sábado, 29 de noviembre de 2008

La batalla por el futuro de la Revolución es esencialmente de pensamiento

Palabras de Adalberto Hernández Santos, presidente de la FEU, en el acto por el aniversario 137 del fusilamiento de los ocho estudiantes de Medicina

A la misma hora de iniciar esta conmemoración bajo los brazos redentores de nuestra Alma Mater, hace 137 años, víctimas de la infamia y la injusticia, fueron segadas las vidas de ocho estudiantes de Medicina. Su crimen mayor: ser cubanos en tiempos en que un atroz y vetusto coloniaje español intentaba ahogar en sangre el nacimiento estremecido y fértil de nuestra nacionalidad y de nuestra independencia.
Con la muerte de estos valerosos jóvenes, se inició una larga y dura tradición: la disposición al sacrificio de cientos de miles de jóvenes de nuestra Patria, por su emancipación y libertad definitivas. El 17 de noviembre de 2005 Fidel expresó en un discurso imprescindible para nuestros actuales y futuros combates:
«Ocho estudiantes fueron fusilados en 1871 y fueron cimientos de los más nobles sentimientos y del espíritu de rebeldía de nuestro pueblo, a quien tanto indignó aquella colosal injusticia (...)
«En la historia de nuestra juventud estuvo siempre presente el recuerdo de aquellos estudiantes de Medicina, y los estudiantes lucharon siempre contra los gobiernos tiránicos y corrompidos».
En verdad esta efeméride se ha convertido, a lo largo de más de cien años, en fecha de lucha y combate más que de dolor y pena. Miles de veces se tiñó el paisaje urbano con la sangre de jóvenes de todas las generaciones, los 27 de noviembre. Desde este mismo lugar partían hacia La Punta en simbólica peregrinación los Mella, los Villena, los José Antonio, los jóvenes de la Generación del Centenario, en acciones que concluían en genuinas batallas campales de puños de valor contra los fusiles del oprobio y las dictaduras.
Es por ello que este es un día de compromiso, manifiesto masivamente, de los jóvenes de hoy con ese gran poema antiegoísta y profundamente humano, escrito con sangre de todos los colores y todos los esfuerzos que es la Revolución Socialista.
A las puertas de sus primeros 50 años de victoriosa existencia, otros y más urgentes desafíos se nos imponen de nuevo a esta juventud, heredera genética y espiritualmente de otra juventud que no dejó morir al Apóstol en su centenario y saldó las frustraciones nacionales del Zanjón, la Intervención, el 33 y 1952.
Hoy la batalla por el futuro de la Revolución es esencialmente de pensamiento. Donde la búsqueda de altos niveles de conocimiento, de cultura general, de argumentos, no nos permita caer, primero: en el abismo de la ingenuidad que llevaría a la inconsecuencia con nuestra historia y el momento que vivimos; segundo: solo la educación imposibilitaría que los instintos prevalezcan sobre las ideas, dejando aflorar el egoísmo o los intereses del individuo sobre los del grupo a toda costa. El conocimiento arraigado tanto en la profunda ética que encendieron Varela y Martí, que en Fidel, en Raúl y en millones de cubanos honestos han encontrado firmes paradigmas y practicantes; como en el cultivo del amor al trabajo por su valor material y su influencia en la formación de la conciencia. La necesidad de crear, de debatir, de discutir presente en esta generación, debe partir del apego más intrínseco a las ideas y principios de nuestro Socialismo. Dentro de él todo, fuera de él nada.
Hoy sentimos aún dolor por este abominable abuso. En especial porque sabemos que la Revolución no ha sido un paseo de verano para los cubanos. Miles de mutilados y muertos nos ha costado —por las agresiones y planes imperialistas o financiados por ellos— la construcción del Socialismo. Es por ello que más que enunciar nuestro compromiso, nuestra vida y conducta cotidianas de jóvenes tienen que expresarlo por sí solas.
Nuestro pensamiento y más profundo mensaje de aliento y hermandad para nuestros Cinco hermanos, Héroes prisioneros, que al igual que los asesinados en 1871, son víctimas de la infamia y la injusticia de los detractores de nuestra soberanía. Nuestra más fuerte demanda de que los Cinco sean puestos en libertad de inmediato y regresen pronto a Cuba.

Compañeros y compañeras, estudiantes:

Hace 50 años se desarrollaba con éxito la Batalla de Guisa bajo las órdenes del Comandante en Jefe Fidel. Hoy moría allí un bravo combatiente: Braulio Coroneaux. Esta marcha es un homenaje también a los protagonistas de nuestra Historia, a los caídos y a los que nos acompañan. Un tributo a los combatientes del Moncada, del Granma, de las batallas decisivas, de Girón, el Escambray, las misiones internacionalistas. Para todos ellos y para Antonio, Gerardo, Ramón, Fernando y René este pensamiento martiano del 27 de noviembre de 1893, que parece escritos para nosotros en el día de hoy:
«Del crimen ¡ojalá que no hubiera que hablar! Háblese siempre —en estos días en que la observación superficial pudiera dudar del corazón de Cuba— del oro rebelde que en el fondo de todo pecho cubano solo espera la hora de la necesidad para brillar y guiar, como una llama. Así, luces serenas, son en la inmensidad del recuerdo aquellas ocho almas».
Convocamos, en este momento solemne, a todos los jóvenes de cada rincón del país que sientan que tienen la Patria y nación para defender y amar que siga esta marcha de reafirmación revolucionaria y tribute con flores rojas al ejemplo imperecedero de los jóvenes caídos por la Patria.

¡Gloria eterna a los ocho estudiantes de Medicina!

¡Viva la FEU!

¡Viva la Juventud Cubana!

¡Vivan Fidel Y Raúl!

¡Patria o Muerte!

viernes, 28 de noviembre de 2008

La vida en los campamentos de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia)



