jueves, 25 de agosto de 2016

A un año del decreto de esencialidad en educación de Vázquez




El 24 de agosto de 2015 el presidente Vázquez, a pedido de la ministra de educación y en compañía de su Consejo de Ministros, decretaba la esencialidad de la educación, para intentar ponerle punto final al conflicto de la educación más importante de las últimas décadas.

Los sindicatos de trabajadores de la educación junto a gremios estudiantiles estaban en conflicto reclamando un mínimo de 6% del PBI para ANEP y UDELAR, el marco de la votación del nuevo presupuesto para los próximos años. En el intento de frenar el conflicto el gobierno de Vázquez decreta a la educación pública un servicio esencial, con lo cual dejaba en la ilegalidad la medida de huelga de los trabajadores educativos, esencialidad que tiene su precedente en gobiernos impopulares como el Pachecato que sentó las bases para la última dictadura. El decreto se hizo público en la mañana del lunes 24 de agosto, con el anuncio de entrar en vigencia el miércoles 26. La medida de Vázquez no hizo más que encender la mecha y así, ante el anuncio público del gobierno, maestras, profesores y estudiantes espontáneamente se movilizaron hacia la sede del Poder Ejecutivo en el centro de Montevideo.
El desacato masivo de miles de trabajadores se expresó de manera contundente el jueves 27 con una movilización convocada por gremios y sindicatos de la educación que convocó alrededor de 60 mil personas. La movilización más importante de los últimos años, que expresó el apoyo al conflicto educativo y en particular el repudio a la medida impopular del gobierno de Vázquez. Tal rechazo provocó que con el correr de las horas distintos referentes del Frente Amplio realizaron declaraciones públicas expresando que había sido “un error” el decreto de esencialidad, pero que no pasó de expresiones para posicionarse con un mejor diálogo y hacer primar la ya clásica “unidad”, cerrando filas para resguardar a Vázquez y sus ministros.
Una vez levantada la medida de huelga de los sindicatos, los gremios estudiantiles de secundaria se la jugaron a obtener una mesa de negociación con el Ministerio de Economía ocupando la sede del CODICEN, a la que el gobierno respondió con el desalojo por la fuerza. También se dio otro hecho histórico que fue la asamblea intersindical-gremial el 3 de octubre donde se nuclearon estudiantes y trabajadores que fueron protagonistas del conflicto.
El decreto de esencialidad en la educación fue, hasta el momento, la medida de mayor impopularidad de los gobiernos “progresistas”.

El rol de la dirección sindical en el conflicto

Uno de los aspectos que más se hizo eco entre maestras, profesores y estudiantes es el rol contrario de dirigentes del PIT-CNT al conflicto educativo. Desde ya que es público el apoyo de la gran mayoría de sus dirigentes al FA, que se puede observar simplemente con que la mayoría integraron listas del FA en las últimas elecciones, aunque éstos se encarguen en cada paro de remarcar su “independencia”. Detengámonos cómo se expresó esto en concreto en el conflicto.
Desde mediados de año al menos, los sindicatos educativos reclamaban un paro de 24 horas a la dirección sindical, que potenciara la unidad de distintos sectores con el conflicto educativo.
Cuando los gremios de la educación fijan una movilización para la tarde del viernes 27 de agosto, la dirección del PITCNT convocó a un paro en apoyo al conflicto educativo el mismo día, pero en vez de hacerlo confluir convocándolo de 24 horas o al menos parcial pero en el horario de la movilización educativa, lo convocó al mediodía, lo que naturalmente hizo “dividir” las filas de trabajadores, ya que se había terminado el paro a la hora de la marcha de los sindicatos educativos. El descontento mayor no surgió de dicho paro ya que pese a ser en otro horario, allí se expresaron miles de obreros apoyando el conflicto educativo en defensa del derecho de huelga.
El descontento mayor fue cuando el gobierno de Vázquez decreta la esencialidad y estos dirigentes a la vez que dicen no estar de acuerdo llaman a levantar la huelga, con el argumento de que así Vázquez levantaría el decreto de esencialidad, lo cual es un razonamiento absurdo ya que la esencialidad lo que buscaba era levantar la huelga y era lo mismo que pedían los dirigentes del PITCNT. Pero no terminó allí, algunas horas posteriores a la movilización del 27 los dirigentes del PITCNT, junto a dirigentes nacionales de educación, con el Ministerio de Trabajo, firman un acta de compromiso de levantamiento de la medida de huelga. Aunque ésta en los hechos no se levantó hasta que se derrotó la medida de esencialidad, que nunca se pudo hacer efectiva y fue un golpe para el gobierno.
En vez de una propuesta de cómo derrotar al gobierno extendiendo el conflicto, con los hechos a la vista, la mayoría de la dirección del PIT-CNT “jugó” para el gobierno, que sumado al desgaste, propiciaron que en el correr de los días los sindicatos fueran levantando las medidas de lucha.

De la promesa del 6% al recorte

El mismo gobierno que hace un año negaba el aumento inmediato de 6% para ANEP y UDELAR, que terminó ofreciendo un aumento de 1500 millones de pesos, lo cual es ínfimo para el reclamo de docentes y estudiantes y que dejará edificios sin construir y cargos sin cubrir, este 2016 el gobierno anunció el recorte a la mitad de dicho aumento.
Docentes y estudiantes volvieron a salir a las calles a enfrentar una nueva medida del gobierno contraria a una mejor educación.

Una nueva etapa

De conjunto la prepotencia del gobierno frente a la lucha educativa de 2015 y su giro a la derecha expresado en los recortes económicos actuales, ayudan a configurar un nuevo panorama social y político. El Frente Amplio en el gobierno ya no es capaz de darle soluciones reformistas a las demandas populares, lo que caracterizó la etapa económica previa. Esto genera nuevas contradicciones, apertura y definiciones de nuevos contornos de una nueva etapa política, donde objetivamente se plantea la posibilidad del surgimiento de bloques sociales y políticos de oposición por izquierda al gobierno.
Docentes, estudiantes, y trabajadores de la educación fueron el sector por donde se cortaron los “hilos del consenso” social de la gobernabilidad frenteamplista, aunque aún a una escala pequeña. Apostamos a que se siga desarrollando el movimiento y se posicione como una alternativa a la dirección actual del PIT-CNT, apostando a recuperar el conjunto de sindicatos para los intereses de los trabajadores, en una perspectiva clasista y antiburocrática, como un ejemplo de lucha del movimiento obrero.

Claudio Álvarez

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