye una agrupación de fuerzas de carácter eminentemente ofensivo, que cuenta con los medios que le permiten ocupar y controlar un área marítima adyacente a las costas de cualquier país y, desde ella, asestar potentes golpes aéreos y coheteriles sobre objetivos ubicados en su territorio; realizar desembarcos de tropas y apoyarlas en su avance.
Es evidente que en América Latina, en los últimos años, se lleva a cabo un proceso de concientización de las masas, que ha ido en escalonado progreso, y han surgido dirigentes izquierdistas, en unos casos, y progresistas en otros, con una tendencia a la unidad e integración, que dio ya algunos frutos.
Por otro lado, la administración Bush, empantanada en su "guerra contra el terrorismo" en Iraq y Afganistán y sus intenciones de dominar el Gran Oriente Medio, amenazando a Irán y a Siria, a lo que se suma sus aventuras en el intento de crear un sistema de defensa antimisiles en Europa contra la Federación de Rusia y una profunda crisis económica en su país, que es ya global, ha desatendido su "patio trasero".
Pero hay algo más, en este "patio trasero" han aparecido grandes reservas de hidrocarburos: petróleo y gas, cuando el insaciable consumo de las naciones poderosas y el agotamiento a corto plazo de las fuentes y la especulación, han elevado los precios a niveles inimaginables, generándose una crisis energética; se ha incrementado el precio de los alimentos, cuando la humanidad está enfrentando una crisis alimentaria; existe la mayor riqueza en diversidad biológica del mundo en la Amazonía, cuando el cambio climático y la tala indiscriminada de bosques originan una verdadera crisis ecológica global.
La Cuarta Flota no cuenta con una plantilla o estructura establecida, se integraría con buques traídos de la Flota del Atlántico con la posible composición de: un Grupo de Batalla de Portaaviones, constituido por un portaaviones nuclear tipo Nimitz, así como algunos buques de superficie y submarinos destinados para su escolta; dos buques de asalto, cada uno con 1 870 infantes de marina, cinco cazabombarderos AV-8 Harrier, 42 helicópteros de transporte de tropas Sea Knight, seis helicópteros antisubmarinos SH-60B y tres lanchas de desembarco sobre colchón de aire; además, varios destructores, fragatas, submarinos y buques de aseguramiento logístico.
Llama la atención que ha sido designado como jefe de esta Flota el Contralmirante Joseph Kerman, con una larga historia como miembro de SEAL (Fuerzas de Operaciones Especiales Navales), y que hasta este momento era jefe del Comando de Guerra Especial Naval, que es el componente naval del Comando de Operaciones Especiales de los Estados Unidos. Un militar con esta experiencia no es el más indicado para dirigir tareas de cooperación en acciones humanitarias, como salvamento en caso de desastres, atención médica a damnificados o la lucha contra el narcotráfico.
Por otra parte, el Contralmirante James W. Stevenson, jefe de la Marina del Comando Sur de EE.UU., dijo recientemente que "sus naves llegarán hasta el tremendo sistema de ríos en Sudamérica, navegando en las aguas marrones más que en las tradicionales aguas azules". Estas palabras tienen sabor a intervención. No debe olvidarse que en América del Sur existen grandes ríos navegables como el Magdalena, Orinoco, Amazonas, La Plata, que permiten penetrar profundamente hasta regiones estratégicas y ricas en recursos naturales del sureño continente.

Guillermo Rodríguez Del Pozo
General de División (R). Doctor en Ciencias Militares. Presidente del Centro de Estudios de Información de la Defensa.

Yo tuve un hermano.



El escritor argentino Julio Cortázar (1914-1984) escribió en 1967 un poema dedicado a Ernesto Che Guevara en el que señala, desde su perspectiva de intelectual comprometido con la realidad de América Latina, lo que mucho sentimos al recordar la figura del Guerrillero Heróico: “le tomé su voz, libre como el agua”.

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No nos vimos nunca pero no importaba.
Yo tuve un hermano
que iba por los montes
mientras yo dormía.
Lo quise a mi modo,
le tomé su voz
libre como el agua,
caminé de a ratos
cerca de su sombra.

No nos vimos nunca
pero no importaba,
mi hermano despierto
mientras yo dormía,
mi hermano mostrándome
detrás de la noche
su estrella elegida.

Julio Cortázar

Carta de la Comisión Internacional de las FARC EP



Luego de la emotiva carta de los comandantes Granda y Santrich de las FARC EP agradeciendo las multitudinarias voces de aliento llegadas de todo el mundo, la Comisión Internacional del Ejército del Pueblo envía a la redacción de la ABP una carta de agradeciemiento a los amigos más "allá de las tempestades y el rayo".
Como servicio a nuestros lectores publicamos el documento en su totalidad .

Agradecimiento

“La amistad es el único vínculo que corresponde
a hermanos de armas, de empresa y de opinión”
Simón Bolívar

A nuestros amigos en el mundo, a los liderazgos políticos y sociales, a los pueblos de Nuestra América, a los intelectuales, a los partidos y movimientos políticos, y a todos los hermanos y hermanas de causas y de sueños:
Cuán difícil resulta encontrar las palabras adecuadas para expresar nuestra eterna gratitud por tanta solidaridad y tanto amor dispensado por ustedes en el momento de la tristeza por la partida de nuestro Comandante en Jefe, el legendario Manuel, por la muerte de Raúl en un ataque militar conjunto de los gobiernos de Washington y Bogotá, y por el vil asesinato de Iván Ríos en las montañas del eje cafetero de Colombia…
Doblegando el triunfalismo mediático de las oligarquías y el imperio, continuamos aquí, en nuestra trinchera de combate, reafirmando con Bolívar que es imperturbable nuestra resolución de independencia o nada. Ante nuestro Comandante en Jefe, ante el altar sagrado de la patria, hemos jurado vencer, y ¡venceremos!
Con una moral tan alta que alcanza a tocar “el mismo invisible pecho del cielo”, los combatientes de las FARC continuamos con redoblados bríos, acrecentados por su solidaridad, y en postrer homenaje a los que ofrendaron sus vidas y su sangre generosa, la lucha irreversible por la Nueva Colombia, la Patria Grande y el Socialismo.
Inflamados de profundo orgullo revolucionario podemos proclamar a plena voz, que tenemos amigos más allá de las tempestades y del rayo, y que la hermanación de todas las luchas de los pueblos es la garantía de la victoria. “Unidos seremos fuertes y mereceremos respeto; divididos y aislados, pereceremos”.
Empuñando el recio fusil de nuestras ideas que dispara el fuego de Bolívar y de Marx, potencias fulminantes contra la opresión, seguiremos con ustedes y con las banderas de todos los héroes de nuestra independencia, resistiendo al predominio del imperio y combatiendo por la Patria Grande y el Socialismo, y por el decoro de nuestros pueblos.

Comisión Internacional de las FARC-EP

Montañas de Colombia, julio 10 de 2008

viernes, 25 de julio de 2008

Entrevista a Iván Márquez del secretariado de las FARC



Las agencias ANNCOL y ABP Noticias presentan a sus lectores la trascripción de las respuestas dadas por el Comandante Iván Márquez, integrante del Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC-EP, a preguntas planteadas por el
Periodista William Parra de TELESUR, sobre diversos temas referidos a la realidad de la confrontación política y social que se desenvuelve en Colombia.

