jueves, 29 de abril de 2021

“Marie Curie”, la mujer en la ciencia


“Radioactive” o “Marie Curie” para el mercado hispano, se encuentra disponible hace unas semanas en Netflix 

 Radioactive es la biopic de Maria Salomea Skłodowska-Curie, mundialmente conocida como Marie Curie, la famosa científica polaca ganadora de dos premios Nobel. La película fue estrenada en 2020 en el Festival de Cine de Toronto y llegó en las últimas semanas a la plataforma de streaming Netflix. Dirigida por Marjane Satrapi, cineasta, ilustradora, escritora y actriz iraní, realizadora de Persépolis (2007) y The Voice (2014), esta película se basa en la adaptación del cómic: “Radioactive: Marie & Pierre Curie: A Tale of Love and Fallout” (Radiactividad: Marie y Pierre Curie, una historia de amor y consecuencias), de la escritora, artista y profesora estadounidense, Lauren Redniss. 
 Protagonizada por la actriz dos veces nominada al Oscar, Rosamund Pike, la historia juega con saltos temporales que van desde la llegada de la polaca a Francia, la relación con la Academia, la historia de amor con Pierre Curie, los descubrimientos, la Primera Guerra Mundial, los tratamientos contra el cáncer, Hiroshima, Nevada y Chernobyl. Estos saltos en el tiempo hacen el guión un poco desordenado y son un poco forzados, con un sesgo que intenta ser educativo, donde convergen el contexto de los descubrimientos y las posteriores aplicaciones, no siempre felices, de los mismos.

 Cuando la ciencia era cosa de hombres 

La historia de Marie Curie es rica no solo por los aportes que realizó en materia científica, sino por haber logrado con su trabajo abrir paso a las mujeres en ámbitos que eran exclusivos de los hombres. Ese lugar lo logró gracias a su enorme talento y la película dirá que también fue gracias a su arrogancia y perseverancia.
 Sus principales descubrimientos le valieron ser galardonada dos veces con el Premio Nobel, en 1903 se trató del de Física y en 1911 el de Química. Estos eventos son retratados en el film. El primero incluirá una discusión ficcional con Pierre, pero que sirve para ilustrar el descontento que sentía Marie al no ser respetada por su trabajo. De hecho, el comité se había negado a nominarla, negándole el reconocimiento a su labor, por ser mujer. Gracias a que Pierre respondiera que no recibiría el premio si Marie no era premiada, es que obtuvo la primera distinción. Mostrando incluso también así el poder de la palabra del hombre en la Ciencia. Para la notificación de la segunda nominación la mostrarán ya viuda y entre los quehaceres de la vida familiar. 
 El film todo el tiempo dará cuenta de una mujer aguerrida y transgresora, acentuando al personaje como un icono o símbolo del movimiento de mujeres. La opresión y el lugar de la mujer en el trabajo y en el ámbito de la ciencia en especial, los prejuicios de la sociedad francesa de los albores del siglo XX, el rol de la mujer en la familia. Todo será criticado por Marie. Incluso cuando la Universidad de la Sorbona le ofrece tomar una cátedra, convirtiéndose de este modo en la primera mujer en ejercer la docencia dentro de la Universidad de París, la película la mostrará aceptando el puesto cuestionando que ese lugar debiera serle dado por su ciencia y no por ser esposa de Pierre. 
 Un dato interesante de la historia real, que queda por fuera de la película, es que parte de la educación superior que recibió esta gran científica fue en la clandestinidad, en lo que se conocía en Polonia como “Universidad flotante”, donde se aceptaba a mujeres estudiantes. Pero gracias a su talento e inteligencia, al emigrar a Francia logró no solo mejorar su francés aprendido de forma autodidacta, sino ponerse a la altura rápidamente de sus compañeros parisinos. 

 La mujer y la guerra 

Algunas escenas de la película contarán de su paso por la Primera Guerra Mundial, donde sirvió para el ejército francés. Representando así el aporte que significaron, no solo sus descubrimientos y su trabajo para salvar a soldados de amputaciones innecesarias, sino también el de las enfermeras que estuvieron en la guerra. Marie Curie diseñó las “ambulancias radiológicas”, unidades móviles de radiología para que los doctores que atendían en los hospitales de campaña contarán en el lugar con las radiografías. En la guerra contó con el apoyo de su hija mayor Irene, quien años más tarde (1935) fue también ganadora del Premio Nobel de Química junto a su esposo Frédéric Joliot, por sus trabajos en la síntesis de nuevos elementos radiactivos.
 La película, que se puede encontrar en Netflix, cuenta sobre todo del rechazo de Marie Curie a las tradiciones de la Academia y la sociedad parisina de principios de Siglo XX, su visión pionera y actitud liberal en su vida personal, bien representadas por Rosamund Pike. El film muestra la preocupación que generaba en ella comenzar a saber sobre los efectos perjudiciales para la salud de sus descubrimientos. Esa misma radiactividad posiblemente sea la responsable de la anemia aplásica que la llevó finalmente a ella misma a la muerte. Aún hoy sus escritos y materiales de estudios conservan altos grados de radiactividad, y permanecen guardados en cajas forradas en plomo. 
 Un dato final, aunque la película dirá que Marie quiso patentar en principio su descubrimiento con el objetivo de obtener más recursos para ampliar y mejorar su laboratorio, lo cierto es que no patentó el proceso de aislamiento del radio, dejándolo abierto a la investigación de toda la comunidad científica. Un detalle importante a destacar en tiempos de pandemia y laboratorios que monopolizan patentes, mientras la muerte asedia a millones en todo el planeta.

 Beita De 
Prensa Obrera

Socialismo, democracia y poder popular - Nestor Kohan


lunes, 26 de abril de 2021

La Rebelión Pingüina: cuando lxs secundarixs se levantaron y pusieron en jaque al régimen político


A 15 años de la enorme lucha de los estudiantes chilenos. 

 El 2006 de la Chile encabezada por la presidente Michelle Bachelet estuvo marcado por la movilización de estudiantes secundarios más grande la historia del país. Ello fue así por su masividad y duración en el tiempo, pero sobre todo por las banderas que levantó que apuntaban en definitiva a terminar con el negocio de la educación privada, uno de los pilares del régimen económico y político instaurado con sangre por la dictadura de Pinochet y defendido por los gobiernos que lo sucedieron hasta la actualidad. En su punto más álgido más de 400 colegios se encontraban paralizados por las tomas y las movilizaciones superaron los 600.000 estudiantes a lo largo de todo el país y sumaron el apoyo de docentes, padres, estudiantes universitarios y varios sindicatos que pararon y se movilizaron en apoyo a la lucha de lxs secundarios. 
 La «revolución de los pingüinos» fue el nombre con el que pasó a la historia, en referencia a los uniformes característicos de lxs estudiantes y se inicia con la toma del Liceo Carlos Cousiño por las pésimas condiciones edilicias que provocaba que se inunden sus aulas y pasillos cada vez que llovía. No era un hecho aislado sino, por el contrario, la situación en la que se encontraban la mayoría de los colegios, sobre todo en las regiones más empobrecidas de Chile ya que dependían del financiamiento de los municipios. La toma del Cousiño, coincidió con la movilización de colegios de Santiago convocada contra el cobro de la Prueba de Selección Universitaria-PSU- requisito para el ingreso a la universidad y la restricción del pase escolar (boleto) a solo dos veces por día. 
 En los días que siguieron las movilizaciones crecieron en participación y las tomas de colegios se multiplicaron, sumándose establecimientos emblemáticos. La temprana coordinación fue clave y para el paro nacional de estudiantes convocado para el 30 de abril más de la mitad de los colegios del país se encontraban tomados, incluidos los privados. Si bien los detonantes fueron problemáticas más inmediatas, rápidamente el estudiantado levanta entre sus demandas la derogación de la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza- LOCE- dictada por Pinochet antes de irse, por medio de la cual, se privatiza la educación y el fin de la municipalización de los colegios estatales. 
 Así, las y los estudiantes no solo ponen en cuestión la herencia de la dictadura sino que vienen a romper con la paz de la transición, levantándose contra sus sucesores, apuntado a los 16 años de gobierno de la concertación defensores del sistema de educación privatizado en todos sus niveles. La respuesta del gobierno de Bachelet transitó de la negativa a sentarse a dialogar con lxs estudiantes en lucha y desatar una brutal represión en las movilizaciones y, finalmente, la política de distraccionista y de cooptación de estudiantes que significó el establecimiento del Consejo Asesor Presidencial. Se presenta un proyecto de reforma de la LOCE, en lo que respecta al nivel medio, que luego resulta aprobado y que excluye las demandas estructurales de lxs pingüinos. No solo no termina con el negociado de la educación privada sino que, por el contrario, pone al estado como su garante a través de subsidios, becas y créditos, solventados con el presupuesto público.


 La lucha continúa…

 A nadie escapó, menos a sus protagonistas, que las demandas de fondo, las que significaban terminar con un sistema de educación al servicio del lucro capitalista no tuvieron respuesta y el costo de ello quedaba al desnudo por completo en el acceso privativo a la educación universitaria. 
 Las enseñanzas de la rebelión pingüina, sus métodos de deliberación y organización estaban ahí y no pasó mucho tiempo para que todo ese de capital de lucha se pusiera en juego para volver a la carga por conquistar una educación laica, gratuita y de calidad. En junio del 2011, con Sebastian Piñera en el ejercicio de su primera presidencia, comienzan a verificarse importantes movilizaciones de estudiantes universitarios. Al igual que en el 2006, rápidamente tomaron un carácter masivo y contaron con el apoyo de amplios sectores de trabajadores. La respuesta del estado, otra vez, la represión y la defensa irrestricta de la educación privada. Al freno a la movilización independiente de las y los estudiantes se jugó fuertemente la centroizquierda, consciente de los costos políticos que tuvo en el 2006 enfrentarse a un movimiento estudiantil que no pudo contener. El PC jugó un papel importante en la contención y cooptación, como integrante del gobierno de La Nueva Mayoría que en el 2014 devuelve a la presidencia a Bachelet. Camila Vallejos, Giorgio Jackson, Gabriel Boric pasaron de cabezas de la lucha a liderar esta política de integración al Estado. 