Entrevista al historiador Ezequiel Rodríguez Labriego

Uno de los principales logros de la fabricación industrial del consenso consiste en la cancelación a priori de toda disidencia radical. Se trata de aplastar de antemano cualquier pensamiento crítico y hasta la más mínima posibilidad de oposición seria al sistema.
Mezclando en un mismo collage las imágenes más oscuras de las novelas antiutópicas clásicas (Un mundo feliz de Aldous Huxley, 1984 de George Orwell o Fahrenheit 451 de Ray Bradbury) con las historias más truculentas de terror infantil, las usinas comunicacionales del imperialismo han fabricado un nuevo fantasma, macabro, tenebroso y amenazador. Se trata del supuesto “narco-terrorismo”, reemplazante del antiguo espantapájaros conocido como “conspiración comunista”, típico del cine de la guerra fría.
Así han fabricado un nuevo demonio, completamente amorfo, omnipresente, inconmensurable, impensable, incluso inimaginable.
Ese nuevo Lucifer que persigue la caza de brujas contemporánea, deporte preferido del neo-marcartismo, asume diversos nombres y rostros, según la conveniencia del momento. Uno de los más célebres es el de Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), enemigo a muerte en todas las hipótesis de conflicto que manejan los yanquis.
Detrás de las telarañas desinformativas del poder, más allá del laberinto de manipulación de cables, agencias y comunicados oficiales, del otro lado de las operaciones de guerra psicológica, campañas mediáticas y totalitarismo cultural, ¿cómo serán realmente las FARC-EP? ¿Qué rostro tendrán en la intimidad estos guerrilleros sin seña, sin rastro y sin nombre? ¿Qué costumbres asumirá su vida cotidiana? ¿Qué soñarán cada noche y cada mañana, cada cumpleaños y cada 31 de diciembre?
Para imaginar la vida de las guerrillas contamos con aquellos relatos épicos del Che Guevara (Pasajes de la guerra revolucionaria), de Omar Cabezas (La montaña es algo más que una inmensa estepa verde) o el ya clásico de Jorge Ricardo Masetti (Los luchan y los que lloran). Se trata de historias, en todos estos casos, sobre Cuba y Nicaragua. No obstante, hasta donde sabemos, exceptuando dos excelentes biografías de Manuel Marulanda escritas por el historiador Arturo Alape (Las vidas de Pedro Antonio Marín, Los sueños y las montañas), la revolución colombiana no tiene todavía relatos que nos muestren el mundo cotidiano de la insurgencia. Las FARC esperan esas historias, tarea que comenzó a ser colmada en el cine por el reciente film Guerrillera (del director danés Frank Piasecki Poulsen, disponible en internet). Excelente documental que le pone rostro cotidiano al espectro itinerante y clandestino de la guerrilla. Fantasma temido, odiado o admirado, pero siempre desconocido.
El historiador uruguayo Ezequiel Rodríguez Labriego ha tenido este año el privilegio de conocer en vivo y en directo la vida íntima y cotidiana de las guerrillas colombianas, el supuesto “monstruo”, según el imaginario inquisitorial del Pentágono, la CNN, Uribe y la extrema derecha troglodita.
Junto a un sacerdote francés, dos sociólogos italianos y una periodista norteamericana, Rodríguez Labriego ha visitado en las montañas de Colombia los campamentos de las FARC. Allí pudo observar, dialogar y convivir con los y las combatientes de este ejército del pueblo que en pleno siglo XXI sigue hostigando al imperialismo yanqui y sus prepotentes bases militares con las banderas entrañables de Simón Bolívar, el Che Guevara y Manuel Marulanda.
A continuación reproducimos parte de la entrevista que le hicimos a Rodríguez Labriego, focalizando el interés en los aspectos más cotidianos de su experiencia, aquellos que humanizan a los y las combatientes comunistas, los rescatan del retrato gótico y monstruoso que la CIA ha dibujado para demonizarlos, devolviéndolos al terreno sencillo pero hermoso de la construcción del hombre nuevo y la mujer nueva del siglo XXI.
La entrevista al historiador uruguayo que muy amablemente accedió a nuestras interrogantes fue realizada en la Universidad de Río de Janeiro (Brasil) el 28 de octubre de 2008, ocasión en la que también tuvimos el honor de conocer y dialogar con la historiadora brasilera Anita Prestes, hija de otro legendario combatiente revolucionario de América Latina, Luis Carlos Prestes.
Néstor Kohan: ¿Por qué se le ocurrió ir a conocer a las FARC-EP?
Ezequiel Rodríguez Labriego: Por múltiples razones., pero principalmente por dos. En primer lugar, por una curiosidad que me surgió al leer el libro Rebeldes primitivos del célebre historiador marxista británico Eric Hobsbawm, cuando analiza diversas rebeldías campesinas y dice, refiriéndose a las FARC (Hobsbawm las conoció de primera mano), que el caso colombiano constituye “la mayor movilización campesina del hemisferio occidental”. En segundo lugar, porque me sorprende, me incomoda y me indigna el brutal silencio —muchas veces cercano a la complicidad con el poder— que hoy rodea y encubre a Colombia. Entonces, me pregunto: ¿le vamos a otorgar crédito de veracidad al terrorista y guerrerista Uribe? ¿Le vamos a creer? ¿Vamos a callarnos la boca sobre el genocidio que hoy padece el pueblo colombiano? Por estas razones, algunas históricas, otras presentes, quería conocer en forma directa a las FARC, sin “filtros” macartistas. Por eso fui. Te aseguro que no me arrepiento.
Néstor Kohan: ¿Cómo viajó hasta los campamentos?
Ezequiel Rodríguez Labriego: Bueno, a través de una larga travesía. No es fácil llegar. Varios días de autobús, camión, camioneta, lomo de mula, muchas pendientes, cuestas empinadas, bajadas abruptas, cruces de riachos o arroyuelos y finalmente caminatas en la montaña, en el barro y bajo lluvia, mientras los combatientes que nos guiaban nos iban contando historias sobre la gesta de Simón Bolívar. Era realmente emocionante sentir que Bolívar los acompañaba, que no era una figura meramente decorativa o un frío objeto de estudio, como suele suceder en la Academia cuando se estudia la historia de América Latina.
Néstor Kohan: ¿Qué imagen tenían de Bolívar estos jóvenes guerrilleros?
Ezequiel Rodríguez Labriego: Me dio la impresión de que ellos, los jóvenes de las FARC, sentían a Bolívar como uno más de sus compañeros, como uno más de sus propios combatientes. Ellos se imaginaban, por ejemplo, que Bolívar, aunque aparece en todas las estatuas de las plazas esculpido o retratado a caballo y con un gesto napoleónico, de conquistador, en realidad andaría en mula, ya que en esas montañas donde luchó el Libertador, el caballo ve dificultada su marcha mientras la noble mula, quizás menos elegante y majestuosa, puede arreglárselas para subir y bajar esas ríspidas, resbaladizas y embarradas pendientes. Se preguntaban, también, si a Bolívar le gustaría bailar, si se escaparía a ver muchachas (decían, en broma, que cuando el Libertador iba a ver a la novia no podía ir en mula, allí tendría que ir a caballo... para tener mejor “presencia” como galán [Risas]). También se planteaban si Bolívar acaso no tendría la piel oscura y el pelo rizado, en lugar de aparecer como blanquito... Para estos combatientes Bolívar era un ser humano de carne y hueso, con una vida cotidiana como cualquiera de ellos, no un pedazo de bronce, no una estatua muerta y petrificada.
Néstor Kohan: ¿Cómo fue la llegada?
Ezequiel Rodríguez Labriego: ¡Todos embarrados! [Risas]. Nos caímos varias veces. Los combatientes nos ayudaron solidariamente a levantarnos. Trataban de ayudarnos. Nos alentaban. Allí descubrimos un detalle práctico, ningún calzado de la ciudad sirve para esos lugares. Los revolucionarios insurgentes están acostumbrados a caminar por lodazales de 20 ó 30 centímetros de barro como algo “normal”. Como llovía muchísimo nos prestaron capas impermeables. Fue entonces cuando escuché la primera de las muchas bromas. Al sacerdote francés y a mí nos bautizaron “Batman y Robin de la primera generación, antes de que se inventara el automóvil, cuando todavía andaban en mula”. [Risas]. El primer vínculo con los guerrilleros comunistas se abrió entonces con una broma. Otra broma lo cerró al final de la experiencia. Cuando nos fuimos, al despedirnos, nos dijeron: “Esta tierra los saluda y los despide con orgullo... No cualquiera se anima a besarla con el culo...”, aludiendo con ironía a nuestras caídas en el barro. [Risas]. El humor estuvo a la orden del día todo el tiempo.
Néstor Kohan: ¿No encontró entonces a la gente de las FARC derrotada, desmoralizada y cabizbaja?
Ezequiel Rodríguez Labriego: ¡No! ¡Al contrario! Los encontré alegres, con una moral muy alta, con una convicción muy fuerte y seguros de que van a triunfar. No era una pose o una puesta en escena. Se los veía seguros. A eso atribuyo el humor y las bromas (entre ellos y con los visitantes, siempre en un tono de cordialidad, de amistad solidaria y de camaradería). Si estuvieran derrotados, como los presenta el presidente Uribe y la inteligencia militar colombiana, así como los grandes multimedios que difunden los comunicados de las Fuerzas Armadas y su visión de la guerra, si se sintieran vencidos, pensando que van a ser aplastados y aniquilados —sobre todo por un ejército tan salvaje e impiadoso como el colombiano, asesorado y dirigido en el terreno mismo por los yanquis— no se la pasarían haciendo chistes o bromeando. Es algo de sentido común. ¿no? El humor expresa algo. Creo que es producto de una moral combativa alta y de una fuerte convicción en el triunfo popular.
Néstor Kohan: ¿El acceso a los campamentos era directo?
Ezequiel Rodríguez Labriego: No, había que dar antes muchas vueltas. Pero lo que más me sorprendió es el contacto previo con poblaciones que los apoyan y sostienen. La propaganda oficial, de la que se hacen eco los grandes medios de comunicación, los pintan como bandoleros, como una banda de forajidos armados y sin ideología, aislados del pueblo o detenidos en el tiempo. Yo vi otra cosa bien distinta. No lo leí, no me lo contaron, lo vi con mis propios ojos. Gente común de los poblados y pueblos que los apoyan, mayormente trabajadores, campesinos, vestidos con ropa muy humilde. Mujeres del pueblo con muchos hijos (recuerdo por ejemplo una señora, muy joven, muy humilde, con una mula donde iban tres niños y ella iba a pie embarazada de un cuarto niño...). Toda esa gente de los poblados, civiles, hablan de ellos, de los combatientes de las FARC y de sus campamentos de montaña, diciendo “allá arriba”, “la gente de arriba”, “los camaradas”... (en Colombia casi no se utiliza la palabra “compañero”, todo el mundo se llama “camarada”, es mucho más común). Esas expresiones eran referencias elípticas a los campamentos de montaña de las FARC. La gente de los poblados les pasan comida, cigarrillos, varias cosas. Un grupo revolucionario que careciera de apoyo popular no contaría con esa simpatía y esa colaboración. Por eso los militares y paramilitares de Colombia asesinan tantos civiles, porque estos últimos apoyan a la guerrilla. Es evidente el apoyo que le dan a las FARC. Yo lo vi. Las FARC y sus frentes de trabajo político hacen trabajo social con la gente, con las poblaciones: vacunan a los gurises [es decir a los niños. N.K.], construyen escuelas, puestos de salud, caminos, pequeñas represas para los ríos, gestionan documentación para los niños indocumentados (en el campo son muchísimos los indocumentados). En síntesis, vi muchas familias y muchos niños rodeando a las FARC. Definitivamente es una guerrilla popular.
Néstor Kohan: ¿Cómo los recibieron en los campamentos?
Ezequiel Rodríguez Labriego: El primer contacto fue con los puestos de guardia. Ibamos tratando de mirar el suelo con barro, para no caernos ni resbalarnos y en un momento, al levantar la cabeza y la vista, sorpresivamente nos encontramos con los guardias del campamento a medio metro [Risas]. Cuidaban el campamento frente a las incursiones del Ejército. Lo primero que les dijimos fue “no podemos darles la mano porque estamos todos embarrados” [Risas]. Nos topamos con ellos sin haberlos visto. Luego seguimos subiendo y llegamos al puesto de la comandancia. Allí nos recibieron los comandantes. Fueron muy amables. Nos sentamos alrededor de una mesa llena de libros. Luego trajeron la comida. Había muchos libros y, repito, muchos chistes. Todo el tiempo había risa, me sorprendió ese humor. Yo esperaba encontrar gente muy seria, como en las películas y me encontré algo muy distinto. Muchas bromas. Los colombianos lo denominan “mamar gallos”, es decir, hacer jodas, bromear. A lo largo de toda la experiencia, en varias ocasiones, cuando hacía preguntas tenía que preguntar varias veces, porque seguro que las primeras respuestas eran en broma. No me costó acostumbrarme, nosotros también comenzamos a devolver las bromas (aunque a los visitantes de Europa les costaba a veces comprender las ironías). Nada más lejos de esos combatientes, de esos muchachos y chicas, que la tristeza, la sensación de derrota o el desánimo.
Néstor Kohan: ¿Llegaron de noche o de día?
Ezequiel Rodríguez Labriego: Era plena noche, no se veía nada. La selva es muy oscura. Los árboles son altos, muy altos. La vegetación es espesa. A veces hay neblina.
Néstor Kohan: ¿Se alumbraban con faroles como en nuestros campo donde no hay luz eléctrica?
Ezequiel Rodríguez Labriego: ¡No! [Risas]. Es distinto al campo que nosotros estamos habituados a ver. Había muy poca luz, porque los aviones del ejército colombiano cuentan con una nueva tecnología militar proporcionada por los Estados Unidos. Esa nueva tecnología de control, que facilita la represión del ejército, está formada por el uso del satélite, por globos espías y hasta aviones sin tripulación, que cuentan con instrumentos que en tiempo real detectan concentraciones de humo, calor y luz en la selva y así, automáticamente, vienen los aviones militares y comienzan a bombardear. Por lo tanto de noche hay poquísima luz. Pero en ese primer encuentro igual nos veíamos las caras. Había un pequeño foco y linternas. De repente un combatiente alerta “Avión...” y todo el mundo apaga la linterna. El campamento entero queda oscuro y no se ve absolutamente nada. Y allí nomás florece una nueva broma. Como en la guerrilla no se sabe si el ruido es de aviones comerciales o aviones militares, es decir, bombarderos de las fuerzas armadas, simplemente se refieren al avión como “el jet” que se pronuncia “el je” (sin la “t” final), entonces te aclaran riéndose que se trata del “el je... el lleno de bombas...”. Un humor muy cáustico.
Néstor Kohan: ¿Escuchaban música?
Ezequiel Rodríguez Labriego: En realidad había mucho silencio, sólo se escuchaban los sonidos de la selva, los grillos, la lluvia, las ramas que se movían cuando había viento, quizás el tintineo del agua de algún arroyo, aunque de lejos se escuchaban noticias. Lo que sucede es que “la guerrillereada”, como ellos le dicen coloquialmente al personal de la guerrilla, estaba escuchando noticias... Aunque un día nos hicieron escuchar música de las FARC, escrita e interpretada por las propias FARC, con letras revolucionarias y música en distintos ritmos: rock, merengue, tango, salsa, ballenato, etc. La escuchamos en una computadora. Los domingos sí hay música, interpretada por ellos. Los jóvenes tocan la guitarra y el acordeón, también cantan.
Néstor Kohan: ¿Cuáles fueron los primeros relatos y las primeras charlas?
Ezequiel Rodríguez Labriego: Obviamente todo comenzó con diálogos políticos. La situación en Colombia, la violación a los derechos humanos de Uribe de la que nadie habla, cuando semana a semana se secuestra y asesina a dirigentes sindicales, campesinos, curas, monjas, estudiantes, etc. También se habló del trato terrible que reciben los combatientes capturados por el ejército, la necesidad de la solidaridad internacional, los debates actuales del marxismo, etc. Pero a la hora de acostarse también aparecieron otro tipo de historias. Historias de osos, tigres (los tigres que se comen a los animales domésticos de la gente), las culebras... Afortunadamente recién al final, al irnos, descubrí que lo que ellos, los colombianos, llaman “las culebras” eran lo que en Uruguay se conocen directamente como víboras. Yo pensé que hablaban de culebras chiquitas de 10, 15 o 20 centímetros de largo y resulta que se trataban de culebras de hasta dos o tres metros [Risas]. ¡Menos mal que recién descubrí al final el equívoco! [Risas]. Me contaron un cuento, una de las tantas historias de esa oralidad mágica donde la selva va cobrando vida al lado de estos habitantes de las montañas, sobre un guerrillero que capturaba las víboras con la mano, les hablaba y luego no las mataba, las soltaba. Entonces las culebras se iban serpenteando... ¡porque estaban humilladas!. Se movían así por la humillación ante el hombre, ante el guerrillero, ante el campesino [Risas]. Nosotros empezamos a bromear, esperando que las culebras que eran familiares de esa víbora humillada no vinieran a vengarse de su pariente... [Risas]. También nos contaban la historia de otro guerrillero que hablaba con los bichitos del bosque, le decían cariñosamente “el loco”. Parece que era uno de los mejores guerrilleros por su “mística”, por su entrega y disciplina, pero bromeaban que era “loco” por sus ocurrencias y bromas permanentes o porque hablaba con los animales del bosque.
Néstor Kohan: ¿Dónde dormían?
Ezequiel Rodríguez Labriego: En carpas. Había camas de caña, madera, aserrín. Había colchones. Plásticos para cubrirse de la lluvia. Barro. Debo destacar el esfuerzo que hacía esta gente para que los invitados se sintieran cómodos. La lluvia por momentos era torrencial, no pasó un solo día sin llover en los campamentos. El barro era omnipresente. Se olía todo el tiempo el aroma de la tierra mojada en medio de lluvia o la neblina. En ese panorama se esforzaban por brindarnos la mayor comodidad. Nos contaron que los guerrilleros deben dormir con gran parte de sus cosas preparadas por si se presenta una situación de “orden público”, combate o asedio militar inminente.
