sábado, 30 de junio de 2018

Razan Ashraf Al Najar, una joven palestina cuya luz brillante, nunca se apagará




Entrevista con Sabarin Al Najar, madre de Razan, enfermera voluntaria asesinada por los sionistas en la Gran Marcha del Retorno a Palestina

A través de los Comités de las Mujeres Palestinas en Gaza, con muchas dificultades hemos podido contactar con Sabarin Al Najar, madre de Razan, la enfermera voluntaria asesinada por los sionistas en la Gran Marcha del Retorno a Palestina el 1 de Junio de 2018. El dolor es muy grande. Habíamos intentado en varias ocasiones, en días distintos, tener una entrevista.
La compañera que nos atendía en su casa nos describía la multitud que la abarrotaba, gentes de todas las edades, mujeres, hombres, mayores, jóvenes, niños y niñas, venidos de todos los puntos de Gaza, a quienes se sumaban periodistas de cualquier medio de comunicación. La multitud quería abrazar a la familia, pasar el dolor con ella, y los otros hablar con sus miembros y transmitir lo sucedido. Por medio de la traductora la señora Sabarin Al Najar nos daba las gracias por el interés que mostrábamos, pero no le era posible atendernos, nos pedía un poco más de tiempo. A través del teléfono escuchamos en varias ocasiones su voz entrecortada, serena, firme, en medio de otras muchas que se alzaban al fondo, quien nos hacía entender se encontraba a su lado dejándonos escuchar, y comprendíamos la dificultad debida al gran número de gente que rodeaba a la familia. El vocerío también hacía difícil que nos entendiésemos las dos partes. Se nos decía que la misma situación se daba fuera de la humilde casa. Muchos presentes querían cuidar a la familia de la dificultad del momento para la señora Sabarin, su marido y las hermanas de Razan. Nuestro momento quedaba así postergado un día y otro. Decidimos esperar lo que fuese necesario.
Entretanto conocimos la otras voces, la de la sociedad palestina, los países árabes y el mundo entero pidiendo justicia, aislamiento, retirada de embajadores, medidas prácticas de condena a Israel por sus continuos crímenes, por su colonización, por todas sus ilegalidades, y por ese último asesinato cometido en la persona de Razan. La indignación en todos los niveles era el fruto de un gran daño causado a la humanidad, al espíritu que conduce a los seres más queridos, más respetados, más admirados, y es que Razan Ashraf Al Najar, con su ejemplo solidario había sido capaz de elevar a la conciencia, a lo más alto y admirable, a lo más hermoso de los seres humanos, su valiosa entrega incondicional a quien reclama justicia y necesita ayuda. Por su entrega su pueblo le dio el título de “El Ángel de la Humanidad”. Razan ha pasado a formar parte del estamento superior, ese en el que se sitúan las y los mártires. Los sionazis asesinan a quienes son ejemplo y abren las puertas de la lucha por su independencia a su generación y las generaciones posteriores.
El asesinato de Razan hizo que Palestina se estremeciera de dolor, los pueblos árabes se estremecieran de dolor, el mundo se estremeciera de dolor. Ese mismo día el Consejo de Seguridad de la ONU iba a emitir una condena a Israel, en contraste con las voces de las buenas gentes pretendían hacer una condena débil, por “hacer uso de una fuerza excesiva, desproporcionada e indiscriminada”, pero, como siempre, el enemigo principal de los Derechos Humanos, EEUU, por boca de la ultraderechista Nikky Haley, se opuso y paralizó la declaración plasmando la impunidad del sionazismo. La historia la señalará como responsable en primera persona de impedir el bienestar y la paz mundiales. Y también juzgará a la ONU. No vamos a comentar aquí semejante acto.
Discretamente seguíamos intentando encontrar el momento en que causásemos la menor molestia posible, de ninguna manera se podía compensar tanto sufrimiento.
Han transcurrido dos semanas, la compañera traductora nos pedía una y otra vez que le diésemos tiempo, que tuviésemos paciencia, la aglomeración se iba disolviendo, y la familia llevaba días sin descansar, sin poder tener ni un pequeño sueño reparador, le había caído encima un golpe muy difícil de soportar.
En cuanto tuvimos ocasión de hablar con la señora Sabarin lo primero que hicimos fue trasladarle nuestras condolencias en nombre de las y los internacionalistas, de las gentes amantes de la paz y la libertad, le hicimos saber que nos sentimos solidarios con la Gran Marcha del Retorno a Palestina, con el pueblo de Gaza.
Estaba la madre débil de aguantar tanto y tanto, el dolor y el cansancio la habían dejado agotada, la habíamos reconocido en aquellos días vistiendo la bata de enfermera y el chaleco de su hija Razan. A pesar de la tensión que manifestaba su voz, transmitía valor y disposición a continuar la labor de su hija, cuyo nombre significa “Firmeza”, “Esperanza”, según la traductora nos dijo. Su madre nos contó que “Razan, como si hubiese hecho magia, realizando su tarea de enfermera voluntaria, sin cobrar absolutamente nada, fue a encontrarse conque todo el mundo la quería, la aplaudía, la buscaba, la necesitaba, por su energía, por su consistencia en seguir ese camino donde se está junto a los más necesitados en la batalla, batalla pacífica, por el derecho legítimo de nuestro pueblo al regreso. Mi hija, dijo, como no pudo acabar el bachillerato porque no disponíamos del dinero que nos pedían, encauzó su necesidad de ayudar a la gente en esta otra dirección, la solidaridad la llevaba en la sangre. Y en menos de dos años hizo los cursos de enfermería en el centro de Alnaser. Desde el comienzo de cada Marcha se la encontraba allí, estaba antes de las 7 de la mañana, y trabajaba sin descanso hasta las 9 de la noche en todos los lugares que hubiese necesidad de socorro a los heridos. El material de auxilio de que disponía lo compraba vendiendo las pequeñas cosas de que disponía, había vendido su reloj, su anillo, … con el dinero que le daban iba a por vendas y lo que veía que se necesitaba. Para ayudar a quien necesitase auxilio llegaba hasta el punto cero de contacto con los sionistas, iba con los brazos levantados diciendo así que dejasen de disparar, su finalidad era atender y recoger a los heridos, lo había hecho en muchas ocasiones. Cuando se iba temprano, cuando venía, en casa le decíamos que tuviese cuidado, quienes la admiraban, quienes recibían su ayuda, cualquiera que se le acercase, sus compañeras y compañeros, la respetaban y la seguían. Lo que observábamos es que todo el mundo la quería, la aplaudía, la necesitaba. Ella lo hacía todo por los más necesitados en la batalla, batalla pacífica, por el derecho legítimo de nuestro pueblo al regreso.
- ¿Usted cree que la asesinaron porque la conocían de atender a los heridos?
- Razan era valiente, segura de lo que hacía, profundamente solidaria, por eso la asesinaron, porque la conocían; así hacen con los activistas, con quienes llevan el mensaje del pueblo palestino.
- ¿Nos puede contar algo de ese doloroso día?
- (La madre no sabía cómo ocultar sus lágrimas). Se despertó y sentí que ese día no estaba normal, como si tuviera prisa. Nos tratamos como amigas, como hermanas. Me saludó rápido y se fue. Asumí la situación. No habíamos hablado mucho esa mañana. Yo me pregunté como cualquier madre ¿por qué lo hacía así?. Ella había sido herida dos veces, yo le decía: ¡ten cuidado, hija!. Pero esa vez, cuando me avisaron que estaba en el hospital fui corriendo; ese día algo me revolvía por dentro.
El aspecto del hospital …, la gente me paraba, me abrazaba, me detenía, pero yo empujé con la angustia en el pecho, en la garganta, empujé a todos y entre en la habitación. La cogí no se cómo, la hablé, la abrace y no contestaba. Se encontraba en un charco de sangre y al abrazarla palpé el agujero que tenía.
Ese día la estuvimos esperando para el ayuno, pero veíamos que, si debía llegar a las 6,30, 6,45, se pasaba la hora de sobra y no aparecía.
- Ya no encontramos más palabras. Debíamos darnos tiempo. Continuamos con otros asuntos sobre Gaza. La madre de Razan, nos agradeció mucho haberla llamado y nos dio un abrazo para los amigos de Palestina en España y en el mundo. Nos declaro, finalmente, “Nosotros, como familia, como pueblo, vamos a seguir el trabajo de Razan. Mi mensaje es que no voy a parar hasta castigar a los responsables, no vamos a parar hasta conseguir nuestros derechos como pueblo.”
Le dijimos a la traductora que nos contase, si podía, lo que ven, lo que sienten allí, y nos declaró que “nunca en tan poco tiempo se había visto que una chica que ni es actriz, ni modelo, haya podido atraer tantas miradas, conmover, como lo había hecho, tantos corazones. Por eso en pocos minutos ha venido tanta gente a la casa de Razan, han venido de organismos internacionales a interesarse por ella, se han manifestado los gobiernos y los organismos internacionales. Creo que hay dos razones fundamentales, la primera es lo que ha dado Razan en estos 2, 3 meses, es ejemplar, gastaba lo poco que podía disponer de dinero en comprar medicamentos, ha atendido muchos más de 100 casos. Y la segunda razón es que los asesinos sionistas demuestran, una vez más, que no respetan ninguna regla de nada, ni sanitarios, ni niños, ni periodistas, no quieren la paz porque son salvajes.”
La conversación debía tocar a su fin, llevábamos horas, sí, horas, y nos recogimos con palabras entrecortadas junto a la familia de Razan, parecía que sentíamos el abrazo de todo Gaza, aislada, resistente, unida por la libertad de toda Palestina en la figura del Ángel de la Humanidad.

Ramón Pedregal Casanova

Ramón Pedregal Casanova es autor de los libros: “Gaza 51 días”, “Palestina. Crónicas de vida y Resistencia”, “Dietario de Crisis”, “Belver Yin en la perspectiva de género y Jesús Ferrero”, y “Siete Novelas de la Memoria Histórica. Posfacios”. Presidente de la Asociación Europea de Cooperación Internacional y Estudios Sociales AMANE. Miembro de la Comisión Europea de Apoyo a los Prisioneros Palestinos.

Marx, ¡volvemos!



