miércoles, 29 de agosto de 2012

¿Cuáles fueron las empresas globales que vendieron su alma a los nazis?



Uniformes SS de Hugo Boss.

Da miedo lo eficientes que fueron los nazis dirigiendo a un país entero, incluyendo su población e industria, hacia sus funestos objetivos. Hay tres grandes empresas que se suelen mencionar siempre como colaboradoras con los nazis. Hugo Boss que diseñó los intimidantes uniformes de las SS (así como las monótonas camisas marrones de las SA y las juventudes hitlerianas); Volkswagen que diseñó el escarabajo a instancias de Hitler y los produjo como salchichas usando mano de obra esclava; e IBM que diseñó las fichas perforadas que sirvieron para sistematizar la exterminación de personas por raza y clase.
Sin embargo, estas no fueron las únicas empresas que actuaron conjuntamente con los nazis, otros grandes negocios mundiales reconocibles hoy en día también vendieron sus almas al diablo de distintas maneras, y puede que le sorprendan algunos de los nombres que aparecen a continuación.

Chase Bank

Pensándolo bien, la colaboración de Chase Bank (ahora J.P. Morgan Chase) con los nazis no es tan sorprendente. Uno de sus accionistas más importantes, J.D. Rockefeller, fundó directamente los experimentos eugenésicos antes de la guerra. Entre 1936 y 1941, Chase y otros bancos estadounidenses ayudaron a los alemanes a recaudar más de 20 millones de dólares, que suponen un importe neto de comisión de 1,2 millones de dólares, de los cuales Chase se embolsó unos 500.000 dólares. Eso era mucho dinero en la época. El hecho de que los marcos alemanes utilizados para financiar operaciones proviniesen de los judíos que habían huido de Alemania no parece molestar a Chase, de hecho su negocio aumentó después de la noche de los cristales rotos (la noche en la que los judíos de la Alemania y Austria nazis fueron atacados por grupos en 1938). Chase también congeló las cuentas de los judíos franceses en la Francia ocupada antes de que los nazis les hubieran pedido que lo hicieran.

Ford

El propio Henry Ford era un conocido antisemita y publicó una colección de artículos bajo el encantador título The International Jew: The World’s Foremost Problem (El judío internacional: el mayor problema del mundo). Incluso patrocinó su propio periódico que utilizada como herramienta propagandística, culpando a los judíos de la Primera Guerra Mundial y, en 1938, recibió la Gran Cruz del Águila alemana, la medalla nazi de mayor nivel concedida a ciudadanos extranjeros.
La operación alemana de Ford produjo una tercera parte de los camiones militares utilizados por el ejército alemán durante la guerra, realizando mucho del trabajo los prisioneros. Lo que resulta aún más sorprendente es que Ford haya forzado a trabajar a mano de obra apenas en 1940, cuando el brazo americano de la compañía aún tenía pleno control.

Kodak

Cuando se piensa en Kodak, se imaginan fotos familiares y recuerdos capturados en una película, pero lo que hay que tener en cuenta es la mano de obra esclava que la filial alemana de la empresa utilizó durante la Segunda Guerra Mundial. Las filiales de Kodak en países europeos neutrales hicieron grandes negocios con los nazis, proporcionándoles tanto mercado para sus productos como valiosa divisa extranjera. La filial portuguesa incluso envió sus beneficios a la de La Haya, que estaba ocupada por los nazis en aquel momento. Además, esta empresa no solamente hacía cámaras, diversificaron el negocio y producían gatillos, detonadores y otros artículos militares para los alemanes.

Coca-Cola


Fanta es una bebida con sabor a naranja que originariamente fue diseñada específicamente para los nazis. Es cierto, los ingredientes para la cola que dan su nombre a la marca eran difíciles de importar, por lo que el director de operaciones alemán de Coca Cola, Max Keith, propuso una nueva bebida que se pudiera realizar con los ingredientes disponibles.
En 1941, Fanta se estrenó en el mercado alemán. El propio Max Keith no era nazi, pero sus esfuerzos por mantener viva la actividad de Coca-Cola durante la guerra hicieron que la compañía se embolsara importantes beneficios y que pudiera volver a distribuir coca cola a los militares americanos que se encontraban en Europa tan pronto como acabó la guerra.

