jueves, 31 de diciembre de 2020

Estados Unidos: una transición turbulenta


Biden al rescate del capital. 

 El nuevo paquete de rescate pandémico, que acaba de aprobar el Congreso, es un adelanto de cuál es la política que va a tener el gobierno de Joe Biden. El paquete contó con el guiño del presidente entrante y el apoyo de la bancada demócrata, tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes.
 Por más que se ha pretendido maquillar el proyecto, lo cierto es que está lejos de satisfacer las necesidades apremiantes de la población, en momentos en que los contagios y muertes por Covid-19 se encuentran en sus niveles más elevados y siguen creciendo; hay 11 millones de desocupados nuevos desde que comenzó la pandemia, millones de familias han visto reducir sensiblemente sus ingresos en la peor crisis económica desde la Gran Depresión, y se encuentran agobiadas por las deudas y la amenaza de desalojos. 
 El proyecto de ley de alivio aprobado otorga un pago por única vez de 600 dólares a los adultos que ganaron menos de 75.000 en 2019, junto con cheques por cada hijo. Importa señalar que esto es la mitad de los 1.200 dólares incluidos en la ley Cares, aprobada en marzo y cuyo pago se extendió por varios meses. Luego de casi cinco meses sin beneficios, los desocupados de más largo aliento recibirán 300 dólares por semana, lo que se limitará a once semanas, expirando a mediados de marzo. Una suma miserable. 
 La nueva ley prorrogó por apenas un mes la suspensión de desalojos que había sido aprobada a comienzos de año, lo cual coloca a millones de familias en una situación dramática. Los desalojos comenzarían en febrero en lugar de enero. Casi seis millones de estadounidenses tienen previsto ser desalojados o sufrir ejecuciones hipotecarias en los próximos meses. 
 La nueva ley contempla 25 mil millones de dólares en subsidios para al pago de alquileres, una suma superexigua si la comparamos con aproximadamente 12 millones de inquilinos que acumulan una deuda promedio de casi 6.000 dólares por atrasos en alquileres y servicios públicos, que totalizan, según estimaciones, unos 70 mil millones. No hay previsto ninguna condonación de alquileres atrasados ni siquiera por los servicios o impuestos. El subsidio de 600 dólares ni siquiera cubre el alquiler promedio mensual, estimado en 1.000 dólares que, por otra parte, los hogares tienen destinado para subsistir y comprar alimentos y productos de primera necesidad. 
 El carácter de la asistencia a la población trabajadora contrasta con el multimillonario rescate estatal a la clase capitalista. Tanto el Tesoro como la Reserva Federal han destinado sumas sin precedentes en auxilio y respaldo de la banca y de las empresas, empezando por la grandes corporaciones. Un cálculo incluso conservador nos permite hablar de 7 billones de dólares destinados en esta dirección, lo cual habla del abismo con la ayuda asignada a sectores más vulnerables y necesitados. Ha pasado relativamente desapercibido en los medios que el gasto aprobado por el Congreso; en realidad, alcanza a 1,4 billones, por encima de los 900.000 millones que se presenta como monto del paquete y que, por supuesto, es una fuente para nuevos subsidios al capital. En los 900.000 millones, por otra parte, hay partidas que no tienen que ver con la ayuda a los sectores de menores recursos. La legislación de “rescate” asigna fondos en beneficio de los empresarios, comprendiendo 284 mil millones de dólares en préstamos para el mal llamado «Programa de Protección de Salarios» (una caja negra para las corporaciones maquilladas como pequeñas empresas), 20 mil millones en entregas de emergencia para empresas, 15 mil millones para las aerolíneas y otro tanto para las cadenas de cines. 
 Viene al caso señalar que la nueva ley suprime la ayuda a las ciudades y estados con problemas financieros que sí contemplaba el ley anterior. Esto es un golpe, pues los estados cuyas finanzas están seriamente afectadas, estarían forzadas a recortar asistencia, servicios e incluso personal. Los republicanos se opusieron a cualquier ayuda financiera para los gobiernos estatales o locales, que ya ha eliminado 1,3 millones de empleos públicos. Los demócratas abandonaron un auxilio por ese concepto a cambio de una ayuda mínima para las escuelas y los servicios de salud pública. 

 Demócratas junto a Wall Street 

La aprobación por el Congreso del paquete de 900 mil millones de dólares destinado a “ayudas” para enfrentar las consecuencias de la pandemia de Covid-19 pasó por una pequeña, pero significativa crisis política. Trump se negó a apoyarlo y amenazó con vetarlo. Consideró que era una “vergüenza” dar un subsidio de 600 dólares a cada adulto y planteó, en cambio, que se entregara un cheque de 2.000 dólares. Por este planteo crítico fue acusado de “socialista” por sectores derechistas. Según Clarín (29/12), legisladores de la “izquierda” demócrata, como el senador Bernie Sanders y la congresista Alexandra Ocasio Cortez, vieron con “beneplácito” esta propuesta de Trump. Se trató de vulgar demagogia de Trump para quedar bien parado ante la población desocupada con vistas a su futuro político, que sobre el límite retiró acatando al Congreso y a las corporaciones. El incidente sirvió, sin embargo, para mostrar que la “lucha contra el populismo” de Trump por parte de Biden, no es democrática, sino claramente antiobrera y ajustadora. 
 Los demócratas debutan, aún antes de asumir, con un paquete absolutamente distanciado de las necesidades populares. La necesidad de buscar un compromiso con los republicanos e incluso el hecho de que Trump sigue todavía al frente del Ejecutivo le vienen como anillo al dedo y excusa para hacer pasar esta ayuda a cuentagotas, mientras se sostiene un rescate sin precedentes al capital en crisis y no tan en crisis. Se trata una política compartida por ambos partidos, pues responde al interés de la burguesía norteamericana, de la cual ambos son tributarios y defensores. 
 Incluso, los demócratas han revelado un celo especial en la materia, yendo más lejos, en ciertos casos, que los republicanos. La bancada demócrata ha jugado un papel determinante para impedir que prosperara un proyecto presentado por los republicanos, que contaban con el aliento del secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, del actual gabinete de Trump, dirigido a restringir la operatoria de la Reserva Federal en beneficio de las corporaciones. Las autoridades de la FED venían planteando reparos para avanzar en esta dirección, en medio de un gran lobby empresarial y presiones provenientes de Wall Street. 
 Es necesario tener presente que las empresas estadounidenses han pedido prestado un récord de 2,5 billones de dólares en el mercado de bonos este año. Esto ha significado una fuente no solo para la sobrevivencia de muchas empresas, muchas de las cuales son zombis (que vienen obteniendo beneficios exiguos o pérdidas), sino que ha sido una fuente para la especulación y grandes negociados, apelando a un apalancamiento récord, aprovechando el crédito barato con costos financieros cercanos a cero. La FED ha jugado un rol crucial para lubricar esta operatoria al tomar la decisión sin precedentes de comprar bonos corporativos de alto riesgo, así como de comprar fondos negociados en Bolsa, incluidos los que rastreaban activos basura. A la par de las compras de bonos del Tesoro y de valores respaldados por hipotecas, que constituyen la columna vertebral de la intervención de la FED en el mercado -que actualmente asciende a 120.000 millones de dólares al mes, más de 1,4 billones al año-, la FED comenzó con las adquisiciones de bonos corporativos que para poder efectivizarse necesitó del respaldo del Tesoro de Estados Unidos. El proyecto impulsado por los republicanos apuntó a restringir esta operatoria. 
 Este respaldo conjunto del Tesoro y la FED está en la base del boom operado en Wall Street, tanto en el mercado accionario como de bonos. Y eso que explica la paradoja de un ascenso exponencial de la Bolsa, cuando enfrentamos un retroceso y parate económico brutal que está lejos de haberse revertido. 
 Naturalmente, el hecho de que esta expansión haya alcanzado esta altura, habla al mismo tiempo, de su alcance explosivo, pues tiene bases absolutamente precarias. Un número récord de empresas ha sido calificado este año como triple C, uno de los niveles más bajos, y casi el doble que el año pasado. Una interrupción en el ciclo de préstamos prepara un derrumbe de mayores dimensiones que el vivido con el estallido del coronavirus, que iría de la mano de una cadena de quiebras y despidos. La capacidad de emisión no es ilimitada y una señal ya la tenemos con el debilitamiento del dólar, que ya perdió un 10 por ciento en relación con otras monedas como el euro.

 Independencia política 

El establishment respiró aliviado, pues se venía retrasando la aprobación del paquete en el Congreso y, encima, Trump fue demorando su promulgación. Existía un temor fundado en las filas de la clase capitalista y los círculos de poder que una demora en la llegada de la ayuda pudiera provocar una estallido social. Los ecos de las gigantescas protestas que conmovieron al país desatadas este año están demasiado frescos. La nueva gestión demócrata nace condicionada por el fuego cruzado de la bancarrota capitalista y de la pandemia, que está lejos de ser un capítulo cerrado y, por el otro lado, de la rebelión popular que sigue latente. La gestión de Biden no va a ser una réplica de la de Obama. Las condiciones son muy distintas. Se pondrá a prueba con extrema rapidez si es capaz de pilotear una transición turbulenta como la que se viene, atravesada por tantos frentes de tormenta al mismo tiempo.
 Frente este escenario, es necesario defender e impulsar la independencia política de los trabajadores. La subordinación al nuevo gobierno conduce a una encerrona y una frustración de los reclamos de la población, que han adquirido un carácter apremiante. La experiencia que se acaba de recorrer en relación al comportamiento de la izquierda demócrata respecto del paquete de rescate aprobado por el Congreso es aleccionadora. Bernie Sanders y Elizabeth Warren votaron a favor de la nueva ley en el Senado. Lo mismo ocurrió con la miembro de DSA (Socialistas Demócratas de Estados Unidos). Es necesario romper las ataduras con el Partido Demócrata y avanzar en la estructuración de una fuerza independiente, que sea un portavoz y un motor de las luchas y demandas de los trabajadores y abra paso a un nuevo horizonte político en el país. Por el lugar estratégico que ocupa Estados Unidos, esto significaría un paso adelante crucial en el apuntalamiento de las tendencias revolucionarias a escala internacional. 

