sábado, 13 de agosto de 2016

Fidel Castro, el líder de la revolución cubana, cumple 90 años.




Y llega el día en que Fidel cumple 90 años. 90 años del hombre que sobrevivió a mil atentados pergeñados por el imperialismo, pero, sobre todo, a las profecías de los “expertos”, a los anuncios fatalistas de la gran prensa monopólica que periódicamente le ponía fecha de vencimiento a su causa, a su protagonismo y a su vida misma.
El influjo de su palabra se mantuvo siempre vivo, aún en los tiempos más oscuros en que era despectivamente calificada de anacrónica, “ideológica”, anclada en un pasado definitivamente superado. Y sin embargo, su voz y su presencia irrumpían nuevamente, una y otra vez, persistentes, obstinadas, entregadas con pasión e inteligencia a la gran obra revolucionaria de construir una Patria Grande justa y libre.
Cuando nos visitó, allá por el 2002, con ocasión de la inauguración de la Capilla del Hombre, los ecuatorianos vivíamos los años finales de hegemonía neoliberal. La palabra de Fidel fue, entonces, como un rayo en cielo sereno: una voz que insistía, sin concesiones de ningún tipo, en denunciar las insultantes desigualdades de nuestra realidad social.
En esa visita, Fidel recordaba la entrañable amistad que lo había unido al maestro Guayasamín, así como la común preocupación por la dignidad humana y la justicia social. Y es que el lazo de Fidel con Ecuador le debe mucho a su encuentro con nuestro gran pintor, cuando “un hombre de rostro indígena, tenaz e inquieto, ya conocido y admirado por muchos de nuestros intelectuales, quiso hacerme un retrato”. “No era yo -decía Fidel en ese discurso-. Era lo que él deseaba que fuera, tal como quería verme: una mezcla de Quijote con rasgos de personajes famosos de las guerras independentistas de Bolívar”.
Y esa figura quijotesca que vio el maestro Guayasamín en Fidel Castro ha sido y es de una potencia y de un magnetismo poco comunes, digna de quienes encarnan los valores más altos de la humanidad y capaz de sublevar pueblos y movilizarlos hacia la libertad y la justicia.
En los años que siguieron a esa visita, tuvimos la suerte de seguir contando con la palabra y el liderazgo del Comandante Fidel Castro en el nuevo despertar del continente, cuando la batalla de ideas a la que él tan fervientemente había convocado comenzaba a rendir frutos y en diferentes rincones de la Patria Grande volvía a levantarse la bandera de la justicia social y la unidad latinoamericana.
Esa palabra y ese liderazgo han sido fuente extraordinaria de inspiración para el proceso que ha vivido el Ecuador en la última década, signada por la tarea de desmontar el andamiaje neoliberal y neocolonial que nos tenía cautivos y sentar las bases para construir la Patria nueva, un país de equidad y justicia social. De ese mismo espíritu humanista, de esa misma vocación soberana, es hija nuestra Revolución Ciudadana, el proceso de cambio más audaz y más ambicioso de nuestra historia liderado por otro gran patriota latinoamericano, que ha transformado millones de vidas y se ha inspirado en un modelo de desarrollo integral que tiene al ser humano, y no al capital, como el centro de todas las decisiones.
Con salud y educación gratuitas, con leyes hechas desde el pueblo y para el pueblo, con políticas de Estado que velan por la ciudadanía y la expansión de derechos, con soberanía y conciencia integracionista, desde el Ecuador nos hemos propuesto la superación de un modelo neoliberal, empobrecedor y excluyente. En esa tarea, Cuba siempre estuvo ahí presente como ejemplo de dignidad y de lucha.
Hace 10 años Fidel se retiró de las tareas de gobierno, pero no ha dejado de ser protagonista de la historia de su pueblo y de toda la Patria Grande, escribiendo, pensando, estimulando reflexiones y propiciando debates. La suya es una vida no sólo impregnada de los acontecimientos más relevantes del siglo XX y sus debates, sino que ha tenido la lucidez y la valentía de abordar los nuevos desafíos que enfrenta la humanidad y las amenazas de un orden civilizatorio cada vez más insostenible.
Celebramos con el hermano pueblo de Cuba, con el victorioso y solidario pueblo de Martí y del Che, y junto a los pueblos de Nuestra América, estos 90 años de vida fecunda de Fidel ¡Feliz 90 años a Fidel!

Gabriela Rivadeneira
Presidenta de la Asamblea Nacional del Ecuador

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