Néstor Kohan: ¿A qué hora se levantaban?
Ezequiel Rodríguez Labriego: Tempranísimo. Antes de las 5 AM. La vida en la montaña y en el campo es muy diferente a la ciudad. Todo comienza antes y todo termina antes. Pero incluso hubo un día en el cual los comandantes querían leer, discutir y debatir las tesis de un libro que hablaba sobre Colombia y América latina, parece que muy polémico, y se levantaron a las 3 AM. Allí todo se escucha. Desde lejos, donde estaba nuestra carpa, escuchábamos el debate. Hay que estar muy politizado y tener muchas ganas de polemizar para levantarse a las 3 AM... ¡a debatir un libro! ¿no es verdad? Nada más lejos de la realidad que yo viví que la imagen oficial de “bandoleros narcotraficantes sin ideología”.
Néstor Kohan: ¿Qué desayunaban?
Ezequiel Rodríguez Labriego: Lo primero que toman, a eso de las 5 AM, es un “tinto”. ¡No es vino! [Risas], ellos le llaman “tinto” al café negro. Luego, más tarde, a eso de las 7 AM, se desayuna mucha comida, arepas (comida hecha con harina de maíz), huevos, etc. Mucha comida, no sólo para los invitados o las visitas internacionales. Un viejo guerrillero nos explicó que las FARC brindan a sus combatientes buena alimentación entre otras cosas para así prevenir enfermedades. Un guerrillero mal alimentado puede enfermarse más fácil. Incluso en términos económicos, resulta mejor comer bien que sanar enfermos. Cada combatiente tiene también su cepillo de dientes y su pasta para prevenir enfermedades en la boca.
Néstor Kohan: ¿Cómo es la vida durante el día? ¿Practicaban tiro o puntería todo el tiempo?
Ezequiel Rodríguez Labriego: No, son muy buenos tiradores (los militares llamaban al comandante Marulanda “Tirofijo”), pero en realidad, la mayor parte del día, todo el campamento es un gigantesco colectivo de trabajo. ¡Trabajan mucho durante el día! Hay grupos de trabajo por escuadra de combate. Cortan leña, serruchan, trabajan la madera, lavan, cocinan, construyen, trasladan distintos materiales. Los campamentos se parecen más a enormes colectivos de trabajadores que a otra cosa. Por eso, nos explicaban, la necesidad de una buena alimentación: mucho trabajo físico. Las mujeres trabajaban a la par de los varones, en todos los ordenes. En la marcha por la selva las mujeres y los varones trasladan mochilas de 30 kilogramos aproximadamente (ellos hablan y miden en libras) con ropa, armas, munición, comida, etc.
Néstor Kohan: ¿Había mujeres en la guerrilla?
Ezequiel Rodríguez Labriego: ¡Muchas! Cargaban armas largas (diversos tipos de fusiles), uniforme de las FARC y, al mismo tiempo, aritos, anillos u uñas pintadas. Ellas llevaban las mismas cargas que ellos y todo el mundo trabajaba por igual.
Néstor Kohan: ¿Quién cocinaba?
Ezequiel Rodríguez Labriego: Había varias cocinas, con hornos fabricados por ellos mismos al estilo vietnamita o cubano, según nos explicaban. Ellos lo denominan “ranchas”. Vi gente cocinando, tanto mujeres como varones, ambos por igual.
Néstor Kohan: ¿Todos vestían igual?
Ezequiel Rodríguez Labriego: Sí, con uniforme verde oliva y las insignias de las FARC-EP. Tenían todos, hombres y mujeres, una pulcritud tremenda. Si nos veían embarrados (por las caminatas) nos hacían bromas, sugiriéndonos que nos cambiáramos. Cada combatiente tiene más de un uniforme, que ellos mismos confeccionan. La limpieza de los combatientes está reglamentada. En medio de ese lodazal todo el mundo estaba limpio. ¡Increíble! De alguna manera se sentían orgullosos, si mi percepción no me engaña, de saber caminar largas jornadas en el barro sin ensuciarse. Se sentían orgullosos de estar así, limpios en medio de la selva. Incluso nos preguntaban con ironía porque estábamos embarrados, diciéndonos: “¿Ustedes no están acostumbrados a caminar en el barro, no es cierto?”. Aunque al mismo tiempo, con la mayor naturalidad, algunos combatientes también nos preguntaban: “¿En serio es la primera vez que visitan campamentos guerrilleros?”... como si fuera lo más normal del mundo... [Risas]. Vestían entonces por igual pero había gente de lo más variada. Vimos combatientes blancos, mestizos, indígenas, afrodescendientes, hombres y mujeres. Se los percibía integrados, en un colectivo integrado. Por ejemplo, vi gente blanca cocinando y sirviendo a gente mestiza o afrodescendiente. Todo lo contrario del capitalismo racista y de la discriminación a la que nuestra sociedad ya nos tiene acostumbrados.
Néstor Kohan: ¿Durante todo el día sólo trabajaban?
Ezequiel Rodríguez Labriego: No, además de comer, trabajar y descansar, también vi reuniones y discusiones que hacían por la tarde. A esas reuniones las denominan “la hora cultural”. En realidad duran una hora y media o dos. Se juntan y escuchan noticias, primero, para analizarlas, después. Luego debaten en una especie de asamblea sobre la noticia del día.
Néstor Kohan: ¿Noticias de qué tipo?
Ezequiel Rodríguez Labriego: Noticias de Colombia y América Latina, principalmente. Pero también de otras partes del mundo.
Néstor Kohan: ¿De dónde obtienen las noticias en la selva y en plena montaña?
Ezequiel Rodríguez Labriego: De la radio y la TV. Miran TV a una hora del día. Principalmente noticieros, por ejemplo TELESUR. También obtienen noticias de Caracol, etc. pero además miraban una serie de TV, partidos de fútbol, etc. Recuerdo uno de los tantos chistes que hacían: “Fulano es un leninista estricto, para él lo primero es el partido... el partido de fútbol” [Risas]. Esta persona no se perdía un partido por nada del mundo.
Néstor Kohan: ¿Cómo debatían?
Ezequiel Rodríguez Labriego: Por grupos, por escuadra. Las escuadras son las estructuras de combate más pequeñas, pero al mismo tiempo son células políticas [en la tradición de pensamiento leninista, las “células” constituyen la forma de organización más pequeña de todo partido político. N.K.]. Lo interesante es que cada escuadra tiene su comandante pero también posee su secretario político. Los dos cargos no puede ejercerlos la misma persona. De esa manea se garantiza la democracia interna en las FARC y la posibilidad del debate. Entonces en las horas culturales dedicadas a la información, la educación y al debate, cada escuadra es responsable de transmitir una noticia. Cuando todas las escuadras dijeron lo suyo, comienza el debate colectivo sobre las noticias. Allí se las analiza críticamente. Hablan todas y todos, la palabra circula. Participan desde quienes tienen mejor oratoria, más fluida, hasta aquellos a quienes les cuesta más hablar o leer en público. Lo llamativo es que hablan y debaten al oscuro o con escasísima luz. Al presenciar esas escenas vienen a la memoria los relatos del marxista norteamericano John Reed cuando escribía la historia de la revolución bolchevique. John Reed, aquel periodista de los EEUU, se asombraba de que los soldados bolcheviques de Lenin, aun con hambre y en medio de la guerra, se desesperaban por recibir noticias o libros en el frente de batalla... Las horas culturales en la selva colombiana me hicieron acordar aquel libro.
Néstor Kohan: ¿Por qué las horas culturales se hacían al oscuro?
Ezequiel Rodríguez Labriego: Por la posibilidad de bombardeos desde los aviones militares. La ausencia de luz estaba destinada a ocultarle a los aviones las posiciones de los campamentos guerrilleros. Los combatientes nos contaban que esas horas culturales antes se hacían con toda luz y viéndose las caras, pero como Uribe ha recrudecido la guerra —todo en nombre de “la paz” y “la democracia”...— y ha recibido últimamente tecnología militar yanqui de última generación dedicada a aniquilar a la insurgencia con el denominado “Plan Patriota”, entonces ya no se podía continuar desarrollando esas actividades con luz. Esa tecnología militar yanqui incluye globos espías o información de satélite destinada a detectar concentraciones de luz, humo o calor en la selva. Eso motiva los debates al oscuro. Es muy raro para alguien que vive en la ciudad asistir a esa especie de asambleas al oscuro, en medio del barro, donde se discute la información de coyuntura. ¡Es muy sacrificado vivir así! Pero todo el mundo participa con entusiasmo, con “mística”, con alegría en las discusiones. Lo que hemos conocido es, realmente, una fuerza político-militar muy informada, muy politizada y muy actualizada en el día a día.
Néstor Kohan: No son entonces unos locos sueltos, perdidos en la selva, que no se habían enterado de que cayó el Muro de Berlín...
Ezequiel Rodríguez Labriego: [Risas] ¡No! Están muy, pero muy informados. No sólo de Colombia sino también de otros países. Reciben visitas. Tienen charlas sobre la lucha popular de otros países. Son internacionalistas convencidos. Además la inmensa mayoría de combatientes que conocí ingresaron a las FARC después de la caída del Muro de Berlín. No son “dinosaurios nostálgicos”. Son marxistas leninistas, guevaristas y bolivarianos, con un proyecto político actual, pensado para América Latina en el siglo XXI. Ese proyecto bolivariano no está pensado sólo para Colombia sino para la Gran Colombia y la Patria Grande, es decir, para toda América Latina. Las FARC constituyen una organización guerrillera muy conectada con el mundo.
Néstor Kohan: ¿No había diferencias de formación entre sus integrantes?
Ezequiel Rodríguez Labriego: La verdad que por el tiempo en que estuvimos no lo podría afirmar. Aunque sospecho que sí. Había trabajadores, campesinos, estudiantes. Algunos tienen oratoria fluida, a otros les costaba más leer en voz alta. Pero todos y todas participaban por igual. ¡La palabra era rotativa! Hasta los más tímidos tenían que hablar. Los roles de organización de las “horas culturales” (especie de asambleas culturales) cambiaban y se alternaban todos los días. Sinceramente los vi muy informados y muy interesados en lo que pasaba en Colombia (por ejemplo movilizaciones urbanas, crisis política, etc.) y en otros países.
Néstor Kohan: Eso en cuanto a los combatientes, ¿y los comandantes?
Ezequiel Rodríguez Labriego: Bueno, debo reconocer que me sorprendieron. Aunque había leído historiografía sobre las guerrillas y había entrevistado alguna vez a dirigentes políticos y guerrilleros de otros países, estos comandantes me hicieron reír mucho [Risas]. Como ya conté, vivían haciendo bromas, entre ellos y con la gente visitante (a los visitantes europeos, me parece, les costaba captar el humor o algunas ironías, pero también compartían las bromas). Además discutían de poesía y literatura. Estaban metidos en una discusión, entre ellos, sobre la obra y el pensamiento del escritor Vargas Vila [modernista, de la generación de Rubén Darío. N.K.]. En la mesa de la comandancia tenían.. ¡La Crítica de la razón pura de Kant!... Allí también vi libros del poeta y revolucionario salvadoreño Roque Dalton, escuché conversaciones sobre Mariátegui, Nietzsche, Habermas, los manuales soviéticos de Konstantinov, polémicas sobre Saramago, entre otros. Los escuché conversar también, con erudición y devoción sobre Simón Bolívar, si murió de muerte natural o lo mataron. También hablaban sobre el pensamiento del Che Guevara. Me pareció, en suma, gente muy instruida, muy leída y preparada. Sobre todo muy sensible. Incluso cuando uno de los visitantes preguntó por los recuerdos sobre el comandante Marulanda, percibí alguna lágrima rodando por ahí. También vi rostros de enojo, indignación y mucha bronca cuando se hablaba de los crímenes de los “paracos” (los paramilitares colombianos), el uso que hacen de la motosierra para mutilar gente, la tortura, el aniquilamiento de dirigentes populares, indígenas, sindicales, campesinos, jóvenes estudiantes. Uno de los comandantes que conocí, de evidente origen campesino, tenía seis hermanos muertos. Al conocer a este comandante campesino, antiguo lugarteniente de Marulanda, recordamos los relatos historiográficos sobre la guerra civil y la revolución de España, con sus generales obreros y campesinos. Pero en todas las conversaciones predomina el humor, las “mamadas de gallo” (bromas) y la falta de acartonamiento. Sobre todas las cosas mucha ironía y mucho humor. ¿No es acaso el humor el mejor gesto de salud mental, imprescindible para llevar adelante cualquier lucha radical en condiciones tan difíciles?
Néstor Kohan: ¿Cómo se sobrelleva la vida en la selva?
Ezequiel Rodríguez Labriego: Era difícil. ¡Mucho sacrificio! Aunque nadie se quejaba y todo el mundo lo tomaba con “naturalidad”, esta gente vive con mucho sacrificio. En primer lugar, nubes enteras y permanentes de mosquitos. Complicado vivir así todos los días, ¿no es cierto?. Ellos lo llaman “la plaga”. Decían, por ejemplo, “hoy hay mucha plaga”, como quien dice “está nublado”, con naturalidad. En las zonas donde no hay tantos mosquitos... ¡hay garrapatas [animales que se prenden en la piel y chupan la sangre.N.K.]. En esas otras zonas también hay avispas. Después están las víboras... En fin, la vida de las guerrillas de las FARC es una vida tremendamente abnegada y sacrificada. Sólo se puede sobrellevar, me imagino, si hay un proyecto político claro, realista y viable que le otorgue sentido y si se tiene íntimamente fe en el triunfo. Sino, no me explico cómo se podría vivir así cotidianamente. Las FARC están seguras de que van a ganar.
Néstor Kohan: ¿Cómo hace la gente para ir al baño?
Ezequiel Rodríguez Labriego: Haciendo las necesidades fisiológicas en un pozo (hombres y mujeres), rodeado de hojas, sin techo, en medio de la lluvia permanente... Dicen que las FARC viven como “magnates”, llenos de lujo y dólares, y como “millonarios narcos”... ¡Por favor! ¡Qué infamia! Te aseguro que todo eso no es más que una burda y miserable propaganda militar, destinada a deslegitimarlos y aislarlos de posibles apoyos, seguramente elaborada por los asesores en guerra psicológica de los yanquis.
Néstor Kohan: ¿Qué balance general hace de todo lo que vio y conoció en los campamentos de las FARC-EP?
Ezequiel Rodríguez Labriego: Cuando recuerdo lo que conocimos en los campamentos pienso en tanto académico mediocre becado por alguna ONG, o en esos periodistas ignorantes pagados por los grandes monopolios, que viven insultando y despreciando a estos jóvenes guerrilleros y guerrilleras afirmando que son “narcos” y no sé cuantas otras tonterías por el estilo. Me genera mucha indignación ver a esos pusilánimes y mediocres calumniar a las FARC. Entiendo si alguien no comparte la estrategia política de la insurgencia comunista y bolivariana. Es lógico y comprensible. Cada uno tiene derecho a su punto de vista y a opinar al respecto. Pero me parece que cualquiera que opine se debería antes quitar el sobrero. Es decir, hablar con sumo RESPETO [Rodríguez Labriego hace el gesto de subrayar la palabra] ante tanta dignidad, anta tanta abnegación, ante tanto sacrificio.
Como conclusión personal, quisiera remarcar el tremendo RESPETO, la sincera admiración que siento y que me genera esta gente, la gente de las FARC. Los vi muy serios, muy esforzados, principalmente muy convencidos de la causa del socialismo. No sólo del socialismo en Colombia sino en la Patria Grande latinoamericana y en el mundo. Me parece que necesitan mucha solidaridad internacional. Más allá de las anécdotas o las impresiones, creo que eso es lo fundamental. La solidaridad.
Néstor Kohan: ¿Por qué cree que se habla tan poco de Colombia? ¿Por qué piensa que la izquierda mundial todavía es remisa a enarbolar como propia la bandera insurgente de las FARC?
Ezequiel Rodríguez Labriego: Quizás haya muchas causas. En primer lugar, por la impresionante campaña macartista contra las FARC. La izquierda, reconozcamos, no ha permanecido ajena ni al margen de los efectos de ese macartismo oficial que obliga a todo el mundo a “desmarcarse” de las FARC (y otros grupos radicales) para obtener certificado de “buena conducta”. ¿No es cierto? ¿O me equivoco? En segundo lugar, las FARC y el Partido Comunista Clandestino de Colombia (PCCC) marcan una continuidad con la izquierda revolucionaria de otras décadas, manteniendo la centralidad de la lucha por el poder, luego de varias décadas de predominio posmoderno y/o socialdemócrata. No se pone a Colombia en el centro de la agenda latinoamericana (donde habitualmente se habla de Bolivia y Venezuela, sin siquiera mencionar Colombia) porque eso implicaría automáticamente discutir la pertinencia de la lucha armada. Luego de miles y miles de muertos y desaparecidos eso provoca temor. Mucho temor. Debemos reconocerlo... todavía hay miedo, aunque no se lo confiese públicamente o se lo encubra con falsas elucubraciones “teóricas”. ¡Hay que vencer de una buena vez ese temor!
Entonces de lo que se trata es de recuperar la solidaridad. ¡No podemos abandonarlos! No debemos continuar cediendo al chantaje macartista. No podemos caer en el silencio cómplice ni en la comodidad de la indiferencia.
Néstor Kohan: ¿Cuándo usted habla de solidaridad se refiere exclusivamente a la izquierda?
Ezequiel Rodríguez Labriego: No necesariamente. No sólo a la izquierda. Las FARC se definen antiimperialistas y bolivarianos. El arco de solidaridad va mucho más allá de la izquierda. Toda persona que se oponga al guerrerismo de Uribe y a la violación de los derechos humanos debería solidarizarse. De la misma manera que se ha apoyado al sandinismo en Nicaragua, al FMLN en El Salvador, a Fidel y al Che en Cuba, a la URNG en Guatemala, al zapatismo en México, al MST en Brasil o a Chávez en Venezuela. Hoy hay que apoyar a las FARC. Las FARC son parte insustituible y fundamental de ese concierto latinoamericano. No podemos continuar haciéndonos los distraídos frente a la lucha del pueblo colombiano. El apoyo a las FARC-EP debe estar a la orden del día en la izquierda latinoamericana y mundial.