Allianz

Allianz es la duodécima mayor empresa de servicios financieros del mundo. Fundada en Alemania en 1890, no resulta sorprendente que fueran la mayor aseguradora alemana cuando los nazis llegaron al poder. Como tal, enseguida se implicó en el régimen nazi. Su consejero delegado, Kurt Schmitt, también era el Ministro de Economía de Hitler, y la compañía aseguró las instalaciones y personal de Auschwitz. Su director general estaba al frente de la política que pagó al estado nazi en lugar de a los beneficiarios de los judíos afectados por la noche de los cristales rotos. Además, la empresa trabajó estrechamente con el gobierno nazi para localizar las pólizas de seguro de los judíos alemanes enviados a los campos de la muerte y, durante la guerra, aseguró las propiedades de las que despojaron a esos mismos judíos en nombre de los nazis.

Novartis

Bayer, aunque conocida por sus orígenes como una subdivisión del productor que fabricó el gas Zyklon B gas utilizado en las cámaras de gas nazis, no es la única empresa farmacéutica con esqueletos en el armario. Las empresas químicas suizas Ciba y Sandoz se fusionaron para constituir Novartis, más conocida por su famoso fármaco, Ritalin. En 1933, la filial berlinesa de Ciba despidió a todo el consejo de administración y lo sustituyó por personal ario más «aceptable». Entretanto, Sandoz estaba ocupada haciendo lo mismo con su presidente. Las empresas produjeron tintes, fármacos y productos químicos para los nazis durante la guerra. Novartis confesó su culpabilidad e intentó corregirlo como otras compañías cómplices aportando 15 millones de dólares a un fondo suizo de compensación a las víctimas de los nazis.

Nestlé

En 2000, Nestlé aportó más de 14,5 millones de dólares a un fondo para intentar afrontar las reclamaciones por la mano de obra esclava que presentaron los supervivientes del holocausto y organizaciones judías. La empresa ha admitido que compró una compañía en 1947 que utilizó mano de obra forzosa durante la guerra y también ha declarado que «también es cierto o se puede asumir que algunas empresas del grupo Nestlé con actividad en países controlados por el régimen del Nacional Socialismo (nazismo) tenían trabajadores esclavizados». Nestlé contribuyó a la financiación del partido nazi en Suiza en 1939 y acabó ganando un contrato muy lucrativo, siendo el suministrador de todo el chocolate del ejército alemán durante la Segunda Guerra Mundial.

BMW

BMW ha admitido que utilizó hasta 30.000 trabajadores forzados durante la guerra. Estos prisioneros de guerra, trabajadores esclavos y presos de los campos de concentración, produjeron los motores para la Luftwaffe y fueron obligados a ayudar al régimen a defenderse de aquellos que estaban intentando salvarles. BMW centrada únicamente en aviones y motocicletas durante la guerra, no tenía otra pretensión que ser el proveedor de la maquinaria de guerra de los nazis.

General Electric

En 1946 General Electric recibió una multa por parte del gobierno estadounidense por sus nefastas actividades durante la guerra. En colaboración con Krupp, una empresa productora alemana, General Electric de forma intencionada y artificial subió el precio del carburo de wolframio, un material de vital importancia para los metales de la maquinaria necesaria para la guerra. Aunque solo le impusieron una multa de 36.000 en total, General Electric ganó entorno a 1,5 millones de dólares de esta estafa solo en 1936, obstaculizando el esfuerzo por ganar la guerra y aumentando el coste para derrotar a los nazis. GE también compró acciones de Siemens antes de que estallase la guerra, convirtiéndose en cómplice del uso de mano de obra esclava para construir las mismas cámaras de gas donde muchos de los trabajadores afectados fallecieron.