En el 200 aniversario de su nacimiento

En recuerdo de Paloma López Dema, la maestra que me animó a leer el Manifiesto hace 40 años

En el mes de febrero de 1848, un joven Karl Marx que cumpliría 30 años el 5 de mayo y que a pesar de su juventud ya era doctor en Filosofía y ya había publicado varios textos de carácter filosófico y económico y tenía una amplia trayectoria política e intelectual (había que tenido que abandonar su país de origen y fuera expulsado de París para instalarse en Bruselas), recibió el encargo, de manos de la Liga de los Comunistas, de redactar un texto que sirviese para la acción y la toma de conciencia del proletariado en un momento en que una ola revolucionaria empezaba a sacudir las principales ciudades europeas: París, Fráncfort, Viena, Milán, Praga… Ese texto, que redactó junto con Friedrich Engels, es el Manifiesto comunista.
En el Manifiesto, Marx y Engels sostienen que la estrategia a seguir, frente a todas las corrientes socialistas anteriores -que propugnaban la aniquilación de las máquinas o la fundación de comunidades utópicas al margen de la sociedad-, es la lucha, la conquista del Estado por la clase trabajadora. Los tiempos de la transformación del mundo de base habían llegado, el tiempo de la contemplación eran cosa del pasado, había dejado escrito en su undécima Tesis sobre Feuerbach en 1845.
Ahora bien, en el momento en que Marx concluye que el camino es la lucha, porque sin lucha no hay conquistas, se hace necesario identificar el objetivo de la lucha…, porque si se confunde el objetivo, se puede acabar sufriendo traumáticas derrotas. Por esa razón, a partir de ese momento, Marx comprometió todo su esfuerzo intelectual en averiguar el origen de la explotación. En este sentido, pues, Marx actúa como un científico, pero no un científico que habita en una torre de marfil, sino como un científico que quiere poner el conocimiento al servicio de la revolución y no de la opresión.
Es entonces, a partir de ese momento, cuando Marx comienza a analizar las causas económicas de la explotación. Ahí están, en ese sentido, algunos de sus trabajos de ese tiempo: Trabajo asalariado y capital (1849), Contribución a la crítica de la economía política (1859), Salario, precio y ganancia (1865) y, finalmente, El capital (1867), su principal contribución en esa búsqueda científica.
Efectivamente, en esos textos, que siguen siendo obras de combate destinadas a un público trabajador, Marx muestra un descubrimiento fundamental para la comprensión del mundo. Esto es, que en el salario, que el trabajador o la trabajadora percibe a cambio de su trabajo (entendido como mercancía, es decir, como fuerza de trabajo), durante la jornada laboral, se esconde un proceso de apropiación del valor excedente (plusvalía), producido por el trabajador o la trabajadora en el tiempo de trabajo suplementario, en tanto que tiempo que excede el tiempo necesario para producir el equivalente al valor del salario, ¡que es la condición que hace posible a explotación de clase capitalista! Ese es el principal descubrimiento de Marx: la apropiación de la plusvalía por el poseedor de los medios de producción.
Consecuentemente, para justificar esa tesis, Marx elaboró todo un ensayo coherente y lógico alrededor del capital(ismo) que nos permite comprender su estructura, génesis y desarrollo. En este sentido, gracias a Marx sabemos que el capitalismo tiende a la proletarización de todas las actividades productivas, a la pauperización de la clase trabajadora, a la concentración de la riqueza…, que para sobrevivir necesita que exista un ejército de desempleados…, que surge como consecuencia de un proceso de acumulación en el que juega un papel fundamental la desposesión de medios de producción por la clase trabajadora, la explotación de la naturaleza –fuente de toda riqueza, como recordaba en 1875 en su Crítica al programa de Gotha-, del esclavismo, de la colonización, del sometimiento de la mujer… No en vano, Marx recordaba que ‘el capital viene al mundo chorreando sangre y lodo por todos los poros, desde los pies hasta la cabeza’. Además, al tiempo que descubre los mecanismos de la explotación, propone, por coherencia lógica, que el fin de la explotación sólo puede ser posible como resultado de la propiedad colectiva de los medios de producción y de la conquista del poder político por la clase trabajadora, esto es mediante la radicalización de la democracia socialista y el control obrero de la producción.
Ahora bien, a esa conclusión no sólo llega analizando la génesis y el desarrollo del capitalismo y su estructura, sino que es la expresión de sus luchas políticas, de su compromiso con la transformación de la realidad. Ahí están, como muestra de su compromiso con el movimiento obrero y la acción, su participación en la fundación de la Asociación Internacional de Trabajadores (1864), la I internacional, o su apoyo a la fundación del Partido Obrero Socialdemócrata Alemán en 1869 y a su unificación en el año 1875 con los lasallistas para fundar el renovado Partido Socialista Obrero Alemán (refundado en 1890 como Partido Socialdemócrata Alemán). Ahí están, también, los textos de carácter histórico, que le sirven para identificar los aciertos y los errores de la estrategia del movimiento, entre los que destacan La lucha de clases en Francia (1850), que le sirve para extraer lecciones de los acontecimientos de París en 1848-1850, durante la proclamación de la II República; El 18 Brumario de Luis Bonaparte (1852), una prolongación texto anterior coa que pretende profundizar en el análisis del golpe de Estado de Napoleón en la jornada del 13 de junio de 1849; y el análisis de los sucesos relacionados con la Comuna de París (1871), que expuso en su texto La guerra civil en Francia (1871).
Marx, Moro, el eterno rebelde, como se definió en la traducción de la apasionante biografía que Paquita Armas Fonseca le dedicó al luchador de Tréveris (Laiovento, 1996), fue un revolucionario que pensó radicalmente, yendo a la raíz de las cosas. ¡Fue un hombre apasionado que, junto con su compañera Jenny, sus hijas Jenny, Laura y Eleanor y la pareja formada por Engels y Helene Demuth, supero situaciones de pobreza, enfermedad y ostracismo social luchando permanentemente a favor de un mundo mejor! Siendo esa pulsión vital lo que le llevó a construir una obra intelectual y política con coherencia y lógica, aunque también llena de contradicciones y paradojas, que no se puede releer cómo se fueran textos sagrados de una nueva religión, sino como lo que son: prosas de combate, experiencias de lucha, que nos ofrecen un extraordinario punto de partida para continuar lo que él comenzó: el análisis objetivo de la realidad, de la situación concreta, que haga posible la transformación del mundo, la construcción de otro mundo posible y el fin de la explotación.

Clases, géneros y naciones en la historia: una perspectiva materialista

La historia se construye con perspectiva de clase: las clases dominantes, las vencedoras del proceso histórico, construyen la historia como un discurso legitimador de su posición de clase; mientras, las clases subordinadas ven como sus luchas, sus experiencias, son olvidadas o tergiversadas por la clase dominante; lo decía el periodista y militante montonero Rodolfo Walsh con gran claridad: ‘Nuestras clases dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes ni mártires. Cada lucha debe empezar de nuevo, separada de las luchas anteriores. La experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan. La historia aparece así como propiedad privada cuyos dueños son los dueños de todas las cosas’. En este sentido, se puede afirmar que cada grupo social que figura en el discurso histórico como sujeto, lo es en la medida en que conquistó el derecho a la existencia política: el pueblo, las mujeres, las minorías, los indígenas…, tan sólo aparecieron en la historia en la medida que con su lucha conquistaron el derecho a la igualdad, que hizo visibilizar su existencia.
No obstante, frente a los discursos históricos de las clases dominantes, subyace la realidad histórica, que nos permite reconocer la existencia de grupos sociales que tienen una existencia objetiva, independiente de nuestra voluntad, aunque haya sido gracias a la lucha que llegamos a reconocer su existencia. Esas entidades objetivas, perfectamente reconocibles en la historia, son las clases, que se definen según sus miembros se apropien del trabajo excedente o lo produzcan; las naciones, que se construyen alrededor de identidades históricas y políticas; y los géneros, definidos en un contexto heteropatriarcal alrededor de la cuestión de la reproducción sexual. Ahora bien, en la medida en que en todas esas entidades de carácter social son identificables al menos dos grupos antagónicos (burguesía y proletariado, hombre y mujer, colono y colonizado…), se establece una relación de dominio-dependencia; no obstante, a pesar del discurso de las clases dominantes, esta situación de dependencia ni es eterna ni fruto de nuestra naturaleza: es fruto de la historia y tiene su origen en el proceso de producción de los alimentos por las sociedades postneolíticas y en la génesis de las desigualdades sociales. De hecho, la única razón que justifica que a lo largo de la historia los ‘nadie’ de Galeano fuesen, en diferentes momentos y lugares, conquistando su derecho a la existencia, es el hecho de que a pesar de todos los discursos ideológicos (sean de base histórica, teológica, filosófica o biológica), que pretenden legitimar las desigualdades, siempre, en todo momento y lugar, las víctimas de la explotación, las personas que sufrieron y sufren la explotación, se reconocieron y reconocen como iguales: esa, la conquista de la igualdad negada por los opresores, es la razón de la rebeldía y de nuestra esperanza en otro mundo posible.
Del mismo modo, aunque Marx no fue muy explícito en textos ecologistas, de la atenta lectura de su obra de manera coherente, se desprende un naturalismo ecologista evidente, una necesidad de preservar la naturaleza, no solo como fuente de riqueza, sino como ‘condición inalienable de existencia y reproducción de las generaciones humanas que se suceden unas a otras’, que redactó Engels a partir de unas notas de Marx en el III tomo del Capital.
En conclusión, la importancia de la obra de Marx, radica en que fue capaz de elaborar una potente herramienta analítica que, al permitirnos analizar la realidad objetivamente, nos muestra el camino para la transformación del mundo de base: la lucha de clases, sin perder la perspectiva de género, nacional y ecológica, porque Marx no pudo predecir las luchas del siglo XXI, pero sabía sobradamente que si no se acaba con la condición de existencia de la explotación (la apropiación del valor excedente), no se puede poner fin a la explotación: esa es la razón por la que centró su estudio en la producción del valor excedente, con todas sus consecuencias, de clase, de género, nacionales y ecológicas.

Alfredo Iglesias Diéguez

jueves, 28 de junio de 2018

Marcha contra la impunidad y la represión




"Ningún milico en las calles y ningún impune sin condena". Con esta consigna cientos de personas marcharon por las calles de Montevideo en repudio al golpe del año 73 y la impunidad aún vigente. El 27 de junio es también un día de lucha contra los que hoy quieren la militarización de la sociedad.

Se cumplen hoy 45 años del comienzo de la dictadura y también de la heroica huelga general con que trabajadores y estudiantes se enfrentaron al golpe de estado ocupando sus lugares de trabajo y estudio.
En este aniversario cientos de personas, muchos de ellos jóvenes y estudiantes que viene luchando en estos días por el 6% para la educación, se movilizaron desde el Hospital Español al Comando del Ejército para repudiar a los ejecutores materiales e intelectuales del golpe con el que el régimen político intentó poner fin al ascenso obrero y popular de los 60 y 70.Al igual que sucedió en la región, fueron los empresarios, banqueros y el imperialismo los que promovieron el régimen militar.
Las dictaduras del cono sur a su vez implementaron el Plan Cóndor para perseguir a los opositores y los que resistieron el avance autoritario.
Miles de presos políticos, torturados, asesinados y desaparecidos fue el saldo en nuestro país de la represión militar.
Sus responsables en su gran mayoría aún gozan de impunidad gracias al propio régimen político postdictadura que acordó, con el Pacto del Club Naval y la Ley de Caducidad, la libertad para los genocidas.

Resistir hoy el avance represivo

La impunidad que gozan los militares de la dictadura se complementa con el intento de relegitimación de las fuerzas armadas que hace todo el sistema político.
Se las ha convocado para actuar ante problemas climáticos, en las guardias perimetrales de cárceles, en el conflicto de los trabajadores de la limpieza de la intendencia hace algunos años y ahora en la seguridad y patrullaje en la zona de frontera. Desde todos los sectores intentan represtigiarlas y presentarlas como una fuerza que no tiene nada que ver con la de la dictadura para disponer de ella en temas de represión y seguridad interna.
Al igual que con el Plan Cóndor en los 70 también en esta oportunidad se plantea como una política regional; Macri en Argentina avanza en el mismo sentido y Temer en Brasil ha militarizado Río de Janeiro. En todos lados usan la excusa del narcotráfico para darle un rol activo a las fuerzas armadas.
El propio comandante del Ejército ha ofrecido sus servicios para abordar problemáticas sociales como los de los jóvenes llamados “ni-ni” mientras desde la oposición, sectores blancos juntan firmas para sacar los militares a las calles para la represión interna.
Este 27 de junio fue una jornada de lucha contra los impunes sin condena de la dictadura y los milicos en las calles que muchos alientan.