Néstor Kohan
Rebelión

miércoles, 26 de noviembre de 2008

¿Revolución en el siglo XXI?

Entrevista al investigador, ensayista y militante Néstor Kohan

¿Cuáles son en su opinión las vías y las formas de la revolución en América Latina?

En mi opinión lo primero que quisiera destacar en esa pregunta es algo previo a la respuesta. Me refiero a la pertinencia o no de la revolución… Porque durante los últimos 25 años, es decir, un cuarto de siglo, las grandes usinas del imperialismo y también de las diversas variantes del reformismo y la socialdemocracia internacional han tratado de inocular en el movimiento popular latinoamericano la peregrina idea de que la revolución ya no es viable, ni posible ni deseable. Preguntarse entonces por las vías y las formas presupone poner en discusión esa violenta campaña de desarme ideológico. Aclarado esto, me parece, desde mi modesta opinión —porque yo no soy un gurú con una bola de cristal ni un adivino que tenga la verdad revelada de ningún oráculo— que los caminos y las formas del proceso revolucionario latinoamericano son diversas y variadas. No se pueden encapsular en recetas de pizarrón ni fórmulas de escritorio. Las transformaciones sociales vienen y vendrán a través de movimientos sociales, organizaciones políticas y organizaciones insurgentes, político-militares. Durante el último cuarto de siglo los “tanques pensantes” del imperialismo y de la socialdemocracia supuestamente progresista han tratado de recortar ese abanico de formas de lucha, de aplastarlo, de segmentarlo, reduciendo la única forma a la lucha de los movimientos sociales, despreciando la organización política y deslegitimando, demonizando y satanizando, de modo absolutamente macartista, las formas no institucionales, insurgentes y político militares que históricamente ha asumido y continúa asumiendo la rebeldía y la resistencia popular. Volver entonces a recuperar el debate por las vías y las formas de lucha y de transformación social radical se torna una tarea impostergable. Ya es hora de hacer un beneficio de inventario y un balance crítico con el reformismo y el posmodernismo que tanto nos reclamó despreciar las formas políticamente organizadas de la rebeldía popular (que no se limitan a las protestas espontáneas) y darles la espalda a las vías de confrontación radical —incluso político militares— con los poderes establecidos.

¿Tiene vigencia el planteamiento de la combinación de todas las formas de lucha?

Los enemigos de nuestros pueblos, el imperialismo y las burguesías criollas (mal llamadas “nacionales”) no renuncian a ninguna forma de lucha. Desde la construcción de consenso, la conformación de la hegemonía hasta el ejercicio de la fuerza material. Si ellos tienen a mano y despliegan ese abanico de formas, ¿en nombre de qué los pueblos deberían renunciar a ciertas formas de lucha? ¿Frente a la violencia de arriba, ejercida no por un loco suelto sino por toda una serie de instituciones represivas —policía, gendarmería, fuerzas armadas, organismos de inteligencia, etc.—, nuestros pueblos deberían acaso responder ofreciendo mansa y sumisamente “la otra mejilla”? No lo creo justificado. No lo creo realista. No lo creo deseable.

¿Cómo sería esa situación en el caso colombiano?

En Argentina existía un historiador y pensador de origen comunista, en su juventud, luego peronista revolucionario, en su madurez, que se llamaba Rodolfo Puiggros. Su obra historiográfica es prolífica y muy polémica. Yo comparto algunos de sus puntos de vista, en otros casos (como es el tema del populismo) tengo opiniones muy diversas a las que lo hicieron famoso. Sin embargo siempre me gusta citar una idea suya. Decía el viejo Puiggrós que muchas veces los argentinos hemos sido “inspectores de revoluciones ajenas…”. O sea que como no hemos podido hacer nuestra propia revolución, vamos por el mundo con el dedo en alto inspeccionando revoluciones ajenas… Creo que debemos aprender esa lección. No soy colombiano. No conozco en profundidad la realidad colombiana. Aclarado esto, creo sin embargo que como internacionalistas convencidos, que llevamos en la cabeza pero también en el corazón la Patria Grande latinoamericana, sí podemos opinar sobre otros países hermanos. Creo que el pueblo colombiano ha sido uno de los pueblos más dignos y combativos de la historia de nuestra América. Todo el mundo que esté mínimamente informado y que no tenga anteojeras ni reciba dinerillos del imperialismo sabe perfectamente que la violencia en Colombia no la inicia el pueblo sino las clases dominantes con el asesinato del caudillo popular Jorge Elieser Gaitán en 1948. Cualquiera que no haya vendido su pluma ni su conciencia a los grandes monopolios de (in)comunicación ni repita como un loro sumiso sus propagandas diagramadas desde una estrategia de “guerra psicológica”, sabe y conoce perfectamente que en Colombia las organizaciones político- militares nacieron hace varias décadas y que nunca han tenido nada que ver con la mafia ni con el narcotráfico. Por lo tanto, si en Colombia, a pesar de las innumerables campañas militares de exterminio contra el pueblo desarrolladas por varios gobiernos formalmente “constitucionales”, desvergonzadamente financiados por EEUU, continúan desarrollándose diversas formas de protesta popular (desde la movilización estudiantil, la huelga obrera, la protesta sindical urbana, la rebeldía indígena, las ligas agrarias y campesinas hasta las luchas guerrilleras, eso no responde a ningún “complot” de unos monstruos irracionales o delirantes. Para comprender la historia de América Latina hace falta dejar de lado la deformante estética de Hollywood y su eterna “conspiración” internacional de monstruos malditos que pretenden acabar con la vida apacible de las familias norteamericanas. Colombia es parte de nuestra América. Allí proliferan diversas formas de lucha popular. Los sectores progresistas y honestos, que no ceden al chantaje de la maquinaria de guerra psicológica del Comando Sur del Ejército norteamericano y sus organismos de inteligencia, no sólo no deberían demonizar esas luchas sino que, en mi modesta opinión, deberían apoyarlas.

¿Cómo debe enfrentarse hoy el terrorismo de Estado y el intervencionismo imperialista?

En primer lugar llamando a las cosas por su nombre. Cuando intervienen los norteamericanos no estamos frente a la “defensa de los derechos humanos” sino frente a una intervención imperialista. No se meten en los demás países en nombre de la “racionalidad liberal” para enfrentar el fundamentalismo. Lo hacen para defender sus intereses, imponiendo por la fuerza su “american way of life” y sus negocios. En segundo lugar, cuando el Estado de cualquier país de América latina utiliza sus instituciones permanentes, formadas por decenas y centenas de miles de personas profesionales y entrenadas, que estudian cómo vigilar, cómo pegar, cómo reprimir, cómo matar, cómo asesinar, debemos llamar las cosas por su nombre. Eso no es “seguridad”. Eso es represión. Eso es violencia de arriba. Eso no es “democracia”, eso es terrorismo. Debemos poner fin a la legitimación de la violencia de arriba contra el pueblo. Para enfrentar la violencia de los Estados y la intervención del imperialismo todas las formas de rebeldía, resistencia y solidaridad popular son legítimas. Desde las grandes campañas de repudio, las movilizaciones a las embajadas yanquis, las huelgas, las protestas y también la resistencia armada. La violencia de los pueblos es una justa respuesta a una violencia sistemática implementada contra los pueblos. ¿Quién dijo que la única violencia legítima es la que se ejerce para mantener y reproducir el capital?

¿Tiene alguna opinión sobre el debate en torno a las FARC y la lucha armada que recientemente ha tenido lugar entre el comandante Fidel Castro y el sociólogo James Petras?

Esa es una pregunta sumamente difícil, debo reconocerlo. Me resulta difícil opinar, porque el tema es complejo y porque además me siento muy vinculado a ambos polemistas. En el caso de Fidel, no sólo le tengo una admiración personal y un cariño que no puedo ni quiero disimular. Además lo considero un maestro. No mío, sino de varias generaciones de revolucionarios de nuestra América. Así lo he expresado en varios artículos publicados en Cuba, en Venezuela y en Argentina. También lo he condensado en un libro dedicado a la biografía de Fidel (titulado Fidel para principiantes, texto por el cual pasé años leyendo y estudiando los discursos de Fidel y muchísima bibliografía sobre su vida y sobre historia de la revolución cubana). Tuve el inmenso honor de conocerlo personalmente en el año 2001 y de conversar largamente con él. Una experiencia absolutamente inolvidable que me sigue emocionando cada vez que lo recuerdo. Realmente le tengo mucho cariño a Fidel. Lo digo sin diplomacia alguna. Es lo que sinceramente siento y lo que pienso. Siempre he defendido a Cuba y a su revolución socialista y lo seguiré haciendo.