 Octubre del 2019 

En el análisis y la comprensión de la rebelión popular que emerge el 18 de octubre del 2019 no se puede prescindir de los levantamientos del movimiento estudiantil del 2006 y 2011. En definitiva, fueron los estudiantes con su reclamo por una educación pública, gratuita y de calidad, los que se rebelaron contra la herencia de la dictadura y señalaron a los gobiernos “democráticos” como los guardianes del legado pinochetista. Estudiantes secundarios saltando los torniquetes ante el incremento de 30 pesos en el boleto del metro, marcando el inicio de lo que días después se convirtió en la rebelión que conmovió a toda América latina, iniciando un ciclo de levantamientos populares en la región. ¡No son 30 pesos, son 30 años! como síntesis de cuál es el balance que tiene la clase obrera respecto del régimen político de conjunto contra el cual se levantó, abriendo así un proceso político que los partidos tributarios del mismo no logran clausurarlo. 
 El criminal de Piñera sigue en La Moneda en gran medida gracias a los recursos políticos que le brindó la “oposición” cómplice en éste año y medio y ello da cuenta, por sí mismo, de los límites que tiene el proceso constituyente en curso. Sin embargo, las reservas de lucha siguen indemnes como ha quedado demostrado en los últimos días con las protestas frente a la rechazo del gobierno a que las y los trabajadores puedan recurrir a sus fondos de pensión para paliar las necesidades frente al abandono del estado. Y en éste contexto las y los estudiantes, junto al movimiento obrero combativo, están presentes jugando un rol destacado en el impulso y la coordinación de la lucha para enfrentar al gobierno y sus cómplices.

 Olga Aguirre

domingo, 25 de abril de 2021

Cuba y sus vacunas ¿Cómo es posible?


Una cumbre del Clima contra el clima


La Casa Blanca organizó una Cumbre por el Cambio Climático por Zoom. Participaron 40 dirigentes internacionales, entre los que destacan, Xi Jinping, Vladimir Putin, el propio Biden y Manuel López Obrador. El Secretario General de la ONU, António Guterres, pidió a los líderes de todo el mundo que tomen medidas urgentes en relación con el clima, antes de la crucial Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, COP26, que se celebrará en noviembre en Glasglow. Desde la ONU pidieron cumplir con el Acuerdo de París y reducir el calentamiento a menos de 2 grados. La cumbre puso a las claras la incapacidad del capitalismo de revertir la destrucción del medio ambiente. 
 China pasó a ser el país más contaminante de la tierra (el mayor consumidor de carbón, con el 26,6% de todas las emisiones de monóxido de carbono), pero las inversiones en China provienen de EEUU y la Unión Europea, quienes son los que consumen la producción del gigante asiático. 

 El negocio detrás de la “energía renovable” 

EEUU se comprometió a recortar los gases de efecto invernadero en un 52% para 2030, pero en relación a las emisiones de 2005 no de 2021. Sin tocar el Fracking, una de las principales industrias contaminantes, que son las causantes de problemas respiratorios que profundizan el impacto de la pandemia y aumentaron la cantidad de muertes en EEUU (NYTimes, 19/4). Tampoco toca a gigantes como Wall Mart o Amazon, que son las compañías más contaminantes del mundo. La promesa de Biden de evitar que las temperaturas suban más de 1,5 grados centígrados, quedará en una promesa. 
 El plan de 2 billones de dólares para “energía renovable”, que promueve la Administración actual, cayó muy bien en Wall Street por la enorme masa de subsidios que entraña. Larry Fink, CEO de BlackRock festejó la propuesta con el anuncio de una inversión de siete billones de dólares (Fortune, 17/2). EEUU volvió a los acuerdos de París, de donde la sacó Trump, para encaminar la ‘tecnología verde’ a fuerza de subvenciones del Tesoro y un acrecentado endeudamiento público. "Dos billones de dólares en ocho años, como propuso el presidente Biden el mes pasado, no harán el trabajo a tiempo", objetó Kari Fulton de la Alianza por la Justicia Climática, sin preguntarse quién y cómo se financiarían las erogaciones; para la estrella del centroizquierdismo norteamericano, A. Ocasio-Cortez “no será suficiente” para revertir todo el daño ocasionado por energía fósil, sin cuestionar las subvenciones fiscales. El francés Macrón se topó con la rebelión de los chalecos amarillos cuando quiso bajar el consumo de nafta con un impuesto a los usuarios, y usar lo recaudado para subsidiar a los verdes. La transición a la energía ‘limpia’ deberían pagarla los propios capitalistas, al menos bajo el capitalismo. Esto implicaría un desvalorización del capital invertido en extractivismo, como consecuencia de su prohibición a término, y un desembolso de capital en las nuevas industrias, que deberá esperar el ciclo de maduración para rendir beneficios. Una vía más barata es la nacionalización sin pago del capital extractivista y una inversión con prioridades definidas en energía renovables. 
 Ningún gobierno se apresta, sin embargo, a dejar de apoyar a laindustria contaminante, porque ello implicaría ceder mercado a sus rivales. Washington no va a abandonar a las petroleras y el fracking que le sirvieron para pasar a controlar una participación significativa del mercado mundial. Ahora mismo está boicoteando un gasoducto ruso a Alemania, para meter en su lugar el gas licuado y regasificado de Estados Unidos. Según el Environmental and Energy Study Institute, los subsidios directos asignado al carbón y el 80 por ciento al gas natural y al petróleo crudo son aproximadamente U$D 20 mil millones por año (usatoday, 22/4). El crecimiento de la producción carbonífera sigue aumentando en EEUU. 
 El plan de dos billones de dólares de inversión en infraestructura y energía 100% renovable para 2035, incluye un cambio hacia los “vehículos eléctricos” (cbsnews, 6/4). Las baterías de estos vehículos eléctricos son a base de Litio, un material que no es reciclable y es muy contaminante. Los autos necesitan un 40% menos partes (y por lo tanto menos empleados) que los autos a combustión fósil (ídem), y la reconversión industrial y de empleos no es sencilla. Solo California podría necesitar 1,5 millones de cargadores de vehículos eléctricos para 2030, el triple de la previsión de campaña de Biden para todo el país, como informa David Ferris para E&E News.La transición al transporte en base a baterías, convierte en redundante a gran parte de la industria extractivista, con el resultado de una mayor concentración, no su elminación. La administración Trump vendió más arrendamientos de petróleo y gas que nunca durante sus últimos meses en el poder, dando a las empresas la oportunidad de acumular derechos de perforación que probablemente durarán años (LA Times, 28/1). Las empresas petroleras y de gas anunciaron que si aumentan los impuestos llevarán su producción a otros países como Arabia Saudita, como dice el Instituto de Petróleo Americano. 

 China y la guerra comercial 

China defendió su plan establecido antes de la reunión, o sea, planea no innovar. China ya se había propuesto alcanzar en 2030 el pico de emisiones de carbono y en 2060 la neutralidad de emisiones, y el mandatario reiteró esos compromisos. Xi habló de responsabilidades "comunes pero diferenciadas", remarcando los "esfuerzos extraordinariamente duros" que China deberá llevar a cabo para conseguir pasar del pico de emisiones de carbono a la neutralidad de emisiones. 
 China se sitúa actualmente como el primer país del mundo en emisiones de CO2 y el segundo, Estados Unidos, representa menos del 15% del total mundial. Sin embargo, la mayoría de las inversiones de EEUU y de Europa, se aplican a industrias chinas que utilizan carbón como bases energéticas y son responsables de la emisión mundial. Biden, que no se sabe si logrará algo en matería de energía ‘limpia’ en su , intenta imponer el modelo de “reconversión energética” sobre China, liderado por empresas que ya operan en suelo chino. Los fondos de inversiones internacionales pretenden dominar la transición verde en China, enfrentado a los capitales norteamericanos instalados en China, que operan con energí ‘sucia’. La reconversión energética ha ingresado en la guerra económica internacional. 

 Los Fernández 

Alberto Fernández, fue invitado a discursear en la Conferencia, se despachó con la propuesta de reconvertir el extractivismo en Argentina en energía no contaminante, con el dinero de la deuda pública. Una genialidad, si no fuera: 1. que, en lugar de frenar el extractivismo, subsidia en forma creciente Vaca Muerta y las inversiones en minería a cielo abierto, además de las practicas contaminantes en la producción agropecuaria. 2. que convierte a los títulos de la deuda pública en dinero efectivo, para adquirir las maquinarias, implementos, terrenos y fuerza de trabajo para poner en pie, precisamente, esas inversiones ‘verdes’. Detrás de cada porcentaje de reducción del gas de invernadero, como se calcula el cambio climático, debe haber una transición productiva real, y ésta contar la financiación correspondiente. El canje entre menor contaminació, de un lado, y deuda del otro, significa financiar las inversiones con los títulos de esta última. Los tenedores de deuda pública no deberán esperar a 2045 para recobrar el último dólar de sus préstamos, pues podrán convertirla en instrumento de pago inmediato y, en eses proceso, elevar la baja cotización de mercado que tienen en la actualidad. 
 Se acostumbra a decir que la guerra es demasiado importante como para dejarsela a los militares. Con infinita mayor razón, el destino de la naturaleza y el planeta es demasiado decisivo como para dejarlo en manos de la clase capitalista y sus estados. 

 Emiliano Monge
 25/04/2021

sábado, 24 de abril de 2021

Estados Unidos: Derek Chauvin, condenado por el asesinato de George Floyd


El pasado martes, un jurado de la ciudad de Minneapolis encontró culpable a Derek Chauvin, el policía acusado de matar al afroamericano George Floyd en mayo del año pasado. Chauvin enfrentaba cargos por asesinato involuntario en segundo grado, asesinato en tercer grado y homicidio involuntario en segundo grado, y de todos se lo halló culpable, lo que le podría valer 40 años en prisión. En ocho semanas se conocerá la sentencia. 
 Chauvin, de 44 años, trabajó en el Departamento de Policía de Minneapolis (PDM) durante por casi veinte. En ese tiempo se le abrieron al menos 15 investigaciones, según información del departamento de Asuntos Internos de la PDM. Solamente en dos casos hubo consecuencias y solo fueron dos cartas de reprimenda. Esta vez, fue distinto debido a que Darnella Frazier, una chica de 17 años, usó su teléfono para grabar cuando Chauvin presionó su rodilla contra el cuello de Floyd durante más de nueve minutos, hasta asfixiarlo, lo que permitió tener una prueba insoslayable. El agónico grito de George Floyd -“No puedo respirar”- se hizo carne en millones de personas que desataron las protestas más grandes de la historia Norteamérica. Se calcula que, en Estados Unidos, entre 15 y 26 millones de personas participaron en las manifestaciones. Las mismas se replicaron en más de 2.000 ciudades y pueblos de más de 60 países.
 El juicio duró tres semanas y tuvo en vilo al país. La sentencia fue transmitida por más de 40 canales de televisión y otras tantas en emisoras de radio de todo el país. La afirmación de la condena hizo explotar de felicidad a los 400 manifestantes que se congregaron frente a la corte, en una Minneapolis totalmente militarizada.
 El hermano menor de Floyd declaro después de sentencia en una conferencia de prensa "Esta es una victoria para todos nosotros", y agrego "No hay barrera de color en esto, esto es para todos los que han sido reprimidos e inmovilizados". El presidente Joe Biden y su vice, Kamala Harrys, hicieron gala de la demagogia que los caracteriza y declararon que “estaban aliviados por el resultado del juicio”. El país, dijeron, está "en un momento de cambio significativo".
 ¿Cambios significativos? Mientras los mandamases norteamericanos decían estas palabras, la tensión vuelve a crecer por el asesinato del joven negro Daunte Wright, la semana pasada, en Brooklyn; y por la del niño de 13 años de origen latino, Adam Toledo, en Chicago. Según el New York Times, tres personas por día fueron asesinadas por el aparato de seguridad desde el 29 de marzo, cuando empezó el juicio por Floyd. 