El original de este artículo está en inglés y es de Business Pundit. Traducido y publicado por Euribor.es

martes, 28 de agosto de 2012

Aprobando el último examen



El Frente Amplio en la crisis del 2002

Fue la peor crisis económica en la historia del país. En agosto de 2002, un "terremoto financiero" hacía temblar el modelo levantado por las elites neoliberales. Los coletazos de la devaluación del real en Brasil (1999), la quiebra de Argentina (2001), y sobre todo el colosal fraude bancario que propició la desregulación financiera, pegaron de lleno en la línea de flotación. El gobierno de coalición presidido por Jorge Batlle (Partido Colorado) estuvo "con los días contados" y el país "al borde del abismo".
El Producto Bruto Interno (PBI) se desplomó 11%; la devaluación del peso fue cercana al 100%. Las exportaciones se redujeron más del 10% y las importaciones 36%; las reservas internacionales netas cayeron de US$ 3.000 millones a US$ 665 millones en menos de seis meses; los bancos perdieron el 45% de sus depósitos y cuatro de los más grandes (privados) cerraron. Miles de pequeños y medianos ahorristas perdieron sus ahorros de toda la vida, otros miles vieron como sus dineros eran "reprogramados"; la relación entre la deuda pública y el PBI rebasó el 100%. Las "calificadoras de riesgo" retiraron el "investment grade" (grado inversor).
La clase trabajadora sufrió las peores consecuencias. Más de 200.000 trabajadores del sector privado perdieron su puesto de trabajo; el desempleo alcanzó al 20% de la fuerza laboral; el subempleo afectó a cerca de 500.000 personas; y menos de la mitad de los uruguayos tenían un trabajo "estable". Los "salarios reales" cayeron entre 16% y 20%; la pobreza y la indigencia alcanzaron al 43% de la población; el PBI per cápita pasó de US$ 6.331 a US$ 3.307 anuales. En los primeros ocho meses de 2002, más de 35.000 uruguayos -sobre todo jóvenes- emigraron a España, Estados Unidos y Canadá; la tasa de mortalidad infantil subió a 13,6 por mil en 2002 y a 15 por mil en 2003, aunque en algunos departamentos del interior la cifra se ubicaba por encima de los 20 por mil; los hospitales públicos de todo el país atendieron en 2002 un 50% más casos de niños con grave desnutrición que en 2001; más 700 personas se suicidaron al haberlo perdido todo.
Ante el paisaje aterrador de un país devastado por la crisis y la amenaza de un estallido social de proporciones imprevisibles, Claudio Paulillo, lucido analista de la derecha liberal, se pregunta lo que muchos -dentro y fuera de Uruguay- se preguntaron: "¿cómo no hubo una guerra civil en Uruguay?"
Es el mismo Paulillo quien arroja luz sobre algunas de las razones que le permitieron al gobierno evadir el peligro de una revuelta de masas y, finalmente, culminar su mandato. "Puede haber muchas respuestas para eso, pero hay tres que emergen claramente; 1) el gobierno de Batlle cometió errores a lo largo de la crisis (algunos de ellos, muy gruesos) pero mantuvo firme el objetivo de no "argentinizar" el proceso uruguayo -como lo exigió una y otra vez con todas sus fuerzas el FMI- y contó para ello con el apoyo providencial y decisivo del gobierno de los Estados Unidos; 2) el Partido Nacional, que integraba el gobierno, se tragó los 'sapos' más amargos y votó las leyes sin las cuales el barco se hubiera ido a pique sin remedio; 3) la oposición liderada por Tabaré Vázquez, si bien sacó partido del fenomenal descalabro que sufrió el país, no aprovechó las circunstancias objetivas que existían para "argentinizar" la protesta social y resolvió actuar con 'lealtad institucional' para evitar el derrocamiento del gobierno 'desde la calle', como los peronistas lo habían hecho antes respecto al presidente argentino Fernando de la Rúa y como los seguidores de Evo Morales lo hicieron después respecto al presidente boliviano Gonzalo Sánchez de Losada." (Con los días contados, Colección Búsqueda/Fin de Siglo, 2004)

"Lealtad institucional"