En primer lugar, ¿qué significa la muerte del comandante Manuel Marulanda Vélez y cómo ha sido asimilada por las FARC la desaparición de su líder histórico? Significa la ausencia dolorosa de un imprescindible; del constructor del Ejército del Pueblo; del estratega de la Campaña Bolivariana por la Nueva Colombia; del legendario comandante, artesano de la concepción táctica, operacional y estratégica de las FARC y de la guerra de guerrillas móviles; del conductor político de la insurgencia… Manuel Marulanda Vélez -como en los versos de Neruda- “no ha muerto. Está en medio de la pólvora, de pie, como mecha ardiendo”. Sigue combatiendo desde las montañas rebeldes de la eternidad. Sigue vivo en los fusiles de los guerrilleros farianos, en el Plan Estratégico, en la Plataforma Bolivariana por la Nueva Colombia y en el anhelo colectivo de Patria Grande y Socialismo, que son una inmensa bandera al viento. Ante nuestro Comandante en Jefe, ante el altar de la patria, hemos jurado vencer, y venceremos. ¿Cómo asimilamos esta ausencia? Reafirmando nuestra determinación de lucha. Estrechando nuestra cohesión. Ratificándonos en nuestros principios. Empuñando con más fuerza el libro y los fusiles del imbatible escudo guerrillero de las FARC.
Según su punto de vista ¿cuál es el mayor legado que ha dejado Manuel Marulanda Vélez al país? Haber sentado las bases para el Nuevo Poder con la construcción de un ejército popular bolivariano, cohesionado en sus estructuras, en torno al Plan Estratégico, irreversible en su propósito de toma del poder para el pueblo. Manuel Marulanda Vélez es ejemplo de convicción, de perseverancia y de lucha inclaudicable. Jamás seremos inferiores a la fe que han depositado los pueblos de Nuestra América en la lucha de resistencia de las FARC. Sus manifestaciones abrumadoras de solidaridad nos hacen exclamar con el Libertador Simón Bolívar que “es imperturbable nuestra resolución de independencia o nada”.
¿Nos puede hacer una breve semblanza de Manuel Marulanda Vélez? Estoy trabajando una semblanza titulada MANUEL MARULANDA VÉLEZ el héroe insurgente de la Colombia de Bolívar. Por ahora sólo atino responder su requerimiento con los destellantes versos épicos del poeta Luis Vidales: “Canto Colombia a Manuel, el guerrillero/ es éste, América Latina, el que yo canto/ a éste, mundo de hoy, os lo presento/ Manuel es el padre de la selva colombiana/ es el pastor de la paz en el rebaño/ Manuel es hermano de los ríos y del viento/ y allá donde es más libre la montaña/ dulce patria hacia el cielo, allá lo siento/ En su loor la noche iluminada/ suelta su tiroteo de luceros/ Las altas tierras limpias lo vieron colombiano/ y el aire puro le fue dócil a su sueño/ El águila que pasa es un disparo/ cada ave es como un papel que cruza el cielo/ Para hablarle de patria los árboles susurran/ y el mástil de la palma flamea su bandera/ para indicar que pasa el guerrillero/ ¡Un momento! le dice la límpida mañana/ y sobre un risco del ande americano/ le saca una foto espectral de cuerpo entero/ Los árboles son como escuadras de su ejército/ por defensor del pobre, pariente próximo del trigo/ como a éste le sucede: que cuarenta veces lo han dejado muerto/ sólo para quedar cuarenta veces vivo.
Murió el comandante Marulanda en un mal momento para las FARC; el mes de marzo fue muy duro para la organización insurgente; perdieron no sólo a Raúl Reyes y a Iván Ríos… ¿Qué comentario le merecen las circunstancias que caracterizaron este marzo de trances tan luctuosos? Los revolucionarios no escogemos un momento para morir, pero en cualquier lugar donde nos sorprenda la muerte, bienvenida sea, como dice el Che, siempre que éste, nuestro grito de lucha –y esto lo digo yo- de lucha por la paz con justicia social, de independencia, de Socialismo y Patria Grande, llegue a un oído receptivo. La lucha que libramos es hasta las últimas consecuencias por que “en una revolución se triunfa o se muere si es verdadera”. Los desenlaces dolorosos son previsibles en una confrontación y mucho más si se enfrenta a un enemigo con un gran poder de fuego, que ha llevado la guerra a la degradación y que tiene todo el respaldo de la tecnología militar de punta y los dólares que le proporciona el gobierno de los Estados Unidos en el marco de su expoliadora estrategia de predominio y subyugación. Pero podemos afirmar que pese al triunfalismo mediático, estamos saliendo de la horrible noche de marzo con nuevas experiencias y con un horizonte claro para continuar la pelea por la paz, la justicia social, la democracia verdadera y la dignidad.
Para muchos, estos golpes, estas muertes, dejan a las FARC en difícil situación. Hay varios analistas que consideran que esta guerrilla está casi derrotada militarmente. ¿Están en lo cierto? No conocen a las FARC. Confunden el deseo con la realidad y se engañan con sus propias fantasías. Las FARC no son un ejército de soldados bisoños. A estas les sucede lo que a Bolívar, que se crecía en medio de la adversidad. Del fin del fin de las FARC están hablando desde el ataque a Marquetalia en mayo de 1964. En 44 años han lanzado todos los planes y operaciones militares para aniquilarlas, y no han podido… Primero, el Plan LASO, sigla en inglés que significa Operación Latinoamericana de Seguridad; el objetivo: impedir el surgimiento de una nueva Cuba en el continente, ese era el propósito de la Operación Marquetalia. Luego desplegaron la operación Sonora que buscaba derrotar militarmente a las FARC en la Cordillera Central, pero no tuvieron en cuenta que enfrentaban a los guerreros de Manuel. Después lanzaron la Operación Centauro o Casa Verde, pero los agresores tuvieron que regresar con el rabo entre las piernas a Tolemaida, donde los esperaban sus mentores e instructores norteamericanos. A estas agresiones le siguieron como oleadas los planes Thanatos, Destructor 1, Destructor 2, el Plan Colombia; y paralelamente a estos desataron el horror del paramilitarismo, criminal estrategia contrainsurgente del Estado que buscaba destruir lo que consideraban bases sociales de la guerrilla a través de las masacres, las fosas comunes y las motosierras. Y ahora con el Plan Patriota diseñado por los estrategas del Comando Sur del ejército de los Estados Unidos, con el uso de sofisticadas tecnologías militares, con satélites, con aviones y aparatos no tripulados, con un pie de fuerza que sobrepasa los 400 mil efectivos y miles de asesores y mercenarios gringos, con la “ayuda” militar de Washington con decenas de helicópteros y 10 mil millones de dólares en el último período, aspiran en un esfuerzo desesperado a derrotar a la insurgencia y el descontento popular. Ni el fuego, ni las bombas de las operaciones militares de las oligarquías y el imperio, ni las marchas manipuladas lograrán desarticular la resistencia y la lucha por una Colombia Nueva, bolivariana. La lucha armada en Colombia es vigente y tiene lugar porque los problemas políticos, económicos y sociales que la motivaron no han desaparecido. En 1984, con el Acuerdo de La Uribe, intentamos la lucha por la vía electoral, pero la alternativa política que planteamos, la Unión patriótica, fue barrida a tiros. Cinco mil fueron los muertos por la intransigencia del régimen santanderista que oprime a Colombia. Por eso ahora luchamos clandestinamente a través del Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia. En las FARC hay gente de principios. Somos indios bravos. No nos seducen con cantos de sirenas. Estamos listos para entrarle al combate, con paso de vencedores, al Ayacucho del siglo XXI, al cual convocamos a todos los pueblos de Nuestra América. Parafraseando a Bolívar: estamos como el sol; brotando rayos por todas partes.
¿Qué nos puede decir de la versión del Presidente Uribe y del ministro de defensa de Colombia Juan Manuel Santos, quienes insisten en que el comandante Marulanda murió no como consecuencia de un paro cardiaco, sino por los intensos bombardeos o por susto? Con tal ocurrencia tanto el Presidente Uribe, como el ministro de defensa Santos, están haciendo uso de la más increíble como extraordinaria asnalidad. Sólo a un imbécil le podría caber en la cabeza que el legendario guerrillero que se enfrentó durante 60 años a 17 gobiernos y a todos los estados mayores de las fuerzas armadas oficiales en ese lapso, pudiera morir de susto. Esa pretensión de tontivanos sólo provoca hilaridad e indignación. Como dijo el mismo comandante Manuel: “a uno no lo pueden matar con disparos de palabras”.
¿Cómo se decidió la designación de Alfonso Cano como comandante máximo de las FARC y qué variaciones implica esta determinación en la conducción de la organización? Implica la continuidad de los planes. Y en cuanto a cómo se designó a Alfonso como nuevo comandante de las FARC, debo decir que por unanimidad el 27 de marzo, cuando nos enteramos de la infausta noticia del deceso del Comandante en Jefe. Ese mismo día tomamos la decisión también de posponer esta información hasta el 23 de mayo para hacerlo en el marco del 44 aniversario de las FARC. Todo el Estado Mayor Central, el Secretariado y los combatientes farianos rodean férreamente unidos al comandante Alfonso Cano.
Muchos críticos y analistas aseguran que con la llegada del comandante Cano se abren nuevas posibilidades para iniciar una negociación; una nueva oportunidad para el intercambio humanitario y la paz. ¿Qué valoración le da a estas afirmaciones? Las políticas de las FARC ya están definidas, determinadas por nuestras Conferencias Nacionales y los Plenos del Estado Mayor Central. Hay una línea táctica y estratégica elaborada colectivamente. La paz ha sido siempre nuestro principal objetivo estratégico, y en esto coincidimos con el Libertador para quien “la insurrección se anuncia con el espíritu de paz, se resiste contra el despotismo porque éste destruye la paz, y no toma las armas sino para obligar a sus enemigos a la paz”.
Los acontecimientos del 2 de julio que desembocaron en la liberación de 15 prisioneros parecieran indicar que los rescates militares son una solución al problema. ¿Que sucedió en las selvas del Guaviare? En el inesperado rescate de 15 prisioneros de guerra en las selvas del Guaviare, ni Uribe ni Santos, ni los generales Padilla ni Montoya son los héroes que se reclaman. En la pretendida operación sólo colocaron los helicópteros; todo el trabajo fue realizado por dos traidores, quienes a su vez resultaron traicionados por los generales y el gobierno. El suceso fue utilizado a fondo para echarle flores al Presidente, a los militares, a la política de Seguridad Democrática, y sobre todo, para tapar la escandalosa ilegitimidad e ilegalidad del segundo mandato del señor Uribe, surgido del delito de cohecho que favoreció su reelección inmediata. Buscaba el Presidente Uribe disimular su talante de desaforado dictador que ataca con todos los fuegos de su ira los fallos de la Corte que le son adversos. Actuando por fuera de su propio estado de derecho pretende derribar desde el Palacio de Nariño, con poderosas cargas explosivas, la independencia de la Corte. Ya tiene sometida la rama legislativa del poder público; ahora va por la jurisdiccional.