 Pablo Heller

La Liga de los Comunistas


La agencia EFE ensalza la primer gran fake new contra Cuba: la Operación Peter Pan


miércoles, 30 de diciembre de 2020

El huevo de la serpiente: el crecimiento de la pandemia antidemocrática en Uruguay

Confieso que nunca he visto el famoso “Huevo de la serpiente” (1) pero, por lo que he leído acerca de ella no tendría cáscara sino una cobertura de consistencia gelatinosa que le brinda cierta opaca transparencia al punto que permite ver, o entrever, las formas y apreciar el volumen de lo que crece dentro de él. 
 Si hay quienes, sorprendidos, se preguntan qué relación tiene esto con la realidad basta con decirle que el huevo representa a la república. Vea entonces lo que viene creciendo dentro de ella. En un recipiente cerrado y con elementos diversos todo lo que crece dentro de él lo hace en desmedro de otros componentes de los cuales se va nutriendo. 
 Es sencillo y se puede comprobar. Hay gente que lo ha demostrado con detalle y precisión y no vamos, en esta ocasión, a detenernos en ese aspecto. 
 Tomemos la Ley de Urgente Consideración -popularizada como LUC- su trámite de falsa urgencia debería haber merecido el rechazo inmediato por la sencilla razón de no ser urgente y basarse en una mentira. Los contenidos de su articulado demuestran que no eran ni son para tratamiento urgente sino merecedores del debate y el análisis parlamentario. 
 Pero el Ejecutivo “metió pechera” con la mentira de la urgencia agregándole al procedimiento un contenido emocional de prepotencia y de agresividad cuya síntesis es: yo presento y exijo aprobación porque soy el gobierno. Y lo logró. 
 Para el Frente Amplio, enmendar ahora los votos cedidos anteriormente se vuelve difícil, pues hay legisladores frenteamplistas que insisten en que “hay cosas que se pueden aceptar e incluso mejorar” concluyendo que no hay razones válidas para rechazarlas. 
 El gobierno logró ahora otro triunfo al aprobar, sin apoyo del Frente, un reiterado artículo 38 que, según los estudiosos, es más peligroso por lo que no dice, pero se puede deducir, que por lo dicho expresamente.
 Pero el objeto de esta nota es alertar cómo al socaire de la institucionalidad la pandemia antidemocrática va creciendo. Las experiencias europeas y las que nos rodean acá en la región, demuestran claramente cómo las fuerzas de la reacción van ocupando posiciones dentro de la organización constitucional y democrática de los distintos países.
 Son varios los mecanismos a los que se recurre para ir socavando los principios democráticos, y así lograr que la ciudadanía pierda confianza en ella. Por un lado la prepotencia como elemento marco de toda actividad, lo segundo la falsedad, la mentira o el embuste, sostenido y reiterado, lo otro es el desparpajo para meter mano en los derechos de los trabajadores y reducir el nivel de vida de los mismos. No hay democracia que se mantenga sobre la mentira y la injusticia que es resultado de la desigualdad. 
 Como se dijo, disminuye la capacidad de sustento de gran parte de la población y crece el arrebato económico que realiza en su beneficio el sector burocrático y militar integrante del estado adueñado ahora de los mecanismos de gobierno. 
 Toda la vida de la sociedad en menos de un año ha sufrido un terrible retroceso y llama la atención que las respuestas, hasta ahora, sean tan educadas , finas y, sobre todo, retóricas.
 Si la “casta” militar además de asegurarse impunidad en lo penal logró afianzar un status económico envidiable y contar con un sistema jubilatorio que cargado a las espaldas del pueblo tiene características de represalia colonial , hay que admitir que lo hizo por vía legal y democrática. Al igual que su presencia abundante, generosa y exultante en todos los resquicios disponibles y en los cargos gerenciales de la administración pública. El proceso no deja lugar a que se instale la duda: están ahí porque se les permitió. 
 Como se dice que el gobierno está en manos de una agencia de publicidad lo primero que se debe reconocer es la eficacia de dicha agencia y su capacidad para imponer pensamientos y acciones. Indudable capacidad para adoctrinar a la masa ciudadana y a los políticos profesionales. En contraposición, por ahora existen solamente solitarios ejemplos de protesta y decisiones para hacer otras cosas. 
 Es bueno no bajar las miras, y recordar que cuando los dirigentes no se ponen a la cabeza de los movimientos, estos avanzan con la cabeza de aquellos. La pandemia militar afectará el desarrollo del país.

 Garabed Arakelian 

 Nota: 1.- «El huevo de la serpiente» es una expresión que se popularizó a finales de los años 70 y principios de los 80 pero que aún suele ser utilizada en algunos espacios sociales a modo de alerta sobre inminentes peligros que se ciernen sobre una determinada sociedad. Tal nombre proviene del título de una película, estrenada en 1977 y ambientada en el Berlín de los años 20, del famoso director del cine sueco Ingmar Bergman.

El diálogo de América entre Fidel Castro y Salvador Allende

lunes, 28 de diciembre de 2020

August Blanqui o la intransigencia revolucionaria


En el extraordinario Partenón de la historia del movimiento obrero y del socialismo, la potente figura de Louis Auguste Blanqui (Puget-Théniers, 1805-París, 1881, brilla todavía; sigue siendo un referente, alguien al que Daniel Bensaïd entre otros, citaba constantemente. En Blanqui el aspecto mili­tante socialista sobresale netamente sobre el teórico. Sus pocos es­critos son por lo general, redactados en la cárcel (su sobrenombre fue «El Encerrado») que fue su «hogar» la mayor parte de su vida, conociendo numerosas prisiones, incluso en las colonias. Hijo de un revolucionario que pasaría a servir con la Gironda, para acabar sien­do subprefecto de Napoleón; y de una mujer de gran ca­rácter, Blanqui es enviado desde su ciudad natal a París. Allí a los 16 años ingresa en una de las sociedades secretas de la época, en concreto en la de los carbonarios. Es muy joven todavía cuando entra en contacto con Buonarrotti, que le detalló la historia de la «conspiración de los iguales», y le marcó en su ulterior evolución política, en gran medida «babeuvista». Cruzó indomable todo el siglo XIX, partici­pando en las jornadas de julio del año 30, en la revolución del 48, así como, indirectamente, en la Comuna de París. Blanqui y el «blanquismo», debe de comprenderse como una de las primeras manifestaciones de la lucha del proleta­riado francés, todavía muy disperso y sin cohesión ideoló­gica, y como una toma de conciencia clara del carácter antirrevolucionario de la burguesía liberal. 
 Ya en 1829, participa en la sublevación del arrabal de Saint Antoine, uno de los centros de la vieja «sans culotte­rie». En julio de 1830 se encuentra de nuevo en la calle y se enfrenta desde el primer día contra la «Monarquía bur­guesa», resultando ser uno de los inculpados en el «proceso de los doce» revolucionarios. En 1836 constituye el grupo llamado «Sociedad de las Estaciones», hecha a imagen y semejanza de las sociedades radicales que se mueven en las «ultratumbas», tendencia ésta que se explica tanto por la represión como por el espíritu romántico de la época. Tres años después, junto con Harbés -otro gran conspi­rador, aunque políticamente más moderado que Blanqui-, prepara una insurrección aislada y minoritaria que fracasa. Detenido, es condenado a perpetuidad. Liberado por la revolución de febrero de 1848, su posi­ción la explica así el historiador británico Cole: «En 1848, Blanqui estaba dispuesto a apoyar al Gobierno Provisional, metiéndole a la vez una presión constante de las socieda­des de izquierda y de los obreros. Pero esto no quiere decir que ha renunciado a la idea de la revolución ulterior, sino que deseaba aguantar por el momento, seguía pensando ha­cerse dueño del Poder mediante un golpe de Estado organi­zado por una minoría de revolucionarios disciplinados, adiestrados en las armas y dispuestos a hacer uso de ellas. En las Sociedades sucesivas se negó a admitir a todos los recién llegados; pues aspiraba a crear, no un partido de masas, sino una élite revolucionaria relativamente pequeña, de hombres escogidos. Éstos, elegido el momento adecuado, cuando el descontento llegase a su punto podrían asumir la dirección efectiva de los trabajádores, para seguir gracias a ellos ya otras organizaciones obreras por el verdadero ca­mino revolucionario, y poco a poco, mediante una dictadura, poner los cimientos de una nueva sociedad».
 La experiencia de viejo león, le lleva a no tener ninguna confianza en los discursos floridos de Lamartine, ni siquiera en los proyectos reformistas de Hlanc en el palacio de Lu­xembourg. Adivina a Cavaignac detrás de todo. Como escri­be Abendroth: «¿No parecía en efecto, justificada la espe­ranza de Louis Blanc de llegar sin lucha de clases a una sociedad auténticamente democrática, en un compromiso pacífico con los demócratas burgueses y capitalistas indus­triales, representados en el Gobierno Provisional? ¿y no era Hlanqui, que criticó eba concordia, un revoltoso amargado por su reclusión? Los obreros tuvieron que aprender con sus propias y amargas experiencias después de la revolución de febrero que Blanqui había comprendido sus intereses con más claridad que ellos mismos». En mayo del mismo año el Gobierno Provisional le con­dena a las mazmorras por diez años. En 1869, reaparece para animar -desde fuera- a sus seguidores en la AIT, y la lu­cha contra Napoleón III. En el momento de la guerra fran­co-prusiana escribe un llamamiento con el título de «¡La Patria en peligro!», en el que preconiza un frente nacional interclasista, pero luego rectifica e intenta, otra vez sin éxito, una nueva insurrección junto con Flourens, que sería uno de los líderes de la Comuna. Ésta le coge en manos de los «versalleses», entonces los «communards» intentan can­jearlo a cambio del obispo de París, pero Thiers no cede. En 1879, sale de la cárcel al ser elegido diputado por los republicanos de Hurdeos y vuelve a ser hasta su muerte el militante de hierro que siempre fue.
 La obra escrita de Blanqui no es precisamente muy am­plia, aunque al margen de ello, Blanqui consiguió aglutinar un importante grupo de seguidores que jugaron un desta­cado papel en la AIT, en la Comuna y en los primeros años del socialismo galo. Su ideario se puede sintetizar así: a) Se apoya en el proletariado, .pero para él no hay distin­ción entre éste y el resto de los sectores populares.b) El medio revolucionario que privilegia es el del partido de los revolucionarios, o sea, de la élite conspiradora que desconfía de las masas; c) La revolución sólo la concibe a través de una insurrec­ción perpetrada por.el partido o sociedad, después pro­pugna una dictadura que impondría entre otras cosas, la escuela laica y gratuita, cooperativas, una legislación socialista…Para Blanqui, «el comunismo no puede implantarse por decreto», ni «cambia por sí mismo ni a los hombres ni a las cosas»; no sueña con ninguna utopía futura e indeterminada, el «comunismo, dice contra Cabet, no es un huevo empollado en un rincón del género humano, sino un pájaro con dos piernas, sin alas ni plumas». En 1879, salió de la cárcel y fue elegido diputado por Burdeos, a pesar de que legalmente no podía serlo.
 Ahí quedan sus palabras ante los tribunales: El presidente al acusado: -Decidme vuestro nombre, edad, lugar de nacimiento y domicilio. 
 Blanqui: -Louis-Auguste Blanqui, de veintiseis años de edad, nacido en Niza, con domicilio en París, calle de Monteruil, número 96, faubourg Saint-Antoine. 
El presidente: -¿Cuál es vuestra profesión? 
 Blanqui: -Proletario. 
El presidente: -Esa no es una profesión. 
Blanqui: -¿Cómo que no es una profesión? Es precisamente la profesión de treinta millones de franceses, que viven del trabajo y que están privados de derechos. 
El presidente: -Bueno; ya está bien… 
Tras la defensa de Gervais, Louis-Auguste Blanqui toma la palabra, y se expresa en los siguientes términos: Señores del jurado: Se me acusa de haber dicho a treinta millones de franceses, proletarios como yo, que tenían el derecho de vivir. Si esto es un delito creo que, cuando menos, debería responder de él ante hombres que no fueran a la vez jueces y parte en la causa. Más, señores, aquí se ha observado que el ministerio público no ha vuelto en absoluto los ojos hacia vuestro espíritu de equidad ni hacia vuestra razón, sino que los ha vuelto del lado de vuestras pasiones, del lado de vuestros intereses. No invoca, ese ministerio, vuestro rigor refiriéndose a un acto contrario a la moral y a las leyes; no quiere sino desencadenar vuestro espíritu de venganza contra lo que él describe como una amenaza para vuestra existencia y para vuestras propiedades. No me hallo, por consiguiente, ante unos jueces, sino ante unos enemigos: sería, por tanto, inútil el defenderme.
 En la última etapa de su vida dirigió un diario de extrema izquierda, Ni Dieu ni maître, que luego sería un slogan anarquista. Fue el primero que consideró la idea del revolucionario como profesional, y contribuyó a formar el partido blanquista, que primero se llamó la «Comuna revoluciona­ria» y más tarde, «Comité Central Revolucionario» bajo la dirección de Émile Eudes. Luego, su discípulo más desta­cado, Eduard Vaillant construye el Partido Revolucionario Socialista que se integrará más tarde en la socialdemocracia francesa. sus ensayos sobre problemas teóricosd fueron reunidos después dee su muerte con el título de La crítica social. El artista A. Maillol le dedicó una de sus mejores esculturas, la Acción encadenada, emplazada en su ciudad natal.
 Su biografía más exhaustiva es la de Samuel Bernstein Blan­qui y el blanquismo (Siglo XXI, Madrid, 1975), la más clásica es Blanqui, de Maurice Dommaguet, (Espartacus. París). Al margen de los diversos estractos, parece que existe una sola edición de escritos de Blanqui en castellano.