La primera de las razones le permitió al gobierno capear el temporal. Y socorrer a los "bancos buenos" con cientos de millones de dólares que pasaron a engrosar la deuda pública. Era el primer paso para volver a llenar la caja.
La administración de George W. Bush aportó de urgencia un "préstamo puente" de US$ 1.500 millones para que pudiera levantarse el "feriado bancario" decretado por el gobierno, mientras se ajustaban los detalles de un acuerdo con las instituciones financieras internacionales. El amigable gesto del jefe del imperio le sería agradecido por Tabaré Vázquez, cuando en 2007 lo recibió en la estancia presidencial Anchorena (departamento de Colonia). El Fondo Monetario Internacional puso US$ 600 millones (una préstamo stand by), el Banco Interamericano de Desarrollo US$ 500 millones, y el Banco Mundial otros US$ 400 millones. El "blindaje financiero" permitió "restablecer la confianza en el sistema bancario" y "fortalecer el marco económico", evitando así el temido default (cesación de pagos).
La segunda razón tenía que ver con el gobierno de coalición. Tanto el Partido Colorado como el Partido Nacional se repartían el gabinete de ministros y los directorios de los bancos y empresas públicas. Las responsabilidades en la crisis eran compartidas. En todo caso, el Partido Nacional exigió la cabeza del Ministro de Economía y Finanzas, Alberto Bensión (un gerente de los banqueros), como forma de lavarle la cara al programa de "salvataje" que se iniciaba. Alejandro Atchugarry (empresario y senador del Partido Colorado) asumió la cartera con el apoyo de todos los partidos con representación parlamentaria. Y el reconocimiento explícito del Frente Amplio (FA). Tanto, que el hoy senador frenteamplista Enrique Rubio (Vertiente Artiguista) le escribió por aquellos días en un caluroso telegrama: ¡Sos un patriota!. (Artículo con su firma, El Observador, edición especial a diez años de la crisis, agosto 2012.)
La tercera razón fue la clave del entramado. El Frente Amplio le temía a una situación de "desgobierno". Todavía estaban frescas las imágenes del presidente argentino, Fernando de la Rúa, huyendo en helicóptero mientras las masas se hacían dueñas de las calles al grito de "que se vayan todos". Sectores del FA, como el Partido Comunista, llamaban a la conformación de un gobierno de "salvación nacional", y el dirigente tupamaro Eduardo Bonomi (actual Ministro del Interior) alertaba sobre el peligro de un "vacío de poder". Finalmente, se impuso la línea de no "argentinizar" la crisis. Tabaré Vázquez rechazó de forma categórica el nuevo plan de ajuste del gobierno y criticó los acuerdos con el FMI, no obstante, advirtió que la izquierda debía tener "sentido de responsabilidad" para no generar "más tensiones sociales". Vázquez -apoyado por el general Liber Seregni- resumía la posición a adoptar: "Si alguien cree que nos vamos a callar y paralizar, se equivoca (.) pero si alguien cree que nos vamos a desbocar, también se equivoca". (Declaraciones en su programa de entonces en CX 36 radio Centenario) Vázquez era enfático: la izquierda no provocaría ni alentaría "estallidos sociales". El pronunciamiento tuvo su corolario en términos de estrategia política: "oposición responsable" al gobierno y, al mismo tiempo, "lealtad institucional" al régimen político de dominación. Recordando aquellos días negros, el actual vicepresidente de la República, Danilo Astori, reconoce que "la potencialidad para incendiar la pradera era grande", pero que el FA "no lo hizo". Por el contrario, en todo momento apoyó al nuevo ministro de Economía, priorizó el diálogo y los acuerdos, y "en la comunicación con la sociedad" bajó los volúmenes de confrontación. (El Observador, edición ya citada)
Entre las fuerzas del FA las voces críticas se apagaron. O casi. Solamente la Corriente de Izquierda (CI) tuvo la audacia y la coherencia política de oponerse a la estrategia de colaboración de clases. Para la CI que agitaba en su militancia sindical y barrial un plan de medidas urgentes "Para derrotar el hambre", la propuesta de la izquierda no podía ser otra: "Fuera Batlle" y "Elecciones Nacionales Ahora!. (Corriente de Izquierda Nº 8/9, mayo-setiembre, 2002)
Es por demás ilustrativo de la situación que analistas de la derecha -aún en forma de caricatura- registren esta posición de la "ultraizquierda" frentista. "Ellos querían directamente echar al presidente 'desde la calle'. Es decir, organizando y convocando a una rebelión como la que luego acabaría volteando en Bolivia al presidente González Sánchez de Losada el 17 de octubre del 2003 (...) Ellos soñaban con perpetuar acciones como el asalto al Palacio de Invierno de los bolcheviques en 1917. Recordaban la mítica imagen de Fidel Castro y el Che Guevara ingresando en 1959 a las calles de La Habana con los fusiles al hombro, rodeados por el fervor popular, y se figuraban a sí mismos protagonizando escenas similares en el Uruguay". (Claudio Paulillo, libro ya citado)
No obstante la gravedad y extensión de la crisis -que bien podría describirse con la clásica fórmula de Lenin de "crisis nacional"-, la respuesta de los de abajo lejos estuvo de desencadenar una "insurrección popular". En su desesperación, los más pobres "saquearon" algunos comercios de mediano porte. Decenas de ollas populares se organizaron en barrios periféricos de Montevideo. Mientras que el "movimiento obrero organizado" se limitó a un paro general de 24 horas y a otro de medio día convocados por el PIT-CNT.
Los movimientos sociales quedaron maniatados a la política de concertación y a la estrategia de contención de los aparatos sindicales. El testimonio de dos operadores claves en la crisis lo confirma. Para el ex dirigente sindical portuario y actual vicepresidente del FA, Juan Castillo (Partido Comunista), "ningún dirigente, gremio o corriente de opinión tiró sobre la mesa una propuesta de concreta de hacer una huelga general"; y hubiese sido "un gran error" derrumbar al gobierno. (Entrevista en La Diaria, 2-8-2012) En el mismo sentido apunta el ex sindicalista bancario Eduardo Fernández (Partido Socialista): "Pudimos haber ido a la huelga general y a nadie le hubiera llamado la atención", sin embargo "decidimos transitar por el camino más largo, pero el más seguro, el que al final le iba a servirle al gremio y al país". (Artículo con su firma, El Observador, edición ya citada)