A propósito de esta liberación del 2 de julio el comandante Fidel Castro ha dicho que las FARC jamás debieron capturar a Ingrid Betancurt y que tampoco debieron tener en las condiciones de la selva en prisión a los soldados y a los civiles que tenían las FARC, y esto lo señala como un acto de crueldad. ¿Qué opina sobre ese argumento del comandante? No quisiera exteriorizar sentimientos que provocan este tipo de posiciones. Solamente quiero decir que las FARC están en todo su derecho de buscar por todos los medios la libertad de los combatientes guerrilleros presos tanto en las cárceles del régimen como en las del imperio. Buscamos una salida que ponga término al sufrimiento del cautiverio de los prisioneros de las dos partes contendientes. Hay que pensar también en la crueldad y en las cadenas que soportan los nuestros en las mazmorras del régimen uribista y en las del imperio, que son las mismas que padecen los 5 héroes cubanos y los miles de prisioneros violentados en sus derechos como ocurre en las cárceles de Abu Graih y de Guantánamo. Quiero agregar que en Colombia algunos dirigentes políticos son más militaritas y guerreristas que los propios militares. Muchos de ellos instrumentan y son protagonistas activos de la legislación de guerra y de la represión contra el pueblo de Colombia por cuenta del terrorismo de Estado.
El presidente Uribe habla de cercos humanitarios sobre los posibles campamentos donde se encuentran los prisioneros de guerra. ¿Qué significado tiene para las FARC este anuncio; continúa la orden de no permitir el rescate a sangre y fuego? No existen cercos humanitarios, sino cercos militares. Lo de los cercos humanitarios es un engaño para dar la sensación de un control territorial que nunca ha existido. De por medio lo que existe es una orden infame del Presidente Uribe a sus generales de rescatar a sangre y fuego a los prisioneros, sin que importen las consecuencias. En estas circunstancias, cualquier desenlace fatal será responsabilidad del señor Uribe.
El gobierno francés ha ofrecido recibir a todos los miembros de las FARC que estén incluidos en el intercambio. ¿Si se concreta el intercambio, estarían las FARC dispuestas a dejar que los guerrilleros liberados, vayan a otro país? Ese planteamiento es de por sí una afrenta a la dignidad de los guerrilleros de las FARC. Los verdaderos combatientes no cambian las montañas de la patria ni sus convicciones por un humillante destierro en ultramar.
Francia asumió el primero de julio la presidencia de la Unión Europea. ¿Por el interés de este país en el intercambio humanitario, las FARC pensarán la posibilidad de buscar el reconocimiento político, el reconocimiento de beligerancia y el retiro de su nombre de la lista de grupos terroristas? De hecho somos una fuerza beligerante a la espera de que quienes quieran coadyuvar a la paz de Colombia, hagan ese reconocimiento. Es una condición temporal mientras se resuelve el conflicto de legitimidades. El calificativo de terroristas no es más que una imposición del más grande terrorista que ha tenido la humanidad: el gobierno de los Estados Unidos.
Los medios hablan profusamente de unas FARC golpeadas política y militarmente, y diezmadas tanto en número de combatientes como en recursos económicos. Expresan los analistas que las FARC pasan por el peor momento de su historia; ¿Qué tan golpeadas están las FARC? En realidad lo que les preocupa es un eventual desencadenamiento de la inconformidad social con la existencia de una guerrilla bolivariana como las FARC, que ya ha completado el despliegue estratégico de su fuerza por todo el territorio nacional. Por eso el Plan patriota. Por eso el escalamiento de la intervención militar de los Estados Unidos en Colombia. Por eso la conversión de la base aérea de Tres Esquinas, en base militar estadounidense en la amazonía que codician. Si las FARC estuviesen resquebrajadas no estarían anunciando el traslado de la base de Manta para Colombia. Lo que se está resquebrajando es la podrida institucionalidad colombiana salpicada de sangre y cocaína, narco-paramilitarismo e ilegitimidad.
¿En los actuales momentos es posible que se pueda llegar a una negociación de paz con el gobierno Uribe? Con Uribe la paz no es más que una quimera. La solución política del conflicto sólo es posible con otro gobierno, y mucho más si es el resultado de un Gran Acuerdo Nacional en el que jueguen papel protagónico las fuerzas del cambio y el soberano que es el pueblo. Un nuevo gobierno que haciendo de la paz su objetivo cimero recoja las tropas en sus cuarteles y mande a los gringos para su casa.
Cuál es la caracterización que las FARC tienen en este momento del gobierno de Uribe y de la situación de la institucionalidad colombiana en medio del aquelarre de la narco-para-política y otros escándalos más como el de la Yidis-política? Es un gobierno narco-paramilitar, ilegítimo e ilegal. Sólo lo sostiene el criminal apoyo del gobierno de Washington, el terrorismo de Estado, la manipulación de la opinión a través de campañas mediáticas, las masacres, el despojo de tierras, el desplazamiento forzoso, la motosierra, los fraudes y el cohecho. Estados Unidos necesita un régimen como el de Colombia, para utilizarlo como cabeza de playa para el asalto neoliberal al continente.
Las FARC han dicho que el gobierno de Uribe Vélez es ilegal e ilegítimo. ¿Por qué entonces se mantiene, según lo difunde la prensa colombiana, en los más altos niveles de popularidad; por qué no cae este gobierno? Las encuestas no consultan el 70 por ciento de la población que se debate en la pobreza y en la miseria, ni a los más de 4 millones de desplazados por el terrorismo de Estado. No consultan al 50 por ciento de la población económicamente activa que sufre la angustia cotidiana del desempleo y del subempleo. No consultan a los sindicalistas perseguidos, ni a los indígenas violentados, ni a las negritudes olvidadas, ni a los estudiantes reprimidos. El 80 por ciento de la popularidad de Uribe es una farsa y es el resultado de la más asquerosa manipulación de la opinión.
¿Qué se puede esperar de la nueva generación de comandantes que ha asumido la conducción de las FARC: una línea militar más dura o por el contrario el arribo a la política total? Continuar el camino trazado por el inolvidable Comandante en jefe Manuel Marulanda Vélez, es decir, el de la política total, que es la lucha estratégica por la toma del poder por la vía de las armas y de la insurrección con lo que se llegaría a un gobierno revolucionario, o por la vía de las alianzas políticas hacia la instauración de un gobierno verdaderamente democrático, en consonancia con la Plataforma Bolivariana por la Nueva Colombia.
Según los supuestos computadores incautados al comandante Raúl Reyes las FARC han sido financiadas por el gobierno del Presidente Hugo Chávez. ¿Qué hay de cierto en eso? Si eso hubiese sido así, ya habríamos tumbado a este gobierno títere de los Estados Unidos. Esa afirmación es un pretexto intervencionista. Lo que debe llamar la atención de Latinoamérica y el mundo son los 10 mil millones de dólares que la Casa Blanca ha aportado al gobierno terrorista de Uribe para masacrar al pueblo, desaparecerlo, despojarlo, desplazarlo… Colombia es el primer receptor de ayuda militar de los Estados Unidos en el hemisferio, y el tercer receptor en el mundo. Claro, el gobierno de Washington apoya de esta manera a su testaferro predilecto en la desestabilización de la región, pensando en la contención de la poderosa fuerza bolivariana que ya se ve venir en el horizonte de este siglo. Un tribunal de los pueblos debe conducir al banquillo de los acusados al imperio rapaz y violento que quiere seguir subyugando a los pueblos.
¿Financiaron las FARC la campaña presidencial de Rafael Correa en Ecuador? ¿Y con qué? Eso es un contrasentido. Son las FARC las que necesitan la acción del internacionalismo solidario de los pueblos del mundo.
¿Con todas las dificultades que se han presentado en torno al tema de la presencia guerrillera como excusa que ha generado la crisis diplomática entre Colombia y Ecuador ó Colombia y Venezuela, no se plantea la necesidad de un replanteamiento en la persistencia de esta forma de lucha, sobre todo cuando está latente la amenaza de Estados Unidos con el argumento de que actuará contra quienes consideren que apoyan el terrorismo? La lucha armada no está en cuestión. Las causas que la motivaron no se han modificado. Las oligarquías sólo quieren una paz que no toque sus privilegios, que no modifique las injustas estructuras políticas, económicas y sociales que han causado la pobreza pública. La estrategia de dominación de los Estados Unidos ya está trazada y el pretexto es lo de menos. Lo que los gringos quieren es el petróleo de Venezuela, el gas de Bolivia, las riquezas de la Amazonia, y la miseria para nuestros pueblos. Lo que se impone es la articulación de la resistencia a las políticas agresivas del imperio. Quiero recordar que en los fusiles guerrilleros de las FARC resisten los pueblos de Nuestra América. Y en cuanto a la pertinencia de la lucha armada, una reflexión del Libertador: “Aun cuando sean alarmantes las consecuencias de la resistencia al poder, no es menos cierto que existe en la naturaleza del hombre social un derecho inalienable que legitima la insurrección”. Mientras existan las FARC nadie podrá quitarle el fusil al Che.
¿La Guajira es de Venezuela como dice el Presidente Chávez? Sin duda, la Guajira pertenece a la Colombia de Bolívar y del primer precursor de la independencia de Nuestra América, el generalísimo Francisco de Miranda. Nuestro criterio es el mismo expuesto por el libertador a Páez: “Se me olvidó decir a usted que hemos pensado fundir juntas dos o tres mitades de los departamentos de Boyacá, Zulia y Barinas para que no haya más frontera de Venezuela ni de Nueva Granada, porque esta división es la que nos está matando, y por lo mismo debemos destruirla”. Una reafirmación final: Hemos jurado vencer, y Venceremos.