 Pepe Gutiérrez-Álvarez

¿Qué está pasando con la nueva mutación del corona virus?


¿Qué está pasando con la nueva mutación del coronavirus? 
En los últimos días, se detectó un aumento significativo en el número de casos de Covid-19 en Londres y el sudeste de Inglaterra que sugería la existencia de una nueva cepa del virus con mayor tasa de transmisión, es decir, que se contagiaba más rápido. Al analizar el genoma (ARN) de muestras de pacientes, se confirmó que el virus circulante presentaba mutaciones respecto al virus que venía circulando en esa zona.
 ¿Qué implica esta mutación?
 Si bien todos los datos son preliminares (y en ese sentido hay que evaluarlos con cautela), la variante detectada en Reino Unido, llamada B117, presentaría un R0 o tasa de reproducción superior. El R0 estima la cantidad media de personas que se contagiarían a partir de una persona infectada y da idea del potencial de transmisión de una enfermedad. Es decir, que la nueva cepa se transmitiría más fácilmente que otras anteriores. Sin embargo, al no haber aún estudios moleculares no se conoce el mecanismo por el cual esto ocurre. No se puede descartar, sin embargo, que haya también otras variables epidemiológicas que hayan aumentado el número de contagios. En principio, no parecería que la nueva cepa provoque síntomas más graves o mayor mortalidad.
 ¿Es la primera mutación del virus causante de Covid-19 que se conoce? 
No. Ya se detectaron más de 4.000 mutaciones en cepas circulantes de SARS-CoV-2, el virus causante de Covid-19. Lo que ocurre es que no todas las mutaciones tienen consecuencias directas en la capacidad de transmisión u otras variables epidemiológicas. Muchas mutaciones no tienen ningún efecto sobre la performance del virus, lo que se conoce como mutaciones neutras. 
 ¿Por qué tiene tantas mutaciones este virus?
 El SARS-CoV-2 es un virus formado por ARN, uno de los dos tipos de material genético existentes (el otro es el ADN). La enzima encargada de copiar ese material genético para reproducirse es la ARN polimerasa que, a diferencia de la que copia el ADN, tiene una tasa de error muy alta. Es decir, cuando va copiando el material genético se equivoca pero no tiene un mecanismo de corrección como sí ocurre con los virus formados por ADN. Las mutaciones que van apareciendo son los errores que va cometiendo la ARN polimerasa. 
 ¿Podría ocurrir que las vacunas disponibles no protejan contra esta cepa?
 Se cree que no pero se sabrá con certeza cuando se completen los estudios a nivel molecular que nos muestren qué modificaciones concretas en la partícula viral presenta esta nueva cepa respecto de las anteriores. Las vacunas contra Covid-19 están diseñadas para generar anticuerpos contra la proteína viral S (spike) que es la que interactúa con el receptor celular ACE-2 para ingresar las células del sistema respiratorio. Al vacunarse, la persona desarrolla anticuerpos y células de memoria del sistema inmune que logran unirse a esta proteína viral, neutralizándola e impidiendo que infecte a las células. La clave estará en ver si las mutaciones afectan esta proteína y si esas potenciales modificaciones implicarían que los anticuerpos desarrollados contra ella dejan de ser efectivos. Por ahora, no parece un escenario probable. 

 Lucía Maffey Bióloga.

sábado, 26 de diciembre de 2020

ICAP, 60 años: argamasa y coherencia para la solidaridad con Cuba


A 28 años de la ola privatizadora, la batalla se vuelve a librar en Uruguay

El pasado domingo 13 de diciembre se cumplieron 28 años del histórico plebiscito donde la ciudadanía dijo SÍ a las empresas públicas con un contundente apoyo popular que frenó la ola privatizadora del gobierno del Partido Nacional. Pasaron 28 años de una campaña histórica para las izquierdas y el campo nacional y popular. 28 años han pasado y parece que la rueda volvió al mismo lugar. Claramente el mundo ha cambiado, Estados Unidos cede cada vez más terreno a China en la hegemonía mundial.
 En el principio de los 90 había salido triunfante de la guerra fría contra la URSS. En América Latina se sucedían los gobiernos de derechas con un talante neoliberal bien marcado, mientras que ahora en Latinoamérica parece que el ciclo progresista vuelve a tener su revancha. Esta coyuntura no es un calco, pero hay señales que parece un deja vu. 
 La Ley Nº 16.211, conocida como Ley de Empresas del Estado fue promulgada apenas cincuenta días después de que el gobierno de Luis Alberto Lacalle asumiera. Este Lacalle es padre del actual presidente Luis Lacalle Pou, por si las coincidencias existen. El decreto se lanzó luego de quince días de realizar un ajuste fiscal. El 13 de septiembre de 1990 fue la fecha elegida por el gobierno para presentar al Parlamento un proyecto denominado “Ley de modificaciones del régimen de empresas públicas del dominio industrial y comercial del Estado”.
 Lacalle padre distribuyó a los líderes integrantes de la “coincidencia nacional” un borrador de 125 artículos para discutir conteniendo las pautas para redactar la Ley de Empresas Públicas. Por si otra coincidencia aparece, el gobierno de Lacalle fue denominado con el nombre de “Coincidencia Nacional” donde convergieron el Partido Nacional y el Partido Colorado. 
 El gobierno de su hijo, Lacalle Pou, se denomina “Coalición Multicolor”. Donde se reunieron cinco partidos políticos (tres de ellos no existían en los 90) para desbancar al Frente Amplio del gobierno.
 El titular de “Búsqueda”, periódico neoliberal fundado por Ramón Díaz, patter totum de esta corriente en su versión uruguaya, publicó en su edición del día 20 de setiembre: “Tras siete décadas de estatismo, el gobierno dio el primer paso para la reducción de su dominio industrial y comercial”. 
 En el marco de la ley aprobada el Uruguay inició el camino de las grandes reformas del Estado, concretándose la privatización de la Compañía de Gas, que fue vendida al grupo francés Gaseba;.
 Se efectuó la liquidación de ILPE dejando el Estado de cumplir las deficitarias tareas de pesca que pasaron a manos privadas a igual que los servicios de tierra en el Aeropuerto de Carrasco; se encaró la privatización del transporte aéreo al interior del país; se otorgó la concesión de servicios de agua potable y saneamiento en zonas de Maldonado y se adjudicó el sistema de telefonía celular. 
 UTE, empresa estatal monopólica de electricidad, empezó a adquirir electricidad generada por el sector privado y se puso en marcha, por régimen de concesión de obra pública, la construcción de la doble vía Montevideo – Punta del Este con una inversión privada que se estimó en unos cien millones de dólares.
 El Estado se retiraba de sectores estratégicos y con lógica de mercado, todo lo que no daba ganancia era privatizado. Esa fue la brújula que guió al gobierno del Partido Nacional de 1990 a 1995.El 13 de diciembre de 1992 el «Sí» recibió 1.293.016 contra 489.302 del «No». 

 Refritos 

 Las organizaciones de izquierda y del campo nacional y popular crearon el espacio de la Intersocial como lugar que nuclea a todas la organizaciones que están en contra de la Ley de Urgente Consideración (LUC). La LUC es un paquete de leyes de corte netamente neoliberal que pretende criminalizar la protesta, mercantilizar la educación, vaciar las empresas públicas y además contiene leyes favorables al lavado de dinero, entre otras cuestiones. 
 Los diferendos en la Intersocial se saldaron cuando al final se decidió ir por la recolección de firmas de 133 artículos de los 467 de la LUC. Los diferendos en las izquierdas vuelven a reflotar cuando en los 90 se dirimía entre ir por toda la ley de empresas públicas o parte de ella. La derecha lo tiene claro. El diario oficialista «El País» en su editorial del día lunes 14 expresó: «Ahora, al FA se agrega esta intersocial que nadie votó, pero que pretende torcer el rumbo nacional en el sentido que a ella se le antoja. Es una minoría tan intensa como antidemocrática.» 
 No titubean en calificar de anti democrática a una organización social. Tampoco recuerdo que la Asociación Rural del Uruguay haya sido ungida por el voto popular, menos Un Solo Uruguay y menos aún las cámaras empresariales. Ellos no son votados, pero votan y deciden por los trabajadores día a día. 
 Al fin y al cabo, con matices pero en sustancia, las batallas de los 90 se están reeditando. Con apellidos que se repiten, con errores porfiados que se empeñan en volver, con enseñanzas que todavía están vigentes. 

 Nicolás Centurión. Licenciado en Psicología, Universidad de la República, Uruguay. Miembro de la Red Internacional de Cátedras, Instituciones y Personalidades sobre el estudio de la Deuda Pública (RICDP). Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la

La nueva cepa del coronavirus impacta en una Europa en estado crítico


La “segunda ola” arrecia junto con crisis políticas y económicas. 