 Mauri Colón
 22/04/2021

💰 ¿Qué son las Bitcoins y las criptomonedas?


jueves, 22 de abril de 2021

Medidas ante la pandemia: La ganancia capitalista no se toca


Los ministros anunciaron una serie de medidas de apoyo a pequeñas y medianas empresas de diversos sectores, mientras no se modifica la situación dramática de los trabajadores y sectores populares. Las ganancias de aquellos que se siguen enriqueciendo en la pandemia no se toca. 

 Medidas para las pequeñas y medianas empresas

 La ministra de Economía Azucena Arbeleche señaló que el gobierno prevé un gasto de 900 millones de dólares para amortiguar los efectos de la pandemia. 
 Las medidas anunciadas están enfocadas en aquellos sectores que el gobierno considera más afectados en el nivel de actividad, el turismo, la educación, la cultura y el esparcimiento entre otros. 
 Para las pequeñas y medianas empresas de estos sectores se anuncian medidas de apoyo como exoneración de aportes patronales, no pago de anticipo de IRAE ni impuesto al patrimonio durante el primer semestre. 
 Asimismo se anunció que se facilitará el acceso al crédito con tasa 0, se postergan vencimientos de préstamos y un descuento en las tarifas de UTE para los sectores en problemas.

 Las medidas para los trabajadores y sectores vulnerables

 A su turno los ministros de Trabajo y Seguridad Social Pablo Mieres y del MIDES, Pablo Bartol fueron los encargados de describir las medidas que el gobierno consideró para los trabajadores y sectores de mayor vulnerabilidad.
 Pablo Mieres señaló que se flexibilizarán las condiciones para acceder al seguro de desempleo en distintos sectores económicos (se baja de 75 jornales a 12 y de 6 meses de trabajo a 1 mes) y que se otorgará un subsidio de 7300 pesos por 3 meses para trabajadores de la cultura y el esparcimiento).
 A su turno Pablo Bartol anunció un pago de 7300 pesos para alrededor de 12000 trabajadores monotributistas vinculados a distintos programas del MIDES así como la duplicación de las asignaciones familiares del Plan de Equidad y la extensión hasta junio de la canasta alimenticia que se venía otorgando en abril y mayo.

 Emergencia social pero la ganancia capitalista no se toca 

 Aunque el gobierno pretende presentar las medidas como un gran esfuerzo de su parte, en realidad se trata de un paquete de anuncios de muy bajo impacto que no modifica la grave situación estructural de cientos de miles de uruguayos. 
 La cifra de trabajadores informales es mayor a 300mil mientras que los subsidios anunciados (de un monto absolutamente insuficiente) alcanzan a alrededor de 20mil personas. Según datos oficiales del INE desde el comienzo de la pandemia se han perdido más de 60mil puestos de trabajo; más de 100mil uruguayos han caído bajo la línea de pobreza y alrededor de 15mil se encuentran en la indigencia. 
 El impacto de la pobreza es especialmente grave en niños y adolescentes: La pobreza afecta al 21,3% de los niños menores de 6 años, al 20,6% de los niños entre 6 y 12 años, al 18,9% de los adolescentes entre 13 y 17 años; mientras que en la población entre 18 y 64 años el porcentaje llega al 10% y en mayores de 65 es del 2.3%. 
 A su vez ha aumentado la desigualdad: el índice Gini (un indicador que varía entre 0 y 1, cuanto más cerca de 0, más repartido está el ingreso y cuanto más cerca de 1, más concentrado está el ingreso) ha crecido en 2021 a 0,387, mientras que en 2019 era de 0,383 y en 2018 de 0.380. 
 La propia CEPAL ha subrayado que el gobierno uruguayo es el que menos gasto social ha realizado durante la pandemia en América Latina. Estas últimas medidas, a un año del comienzo de la emergencia sanitaria, no son más que un intento demagógico de quedar bien y dar una buena imagen ante la catástrofe social que atraviesa el país, intentando amortiguar los impactos más extremos de la crisis y ganar tiempo hasta que la situación sanitaria mejore. 
 Este es un gobierno de empresarios y capitalistas, y como tal actúa, aún en momentos graves como el que atravesamos: Estas medidas anunciadas se dan en el contexto de ataques a las condiciones de vida que se vienen llevando adelante desde que asumió la Coalición Multicolor, con recortes en programas asistenciales, en los presupuestos de educación y salud; así como rebajas de salarios, pérdidas de empleo y deterioro de las condiciones laborales. 
 El gobierno está utilizando la pandemia como excusa para llevar adelante sus proyectos e implementar las reformas que responden a su programa antiobrero y sabe también que en este contexto actual se debilita la capacidad de resistencia. Al mismo tiempo que empeoran las condiciones de vida de la mayoría de la población se conoce que hay sectores sociales que han aumentado sus ganancias durante la pandemia: Algunas cifras aparecidas en el semanario Brecha muestran que “los fondos que el sector privado residente depositó en el sistema bancario uruguayo se incrementaron un 9 por ciento con respecto a 2020 y los activos en el exterior crecieron en 1.728 millones de dólares, al tiempo que las exportaciones de bienes uruguayos aumentaron un 19 por ciento durante el primer trimestre de 2021 en comparación con el mismo período del año anterior”. 
 El gobierno ya ha declarado que jamás tocará las ganancias de estos sectores que se siguen enriqueciendo (a la vez que pone impuestos a sectores de trabajadores públicos con “altos ingresos”), porque precisamente es para ellos que gobierna. 

 Una salida de los trabajadores 

 Las necesidades de los trabajadores y sectores populares van por caminos opuestos a las medidas que toma el gobierno. 
 No es verdad que no hay dinero para tomar las medidas necesarias, hay que afectar a estos sectores que se siguen enriqueciendo, con impuestos a las grandes fortunas y a los grandes empresarios. La estructura tributaria del Uruguay es absolutamente injusta y regresiva porque los impuestos recaen en los asalariados y en el consumo. 
 En este momento de emergencia sanitaria además hay que imponer impuestos extraordinarios a quienes concentran la riqueza, terminando con los subsidios, facilidades, exenciones impositivas y otros apoyos que usufructúan gracias a los políticos que gobiernan para ellos. .
 Ante la grave situación que atraviesan grandes sectores de la población algunas medidas urgentes que hay que tomar son la prohibición de despidos, garantizar ingresos dignos para todos los trabajadores desocupados y trabajadores informales y el reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario. Además hay que suspender los desalojos y los cortes en los servicios esenciales para la población (luz, agua, etc.), asegurando el acceso a la atención en salud y la educación. 
 Estas y otras medidas no serán parte de las iniciativas del gobierno, ni serán producto de diálogos sociales como proponen el Frente Amplio y el PIT-CNT. 
 Por el contrario el PIT-CNT debe romper con esta parálisis que implica su postura dialoguista y se tiene que poner a la cabeza de un plan de lucha discutido democráticamente entre los trabajadores y basado en la movilización popular. 

 Hernán Yanes Miércoles 
21 de abril | 16:15

Los disturbios en Irlanda del Norte y las consecuencias del Brexit


Las islas británicas están conmocionadas por el crecimiento de los disturbios y choques que se vienen sucediendo los últimos días en Belfast, la capital de Irlanda del Norte, así como en otras ciudades. Si bien una parte de los mismos han sido llevados a cabo por activistas de la causa republicana –los partidarios de una Irlanda unida-, se trataría tan solo de acciones de respuesta a la creciente actividad violenta desplegada por grupos unionistas, quienes defienden la permanencia de Irlanda del Norte en el Reino Unido al ser uno de los “países constituyentes” del reino. Las escenas de jóvenes, en algunos casos niños, arrojando cócteles molotov y las decenas de heridos, entre civiles y policías, han sido hechos que coparon los medios de comunicación y que volvieron a colocar a la cuestión irlandesa sobre la mesa. 

 Es el Brexit… 

El reanudamiento de la tensión alrededor del problema irlandés no es una novedad para los observadores del panorama político, más allá de la dimensión de los episodios. Se trata de una de las consecuencias, casi previstas, del Brexit, que fuera rechazado por un 56% de los votantes norirlandeses en el plebiscito que tuvo lugar para decidir la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Con el mencionado divorcio se replanteó el problema de la frontera entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte, virtualmente inexistente desde los acuerdos de Viernes Santo (1998) y desde la pertenencia de ambos Estados al mercado común europeo. Los mencionados acuerdos pusieron fin a décadas de enfrentamientos sobre la base del reconocimiento de la pertenencia de la ex provincia del Úlster al Reino Unido, y de la renuncia a métodos violentos para cambiar ese status para el norte de la isla irlandesa. Los acuerdos permitieron, además del levantamiento de toda barrera física entre los dos Estados, la posibilidad de que los ciudadanos norirlandeses pudieran optar tanto por la nacionalidad británica como por la irlandesa. 
 Con el Brexit, se extendió la preocupación entre el establishment de todo el continente acerca de la posibilidad de que si se volviera a establecer una frontera rígida entre Irlanda e Irlanda del Norte eso hiciera resurgir la lucha nacional por la unidad irlandesa, además de acarrear problemas económicos a la isla, que funciona de manera integrada en cuanto al desenvolvimiento productivo. En la medida en la cual la Unión Europea reclamaba un control de las mercaderías que ingresaran a su mercado común, se le exigió en las negociaciones al Reino Unido que se estableciera la fiscalización correspondiente entre Irlanda del Norte y el resto del reino, poniendo en pie, en los hechos, una frontera al interior del Estado británico. 
 La resolución de la cuestión a través de una separación de hecho de Irlanda del Norte respecto del resto de Reino Unido exasperó los ánimos entre los unionistas, que ven la medida como un alejamiento del Estado británico y un acercamiento con el sur. El profundamente unionista Partido Unionista Democrático (DUP), a cargo del gobierno norirlandés, es un aliado del gobierno conservador de Boris Johnson en el contexto de la política británica, pero se sintió estafado por el resultado de las negociaciones acerca del problema de la frontera. Detrás de la agitación y los disturbios unionistas se encontraría la reactivación de grupos políticos descendientes de los paramilitares que atacaban a los militantes republicanos en la etapa previa a los acuerdos de paz, así como la venia del DUP que se expresa incluso en una crítica a la “dureza” (sic) con la que la policía estaría actuando contra los unionistas. La dirigencia del DUP estaría buscando generar una polarización que le permita recobrar su alicaída imagen entre su base protestante, así como presionar a Londres y a Bruselas por una revisión del problema de los controles fronterizos.