Hernán Yanes

México: convulsión política en las barbas de Trump




En vísperas de las elecciones presidenciales

Ya nadie discute el triunfo de Andrés Manuel López Obrador en las elecciones presidenciales del 2 de julio próximo sino cual será la magnitud de la victoria. De acuerdo a los sondeos, López Obrador cosecharía el 50% de los votos y lleva una distancia de más de 20 puntos a Ricardo Anaya y José Antonio Meade, los candidatos del PRI y el PAN, que son los partidos de México que vienen alternándose en la conducción del país.
La posible consagración de López Obrador ha desatado un verdadero torbellino político. The Economist, que le ha dedicado la portada de su revista, compara el posible triunfo electoral de él “con la elección de Donald Trump en Estados Unidos, el Brexit y el giro de Italia hacia el populismo”. Otros medios internacionales, en la misma línea, advierten sobre el peligro de un giro populista y nacionalista. López Obrador plantea una reorientación abarcadora de la política energética del país, apuntando a independizarla de Estados Unidos.
Ha prometido recortar la exportación de petróleo, buena parte del cual tiene a Estados Unidos como destino y, en cambio, dedicar unos 6.000 millones de dólares a la construcción de dos refinerías que procesarían el crudo para el consumo doméstico. Eso reduciría también las exportaciones de nafta desde Estados Unidos hacia México.
Su principal asesora energética, Rocío Nahle García, ex legisladora que ha sido propuesta para la secretaría de Energía, se pronuncia a favor de congelar las licitaciones o subastas públicas futuras para perforación en aguas profundas y de revisar los contratos ya existentes con petroleras internacionales, denunciando la política de entrega irresponsable que vinieron haciendo los gobiernos de turno de las reservas petroleras y llamando a terminar con “el saqueo” de México. Una reforma promulgada en 2014 por el actual gobierno abrió la industria de modo que empresas extranjeras ahora pueden invertir en la exploración, perforación, construcción de ductos e incluso tener sus propias estaciones de servicio en colaboración con la estatal Petróleos Mexicanos, Pemex. Esa decisión permitió que compañías como Exxon Mobil invirtieran miles de millones de dólares en el desarrollo de campos petrolíferos alejados de las costas.
En la misma línea, el plan de AMLO incluiría la disminución del precio de la electricidad y la gasolina, buscando reducir la dependencia mexicana de importaciones de gas natural desde Estados Unidos con más inversiones en energía hidroeléctrica. Esto va unido a la propuesta de terminar con los negociados de la patria contratista, que ha venido obteniendo beneficios espurios como resultado de los sobreprecios y el manejo corrupto y fraudulento de los contratos del Estado. López Obrador ha prometido también trabajar por la autosuficiencia alimentaria, diversificando y ampliando la producción agrícola, evitando la dependencia de México del exterior.
Este giro político es inseparable de la crisis de la integración económica con Estados Unidos. El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TCLCAN) que congrega a Canadá, México y Estados Unidos está al borde del colapso. La Casa Blanca amenaza con alejarse del mismo, negociar tratados por separado y plantea su reemplazo por un acuerdo que se renueve cada cinco años y que imponga límites a los componentes extranjeros en los productos manufacturados mexicanos y elimine cualquier superávit comercial que México tenga con Estados Unidos. Esto ha ido de la mano del aumento de los aranceles en el acero y el aluminio a sus dos socios comerciales del TCLAN. En México, las consecuencias se harán sentir en acerías en varios estados. Esto se une a la feroz campaña de Trump contra los migrantes mexicanos, que ha pegado estos últimos días un nuevo salto.
La escalda norteamericana ha puesto en tela de juicio la política neoliberal que venía funcionando en las últimas décadas y que tiene en el gobierno de Enrique Peña Nieto a uno de sus abanderados. El actual presidente se vio forzado a imponer aranceles a 71 productos que México importa de Estados Unidos. Un sector de la burguesía, empezando por el poderosa Cámara nacional de acero y hierro, ha fogoneado estas represalias.
De ser exhibida como la llave para el despegue y florecimiento para México, la asociación con Washington, ha terminado siendo un factor de agravamiento de todos los desequilibrios económicos del país azteca.
Más aún, puede transforme en un cataclismo. Más de las tres cuartas partes de los $400 mil millones en exportaciones de México van a los Estados Unidos, de los cuales aproximadamente la mitad están cubiertos por el TLCAN. Se estima que si termina el TLCAN, el producto interno bruto retrocedería y México entraría en recesión el año próximo. Millones de empleos en México están vinculados directa o indirectamente con el TLCAN. Poner fin a dicho tratado podría hacer que las fábricas se cierren y se trasladen a otros países, como lo hizo Ford el año pasado. Esto es lo que explica la depreciación que viene sufriendo el peso mexicano y la caída de la bolsa.
En nombre de estabilizar la economía norteamericana, la política alentada por Trump está provocando una desestabilización política y económica del planeta, incluido la de sus socios más cercanos. Pero la guerra comercial lanzada por la Casa Blanca oficia como un bumerán y ya está dejando sus heridos también dentro de las fronteras estadounidenses, que no puede sustraerse al estremecimiento de un país como el azteca, pegado geográficamente a Estados Unidos. Ya han empezado a encenderse las luces de alarma, en especial de los gigantes energéticos, que ven con preocupación el perjuicio que podría acarrearles a la producción gasífera y petrolera, una fractura comercial con el país vecino.

Crisis de régimen

El nacionalismo ofensivo de Trump alimenta las tendencias nacionalistas defensivas en México, lo cual es un caldo de cultivo para que prospere la candidatura de López Obrador. Pero este ascenso se potencia por causas internas, en primer lugar, la brutal descomposición del estado mexicano, su régimen político y sus partidos. México se ha transformado en un narcoestado, en el que existe un fuerte entrelazamiento entre la política y el negocio de la droga, a lo cual hay que agregar la corrupción que corroe todas las instituciones del Estado, con funcionarios y políticos pertenecientes a los partidos tradicionales (como el PRI y el PAN) salpicados por denuncias de todo tipo, incluido el tráfico de influencia en la obra pública. López Obrador ha hecho campaña, precisamente, contra la “mafia del poder”.
Esta putrefacción fue acentuando el abismo que separa al pueblo de los partidos del régimen. Las tímidas respuestas por parte del gobierno y de los opositores frente al nuevo atropello de Trump, separando a las familias de los migrantes, ha amplificado aún más esa brecha.
En octubre y noviembre de 2014, cientos de miles recorrían las calles del país al grito de “¡Fue el Estado!”, exigiendo la aparición con vida de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa. En esas movilizaciones históricas, el dedo acusador se dirigió contra el PRI, el PAN y el PRD: señalados como arquitectos y responsables de ese estado mafioso.
La desaparición de los 43 marcó un antes y un después en la historia reciente de México. En 2016, tuvo lugar la imponente huelga, movilización y cortes del magisterio contra la reforma educativa, que fue reprimida salvajemente por el gobierno responsable de otra triste masacre, la de Nochixtlán.
El descontento volvió a aflorar a principios de 2017 con motivo de la gigantesca reacción popular que se extendió a todo el país contra el alza en combustibles, en tarifas eléctricas y en los precios al consumidor. El llamado “gasolinazo” canalizó el enojo popular contra el gobierno de Peña Nieto. Este estallido es coincidente con el ascenso de Trump y tiene una vinculación directa con este hecho. Los precios de los combustibles atados al dólar, fueron subiendo desde que Donald Trump desplegó su campaña electoral contra los migrantes y contra el Tratado de Libre Comercio de las Américas.

López Obrador

La burguesía mexicana, al igual que el capital internacional, ha mirado con recelo la candidatura de López Obrador. Los círculos empresarios del país azteca pusieron los huevos en los candidatos tradicionales de la burguesía. Pero al ver el crecimiento irresistible de López Obrador, se han dado como política domesticarlo. Una de las cuestiones con la cual se especula es al menos recortar la magnitud del triunfo, de modo tal que AMLO no conquiste mayoría de ambas cámaras, obligando a este a negociar con la oposición. Pero más allá de ello, la clase capitalista viene marcando la cancha y ejerciendo una presión sobre el probable ganador. La prensa nacional e internacional da cuenta de una aproximación de López Obrador con los capitalistas mexicanos y destacan que se ha limado asperezas en su encuentro reciente con miembros del Consejo mexicano de negocios, que reúne a la elite empresaria.
Estas presiones han dado sus frutos. En los últimos meses, uno de los mayores focos de tensión entre los principales líderes empresariales y AMLO fue la construcción del nuevo aeropuerto internacional de $13 mil millones de la Ciudad de México, el proyecto de construcción más grande de la historia del país. López Obrador describió el proyecto como un “símbolo de desperdicio y corrupción” que no admitiría.
Ahora sostiene, en cambio, que el proyecto del aeropuerto era “viable y conveniente” y que se llegó a un acuerdo en la reunión sobre cómo continuar financiándolo. AMLO y sus asesores vienen tratando los últimos meses de asegurar a los líderes empresariales su respeto por “el mercado libre, que no nacionalizaría las industrias, que mantendría sus manos fuera del banco central, dejaría que la moneda mexicana flote libremente, no aumentaría la deuda del gobierno para promover el gasto social, y, contrariamente a lo que había dicho que haría durante media década, no desharía la reforma energética y privatización del petróleo” (WSWS, 8/6).

Perspectivas

The Economist señala que la presidencia de AMLO sería un “experimento arriesgado” para México: pero al mismo tiempo admite la necesidad de apelar a él como un intento por encauzar el profundo descontento social que existe.
México ingresa en una transición convulsiva en que se pondrá a prueba la capacidad de López Obrador de pilotear la crisis y contener el disconformismo popular. Un fracaso de esta tentativa nacionalista, puede terminar disparando una crisis de poder, donde se abra paso la reacción popular e irrumpa el movimiento obrero como un factor protagónico en la escena nacional.

Pablo Heller

miércoles, 27 de junio de 2018

Apuntes sobre la política de Maquiavelo




Notas sobre Maquiavelo, sobre política y el Estado moderno. El moderno príncipe

Nota de edición: Tal día como hoy [21 de junio], en 1527, fallecía Nicolás Maquiavelo. Mucho se ha escrito sobre su obra más conocida, El Príncipe. Para Gramsci, el moderno príncipe, el mito-príncipe, no puede ser una persona real, un individuo concreto. Será el partido político.