 Cuando la llamada segunda ola del coronavirus aun no encontró sus límites en los estragos que está causando entre los europeos, el descubrimiento de una nueva cepa del virus, que tendría su epicentro en Inglaterra, encendió todavía más las alarmas en el viejo continente. 
 Es que la nueva variante tendría una tasa de contagio más elevada (de hasta un 70% mayor que las existentes hasta el momento), lo que sin embargo es motivo aun de debate entre los especialistas ya que muchos aducen que los mayores contagios se deben al mayor movimiento y concentración de la población por la cercanía con la navidad y el año nuevo. 
 Empero, once países europeos cerraron sus fronteras con el Reino Unido y otro tanto solo permite el retorno de los naturales de cada país con un testeo previo. El impedimento para salir o ingresar a la isla de Gran Bretaña sin contar con un test negativo provocó un verdadero descalabro a ambas orillas del Canal de la Mancha con miles de camiones varados durante días y una crisis política en regla. El aislamiento sanitario que Europa dispuso respecto al territorio británico se da en el contexto de las tensas negociaciones sobre el Brexit y ha sido visto como una represalia, así como un anticipo, de la política que dispondría Bruselas ante una salida intempestiva de Londres de la Unión Europea. 
 El gobierno de Johnson ha debido dar marcha atrás con la liberalización irresponsable de su política de contención de la pandemia y ha decretado para la capital y otras regiones del sureste una cuarentena estricta, lo que conlleva la imposibilidad de las reuniones para el festejo de la navidad. Las autoridades del Servicio Nacional de Salud han solicitado que se conserve un trabajo común con las autoridades sanitarias de la UE para combatir al coronavirus, habida cuenta que, con 19 mil internados, la situación es similar al peor momento de la «primera ola» (Deutsche Welle, 23/12). El Reino Unido ha sufrido más de 68 mil muertos por la pandemia. 
 En el continente la situación dista de ser mejor. Alemania, país que hasta el momento era mostrado como ejemplar en su manejo del virus, se encuentra en su peor momento, registrando hasta 30 mil casos diarios nuevos. El fracaso se debe a la política orquestada por los distintos gobiernos, tanto nacional como a nivel estadual, de buscar no poner obstáculos a la «recuperación» económica así como a no querer enfrentar a los movimiento anti cuarentena. La pandemia ha vuelto a mostrar la diferenciación social al interior del estado germano y la naturaleza parasitaria de la reunificación de la que se cumplen 30 años: las regiones orientales como Turingia o Sajonia duplican la tasa de incidencia del promedio nacional (La Nación, 18/12).
 En Francia, a pesar de llevar más de un mes de toque de queda (imposibilidad de transitar pasadas las 20 horas), la pandemia está lejos de estar bajo control, con lo que las medidas de aislamiento social que incluyen el cierre de las actividades culturales así como bares y restaurantes permanecerán durante las fiestas. En el país galo, cuyo presidente Emmanuel Macron se encuentra enfermo por coronavirus, la pandemia se ha cobrado hasta el momento más de 60 mil víctimas. En Italia, el gobierno de Conte ha dispuesto un confinamiento «duro», pero solo para los días de las festividades, cuando los informes arrojan la escalofriante cifra de 600 fallecidos diarios. España atravesará las fiestas con un toque de queda nocturno y un limite de diez personas para las reuniones sociales, en un contexto de fracaso de la política del gobierno PSOE-Podemos de cierres y cuarentenas parciales, habida cuenta que los nuevos contagios diarios superan en promedio los 15 mil. 
 Las bolsas del continente sufrieron un retroceso general a raíz del cuadro descripto y de la llegada de la nueva cepa; las previsiones que indicaban un cierre del 2020 con un 10% de desempleo a nivel continental en el caso de una contención del covid-19 deberán ser recalculadas al alza. El fin de los programas de sostenimiento estatal a las empresas provocará un número ingente de quiebras (eleconomista.es, 15/10). 
 A la espera aun del comienzo de la distribución de la vacuna (cuya creación y producción se dio a través de la competencia capitalista, es decir con el objetivo de la ganancia), el manejo de la pandemia por parte de los gobiernos burgueses de Europa arroja como balance un fracaso rotundo. El continente es la región del mundo con más fallecidos a la fecha superando los 500 mil, lo que es la consecuencia de años de «austeridad» y destrucción de los sistemas de salud, así como de la no afectación de los intereses empresariales para hacer frente a la enfermedad. Las medidas de cuarentena en curso en este periodo en ningún caso suponen la suspensión de las actividades económicas no esenciales ni la centralización de los recursos sanitarios de cada país. 
 Los trabajadores de Europa mediante su intervención independiente deberán hacer que los gobiernos y los capitalistas rindan cuentas ante el verdadero crimen social que constituyen las muertes por coronavirus.

 Leandro Morgan

miércoles, 23 de diciembre de 2020

Todos los caminos conducen al ajuste y al Estado policial

El montaje de un aparato policial con la pandemia como justificativo es el salto que ha dado el gobierno este viernes 18 de diciembre con la reglamentación del artículo 38 de la Constitución. Los medios afines blindan al gobierno, legisladores oficialistas piden presencia militar en las calles, el Presidente que hace stand up en las conferencias y las leyes dejan más que claro que todos los caminos conducen al ajuste. 

 Prontas las medidas 

 Semanas atrás se anunció una conferencia de prensa de Presidencia para el día 18 de diciembre debido al aumento exponencial de casos de covid. La misma se adelantó para el miércoles 16 con previa conferencia al mediodía del Grupo Asesor Científico Honorario (GACH). 
 El miércoles por la noche el presidente Lacalle Pou anunció suspender los espectáculos públicos desde el 21 de diciembre al 10 de enero. Esa misma fecha se planteó restringir el ingreso al país, excepto para las personas que tuvieran pasaje programado hasta el 17 de diciembre inclusive. Alentó a vacacionar pero con distanciamiento social e incluso tuvo tiempo para decir socarronamente que se iba a tomar unas minivacaciones en el departamento de Rocha. 
 La prohibición de cerrar fronteras no afecta al transporte de cargas, por lo que las fronteras seguirán siendo un colador, donde se han registrado varios focos en ciudades fronterizas por estas actividades, sobre todo transporte proveniente de Brasil. 
 Se aumentaron las horas de apertura de los shoppings, los centros comerciales. Los ómnibus interdepartamentales deberán viajar al 50% de su capacidad y ante ésto Lacalle prometió un subsidio para las empresas. Se dará la reapertura de gimnasios y toda actividad física en lugares cerrados que habían sido suspendidas apenas diez días atrás.

Lo no-dicho 

 Lo más importante de la conferencia de prensa fue de lo que no se habló: de los desempleados, los que están en el seguro de paro, de las ollas populares, del sistema de salud y sus trabajadores.
Fueron nombrados en la conferencia, pero apenas eso. Se los saludó, se les reconoció el esfuerzo, pero medidas, ninguna. Similar a lo que aconteció la semana anterior cuando un uruguayo fue destacado como uno de los 10 científicos más importantes del 2020 por la Revista Nature. Alli el Presidente lo saludó y lo felicitó por twitter, y el cientifico Rodrigo Moratorio no tardó en responder que sería bueno que el apoyo sea económico y a través de presupuesto y políticas de gobierno. 
 El desempleo sigue aumentando. Mientras que la tasa en Montevideo es de 9,6%, en el interior del país esta cifra asciende a 12,3. Asimismo, entre las mujeres (14,2%) esta tasa es 5,6 puntos porcentuales superior a la de los hombres (8,6%).

 El 38 está cargado

 Lacalle Pou, en conferencia, brindó nuevos slogans vacíos que parecen ser un nuevo mote para una campaña publicitaria. Del “quedate en casa” a la “convivencia solidaria” a las “burbujas” para poder pasar las fiestas de fin de año. Se apela a la responsabilidad individual, coherente con un gobierno neoliberal que deja al Estado como garante último de la represión. 
 Esto queda manifestado con la implementación del artículo 38 de la Constitución. El mismo reza: “Queda garantido el derecho de reunión pacífica y sin armas. El ejercicio de este derecho no podrá ser desconocido por ninguna autoridad de la República sino en virtud de una ley, y solamente en cuanto se oponga a la salud, la seguridad y el orden públicos.” 
 “Restricciones a la movilidad de la población incluirá a las marchas y movilizaciones sociales y sindicales, definió Presidencia, destacó el semanario derechista Búsqueda. El legislador blanco (del oficalista Partido Nacional) Sebastián Da Silva, por su parte, pidió presencia militar en la calle para «molestar a los ciudadanos ligeros de prevención» y así bajar la cantidad de contagios de covid-19. Lentamente se está montando un Estado policial que restringe las libertades y calza justo en un momento donde el malestar social con el gobierno empieza a emerger a la superficie. Las medidas que se han implementado para mitigar el covid-19 no tienen correlato con la cantidad de casos en aumento y su posible reducción. Están identificados los focos de contagio y allí no se ha aplicado ninguna medida.

 Ajuste 

 Donde sí se están aplicando medidas a rajatabla es sobre la clase trabajadora. Insólitamente se ha modificado en el Parlamento, con los votos del oficialismo, traspasar el salario vacacional acumulado en 2019 -que debía ser abonado este 2020- para el año 2021. 
 Es decir que los trabajadores que este año vieron congelado su salario con respecto a las tarifas y la inflación, quedarán relegados una vez más. Los empresarios celebran y se ahorrarán ese dinero, pagarán en el 2021 con un dólar en crecimiento a la par de los precios y las tarifas. 
 No es especulación ni pronóstico. El representante de la oposición en Antel (empresa estatal de telecomunicaciones) anunció que para el año entrante las tarifas subirán por encima de la inflación entre un 9 y 10 por ciento. 
 Por si faltaba algo, para sofocar cualquier atisbo de alegría, la Intendencia de Montevideo a cargo de Carolina Cosse del centroizquierdista Frente Amplio, decidió suspender el carnaval capitalino y así de un plumazo, con un escueto tuit, 40 mil personas se quedarán sin trabajo este verano. 

 Espejismo 

 Uruguay gozó de buena prensa por la gestión de la pandemia, alimentada por los voceros de la derecha rioplatense, mientras el gobierno ponía piloto automático con los pilares que había construido el Frente Amplio.
 La exhortación individual ya no surte efecto. La población fatigada, que se tragó el discurso de la excepcionalidad uruguaya abonado por el propio Lacalle Pou y casi sin miedo por la pandemia, hace que los números hayan crecido exponencialmente. 
 Dios Momo no volverá a soñar este febrero. La murga, eterna crítica al poder de turno, verá su voz acallada por una pandemia que parece no tener fin y menos aún sus consecuencias. El 2021 dejará sus trajes colgados esperando un cuplé. La murga que cantó su retirada para volver, esta vez dejará sus versos en el tintero. 

 Nicolás Centurión. Licenciado en Psicología, Universidad de la República, Uruguay. Miembro de la Red Internacional de Cátedras, Instituciones y Personalidades sobre el estudio de la Deuda Pública (RICDP). Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)

martes, 22 de diciembre de 2020

Piñera endurece el toque de queda


El anuncio lo hizo ayer el ministro de Salud, Enrique Paris, acompañado de funcionarios de la cartera. A partir del 26/12 el toque de queda comienza a las 22 hs, es decir, se adelanta dos horas al vigente actualmente y se extiende hasta las 5. También se anunció el retroceso de fase en comunas de Valparaíso, Maule, Bio Bio y La Araucanía.
 El endurecimiento del toque de queda no va a significar una mejora en la situación sanitaria y solo busca una regimentación de la vida social en un contexto donde las condiciones de vida de las y los chilenos solo ha empeorado y las protestas, paros y movilizaciones se han desarrollado incluso durante la cuarentena, muchas de ellas en forma masiva. Sin confinamiento ni implementación de los protocolos necesarios para evitar los contagios queda en evidencia que nos encontramos ante un reforzamiento de la política represiva frente a un eventual alza en la lucha del pueblo chileno por sus reivindicaciones urgentes.
 La razón esgrimida por el ministro para justificar la decisión del gobierno fue el aumento de contagios en las últimas semanas que llegaría a un 19%. En sus declaraciones ante la prensa Paris atribuyó el alza en los índices de contagio a la irresponsabilidad de la población y en particular a los más jóvenes que organizan fiestas clandestinas. Es decir, el gobierno no tendría responsabilidad alguna en el rebrote de la pandemia en el país, sino que sería la propia población afectada. Esto es falso por donde se lo mire ya que es el gobierno el responsable de habilitar el conjunto de la actividad comercial e industrial sin velar por la implementación en regla de los protocolos de higiene y seguridad, lo cual va en contra de los intereses patronales por sus costos, intereses que tiene como principal defensor al gobierno de Piñera antes que a nadie. La clase trabajadora se ve así expuesta al contagio tanto en el transporte público como el metro, donde no se respeta ningún protocolo, como en los propios lugares de trabajo.
 Por otra parte, un importante sector de la población no cuenta con trabajo formal y tiene que salir a ganarse el mango día a día. El propio ministro Paris se refirió a ellos al declarar que no es posible volver a una cuarentena estricta porque hay muchas personas cuya subsistencia diaria depende de lo que genera en la “economía informal”. En este cuadro, hablar de las responsabilidades individuales y fiestas clandestinas solo busca ocultar la responsabilidad del estado. 
 Resulta evidente que el aumento de los contagios no se va a resolver con el toque de queda más estricto. Nos encontramos ante la negativa del gobierno a hacer que se implementen los protocolos de seguridad e higiene en el transporte público y los lugares de trabajo para no afectar la rentabilidad de las empresas y, sin embargo, recurre al endurecimiento de la más represiva de las medidas cuando a todas luces ello no va a redundar en una disminución de los contagios. 
 Frente a este nuevo avance en las políticas represivas del gobierno de Piñera y la consolidación de un Estado policial se impone la necesidad organizarnos para enfrentarlo y poner en pie un plan de lucha por la libertad de lxs presxs políticos y todas nuestras demandas. Por una constituyente libre y soberana, Fuera Piñera.