VIGENCIA DEL ASALTO AL CUARTEL MONCADA


“Y del programa de gobierno escrito por Fidel Castro en prisión en su libro La Historia me absolverá”


Es probable que no seamos los únicos que tengamos una imagen incompleta del asalto al Cuartel Moncada, y de los hechos que rodearon antes y después a su líder y conductor, el entonces joven abogado Fidel Castro.
No fue solamente un cuartel el que se intentó tomar sino dos. Pero ha posteriori se tomarían muchos cuarteles en todo el país, se llevaron a cabo actos de sabotaje contra instalaciones eléctricas, vías ferroviarias, carreteras, radios, y empresas capitalistas.
Se secuestró en plena Habana nada menos que al famoso piloto de automovilismo argentino Juan Manuel Fanggio, con gran repercusión nacional e internacional.
El asalto al Cuartel Moncada, debe verse unido al alegato de Fidel Castro en su propia defensa, y al libro “La Historia me absolverá” un verdadero programa de gobierno, del cual el Jefe de la Revolución pidió encarecidamente distribuir 100 mil ejemplares en toda la isla.
Por entender que además de tratarse de una gesta heroica hoy aquella enseñanzas tienen gran vigencia, contribuimos a homenajear a aquellos héroes de la Revolución cubana recordando a través del relato parte de la historia cubana.
El discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro el 26 de julio de 1973 en ocasión del XX Aniversario del asalto al Moncada, constituyó una lección de historia y un llamado de alerta sobre los graves problemas que acecharían a la humanidad.
Por el conocimiento histórico y político que aporta, el diario oficial del Partido Comunista de Cuba Granma lo ha reproducido por partes en homenaje al aniversario 55 de la gesta.
Nosotros hemos tomado la octava entrega cuyo título afirma.
“El Moncada nos enseñó a convertir los reveses en
victorias”.
A la vez reproducimos una síntesis del relato de la autora, Marta Rojas del libro en “El Juicio del Moncada”, de la editorial Ciencias Sociales, Instituto Cubano del Libro, con relatos de uno de los combatientes Faustino Pérez Hernández.
Las primeras leyes revolucionarias se decretarían tan pronto estuviera en nuestro poder la ciudad de Santiago de Cuba, y serían divulgadas por todos los medios. Se llamaría al pueblo a luchar contra Batista y a la realización concreta de aquellos objetivos. Se convocaría a los obreros de todo el país a una huelga general revolucionaria por encima de los sindicatos amarillos y los líderes vendidos al gobierno. La táctica de guerra se ajustaría al desarrollo de los acontecimientos. Caso de no poder sostenerse la ciudad con 1.000 armas que debíamos ocupar al enemigo en Santiago de Cuba, iniciaríamos la lucha guerrillera en la Sierra Maestra.
Lo más difícil del Moncada no era atacarlo y tomarlo, sino el gigantesco esfuerzo de organización, preparación, adquisición de recursos y movilización, en plena clandestinidad, partiendo virtualmente de cero. Con infinita amargura vimos frustrarse nuestros esfuerzos en el minuto culminante y sencillo de tomar el cuartel.
Factores absolutamente accidentales desarticularon la acción. La guerra nos enseñó después a tomar cuarteles y ciudades.
Pero si con la experiencia que adquirimos en ella se hubiese planteado de nuevo la misma acción, con los mismos medios y los mismos hombres, no habríamos variado en lo esencial el plan de ataque.
Sin los accidentes fortuitos que infortunadamente ocurrieron, lo habríamos tomado. Con una mayor experiencia operativa lo habríamos podido tomar por encima de cualquier factor accidental.
Lo más admirable de aquellos hombres que participaron en la operación, es que habiendo entrado en combate por primera vez, arremetieron con tremenda fuerza los objetivos que tenían delante, creyendo que se hallaban ya dentro de las fortificaciones, cuya configuración exacta ignoraban.
Pero la lucha se había entablado por desgracia en las afueras de la fortaleza.
Con aquel ímpetu con que descendieron de sus carros, ninguna tropa desprevenida los habría podido resistir.
Pero la estrategia política, militar y revolucionaria, concebida a raíz del Moncada, fue en esencia la misma que se aplicó cuando tres años más tarde desembarcamos en el Granma y ella nos condujo a la victoria.
Aplicando un método de guerra ajustado al terreno, a los medios propios y a la superioridad técnica y numérica del enemigo, los derrotamos en 25 meses de guerra, no sin sufrir inicialmente el durísimo revés de la Alegría de Pío, que redujo nuestra fuerza a siete hombres armados, con los que reiniciamos la lucha.
Este increíblemente reducido número de efectivos con que nos vimos obligados a seguir adelante, demuestra hasta qué punto la concepción revolucionaria del 26 de Julio de 1953 era correcta.
En el Moncada más de un centenar de compañeros cayeron, pero nunca olvidé aquella carta que Fidel me envió aquel 24 de abril de 1958:
"Tengo la más firme esperanza de que en menos tiempo de los que muchos son capaces de imaginar habremos convertido la derrota en victoria”
Luchador desde muy temprana edad, en determinado momento uno de los combatientes clandestinos más buscados por la fuerza de la tiranía, integrante de la Dirección Nacional del Movimiento 26 de Julio desde que este se fundó, expedicionario del Granma, Comandante de la Sierra, Faustino Pérez Hernández, hoy miembro del Comité Central del Partido, se hallaba en los días de la huelga del 9 de Abril de 1958 entre los principales dirigentes del M-26-7.
Los que le conocieron en aquella época le llamaban Ariel, su nombre de guerra. Su relato, pues tiene ese valor excepcional.
La situación del país a la etapa que precede a la huelga del 9 de Abril, era de franco auge revolucionario.
El proceso iniciado con la clarinada heroica del Moncada quedó abierto de nuevo con el levantamiento de Santiago de Cuba y el Desembarco del Granma, tras la tregua turbulenta y fecunda de la prisión y el exilio.
Todo el año 1957 fue pródigo en hechos, combates y acontecimientos que, si bien muchos no lograron los objetivos inmediatos propuestos, sí contribuyeron a elevar la marea revolucionaria.
Fueron incontables las tareas y múltiples las formas que fue adquiriendo la participación popular en la lucha, bajo el influjo y la orientación de la vanguardia que con el Granma y desde la Sierra Maestra seguía consecuentemente el sendero iniciado en el Moncada.
En el año 1958 comienza con el movimiento revolucionario en plena efervescencia. La situación militar de la Sierra Maestra muestra una creciente consolidación, se domina ya un amplio territorio.
La solidez política y el prestigio del Movimiento 26 de Julio y de su jefe, Fidel, eran indiscutibles. Ciudades, poblados y campos del país eran escenario de febril actividad y espíritu de lucha contra la tiranía.
A mediados de enero fue apresado, al bajar de la Sierra, junto a otros compañeros, Armando Hart Dávalos, quien fungía como Coordinador Nacional del Movimiento.
Personalmente el tirano dictó la orden de “matarlo como a un perro”, pero la rápida y amplia movilización de los distintos sectores de opinión, incluyendo el asalto a emisoras para alertar al pueblo sobre el crimen que se proyectaba, impidieron la consumación del tenebroso plan y constituyó una victoria más para el Movimiento.
El régimen inicia distintos sondeos de paz valiéndose de algunos legisladores, representantes eclesiásticos, de la prensa, etc. A esos fines levanta la censura de prensa y anuncia la intención electorera.
El levantamiento parcial de la censura fue bien aprovechado por Fidel y por el Movimiento.
En esas circunstancias se produce, el 16 de febrero, el 2do. Combate de Pino del Agua, dirigido personalmente por el Jefe de la Revolución.
El 24 se inaugura Radio Rebelde.
En La Habana tenía lugar el secuestro por parte de los guerrilleros del Movimiento 26 de Julio, del campeón profesional de autos de carrera, Juan Manuel Fangio, con una gran repercusión nacional e internacional.
A principios de marzo se organizan las nuevas columnas que comandadas por Raúl y Almeida dieron lugar al establecimiento del II Frente Frank País y al III Frente Mario Muñoz, hechos ambos de extraordinaria significación.
En ese ambiente de franco auge de las acciones revolucionarias, de creación de frentes, de solidez política, de desarrollo de la organización de los obreros, de las milicias, de la resistencia cívica, etc., tiene lugar la reunión de la Dirección Nacional del Movimiento en la Sierra Maestra, presidida por Fidel, donde se acuerda la convocatoria a la huelga general revolucionaria.
La idea de la huelga general apoyada por la acción armada está presente desde el primer momento como culminación lógica de una estrategia de lucha basada enteramente en el pueblo. Diríamos que desde el Moncada esa concepción se expresó en la idea de “arrancar el motor pequeño para echar a andar el motor grande”.
Esa idea está presente en todo el proceso mediante las consignas que se enarbolaban por nuestros medios de divulgación y de propaganda, y en propia estructura organizativa del Movimiento 26 de Julio.
Al conmemorarse el XII aniversario del asalto al Moncada Fidel dijo: “Nosotros éramos un puñado de hombres, no pensábamos con un puñado de hombres derrotar a la tiranía batistiana, derrotar a sus ejércitos, no. Pero pensábamos que aquel puñado de hombres podía ocupar las primeras armas para empezar a armar al pueblo, sabíamos que un puñado de hombres podía bastar, no para derrotar aquel régimen, pero sí para desatar esa fuerza, esa inmensa energía del pueblo que sí era capaz de derrotar a aquel régimen”.