 … pero no solo el Brexit 

El otro disparador, circunstancial, de la agitación unionista ha sido la falta de sanciones hacia dirigentes del Sinn Fein que participaron junto con miles de personas, en el contexto de las restricciones por la pandemia, del funeral de Bobby Storey, uno de los líderes del IRA. Sinn Fein, un sucedáneo del IRA luego del desarme, es el segundo partido en importancia en Irlanda del Norte, siendo el más importante de entre los que levantan la unidad de Irlanda. En la República de Irlanda esta organización también viene aumentando su popularidad, siendo el principal partido opositor. 
 De hecho, Sinn Fein forma parte del gobierno norirlandés. Es que el régimen político parido por los acuerdos del Viernes Santo posee características segregacionistas; cada candidato debe designarse como unionista o republicano y el nombramiento del primer ministro debe contar con el acuerdo de ambas “comunidades” en el parlamento local. La falta de consonancia llevó a la parálisis al gobierno norirlandés, por lo que la región fue gobernada directamente por Londres durante tres años hasta principios de 2021. La segregación se reproduce en el plano geográfico, ya que siguen existiendo barrios identificados como católicos, históricamente republicanos, o protestantes, partidarios del Reino Unido. El Sinn Fein viene escalando posiciones en las elecciones norirlandesas y en la actualidad cuenta con solo un parlamentario menos que el DUP. 
 Como contrapartida, la adhesión al DUP viene decayendo. Es que en el conjunto del Reino Unido el deterioro de la situación social y económica, a lo que se suma el desastre de la política de Londres alrededor de la pandemia, está llevando a virajes políticos y a un reverdecer del nacionalismo entre los “países constituyentes”. En Escocia se avizora, en las elecciones de mayo, un triunfo categórico de los partidos que promueven la escisión, los cuales, con toda seguridad, se embarcarán en un nuevo plebiscito independentista.
 El descalabro económico británico fue profundizado por el Brexit, que ha provocado, a cuatro meses de su concreción, una caída del 40% en las exportaciones británicas hacia la UE, una baja adicional de más del 2% en el PBI (El País, 2/4) y la fuga de empresas e inversiones hacia otras plazas europeas.
.La situación actual vuelve a poner sobre la mesa la necesidad de retomar el planteo de una Irlanda unificada, con absoluta libertad de credos, y el fin de ese reducto del imperialismo británico en la isla celta que constituye Irlanda del Norte, país sostenido por Londres, fruto de la ocupación histórica de los ingleses sobre su isla vecina. Sin embargo, la perspectiva de un avance en ese objetivo choca con la política conciliadora del Sinn Fein y otras fuerzas republicanas adaptadas desde hace décadas al status quo impuesto por Inglaterra y al régimen burgués en el conjunto de las islas. La unidad de Irlanda exige una confrontación de fondo contra el imperialismo inglés y la Unión Europa ajustadora, tarea que solo puede ser emprendida por la clase obrera, como parte de la lucha por una unidad socialista del viejo continente. 

 Leandro Morgan

martes, 20 de abril de 2021

Lo que deja la derrota en las elecciones sindicales de Amazon


Balance y perspectivas. 

 La votación en la planta de Amazon de la localidad sureña de Bessemer, Alabama, arrojó 738 votos a favor de crear un sindicato y 1.798 en contra. Esta había acaparado la atención no sólo nacional sino internacional pues era vista como una pulseada de los trabajadores con grandes corporaciones multinacionales caracterizadas por el trabajo precario, la flexibilidad laboral y donde no existe, de un modo general, sindicalización. Tal es el caso del gigante del comercio electrónico, que cuenta con 400.000 empleados dentro de las fronteras estadounidenses y es el segundo empleador del país después de Walmart y que posee 1.200.000 en todo el mundo.
 El sindicato de Minoristas, Mayoristas y Grandes Tiendas (RWDSU, en inglés), que organizó la elección, señaló que impugnarán los resultados. Acusaron a Amazon de interferir con el derecho de los empleados a votar en una «elección libre y justa». Es un hecho incuestionable que la empresa hizo uso de todos los recursos a su alcance para condicionar la votación. Apeló a una frondosa y costosa propaganda advirtiendo el recorte que iban a sufrir los trabajadores como consecuencia de los aportes sindicales. Se tomó el trabajo de reclutar a ciertos empleados para hacer campaña en contra y hasta tomó la iniciativa de organizar reuniones sistemáticamente para impulsar la oposición a la organización sindical en nombre de los supuestos perjuicios que eso iba ocasionar al personal. Estas reuniones sobre las implicaciones del voto, en ciertos casos, llegaron a ser obligatorias, bajo la forma de convocatorias oficiales de la dirección de la empresa. 
 Esta prédica no solo se hizo en los horarios de trabajo y en el radio de la planta sino que se extendió a los hogares de los trabajadores. Esto se combina con la mirada vigilante de la patronal de todas los movimientos del personal, lo cual da cuenta del clima intimidatorio que ya es moneda corriente en la empresa y que se reforzó en los meses previos a las elecciones. Naturalmente en la cabeza de los trabajadores pesaba la preocupación de ser marcados por la patronal y que eso pudiera conducir a represalias posteriores e incluso a despidos. Esto es una práctica usual que se registró en tentativas similares. El sindicato denuncia que hubo presiones al servicio postal para que instalara un buzón de correo en los terrenos de la empresa, de modo tal que la empresa pudiera ejercer un control y presión directa en la elección. Amazon quería que los empleados llevaran boletas al trabajo para que pudieran monitorear a los empleados para que votaran “No”. 
 No se puede perder de vista el hecho de que el salario mínimo de Amazon es de 15 dólares, que está por debajo del que reina en las compañías bajo convenio colectivo pero que es el doble del que rige en numerosos sectores del mundo del trabajo cuyo salario mínimo es la mitad y apenas asciende a 7,25 dólares, como ocurre en tiendas minoristas como Walmart, o en los fast food, como McDonald’s. 
 Este hecho condiciona al colectivo de Amazon, incluida la nueva generación que constituye una porción importante del personal, en el que existe un miedo lógico a perder el trabajo al que busca aferrarse en medio de un mercado laboral en que los sueldos están depreciados. El precio que están pagando los trabajadores de Amazon es muy elevado pues las condiciones de trabajo son aberrantes. Se han divulgado profusamente por las redes sociales las confesiones de los trabajadores de la empresa que llegan al extremo de orinar en botellas en sus puestos de trabajo pues son ínfimos los tiempos libres de la tarea. Todos los movimientos son monitoreados y los trabajadores están sometidos a brutales regímenes de productividad, que deben cumplir bajo la amenaza de sanciones o despidos. 
 No se nos puede escapar tampoco que las leyes sindicales son un escollo contra la organización gremial. Por un lado, los trabajadores necesitan ratificar un sindicato dos veces: la primera vez en el momento que inscriben a sus compañeros de trabajo para una petición sindical y luego, semanas después, en elecciones donde los trabajadores deben certificar el sindicato. El tiempo que media entre las dos instancias le da a las patronales mucho margen para interferir con el proceso y contratar estudios de abogados que se especializan en la materia; y donde se apela a represalias, extorsión y a la intimidación. De hecho, es muy común que los sindicatos tengan un apoyo entre los trabajadores de una empresa antes de salir públicamente, y que, luego, sean derrotados en la votación de certificación debido a las más variadas tácticas patronales. 
 Las leyes son lo suficientemente laxas, de modo tal de dar pie a una interferencia patronal, que todavía es más alevosa en el caso de las corporaciones más poderosas del país. Esta legislación antisindical responde a una presión de la clase capitalista. Esto es lo que explica que las mismas hayan perdurado tanto en administraciones republicanas como demócratas. Obama prometió sancionar una la Ley de Libre Elección de los Empleados (Pro en sus siglas en inglés). Eso habría facilitado significativamente la sindicalización pues los trabajadores, pues solo tendrían que ratificar el sindicato firmando una petición. Esto quedó cajoneado. Biden volvió a hacer la misma promesa pero la ley Pro no está presente en su agenda prioritaria de sus primeros 100 días.

 Punto clave 

Los factores señalados deben ser tomados en consideración a la hora de trazar un balance pero no alcanzan a explicar este desenlace. 
 Es necesario tener presente que la derrota tiene que ver con los límites insalvables de la política de la burocracia sindical. Los trabajadores de la planta fueron marginados de la campaña. Lo que primó es una política de aparato por parte del sindicato RWDSU. No se promovieron reuniones sindicales, asambleas de base ni la organización del activismo. Esto era fundamental para desbaratar la acción patronal, que sí, en cambio, se dio una política en esa dirección. Lo paradójico es que la empresa tuvo la iniciativa que no tuvo el sindicato, quien es hostil a cualquier militancia obrera. La comunicación con los trabajadores, de un modo general, se circunscribió a llamadas telefónicas y contacto por whatsapp. Lo que impera es un enorme verticalismo y regimentación en la vida sindical por el temor a que pueda colarse y florecer una organización independiente de los trabajadores. 
 La campaña del sindicato puso su acento en la conquista del apoyo del Partido Demócrata. Biden en persona salió a respaldar la estructuración de los sindicatos; la iniciativa fue apoyada en especial por la izquierda del Partido Demócrata, empezando por Bernie Sanders, que viajó personalmente a Alabama para acompañar la campaña. 
 Importa señalar que la tentativa de organización sindical no viene precedida por una acción que apunte a alentar un movimiento reivindicativo, en especial por las condiciones de trabajo. Esto requería promover, incluso subterráneamente, la organización por abajo, lo que no estaba en el radar de la dirigencia. Por otro lado, una política dirigida a estimular la conflictividad sindical entraría en choque con los demócratas y hubiera comprometido el respaldo de este a la campaña. Recordemos que, de un modo general, la dirigencia sindical, en primer lugar de la central AFL-CIO, viene oficiando de bombero de los principales conflictos y sacrificando los reclamos, actuando como correa de transmisión de las exigencias de las patronales y el Estado capitalista. 
 Sin lugar a dudas, el carácter corrupto y empresarial que ha asumido la organización sindical conspira contra los esfuerzos por la organización sindical. Este hecho no es ajeno al resultado electoral cuando en un modo general reina un descrédito o desconfianza con las cúpulas gremiales.
 Pero más allá de ello, la experiencia ha puesto de relieve que es insustituible la organización independiente de los trabajadores y que esto está indisolublemente ligado a la independencia política, cuyo punto de partida es la ruptura de las organizaciones obreras con las ataduras al Partido Demócrata y al Estado. 