 Olga Aguirre

lunes, 21 de diciembre de 2020

Túnez, a diez años del comienzo de la Primavera Árabe


Hace diez años, la inmolación del vendedor ambulante Mohamed Bouazizi en la plaza principal de Sidi Bouzid, una modesta ciudad del interior tunecino, daba inicio a un proceso de levantamientos que se extendería por toda la región y sería conocido como la primera Primavera Árabe. La policía le había confiscado a Bouazizi las frutas y legumbres que vendía, y su muerte fue la última gota que rebasó el vaso del malestar popular ante los atropellos estatales. 
 “El pueblo quiere la caída del régimen”, fue la consigna de mando de los miles que se volcaron a las calles del país del norte africano y lograron en pocas semanas la salida de Zine el Abidine Ben Ali, quien se encontraba apoltronado en el poder desde 1987. Ben Ali lideraba un gobierno que mantenía en la pobreza extrema a toda una parte de la población y se sostenía a fuerza de represión, torturas y elecciones fraudulentas. Este régimen era apañado por el imperialismo, que también apoyaba al vecino dictador Hosni Mubarak, eyectado de su cargo por la revolución egipcia. 
 El fin del gobierno de Ben Ali condujo a unas elecciones que fueron ganadas por la formación islamista Ennahda, quien establecería gobierno junto a otros dos partidos laicos. Sin embargo, el desarrollo de elecciones no canceló la movilización popular, que siguió siendo reprimida. En 2013, el asesinato de dos dirigentes del Frente Popular provocó enormes manifestaciones y dos masivos paros generales. En medio de una profunda crisis, el gobierno adelantó su salida del poder y dejó temporalmente el mando del país en manos de un grupo de tecnócratas, como parte de un acuerdo en que intervinieron los principales partidos del arco político, de izquierda a derecha, así como la burocracia sindical de la Unión General de Trabajadores de Túnez (UGTT) y las cámaras patronales. Fue un intento de ahogar un nuevo levantamiento. 
 Las elecciones de 2014 llevaron al poder a Beji Caïd Essebsi, de Nida Tunís, un partido que reunía a varios miembros del viejo régimen de Ben Ali. Formó gobierno con los islamistas de Ennahda. Esta administración firmó un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional por 2600 millones de euros, condicionado a la aplicación de medidas de ajuste. Al finalizar el mandato de esta coalición, la deuda pública se acercaba al 80% del PBI y el desempleo era del 18% (con niveles mucho mayores en el interior y entre la juventud). 
 El creciente descrédito del régimen político tuvo su expresión en las legislativas de 2019 en el importante retroceso en cantidad de bancas de Ennahda, y en el derrumbe de Nida Tunís, quien quedó restringido a tres escaños. Ninguno de estos dos partidos logró ingresar al ballotage de las elecciones presidenciales, que se desarrollaron casi en paralelo con las parlamentarias y le dieron el triunfo a Kais Said, una figura independiente y conservadora (defiende la penalización de la homosexualidad). 
 El nuevo gobierno surgido del parlamento (Túnez es un régimen semipresidencialista) es considerado por algunos como el más débil desde el levantamiento de 2011. El primer ministro, Elyes Fakhfakh, fue candidato en las elecciones presidenciales por un partido (Ettakatol) que solo obtuvo el 0,33% de los votos. La coalición está integrada -otra vez- por Ennahda y otras fuerzas menores. 
 Esta nueva administración ha debido pilotear la pandemia, con su consiguiente impacto en el turismo, una de las principales actividades económicas del país. Se estima una caída del PBI del 4% para este año. La situación social se ha agravado aún más. Al mismo tiempo, hay fuertes choques al interior del gobierno. El cuadro de crisis ha llevado a la UGTT a retomar el planteo de un “diálogo nacional”, semejante al de 2013, lo que es un indicio de la gravedad de la situación. 
 Muchos presentan a Túnez como un modelo exitoso de estabilidad política y transición democrática, por contraste con Egipto (donde se estableció en el poder el dictador al-Sisi), la guerra civil en Siria o la desintegración estatal en Libia. Pero lo cierto es que, aunque las masas lograron derribar al gobierno de Ben Ali, el nuevo régimen ha reciclado a muchas figuras de la etapa anterior, se caracteriza por la más honda corrupción, y todas las demandas sociales que motorizaron el levantamiento de 2010 siguen pendientes. 
 Túnez necesita una nueva primavera, en la línea de la nueva oleada que sacudió en el último período a Argelia, Sudán y Líbano. 

Gustavo Montenegro

¿Y si en Cuba pidieran una intervención militar internacional en EEUU?


viernes, 18 de diciembre de 2020

Vacunas: una disputa capitalista en una crisis humanitaria

Si la pandemia, el derrumbe social y el hipotecamiento financiero parecían suficientes para dejar al gobierno de Fernández prematuramente envejecido, la crisis que se está desarrollando en torno de las vacunas amenaza con superar a todas las anteriores. Aunque la cuestión de las vacunas tiene un alcance mundial, como un capitulo excepcional de la opresión sobre las naciones atrasadas, el gobierno FF le ha dado su propia impronta: Argentina, que ha sido en estos meses un terreno de experimentación de los laboratorios internacionales, ahora se convierte en un campo de batalla entre esas mismas corporaciones. El resultado de esta puja adelanta una nueva catástrofe sanitaria.

 Rusia, Pfizer, Zeneca

 El episodio más abyecto -y todavía con final abierto- ha tenido lugar con la corporación Pfizer, a quien el gobierno cedió los recursos del Hospital Militar y todo un equipo de investigadores para llevar adelante los ensayos clínicos que involucraron a 5.000 voluntarios. Además, y según relata el periodista Roman Lejman, el presidente “envió y forzó la rápida aprobación de una ley de vacunas a la medida de las exigencias jurídicas de Pfizer” (Infobae, 16/12). Aunque el congreso votó esa ley ´con nombre y apellido´, sus normas condicionan ahora al aprovisionamiento de vacunas de cualquier otro origen. La ley votada exime a los laboratorios de cualquier resarcimiento por daños, al tiempo que traslada los eventuales litigios a tribunales del exterior. Pero el país también queda obligado a respetar acuerdos especiales de confidencialidad respecto de las formulaciones de las vacunas, pasando por arriba de leyes locales y -como veremos enseguida- hasta de la legislación internacional en materia de emergencias sanitarias.
 Después de este verdadero “estatuto de rendición”, Pfizer, sin embargo, fue por más. Reclama la ´indemnidad´ para cualquier inconveniente que se produjera en el traslado de las vacunas, teniendo en cuenta las bajísimas temperaturas exigidas para su conservación. Una ruptura masiva de la cadena de frío dejaría al Estado argentino expuesto a un tendal de juicios. Esto ha abierto un choque, con final abierto, entre Pfizer y el gobierno. 
 La situación de la vacuna de Astra Zeneca (AZ) es todavía más compleja, pues en los ensayos de la ´fase 3´ se han registrado situaciones clínicas irregulares. En este caso, la corporación farmacéutica esta asociada a un empresario afín al gobierno, Hugo Sigman, para su fraccionamiento en la Argentina. Aunque AZ asegura que producirá “sin lucro durante la pandemia”, se ha encargado de autodeterminar el fin de la pandemia para julio de 2021, anticipando así que luego de esa fecha impulsará un aumento sustancial de su precio. Finalmente, y respecto de la única vacuna hasta ahora asegurada para Argentina, la Sputnik V, se afirma ahora que no estaría garantizado su empleo para mayores de 60 años. Esta impugnación a la vacuna rusa podría usarse como excusa para que el gobierno termine echándose “en los brazos de Pfizer”, tal como lo sugieren ahora todos los medios derechistas.

 Confiscación mundial 

El caso argentino forma parte de un escenario de confiscación internacional, que tiene como eje precisamente a la vacuna. De las actuales producciones de vacunas en curso, menos del 20% tendrá como destino a las (mal) llamadas naciones “emergentes”. Los contratos de las grandes potencias industriales con los laboratorios superan en muchos casos a la propia población. La cuestión de la vacuna se ha metido en la médula de las guerras comerciales y políticas en el planeta, porque los contratos de provisión se presentan como una garantía segura de que sus países beneficiarios controlarán al virus y, por lo tanto, alcanzarán más rápido una reactivación económica. En contrapartida, ese acaparamiento de vacunas condena al 80% de la población mundial al virus y a la muerte. 
 En este cuadro, y hace un mes atrás, la India y Sudáfrica solicitaron en la Organización Mundial de Comercio (OMC) que se disponga la suspensión del derecho de patentes sobre las vacunas en desarrollo, para permitir su libre reproducción por parte de los países que la necesiten. Aunque la OMC reforzó decididamente los derechos de propiedad sobre medicamentos, admite como única excepción a los casos de “emergencia sanitaria”. Fue lo que ocurrió al final de los 90, cuando Brasil y la India lograron producir libremente los ´antirretrovirales´ para el tratamiento del HIV. En esta oportunidad, el reclamo de la liberación de las vacunas para el Covid fue firmemente enfrentado por Estados Unidos, el Reino Unido y toda la Unión Europea, en defensa de Pfizer, Astra, Moderna y otras. 
 El argumento de los países imperialistas –“hay que amortizar las inversiones en innovación- encubre cuál es el origen real de los desarrollos tecnológicos en vacunas : los institutos y fondos del Estado y las universidades públicas. Moderna recibió 2,5 billones de dólares de subsidios y exenciones en Estados Unidos; Astra Zeneca, 2 billones; Pfizer, medio billón por parte de Alemania. El derecho de patentes, en definitiva, legaliza la apropiación de estos fondos públicos por parte de un puñado de laboratorios controlados accionariamente por fondos internacionales. (BlackRock controla casi el 10% de Pfizer). La “escasez” premeditada de vacunas, y su alto precio, empujan a la muerte a millones de personas y aseguran la lucratividad de los mismos vampiros que usufructúan la deuda externa argentina. 