En nuestra historia teníamos el antecedente del derrocamiento de la tiranía de Machado por medio de una huelga general revolucionaria.
Y más cerca la huelga general espontánea de los primeros días de agosto del 57, respuesta del pueblo al asesinato de Frank País. Ello nos indicó que ya existían las condiciones subjetivas y políticas suficientes, por lo que deberíamos madurar las condiciones organizativas y militares que coadyuvaran al desencadenamiento y al mantenimiento del paro general, hasta provocar la caída definitiva del tirano.
Exactamente un mes después de la huelga con motivo del asesinato de Frank, con vistas a apoyar los hechos de insurrección militar que habrían de producirse en distintos puntos del país, especialmente por parte de la Marina de Guerra, que solo tuvieron lugar en Cienfuegos, el Movimiento se planteó como uno de sus objetivos inmediatos la toma de la más potente emisora de la capital, con el fin de hacer el llamamiento a la huelga y a la insurrección general.
En los meses posteriores, junto al desarrollo y consolidación de la lucha guerrillera en la Sierra Maestra, se fue logrando desarrollar también la organización obrera y clandestina y la agitación general. Todo eso, y el gran prestigio político que había ido ganando el movimiento encabezado por Fidel, nos hicieron pensar que las condiciones mínimas estaban dadas para la acometida final.
La reunión de la Dirección Nacional del Movimiento, presidida por Fidel, donde se acordó la convocatoria a la huelga, tuvo lugar aproximadamente entre el 10 y el 11 de marzo en las zonas de Santo Domingo y el Naranjo, Sierra Maestra.
Allí informamos a Fidel de la situación en las ciudades, expusimos el criterio de que ya las condiciones estaban creadas, y en general seguramente con el exceso de optimismo, dimos nuestra visión en cuanto a la posibilidad de dar el golpe final a la tiranía.
El alto grado de tensión que vivía el país en esos días como consecuencia de las acciones revolucionarias en la Sierra y en el llano, y de la criminal represión de la tiranía, era recogido de una manera u otra por la prensa nacional, debido a que el régimen, mostrando una vez más su inconsecuencia y su debilidad, quería ofrecer la receta de la demagogia electorera y, por ello, levantó parcialmente la censura.
Es así, que por ejemplo, hechos como el 2do. Combate de Pino del Agua en la Sierra Maestra y el secuestro patriótico de Fangio, en La Habana, alcanzaron una gran repercusión dentro y fuera de Cuba.
Aquel clima de tensión seguramente influyó en la evaluación que hicimos de nuestras posibilidades.
Nuestros planteamientos fueron considerados por Fidel y se acordó llamar a la lucha final mediante el Manifiesto de los 21 Puntos. Este documento se redactó con fecha 12 de marzo. Posteriormente, a finales del mismo mes, Fidel leyó un llamamiento por Radio Rebelde, el cual nos envió con la heroica Clodomira. Este venía a ser un complemento del anterior, pero hacía énfasis especial en el problema de la unidad revolucionaria.
En realidad el momento en que se decide la huelga era, sin duda, de auge y tensión revolucionarios. Simultáneamente se constituyen el II y III Frentes, por aquellos días Fidel desbarata la maniobra “pacificadora” de la tiranía, pues invita a subir a la Sierra a representantes de la prensa y el régimen niega el permiso a los periodistas.
La actividad insurreccional estremecía al país. Por otro lado, los crímenes del régimen colmaban de indignación al pueblo.
El asesinato de dos estudiantes adolescentes en Santiago de Cuba, Antonio Fernández León y Ángel Espino Sarmiento, provocó una huelga estudiantil que se extendió a todo el país.
Ya todo aquello era demasiado para la tiranía. De nuevo implantó la censura y suspendió las “garantías” que oficialmente había levantado antes, también como parte de la maniobra electorera. Aplicó la más bestial represión.
Al regresar a la capital, el 14 de marzo, la primera noticia que recibo es sobre el asesinato del revolucionario Elcires Pérez y otros tres compañeros, cazados ferozmente en plena calle Porvenir, en Lawton.
El 16 me reúno con Sergio González, El Curita, responsable de acción en La Habana, quien nos informó de la posibilidad de volar las plantas de electricidad de Tallapiedra y de Regla, lo cual dejaría sin fluido a la capital por tiempo indefinido. Analizamos la conveniencia de acercar ese hecho lo más posible a la fecha de la huelga, cuestión que quedó en verificar.
Esta fue la última vez que vi al Curita.
El 18, Sergio y numerosos compañeros caen en las garras de los esbirros de la tiranía y su cadáver aparece al día siguiente en Alta Habana, junto a los de Juan Borrell y Bernardino García.
Al día siguiente, Arístides Viera, jefe del M-27-7 en Marianao, y Elpidio Aguilar, se ven obligados a entablar desigual combate en plena 5ta. Avenida de Miramar, y caen heroicamente.
Poco después caen los revolucionarios Pepe Prieto y Cheché Alfonso. Téngase en cuenta que pocas semanas atrás había sido capturado y asesinado Gerardo Abreu, Fontán.
De manera que el Movimiento en La Habana, en vísperas de la huelga, sufrió sensibles pérdidas entre sus mejores cuadros.
Por lo pronto, el necesario incremento de las acciones previas para elevar el clima de tensión no se logró.
En aquellas circunstancias recayó sobre Marcelo Salado y Oscar Lucero, la tarea de suplir en lo posible el enorme quebranto sufrido por el Movimiento en La Habana en las vísperas mismas de la huelga.
Esta fue prevista primero para el 3 de marzo y aplazada después para el 9 de abril, en aras de recibir equipos, parque y dinamita que esperaríamos por distintas vías, pero que en definitiva no llegaron o llegaron después de la fecha indicada.
Estaba proyectado recibir armas por tres vías fundamentales.
Desde México por Pinar del Río.
Esta expedición, en la que entre otros compañeros vino Jesús Suárez Gayol, llegó el 10 de abril a las costas pinareñas.
Otro alijo debió entrar por Boca de Jaruco, desde Miami.
Pero fue interceptado y confiscado por el gobierno norteamericano. También mediante una operación clandestina, a espaldas de autoridades yanquis, esperábamos tener algunas armas a través de la Base Naval Yanqui de Guantánamo.
El factor de movilización del pueblo se supeditó excesivamente a las acciones de sabotajes, que, por otra parte, resultaron insuficientes.
La huelga estalló. Sería imposible no solo enumerar, sino ni siquiera conocer la cantidad de paros, de intentos de paros, los sabotajes, las acciones y combates realizados ese día, cuya suma, a pesar de su gran cantidad, sincronización y alcance no fueron suficientes para producir el salto hacia la huelga general revolucionaria que desembocara en la victoria.
Sin contar las numerosas acciones de los frentes guerrilleros, incluyendo la presencia de Camilo en los llanos del Cauto, podemos mencionar como hechos más sobresalientes en las ciudades: el asalto a las emisoras de la capital y de varias provinciales, la transmisión por sus canales del llamamiento a la huelga y su posterior interrupción por sabotajes; el conocido y valeroso asalto a La Armería en que caen 4 compañeros; la caída del querido compañero Marcelo Salado en la calle 25 y G, y de más de un centenar de valiosos revolucionarios de todo el país; la voladura de los registros de electricidad en Prado y Ánimas, y en Estrella y Lealtad; paros y sabotajes en varias terminales de ómnibus, especialmente la ruta 4, la 43, la 5, la 58, la 22 y otras; la quema de garajes, gasolineras, guaguas y otros objetivos; cierre del tráfico hasta la capital o viceversa por la zona del puente Alcoy, sabotajes, paros y acciones diversas en Guanabacoa, con dominio de la ciudad durante varias horas por grupos de acción bajo el mando de René de los Santos; paros y sabotajes en fábricas del Cotorro, donde caen Guido Pérez y otros compañeros; interrupción de la carretera central en Madruga; asalto a la emisora provincial de Matanzas, acción dirigida por Enrique Hart, así como sabotajes diversos; el descarrilamiento del tren en Jovellanos; interrupción del tráfico por la carretera en Manacas por las guerrillas de Víctor Bordón, quien la noche anterior atacó al cuartel de Quemado de Güines; paro completo en Sagua La Grande con dominio de la ciudad hasta el día siguiente y numerosos combates y compañeros caídos; paralización del transporte y ferrocarril en Camagüey; sabotaje en la planta eléctrica de Vicente, en Ciego de Ávila y combate también con la caída de varios compañeros; en Oriente la acción combinada de las fuerzas guerrilleras y de la clandestinidad paralizan prácticamente la provincia.
Los compañeros de Santiago bajo el mando de René Ramos Latour, Daniel atacan el cuartel de Puerto Boniato y se establece así una nueva columna guerrillera que, tras atacar victoriosamente el cuartel de Ramón de las Yaguas, se unió, bajo la jefatura de Belarmino Castilla, a las fuerzas de Raúl Castro en el II Frente “Frank País”.
La derrota dejó el tremendo saldo de más de un centenar de valiosos compañeros muertos, de cientos de presos, exiliados, sumergidos en la clandestinidad o alzados y como siempre, detrás de todo revés, junto al dolor por los caídos el desaliento momentáneo de las masas, y el injustificado y sangriento optimismo de las fuerzas de la tiranía. Pero ambos sentimientos estaban llamados a invertirse rápida y definitivamente.
El espíritu del Moncada y del Granma se erguía con toda su fuerza desde los empinados picos de la Sierra Maestra. Apenas quince días después de la huelga, Fidel Castro me envió una hermosa carta en la que me decía:
“Tengo la más firme esperanza de que en menos tiempo de los que muchos son capaces de imaginar habremos convertido la derrota en victoria”.
Y añadía el Jefe de la Revolución:
“Duros sacrificios tenemos por delante. Nuevos y sensibles claros se harán en las filas de los mejores compañeros; golpes muy rudos nos esperan en cada valor y cada afecto que se lleve la muerte: Ciro Frías y Enrique Hart fueron los últimos en la heroica y larga lista. Pero así serán más grandes también los frutos que la patria reciba de una revolución abonada con tanta sangre generosa y más grande la gloria de los que se han sacrificado.
“Aquí nos preparamos para afrontar en próximas semanas la ofensiva de la Dictadura. Derrotarla es cuestión de vida o muerte. El movimiento debe estar muy consciente de esta realidad y concentrar su esfuerzo en defender esta trinchera. La moral de nuestra tropa está altísima; estamos seguros de que resistiremos y deseosos que comiencen el avance.”
Todos conocemos lo que vino después: la más gigantesca ofensiva de la tiranía se estrelló contra el baluarte invencible de la Sierra Maestra. Las proezas militares del Ejército Rebelde se repetirán después en la victoriosa ofensiva revolucionaria; en el I, II y III Frentes, a lo largo de la gloriosa campaña de la invasión, que protagonizaron las columnas de Camilo y Che, todo lo cual produce el colapso final de la tiranía.
Cada combatiente caído fue como una semilla de fuego que germinó y se multiplicó en nuevos combatientes dispuestos a morir por la patria; cada revés evidenciaba la vitalidad y la razón histórica de un proceso que siempre resurgió con nuevas fuerzas y mostró la infalibilidad y la eficacia de una estrategia basada enteramente en el pueblo.
La victoria total estuvo hecha de la suma de victorias y derrotas parciales. Esa suma produjo el gran salto histórico del Primero de Enero de 1959.
La historia me absolverá tiene hoy tanta vigencia en Cuba y fuera de ella porque la Revolución Cubana vive y vivirá, que no es tardío hacer un repaso de su lectura y conocer cómo fue posible que este libro existiera. Un sencillo hombre, cajista de imprenta, oficio casi extinguido, comparó La Historia me Absolverá, por su calidad discursiva, fuerza y posibilidades, con una “Pequeña Gigante”, nombre de cierta máquina de apariencia modesta pero altamente apreciada por los obreros del giro.
Así, de “pequeña gigante” la calificó aquel hombre desde que empezó a leerla al revés, como leían los operarios del arte tipográfico tradicional. En 1954, él iba descubriendo en la lectura un tanto mecánica de los viejos cajistas, el por qué del Moncada; la denuncia de los crímenes perpetrados y el programa anunciado por el autor del discurso, el joven abogado Fidel Castro Ruz, que tenía ante su vista mientras lo preparaba cautelosamente para ser impreso en el chinchal de imprenta, un pequeño taller en un barrio popular de La Habana, el único lugar donde habría podido realizar su trabajo de arte de imprenta, en aquella fecha.
Y si gigante era el contenido del alegato no menos grande fue el proceso de edición y distribución de La Historia me Absolverá que comienza en la preparación mental del alegato en la cárcel de Boniato, continúa con la audaz exposición del discurso improvisado ante el Tribunal, en el más ignorado o silenciado ejercicio de “justicia”, y prosigue en el proceso de reconstrucción de la obra en el presidio político de Isla de Pinos por parte del propio doctor Fidel Castro, cuando su vida sigue pendiendo de un hilo y las tensiones de la clausura como preso político se agudizan por circunstancias externas: una de las más duras es la conjura del silencio que se quiere tender sobre el asalto al Moncada y su líder, por parte de las fuerzas represivas del general Batista y de los partidos políticos de oposiciones, tradicionales.
La primera gran respuesta de sus seguidores fue la recepción de los manuscritos, y el cumplimiento de la misión de imprimirlos en medio de la represión policíaca. Sería la segunda victoria del Moncada, la primera había sido el juicio mismo donde el autor revirtió el revés al convertir a los acusados en acusadores. La tarea de buscar la imprenta adecuada, e imprimir el discurso de autodefensa del Moncada fue encomendada por Fidel a sus compañeras de combate Haydée Santamaría y Melba Hernández, tan pronto estas fueron puestas en libertad, cumplida la sentencia en una cárcel de mujeres.
El privilegio de haber asistido al juicio como muy joven periodistas, sabiendo que la censura no me permitiría publicar mis reportajes y haber vivido el tiempo de fundación, me permite hacer esta evaluación y relato sobre la historia de La Historia me absolverá, que hoy forma parte de las obras universales de las Ciencias Sociales, la jurisprudencia y los programas de acción revolucionarios.
Fidel Castro, autor de La Historia me absolverá, sembró la semilla del libro cuando se generó el combate, malograda la ocupación por sorpresa de la fortaleza militar del Moncada, el 26 de julio de 1953.
La obra comenzaría a gestarse al ser capturado luego de una feroz persecución por parte de un ejército de mil hombres o más, durante una semana. Lo capturaron cuando exhausto por el hambre, la sed y el cansancio, dormía en el interior de un miserable bohío abandonado en el asiento de la cordillera montañosa, al este de Santiago de Cuba. Afortunadamente lo había descubierto una patrulla militar al mando de Pedro Sarría Tartabul, en aquel momento un oscuro teniente, de color y jerarquía, que representaba una excepción.
No era un asesino.
La primera victoria estratégica derivada de la acción del Moncada, apoyada por 153 combatientes bien entrenados, aunque mal armados con escopetas de caza, sería el alegato que posteriormente cobró forma de libro y se imprimió y distribuyó clandestinamente en Cuba a partir de 1954, con el título ya universalmente conocido de La Historia me absolverá
Durante el interrogatorio en la Audiencia de Oriente, el doctor Fidel había proclamado a José Martí, como autor intelectual del asalto al Moncada, lo cual ratificó en el alegato.
Una hora antes de producirse el acontecimiento del 16 de octubre, yo estaba frente al edificio del Palacio de Justicia leyendo una hoja de aviso escrita en máquina, pegada a la puerta principal de inmueble, en la cual se informaba a los interesados que la vista oral de la Causa 37 por los sucesos del Moncada, correspondiente a la Sala Primera de la Audiencia de Oriente se ventilaría, en cuanto a los acusados doctor Fidel Castro Ruz, principal encartado, Abelardo Crespo y Gerardo Poll Cabrera, en la salita de estudio de las enfermeras del viejo hospital Saturnino Lora.
Hora de estar: ocho de la mañana. Junto a mí leía el aviso un joven periodista oriental, estudiante de Derecho por la enseñanza libre, llamado Arístides Garzón Masó quien, al igual que yo, se mantuvo todo el tiempo en las vistas del proceso, desde el 21 de septiembre. Según me dijo, a él le interesaba especialmente el aspecto jurídico de la cuestión ya que sabía que sus informaciones iban a ser censuradas.
Al terminar de leer el aviso los dos nos echamos a correr, cruzamos imprudentemente la Avenida de la Carretera Central y una larga cuadra lateral al edificio del hospital, doblamos a la derecha y en la puerta principal del Hospital Civil, vimos al Fiscal de la Causa 37, doctor Francisco Mendieta Hechavarría en su impoluto traje blanco de dril 100, y la reluciente toga de satén, negrísima, cuidadosamente doblada sobre el brazo izquierdo y, como era su costumbre, muy perfumado con la inconfundible Colonia Guerlain.
Él nos franquearía el acceso, al igual que a otros cuatro periodistas más, que llegaron a tiempo.
El Fiscal y los magistrados tenían autoridad para resolver ese trámite de identificación y permiso de entrada a la Sala del juicio, en tanto la censura de prensa y la Ley de Orden Público garantizaban al régimen que no se publicaría nada sin la aprobación del censor nombrado por decreto gubernamental para cada órgano de prensa. Sin embargo, advirtió el Fiscal:
“Nada de fotos”. Un soldado afirmó: “Ellos no caben”, pero su sargento lo desmintió: “Sí caben, hay seis sillas destinadas al público”.
A los efectos del juicio oral y público, como exigían la norma judicial vigente, nosotros los periodistas seríamos el público. Así lo expresaría el propio abogado Fidel Castro en su autodefensa.
Un penetrante olor a éter y a emanaciones de asépticos invadía el pequeño local. Parecería que estuviéramos en el interior de un cuarto de curaciones. La justicia debía estar muy enferma, como haría notar después el principal encartado, Fidel Castro, para que se convocara a ilustres magistrados de tan alto Tribunal a trabajar en un saloncito inadecuado del Hospital Provincial ese día de tanto calor, verdaderamente asfixiante, como el clima político del país.
Aquella mañana el primer acto estoico del principal encartado fue vestir un sobrio flux de casimir azul oscuro. No tenía otro adecuado, eso se sabría después, pero soportaba con valor espartano el rigor del sofocante verano santiaguero enfundado en fino paño de lana inglesa.
Vestía con sobria elegancia, llevaba camisa blanca de cuello duro y corbata negra con el nudo muy bien hecho. Entonces Fidel Castro no usaba barbas, sino un bigote fino y llamaba mucho la atención su perfil helénico. Tenía el rostro enrojecido por el calor y sudaba hasta la cabeza. Tenía el pelo crespo, color castaño.