 Perspectivas 

La derrota en Amazon constituye un golpe pero no clausura la tendencia la organización sindical. La elección de Alabama ha atrapado una atención como nunca antes, que sólo se explica porque hay mar de fondo, que las aguas están agitadas en el movimiento obrero y popular. No olvidemos que la conflictividad sindical que ha venido creciendo en los últimos años tiene ahora como telón de fondo la rebelión popular del año pasado. 
 Trabajadores de otras sedes de Amazon en Baltimore, Nueva Orleans, Portland, Denver y el sur de California estarían interesados en reproducir la iniciativa de Alabama. Tentativas parecidas se constatan en Grimes y Iowa City, de la mano de la Hermandad Internacional de Camioneros. Biden es consciente de la potencialidad explosiva de este proceso y está intentando adelantarse, tratando de encuadrar y disciplinar de antemano un repunte de una organización sindical, como se constata con el respaldo que le dio a las elecciones de Amazon. Una profundización de ese camino, sin embargo, es una fuente de choque con patronales poderosas. Habrá que ver hasta qué punto los demócratas están dispuestos a avanzar en esa dirección o si más bien no pasa de un coqueteo.
 Se ha abierto una puerta que está lejos de cerrarse, con más razón cuando la crisis capitalista y la pandemia siguen vigentes y la recuperación que se pronostica acentúa la ofensiva capitalista, pues gran parte de los nuevos puestos de trabajo, como ya ocurrió bajo la época de Obama, van de la mano de rebajas salariales y de un salto en la precarización y flexibilización laboral.

 Pablo Heller

domingo, 18 de abril de 2021

Continúa la batalla por la libertad del preso político Mumia Abu Jamal


Mumia Abu Jamal, luchador por los derechos de la comunidad negra, es uno de los más conocidos de los cientos de presos políticos que aún permanecen injustamente encerrados en las cárceles estadounidenses. En las últimas semanas, la campaña por terminar con su cautiverio -lleva 40 años tras las rejas- cobró nueva fuerza: su deteriorado estado de salud hace necesario que sea liberado de inmediato. 
 Pocos días atrás, sus familiares y compañeros políticos tuvieron conocimiento de que Mumia sería operado a corazón abierto. La intervención estaba pautada para el miércoles 14, pero se fue reprogramando para los días inmediatamente posteriores, sin que sea claro, al momento de escribir estas líneas, cuándo será operado. Tampoco se conoce en qué hospital y bajo qué condiciones se realizará el tratamiento, un derecho elemental en cualquier Estado democrático. 
 Mumia se encuentra actualmente incomunicado y atado a su cama. No sorprende: fue sometido a la misma violencia en su anterior operación. Los “campeones de la democracia” utilizan habitualmente este procedimiento en su sistema carcelario. Además de otras patologías comórbidas que complican el cuadro clínico, Mumia cursó recientemente Covid-19, luego de contagiarse dentro de la prisión.
 La campaña puesta en marcha incluye tres puntos nodales: romper la incomunicación de Mumia y permitir que pueda hablar con su esposa, su vocera pública, su médico y su consejero espiritual antes de la operación; rechazar la sujeción en su lecho; su libertad inmediata. 
 Una delegación del Partido Obrero llevó la solidaridad desde Argentina a la conferencia donde se divulgó esta situación. La misma congregó, bajo un mismo reclamo, a cientos de activistas y miembros de distintas organizaciones, especialmente del ámbito de derechos humanos, de las comunidades nacionales en Estados Unidos y de grupos combativos. 
 Durante marzo, voceros del Partido Obrero enviaron una carta reclamando por la libertad de Mumia a las autoridades estadounidenses, entre otras acciones de difusión emprendidas. Se redobla, así, el compromiso con esta causa y con la lucha por el fin de los encarcelamientos políticos. 
 Las organizaciones convocantes llaman a una movilización masiva para el 23 al 25 en Filadelfia para exigir su inmediata liberación. Llaman a «clausurar Filadelfia» (Shut down Philly). ¡Adelante compañeras y compañeros!

 Luciano Arienti

49° Homenaje a los 8 mártires de la 20 del PCU - 2021


sábado, 17 de abril de 2021

Colombia: la reforma tributaria reaccionaria y el movimiento obrero


El 28 habrá una jornada nacional de movilizaciones. 

 El gobierno de Iván Duque presentó un proyecto de reforma tributaria, cuya aplicación tendría un tremendo impacto en el bolsillo de las masas. Por un lado, cientos de miles de trabajadores y jubilados pasarían a estar alcanzados por el impuesto a la renta. Por otro, se introduce o bien se aumenta el IVA en productos básicos como el café, el azúcar y el chocolate. Según la CUT, una de las centrales sindicales, el 90% de los recursos que el gobierno aspira a recaudar con su iniciativa (poco más de 27 billones de pesos colombianos), serán costeados por los sectores populares, en tanto que sólo el 10% restante por la clase capitalista. 
 La medida es presentada como la única manera de financiar los gastos sociales por la pandemia. En consonancia con esto, se ha montado una extorsión contra el pueblo colombiano. El ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, advirtió que “tenemos caja que nos alcanza aproximadamente para unas seis semanas o siete semanas” (As.com, 7/4), mientras que el expresidente Álvaro Uribe, que integra la misma fuerza política que Duque (el Centro Democrático), dijo que “no hay cómo pagar salarios del Estado en el segundo semestre” (Semana.com, 8/4). 
 Estos argumentos son una impostura. En Colombia, el 35% del presupuesto 2021 está destinado al pago de la deuda externa y al reforzamiento del aparato represivo. Los capitalistas tributan en forma insignificante. Los recursos que faltan son los que se quedan en esas manos. 
 Duque está buscando el apoyo a su proyecto por parte de sectores de la oposición, valiéndose incluso del ofrecimiento de prebendas a diputados, según denunció el expresidente César Gaviria, titular del Partido Liberal (quien apoyó el encumbramiento del mandatario pero después rompió con él). Sin embargo, el gobierno está teniendo dificultades para sumar respaldos. La oposición, incluyendo a los verdes y la centroizquierda, se desmarca por un cálculo meramente electoral, dado que en 2022 son las elecciones presidenciales. 
 Incluso dentro de su propio bloque político, Duque enfrenta objeciones. Uribe llamó a suavizar la propuesta, dejando de lado, por ejemplo, el IVA a productos básicos. En este punto, el expresidente se hace eco de las críticas de la patronal cafetera y cacaotera, que sienten que se podría resentir la venta de sus productos. 
 Lo cierto es que no queda mucho margen para apretar las clavijas del pueblo colombiano, que viene sufriendo los estragos de la pandemia y que ya dio muestras de su disposición de lucha durante la rebelión de 2019 y las movilizaciones contra el crimen del taxista Javier Ordoñez, a manos de dos agentes de policía, unos meses más tarde. Al avanzar en el proyecto, Duque actúa como si le arrojara una piedra a un panal de avispas. 
 En rechazo al proyecto de reforma tributaria, el Comité Nacional de Paro (que nuclea a las principales centrales obreras -CGT, CUT, CTC-, organizaciones sociales y estudiantiles) realizó una movilización el 9 de abril y convocó una nueva jornada para el 28. Los movimientos indígenas se sumarán con sus propias reivindicaciones, que incluyen la denuncia de la deforestación de la selva y la depredación de los pulpos mineros.
 Las centrales sindicales, sin embargo, no tienen la intención de desenvolver un paro efectivo y un plan de lucha progresivo hasta derrotar al gobierno de Duque. Se limitan a convocar esta clase de jornadas cada cierta cantidad de tiempo, como una vía para calmar la presión de las bases. Su línea principal consiste en el reclamo de una renta de emergencia para los sectores más golpeados por la crisis, que es simplemente un paliativo. 
 Un punto importante de la jornada del 28 será la denuncia de los crímenes contra activistas sociales (más de 250 en 2020, según el Instituto de Estudios para el Desarrollo de la Paz, Indepaz). El último caso es el de Margarito Salas y José Riascos, asesinados en Nuquí, departamento del Chocó (Contagio Radio, 10/4). Vale señalar que la Agencia de Información Laboral acaba de difundir un informe especial que señala que desde 1973 hasta 2020 fueron asesinados 2.377 referentes sindicales en el país, a lo que se deben sumar atentados, desapariciones, amenazas de muerte y desplazamientos forzosos. En el 80% de las agresiones, los grupos paramilitares y el Estado -que en muchos casos actúan mancomunadamente- emergen como los responsables (ver Agencia de Información Laboral, 9/4). En medio de esta revelación, Duque se reunía con el principal asesor para América Latina de Joe Biden, Juan González, en una reunión en que el funcionario norteamericano ratificó el apoyo a algunas de las políticas más agresivas del mandatario, como lo es la intención de retomar las fumigaciones aéreas de los cultivos de coca con glifosato (Infobae, 10/4), una declaración de guerra contra el campesinado. 
 Es necesario frenar el proyecto de reforma tributaria, por medio de un plan de lucha del movimiento obrero, estudiantil e indígena que paralice el país. Para ello, es preciso superar la pasividad de las centrales sindicales. Se puede ganar, como lo mostró el pueblo ecuatoriano, que se levantó en 2019 contra el intento de anulación de los subsidios al combustible. 
 Al mismo tiempo, está planteado el desarrollo de un plan frente a la pandemia y la crisis, que parta del no pago de la deuda externa y la ruptura con el FMI; impuestos progresivos al gran capital; la triplicación del presupuesto de salud y aumento salarial. Las jornadas de noviembre de 2019 marcan el camino. 