 Un sometimiento “patente” 

En América Latina, los fondos de “estímulo” previstos para la compra de vacunas sólo podrán abastecer las necesidades del 20% de la población. Pero los gobiernos del continente permanecen imperturbables ante la crisis planteada. En la OMC, los países que pidieron la suspensión de las patentes se limitaron al deber diplomático de “levantar la mano”, mientras cada uno, por su lado, arreglaba sus asuntos con los laboratorios internacionales. Es el caso del gobierno de los Fernández, que asoció a su “burguesía nacional” con Astra Zeneca y está suplicando ahora los términos de un acuerdo extorsivo con Pfizer. No se escucha a un solo “nacional y popular” impugnar al régimen colonial -y criminal- de patentes sobre las vacunas. Es muy claro que el sólo reclamo del derecho a la producción sin regalías ni represalias levantaría la ira de los fondos internacionales amigos de Caputo-Macri y, ahora, de Martín Guzmán. La crisis de vacunas es una consecuencia de este sometimiento. Es necesaria una enérgica campaña de alcance internacional por la abolición de las patentes sobre las vacunas; por la publicación de todos sus protocolos y formulaciones, y su producción bajo control de trabajadores y técnicos, en el marco de una centralización de todos los recursos -publicos y privados- del sistema de salud.  

Marcelo Ramal 
 17/12/2020

jueves, 17 de diciembre de 2020

La guerra en Etiopía y el riesgo de una desintegración nacional


Desde hace algo más de un mes, la situación política etíope viene estando sacudida por un violento conflicto armado entre las autoridades federales del país y el gobierno local de la norteña región de Tigray que se encuentra en manos del Frente de Liberación Popular de Tigray (FLPT). Los últimos días, los funcionarios del primer ministro Abiy Ahmed informaron la finalización del conflicto con la captura, por parte del ejército nacional, de la ciudad de Mekele, la capital regional. Sin embargo, grupos guerrilleros que responden al gobierno tigrayense siguen actuando en el interior, con lo que la crisis estaría lejos de haber sido superada. El disparador inmediato del choque ha sido el desconocimiento, por parte del gobierno de Ahmed, de los comicios legislativos celebrados en Tigray en contra de la ordenanza general que suspendía todo acto eleccionario por la pandemia. Por su parte, el FLPT acusa al gobierno central de ilegitimidad al no haber convocado elecciones a nivel federal en el momento correspondiente. Con todo, los motivos de fondo del conflicto, que se ha cobrado un indeterminado número de víctimas (pero se supone que se contarían de a miles), 1 millón de desplazados y 40 mil refugiados son más profundas que este diferendo sobre las disposiciones electorales. 

 El rompecabezas etíope 

 Etiopía, que cuenta con 110 millones de habitantes y 82 etnias fue gobernada históricamente de manera centralista por parte del poder político que residiera en Adís Adeba, la capital. La república federal, vigente en la actualidad, se constituyó en 1991 tras el derrocamiento del gobierno del Derg, un régimen de partido único alineado con la Unión Soviética. La caída del Derg, desplazado por la acción de grupos guerrilleros regionales sustentados por las ansias de mayor autonomía de cada etnia, en el cuadro del final de la URSS, dio paso al régimen vigente. 
 El Frente de Liberación Popular de Tigray, a pesar de basarse en una región que concentra solo el 6 por ciento de la población, jugó un papel determinante en la caída del gobierno prosoviético y, sobre la base de coaliciones con otros partidos locales, ha sido el agrupamiento político hegemónico en el país hasta 2018. Empero, lejos de la apariencia que buscaba transmitir el gobierno del FLPT, sus opositores denuncian que durante su gobierno la región y la etnia tigrayense fue beneficiada en demérito del resto del país. Etiopía conserva buena parte de su economía en el sector público, con lo que quien gobierna el país puede disponer de los recursos nacionales, de los beneficios obtenidos de los productos exportables (fundamentalmente café y gas natural) y de las ayudas financieras provenientes del exterior.

 El gobierno de Ahmed 

 El nombramiento de Abiy Ahmed en 2018 como primer ministro fue precedido por la destitución, en el marco de importantes protestas y actos de descontento étnico, por parte del parlamento, de su predecesor Hailemariam Dessalegn. Ahmed, de etnia oromo, la más numerosa del país, vino a romper con el esquema de poder previo desplazando de la coalición gobernante al FLPT. A la vez, puso fin al conflicto bélico con el vecino país de Eritrea, lo que le valió el premio Nobel de la paz, reconociendo la soberanía del mismo sobre la región de Badme, adyacente a Tigray por lo que los tigrayenses consideran el armisticio como una traición. El actual primer ministro, que contó con el apoyo de Estados Unidos en su asunción, se encuentra orquestando una política de mayor apertura y privatización económica. Si bien los EEUU buscan contar con un socio en una región en la que viene progresando la penetración china, su política ha oscilado, colocándose en el bando de Egipto y Sudán en el conflicto que sostienen con Etiopía alrededor de la construcción de una faraónica represa en el origen del río Nilo, habida cuenta las consecuencias que acarrearía sobre el cauce del mismo. En la actual crisis, el secretario norteamericano para África, Tibor Nagy, ha respaldado la acción del gobierno central contra Tigray. El gobierno del FLPT, por su parte, era un importante aliado del gigante asiático en el cuerno de África. Para China, Etiopía es un escenario clave en su expansión económica, siendo el cuarto país del continente en cuanto a capitales chinos invertidos (La Vanguardia 15/4). Incluso, el país asiático financia el 30% de la mencionada represa. 
 Si bien Ahmed podía ostentar hasta iniciada la pandemia números “positivos” en materia económica, como un crecimiento del PBI de un 7%, las contradicciones económicas en un país atravesado por una miseria estructural extendida, no pararon de acrecentarse, dando sustento a la profundización de las rivalidades étnicas. Desde el año pasado, el país viene siendo asolado por la peor plaga de langostas en décadas, aumentando el hambre en forma dramática. Solo en Tigray, más de 600.000 personas sobreviven gracias a la asistencia alimentaria. El FLPT acusa a Ahmed de desarrollar una persecución política, así como una orientación opresora contra las etnias minoritarias en lo que sería la búsqueda de conformar un gobierno autoritario. El descontento étnico no ha aflojado, sino que en distintas regiones se vienen realizando manifestaciones. La ofensiva militar del gobierno se explica, en cierto modo, por el temor a que el desafío del Tigray abra un efecto cascada. 
 La posibilidad de la disgregación nacional de Etiopía impulsada por las elites locales aliadas a uno u otro poder foráneo, en una suerte de analogía con el caso yugoslavo, está latente. La escisión de Eritrea en 1993 puede considerarse un anticipo de esta perspectiva.

 Poner fin a la miseria y al odio étnico

 En una de las regiones más pobres del mundo, arrasada por la expoliación de sus riquezas naturales por parte del imperialismo, solo el desarrollo de una organización de los trabajadores y campesinos, con un programa de independencia de clase y de pelea por un gobierno obrero puede superar los odios étnicos y dirigir las energías populares en contra de los responsables de la miseria y el saqueo: el imperialismo y sus socios locales.

 Leandro Morgan

miércoles, 16 de diciembre de 2020

Suecia: la “inmunidad colectiva”, es una catástrofe

Suecia, que ha impulsado la doctrina de “inmunidad colectiva”, se ha caracterizado por la apertura de las escuelas y de los lugares de trabajos desde que empezó la pandemia y sólo ha promovido un distanciamiento social totalmente voluntario en la primera ola. En la segunda, sólo apeló a una restricción de movimiento de las personas. Estas medidas han producido una catástrofe sanitaria. Como resultado, tiene más de 7.500 muertos a causa de COVID-19, en un país de sólo 10 millones de personas, y se registran en promedio más de 5.000 casos diarios. La nación escandinava, tiene una tasa de mortalidad casi cinco veces mayor que la de Dinamarca y casi 10 veces mayor que la de Noruega. 
 El Primer Ministro, el socialdemócrata Stefan Löfven, describió la situación del país como "muy complicada", y que si no se toman las responsabilidades del caso es muy probable que vaya a empeorar. Mientras tanto, el jefe de epidemiología Anders Tegnell, el diseñador de la política laxa frente a la pandemia, admitió que están experimentando una nueva propagación significativa en todas las regiones y que la situación es más crítica que lo que se imaginaron. En un artículo publicado en Times, escrita por del activista Kelly Bjorklund y el científico sueco Andrew Ewing, hacen mención a que los países que cerraron pronto y testaron y rastrearon de forma masiva, como sus vecinos Dinamarca, Finlandia, Noruega, salvaron vidas y limitaron el daño a sus economías(...) Los países que confinaron tarde, que levantaron las restricciones demasiado pronto, que no testaron, ni realizaron cuarentenas de manera efectiva, o que solo usaron un bloqueo parcial, como España, Suecia, EE UU y Reino Unido, han registrado peores tasas de infección y muerte". 
 En Estocolmo, la ciudad más grande de Suecia y la más complicada por la pandemia, se registran casi 1.500 casos diarios. En esta región, las unidades de cuidados intensivos estaban al 99 % de su capacidad, haciendo que el sistema médico de la región no pueda hacer frente a nuevos casos graves de COVID-19. A pesar del aumento de la capacidad de unidades de cuidado intensivo, el país se está quedando sin profesionales de la salud: según una encuesta de TV4, un canal de televisión sueco, en 13 de las 21 regiones del país las renuncias en el sector salud aumentaron hasta en 500 casos en promedio, comparadas con las del año pasado. Según, la agencia Bloomberg, que entrevistó a una líder gremial de profesionales de la salud en ese país, la situación se da porque el personal, que ya era insuficiente cuando comenzó la pandemia, está tan desesperado por conseguir un tiempo libre que la renuncia es la única salida. (Semana, 13/12) 
 Este desastre, es el resultado de la política deliberada de permitir que la pandemia se propague libremente. Suecia, no solo fue la pionera en esta política, si no también, el “Conejo de indias” del mundo para probar su eficacia, la cual fue tomada luego por Donald Trump y Jair Bolsonaro como máximos exponentes. 
 Esta política, que ahora es la norma dominante en casi todo el mundo, significa más de 72,5 millones de casos de coronavirus reportados globalmente y al menos 1,61 millones de muertes. 