Trampolín al gobierno

La sensación de "vacío de poder" había sido resuelta gracias a la eficaz labor del Frente Amplio y sus aliados en el PIT-CNT. El incendio se había evitado. La estrategia de "lealtad institucional" había funcionado a pleno. A finales de 2002 el FA contaba con cerca del 45% de "intención de voto". Colorados y blancos juntos no alcanzaban el 40%. Era la consecuencia política más clara producida por la crisis. El presidente Jorge Batlle continuaría hasta el 1º de marzo de 2005, "haciendo equilibrio arriba de un alambre" (de acuerdo a sus propias palabras), aunque su gobierno, de hecho, había terminado.
La crisis experimentó un cambio político cualitativo en la sociedad uruguaya. El centenario bipartidismo tradicional quedó herido de muerte. El FA emergía como una "opción seria" de gobierno. Su certificada "adhesión democrática" lo elevaba al rango de candidato indiscutible a la sucesión. Su conducta en la crisis fue el trampolín hacia el gobierno. Había aprobado el último examen ante el gran jurado de las clases dominantes.
Entre 2003 y 2004 se aceleraron las "actualizaciones" ideológicas y programáticas. Y el maridaje con fracciones del empresariado tomó cuerpo en la "concertación para él crecimiento". Se borró toda referencia "antioligárquica" y "antiimperialista", y se enterraron aquellas demandas que habían marcado al "frentismo" desde su fundación en 1971: estatización de la banca, reforma agraria, reforma urbana, monopolio del comercio exterior, ruptura con el FMI, no pago de la deuda externa.
En el 2004, dicen Adolfo Garcé y Jaime Yaffé, el Frente Amplio ya podía ser descrito como un partido socialdemócrata. (La era progresista, Fin de Siglo, 2004) Esta transformación no resultaba de un cambio cosmético, ni de una maniobra oportunista. Tampoco de una "traición" inesperada. En realidad, se trató de la culminación de un largo y genuino proceso que se fue operando desde la "transición democrática". En el nuevo lenguaje progresista, la "democracia representativa" dejó de ser vista como una simple "formalidad burguesa" y pasó a ser un "valor universal" a defender. La revolución desapareció del mapa, y el socialismo quedó situado en el lejano horizonte de la "utopía". La "toma del poder" cedió su lugar a "ganar las elecciones". Aunque los ideales de igualdad, justicia y solidaridad social se mantuvieron. Sobre todo en los discursos. Como para lavar las conciencias heridas. Fue por aquellos años post-crisis que Mujica empezó a exhibir sus dotes de pragmatismo y sensatez: "Hay que decirle la verdad a la gente: en el mejor de los casos nos va a llevar diez o quince años volver a tener un país donde más o menos se pueda vivir." (Cuando la izquierda gobierne, Mario Mazzeo, Trilce, 2003) Todo un anticipo: se trataba de desinflar las ansiedades y frenar el "exceso de demandas". El discurso pegaba con la oferta gradualista del "cambio posible". Las palabras de orden debían encajar con el programa: continuidad macroeconómica (de las políticas neoliberales), "honrar los compromisos" (con los acreedores internacionales), concertación social (con las corporaciones patronales), planes asistenciales enfocados en la pobreza (según las directrices del Banco Mundial).