 Gustavo Montenegro

jueves, 15 de abril de 2021

Ecuador: el triunfo de Lasso y las conclusiones del ballotage


La segunda vuelta de las elecciones ecuatorianas consagró como presidente al derechista Guillermo Lasso (candidato de la alianza Creo-Partido Social Cristiano), con más del 52 por ciento de los votos, superando de este modo al candidato del correísmo, Andrés Arauz. 
 Con 4,5 millones de votos, Lasso logró una enorme remontada con respecto a la primera vuelta, en la que apenas había obtenido poco más de 1,8 millones (cerca del 20%). Presumiblemente, suma el millón y medio de votos de Xavier Hervas, el candidato de Izquierda Democrática, y el millón de votos de otros candidatos menores. Hervas, un empresario agroindustrial de gran desempeño en el primer turno, había llamado a apoyarlo en el ballotage, lo mismo que otros siete competidores. 
 En el caso de Arauz, que había ganado la primera vuelta (con más del 30%), apenas sumó 600 mil votos. Solo recibió el apoyo para el segundo turno de Isidro Romero, de Avanza, quien había logrado poco más de 170 mil votos (casi el 2%). A lo largo de su campaña, el delfín de Correa (según lo llamaron algunos medios) hizo críticas al ajuste de Lenín Moreno y reclamó una renegociación del acuerdo con el FMI, pero al mismo tiempo buscó congraciarse con los Estados Unidos. Prueba de ello fue su viaje a ese país y su reunión con autoridades del Fondo. Además, pronosticó que su relación con Norteamérica iba a ser excelente (lo que fue explícitamente resaltado por Correa en un reportaje) e incluso que iba a fortalecer la dolarización con el apoyo de Estados Unidos y los organismos internacionales. De conjunto, fue una versión aún más pálida del correísmo y no suscitó un entusiasmo popular.
 La Conaie vuelve a ser noticia, dado que hubo más de 1,7 millones de votos nulos, que es el tipo de voto que había alentado esta formación. De esta manera, su brazo político, Pachakutik, retiene casi la totalidad de los votos que había conseguido Yaku Pérez en la primera vuelta (1,8 millones, alrededor del 20% -quedó fuera del segundo turno debido a un fraude electoral). Resistió la polarización y el llamado de uno de sus referentes, Jaime Vargas, a votar por Arauz, razón por la cual fue expulsado de la entidad.
 La alta votación de Pachakutik en la primera vuelta y el importante voto nulo en el ballotage son, a su modo, una expresión de la rebelión de 2019 contra la anulación de los subsidios en los combustibles. De todos modos, la tónica conciliadora de esta formación a lo largo de la campaña se repite ahora con el anuncio de la formación de un bloque político común en el parlamento con Izquierda Democrática, la fuerza del empresario Hervas. 
 El gobierno de Lasso asumirá en un contexto crítico para Ecuador, marcado por la pandemia y la crisis económica. A todo esto hay que añadirle que será minoritario en el parlamento: su partido, Creo, tiene apenas 12 legisladores (sobre 137). Aun sumando a su aliado, el Partido Social Cristiano, y otras fuerzas más pequeñas, no llegaría a los 40. Pachakutik-Izquierda Democrática, juntos, suman 45 escaños. Y Unión por la Esperanza, la fuerza de Correa y Arauz, tendrá 49. 
 Lasso aparece doblemente condicionado por el pacto de Lenín Moreno con el FMI y la sombra de la rebelión popular. El actual mandatario suscribió un acuerdo por 6500 millones de dólares que tiene como contrapartida un severo ajuste (aumento del IVA, reducción salarial de los empleados públicos, etc.). Sin embargo, la implementación de esas políticas agudiza la crisis social. Lo sabe Lenín Moreno, cuyo gobierno culminó en un desastre. Ni siquiera pudo postularse para un nuevo período. 
 Los trabajadores, indígenas y estudiantes deberán organizarse para resistir el ajuste del nuevo gobierno. En esa línea, es importante el desarrollo de una salida política independiente, que parta de un programa que incluya la ruptura con el FMI, la nacionalización del comercio exterior y los principales recursos económicos, la prohibición de la megaminería contaminante, la triplicación del presupuesto de salud y el aumento de los salarios.

 Gustavo Montenegro

La vida y la lucha de clases no son capítulos episódicos.

La vida y la lucha de clases no son capítulos episódicos.
  Hay una concatenación o ensamble. Toda la vida es una contradicción, la primera y fundamental ley de la dialéctica unidad y lucha de contrarios está presente.
 Veamos que tal fenómeno se expresa todos los días en la base material, la producción es social - la apropiación es privada.
 La comprensión del lugar que se ocupa en la producción así lo determina. Ese sería el factor objetivo. La ideología del proletariado es el abecedario para el explotado. 
Las masas en general naturalizan la explotación, lo ven como algo determinado y natural.
 Las masas en general expresan la CANTIDAD. 
 La ideología, el método, la economía política y la filosofía materialista expresan en términos de comprensión la CALIDAD. 
 La segunda ley de la dialéctica tiene que ver con la acción de los cuadros, de los intelectuales orgánicos, de la vanguardia, del PARTIDO.
 El conocimiento, la ideología alumbra y al hacerlo organiza.
 Reapropiarnos de las categorías de análisis opera como aspecto disipador de la confusión. 
 Confunde quien abandona el método, confunde quien supone que la comprensión pasa por rebajar el CONTENIDO. 
Confunde quien recurre al adjetivo, quién supone que rebajar es estar al nivel de comprensión de las masas. 
 Orientar es elevar, orientar es no subestimar la comprensión de las masas. 
Las masas reciben a diario las más diversas maniobra alienantes, las reflexiones y orientaciones de la intelectualidad funcional al enemigo de clases. 
 Es un compromiso con el punto de vista de clase, con la ideología de la clase obrera, ser intransigente. Intransigente en el punto de vista de clase. 
 PODER - ESTADO CLASES SOCIALES 
 Es asi y esto funciona como PRINCIPIO, por lo mismo todo principio consta de dos polos unidos y en lucha... ese es un aspecto a considerar, de modo tal que en la misma dirección revela un aspecto fundamental: Clases Sociales y Lucha de Clases 

 El PODER y el ESTADO.

 No es admisible hablar de cambios sociales sin plantear el asunto del PODER, del mismo modo se debe colocar al ESTADO. 
Explicar estos aspectos es fundamental para no quedar enmarañado en planteos "democratista" que en modo alguno rozan el PODER. 
 Los obreros y trabajadores comienzan a tener noción de su lugar en la sociedad dividida en CLASES sociales, en los momentos de crisis. 
Es en estas situaciones cuando se comprende más fácil su desamparo y las diferencias que existen
. Antes está pandemia en curso podemos ver por los medios de manipulación como funciona el Capitalismo. 
 "El proletariado sin organización no es nada, con organización lo es todo" 

 Osbaldo Zuñiga

martes, 13 de abril de 2021

Chile inmersa en una catástrofe sanitaria y social


El gobierno y la oposición son responsables. 

 En pocos días, Chile pasó de ser el modelo a seguir en materia de vacunación, a un ejemplo de una pésima gestión de la pandemia ante la nueva ola de contagios que azota al país. Los contagios superaron la barrera de los 9 mil diarios, pese a la tardía cuarentena establecida al 85% de la población. Con más de un centenar de muertes diarias, en Chile fallece una persona por coronavirus cada 15 minutos. Las unidades de terapia intensiva registran una ocupación del 96%. El promedio oculta que en la mayoría de las regiones los hospitales ya no cuentan con la capacidad de atender a aquellos pacientes que presentan complicaciones. Las imágenes de camiones refrigerados en los predios de hospitales, para apilar cuerpos ante el desborde de las morgues, vienen a mostrar la dimensión de la catástrofe sanitaria.
 Lo que sorprende a la prensa mundial es lo que trabajadorxs de la salud, docentes y la comunidad científica venían advirtiendo hace semanas, instando a las autoridades a la toma de medidas urgentes. Sin embargo, el gobierno, la prensa corporativa y la oposición cómplice se dedicaron a hablar del exitoso plan de vacunación, presentándolo como garantía de una vuelta a la normalidad segura. Lo cierto es que las y los trabajadores se vieron empujados al contagio y a soportar medidas represivas como el toque de queda y la violencia policial que no cesa. El “plan paso a paso”, lejos de tener objetivos sanitarios, se demuestra en los hechos como un plan para resguardar los intereses de las patronales, con la apertura de todas las actividades sin control del cumplimiento de los protocolos. La catástrofe que está sufriendo el pueblo chileno era perfectamente evitable y por lo tanto, tiene responsables políticos directos en el gobierno, pero también en la oposición cómplice de sus políticas criminales. 
 La borrachera exitista terminó en una crisis política para el gobierno. En pleno pico de contagios y muertes, con un sistema de salud colapsado, quedó en el centro de los cuestionamientos el ministro de salud, Enrique Paris, sin que exista por el momento la posibilidad de que la crisis pueda cerrarse con un cambio de ministro. Al notorio desgaste de la figura de Paris, contribuye a diario el ex ministro Jaime Mañalich con sus declaraciones mediáticas. Que los dichos del ex ministro de salud -eyectado el año pasado tras el pico de contagios y muertes y el escandaloso ocultamiento de cifras- tengan la capacidad de afectar al gobierno da cuenta del fracaso del esquema sanitario. En este contexto, tuvo que afrontar un nuevo cambio de gabinete con la salida de la ministra de trabajo, María José Zaldívar, quien fue reemplazada por el pinochetista Patricio Melero, de la UDI (Unión Demócrata Independiente).

 Confinamiento con hambre 

Empujado por el colapso sanitario, el gobierno logró la aprobación de la postergación de las elecciones a gobernadores, alcaldes, concejales y convencionales constituyentes que debían realizarse el 10 y 11 de abril. La centroizquierda parlamentaria, que había condicionado la aprobación de la postergación de las elecciones a que el gobierno se comprometa a ampliar las ayudas sociales, finalmente dio los votos necesarios sin que exista un verdadero plan gubernamental que dé respuesta inmediata a las familias trabajadoras, que tienen que afrontar la cuarentena sin recursos para la subsistencia mínima. Más allá de los fuegos de artificios que significaron las declaraciones de un lado y el otro, lo cierto es que el IFE, el bono Clase Media y el préstamo “solidario” responden a una lógica de focalización y segmentación de la asistencia social y, por lo tanto, están al servicio de la política de que los costos de la crisis los sigan pagando las y los trabajadores. Lo acordado entre el oficialismo y la “oposición” está lejos de una prestación universal suficiente para que lxs trabajadorxs puedan afrontar el confinamiento. Con índices de desocupación del 10%, con una ocupación informal del 26%, que afecta en gran medida a las mujeres, y más de un millón de suspendidos que ya han consumido sus fondos de cesantía, lo único universal que garantiza el Estado es la miseria y la represión.
 En este marco avanza la discusión en el Congreso del tercer retiro de los fondos de las AFPs. El gobierno se opone, pero la aprobación del proyecto se considera un hecho, ya que el presidente Sebastián Piñera no tiene condiciones para disciplinar a los legisladores de su coalición, especialmente de Renovación Nacional, por lo que se descuenta que recurrirá al Tribunal Constitucional. Los sectores políticos que impulsan o apoyan el tercer retiro lo reconocen como una “mala” política pública, aunque es la única política que están dispuestos a llevar adelante. Pero la conveniencia para los partidos patronales es doble, ya que por un lado implica que sean las y los trabajadores quienes costeen la crisis con sus propios recursos y, por el otro, deja intacto el sistema de pensiones privadas. 
 Mientras la clase trabajadora afronta una crisis sin precedentes con sus fondos de pensión y cesantía, y a través de la organización comunitaria de la asistencia social con las ollas comunes que se sostienen en los territorios, las familias chilenas más ricas, entre las que se encuentra la familia Piñera, los bancos y las mineras aumentaron sus patrimonios y utilidades entre un 70 y un 100% durante la pandemia. Como el contraste entre las penurias de las mayorías y las superganancias de unos pocos es escandaloso, en el Congreso la centroizquierda impulsa el tratamiento de un impuesto a las grandes fortunas equivalente a un 2,5% del patrimonio de los millonarios y un royalty minero de un 3%, que ascendería al 13% a partir de la indicación del diputado del PC Daniel Núñez. A nadie escapa que los porcentajes que pretenden legislarse, tanto en uno como en otro caso, son migajas que no afectan los intereses de estos sectores que se han beneficiado con la crisis. En el caso específico de las mineras estamos hablando de un saqueo sistemático de los recursos estratégicos del país, que se recrudece cuando se tiene en cuenta los precios históricos a los que han ascendido el cobre y el litio. 