Mauri Colón 
 15/12/2020

martes, 15 de diciembre de 2020

Estética de las “Fake News”

Los placeres del engaño

 “Quizá me haya acostumbrado tanto a las mentiras, que la verdad me suena indecentemente falsa” . (Trainspotting, Danny Boyle, 1996, basada en la novela homónima escrita por Irvine Welsh) 

 A la mentalidad burguesa, patrocinadora de la más brutal metástasis de miedos rentables, le repugna vivir sin certezas negociables, cuando no las posee las inventa (o le paga a alguien para que se las invente) así sea de forma placentera o efímera, como en la publicidad o como en las iglesias, por ejemplo. Fabrican toneladas de angustia reflejada ante la realidad, (como en la caverna de Platón) y con tal angustia pavimenta el camino de todas las negaciones y las resignaciones. Si el mundo es (como lo presentan desde la moral judeocristiana) un amasijo de amenazas que aterrorizan, la única verdad es la alegría del engaño que consiste en aceptarlo todo tal como nos lo representan y defender, fanáticamente, lo que ofrezca algo de seguridad. Eso facilita asumir el engaño como la mejor realidad, como el mejor escudo que es mucho más placentero y fácil. La otra realidad es imposible enfrentarla porque nos muestra vulnerables, impotentes, frágiles… y para eso, mejor vivimos de ilusiones convencidos de que somos una humanidad creada para el engaño y por el engaño… en la vida “privada”, en la política, en la educación, en el arte… vivir de ilusiones sabrosas. Así es la cosa desde Adan y Eva.
 Un cantante de poca monta, y relativa fama en México, decía en uno de sus “éxitos”: “miénteme más que me hace tu maldad feliz”. ¿Por qué les gusta a algunos la mentira, qué placer produce la falsificación de lo que estamos viendo y viviendo? ¿Reina la “pereza mental”, la flojera de saber la verdad y asumirla? Freud conocía bien estas estrategias psicológicas a las que denominó “mecanismos de defensa” y que permiten alejar la realidad mientras no estamos preparados para enfrentarla. Existe una manía inducida de negar lo existente, que no es ignorancia (ni error) sino negación de conocer la realidad… y hacerla amable. 
 ¿Qué es lo que nos hace disfrutar del engaño? Son múltiples las causas asociadas a lo doloroso y a lo irremediable. El final de la felicidad, de los amores… de la vida misma. En la Historia de la Filosofía se contabilizan cientos de corrientes idealistas acostumbradas a sembrar la idea de que de la realidad provienen todas las desgracias. De esos idealismos han vivido muchos filósofos, padres o padrastros del subjetivismo, el escapismo, el irracionalismo y los idealismos escolásticos seriales. Si la realidad es amenazante, incomprensible e incognocible… un vertedero demoníaco de miedos y pavores… más nos vale huir y resguardarnos en alguna ficción, fantasma o falacia confortables como el vientre de una madre. El placer uterino por el engaño. Aquella canción del mal cantante con relativa audiencia, dice: “Voy viviendo ya de tus mentiras…”, “… más si das a mi vivir la dicha con tu amor fingido, miénteme una eternidad que me hace tu maldad, feliz. Y qué más da, la vida es una mentira, miénteme más, que me hace tu maldad feliz”. (Autor: Armando Domínguez Borrás) 
 Ha gastado el capitalismo millonadas de millonadas en convertir las falacias en placeres, y esa es una realidad abrumadora. Pero el disfrute del engaño comporta un grado de aberración que requiere tratamientos semióticos, sociológicos y psiquiátricos, entre muchas otras herramientas, para desentrañar el embrollo ideológico que nos ha fabricado la ideología dominante. ¿Cómo combatir el masoquismo que se expide como goce por el engaño perpetrado por cualquier político mediocre, que promete cambios y paraísos, magia feliz en abundancia? ¿Cómo creerle, con placer, a la publicidad de jabones, tarjetas de crédito, automóviles o medicamentos milagrosos…? ¿Cómo creer que con dinero se puede comprar todo lo que nos salva de la realidad y de la lucha de clases?. Han invertido fortunas en enseñarnos a amar los estereotipos y las jerarquías de las mentiras, desde las “piadosas” hasta las “altas traiciones”. Así, la mentira hecha placer, ha intoxicado a las Repúblicas y a las Democracias con falacias que no salvaguardan los derechos de todos, falacias (incluso jurídicas) que enmascaran la pobreza de las mayorías, que toleran los salarios míseros, que aceptan la intemperie para las familias, que reglan al poder al “crimen organizado”, que simplemente son incapaces de garantizar la salud pública… la vida institucional reducida a farsa bajo el yugo del Capital encaramado en los lomos de la especie humana. La gran farsa de que el capitalismo es una civilización en construcción. Que hay un capitalismo bueno: “Happytalism”.
 No hemos completado las independencias, las revoluciones ni las modernizaciones. El “progreso” ha sido reducido a una inmensa “Fake News” para anestesiar electorados. Mintieron rentablemente los que saquean fortunas al Estado (dinero del pueblo) Aquí se miente sabrosamente. Se miente encarnizadamente, con talento de rufianes y cultura de autocomplacencia. Se miente sin necesidad y por placer, se miente a otros, y a uno mismo, como si la verdad fuese insuficiente e intrascendente, de poca monta y despreciable. Como si fuese siempre “terrible” y siempre “aburrida”. Se miente cuando se promete y cuando se roba, se miente en los presupuestos y en la efemérides, en las anécdotas y en las bitácoras. El gran problema es que la mentira, convertida en placer de masas, ha creado la atmósfera de desconfianza que a la burguesía le conviene, en un mercado de sospechas ominosas efectivas para descreer de todo. Vivimos una pandemia de falacias recíprocas para hacer posible el sueño de la dominación perfecta, el control de las emociones, los sentimientos y los deseos. Falacias para forjar un totalitarismo y vivir la impunidad de falsificarlo todo anulando la conciencia y la voluntad de los pueblos. ¿Es una exageración? El uso de la mentira se ha relativizado; es una arma de guerra ideológica para asegurar el acatamiento disciplinado de las órdenes de manera rápida, ubicua y acrítica. 
 Guerra ideológica en situaciones de estrés, guerra para someter a un enemigo y que disfrute de su esclavitud sin presentar batalla. Campos minados con falacias que paralizan, regulan, anulan y confunden la voluntad y la capacidad de comprensión. Convierte a algunas personas en autómatas, sin habilidades críticas, sin conciencia de la realidad y con vergüenza de mostrar sus dudas. Está en marcha el rediseño, a escala mundial, de los aparatos de fabricación de falacias placenteras. Aparatos de colecta y diseminación de “Fake News” con el don de la ubicuidad y la velocidad para crear “consensos”. Cuando todos creen en la misma falacia todo parece más real. Trabajan en esto los más diversos “think tanks” obsesionados en destruir la capacidad crítica y la voluntad de emancipatoria de los pueblos para mover al mundo hacia un “Nuevo Orden” burgués al ritmo que conviene a los mercados y con una especie humana consumista convencida de que eso es vivir en “libertad”. Y disfrutarlo. 

 Dr. Fernando Buen Abad Domínguez. Director del Instituto de Cultura y Comunicación y Centro Sean MacBride, Universidad Nacional de Lanús. Miembro de la Red en Defensa de la Humanidad. Miembro de la Internacional Progresista. Miembro de REDS (Red de Estudios para el Desarrollo Social).

Chile: jornada de lucha por la salud y la libertad de lxs presos políticos


Convocada por los trabajadores del sector. 

 Para este jueves 10 la Confederación de Funcionarios de la Salud Municipal (Confusam), organismo sindical que nuclea a las y los trabajadores de atención primaria de la salud de todo Chile, convoca a una nueva jornada de lucha en el marco del día internacional de los derechos humanos. La convocatoria fue realizada mediante un comunicado donde se hace un llamado al pueblo chileno no solo a apoyar los reclamos del sector (que desde antes de la llegada de la pandemia al país se encuentra en una profunda crisis producto de los sucesivos recortes presupuestarios que impactan directamente en sus condiciones laborales), sino por todos los derechos humanos violentados por el gobierno, para exigir la libertad de lxs presxs políticos y el retiro del 10% de los fondos de pensión antes de navidad. 
 El llamado a coordinar y sumarse a la movilización está dirigido no solo a la población en general, como titular del derecho a la salud, sino en particular a la Unión Portuaria. Ello no sorprende ya que se trata de un sector de trabajadorxs organizados que ha dado sobradas muestras de su combatividad paralizando los puertos del país en varias oportunidades, en el devenir de la profunda crisis política en que se encuentra el gobierno de Sebastián Piñera desde el estallido de la rebelión popular en octubre del 2019. 
 La incorporación de consignas que exceden el marco de los reclamos laborales, como el caso de la libertad de aquellos que continúan presos por participar de la revuelta, es un dato que da cuenta de lo profundo que ha calado el rechazo a las políticas represivas del gobierno. La lucha por la libertad de las y los presos políticos ha movilizado a chilenas y chilenos de todo el país en las últimas semanas particularmente. 
 En tanto, el nutrido calendario electoral que se inició con el plebiscito para la reforma constitucional del pasado 25 de octubre, orquestado entre la coalición gobernante y la oposición comprometida en sostener a Piñera, cuyo objetivo es encauzar la bronca popular con el régimen político por medio de un cronograma de elecciones sin fin, se va topando con muchas dificultades. En las elecciones primarias para alcaldes y gobernadores regionales realizadas el pasado 29/11 solo concurrió a emitir su voto el 5% del padrón electoral -en contraste con el 50% que lo hizo para el plebiscito. El abstencionismo que marcó a las elecciones primarias contrasta también con las movilizaciones que han tenido lugar en el último período reclamando, entre otras demandas, la salida de Piñera. 
 La ínfima participación en las primarias del 29 de noviembre no puede ser interpretada como una simple abstención, sino como un contundente pronunciamiento en contra de las maniobras electoreras de los partidos del régimen, responsables de las políticas que han hundido a las masas trabajadoras en las últimas décadas. Y, sin embargo, empieza la danza de nombres y a tejerse los acuerdos de cara a las presidenciales de noviembre del 2021, siendo el PC el que picó en punta lanzando hace meses la candidatura de Daniel Jadue, actual alcalde de Recoleta. 
 La convocatoria de la Confusam coincide con el aumento alarmante de los contagios que obligó al gobierno de Chile a decretar el retroceso de fase en varios municipios para evitar lo que ya se considera el inicio de la segunda ola de contagios, es decir, cuando se encienden las alarmas sobre el sistema de salud, que reposa en las tareas del trabajadoras y trabajadores que, pese a estar en la primera línea de combate a la pandemia, deben soportar jornadas extenuantes de trabajo mal pagas. Frente a la combatividad de este sector de trabajadores, el silencio de la CUT y la Mesa de Unidad Social es ensordecedor.
 En este cuadro, es una tarea fundamental de toda la clase obrera y el movimiento estudiantil poner en pie este jueves una gran jornada de lucha por el derecho a la salud y para exigir la libertad de las y los presos de la rebelión y todas las demandas pendientes del pueblo trabajador. Por un congreso de delegados de base que defina un plan de lucha y exija a las centrales la convocatoria a un paro general hasta que se vaya Piñera. 

 Olga Aguirre

lunes, 14 de diciembre de 2020

Un doble golpe contra el pueblo palestino y el pueblo saharaui


Benjamin Netanyahu (izq.), Donald Trump y Mohamed VI (der.) 

 La normalización de relaciones entre Marruecos e Israel. 