En el caso de James Petras, también lo conozco personalmente desde hace aproximadamente 15 años, desde una visita suya a la Argentina. He estado junto a él varias veces en La Habana y en Caracas. James ha sido siempre muy valiente. En los años ’90, cuando todo el mundo se hacía neoliberal o socialdemócrata, Petras seguía denunciando al imperialismo y la domesticación de los intelectuales “aggiornados”. Me consta que Petras siempre ha sido un defensor sincero de la revolución cubana. Pero no de manera hipócrita, para que lo inviten a eventos y grandes hoteles, sino por convicción. Petras tiene un estilo muy confrontativo en las polémicas, es ácido, es irónico (maneja la ironía no sólo en inglés sino también en español, lo cual es difícil ya que no es su lengua). A veces el estilo sumamente hiriente de Petras lastima, ofende o molesta (lo cual no siempre es lo mejor, si lo que se busca es convencer al otro), pero muchas veces, detrás de ese estilo discutible, hay verdades fuertes y muy buenas fundamentaciones. Recuerdo sus polémicas de los años ’90 y sus impugnaciones ácidas de quienes pretendían dejar de cuestionar al imperialismo.

He leído algunas partes de la polémica. No estoy seguro de haberla leído en forma completa, quizás haya intervenciones que me faltan consultar.

Lo primero que podría decir, remarcando una vez más la complejidad del problema abordado y lo difícil que me resulta opinar al respecto, es que es muy saludable que haya polémica entre los revolucionarios. Si hay polémica es porque el marxismo está vivo y la revolución está viva. Si hay polémica es porque el pensamiento radical —allí se ubican tanto Petras como Fidel— no ha muerto y sigue dando batallas. ¡Bienvenida entonces la polémica fraternal entre compañeros y hermanos de la misma causa!

En segundo término, agregaría que Fidel había expresado esa opinión sobre la posible caducidad de la lucha armada ya antes de la muerte del comandante Marulanda. En los últimos años Fidel vino dos veces a la Argentina, si no recuerdo mal. Una vez estuvo en Buenos Aires, otra en Córdoba. Junto con miles y miles de jóvenes, fuimos a los dos actos. No me los podía perder. Escuchar a Fidel es un privilegio. Compartí gran parte de lo que dijo. Pero debo confesar, para ser sincero, que no me gustó nada cuando expresó que la lucha armada era cosa del pasado. No me pareció una formulación feliz, sobre todo tomando en cuenta que su auditorio no era el de viejos nostálgicos que recordaban los años ’60 (aunque también había ese tipo de público) sino jóvenes que comenzaban a realizar sus primeras experiencias políticas luego de la rebelión popular del 19 y 20 de diciembre de 2001. Jóvenes que hoy piensan cómo organizar fuerzas sociales revolucionarias en Argentina. Muchas veces, corrientes reformistas o populistas, mayoritariamente institucionalistas e incluso cooptadas por el Estado y los partidos burgueses, nos han replicado en Argentina “lo de ustedes está bien, pero es romántico, viejo y antiguo, acuérdense de lo que dijo Fidel cuando vino…”. Esa formulación desafortunada de Fidel, poco justificada y hasta incomprensible si la analizamos desde la óptica de los movimientos populares (no desde la lógica estatal de la diplomacia o la razón de Estado), sirvió para legitimar al gobierno de Kirchner y también para impugnar cualquier opción de cambios de fondo, radicales y revolucionarios, en nuestro continente. Aun siendo absolutamente defensores de la revolución cubana, con la cabeza y con el corazón, con la militancia y con las ideas, en los libros y en la militancia de la vida cotidiana, esa formulación de Fidel no nos ayudó ni nos ayuda.

¿Acaso desapareció la salvaje política de “seguridad” (léase represión) de las burguesías criollas (burguesías lúmpenes las denominaban Ruy Mauro Marini y André Gunder Frank) en América Latina? ¿Ya no hay violencia de arriba contra nuestros pueblos en nuestro continente? ¿Se puede cambiar el mundo sin revolución (como propone por ahí John Holloway…)? ¿Puede haber acaso revolución sin confrontación social, sin ejercicio de la fuerza material y sin grandes choques de clase? ¿Se puede recuperar para el pueblo lo que las burguesías y el imperialismo históricamente le expropiaron sin enfrentar por todos los medios posibles al Estado burgués y sus instituciones de represión?

Las respuestas, a mi modo de comprender, no son positivas, sino todo lo contrario. ¡Sin revolución no podremos expropiar a los grandes ricachones, resistir al imperialismo, defender nuestros recursos naturales y sociales, hacer respetar a nuestras patrias ni construir el socialismo! Recuerdo y traigo a colación el testimonio del embajador norteamericano —hombre siniestro de la CIA— en el reciente documental Salvador Allende. Recordando lo que sucedió en Chile, este cínico agente de la CIA en Santiago, organizador y ejecutor del nacimiento a sangre y fuego del neoliberalismo a escala mundial en septiembre de 1973, declaró ante las cámaras de ese conocido documental lo siguiente (cito de memoria): “Ninguna clase social se suicida. ¿Qué querían inventar? Esto ya lo demostró Lenin”. Como dicen los abogados: a confesión de parte, relevo de pruebas. Si los imperialistas lo reconocen…

Fidel lo sabe mejor que nadie. Basta consultar sus formidables discursos tras la muerte de su entrañable amigo y compañero Salvador Allende… ¿no vamos a aprender nada de aquella experiencia? Hoy en Bolivia, en Venezuela, en Colombia y en varios otros países vuelve a plantearse de manea urgente el problema. Nuevamente proliferan las ilusiones sobre la supuesta “neutralidad profesional de las Fuerzas Armadas” en Bolivia y en otros países. Es cierto, nunca se repite la historia, pero debemos aprender de ella.

En tercer lugar, se alega que “ya no hay condiciones para la lucha armada”. ¿Es cierto esto? Quizás pudo haber sido cierto en los años 90, cuando proliferaba y reinaba el neoliberalismo más furioso y agresivo (aun así en aquellos años —1994, si no recuerdo mal, apenas cinco años después de la caída del muro de Berlín— los zapatistas patearon el tablero, fusil en mano, y comenzaron a desmontar la euforia neoliberal, acompañando de este modo la persistencia irreverente y por entonces solitaria de la insurgencia colombiana). Pero en el siglo XXI queda claro que la situación ha cambiado. No se puede ocultar. Hoy hay un giro hacia la izquierda en todo el continente. Ya no estamos en los 90. Por el lado revolucionario o por el lado reformista, los “neoliberales clásicos” retroceden. Gracias al comandante Hugo Chávez y la revolución bolivariana, hoy se vuelve a discutir el socialismo (palabra prohibida en los 90…) en la agenda latinoamericana. Hoy hay nuevas generaciones que van para adelante, dejando atrás el pesimismo y la resignación de los 90. Además actualmente el imperialismo sufre una crisis tremenda, lejos estamos de la euforia de Francis Fukuyama que vaticinaba el reinado indiscutido y eterno de los EEUU.

¿Por qué decir entonces que “no hay condiciones”? ¿Por qué seguir repitiendo un latiguillo de los años 90 cuando la situación cambió de forma tan notable? Solo se podría explicar por la lógica diplomática y la razón de estado. ¡Pero es que el mismo Fidel ha sido el gran maestro que nos enseñó a despreciar esa lógica impulsando el internacionalismo militante en las épocas más oscuras! ¡De él y del Che lo hemos aprendido! ¿Por qué abandonarlo y subordinarse a la razón de estado y las conveniencias geopolíticas o diplomáticas?

Incluso, pienso, si no hubiera condiciones… ¿no habría que intentar crearlas? ¿No fue la revolución cubana la gran maestra que nos enseñó que no debemos arrodillarnos ante el culto ciego y fanático de “las condiciones objetivas” (tan cultivadas por los manuales del marxismo ortodoxo de la antigua Unión Soviética, cuestionados ácida y más que justamente por Fidel y el Che)?

En cuarto lugar, emerge la cuestión de la hegemonía. A esta altura de la historia, ya está bien claro que el capitalismo no se cae solo. ¡Basta ya de catastrofismo determinista y economicista! Por más crisis económica que haya (incluso ante una crisis tremenda como la actual, sólo comparable con la de 1929), el sistema del capitalismo no se derrumba si no hay organización, construcción de fuerza social y empuje popular que lo voltee y lo tumbe. La teoría de la hegemonía de Antonio Gramsci nos resulta de una actualidad abrumadora. Ganar mentes, corazones y espíritus —es decir, dar la batalla en el terreno de la subjetividad popular— es la gran tarea. Fidel lo ha comprendido de manera clara y diáfana. Es un maestro. Lo denomina con la terminología de José Martí, batalla de las ideas. Es la lucha por la hegemonía. Está muy bien. Nada más urgente en la época de la imagen y los grandes multimedias de la (in)comunicación.

Ahora bien. La batalla de ideas y la lucha por la hegemonía, urgentes, impostergables, insustituibles, no excluyen ni cancelan la violencia revolucionaria. Antonio Gramsci era muy claro cuando nos enseña que hegemonía es la combinación de consenso y violencia. Nunca hay consenso puro, como tampoco existe violencia pura. Siempre hay una combinación de ambos. Ni el régimen más despótico (pensemos en Pinochet o Videla) desestimó la construcción del consenso. Ni los regímenes más “pacíficos” (pensemos en Suecia o Noruega, paraísos añorados por todo socialdemócrata que se precie de tal) cancelan la violencia. ¿El político socialdemócrata y pacifista Olof Palme falleció de muerte natural? ¿En Francia no hay servicios de inteligencia? ¿No hay policía en Alemania ni grupos de choque antidisturbios? ¿En el estado español no se tortura y no se reprimen las manifestaciones?

Todo proyecto revolucionario en nuestra América debe combinar la batalla de las ideas, la lucha por la nueva hegemonía, la creación de consenso con la estrategia de confrontación y el manejo de todas las formas (actuales o potenciales según el país) de lucha. Prepararse en todos los terrenos es la gran tarea del momento.

En cuarto lugar, se habla de la insurgencia colombiana y se le aconseja que la lucha armada ya no tendría vigencia. Eso fue lo primero que dijo Fidel. Respondiendo a las críticas que recibió, aclaró más tarde que no deberían entregar las armas, aunque la idea en cierto modo rondaba la polémica, por eso tuvo que aclarar, sino no hubiera hecho falta.

Preguntémonos entonces: ¿deberían entregar las armas? ¿A nombre de qué? ¿Las guerrillas deben rendirse? ¿Es que acaso ya hay garantías democráticas, participación popular, nivel de vida digno para los humildes, respeto a la mujer, defensa del medio ambiente y soberanía completa para el pueblo colombiano? ¿Se acabaron los paramilitares? ¿Ya no hay presos políticos en Colombia? ¿Todos los torturadores, violadores y asesinos de la motosierra han sido juzgados y encarcelados?

¿Por qué exigirle a la guerrilla que se arrodille sin condiciones? ¿Nos olvidamos de los 5000 asesinados de la Unión Patriótica, cuando las FARC intentaron una salida política y los aniquilaron como moscas ante el silencio cómplice de gran parte del progresismo ilustrado y bienpensante? ¿Alguien le pide al ejército colombiano, por ejemplo, que deposite todas sus armas en una plaza de Bogotá? Cualquier persona con sentido común lo vería como un despropósito. ¿No es cierto?

La legitimidad de la insurgencia colombiana no se puede anular por decreto. Además, la mejor manera de que los yanquis no enfoquen toda su energía represiva y contrarrevolucionaria sobre el heroico pueblo cubano que tan valientemente ha resistido durante tantos años al bloqueo, es que se mantengan las actuales resistencias antimperialistas (Colombia, Palestina, Irak, Afganistan) y surjan incluso nuevas resistencias. Que la insurgencia colombiana —especialmente las FARC— siga existiendo y desarrollándose es la mejor garantía para que la Venezuela bolivariana no sea cercada por el títere del los yanquis Uribe y así pueda profundizar su proceso. Que sigan existiendo las FARC es la mejor garantía para que los yanquis tengan que dispersar sus fuerzas ayudando de este modo a que la Cuba de Fidel se mantenga firme sin ceder un milímetro, como siempre lo ha hecho. Esa era precisamente la estrategia del Che en su “Mensaje a los pueblos del mundo a través de la Tricontinental”: multiplicar las luchas para dispersar la fuerza del enemigo. Hoy no es Vietnam sino Colombia, Palestina, Irak, el país vasco y Afganistán. La estrategia del Che sigue siendo actual y pertinente, adaptada a nuestra coyuntura.