***

El carácter fundamental de El Príncipe no es el de ser un tratado sistemático, sino un libro “viviente”, donde la ideología política y la ciencia política se fundan en la forma dramática del “mito”. Entre la utopía y el tratado escolástico, formas bajo las cuales se configuraba la ciencia política de la época, Maquiavelo dio a su concepción una forma imaginativa y artística, donde el elemento doctrinal y racional se personificaba en un condottiero [capitán] que representa en forma plástica y “antropomórfica” el símbolo de la “voluntad colectiva”. El proceso de formación de una determinada voluntad colectiva, que tiene un determinado fin político, no es representado a través de pedantescas disquisiciones y clasificaciones de principios y criterios de un método de acción, sino como las cualidades, los rasgos característicos, deberes, necesidades, de una persona concreta, despertando así la fantasía artística de aquellos a quienes se procura convencer y dando una forma más concreta a las pasiones políticas [1] .
El Príncipe de Maquiavelo podría ser estudiado como una ejemplificación histórica del “mito” de Sorel, es decir, de una ideología política que no se presenta como una fría utopía, ni como una argumentación doctrinaria, sino como la creación de una fantasía concreta que actúa sobre un pueblo disperso y pulverizado para suscitar y organizar su voluntad colectiva. El carácter utópico de El Príncipe reside en el hecho de que un Príncipe tal no existía en la realidad histórica, no se presentaba al pueblo italiano con caracteres de inmediatez objetiva, sino que era una pura abstracción doctrinaria, el símbolo del jefe, del condottiero ideal; pero los elementos pasionales, míticos, contenidos en el pequeño volumen y planteados con recursos dramáticos de gran efecto, se resumen y convierten en elementos, vivos en la conclusión, en la invocación de un príncipe “realmente existente”. En el pequeño volumen, Maquiavelo trata de cómo debe ser el Príncipe para conducir un pueblo a la fundación de un nuevo Estado y la investigación es llevada con rigor lógico y desapego científico. En la conclusión, Maquiavelo mismo se vuelve pueblo, se confunde con el pueblo, mas no con un pueblo concebido en forma “genérica”, sino con el pueblo que Maquiavelo previamente ha convencido con su trabajo, del cual procede y se siente conciencia y expresión y con quien se identifica totalmente. Parece como si todo el trabajo “lógico” no fuera otra cosa que una autorreflexión del pueblo, un razonamiento interno, que se hace en la conciencia popular y que concluye con un grito apasionado, inmediato. La pasión, de razonamiento sobre sí misma se transforma en “afecto”, fiebre, fanatismo de acción. He aquí por qué el epílogo de El Príncipe no es extrínseco, “pegado” desde afuera, retórico, sino que por el contrario debe ser explicado como un elemento necesario de la obra, o mejor, como el elemento que ilumina toda la obra y que aparece como su “manifiesto político”.
Se puede estudiar cómo Sorel, partiendo de la concepción de la ideología-mito no llegó a comprender el fenómeno del partido político y se detuvo en la concepción del sindicato profesional. Aunque es verdad que para Sorel el “mito” no encontraba su mayor expresión en el sindicato como organización de una voluntad colectiva, sino en la acción práctica del sindicato y de una voluntad colectiva ya actuante. La realización máxima de dicha acción práctica debía ser la huelga general, es decir, una “actividad pasiva” de carácter negativo y preliminar (el carácter positivo está dado solamente por el acuerdo logrado en las voluntades asociadas) que no preveía una verdadera fase “activa y constructiva”. En Sorel, por consiguiente, se enfrentaban dos necesidades: la del mito y la de la crítica del mito, en cuanto “todo plan preestablecido es utópico y reaccionario”. La solución era abandonada al impulso de lo irracional, de lo “arbitrario” (en el sentido bergsoniano de “impulso vital”) o sea, de la “espontaneidad” [2] .
Pero puede un mito, sin embargo, ser “no constructivo” ¿Puede imaginarse, en el orden de intuiciones de Sorel, que sea productivo en realizaciones un instrumento que deja la voluntad colectiva en la fase primitiva y elemental del mero formarse, por distinción (por “escisión” [3] ), aunque sea con violencia, es decir, destruyendo las relaciones morales y jurídicas existentes? Pero esta voluntad colectiva así formada de manera elemental, ¿no cesará súbitamente de existir, disolviéndose en una infinidad de voluntades singulares que en la fase positiva seguirán direcciones diferentes y contradictorias? Al margen de la cuestión de que no puede existir destrucción, negación, sin una construcción y una afirmación implícitas, entendida ésta no en un sentido “metafísico”, sino práctico, o sea políticamente, como programa de partido. En este caso se ve con claridad que detrás de la espontaneidad se supone un mecanicismo puro, detrás de la libertad (libre impulso vital) un máximo determinismo, detrás del idealismo un materialismo absoluto.
El moderno príncipe, el mito-príncipe, no puede ser una persona real, un individuo concreto; sólo puede ser un organismo, un elemento de sociedad complejo en el cual comience a concretarse una voluntad colectiva reconocida y afirmada parcialmente en la acción. Este organismo ya ha sido dado por el desarrollo histórico y es el partido político: la primera célula en la que se resumen los gérmenes de voluntad colectiva que tienden a devenir universales y totales. En el mundo moderno sólo una acción histórico-política inmediata e inminente, caracterizada por la necesidad de un procedimiento rápido y fulminante, puede encarnarse míticamente en un individuo concreto. La rapidez se torna necesaria solamente cuando se enfrenta un gran peligro inminente que provoca la inmediata exacerbación de las pasiones y del fanatismo, aniquilando el sentido crítico y la corrosividad irónica que pueden destruir el carácter “carismático” del condottiero (tal es lo que ha ocurrido en la ventura de Boulanger). Pero una acción inmediata de tal especie, por su misma naturaleza, no puede ser de vasto alcance y de carácter orgánico. Será casi siempre del tipo restauración y reorganización y no del tipo característico de la fundación de nuevos Estados y nuevas estructuras nacionales y sociales, tal como en el caso de El Príncipe de Maquiavelo, donde el aspecto de restauración sólo era un elemento retórico, ligado al concepto literario de la Italia descendiente de Roma y que debía restaurar el orden y la potencia de Roma [4] ; será de tipo “defensivo” y no creativo original. Podrá tener vigencia donde se suponga que una voluntad colectiva ya existente, aunque sea desmembrada, dispersa, haya sufrido un colapso peligroso y amenazador, mas no decisivo y catastrófico y sea necesario reconcentrarla y robustecerla. Pero no podrá tener vigencia donde haya que crear ex novo una voluntad colectiva, enderezándola hacia metas concretas y racionales, pero de una concreción y racionalidad aún no verificadas y criticadas por una experiencia histórica efectiva y universalmente conocida.
El carácter “abstracto” de la concepción soreliana del “mito” aparece en la aversión (que asume la forma pasional de una repugnancia ética) por los jacobinos, quienes fueron ciertamente una “encarnación categórica” de El Príncipede Maquiavelo. El moderno Príncipe debe tener una parte destinada al jacobinismo (en el significado integral que esta noción ha tenido históricamente y debe tener conceptualmente), en cuanto ejemplificación de cómo se formó y operó en concreto una voluntad colectiva que al menos en algunos aspectos fue creación ex novo, original. Y es necesario que la voluntad colectiva y la voluntad política en general, sean definidas en el sentido moderno; la voluntad como conciencia activa de la necesidad histórica, como protagonista de un efectivo y real drama histórico.
Una de las primeras partes debería estar dedicada, precisamente, a la “voluntad colectiva”, planteando así la cuestión: “¿Cuándo puede decirse que existen las condiciones para que se pueda suscitar y desarrollar una voluntad colectiva nacional-popular?”, o sea efectuando un análisis histórico (económico) de la estructura social del país dado y una representación “dramática” de las tentativas realizadas a través de los siglos, para suscitar esta voluntad y las razones de sus sucesivos fracasos. ¿Por qué en Italia no se dio la monarquía absoluta en la época de Maquiavelo? Es necesario remontarse hasta el Imperio Romano (cuestiones de la lengua, los intelectuales, etc.), comprender la función de las Comunas medievales; el significado del catolicismo, etc. Es necesario, en suma, hacer un esbozo de toda la historia italiana, sintético pero exacto [5] .
Las razones de los sucesivos fracasos de las tentativas de crear una voluntad colectiva nacional-popular hay que buscarlas en la existencia de determinados grupos sociales que se forman de la disolución de la burguesía comunal, en el carácter particular de otros grupos que reflejan la función internacional de Italia como sede de la Iglesia y depositaria del Sacro Imperio Romano. Esta función y la posición consiguiente determinan una situación interna que se puede llamar “económico-corporativa”, es decir, políticamente, la peor de las formas de sociedad feudal, la forma menos progresiva y más estancada. Faltó siempre, y no podía constituirse, una fuerza jacobina eficiente, precisamente la fuerza que en las otras naciones ha suscitado y organizado la voluntad colectiva nacional popular fundando los Estados modernos. Finalmente, ¿existen las condiciones para esta voluntad?, o sea, ¿cuál es la actual relación entre estas condiciones y las fuerzas opuestas? Tradicionalmente las fuerzas opuestas fueron la aristocracia terrateniente y más generalmente la propiedad fundiaria [del suelo] en su conjunto, con el característico elemento italiano de una “burguesía rural” especial, herencia de parasitismo legada a los tiempos modernos por la destrucción, como clase, de la burguesía comunal (las cien ciudades, las ciudades del silencio) [6] . Las condiciones positivas hay que buscarlas en la existencia de grupos sociales urbanos, convenientemente desarrollados en el campo de la producción industrial y que hayan alcanzado un determinado nivel de cultura histórico-política. Es imposible cualquier formación de voluntad colectiva nacional-popular si las grandes masas de campesinos cultivadores no irrumpen simultáneamente en la vida política. Esto es lo que intentaba lograr Maquiavelo a través de la reforma de la milicia; esto es lo que hicieron los jacobinos en la Revolución francesa. En esta comprensión hay que identificar un jacobinismo precoz en Maquiavelo, el germen (más o menos fecundo) de su concepción de la revolución nacional. Toda la historia de 1815 en adelante muestra el esfuerzo de las clases tradicionales para impedir la formación de una voluntad colectiva de este tipo, para mantener el poder “económico-corporativo” en un sistema internacional de equilibrio pasivo.
Una parte importante del moderno Príncipe [7] deberá estar dedicada a la cuestión de una reforma intelectual y moral, es decir, a la cuestión religiosa o de una concepción del mundo. También en este campo encontramos en la tradición ausencia de jacobinismo y miedo del jacobinismo (la última expresión filosófica de tal miedo es la actitud malthusiana de B. Croce hacia la religión). El moderno Príncipe debe ser, y no puede dejar de ser, el abanderado y el organizador de una reforma intelectual y moral, lo cual significa crear el terreno para un desarrollo ulterior de la voluntad colectiva nacional popular hacia el cumplimiento de una forma superior y total de civilización moderna.
Estos dos puntos fundamentales: la formación de una voluntad colectiva nacional-popular de la cual el moderno Príncipe es al mismo tiempo el organizador y la expresión activa y operante; y la reforma intelectual y moral, deberían constituir la estructura del trabajo. Los puntos concretos de programa deben ser incorporados en la primera parte, es decir, deben resultar “dramáticamente” del discurso y no ser una fría y pedante exposición de razonamientos.
¿Puede haber una reforma cultural, es decir, una elevación civil de los estratos deprimidos de la sociedad, sin una precedente reforma económica y un cambio en la posición social y en el mundo económico? Una reforma intelectual y moral no puede dejar de estar ligada a un programa de reforma económica, o mejor, el programa de reforma económica es precisamente la manera concreta de presentarse de toda reforma intelectual y moral. El moderno Príncipe, desarrollándose, perturba todo el sistema de relaciones intelectuales y morales en cuanto su desarrollo significa que cada acto es concebido como útil o dañoso, como virtuoso o perverso, sólo en cuanto tiene como punto de referencia al moderno Príncipe mismo y sirve para incrementar su poder u oponerse a él. El Príncipe ocupa, en las conciencias, el lugar de la divinidad o del imperativo categórico, deviene la base de un laicismo moderno y de una completa laicización de toda la vida y de todas las relaciones de costumbres.