Como abogado debía presentarse con todas las formalidades que exigían los tribunales, o sea, en traje formal, occidental. Hasta el momento en que se sumergió en los avatares de la preparación del Moncada, había ejercido la profesión a favor de los pobres. Entre sus clientes en el bufete, por ejemplo, hubo un grupo de carpinteros endeudados a quienes debía exigir el pago a la maderera acreedora que había contratado sus servicios: Sin embargo, él terminó defendiendo a los deudores de los créditos con perjuicio de su propia oficina de abogados situada en la calle Tejadillo 57, en La Habana Vieja. También, como abogado civil, antes del Moncada, había trabajado en el caso de un grupo de obreros agrícolas que reclamaban pagos escamoteados por los patronos en la finca Ácana, en la provincia de Matanzas, y el de un grupo de familias desalojadas de sus casuchas de cartón, madera y lata, levantadas en uno de los barrios llamados de “indigentes”, que se enfrentaban muy resueltos a la voracidad de los negociantes de bienes raíces adquirentes de terrenos que cobraban gran valor: Se trataba de los vecinos de la finca San Cristóbal comúnmente conocido como “La Pelusa”, cuyo desalojo fue ordenado por el Ministro de Obras Públicas en enero de 1952, porque en esos terrenos se construiría la Plaza Cívica, actual Plaza de la Revolución, con sus edificios correspondientes.
Los pobres pobladores de la finca San Cristóbal, barrio de “La Pelusa”, organizaron un acto público exigiendo algunas compensaciones. El principal orador fue su abogado defensor, el joven doctor Fidel Castro Ruz.
Estos vecinos también concurrirían a actos del Partido del Pueblo Cubano ortodoxo celebrados en La Habana, convocados por simpatizantes de Fidel en la ortodoxia. Así como a un programa de radio.
Fidel era miembro de ese partido popular que habría ganado en las elecciones convocadas para julio de 1952, de no haberse producido el golpe estado, por parte del general Batista. En cuanto a otros antecedentes profesionales como abogado de los pobres podemos enumerar, por esa época, la defensa a un humilde comerciante del mercado, negándose a aceptar el dinero por pago de los servicios como letrado.
Tampoco cobró nada, como acusador privado, anteriormente, en septiembre de 1951, a la madre del joven obrero Carlos Rodríguez, asesinado por la policía, cuando ella lo nombró abogado acusador del criminal. El doctor Fidel Castro asumió la responsabilidad del caso y presentó al juzgado correspondiente los testigos que reiteraron la culpabilidad de dos oficiales el comandante Casals y del teniente Salas Cañizares, asesinos de aquel joven obrero.
La prensa publicó una declaración del abogado acusador, en la cual Fidel decía:
“No me interesa que ningún policía sea detenido cuando la responsabilidad de este hecho debe caer sobre oficiales que dieron la orden que provocó el suceso. Es extraño que cuando el Juez ordena la remisión a la prisión militar de la Cabaña de tres policías, se cumple, pero en cuanto a los oficiales acusados se valen de subterfugios legales para no presentarlos”.
El juicio al cual se le conducía aquel 16 de octubre de 1953, a celebrarse en el Hospital Saturnino Lora, de Santiago, entre soldados armados de rifles con bayoneta calada y cananas terciadas al pecho nutridas de proyectiles, era la única oportunidad que tenía, privado de otros derechos como acusado, para defender públicamente la causa por la cual murieron asesinados en menos de una semana 61 hermanos de ideales y diez civiles inocentes; para denunciar las torturas y asesinatos a prisioneros cometidos por el ejército de Batista hace ahora cincuenta y cinco años; así como de desenmascarar a todos los culpables juntos y, a la vez, proclamar el Programa del Moncada, el cual se cumpliría seis años después con la revolución triunfante, encabezada por el Ejército Rebelde, que él comandó en la Sierra Maestra.
El procedimiento judicial se celebró de manera atropellada. Las formalidades determinaban un nuevo examen del principal encartado, a partir de la lectura del Sumario, con la relatoría de los cargos contra el doctor Fidel Castro Ruz, con relación a este juicio, no tendrían valor legal las declaraciones formuladas por Fidel en las dos primeras sesiones del proceso celebradas en la Audiencia de Oriente los días 2l y 22 de septiembre del mismo año en el proceso que continuó desarrollándose para los demás participantes de los asaltos a los cuarteles Carlos Manuel de Céspedes, de Bayamo, y Moncada, de Santiago de Cuba, así como para los “sospechosos” involucrados en el Sumario, en su mayoría dirigentes de partidos políticos que se oponían al régimen de facto del 10 de marzo.
En aquellas primeras vistas en la Sala del Pleno de la Audiencia de Oriente, las intervenciones de Fidel Castro, de 26 años de edad, en su doble calidad de acusado y acusador habían resultado desmoralizadoras para el régimen espurio del general Fulgencio Batista y Zaldívar, devenido en tiranía.
En pocas horas el proceso se había revertido a favor de los revolucionarios y aquella Sala del flamante Palacio de Justicia sí que estaba atestada de público. Para crear las condiciones mínimas en que pudiera trabajar la Sala del Tribunal en el pequeño cuarto del Hospital, improvisaron de urgencia un tinglado.
Colocaron dos escritorios al extremo derecho de la habitación, juntos, uno al lado del otro, y los asientos de utilería para sus integrantes. Detrás del Fiscal ubicaron las seis sillas que ocupamos los periodistas.
Frente a la puerta de entrada aparecía, desde la perspectiva nuestra, la ventana exterior alta y ancha, protegida de barrotes, como todas las del Hospital. Esta permaneció abierta de par en par, permitiendo la circulación del aire. Debajo del marco inferior colocaron otro pequeño escritorio y las sillas para los abogados que representaban a dos acusados más, el principal Fidel Castro.
Fidel prestó declaración, sin la toga, desde su puesto de acusado, pero para asumir la defensa, ocupó otro ángulo en la salita y un empleado de la Audiencia le entregó una toga por orden del Presidente del Tribunal, ya que, en la improvisación, no se había tenido en cuenta ese detalle fundamental. La toga le quedaba estrecha al defensor del Moncada, aunque estaba delgado. Era una toga descolorida y tenía una manga descosida que se desprendía más por el movimiento de los brazos.
Mientras el doctor Fidel Castro pronunciaba su alegato tenía a su espalda una pared y delante una pequeña mesa, rectangular, con altas patas de las que usualmente componían los juegos de sala de las casas de familias de la clase media del país.
Como aquel cubículo era la salita de estudio de las enfermeras la ambientación la componían una fotografía de Florence Nightingale, y una vitrina recta, alta y estrecha, con un esqueleto dentro, objeto de estudio de las enfermeras. Alrededor de 25 soldados fungían de centinelas dentro del lugar y había muchos más en el pasillo exterior, el patio y los alrededores del Hospital.
En la habitación contigua algunas enfermeras se turnaban para escuchar algo del alegato. Una de las cosas que resultó más sorprendente para mí era la atención que prestaban los centinelas militares al alegato de Fidel. En determinado momento algunos dejaron descansar sus fusiles y se distendieron. Me di cuenta que en cierto momento yo misma dejé de escribir mis notas escuchando absorta un lenguaje que nunca había oído antes. El ritmo del orador fue pausado en el desarrollo de la idea central, expositiva, y muy fogoso en el resumen. Dirigiéndose al “público” y a los soldados dijo:
“Os recuerdo que vuestras leyes de procedimiento establecen que el juicio será “oral y público”; sin embargo, se ha impedido por completo al pueblo la entrada en esta sesión. Solo han dejado pasar dos letrados y seis periodistas en cuyos periódicos la censura no permitirá publicar una palabra. Veo que tengo por único público, en la sala y en los pasillos, cerca de cien soldados y oficiales. ¡Gracias por la seria y amable atención que me están prestando! ¡Ojalá tuviera delante de mí todo el Ejército!”.
La concepción tan avanzada que puede leerse en el texto de La Historia me Absolverá se halla presente en el sentido general de la obra de la Revolución encabezada por él: en primer lugar porque avala los intereses de las fuerzas sociales, Los resultados históricos que desencadenó su discurso, concebido a la vez como el programa de la Revolución, fue agorero de realizaciones más trascendentales de la Cuba revolucionaria.
Las posibilidades reales de una revolución verdadera y la concurrencia de un líder capaz de conducir al pueblo a la conquista de lo que parecía imposible, fueron reconocidas en este alegato. Por eso sobre el asalto al Moncada y la victoria táctica y estratégica del juicio, se instrumentó, en aquella época, la práctica del olvido, la conjura del silencio.
Sí, hoy lo vemos así, un comienzo de la operación mediática contraria al proyecto revolucionario cubano: mentira o silencio, o ambas cosas a la vez. A la conjura del silencio se sumaba la tergiversación burda de la verdad, torrente de infamia vertido contra los combatientes del 26 de julio de 1953 por parte de los voceros del régimen que acusaban a los revolucionarios de haber asesinado a los soldados con armas blancas, por ejemplo, y degollado a algunos. Mentiras que produjeron un mayor afán de venganza entre los compañeros del cuerpo militar. Todo se revertió en su contra en el juicio, pero la información sobre este fue limitada al relato oral de quien lo escuchamos.