¡La mejor defensa de Cuba hoy pasa por la continuidad de las luchas sociales radicales, sindicales, campesinas, estudiantiles y político-militares, contra el capitalismo y el imperialismo en toda América Latina, incluida la resistencia armada de los guerrilleros y las guerrilleras colombianas! Flaco y delgado favor le harían a Cuba si las FARC abandonaran la lucha armada, según mi modesta opinión.

En quinto lugar, considero un error —producto de toda exageración que suele acompañar a las polémicas— contraponer las virtudes de Marulanda por sobre el Che, como por momentos deja sugerir uno de los escritos de Petras. ¿Hay que elegir entre uno y otro? Sinceramente no lo creo. Ernesto Guevara y Manuel Marulanda son dos de los grandes símbolos de lo mejor que produjo nuestro continente. La juventud de todo el mundo (incluida la cubana y la argentina) debería aprender de ambos, no de uno u otro. Fidel es también otro de esos maestros, aunque se pueda disentir fraternal y respetuosamente con él en una opinión puntual.

El gobierno colombiano vaticina el ocaso definitivo de las FARC. ¿Es realista ese diagnóstico?

Reitero que no soy colombiano y que tampoco aspiro a ser un inspector de otras realidades. Sin embargo, por lo poco que conozco, esos vaticinios triunfalistas ya son habituales y hasta “folclóricos” en Colombia, donde diversos gobiernos anunciaron la muerte de Marulanda una cantidad innumerable de veces, durante décadas, muchísimo antes de su reciente fallecimiento. Esos vaticinios dan risa y provocan la sonrisa. Lo mismo hacía el tirano Somoza, poco antes de ser derrocado por la insurgencia sandinista. Somoza decía “son unos forajidos, ya los tenemos derrotados” escaso tiempo antes de caer. Yo no compraría “carne podrida”, como suelen decir los periodistas en Argentina (esto es: información falsa carente de veracidad). La derrota terminal, ocaso final y disolución de la guerrilla de las FARC tiene más que ver con los deseos de los narco guerreristas y toda la política mafiosa de un gobierno ilegítimo (cuestionado por la Corte Suprema de la justicia colombiana) que con la verdad histórica. En cuanto a la delirante y macartista acusación del gobierno colombiano y de su patrón yanqui, quienes acusan a las FARC de ser un grupo “terrorista” me limito a recordar el análisis del libro del brillante intelectual estadounidense Noam Chomsky Estados canallas (editorial Paidos) quien demuestra en forma contundente y demoledora que las FARC no son terroristas, narcos ni nada parecido.

¿La crisis financiera del capitalismo coincide con el fin de las FARC?

La crisis financiera recién comienza. Es más que probable que se profundice. Hasta los periódicos más conservadores y neoliberales así lo vaticinan. Nada tiene que ver ese fenómeno del capitalismo con una supuesta derrota de las rebeliones y rebeldías populares, incluyendo dentro de estas últimas la lucha de la insurgencia colombiana de las FARC. Mientras que el capitalismo está en crisis, las rebeldías aumentan y crecen, acompañadas de nuevos sujetos sociales que comienzan a luchar (el caso de los indígenas colombianos es muy expresivo en este sentido). Por lo tanto, esa supuesta coincidencia no es tal, desde mi punto de vista.

Algunos sectores de la izquierda consideran que las FARC deben terminar con la lucha armada y entregar a todos los prisioneros de guerra sin condiciones. ¿Qué opina al respecto?

Lo deseable sería que todos los seres humanos vivieran en el planeta Tierra de manera armoniosa y pacífica. ¿Quién puede desear lo contrario? Sólo un loco o un perverso. Pero lamentablemente vivimos desde hace milenios en sociedades divididas en clases sociales, con explotadores y explotados, con gente que ejerce el poder y gente que se resiste. Mientras existan clases sociales antagónicas habrá contradicciones y confrontaciones, habrá luchas de clases. La modalidad más alta de esas confrontaciones sociales, según Antonio Gramsci, son las guerras civiles. Lenin —disculpas por citar a alguien tan vigente y tan demonizado… pero ya es hora de comenzar a recuperar todo lo que perdimos en el terreno teórico durante los últimos 25 años— consideraba que las guerras civiles se desarrollan no entre unos pocos locos sueltos, de un lado, y todo el pueblo del otro lado, sino entre dos partes del pueblo. Las guerras civiles de verdad, no la de los pizarrones y los libros de epopeya o las películas de Hollywood, se despliegan y tienen lugar entre dos partes del pueblo. En esas guerras, en esas confrontaciones de clases, en esas luchas de clases aparece el problema de los prisioneros. No puede apelarse a un falso e hipócrita humanitarismo estilo de la ONU o el Vaticano, poniendo en un lado a “víctimas inocentes y virtuosas” y en el otro lado, a “guerrilleros monstruosos” representantes del “eje del mal”. Esa imagen macartista y maniquea que lamentablemente han logrado instalar muchos monopolios de (in)comunicación resulta insoportable y sinceramente provoca nauseas.

Además, en mi país todo el mundo comentó que cuando apareció ante los medios de comunicación la señora Ingrid Betancourt aparecía rozagante y luminosa. Nada tenía que ver la propaganda de una mujer maltratada, al borde la muerte. Parece que mal no la trataban los insurgentes para que apareciera de la noche a la mañana casi como una modelo televisiva. ¿no es cierto? Eso me lo comentó mucha gente en Argentina, incluso gente que no es de izquierda ni simpatiza con el socialismo. Se trata de una evidencia de sentido común.

Entonces, el problema de los prisioneros y las prisioneras debe analizarse desde el ángulo de la lucha de clases del pueblo contra los explotadores, eludiendo el falso atajo de la CNN y otras agencias similares que manipulan la verdad y construyen lo que ellos quieren para convencer a millones.

Nunca entendí porqué las FARC deberían entregar a los prisioneros militares (colombianos o yanquis que hoy participan y actúan en la guerra civil colombiana) a cambio de… ¡nada!. ¿De nada? ¿No hay prisioneros insurgentes en las cárceles de Colombia? ¿Nadie se enteró que hay más de medio millar de combatientes presos en las peores condiciones inimaginables? El propio gobierno de Uribe se vanagloria públicamente de haber apresado durante su primer gobierno nada menos que 150.000 (ciento cincuenta mil) civiles, muchos de ellos acusados de supuestos “vínculos con las FARC”. ¿Por qué nadie habló durante la crisis del caso Betancourt de las presas políticas del pueblo violadas en las mazmorras del régimen de Uribe? Hubo muchas misas hipócritas (a una de ellas asistió la presidente argentina Cristina Kirchner, dicho sea de paso…). Misas y velas que pedían la libertad de un solo bando. ¿El humanitarismo ve de un solo ojo? ¿Es un humanitarismo tuerto? ¿Por qué no hacían misas por las prisioneras políticas torturadas y violadas? ¿No existen? Eso sólo se explica por la hipocresía de una moral burguesa (falsamente religiosa) que, repito, sencillamente da nauseas y ganas de vomitar.

Muchos movimientos actuales plantean siempre la unidad. ¿Cuáles serían en su opinión los pasos prácticos hacia ese objetivo?

La unidad es impostergable. Pero no unidad con los poderosos, no unidad con la burguesía, sino unidad de las rebeldías, unidad de la izquierda social, la izquierda política y la izquierda insurgente. Las tres son dimensiones de una misma batalla antimperialista y anticapitalista. Los pasos concretos podrían ser construir una agenda mínima de movilizaciones a nivel continental contra el imperialismo, por la defensa de los recursos naturales, por la defensa de los presos políticos del pueblo. Unidad concreta entre las coordinaciones de la Vía Campesina, la Coordinadora Continental Boliviana, el Encuentro Cono Sur y otras experiencias de articulación a nivel latinoamericano.

Desde la Coordinadora Continental Boliviana existe una propuesta de crear el Movimiento Bolivariano. ¿Cómo valora esa iniciativa?

Creo que es una propuesta interesante. Puede ayudar a confluir en el gran torrente de la lucha contra los poderosos del norte, porque el nuevo gobierno de Obama continuará aplastando y dominando a nuestros pueblos. Debemos prepararnos para enfrentar a un imperio con cara “multicultural”, presidente negro, generales gays, torturadoras mujeres… Construir un movimiento bolivariano donde converjan diversas rebeldías puede ser un paso importante hacia la unidad antimperialista continental.

¿Qué opina de constituir el 26 de marzo como día universal del derecho a la rebelión armada?

Si no estoy mal informado esa fecha ha sido elegida por la muerte del comandante Manuel Marulanda Velez. Creo que es una buena elección. Recordemos que el 8 de marzo fue elegido por la revolucionaria comunista Clara Zetkin como día universal de la mujer. Tal esta nueva fecha se transforme con el tiempo en una fecha emblemática…

¿Que le dicen estos tres nombres: Bolívar, Marulanda y Che?

Los tres sintetizan la historia de nuestra América. Bolívar, junto a San Martin, Tupac Amaru, Bartolina Sisa y Toussaint de Louverture, sin olvidarnos de Artigas, Mariano Moreno ni de Manuel Rodriguez, entre muchísimos otros, expresa el momento de la primera independencia americana. El Che sintetizó el momento más alto, a nivel mundial, de la rebelión por la segunda independencia. Manuel Marulanda, tan demonizado, tan injustamente “olvidado”, pero al mismo tiempo tan admirado por sus compañeros y compañeras, es el nombre que sintetizó la continuidad de la lucha revolucionaria del Che en tiempos de neoliberalismo, posmodernismo, socialdemocracia y contrainsurgencia “democrática”. Todos esos nombres son grandes maestros, espejos donde deberían mirarse las nuevas generaciones de jóvenes rebeldes. ¡Ninguno de ellos ha muerto! Todos están vivos, nos acompañan día a día en las nuevas rebeliones del siglo XXI por la Patria grande, la lucha antimperialista, el hombre nuevo, la mujer nueva y el socialismo.

Agencia Bolivariana de Prensa

Victoria de los socialistas venezolanos en las decisivas elecciones del 23 de noviembre de 2008