Antonio Gramsci
El viejo topo

Notas:

(1) Será necesario buscar en los escritores políticos que precedieron a Maquiavelo la existencia de escritos configurados como El Príncipe. Su misma conclusión está ligada a este carácter “mítico” del libro. Luego de haber representado al condottiero ideal, en un pasaje de gran eficacia artística, Maquiavelo invoca al condottiero real que históricamente lo personifique; y es esta invocación apasionada, que se refleja en todo el libro, la que le confiere precisamente el carácter dramático. En los Prolegomeni de Luigi Russo, Maquiavelo es llamado el artista de la política y una vez se encuentra también la expresión “mito”, pero no precisamente en el sentido arriba indicado.
(2) Habría que anotar una contradicción implícita en el modo en que Croce plantea su problema de historia y antihistoria con respecto a otros modos de pensar del mismo autor: su aversión a los “partidos políticos” y su forma de plantear la cuestión de la “previsibilidad” de los hechos sociales (cfr. Conversazione critiche, serie primera. pp. 150-152, reseña del libro de LUDOVICO LIMENTANI, La previsione dei fatti sociali, Turín, Bocca, 1907). Si los hechos sociales son imprevisibles y el mismo concepto de previsión es puro sueño, lo irracional no puede menos que dominar y toda organización de hombres es antihistórica, es un “prejuicio”. Sólo corresponde resolver en cada caso y con criterio inmediato, los particulares problemas prácticos planteados por el desarrollo histórico (Cfr. el artículo de CROCE, Il partito come giudizio e come pregiudizio en Cultura e vita morale) y el oportunismo es la única línea política posible.
(3) Para Sorel es vital que la clase obrera no establezca ninguna clase de compromiso con la burguesía, tanto en el dominio político (antiparlamentarismo) como en el dominio económico (organización de la cooperación obrera). La organización cooperativa posibilitaría el paso del instinto de clase a la conciencia de clase del proletariado, vale decir, el triunfo de la “escisión” de la sociedad. Dicha escisión, “sin la cual sería imposible para el socialismo cumplir con su papel histórico”, peligra a veces cuando la burguesía, temerosa de su futuro, cede en parte a las exigencias del proletariado. Esto explica la importancia que tiene en Sorel la teoría de la “huelga general”: “Gracias a ella el socialismo subsiste joven, parecen infantiles las tentativas encaminadas al logro de la paz social y las deserciones de los compañeros que se aburguesan, sobre no desanimar a las masas, las impelen más la rebeldía. En suma: la escisión no corre peligro de desaparecer” (SOREL: ob. cit., p. 123) (N. del T.).
(4) Más que por el modelo ejemplar de las grandes monarquías absolutas de Francia y de España, Maquiavelo fue impulsado a su concepción política de la necesidad de un Estado unitario italiano por el recuerdo del pasado de Roma.. Es necesario poner de relieve, sin embargo, que Maquiavelo no debe por ello ser confundido con la tradición literario-retórica. Primero, porque este elemento no es exclusivo, ni aún dominante, y la necesidad de un gran Estado nacional no es deducida de él, luego, porque el mismo reclamo a Roma es menos abstracto de lo que parece si es colocado puntualmente en el clima del Humanismo y del Renacimiento. En el libro VII del Arte de la guerra se lee: “Esta provincia (Italia) parece nacida para resucitar las cosas muertas, como se ha visto en el caso de la poesía, la pintura y la escultura”, ¿por qué no encontraría entonces la virtud militar?, etc. Habrá que reagrupar las otras menciones del mismo tipo para establecer su carácter exacto.
(5) Recordamos a los lectores que Gramsci desarrolla in extenso estos problemas tanto en Los Intelectuales y la Organización de la Cultura, como en Literatura y Vida Nacional, editados ambos por Editorial Lautaro. Sobre las Comunas, cfr. Il Risorgimento (Edit. Einaudi), obra en la que Gramsci analiza las causas que impidieron a las Comunas superar la fase “económica-corporativa” para constituirse en estados capitalistas plenos. (N. del T.),
(6) Ciudades del silencio (cittá del silenzio) fueron llamadas por Gabriele D’Annunzio, en sus Laudi, las ciudades italianas que luego de haber conocido un periodo de pleno florecimiento en el pasado, decayeron y se redujeron a centros burocrático-administrativos de escasa importancia. De su pasado esplendor aún conservan rastros en los monumentos y joyas arquitectónicas, lo cual las convierte en centro del turismo mundial, por ejemplo: Ravena, Siena, Bergamo, etc. (N. del T.).
(7) Gramsci hace mención aquí, como es evidente, de la Teoría del Partido de la clase obrera (N. del T.).

Gramsci. Primer apartado de las Notas sobre Maquiavelo, política y el Estado moderno

martes, 26 de junio de 2018

La mayor crisis de refugiados desde la Segunda Guerra




68 millones y medio de exiliados y desplazados internos en el mundo en 2017. La crisis abierta al interior de la Unión Europea.

Nenes latinoamericanos hacinados en las jaulas del imperialismo yanqui, miembros de la comunidad rohingya exiliados en Bangladesh que ven venir con pánico desde sus asentamientos precarios la temporada de lluvias y ciclones, barcos con decenas y cientos de africanos subsaharianos que ruegan poder llegar a la orilla europea.
Son las imágenes de una crisis de refugiados que, al calor de la crisis capitalista, ha alcanzado récords históricos, sumando 68 millones y medio de personas que en 2017 se vieron forzadas a mudarse –tanto a otras latitudes como al interior del país- como producto de conflictos bélicos, limpiezas étnicas y explosiones económicas a lo ancho del globo. Se trata de una crisis de refugiados que supera en número a la Segunda Guerra Mundial y los años de posguerra, en los que “se registró un desplazamiento poblacional que afectó a entre 40 y 60 millones” (ABC, 25/9/15).
“Los sirios continúan siendo los protagonistas de esta dramática instantánea, con 6,3 millones de refugiados y 6,2 millones de desplazados internos, pero el deterioro de la situación en Myanmar” –de donde son expulsados por la cacería estatal los rohingya-, República Democrática del Congo o Sudán del Sur ha hecho que estos países ganaran cada vez más peso en las estadísticas” (El País, 19/6).
En Latinoamérica, han partido de una Venezuela derruida un millón y medio de personas, mientras que la lista mundial de desplazados internos es encabezada por una Colombia históricamente sacudida por el asedio de los paramilitares y de una oligarquía criminal al campesinado.

Europa

Matteo Salvini, ministro de Interior del flamante gobierno derechista de Italia y líder de la xenófoba Liga Norte, fue sujeto de numerosos titulares en estos días, tanto por su planteo de hacer un censo de gitanos para expulsar a todos aquellos que no sean italianos como por su negativa a recibir al barco Aquarius, con más de 600 africanos a bordo -que lo obligó a boyar por el Mediterráneo por días hasta recalar en España, y volvió a poner de relieve el tema de las barcas de desesperados que apuntan a Europa. Por su parte, en Hungría la derecha ha puesto a debate proyectos de ley que buscan penalizar a quienes ayuden a refugiados.
De conjunto, la crisis de refugiados en el viejo continente –con una responsabilidad vital del imperialismo europeo, promotor de las guerras, masacres y dictaduras en África y Medio Oriente- refuerza las tendencias disgregadoras de la Unión Europea. Pese a que ha caído el número de arribos en los últimos dos años, la crisis se ha acentuado. En medio de la disputa por el reparto de los refugiados, donde los receptores primarios (como Italia y Grecia) son los más afectados, Francia e Italia protagonizaron un fuerte cruce. El ministro Matteo Salvini acusó al líder francés Emmanuel Macron de hipócrita por sus críticas a la política migratoria italiana, recordándole que su país obstaculiza el ingreso de migrantes en el cruce de Ventimiglia. A su vez, el grupo de Visegrado (Polonia, Hungría, República Checa y Eslovaquia) rechazan toda cuota de migrantes en sus países. El intento de “socializar” la crisis por medio de cupos por países ha fracasado.
La crisis política también se reproduce al interior de cada país, como lo exponen en Alemania los choques entre Merkel y el ministro de Interior Horst Seehofer, de la Unión Social Cristiana -que exige a la canciller apretar las clavijas contra los migrantes, bajo amenaza de cerrar las fronteras y/o romper la coalición de gobierno.
Una idea que exploran los estados europeos es la de una apertura de nuevos Estados tapón, que se sumarían a Turquía –que, tras su acuerdo con la UE para frenar a los migrantes a Europa, “alberga el mayor número de refugiados del mundo, con 3,5 millones de personas (El País, ídem). Los países en los que los Estados de la UE quieren confinar a los nuevos migrantes, denominados cínicamente “plataformas regionales de desembarco”, serían Libia, Albania y Túnez –signados por la catástrofe social y política.
De uno y otro lado del océano, el imperialismo yanqui y europeo, junto con sus socios menores, idean nuevos planes criminales contra los migrantes, en el marco de una catástrofe poblacional producida por sus avanzadas bélicas y económicas y que vuelve a sus tierras como un búmeran.
La clase obrera de todo el mundo debe unirse para enfrentar estas avanzadas, exigiendo el libre acceso de refugiados e inmigrantes a todos los países y la ayuda para su residencia, y oponiendo a las matanzas y destierros imperialistas la necesidad de gobiernos de trabajadores.

Tomás Eps (@tomaseps)

Dos Islas frente a dos imperios: Cuba e Irlanda




La Pupila TV nos acerca a la historia de Irlanda, un país que geográficamente se encuentra distante de Cuba pero los une la lucha constante por mantener la independencia conquistada.

Recordar a Salvador Allende




Ante el 110º aniversario del Compañero Presidente

La madrugada del 5 de septiembre de 1970 Salvador Allende salió al balcón del viejo caserón que la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile tenía frente a la Biblioteca Nacional, en la Alameda. No había un lugar más simbólico para dirigir sus primeras palabras al país como futuro Presidente, porque su bautismo de fuego se produjo precisamente en la Universidad de Chile en la segunda mitad de los años 20, cuando llegó a Santiago para estudiar Medicina, tras cumplir el servicio militar de manera voluntaria.
Descendiente por vía paterna de una familia que tuvo un papel destacado en la lucha por la independencia nacional y después en la pugna por la democratización del país desde las filas del Partido Radical y la masonería (con el ejemplo luminoso de su abuelo Ramón Allende Padín), hijo de un abogado que terminó sus días como notario de Valparaíso, Salvador Allende Gossens (Santiago de Chile, 26 de junio de 1908) asumió desde muy joven un compromiso social y político inusual en un muchacho de su clase social.
1933 marcó el rubicón en su trayectoria al tomar parte en la fundación del Partido Socialista en Valparaíso. Su ascenso fue verdaderamente meteórico: secretario regional del PS desde 1935, vicepresidente del Frente Popular porteño desde 1936, elegido diputado en marzo de 1937, responsable local de la campaña presidencial de Pedro Aguirre Cerda que llevó al histórico triunfo del 25 de octubre de 1938 y subsecretario general del PS desde diciembre de este año. Y el 28 de septiembre de 1939 Aguirre Cerda le designó ministro de Salubridad cuando tan solo contaba con 31 años.
Entre enero de 1943 y agosto de 1944 le correspondió ocupar la secretaría general del Partido Socialista. En 1945 fue elegido senador por primera vez. En 1947 y 1948 se distanció del sector anticomunista del socialismo y criticó firmemente la persecución del Partido Comunista por el Gobierno de Gabriel González Videla. Y cuando la mayor parte de sus compañeros apostó por la opción populista de Ibáñez para la contienda presidencial de 1952 supo reagrupar junto a los comunistas en el Frente del Pueblo a las fuerzas de izquierda que apostaron por un camino singular en el contexto de la guerra fría.
En 1958 ya con el socialismo reunificado y la izquierda fortalecida en el Frente de Acción Popular, quedó a 33.000 votos de La Moneda y fue el candidato más votado por el electorado masculino. Algunas irregularidades en el escrutinio y la inopinada aparición de un curioso personaje, el “cura de Catapilco”, le privaron de la victoria, que correspondió a Jorge Alessandri. En 1964 la batalla presidencial le enfrentó con un viejo amigo, Eduardo Frei Montalva, pero también con la CIA y el Gobierno de Lyndon Johnson, que financió una increíble campaña de propaganda anticomunista que ya había dado resultado en Italia en 1948. Su tercera derrota no le indujo ni a moderar sus posiciones, ni tampoco a aceptar el estruendoso proceso de radicalización (retórica) de su partido a partir del Congreso de Chillán de 1967.
Muy pronto advirtió de las limitaciones del programa reformista de la Democracia Cristiana y de la hipocresía de la “Revolución en Libertad”. La fundación de la Unidad Popular en octubre de 1969 reafirmó su correcto análisis político: por primera vez, junto con la izquierda marxista confluían fuerzas tradicionalmente centristas (Partido Radical), de inspiración cristiana (el MAPU) y otros sectores (API y PSD). La campaña de 1970 terminó de alumbrar un inmenso movimiento popular que abrió las puertas de la Historia aquel inolvidable 4 de septiembre de 1970.
El 3 de noviembre, después de sesenta días extremadamente convulsos, Salvador Allende se terció la banda presidencial y se inició uno de los procesos políticos que mayor esperanza despertaron en el siglo XX. Nuestro Compañero Presidente representa ante la humanidad aquel proyecto político, aquel tiempo de las cerezas, tan similar al cantado en la bella canción de la Comuna de París, un siglo atrás.
Recordar a Salvador Allende exige ir más allá de la inmensa tragedia del 11 de septiembre de 1973 (y después), de su heroica muerte en La Moneda. Recordar a Allende requiere recorrer su apasionante trayectoria política y la historia de Chile y de la Izquierda en el siglo XX.