Después del asalto al Moncada el proyecto de la revolución nacional liberadora, conductora de profundas transformaciones sociales, se hacía inexcusable e impostergable, en tanto se convertía, además, en recompensa única para los mártires.
La convocatoria martiana seguía abierta.
Una tarea práctica, la confección y distribución clandestina de La Historia me Absolverá fue el siguiente requisito de la convocatoria para reagrupar a la hueste dispersa de la Generación del Centenario, inflamarla de nueva fe, y unir en torno a ella a los demás cubanos honestos que esperaban un cambio positivo en Cuba.
El objetivo irrenunciable en las circunstancias aquellas de Cuba, seguía siendo la toma del poder mediante una revolución.
En la nueva etapa era fundamental la participación popular en todos los frentes.
Destruidas las calumnias se resembraba la semilla que ya había ofrecido un ejemplo. Los hechos demostraban que no habría solución política viable para quitar del medio el impedimento que representaba el régimen opresor impuesto el 10 de marzo de 1952. Los crímenes cometidos por el ejército en el Moncada, no dejaba lugar a duda del rumbo a tomar por la vanguardia del 26 de Julio liderada por el doctor Fidel Castro Ruz, como anotábamos al principio.
En las instrucciones de Fidel, aún prisionero político en Isla de Pinos, dirigidas a sus compañeras Haydée y Melba expresaba:
1ro. No se puede abandonar un minuto la propaganda porque es el alma de toda la lucha, la nuestra debe tener su estilo propio y ajustarse a las circunstancias, hay que seguir denunciando sin cesar los asesinatos. Mirta te hablará de un folleto de importancia decisiva por su contenido ideológico y sus tremendas acusaciones al que quiero le prestes el mayor interés. Rogaba que el folleto saliera a la calle de inmediato.
Retenerlo confirmaría un crimen de alta traición, Advertía.
Estaba preparado para asumir toda la responsabilidad y soportar la represalia que pudieran desencadenarse.
Él, el autor de la obra, era quien se encontraba indefenso tras las rejas, y se ensañarían primero sobre su persona de ocuparse por la policía aquel libro en la imprenta, y lo peor de todo, el mensaje no llegaría al pueblo.
No cabe duda que en las declaraciones de Fidel y sus compañeros en el juicio del Moncada, y muy especialmente en La Historia me absolverá está el comienzo concreto y triunfante del pensamiento, de lo que hoy los cubanos identifican como la batalla de ideas, que convoca Fidel Castro.
Fue el conocimiento de la verdad concentrada en el folleto que se distribuyó con todos los riesgos en el país, la que contribuyó decisivamente a reorganizar las filas de la vanguardia, enriquecerla con un instrumento ideológico, y sumar a ella a miles y luego millones de cubanos.
La suma del pueblo, de todas las capas, en todos los lugares, era la divisa de Fidel respecto a La Historia de Absolverá y exhorta a sus compañeras Haydée y Melba en relación con el discurso: Hay que distribuir por lo menos cien mil en un plazo de cuatro meses.
Hay que hacerlo de acuerdo con un plan perfectamente organizado para toda la Isla. Por correo debe llegar a todos los periodistas, a todos los bufetes, despachos médicos y colegios de maestros y profesionales. Deben tomarse las medidas de precaución para que no descubran ningún depósito ni detengan a nadie, actuando con el mismo cuidado y discreción que si se tratase de armas.
Hay que sacarlos por lo menos en dos imprentas y escoger para ello las más económicas. Ningún lote de diez mil debe costar más de $300.00. Tienen que trabajar en esto de completo acuerdo. La importancia del mismo es decisiva; ahí está contenido el programa y la ideología nuestra sin la cual no es posible pensar en nada grande; además la denuncia completa de los crímenes que aún no se han divulgado suficientemente y es el primer deber que tenemos para con los que murieron. Fue imposible imprimir 100.000 por la meta tal alta para las condiciones de Cuba, represión, y el costo económico elevado para lograr aquella cifra fue imposible de solventar, pero él quedó conforme con 10.000 ejemplares, por el momento.
De sus juicios de entonces se desprende que siempre los revolucionarios deben ponerse cotas altas y luchar por ellas. Ningún texto, de ningún autor en Cuba del siglo XX había alcanzado una tirada de 10 000 ejemplares. Antes de la excarcelación del doctor Fidel Castro, logrado mediante un movimiento de masas que exigía la amnistía, ya estaba la edición de La Historia me absolverá publicada en la pequeña imprenta habanera.
En su alegato, Fidel recordaba que una de las leyes revolucionarias que hubiera puesto en práctica inmediatamente la Revolución, de haber tenido éxito el asalto por sorpresa del Moncada, habría sido la que ordenaba “la confiscación de todos los bienes a todos los malversadores de todos los gobiernos y a sus causahabientes y herederos de procedencia mal habida, mediante tribunales especiales con facultades plenas de acceso a todas las fuentes de investigación, de intervenir a tales efectos las compañías anónimas inscriptas en el país o que operaren en él, donde puedan ocultarse bienes malversados y de solicitar de los gobiernos extranjeros extradición de personas y embargo de bienes. La mitad de los bienes recobrados pasarían a engrosar las cajas de retiros obreros y la otra mitad a los hospitales y casas de beneficencia.”
El programa declaraba, además, que “la política cubana en América sería de estrecha solidaridad con los pueblos democráticos del continente y que los perseguidos políticos por sangrientas tiranías que oprimen a naciones hermanas, encontrarían en la Patria de Martí, no como hoy, persecución, hambre y traición, sino asilo generoso, hermandad y pan. Cuba debía ser baluarte de libertad y no eslabón vergonzoso de despotismo.”
Del mismo modo anunciaba La Historia me absolverá, de forma muy concreta, otras medidas fundamentales que tomaría la Revolución en el poder: Reforma Agraria, Reforma Integral de la Enseñanza, Nacionalización del Trust Eléctrico y el Trust Telefónico.
De nuevo sobre el latifundio explicaba, como habrá de leerse, que más de la mitad de las mejores tierras de producción cultivadas, estaba en manos extranjeras. Ejemplificaba: En Oriente, que es la provincia más ancha, las tierras de la United Fruit Company y la West Indian unen la costa norte con la costa sur.
Hacía también un llamado a la conciencia de la sociedad en su conjunto: “La sociedad se conmueve ante la noticia del secuestro o el asesinato de una criatura, pero permanece criminalmente indiferente ante el asesinato en masa que se comete con tantos miles y miles de niños que mueren todos los años por falta de recursos, agonizando entre estertores de dolor y cuyos ojos inocentes, ya en ellos el brillo de la muerte, parecen mirar hacia lo infinito como pidiendo perdón para el egoísmo humano y que no caiga sobre los hombres la maldición de Dios.”
Esta cita demuestra de manera contundente la vigencia del alegato La Historia me absolverá que cumple medio siglo. No se hicieron esperar los análisis del texto, por parte de enjundiosos estudios de ciencia jurídica y política y de oratoria y el otorgamiento del doctorado Honoris Causa al autor por esta pieza, en diferentes universidades.
Naturalmente, ningún examen ni elogio separa la obra de su autor.
Y quizás su mayor valer esté en el cumplimiento rebasado del programa revolucionario, la ratificación de la larga mirada del joven abogado Fidel Castro, sobre Cuba, y también extendida a los problemas cruciales de la humanidad y en particular del Tercer Mundo, lo cual puede resumirse en el último párrafo citado. Los estudios sobre La Historia me absolverá no han cesado, a la luz del marxismo y del socialismo posible más allá de las fronteras de Cuba.

A MAS DE CINCUENTA AÑOS DE AQUELLA GESTA HEROICA DEL ASALTO A LOS CUARTELES MONCADA, Y MANUEL DE CÉSPEDES.
NUESTRO HUMILDE PERO COMPROMETIDO HOMENAJE A AQUELLOS HÉROES ENCABEZADOS POR EL JEFE DE LA REVOLUCIÓN CUBANA COMANDANTE FIDEL CASTRO RUZ.

CX36 RADIO CENTENARIO URUGUAY