El pro chavista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSPV) ha conquistado el 72% de los cargos de gobernador que estaban en juego en las elecciones del 23 de noviembre y ha obtenido el 58 % del voto popular, contradiciendo así a la mayoría de los encuestadores pro capitalistas y a la casi totalidad de los medios, que habían dado como favorita a la oposición.
Los candidatos del PSUV han derrotado a los gobernadores salientes de la oposición en tres estados (Guaro, Sucre y Aragua) y han perdido dos (Miranda y Tachira). La oposición conserva el poder en un centro turístico (Nueva Esparta) y ha ganado en Tachira, un estado fronterizo con Colombia, Carabobo y el estado petrolífero de Zulia, además de lograr inesperadas victorias en el populoso Miranda y en la alcaldía de Caracas. La victoria socialista tiene un especial significado, porque el porcentaje total de votos alcanzado –el 65 % del censo– representa la mayor participación ciudadana de todas las elecciones no presidenciales anteriores. Las predicciones propagandísticas de los encuestadores, según las cuales un elevado número de votantes favorecería a la oposición, no eran más que ilusiones sin fundamento.
La importancia de la victoria socialista es evidente si se sitúa en un contexto histórico comparativo:
1. Pocos partidos de Europa, América del Norte o del Sur –si es que hay alguno– han conservado un grado tan alto de apoyo popular en elecciones libres y abiertas.
2. El apoyo masivo al PSUV ha tenido lugar en un momento de medidas económicas radicales, incluida la nacionalización de importantes monopolios capitalistas privados del cemento, el acero, las finanzas y otros.
3. Los socialistas han ganado a pesar de la caída del 70% en el precio del petróleo, la fuente principal de ingresos del país (desde 140 a 52 dólares el barril), y si lo han hecho es porque el gobierno ha mantenido la mayoría de las subvenciones de sus programas sociales.
4. El electorado ha sido más selectivo a la hora de votar a los candidatos chavistas –ha recompensado a los que administraron adecuadamente los servicios gubernamentales y ha castigado a los que ignoraron o no respondieron a las exigencias populares. Incluso si el presidente Chávez hizo campaña a favor de todos los candidatos, los votantes no han seguido sus consignas allá donde existía resentimiento contra los chavistas salientes, tal como ha sucedido en Miranda con el gobernador Diosdado Cabello y con el alcalde de la capital del Distrito de Caracas. Las victorias socialistas se han debido a un deliberado voto de clase y no simplemente a un reflejo de identificación con el presidente Chávez.
5. La decisiva victoria del PSUV proporciona las bases necesarias para hacer frente con medidas socialistas al profundo colapso del capitalismo mundial, sin tener que sangrar los fondos del Estado para rescatar de la bancarrota a bancos y empresas capitalistas. La debacle del capitalismo facilitará la socialización de la mayoría de los sectores económicos clave. Gran parte de las compañías venezolanas están enormemente endeudadas con el Estado y con los bancos locales. El gobierno de Chávez puede ahora exigirles que reembolsen sus deudas o entreguen las llaves, lo cual constituiría una transición indolora y eminentemente legal al socialismo.
Los resultados de las elecciones señalan la profunda polarización existente entre la derecha dura y la izquierda socialista. Los gobernadores ex chavistas socialdemócratas de centro han sido prácticamente borrados del mapa político. El derechista vencedor en el estado de Miranda, Henrique Capriles Radonsky, intentó quemar la embajada de Cuba durante el fracasado golpe militar de abril del 2002 y el gobernador electo de Zulia, Pablo Pérez, ha sido un candidato elegido a dedo por el ultraderechista gobernador Rosales.
Incluso si los gobernadores estatales y los alcaldes municipales de la oposición pueden servir de plataforma para atacar al gobierno nacional, la crisis económica limitará en gran medida la cantidad de recursos disponibles para mantener los servicios y aumentará su dependencia del gobierno federal. Un ataque frontal contra los gastos estatales y locales del gobierno de Chávez en una guerra partidista podría conducir a la disminución de las subvenciones federales y provocaría el descontento de las bases. La derecha ha avanzado debido a sus promesas de mejorar los servicios nacionales y locales y de terminar con la corrupción y el favoritismo. Si utilizase nuevamente su anterior política de compadreo y un obstruccionismo extremo perdería apoyo popular y con ello limitaría sus esperanzas de transformar estos avances locales en poder nacional. Los recién elegidos gobernadores y alcaldes de la oposición necesitan la cooperación y el apoyo del gobierno federal, sobre todo en el entorno de la profunda crisis que estamos atravesando, so pena de perder apoyo popular y credibilidad.

Conclusión

No cabe esperar que los medios de comunicación reconozcan la victoria socialista. Su esfuerzo por magnificar el significado de ese 40% del voto electoral que se ha decantado por la oposición y su victoria en el 20% de los estados era predecible. Sin duda los socialistas evaluarán críticamente los resultados durante el período pos-electoral y es de esperar que se planteen cómo seleccionar a los futuros candidatos, haciendo hincapié en su actuación en asuntos locales por encima de su lealtad al presidente Chávez y al "socialismo". La tarea más inmediata y urgente a la que se enfrentan el PSUV, el presidente Chávez, los legisladores y los nuevos funcionarios elegidos consiste en poner en marcha un plan estratégico socioeconómico de conjunto para capear el colapso global del capitalismo, empresa difícil de llevar a cabo ante la abrupta caída del precio del petróleo y de los ingresos federales y el inevitable declive del gasto gubernamental. Chávez ha prometido mantener todos los programas sociales, incluso si los precios del petróleo se mantienen en torno a los 50 dólares el barril. Se trata claramente de una posición positiva y defendible si el gobierno reduce los elevados subsidios al sector privado y no se embarca en salvar compañías privadas de la bancarrota. A pesar de que las reservas estatales de 40 mil millones de dólares pueden servir temporalmente para amortiguar el golpe, lo cierto es que el gobierno, con el apoyo de sus mayorías en el ámbito federal y estatal, necesita tomar decisiones difíciles y no simplemente imprimir dinero, lo cual haría que se disparase el déficit, se devaluase la moneda y aumentasen las ya elevadas tasas de inflación anual (el 31% en el mes de noviembre).
La única estrategia razonable consiste en tomar el control del comercio exterior y supervisar directamente a las cúpulas dirigentes de los sectores productivo y distributivo, así como establecer prioridades para preservar el nivel de vida de las masas. Con el fin de contrarrestar la ineptitud burocrática y neutralizar a los funcionarios holgazanes, el poder real y el control deben ser transferidos a los trabajadores organizados y a consejos autónomos de consumidores y de barrio. El pasado reciente revela que el mero hecho de elegir alcaldes o gobernadores socialistas no basta para asegurar la puesta en marcha de políticas progresistas y la gestión de los servicios básicos. Un gobierno representativo liberal (incluso con socialistas elegidos) requiere un mínimo de control y de presión populares para tomar decisiones difíciles y establecer prioridades en medio de una crisis económica prolongada y cada vez mayor.

James Petras
Rebelión

Traducido por Manuel Talens

Título original: Victory for Venezuela’s Socialists in Crucial Elections – November 2008

El sociólogo marxista usamericano James Petras ha publicado más de sesenta libros de economía política y, en el terreno de la ficción, cuatro colecciones de cuentos. Es colaborador permanente de Rebelión.

El escritor y traductor Manuel Talens es miembro de los colectivos de Cubadebate, Rebelión y Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad lingüística. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, al traductor y la fuente.

Transparencia total


¿Quién lo duda? Observadores de todas partes y todos los pelajes asistieron a los comicios de Venezuela el 23 de noviembre. Transmitieron sus despachos con absoluta libertad. La oligarquía gritaba estruendosamente lanzando al mundo la grosera calumnia de que la prolongación del cierre de los puntos de votación, que les daba a los ciudadanos la oportunidad de votar, era con el propósito de cometer el fraude, a pesar de que el Consejo Nacional Electoral lo había acordado y anunciado previamente.
Si Estados Unidos adopta tal medida para facilitar la elección indirecta del presidente de ese país que funge como modelo de los oligarcas venezolanos, es absolutamente correcto; pero en Venezuela no, aunque no se trate siquiera de la elección de su presidente, que es directa, igual que la de los demás cargos ejecutivos. La abyecta sumisión al imperio, la fuga de divisas por incontables miles de millones de dólares que escapan cada año, mantener la pobreza, el analfabetismo y el desempleo por encima del 20 por ciento es para ellos lo único honorable y limpio.
No me atrevería a emitir opinión alguna en relación con otro país de este hemisferio, si olvidara que somos hermanos y que Martí, quien luchó y murió por Cuba y por nuestra América, dijo un día ante la estatua del Libertador Simón Bolívar: “Déme Venezuela en qué servirla: ella tiene en mí un hijo”. En el seno de ese pueblo hermano laboran 40 mil compatriotas altamente calificados que están dispuestos a dar su vida por el pueblo de Bolívar y junto a él corren por igual los riesgos de cualquier zarpazo imperialista. No soy un opinante intruso en el país del ALBA.
Venezuela puede convertirse en un modelo de desarrollo socialista a partir de los recursos que las transnacionales extraían de su rica naturaleza y del sudor de sus trabajadores manuales e intelectuales. Ningún poder extranjero determinará su futuro. El pueblo es dueño de su destino y marcha en pro de los más altos niveles de educación, cultura, salud y pleno empleo. Es un ejemplo a seguir por otros pueblos hermanos de este hemisferio sin ponerse de rodillas: no desea marchar a remolque de un imperio que los saquea. Venezuela reclama con razón y dignidad, de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que diseñe una nueva estructura financiera internacional. Cuba la apoya en ese empeño.
Las elecciones del domingo constituyeron un gran salto cualitativo para el proceso revolucionario bolivariano. Hubo datos precisos, victoria inobjetable de los candidatos a gobernadores en 17 de los 22 estados, todos pertenecientes al Partido Socialista Unido de Venezuela; mayor asistencia que nunca, 1,5 millón de votos más que los obtenidos por los candidatos de la oposición que aspiraron a ese cargo; 264 alcaldías de las 328 que tuvieron elecciones. No existe un partido de oposición; existe una suma de opositores con media docena de partidos, y transparencia total.


Fidel Castro

Entrevista al sociólogo norteamericano James Petras

"Las derrotas en Miranda y Caracas no es culpa del PSUV y mucho menos de Chávez, es un castigo a políticos que seguían la línea más reformista, más incompetente"