Mario Amorós

El autor es historiador y periodista. Autor de Allende. La biografía (Ediciones B, 2013, 681 págs.)

domingo, 24 de junio de 2018

Cuatro palabras que cambiaron el curso de la historia




-¿También bebés?
-También bebés.
Estas cuatro palabras, emitidas por la cadena de noticias CBS en 1969, tuvieron un profundo impacto en la opinión pública estadounidense, en la presidencia de Nixon y en el curso de la Guerra de Vietnam. Esta semana, la pregunta sobre los bebés volvió a escucharse en la Casa Blanca, esta vez en torno a los miles de niños inmigrantes, algunos de apenas unos meses, arrancados de los brazos de sus madres y padres y encarcelados en jaulas por orden del presidente Donald Trump.
La pregunta “¿También bebés?” fue planteada hace medio siglo por el experimentado periodista de investigación Mike Wallace a un joven veterano de guerra de Vietnam llamado Paul Meadlo. “También bebés”, respondió Meadlo, un soldado raso del ejército que, junto con muchos otros soldados estadounidenses, había llevado a cabo una incursión contra un poblado vietnamita llamado My Lai el 16 de marzo de 1968.
Lo que siguió llegó a conocerse como la Masacre de My Lai. Los soldados estadounidenses masacraron a más de 500 civiles en el transcurso del día. “Suplicaban y decían: ‘No, no’. Y las madres abrazaban a sus hijos y… bueno, seguimos disparando. Ellos agitaban los brazos y suplicaban”, le declaró Meadlo a Wallace.
Meadlo llegó a la entrevista con CBS gracias a un joven periodista independiente llamado Seymour Hersh, que estaba investigando la masacre. Hersh localizó a Meadlo, obtuvo su testimonio y lo convenció de hacer la entrevista para CBS . Lo que el periodista descubrió sobre la masacre de My Lai lo atormenta hasta el día de hoy. En una entrevista para Democracy Now! sobre su nuevo libro, Reporter: A Memoir (Periodista: una autobiografía, en español), Hersh expresó: “En lugar de encontrarse con el enemigo, en el poblado solo había familias, mujeres, niños y ancianos. Y entonces comenzaron a asesinarlos. Los arrojaron a una zanja, violaron a las mujeres, los mataron. Arrojaban a los bebés y les disparaban con bayonetas. Esto fue difícil de procesar para mí, fue muy difícil en el primer año. Algunas de las cosas que mantuve fuera del artículo inicial eran simplemente horrendas”.
En cuanto a la aparición de Meadlo en CBS , Hersh recordó: “Mike Wallace, que era fuerte como un toro, le preguntó cinco veces en esa entrevista, ‘¿También bebés?’ y siguió repitiendo ‘¿También bebés?’”.
Más adelante, Hersh publicó el informe sobre la masacre en la pequeña agencia de noticias antibélicas Dispatch News Service, después de que varios de los principales medios estadounidenses la rechazaran. En 1970 recibió el Premio Pulitzer por esta investigación. Hersh considera que existen paralelismos entre aquella situación y la cobertura que finalmente está haciendo la prensa sobre la actual crisis de separación de familias inmigrantes. “Esto podría ser un punto de inflexión”, opinó Hersh.
Hoy vemos fotos de niños y niñas llorando junto a sus padres y madres esposados, y hemos podido escuchar una grabación publicada por el medio ProPublica donde se escucha a los niños gritar “¡Mamá! ¡Papi!” mientras un guardia se burla de ellos, diciéndoles “Bueno, aquí tenemos una orquesta. Solo falta el director”. Autoridades electas y medios de comunicación se han congregado en la región fronteriza de Estados Unidos y México para exigir el acceso a los centros de detención. La secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, fue interrogada en una conferencia de prensa en la Casa Blanca acerca de por qué su departamento solo había publicado fotos de niños de más de 10 años de edad encarcelados en jaulas y ninguna foto de niñas o niños pequeños. “¿Dónde están las niñas? ¿Dónde están los bebés?”, le preguntaron varias veces. La confusión de la secretaria Nielsen sobre el paradero de bebés y niñas desató reacciones aún más fuertes.
La política de Trump de “tolerancia cero” hacia inmigrantes indocumentados y solicitantes de asilo en la frontera sur de Estados Unidos, anunciada por el fiscal general Jeff Sessions el pasado 6 de abril, permitió que el Departamento de Seguridad Nacional, con su Servicio de Inmigración y Control de Aduanas y su Patrulla Fronteriza, arrestara a los adultos sospechosos de cruzar la frontera sin la documentación adecuada, y los separara de sus hijos. La cantidad de niños y niñas secuestrados por estos organismos es mayor a 2.300. La revista electrónica The Intercept estima que han sido más de 3.700 desde octubre.
Decenas de activistas defensores de los derechos de los inmigrantes han organizado protestas en todo el país contra la orden de Trump desde el mismo día de su emisión. El movimiento se fue multiplicando. Muchos congresistas exigieron ver a los niños encarcelados. Gobernadores demócratas y republicanos comenzaron a emitir órdenes ejecutivas para retirar o impedir que las tropas de la Guardia Nacional dependientes de sus estados acudan a la frontera para ayudar al Departamento de Seguridad Nacional. Varias aerolíneas se unieron en su rechazo de transportar a los niños separados de sus padres. El miércoles, finalmente, Trump emitió una orden ejecutiva que revierte su propia decisión. Desde ahora, las familias ya no serán separadas al atravesar la frontera.
Sin embargo, eso no soluciona la crisis de los miles de niños y niñas que ya han sido arrancados de los brazos de sus padres. No se generó un mecanismo para reunir a los padres, de los cuales algunos ya han sido deportados, con sus hijos, que todavía están en jaulas, cárceles y campamentos de emergencia establecidos a lo largo de todo el país en 17 estados.
Hace cincuenta años, cuatro palabras escuchadas en todo el país cambiaron el curso de la Guerra de Vietnam: la pregunta “¿También bebés?” y la respuesta “También bebés”. Cuatro palabras que se escucharon esta semana, “Mamá, mamá. Papi, papi”, expusieron la crueldad del gobierno de Trump y cambiaron poderosamente el curso del debate sobre la inmigración.

Amy Goodman y Denis Moynihan
Democracy Now!

© 2018 Amy Goodman

Traducción al español del texto en inglés: Inés Coira. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org

Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro “Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos”, editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.

EE.UU: Una historia de indígenas exterminados, negros segregados y niños enjaulados

El mundo se ha conmovido con las imágenes de niños atrozmente enjaulados y separados de sus familias por orden del gobierno de Donald Trump, quien, bajo la presión internacional se ha visto forzado a maquillar su política antinmigrante, algo que no significa que el sentimiento xenófobo que subyace dentro de los círculos de poder norteamericanos haya cambiado.
Lo que hemos visto no es solo el fruto de la mente retorcida de un presidente, es una manifestación del desprecio histórico por los que son considerados inferiores por políticos y amplios sectores de la sociedad norteamericana, es expresión del racismo sembrado dentro de ella y del concepto antiético de que el fin justifica los medios.
Paradójicamente EE.UU. es una nación que debe su formación y desarrollo precisamente al fenómeno de la migración. A esos a los que consideran inferiores tiene Norteamérica mucho que agradecerle en los más diversos campos, incluso el lugar desde donde mentes perversas conciben leyes con las cuales pretenden aplastarlos, porque la Casablanca fue construida con mano de obra esclava, algo que reconoció Michelle Obama diciendo, “Me despierto cada mañana en una casa que fue construida por esclavos”.
En el devenir histórico de la nación estadunidense existen muchos ejemplos que demuestran el proceso involutivo mediante el cual se fue gestando esa mentalidad retorcida que ha desembocado en la ocurrencia de hechos que se apartan de todo humanismo como el que mencionamos al inicio.
Algunos de esos ejemplos:
Despojo de sus tierras e exterminación de las etnias indígenas. Por solo citar un hecho vinculado a este tema, vale mencionar como mediante la aplicación del Tratado de New Echota, un acuerdo firmado según provisiones del Acta de Remoción India de 1830, en 1831 desterraron a la fuerza hacia el oeste a los choctaw y en 1838 a los cheroquis, en ambos momentos a través de una ruta que la historia conoce como “el camino o sendero de lágrimas” pues en ella murieron más de cuatro mil indígenas. Los cheroquis lo llamaron “el camino donde nosotros lloramos”.
Promulgación de leyes segregacionistas como las leyes de Jim Crow que fueron unas leyes estatales y locales que entre 1876 y 1965, propugnaron la segregación racial en todas las instalaciones públicas, por esa época los linchamientos contra personas negras se convirtieron en cotidianos, según el instituto Tuskegee entre 1882 y 1968 fueron linchadas 3 446 de ellas.
8 de febrero de 1968 cuando ya estaba aprobada desde 1964 la Ley de los derechos civiles, en la ciudad universitaria de Orangeburg, la policía disparó contra una muchedumbre de activistas afroamericanos, asesinando a tres de ellos e hiriendo a 28, dando lugar a lo que llegaría a ser conocido como la matanza de Orangeburg. Es decir, unas cosas dicen y otras hacen.
16 de marzo de 1968 las tropas yanquis dispararon contra la población civil indefensa de la aldea My Lai situada en la provincia vietnamita de Quang Nai, matando a 504 personas, entre ellas 182 mujeres, 17 de ellas embarazadas y 173 niños.
Operación Peter Pan, llevada a cabo entre el 26 de diciembre de 1960 y el 23 de octubre de 1962, mediante ella fueron llevados a EE.UU. sin acompañantes 14 048 niños cubanos para “evitar” su supuesto adoctrinamiento comunista, que presuntamente sus padres estarían imposibilitados de impedir pues se les privaría de la patria potestad.
Sería interminable nombrar todas las atrocidades de las administraciones norteamericanas, los millones de inocentes asesinados en sus guerras fratricidas, las muertes de miles de personas que han provocado con los desplazamientos a que han obligado a enormes masas de seres humanos y otros desmanes imposibles de relacionar.
Que se puede esperar de un gobierno y una sociedad que contemplan indiferentes como cientos de sus niños se matan entre sí cada año, por la exaltación y culto a la violencia que fomentan los medios y las propias acciones de los que dirigen el país, que además sin ningún escrúpulo venden armas de forma descontrolada que en no pocas ocasiones son las causantes de las muertes de los infantes.
No he estado enjuiciando a todo el pueblo norteamericano, dentro de él hay muchos con decoro, no es victimario, sino víctima prisionera de los intereses y deformaciones de quienes lo gobiernan y de los sectores que responden a estos.
Cuando los hechos a que hice alusión ocurrieron, Trump no era presidente, él es el continuador de un pensamiento supremacista y racista enraizado en lo más profundo de políticos y sectores conservadores de la sociedad norteamericana.
Donald Trump es uno más de los ejecutores de la “santa inquisición” de USA contra los que consideran “inferiores”.
Dante Alighieri, al escribir “La Divina Comedia” concibió para el infierno nueve círculos, sin embargo, en ninguno de ellos estos homicidas de estado encontrarían castigo adecuado para sus imperdonables pecados, tal vez no imaginó el respetable poeta italiano que tanta maldad pudiera existir en algunos seres humanos.