 Programa y acción 

Para afrontar la crisis sanitaria hace falta la nacionalización y centralización del sistema sanitario y destinar el presupuesto necesario para equipar los hospitales y clínicas y atender a las demanda de sus trabajadorxs. La crisis social debe ser afrontada con un seguro universal al desocupado de 400 mil pesos; con aumentos inmediatos de salarios y jubilaciones, estableciendo un mínimo de 500 mil pesos; con la prohibición de los despidos y el reparto de las horas de trabajo sin afectar el salario, para garantizar el pleno empleo; y poniendo fin al régimen de las AFP. Estas medidas urgentes deben ir acompañadas de la nacionalización sin indemnización de los recursos estratégicos del país y del sistema bancario, y que queden bajo el control de los trabajadores, echando a Piñera y poniendo en marcha una Constituyente verdaderamente libre y soberana. 
 En estos 30 años, los partidos tradicionales se han revelado como los garantes de los intereses de los grupos concentrados. Las “desigualdades” de las que se escandalizan los candidatos de los partidos del régimen son el resultado de sus propias políticas. Las y los trabajadores debemos impulsar una política de ruptura con la parálisis impuesta por las direcciones obreras burocráticas, como la CUT, que solo es funcional al sostenimiento del régimen. Desde esa comprensión es que vale rescatar la iniciativa impulsada por la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios -Aces- el domingo pasado, que agrupó a un puñado de organizaciones sociales, territoriales y luchadorxs en general, con el objetivo de impulsar la lucha por las reivindicaciones urgentes de las masas, partiendo de una clara delimitación con los partidos del sistema y sus estrategias políticas. La intervención popular en la crisis, a través de nuestras organizaciones sindicales y territoriales, con los métodos de la acción directa, es una necesidad imperiosa. 

 Olga Aguirre

lunes, 12 de abril de 2021

Conversando con el Comandante Juan Almeida



Compartimos la entrevista realizada por Estela Bravo en 1996 al Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque, un homenaje a diez años de su partida física.

sábado, 10 de abril de 2021

Se agrava la situación sanitaria y el Gobierno de Lacalle sigue sin tomar las medidas necesarias


Aunque la situación sanitaria se agrava y hay claras señales de saturación en muchos sectores el presidente anunció que no tomará nuevas medidas y que continuarán vigentes las que se tomaron el 23 de marzo. 
 Minutos después que el presidente finalizara la conferencia de prensa del día miércoles se conocieron los datos de ese día, con un total de 3.935 casos nuevos de Coronavirus en base a 13.395 hisopados, lo cual constituye un record absoluto, tanto por la cantidad de casos, como por la tasa de positividad (34%). Se informó también que se registraron 40 muertes, continuando el alto número que se viene dando desde hace unos días. 
 Este jueves los datos volvieron a mostrar numero muy altos con casi 3700 casos nuevos en 18000 análisis, es decir una tasa de positividad mayor al 20% y 44 muertos. 
 Los CTI están en un momento especialmente crítico con una ocupación que sobrepasa el 75% y casi un 50% correspondientes a enfermos de Covid. 
 Se sabe además que Uruguay está entre los 10 países del mundo con más muertos por coronavirus en relación a su población, y ocupaba el día de ayer el primer lugar en el mundo en relación a casos activos nuevos de Covid. 

 Los anuncios del presidente 

 Con este gravísimo panorama, era esperable que el presidente anunciara medidas acordes a la magnitud del problema, pero esto no sucedió. 
 Desde el gobierno se reconoce tácitamente que la pandemia está fuera de control, pero como no están dispuestos a nuevas medidas tienden a minimizar la gravedad de la situación y poner todas las esperanzas en la vacunación. 
 En sintonía con este punto de vista en la conferencia de ayer solo se extendió la suspensión de la presencialidad en toda la educación hasta el lunes 3 de mayo, así como el teletrabajo obligatorio en el sector público y el pedido de ir por el mismo camino en el sector privado. 
 A pesar de este optimismo que intenta trasmitir Lacalle la realidad va por otro camino: Científicos y especialistas advierten que el éxito de la vacunación no está asegurado y si bien se espera a mediano plazo una disminución de casos graves que requieren CTI, el objetivo de una inmunización más o menos generalizada está aún muy lejos.
 Al gobierno no parece importarle que su apuesta puede dejar cientos o miles de muertos. 
 Además la circulación de nuevas cepas es un riesgo latente, incluso con posibilidad de mutaciones del virus que reduzcan la efectividad de las vacunas actuales.
 El sistema de salud muestra signos claros de saturación y se encuentra al borde del colapso: 
 Esperas de 10 horas de las ambulancias, traslados entre hospitales buscando lugares, escasez de medicamentos, demoras en la atención, saturación de llamadas por consultas ante sospechas de Covid, atrasos en los hisopados, son algunas de las situaciones que se relatan en las crónicas de los medios de prensa en estos días.
 Por otra parte, frente a la realidad social absolutamente angustiante de grandes sectores de la población, que se agrava por la reducción de la movilidad vigente desde el 23 de marzo, Lacalle solo señaló que habrá anuncios de la ministra Arbeleche la semana próxima. Sin embargo ya adelantó que en todo caso las medidas están dirigidas al sector empresarial. Esta ha sido la tónica desde el comienzo de la pandemia; apoyos, exoneraciones y subsidios para las patronales y poco o nada para los sectores populares. 
 Las cifras difundidas por la CEPAL muestran que por cada peso que invirtió Uruguay en los más pobres durante el 2020 para atender la crisis social producida por la Pandemia, América Latina en promedio invirtió cinco. Países como Chile y Costa Rica, Argentina invirtieron 13 veces, 9 veces y 16 veces respectivamente. 
 Cuando se trata de los pobres el presidente señala que no va a tomar medidas que restrinjan más la movilidad porque esto afectaría el “poder parar la olla” de los que viven de la informalidad y los ingresos del día a día. 
 En el fondo esta es la “libertad” que gusta citar el presidente y que pone como fundamento para no tomar medidas mas duras: mientras los ricos y sectores acomodados se pueden “confinar” a los pobres hay que darles la “libertad” de circular y salir a conseguir los ingresos que le permitan sobrevivir, no importa si en esto ponen en riesgo su propia vida.

 La falsas alternativas del Frente Amplio y el PIT-CNT 

 Mientras el gobierno insiste en mostrar un clima de cierta normalidad, reafirma que no detendrá la economía (o sea que los empresarios puedan seguir acrecentando sus ganancias), y que para los pobres no habrá más que migajas; personalidades del Frente Amplio ponen el foco en medidas represivas y de control social. 
 Toque de queda, prohibición de circular de noche, cierres de frontera, son el menú de alternativas que ofrece la oposición frenteamplista; mientras omite cualquier cuestionamiento un poco más profundo y se niega a levantar un programa que afecte la ganancia empresarial. 
 La situación actual no se arregla con dialogo social, hay que organizarse y movilizarse para imponer un plan económico opuesto al que lleva adelante este gobierno, para que de respuesta a las necesidades de los trabajadores y las grandes mayorías populares. 
 La central obrera PIT-CNT no ha estado a la altura de las circunstancias, y se ha sumado al discurso del gobierno de que hay que cuidar el empleo dejando pasar rebajas salariales y pérdidas derechos laborales. 
 El resultado ha sido que aún con pérdida del salario real, mayor precarización y explotación también ha aumentado el desempleo. Mientras tanto distintos indicadores señalan que los grandes empresarios mantienen o aumentan sus ganancias.
 Se hace necesario por el contrario, que los trabajadores voten y discutan democráticamente un plan de lucha que enfrente seriamente la política de la coalición derechista. 
 Prohibición de despidos, subsidios para desocupados, reforzar el sistema sanitario, prohibición de desalojos o de cortes de servicios esenciales son algunas de las medidas que se hacen imprescindibles para que los trabajadores no sean los que paguen el costo de la crisis que provoca la pandemia. 

 Hernán Yanes
 Jueves 8 de abril | 23:48

Donbás, de nuevo un polvorín


Después de 7 años de "congelamiento” de la guerra civil en la cuenca del Donbás —entre Ucrania y las fuerzas separatistas Pro Rusia— y la anexión rusa de la Península de Crimea, en estas últimas semanas la tensión volvió a aflorar. Aunque los medios occidentales denuncian una supuesta "agresión rusa", los enfrentamientos militares han tenido lugar en el contexto de una serie de provocaciones por parte del gobierno ucraniano. 
 En marzo, Ucrania aprobó una estrategia militar destinada a "recuperar Crimea". La reforma impulsada por el presidente Volodymyr Zelensky llama a prepararse para movilizar toda la población en una guerra contra Rusia. Esta región, de gran importancia geopolítica, alberga la base naval de la flota rusa del Mar Negro. 
 El presidente conservador reconoció que ninguna guerra de este tipo podría ganarse sin el apoyo de la OTAN. Stoltenberg, su secretario general ha expresado su apoyo a la “integridad territorial” de Ucrania, sin expresar otros compromisos con las pretensiones de Zelensky. Joe Biden, a su turno, aseguró que Ucrania recibiría el pleno respaldo de Washington y que su apoyo "es inquebrantable". 
 A medida que la tensión crece, se va creando una atmósfera anti-rusa en Ucrania. El ejecutivo ucraniano ha tomado medidas contra los principales medios y canales de televisión de la facción pro rusa de la burguesía de dicho país. 
 En contrapartida, Moscú, ha hecho importantes movimientos de tropas rusas en Crimea y en el este de Ucrania, que involucran vehículos de combate de infantería y misiles antitanques. Según el New York Times, se han enviado 4.000 soldados rusos a la frontera. Algunos informes incluso indican que se están movilizando tropas bielorrusas a las zonas de conflicto. Las imágenes muestran movimientos militares rusos en Vorónezh, Rostov y Krasnodar.
 El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, advirtió que "Ucrania puede tomar acciones provocativas que podrían conducir a la guerra". Acusó a Estados Unidos de utilizar Ucrania como un medio para crear condiciones para un enfrentamiento, y afirmó: "Occidente se está preparando nada menos que para la guerra con nosotros". 
 La escalada en el este de Ucrania, un punto geoestratégico para la Unión Europea y la OTAN en sus relaciones con Rusia, se produce en un momento de graves tensiones entre Moscú y Occidente por el caso del opositor Alexéi Navalni y acrecentadas por los comentarios de Biden que considera al presidente ruso, Vladimir Putin “un asesino", según sus propios dichos. Analistas advierten que el conflicto puede desembocar, en una guerra de carácter mundial. 