- Chury: Estamos recibiendo el contacto telefónico con James Petras allí en Estados Unidos, como estas...
- Petras: Muy bien, aquí estoy trabajando sobre las elecciones en Venezuela, preparando un informe para esta entrevista
Chury: Es muy bueno que me lo digas porque precisamente te iba a preguntar que trabajo estabas preparando ahora, adelántanos algo de ese trabajo...
Petras: Primero quiero decir que discrepo completamente sobre los comentaristas (uruguayos) supuestamente progresistas que han dado mucho peso a algunas “victorias” de la oposición, en las elecciones realizadas en Venezuela.
Yo creo que es una victoria impresionante que los socialistas pro-Chávez ganaran casi el 80% de los gobernadores en el país contra toda la propaganda de toda la prensa burguesa en Estados Unidos y Europa, incluso en Asia y América Latina.
Segundo, ganaron contra la propaganda de la gran mayoría de los medios de comunicación en Venezuela, la gran prensa que es el 95% estuvo contra el gobierno y sus encuestadores fracasaran en los esfuerzos de limitar los éxitos del chavismo.
Tercer punto, es que debemos reconocer que el pueblo votó con un alto nivel de asistencia, la participación electoral fue casi dos tercios del electorado, eso no es una victoria de una minoría, es una participación mayor en un 10% de lo que participó en Estados Unidos.
Cuarto punto, la oposición ganó solo en cinco de los 22 lugares de competencia. Ahora bien, los críticos dicen que el chavismo perdió en dos estados importantes, Miranda y Zulia y la alcaldía de Caracas, no hay dudas que por lo menos en Miranda y Caracas es una pérdida importante, pero yo creo que atrás de eso no hay una derrota del chavismo ni de Chávez es que el gobernador en Miranda no era un candidato popular era un gobierno malo, corrupto derechista, Diosdado Cabello el gobernador ya hace tiempo que ha perdido el apoyo de su propia base por la mala política que han hecho allá. Y en Caracas yo creo que el candidato gobernatal perdió porque no hizo su trabajo, no cuidaban las calles, la basura, la inseguridad, etcétera. Entonces yo creo que las derrotas en estos dos lugares no es culpa del PSUV como partido y mucho menos de Chávez, es un castigo a políticos que seguían la línea más reformista, más incompetente.
Ahora uno puede analizar incluso en estos estados más a fondo la extracción social, las ocupaciones de los que votaron por la oposición que podríamos decir
Que la mayoría de los trabajadores votaran PSUV porque el chavismo consigue incluso en Zulia un 45% del voto y algo similar en Miranda que perdían por mucho por culpa de este Cabello y su mala política .También perdían en Nueva Esparta que es un lugar turístico donde la población está muy vinculada con los servicios de los ricos y los turistas. Siempre los lugares turísticos con esta característica de mano de obra perjudica a cualquier candidato de la liberación nacional, del cambio. Incluso en Nueva Esparta los socialistas consiguieron 42% del voto. Hay que analizar porque incluso en los 5 lugares donde perdían los chavistas, si bien son estados populosos hay diversidad de clase, hay pequeña burguesía, hay sectores lumpenes, hay sectores poco politizados. Yo creo que la clase obrera en estos estados, en estas gobernaciones, en mayoría votaron por los chavistas pero fueron menos que la pequeña burguesía y sectores menos politizados, y por eso la derrota.
Yo creo que en ese sentido es bueno que algunos alcaldes y gobernadores del chavismo estén castigados y hayan perdido las elecciones. Eso va abrir la posibilidad de que sean reemplazados dentro del chavismo por gente más comprometida, más militante y con capacidad de gobernar con mayor capacidad. En todo caso yo creo que un partido que gobierna por 10 años, que siga ganando 70, 80% de las gobernaciones es un gran éxito.Normalmente en esta situación lo que tenemos es un desgaste por varias razones, que se acomodan, algún factor de corrupción, de distancia del pueblo, etcétera. Por creo que en este caso el desgaste es mínimo.En todo caso vas a ver en Brecha, La Jornada y todos los demás publicaciones “progresistas” comentarios sobre “el avance” de la derecha. Pero yo quiero marcar la matemática del asunto que es que los socialdemócrata, los disidentes que salieron del chavismo, el partido Podemos perdió, lo chavistas ganaron varios lugares donde ellos tenían su fuerza.
Chury: Te quería preguntar algo, uno tiene la sensación por lo menos en la lectura que nosotros hacíamos aquí que en realidad Chávez ha tenido una victoria en su país, porque también la opción de crear un partido socialista único en definitiva, el desgaste que produce el ejercicio de cualquier gobierno y terminar en la forma que terminaron estas elecciones, le da al chavismo una fuerza realmente positiva, es la sensación que uno tiene...
Petras: Sí, yo estoy de acuerdo con lo que dices pero tirando una mirada por distintos medios, por ejemplo hoy en La Jornada, incluso, el primer artículo en el sitio web Rebelión que viene de España pone más énfasis sobre la victoria de la derecha en tres lugares, en Zulia, el alcalde de Caracas y también en Miranda que es un Estado con alguna industria importante. Entonces si uno revisa la prensa “progresista” el énfasis está puesto sobre lo que perdió el chavismo y no lo que ganaran y avanzaran o mantenían. Quiero decirte una cosa, la oposición perdió Guárico, Sucre, Arragua . Los “progres” no marcan los Estados que la derecha tenía en sus manos y los perdió.Es importante criticar no solo las interpretaciones de la prensa burguesa, que también enfatiza las pérdidas como el New York Times, la BBC, etcétera. Por eso si bien debemos analizar críticamente el proceso siempre debemos hacerlo tomando en cuenta los hechos :que son que el chavismo ha consolidado su apoyo y está en una posición de avanzar en el proceso de transformación frente la quiebra del capitalismo. Hay que ver si los que ganaron las elecciones van a presionar y avanzar sobre la nacionalizaciones de empresas que van a estar muy problemáticas por la crisis. Yo creo que el sector privado en Venezuela es muy vulnerable porque no hicieron ninguna inversión para mejorar su competencia y van a la quiebra ..El problema es si el presidente Chávez va aprovechar de estas victorias para nacionalizarlos en vez de inyectar capitales, subvenciones para que se queden viables o por los menos sobreviven en manos capitalistas.
Hay dos caminos frente a la quiebra, uno es la política de Obama, Bush, Wall Street de inyectar capital como hicieron ayer, 100 mil millones de dólares para salvar al Citibank, fíjate un banco que ha ganado miles de millones ahora está en quiebra, completamente en quiebra, recibe 100 mil millones del Tesoro norteamericano (el Ministerio de Economía de USA).Esta es la solución reaccionaria frente a la quiebra y la otra, es avanzar nacionalizando las empresas capitalistas, los bancos en quiebra, que es lo que debería hacer Chávez. Hay dos opciones, no hay otra.
- Chury: Hubo una reunión en Perú que no tuvo demasiada prensa en la que estuvo Bush, en la que estuvieron los presidentes, dicen que hubo fotos entre la Bachelet y Bush y Alan García, ¿se divulgó mucho eso ahí en los Estados Unidos por ejemplo?...
- Petras: Apareció el caradura de Bush diciendo que el libre mercado sigue siendo la única opción como un disco roto pasando por arriba todo lo que han pasado en los ultimos meses. No tiene otro discurso más que repetir lo que han fracasado evidentemente para todo el mundo.Es algo que da risa porque mientras el Estado inyectaba el mismo día 100 mil millones para salvar al protagonista del libre mercado Citibank, él en Lima hablaba del libre mercado como el único camino. Es absurdo, es surrealista, es algo por lo menos raro que alguien inyecte dinero del Estado asuma todas las deudas basura del sector privado y al mismo tiempo siga repitiendo como loro su apoyo Al “libre mercado”. Nadie lo toma en serio ya pero nadie en Lima tampoco denuncia a Bush. Es un discurso poco serio, tolerado por sus cipayos en el sur, en el Asia pero en la práctica no tiene ningún impacto ni en los países asiáticos ni en América Latina.Solo es una afirmación de una política fracasada. Yo no veo ninguna nueva iniciativa de esta asociación de países.Cada cual busca su propia solución.Cada cual está aumentando la intervención del Estado.Cada cual reconoce el fracaso de importantes sectores capitalistas.Todos reconocen que el mercado ha causado los problemas y Bush busca una forma de compensar con un nuevo estatismo capitalista
Chury: Como se perfila el gobierno de Obama, ¿realmente con cambios profundos o simplemente un cambio de habitante de la Casa Blanca?
Petras: Yo creo que han elegido la politiquería del pasado, no hay ninguna cara nueva, nombró como Ministro de Hacienda que es la posición más clave en la política económica un funcionario del banco central de Nueva York que es una figura involucrada en los salvatajes de los bancos.Si no era representante directo de Wall Strett funcionaba muy íntimamente con ellos; como Secretario de Estado, está a punto de nombrar a Hilary Clinton que no tiene ningún conocimiento práctico de las relaciones diplomáticas y su trayectoria “derechista”, siempre votaba por la guerra en Irak, por las medidas opresivas incluso en unos discursos este verano dijo que para ella Iran representaba una amenaza, que ell esta dispuesto a combatir al país y destruirlo. Esas son las personas ocupando puestos importantes en la política externa, la política económica .. Importante también, Obama ha nombrado a un sionista de trayectoria derechista como jefe del gabinete y sigue la lista de derechistas. La persona que será procurador del Estado es una persona asociada con el régimen de Clinton que jugó un papel como abogado de “chiquita banana” defendiendo la empresa que contrató paramilitares para matar sindicalistas: el nuevo procurador es un defensor de empresas utilizando paramilitares en Colombia.
No hay ningún nuevo político, ningún nuevo funcionario que refleje el mínimo reformismo, el mínimo respecto a los derechos civiles y las libertades políticas.Cada vez que Obama nombra un oficial refleja el contenido pro-imperialista y represivo reaccionario en su régimen. No hay ninguna duda que Obama va a inyectar más dinero en la economía para tratar de salvar las empresas en situación de quiebra. Las principales industrias manufactureras están en quiebra, la industria automóvil, , tienen para 3 ó 4 meses de financiamiento y ya se van a la bancarrota según sus propios voceros. Segundo los principales bancos como Citibank, uno de los más grandes del mundo están en quiebra, sus acciones cayeron 70% en tres semanas y más, si vas a todos los otros sectores informáticos, etcétera están en quiebra y las inyecciones de dinero que promete Obama no vana tener ningún impacto, solo son medidas que podrían dar un pequeño repunte coyuntural pero no tienen ningún proyecto para cambiar la estructura fracasada.
Eso es todo, yo no veo ninguna iniciativa por la paz ni para resolver el problema israelita en relación con los palestinos; no veo ninguna postura de abrir un diálogo con Chávez, con Irán, con Afganistán.. Más guerras es lo que tenemos sobre la agenda, en un momento en que el capitalismo norteamericano está en colapso, Europa está en recesión tanto como Japón, ese es el contexto, Entonces hay un futuro muy negativo sobre las posturas de Obama.
Insisto, vamos a tener muchas noticias sobre las elecciones en Venezuela y muchas interpretaciones, pero siempre tenemos que recordar que el chavismo ganó con el 58% del voto popular, casi el 75% de los gobernadores de Estado. Quiero recordar a la gente lo que es la situación real: hay un avance del socialismo.

Efraín Chury Iribarne
Radio Centenario
www.radio36.com.uy

lunes, 24 de noviembre de 2008

Califica Fidel Castro a libro de Stella Calloni como el más objetivo publicado sobre la Operación Cóndor



La Habana, 24 nov (Granma-RHC) El máximo líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, expresó que el libro La operación Cóndor, de la escritora argentina Stella Calloni es la denuncia más documentada y objetiva que ha leído sobre el tema.
En su reflexión titulada Stella Calloni subraya Fidel Castro que impresiona la lista de eminentes figuras, militares y civiles, vilmente asesinadas dentro o fuera de sus respectivos países.
Su artículo titulado STELLA CALLONI dice textualmente:

Su libro La operación Cóndor denuncia una serie de atroces crímenes cometidos recientemente por Estados Unidos contra los pueblos de América Latina y constituye un texto clásico para comprender lo que significa el imperialismo yanqui. Es la denuncia más objetiva y detalladamente documentada que hasta hoy he leído, insuperable en su estilo y elocuencia. Impresiona la lista de eminentes figuras, militares y civiles, vilmente asesinadas dentro o fuera de sus respectivos países, entre ellas prestigiosas personalidades, religiosos como el arzobispo salvadoreño Oscar Arnulfo Romero, los generales chilenos Schneider y Prats, presidentes de otros países, así como la conspiración en Chile, que concluyó con la muerte de Salvador Allende y el establecimiento de un gobierno fascista. Hubo presidentes de Estados Unidos directamente involucrados, como Nixon, Reagan y Bush padre. En nuestro país Stella es conocida por esa obra.
En días recientes, lo que llamó de nuevo mi atención sobre la autora argentina fue la ponencia presentada en la Conferencia Internacional "Revolución e Intervención en América Latina" que tuvo lugar en Caracas, de la que envió una copia a Cuba.
Nos habla de la invasión silenciosa en todos los frentes: el arma de la desinformación, la recolonización de América Latina, "el patio trasero" como la "reserva estratégica" del imperio, la contrainsurgencia operativa, los golpes "suaves", la intoxicación informática, agrupaciones de izquierda actuando junto a sectores golpistas de extrema derecha; el poderoso enemigo que ataca deliberadamente el alma de los pueblos, su cultura y su identidad; avanzadas coloniales y colonialismos tardíos.
Nos recuerda que la brutal invasión de Panamá, el 20 de diciembre de 1989, estuvo precedida por una campaña desinformativa que, en este caso, logró penetrar en sectores progresistas y de izquierda; la manipulación informática sobre las razones que adujo Estados Unidos para invadir el pequeño país de poco más de dos millones de habitantes ?dividido en dos por un enclave colonial que la potencia hegemónica mantenía desde principios del siglo pasado?, increíble y burda, aún es imposible entender cómo paralizó América Latina. Hasta hoy ?nos dijo? se ignora que allí murieron miles de personas. "Panamá fue la Guernica de América."
Después añade que las Naciones Unidas desempeñaron "una presencia de papel en todos estos conflictos".
Al Qaeda, nacido de las propias entrañas del imperio, es un típico ejemplo de un enemigo que el poder hegemónico ubica a su antojo donde lo necesita para justificar luego sus acciones, como a lo largo de su historia fabricó enemigos y atentados destinados a favorecer sus planes de dominación. El pretexto de la Seguridad Nacional de Estados Unidos para justificar sus crímenes fue trazado mucho antes de los atentados que desplomaron las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001.
Así por el estilo continúa esgrimiendo argumentos y pruebas irrefutables. Lo escribe en no menos de 20 páginas de apretada síntesis. Expresa sincera admiración por los procesos revolucionarios de Cuba y Venezuela, por su lucha valerosa en las proximidades de la metrópoli neocolonial.
Para comprender el sentido de esa lucha, baste recordar algunas de las frases pronunciadas por George W. Bush, presidente al que restan sólo 58 días para concluir su actual mandato como jefe del imperio.
En medio de la crisis que azota al mundo, declaró en la reunión cumbre de la APEC que tiene lugar en Lima:
"Por más de una década el mercado libre probó ser una vía eficaz.
"El crecimiento económico en esta región podría ser ilimitado y es algo que concierne a los pueblos libres. Todo país que sea honesto con su pueblo, contará con el apoyo de Estados Unidos.
"Nuestros socios pueden estar seguros de que la agenda compasiva de Estados Unidos se mantendrá.
"Seguiremos inspirando al mundo.
"Que Dios los bendiga."
Hay que ser incurablemente cínico para hacer tales afirmaciones. Mientras eso se proclamaba en Lima, de Estados Unidos llegaban noticias sobre la gravedad de la crisis y el creciente número de desempleados. Las empresas de las industrias automotrices reclaman con urgencia una parte de los 700 mil millones de dólares destinados a afrontar la crisis más fuerte desatada en decenas de años. Aseguran que la quiebra de una sola de las grandes empresas del sector originaría el despido de dos millones y medio de trabajadores. Son cifras siderales de dinero y de afectados en el país que pretende seguir inspirando al mercado.
Las elecciones de hoy en Venezuela son complejas por la situación creada con las lluvias, el número de colegios, la elevada cifra de votantes inscritos por cada uno de ellos, el empleo de los recursos mediáticos y el abundante dinero que la oligarquía y el imperialismo emplean para confundir a los votantes, pero el gobierno bolivariano actúa con dignidad, se preocupa por los daños que ocasionan las lluvias excesivas, y combate con la firmeza y decisión que inspiran las causas justas.
Cualquiera que fuese el resultado de los comicios para elegir las autoridades locales y regionales, no será fácil apagar la llama encendida de la Revolución.
Creemos mucho más en las verdades de Calloni que en las cínicas mentiras de Bush.

Fidel Castro Ruz


Noviembre 23 de 2008
Hora: 11 y 36 a.m.