Marco Velázquez Cristo.

La cumbre del G7 termina en el caos

Las expectativas en la reciente reunión del G7 no eran altas, pero el resultado fue incluso peor de lo esperado. Por primera vez, el G7 terminó sin una declaración conjunta, y con Trump arremetiendo contra Canadá y la UE. La cumbre en Corea del Norte, por otro lado, terminó con todas las sonrisas y una declaración conjunta que prometía paz, denuclearización y seguridad.

¿Quién está robando a los Estados Unidos?

Trump había amenazado con no asistir a la cumbre, y quizás, al final, los otros participantes habrían deseado que no hubiera asistido. La cumbre fue descrita como "cordial", en oposición a la atmósfera "amigable" que uno podría haber esperado de tal reunión de aliados. Trump decidió que era un buen momento para acusar a sus aliados de "robar" a Estados Unidos. Lo más probable es que esto formara parte de la postura habitual de Trump: jugar a mostrarse como el hombre fuerte y luego esperar un acuerdo favorable para sus intereses cuando el polvo se haya asentado – pero tal postura tiene consecuencias.
Uno podría preguntarse, ¿quién está robando a quién? De acuerdo con la lógica de Trump, Estados Unidos está robando a Holanda, Bélgica y Australia, porque Estados Unidos tiene un superávit comercial con esos países. Un flujo de bienes, capital y servicios en una dirección, inevitablemente significa un flujo de dinero en la otra dirección. Por lo tanto, el dinero fluye hacia los EEUU en forma de inversiones y préstamos, que luego se utilizan para pagar los bienes y servicios que la economía de EEUU consume en el extranjero. Esta forma de describir las relaciones comerciales como un robo no tiene sentido.
Trump tampoco se molesta demasiado con los hechos, aun cuando no acompañen a sus declaraciones. Estados Unidos tiene un déficit comercial con Canadá cuando se trata de bienes, pero no cuando se trata de servicios; y en conjunto, Estados Unidos tiene un superávit comercial con Canadá. Las cifras de los aranceles también muestran que la UE y Canadá tienen prácticamente los mismos aranceles que los EEUU, en promedio, independientemente del caso de los productos individuales.
Todo esto demuestra que lo que está en juego aquí no es que los EEUU sean duros o que estén siendo utilizados por sus aliados, sino que Trump intenta redefinir las relaciones comerciales para el detrimento de sus aliados. Está intentando aumentar la producción manufacturera y el empleo en los EEUU a expensas de los principales socios comerciales de EEUU. En otras palabras, está exportando el desempleo y tratando de descargar los problemas sociales de la crisis en sus socios comerciales.
Esta es una expresión más evidente y radical de lo que todas las grandes potencias han estado haciendo durante los últimos años. La UE elevó los aranceles sobre algunos productos de acero chinos al 73,7 por ciento. Los chinos, a su vez, adoptan una serie de políticas que consisten básicamente en subsidiar a sus empresas, algo que la mayoría de los países occidentales han estado haciendo durante décadas con la agricultura. La lista continúa. En realidad, el libre comercio siempre fue limitado. Sin embargo, en los últimos 70 años se ha observado un movimiento constante hacia la liberalización del comercio, que ahora se está revirtiendo.

El imperialismo del libre comercio

Este enero marcó el 70º aniversario de la entrada en vigencia del GATT. El GATT fue el predecesor de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y tenía como objetivo eliminar las barreras comerciales que se habían establecido durante las décadas de 1930 y 1940. En ese momento, la posición de los Estados Unidos era que los excedentes comerciales no eran un problema. Los británicos (liderados por Maynard Keynes) insistían en que el comercio entre países debería equilibrarse a largo plazo. En aquel entonces, por supuesto, los Estados Unidos tenían un gran excedente (de alrededor del 10 por ciento del comercio).
Durante toda la segunda mitad del siglo XX, EEUU jugó el papel de impulsar el libre comercio, lo que benefició en gran medida a la industria estadounidense. Los EEUU surgieron de la Segunda Guerra Mundial con las industrias más eficientes y competitivas, y sus industrias tuvieron más que ganar con la apertura del comercio mundial. Fue un factor clave que contribuyó al auge de la posguerra. En este caso, los Estados Unidos desempeñaron el papel que Gran Bretaña había desempeñado en el siglo XIX: la apertura de nuevos mercados para el capitalismo mundial. En ese momento, por supuesto, Gran Bretaña era conocida como "el taller del mundo" y superaba a cualquier otro país del planeta.
Para poder desempeñar este papel, EEUU tuvo que gastar enormes sumas de dinero en sus fuerzas armadas, defendiendo lo que llamaron el "mundo libre" contra los Estados estalinistas y los movimientos antiimperialistas en los antiguos países coloniales. Desde el punto de vista del desarrollo de la industria en los Estados Unidos, este gasto fue una gran carga y algo a lo que otros países, en particular Alemania y Japón, no tuvieron que enfrentarse. En lugar de eso, podían gastar ese dinero en inversiones productivas, haciendo que sus industrias fueran más competitivas que las de EEUU. Lo mismo ocurre con las críticas de Trump a la intervención de Estados Unidos en Irak, donde cree que los contratos petroleros deberían adjudicarse a las compañías estadounidenses ya que Estados Unidos pagó la mayor parte de los costos de la intervención.
En ese sentido, Alemania y Japón han estado respaldándose en el imperialismo estadounidense, y las advertencias de Trump a sus aliados ahora para que aumenten los gastos militares no han sido arrancadas de la nada. Sobre este punto, Merkel y otros acordaron aumentar el gasto militar incluso "si fuera impopular en casa", como dice el Wall Street Journal. Existe un claro reconocimiento de que los EEUU en este período no pueden manejar los asuntos conjuntos del imperialismo occidental por sí solos, o alternativamente, que no se puede confiar en que los EEUU lo hagan de la manera que a los alemanes, franceses y británicos les gustaría.

Nuevos aranceles

Sin embargo, cuando se trata del comercio, no hay acuerdo. Trump intenta obligar a otros países a aceptar términos de intercambio menos favorables. En esto, él está provocando la ira de sus supuestos aliados. Estados Unidos ha confiado durante mucho tiempo en la UE para que lo respalden en las grandes disputas internacionales, pero ahora Trump ha creado una disputa con todos sus aliados más importantes, al mismo tiempo que intenta obligar a China a aceptar nuevos términos de comercio. No es de extrañar que una gran parte de la burguesía estadounidense se lleve las manos a la cabeza.
Ahora, Trump amenaza con aranceles adicionales para los automóviles. Este sería un partido completamente diferente. Las exportaciones alemanas de automóviles a los EE.UU. valen $ 22.800 millones de dólares, $ 38.600 millones para Japón (6 por ciento de las exportaciones totales), $ 45.900 para Canadá (13 por ciento de las exportaciones totales). Esto contrasta con el aluminio y el acero, donde las importaciones estadounidenses son una fracción mucho más pequeña del valor. Queda por verse si Trump realmente lo llevará a cabo.
En el Congreso de los EEUU, la burguesía norteamericana está intentando presionar a Trump. Un nuevo proyecto de ley presentado al Congreso obligaría al presidente a buscar la aprobación del Congreso antes de aplicar nuevas tarifas. Lo más probable es que Trump vetará el proyecto de ley, pero una parte de la clase dominante está intentando recortar las alas del presidente con la expectativa, como lo expresa el Financial Times, de que la "cordura" regrese a la Casa Blanca. Hasta ahora, no han tenido mucho éxito.
Los partidarios de Trump (y él mismo) defienden sus negociaciones de alto riesgo argumentando que consigue resultados. Aparte de Corea (tanto del Sur como del Norte), es dudoso que consiga realmente algún resultado. The Wall Street Journal diplomáticamente lo dice así: "Los resultados hasta ahora no han sido mejores acuerdos comerciales, como afirma el Sr. Trump. Han sido el rencor y la mayor amenaza para el comercio mundial desde la Segunda Guerra Mundial".
Los antiguos países coloniales a menudo han soportado el peso de los aranceles de los países avanzados, lo que ha afectado particularmente a los productos que exportan. Corea del Sur, Argentina y Brasil ya se han visto obligados a aceptar los términos comerciales de Trump. Así, particularmente para las naciones más pequeñas, las tácticas de matón de Trump están teniendo un efecto.

"Orden internacional basado en reglas"

Uno de los puntos de fricción durante el G7 fue una formulación particular sobre el comercio internacional basada en reglas y, por implicación, en instituciones multinacionales. Aunque hubo un acuerdo sobre el principio del libre comercio en general (sea lo que fuere lo que signifique), el equipo de Trump se opuso a una formulación propuesta por los europeos que apoyaban "el orden internacional basado en normas". En cambio, los Estados Unidos querían "un [!] orden internacional basado en normas". Así, efectivamente, la delegación de los Estados Unidos estaba declarando su falta de confianza en las instituciones internacionales existentes.
En realidad, Trump se opone al multilateralismo y ve a Estados Unidos atravesado por dificultades en la ONU, la OMC y la OTAN, así como en otros acuerdos comerciales multilaterales, como el TLCAN y el TPP. Como resultado, básicamente está tratando de forzar la renegociación de todos los principales acuerdos comerciales de los últimos 70 años, en beneficio de los EEUU. Trump está actualmente paralizando los procedimientos de resolución de disputas de la OMC para el próximo año al continuar bloqueando el nombramiento de nuevos jueces, y ya ha abandonado el TLCAN y el TPP.
Al explotar una cláusula existente en el acuerdo de la OMC que permite aranceles por motivos de seguridad nacional, en algo que tiene poco que ver con la seguridad nacional, Trump está socavando todo el acuerdo. ¿Qué impide que los europeos decidan que su industria cinematográfica es una cuestión de seguridad nacional y, por lo tanto, apliquen un arancel a las películas de Hollywood? La forma en que Trump lleva a cabo la diplomacia socava por completo la base sobre la cual se firman estos acuerdos. Además, lo hace por el poder que significa tomar la iniciativa en la aplicación de los acuerdos.
The New York Times, siendo firmemente Demócrata, apareció con titulares como "Trump derriba el orden comercial construido por los EEUU" y "Trump intenta destruir a Occidente", y, por supuesto, tienen un punto de razón. Trump está intentando invertir todo el sistema conocido como globalización. La clase dominante a nivel internacional está tratando de rescatar lo que puede de las instituciones de cooperación internacional, particularmente con respecto al comercio mundial.
En Gran Bretaña, el Financial Times declaró que "Estados Unidos ha abdicado de sus responsabilidades" y argumentó que el G6 (G7 sin EEUU) debe "intentar eludir a Trump firmando acuerdos comerciales que excluyan a EEUU y mantener el aparato de cooperación global lo más funcional posible para cuando la cordura regrese a la Casa Blanca".Como cuestión aparte, esta actitud de la Casa Blanca hacia sus aliados occidentales no está haciendo ningún bien a los británicos. May y su Partido Conservador esperaban un acuerdo comercial fácil con los EEUU como una forma de contrarrestar el Brexit. Trump ha dejado en claro que cualquier acuerdo de este tipo tendrá que ser bajo los términos de los EEUU. Esto pone a May y a su gobierno en una posición aún más difícil precisamente cuando se enfrenta una rebelión tory sobre el Brexit.