 La normalización de relaciones diplomáticas entre Marruecos e Israel, en la que jugó un rol clave el gobierno norteamericano, es una afrenta contra el pueblo palestino y el pueblo saharaui. Esto por dos motivos: por un lado, porque la monarquía alauita reconoce a un Estado sionista que no cesa en su colonización y en sus crímenes. Por otro, porque para destrabar el acuerdo, Donald Trump legitimó la soberanía marroquí sobre el Sahara Occidental, territorio ocupado desde 1976, a expensas de un pueblo que lucha por su independencia. 
 Los acuerdos se fueron tejiendo en los últimos años con la participación de emisarios del gobierno yanqui, como Jared Kushner (yerno de Trump) y Mike Pompeo. Marruecos se transforma en el cuarto país árabe en anunciar el restablecimiento de vínculos diplomáticos con el sionismo (que en su caso, estaban rotos desde la segunda intifada palestina, en el 2000). Ya lo habían hecho previamente Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Sudán, si bien en este último caso el acuerdo “está aún en el aire” (El País, 11/12), dado que la nación africana reclama el levantamiento de sanciones norteamericanas como parte del trato. 
 Todos estos pactos, sin embargo, serían solo el preludio del premio mayor para el gobierno de Benjamin Netanyahu: una normalización con Arabia Saudita. Lo notable del caso es que la cascada de reaproximaciones se produce el mismo año en que Israel y Estados Unidos anunciaron el “acuerdo del siglo”, una iniciativa que representa un salto en la colonización del territorio palestino. Las burguesías árabes coronan un largo camino de traiciones y alineamiento con el imperialismo. 
 A través de estos acuerdos, Estados Unidos e Israel procuran no sólo afianzar la opresión del pueblo palestino, sino también aislar a Irán en la región. Sin embargo, la situación es compleja para ambos. El “acuerdo del siglo” debió ser puesto en el freezer como resultado del impacto del coronavirus en Israel y de la crisis política, en la que las dos cabezas del gobierno, Benjamin Netanyahu y Benny Gantz, se enfrentan violentamente, en lo que podría derivar en la convocatoria a una nueva elección (la cuarta en pocos años). El oxígeno que estos acuerdos suponen no compensan la magnitud de la crisis. Ni hablar para Estados Unidos, enfrascado en una transición tortuosa y devastado por la pandemia y la crisis económica.
 En Marruecos, queda por verse el impacto del restablecimiento a nivel popular. Se trata de un país con una fuerte tradición de solidaridad con el pueblo palestino, a través de manifestaciones masivas. Las últimas de ellas, precisamente, fueron para rechazar el “acuerdo del siglo”. A raíz de este punto, se generó una controversia en el parlamento, donde el ministro del exterior dijo que no se puede ser “más palestinos que los palestinos”, para justificar la falta de una condena a dicho tratado. Movilización en Rabat, la capital marroquí, contra el «acuerdo del siglo»
 El actual gobierno marroquí es un gobierno de coalición liderado por el Partido Justicia y Desarrollo (PJD), un grupo que se suele caracterizar como islamista moderado. Sin embargo, varios ministros responden directamente al rey, quien posee además el control total de la política exterior, y fue por tanto uno de los artífices del pacto. Tras las movilizaciones de 2011, durante la Primavera Árabe, Mohamed VI cedió algunas atribuciones, pero sus prerrogativas siguen siendo enormes. Aún tiene la potestad de designar y destituir al primer ministro (lo que hizo en 2017) y a otros funcionarios. La corona es el baluarte de un régimen reaccionario que oprime a los trabajadores, a las mujeres y las diversidades.
 El pueblo saharaui viene de protagonizar en noviembre un bloqueo de tres semanas sobre el paso de Guerguerat, en la frontera con Mauritania. El Ejército marroquí lo reprimió y desalojó brutalmente. La ocupación que efectúa Marruecos cuenta con la complicidad de España y de otras potencias, que se benefician del saqueo de los recursos naturales en la región. Además, la monarquía marroquí es un factor de contención de migrantes africanos que buscan escapar hacia el continente. A tal efecto, recibe financiamiento del gobierno español. 
 Frente a las conspiraciones de la diplomacia imperialista, redoblemos el apoyo al pueblo palestino y al pueblo saharaui. Abajo el sionismo y la monarquía marroquí. 

 Gustavo Montenegro

domingo, 13 de diciembre de 2020

Operación Tributo: honor al heroísmo de nuestros mártires


40 años del asesinato de John Lennon, el músico que cambió los tiempos


El 8 de diciembre de 1980, hace cuarenta años, Mark David Chapman esperaba a John Lennon que regresaba de una jornada de trabajo en su nuevo disco. Chapman le gritó: “¡Señor Lennon!” cuando pasó cerca suyo y, sin solución de continuidad, le disparó cinco tiros de bala, cuatro de los cuales le impactarían por la espalda y uno sería fatal al perforarle la aorta. Antes de caer al piso murmuró al portero del edificio Dakota, donde residía: “Me dispararon”. John Lennon moriría antes de llegar al hospital. El homicida Chapman sería detenido mientras se encontraba sentado en el cordón de la vereda mientras repasaba las páginas de la gran novela “El cazador oculto”, de J.D. Salinger. Había asesinado a uno de los músicos más transformadores y populares de todo el mundo. Se había perdido para siempre a uno de los más prolíficos autores -junto a Paul McCartney- de la banda The Beatles y al más politizado de aquellos músicos. 
 La cuna de The Beatles era la portuaria ciudad de Liverpool, en Inglaterra, y el origen de sus principales animadores Lennon y McCartney era obrero. Ambos habían nacido al ritmo de los bombardeos alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. John había sido criado por su madre Julia -que murió durante su juventud- y su tía Mimi, que incentivaba la formación artística de su sobrino y le impidió cumplir su deseo de alistarse en la marina mercante (que además había cobijado al padre de Lennon cuando abandonó a su familia). Así, con el reclutamiento de otros músicos, de los que finalmente quedarían George Harrison y Ringo Starr en la banda, nacía el grupo que revolucionaría el rock y la música del siglo XX.
 No es el objetivo de este artículo, que de serlo además sería inabarcable, un análisis musical de la banda inglesa, sin embargo es posible señalar que desde sus comienzos con un rock que tomaba influencias de los estadounidenses Chuck Berry y Elvis Presley y cuyo primer disco de 1963 llamado Please please me logró el estrellato con la canción “Love me do”, el grupo no abandonaría un crecimiento exponencial de su popularidad y un desarrollo y evolución de una música que tomaba los elementos de avanzada de cada momento de la agitada década de los sesenta, fundiendo como resultado a The Beatles, la vanguardia estética y el público de masas de la época. De ese modo, y en los siete años que pasaron desde el primer disco en 1963 hasta el último disco “Let it be”, grabado en medio de disputas dentro de la banda que harían inevitable su superación, llegaron a millones de fans en todo el mundo, provocaron beatlemanías y desmayos en cada aparición pública, avanzaron hacia la experimentación formal e incluyeron el uso de drogas recreativas como parte del proceso de composición, realizaron discos con planteos inéditos para la época como el llamado “Álbum blanco”, mostraron irreverencia -en la figura de John- ante los poderes. Por caso, basta citar la famosa anécdota ocurrida cuando, en el concierto real al que habían sido invitados y ante la presencia de la Reina Madre y la Princesa Margarita de Gran Bretaña, John dijo: “Para nuestro último tema les voy a pedir ayuda. Al público del gallinero, que haga sonar sus palmas. El de la platea puede hacer sonar sus joyas”. O cuando en una gira por los Estados Unidos, Lennon dijo: “Somos más famosos que Jesús”, lo que originó quemas públicas de sus discos y amenazas de muerte de los fundamentalistas religiosos norteamericanos.
 Lennon, que ya estaba en pareja con Yoko Ono, justamente había decidido mudarse a Manhattan donde realizó los discos más revulsivos de su trayectoria con la Plastic Ono Band. Yoko Ono era, y es, una artista conceptual japonesa proveniente de una familia aristocrática que realizaba su carrera a través de happenings e intervenciones de gran éxito de crítica y público. Habían realizado juntos en 1969 la performance “The war is over (if you want it)”, colocando carteles con esa leyenda en once capitales del mundo, que se repitió como disco en las navidades de 1971. Ese 1969, en Estados Unidos, John y Yoko permanecieron en “La cama de la paz” durante dos semanas exigiendo el fin de la guerra, mientras personalidades de la cultura y la contracultura norteamericana visitaban a la pareja. La permanencia de Lennon en los Estados Unidos, su creciente politización y las declaraciones en los medios contra la guerra de Vietnam y el capitalismo le valieron una vigilancia permanente del FBI de J. Edgar Hoover a la vez que la decisión del presidente Richard Nixon de deportarlo de los Estados Unidos. Pero antes Lennon había aportado dinero al británico Partido Revolucionario de los Trabajadores (en el que militaba la actriz Vanesa Redgrave y que implosionaría en los ochenta en medio de acusaciones de violaciones múltiples por parte de su líder Gerry Healy a jóvenes militantes) y se había pronunciado a favor del IRA y contra la ocupación británica del Ulster. Debido al apoyo de Gran Bretaña a la guerra de Vietnam y al régimen racista de Sudáfrica, John devolvió el título de “Sir John Lennon”. “No quiero ser royal, quiero ser real”, había dicho. 
 De aquella época data un entrevista de 1971 realizada por Tariq Alí y Robin Blackburn a Lennon publicada en The Red Mole, periódico del trotskista Grupo Marxista Internacional, donde John plantea definiciones anticapitalistas, confusas pero reconocibles: “Siempre he sido propenso a lo político, ¿sabes?, y estoy contra el statu quo. Es lo básico cuando creces, como yo, odiando y temiendo a la policía como un enemigo natural y desprecias al ejército como un ente que se lleva lejos a tantos –y los abandona, muertos, en alguna parte. Es decir, es lo básico para la clase trabajadora, pero comienza a deslavarse cuando creces, te haces de familia y te ves tragado por el sistema. En mi caso nunca he dejado de tener mentalidad política, aunque la religión tendió a encubrírmela durante mis días de ácido, en 1965 o 1966. Y esa religiosidad era el resultado directo de toda la mierda de ser superestrellas; era una salida a mi propia represión. Pensaba: debe haber algo más en la vida, ¿no? Esto no es todo, ¿verdad? Pero siempre fui propenso a lo político en cierto sentido, ¿sabes? En los dos libros que he escrito, aunque los escribiera en esa suerte de aparente sinsentido joyceano, siempre había críticas a la religión, incluso tengo una obra de teatro entre un obrero y un capitalista. Satiricé al sistema desde niño. Escribía y confeccionaba revistas en la escuela y las repartía por ahí. Tenía mucha conciencia de clase, siempre con una astilla en el hombro (como se dice en el barrio), porque entendía lo que me ocurría y sabía de la represión de clase que se nos venía”. Luego de brindar esta entrevista, John Lennon compuso Power to the people, que se convirtió en un cantito de lucha frecuente en las movilizaciones.
 Si Nixon buscaba deportar a Lennon de los Estados Unidos por su actividad antibélica, la realidad se le adelantó y tuvo que renunciar a la presidencia por el escándalo de Watergate. Así las cosas, en 1980, a los cuarenta años, se encontraba post produciendo su nuevo disco, que seguiría a su álbum Double fantasy, firmado junto a Yoko Ono –y que incluía canciones como “Imagine”, donde proponía un mundo sin religión ni posesiones, o “Starting over”, que se convirtieron en grandes éxitos y mostraban un retorno a la época musical más productiva de John Lennon. Esa jornada, hace cuarenta años, el cantante y compositor había salido de su departamento en el edificio Dakota varias horas después de una sesión fotográfica de Anne Leibovitz en su hogar que sería la tapa de la revista Rolling Stones de esa semana. Lennon fue detenido por Mark David Chapman, un joven de 25 años, que sostenía el álbum Double fantasy para que se lo firmara. Lennon accedió antes de subir junto a Yoko Ono a su limusina y enfilar hacia el estudio de grabación y, tras horas de trabajo, regresó al edificio Dakota para ver a su hijo Sean antes de dormir, desechando cenar afuera. La pareja salió del auto. “¡Señor Lennon!”, le gritó Chapman, que había regresado a los alrededores del edificio. Empuñó su revolver. Disparó. 

 Diego Rojas 
 09/12/2020