 Mauri Colón
 09/04/2021

viernes, 9 de abril de 2021

Guerra comercial y escalada imperialista en tiempos de Biden


Un buque norteamericano realiza ejercicios en el Mar de China Meridional (2020).

 Los primeros meses de mandato de Joe Biden han arrancado con una intensificación de la escalada económica diplomática y militar contra China y Rusia. Avanzan los preparativos de la Iniciativa de Disuasión en el Pacífico del Pentágono, que contempla la colocación de misiles ofensivos previamente prohibidos por el Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF, por sus siglas en inglés), a lo largo de un cordón de islas densamente pobladas que incluyen Japón, Taiwán y Filipinas. El Pentágono solicitó un presupuesto anual para la región del Pacífico, cercano a los 6.000 millones de dólares para financiar la iniciativa. Esto empalma con las declaraciones de funcionarias de la más alta jerarquía de la nueva administración demócrata, el secretario de Estado y el de Defensa, que viene de visitar Japón justificando estos nuevos dispositivos frente a las de necesidades detener la agresión china. 
 En sintonía con esta retórica, el ministro de Asuntos Exteriores japonés, Toshimitsu Motegi, señaló: “reconfirmamos el firme compromiso de Estados Unidos con respecto a la defensa de Japón, utilizando todo tipo de fuerzas estadounidenses, incluidas las nucleares”. 
 La Casa Blanca, por boca de su secretario de Estado, Antony Blinken, ha ratificado la tesis que proviene del Pentágono que incluye a Rusia y a China, en primerísimo lugar, como los principales enemigos estratégicos de EE.UU. Esto coincide con las expresiones del almirante Philip Davidson, comandante del Comando Indo-Pacífico de Estados Unidos, quien dijo en una audiencia ante el Comité de Servicios Armados del Senado que cree que es probable que China invada Taiwán en los próximos seis años. Desde el momento que EE.UU. ha comprometido la defensa de la isla, este pronóstico abre la perspectiva de una guerra.
 Lo cierto es que, entre tanto, la tensión militar aumenta. La fuerza aérea de Filipinas patrulla diariamente desde hace semanas las aguas del arrecife Whitsun —o Julián Felipe—, en su Zona Económica Exclusiva, para vigilar la “amenazadora” flotilla de cerca de 200 barcos chinos, según el gobierno filipino. Pekín asegura que las embarcaciones son pesqueras, pero Manila y Washington sostienen que son milicias marítimas atracadas allí o en otros islotes de la zona. 
 Washington apela a sus aliados e intenta reforzar el llamado Quad, la alianza defensiva informal que le agrupa con Japón, Australia y la India en medio de maniobras militares de ambos bandos. Pekín acaba de iniciar unas maniobras en el mar del Sur de China y Francia y los países del Quad empezarán otras en la bahía de Bengala. Barcos franceses se sumarían por primera vez a ejercicios conjuntos entre fuerzas de EE.UU. y Japón el mes próximo en la zona. 
 Esta escalada militar va de la mano con una intensificación de la guerra comercial. Diversos analistas vienen poniendo de relieve que en este campo, Biden está yendo más lejos que Trump y vaticinan para los 4 años de mandato del demócrata “una nueva era de feroz competencia con las otras superpotencias, marcada tal vez por el peor estado de relaciones entre Washington y Moscú desde la caída del Muro de Berlín y también con China desde el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Estados Unidos” (La Nación, 21/3). 
 “En el reciente cónclave de Alaska, que reunió a las principales potencias, Washington dejó claro su decisión de que la Casa Blanca está decida a competir con Pekín en todos los frentes, para ofrecer tecnología competitiva, en inteligencia artificial y fabricación de superconductores, por más que sean necesarios millones de dólares del Estado para proyectos de investigación y desarrollo y a través de nuevas asociaciones con industrias de Europa, la India, Australia y Japón” (ídem). Estados Unidos apunta a defender su hegemonía, aunque hay que tener presente que todavía la distancia tecnológica entre Estados Unidos y el gigante asiático es muy grande. “China está invirtiendo fuertemente en investigación y desarrollo y compite bien en algunos. Pero 15 de las 20 universidades de investigación del mundo están en Estados Unidos, ninguna en China” (“Qué podría causar una guerra entre EEUU y China”, Clarín -22/3). Ni qué hablar del poderío militar, en que el abismo es todavía mayor. De modo tal que la escalada en curso, más que un carácter defensivo, proteccionista, tiene un carácter ofensivo. La burguesía a norteamericana no ha renunciando a su propósito estratégico de someter a China bajo su tutela y control y usufructuar en su propio beneficio el proceso de restauración capitalista inconcluso en el país asiático. Este propósito se extiende al ex espacio soviético. De consumarse ese propósito, eso sí significaría confinar a China y Rusia a una condición de semicolonial.
 En este plano, el imperialismo yanqui mantiene una fuerte disputa con las principales potencias occidentales por ver quién lidera esta transición. Washington ha visto con recelo el reciente pacto entre la Unión Europa y el gigante asiático, que le otorga al viejo continente una serie de ventajas para el desembarco y penetración de corporaciones europeas en territorio chino. Bruselas destaca “la apertura de nuevos mercados que conlleva el acuerdo, en especial en el terreno manufacturero, que supone más de la mitad de las inversiones de la UE en China”. Según la Comisión, Pekín se compromete a dar acceso a las firmas europeas en sectores que hasta ahora había considerado su coto: servicios de la nube, finanzas, salud privada, medio ambiente y transporte”(El País, 30/12/20). 

 Rusia 

Esta política expansionista vale también para el ex espacio soviético. Los demócratas venían realizando reproches a Trump por sus vínculos con Putin. Estas relaciones “ amigables” entre ambos mandatarios no habían disipado, sin embargo, las sanciones económicas contra Rusia que datan desde la ocupación de Crimea. Pero ahora lo que viene ocurriendo es un endurecimiento con Moscú. La Casa Blanca viene utilizando la detención del opositor Alexei Navalny y las protestas que ha desatado para avanzar en nuevas represalias y en un cerco militar. 
 Un nuevo capítulo lo constituyen los choques y tensiones en torno al gasoducto Nordstream 2. Recordemos que éste une Rusia con Alemania; su tendido va por el norte del viejo continente, pasando por las gélidas aguas del Báltico. El proyecto ha sido muy controvertido desde su creación, en 2015, cuando el gigante del gas controlado por el Estado ruso, Gazprom, y cinco energéticas europeas firmaron un consorcio para construir un nuevo gasoducto para sustituir al Nord Stream 1 —con menor capacidad— en el lecho del Báltico.
 En los últimos años Moscú ha diversificado las vías de exportación del gas ruso, especialmente tras las llamadas guerras del gas, que hace más de una década afectaron al suministro europeo de este hidrocarburo por las crisis entre Rusia y Ucrania, por donde entonces fluía la mayor parte del gas ruso. Ahora Moscú evita en parte el territorio ucraniano por el norte, con el Nord Stream 1, y por el sur, con el TurkStream, que discurre por el lecho del mar Negro y conduce el gas por dos ramales, uno a Turquía, y otro a los países del sur y sureste de Europa, como Bulgaria. Debería haberse terminado a finales de 2019. Pero las disputas internas al interior de la propia Unión Europea primero, y las sanciones que Estados Unidos impuso en diciembre de ese año a las empresas participantes en los trabajos, provocaron un enorme retraso. En la actualidad, la obra se encuentra paralizada cuando apenas falta culminar el 6%. 
 La presión para que Alemania retire su apoyo al proyecto se ha incrementado en las últimas semanas. Washington ha decidido reforzar su presión contra Moscú y ha vuelto a la carga. Al mismo tiempo, la burguesía norteamericana no se priva de utilizar este episodio para golpear a la Unión Europea, ya suficientemente debilitada y dividida en su interior. 
 El Parlamento Europeo ha pedido la paralización del proyecto. Pero la canciller Angela Merkel se mantiene firme. Polonia, Eslovaquia (que además perderían ingresos por los derechos de tránsito) y los países bálticos han encabezado la oposición dentro de la UE contra el Nord Stream 2 y alertan de que el gasoducto es un intento de Putin de socavar la unidad europea. Frente a quienes afirman que es solo un proyecto económico, alertan de que el gasoducto choca con la postura de aislar a Rusia por la injerencia en otros países, anexionarse la península ucraniana de Crimea y participar en el conflicto del Donbás, donde apoya militar y políticamente a los rebeldes prorrusos. 
 Las presiones yanquis apuntan, más allá de esta escalada contra Rusia, a defender sus propios intereses en la venta de su gas procedente de fracking que se extrae en territorio estadounidense. La política de Washington en esa dirección ha llegado muy lejos pues además de las sanciones contra Rusia, las mismas se han extendido a las aseguradoras, certificadoras y cualquier empresa que realice “actividades de tendido de tuberías” asociadas al proyecto. 
 Por encima de las disputas internas, este punto ha terminado despertando el rechazo mayoritario en la UE, considerando que la imposición de multas constituye un precedente lesivo y un golpe importante al conjunto de de las empresas europeas. 

 Conclusiones 

Si observamos este rompecabezas intrincado atravesado de tensiones, divisiones, enfrentamientos cruzados, la retórica acerca del restablecimiento de una cooperación internacional que pregona Biden –en primer lugar, las alianzas existentes entre las potencias occidentales- no pasan de una ilusión infundada.
 La aspiración del presidente demócrata de devolverle su papel de liderazgo a Estados Unidos tropieza, sin embargo, con la decadencia histórica de ese país, que se potencia ahora con el salto de la bancarrota capitalista y de la pandemia. Más bien, en realidad, ni siquiera está en condiciones de volver al estadio previo al mandato de Trump. La crisis mundial capitalista ha hecho su trabajo implacable de topo. En este marco es muy difícil conciliar los intereses encontrados de las diferentes potencias y corporaciones rivales; un marco en que la competencia se ha vuelto más salvaje y en la que se juega, en muchos casos, la sobrevivencia. 
 Pero, además, la política exterior está condicionada por la política interna. Mal puede Estados Unidos afianzar un papel de gendarme internacional si no tiene bajo control su frente interno y un disciplinamiento de las diferentes clases sociales a la autoridad del Estado, que es lo que hoy está trastocado en el escenario norteamericano. Biden encabeza una transición convulsiva y debe lidiar con una enorme crisis social, económica y política, por un lado, y la sombra de una rebelión popular que sigue latente.

 Pablo Heller