Un nuevo período de turbulencia

La crisis de 2008 ha puesto de relieve una serie de contradicciones en las relaciones mundiales que se han gestado durante algún tiempo. Estados Unidos, aunque sigue siendo la potencia mundial predominante, se ha vuelto relativamente más débil, y lo mismo es cierto para el conjunto del G7. En 1960, los EEUU constituían el 40 por ciento de la economía mundial, mientras que hoy solo representan el 23 por ciento. La UE ha tenido un desarrollo similar, donde en 1980 los países que actualmente conforman la UE representaban el 34 por ciento de la economía mundial, mientras que ahora representan solo el 22 por ciento. Este relativo debilitamiento de occidente también se refleja en las relaciones internacionales, que se han visto sumidas en la turbulencia.
Las condiciones sociales en los Estados Unidos que llevaron al surgimiento de Trump son el resultado de la crisis y de la incapacidad de la clase dominante de Estados Unidos de imponer su voluntad a la sociedad. En cambio, sus representantes más crueles han sido llevados al primer plano. Las tácticas de negociación de Trump pueden ser adecuadas para el gansterismo de los negocios inmobiliarios, pero están causando estragos en las relaciones internacionales. Este es un problema serio para el mundo burgués. Trump amenaza con enviar al mundo a una guerra comercial a menos que sus aliados toquen su melodía. El director del grupo de expertos Carnegie Europe lo expresó así:
"El problema con las guerras comerciales ... es que a veces suceden incluso si nadie quiere iniciar una. Si Trump responde a lo que inevitablemente será una contra respuesta europea redoblando la apuesta - imponiendo más aranceles a Europa - ¿qué sucederá después?".
Es muy probable que Trump y el resto del G7 parcheen un acuerdo por ahora, pero cuánto daño sufrirá primero la economía mundial es una pregunta más interesante, y sienta un peligroso precedente. Trump, en cierto sentido, abrió una caja de Pandora. La clase dominante europea ya no podrá confiar en los estadounidenses, y viceversa.
El libre comercio es una política que adoptan los países más competitivos, ya que les ayuda a proporcionarse un mercado más abierto. Pero esos mismos países que ayer comerciaron libremente pueden convertirse hoy en día en proteccionistas a medida que entran en declive y pierden su ventaja competitiva. Eso es lo que estamos presenciando, y la desaceleración económica mundial está exacerbando el proceso. En un mercado mundial en fuerte expansión, hay espacio para todos, pero cuando ese mercado deja de expandirse, queda claro que donde un país gana, otro pierde. El perdedor buscará otros medios, ya sean políticos, diplomáticos o militares, para proteger o expandir su participación en el mercado.
El problema, por supuesto, radica en el hecho de que cuando una potencia comienza a imponer medidas proteccionistas, entonces simplemente provocará represalias del tipo "ojo por ojo, diente por diente", y el resultado final será un estrangulamiento del mercado mundial en su conjunto. Eso es lo que temen los comentaristas burgueses serios. Para la clase trabajadora, sin embargo, ninguna de las políticas servirá para defender sus intereses, ya que ninguna de ellas puede detener la crisis inexorable del sistema capitalista. Lo que estamos presenciando es el colapso del viejo orden. En este contexto, la aparición de un Trump tiene una lógica. Refleja la incapacidad de la clase dominante en todas partes para administrar su propio sistema.

Niklas Albin Svensson

sábado, 23 de junio de 2018

La mayor deuda desde la II Guerra Mundial amenaza la recuperación económica




La deuda mundial, 164 billones de dólares, alcanza su récord desde la II Guerra Mundial. Supone el 225% del PIB global, pone en peligro la recuperación económica y anuncia nuevos ataques contra la clase trabajadora.

Si repartiéramos toda la deuda entre los habitantes del planeta cada uno de nosotros deberíamos 21.866 euros. Para hacernos una idea, en el Estado español el salario medio anual más habitual es de 16.500 euros. Para los trabajadores de países los coloniales o semicoloniales esta cantidad supone varios años de trabajo. Se trata del mayor nivel de endeudamiento desde el final de la II Guerra Mundial, y es un 12% mayor que el logrado en 2009, el peor año de la crisis.
En aquella ocasión la deuda fue generada por la necesidad de restablecer las infraestructuras y los medios de producción que quedaron destruidos o muy dañados tras el conflicto bélico. Esto supuso enormes inversiones productivas de todo tipo que lograron impulsar la economía mundial capitalista a niveles de crecimiento históricos, los conocidos como los “30 gloriosos”.
Un importante paréntesis para los problemas de la fase de decadencia capitalista en la que se encontraba la economía mundial (caracterizada por crecimientos económicos inferiores al potencial, ciclos de alza cada vez más cortos y nuevas y peores crisis). La fase de decadencia volvió a imponerse tras el final de los “30 gloriosos”, con nuevas dificultades desde finales de los 60 principios de los 70 del siglo pasado, sorteados con la ofensiva neoliberal que el 2008 puso en la picota.
La deuda actual es un efecto de la crisis financiera de 2008. Una crisis generada por la enorme burbuja de productos financieros, el increíble auge de las bolsas y el “boom inmobiliario “. Un volúmen de valores que se alejó cada vez más del crecimiento de la economía productiva real a la que supuestamente representaban.
Este enorme crecimiento del denominado “capital ficticio” trata de resolver la caída de los beneficios capitalistas en la economía productiva en relación al volumen de inversión necesario. El capital se topa con que el elevado grado de mecanización y tecnología de la producción (el incremento del capital muerto -las máquinas- en detrimento del capital vivo -los trabajadores- que es el único que produce plusvalía) reduce tendencialemente la tasa de ganancia capitalista.
Para tapar ese enorme agujero financiero se inyectaron cantidades estratosféricas de dinero, a la par que se devaluaban los salarios y se aplicaban recortes sociales. Todo para lograr salvar a los capitalistas en apuros y una recuperación a costa de la clase trabajadora.
Se trató de incentivar el incremento de las inversiones productivas para permitir impulsar la economía mundial sobre bases sólidas. Sin embargo, más bien parece que lo que se ha conseguido es ir gestando otra burbuja especulativa basada en una enorme deuda global -pública y privada- que todavía no se ha conseguido digerir.
La deuda media del conjunto de los países imperialistas alcanza el 105% de su PIB. Un tercio de ellos deben como mínimo el equivalente al 85% del tamaño de sus economías. Esto es tres veces más que en el año 2000. Pero hay casos peores. El Estado español roza ya el 100% y está sometido a la intervención de la UE para reducir los niveles de deuda en base a recortes sociales. La economía italiana tiene una deuda bastante superior, el 131,5% de su PIB y está a la espera de acometer el correspondiente ajuste que todavía no se ha producido. En su caso, a diferencia de la deuda española, la mayoría de su pasivo está en manos de capitales italianos.
Las denominadas economías emergentes, países coloniales, se encuentran en niveles de deuda más reducidos. Aún así están en plena y fuerte expansión y son más vulnerables por las dificultades financieras derivadas de la elevación de tipos de la FED y próximamente del BCE. Esto pone en importantes dificultades la financiación de sus economías. Véase e caso argentino, donde a consecuencia de la retirada de estímulos de la FED, se ha situado la deuda en un del 50% de su PIB.
Los gobiernos para evitar la recesión pisaron el acelerador dopando a las economías con grandes incrementos de crédito, lo que se ha denominado políticas monetarias laxas. Pero los riesgos son enormes, puesto que cada vez se necesita más préstamos acumulados para lograr un punto de crecimiento del PIB. Pero lo que en realidad se consigue es incrementar las futuras burbujas especulativas que es dónde se obtienen mayores niveles de beneficio capitalista.
Ahora se plantea la retirada de manera relativamente ordenada de los estímulos monetarios con el objeto de ir poco a poco encareciendo el dinero y reducir así la peligrosidad de esta burbuja especulativa. Sin embargo, la situación presenta rasgos preocupantes.
La mayoría de esos recursos monetarios se fueron de nuevo hacia la bolsa y los productos financieros, al capital ficticio. De hecho la bolsa norteamericana ha subido por encima de los niveles pre-crisis, y las deudas pública y privada mundial, están en un nivel récord.
Desde el Fondo Monetario Internacional (FMI) se ha advertido en su último informe, “Monitor Fiscal”, que “los altos niveles de deuda y los elevados déficit públicos son un motivo de preocupación”. Además ha recordado que “las naciones con un alto endeudamiento son más vulnerables a un endurecimiento de las condiciones globales de financiación que podrían dificultar el acceso a los mercados y meter presión sobre la economía”. En concreto hablan de la posibilidad de sufrir “notables e inesperados shocks en su ratio de deuda sobre su PIB, lo que incrementa la posibilidad de sufrir problemas en cadena”.
Hay que recordar que la FED ya lleva tiempo retirando de su balance la compra de bonos públicos, con además incrementos de tipos de interés constantes, aunque todavía suaves. Mientras el BCE continúa comprando deuda soberana -empezó más tarde que la FED- pero ha bajado las compras a la mitad -30.000 millones mensuales- y ha anunciado su retirada el próximo mes de septiembre.
Esto supone un endurecimiento monetario progresivo, aunque moderado de momento, pero puede poner en graves aprietos a los estados que tengan deudas muy elevadas, dado que los tipos de interés pueden empezar a subir y amenazar su solvencia financiera. Una nueva amenaza contra los derechos económicos y sociales básicos de la población trabajadora en esos países.
Además, comienza a cobrar fuerza, entre los propios analistas capitalistas la idea de que la economía mundial lleva ya un período largo de crecimiento -absolutamente desigual por otra parte y que los trabajadores apenas han percibido- y que nos podríamos encontrar en las últimas fases del ciclo de crecimiento.
De darse una relantización importante o incluso una nueva recesión, sería muy complicado utilizar herramientas “anticíclicas”, puesto que apenas habría márgen para incrementar el gasto público y bajar tipos de interés. Por eso, la receta del FMI está siendo la de que los países incrementen el colchón a través de la reducción del déficit, lo cual desemboca en lo mismo: más recortes para los trabajadores y las clases populares que continúan pagando la crisis y su recuperación.
Desde el FMI se ha insistido en que la economía global se enfrenta a “un momento de transición crítico” según se vaya normalizando las políticas monetarias.
Desde la perspectiva de la clase obrera y las clases populares lo importante y urgente es revertir las políticas neoliberales de recortes sociales y económicos y lograr la imposición de un programa favorable a los intereses de la clase obrera.
Con medidas que afecten directamente a las ganancias capitalistas en beneficio de las mayorías sociales, como el reparto del tiempo de trabajo sin reducción salarial para atacar seriamente el enorme drama del desempleo, la nacionalización de las empresas de sectores estratégicos y todo el sistema financiero bajo control obrero, para asegurar la financiación de las nuevas inversiones públicas, los impuestos a las grandes fortunas para financiar los servicios públicos esenciales o la nacionalización de las empresas que lleven a cabo despidos y la apertura y el control de las cuentas de las empresas que dicen estar en crisis y pretendan despedir trabajadores.
Solo un programa económico de este tipo puede ofrecer soluciones reales a la situación de la clase trabajadora y las clases populares y hacer que la crisis económica la paguen los capitalistas.

Juan Carlos Arias