Diez años después

La crisis "fue superada" y hasta volvió a conseguirse el ansiado "investment grade". Los capitales privados alimentan la inversión de un "país productivo". Eso sí, basado en la extranjerización de la economía. El PBI no deja de crecer, las exportaciones vuelan, el consumo se dispara en la llamada "clase media". Estamos "mucho mejor preparados", dicen las autoridades, incluso para soportar los coletazos de la crisis capitalista internacional.
Apenas faltaría distribuir un poco más "equitativamente" la riqueza. Lo reconocen. Porque siguen habiendo 450 mil personas en la extrema pobreza (14% de la población). Porque la masa salarial -en relación al PIB- se ubica en el 24%. Y porque la precarización del salario impide que el 56% de los trabajadores y trabajadoras (según el Instituto Cuesta-Duarte del PIT-CNT), alcancen siquiera el cuarto de la canasta básica mensual. "Asignaturas pendientes" que se irán resolviendo, dicen los funcionarios. Aunque de forma "gradual" y "prudente".
El país "es otro". Los "cambios" son perceptibles según los analistas. Parece verdad. Tanto que hoy, los bancos son las instituciones que cuentan "con mayor confianza" en la sociedad, superando por lejos a los partidos, los sindicatos, el poder judicial y la policía. (Encuesta Factum, El Observador, 24-7-2012) Impensable unos años atrás. No obstante, ciertos "valores" que hacen a la "identidad republicana" continúan prevaleciendo por ser un "patrimonio cultural". Son los que permitieron "una salida uruguaya a la crisis" en el 2002. Vale decir, una conducta acordada de "los sectores políticos, empresariales y sindicales (.) que al apoyar, dejar hacer o simplemente confiar en el país, acompañaron y viabilizaron el camino adoptado por el gobierno". (Enrique Iglesias, ex presidente del BID en el prólogo del libro de Carlos Steneri, Al borde del abismo. Uruguay y la gran crisis del 2002-2003. Ediciones de la Banda Oriental, 2011)
No hay un gobierno de "unidad nacional" porque a nadie le interesa. Mucho menos a dos años y poco de las próximas elecciones. De vez en cuando hay rispideces y trifulcas. Hasta se insultan. Las interpelaciones a los ministros se suceden por parte de blancos y colorados, sin ninguna consecuencia política. Las corporaciones patronales hacen su juego quejándose, mientras se benefician de la "bonanza económica". Los sindicalistas del progresismo de vez en cuando gritan, protestan, hacen huelgas, pero terminan negociando todo. El "espíritu de la concertación" se mantiene más allá de cualquier desencuentro. Unos y otros saben que se necesitan para asegurar la gobernabilidad del orden "democrático" y disciplinar a la fuerza de trabajo. La razón es sencilla: pertenecen al mismo campo contrarrevolucionario. El presidente de la República -justificando su conversión- lo ha dejado en claro hace bien poco: "Era un mito que no se podían alcanzar los cambios con las reglas de la democracia liberal". (Mujica, entrevista con la periodista Claudia Palacios, CNN, 8-4-2012).

Ernesto Herrera

domingo, 26 de agosto de 2012

Querido compañero Héctor, te llevamos en nuestros corazones



El 17 de agosto pasado se cumplió fecha del secuestro y desaparición de Héctor Castagnetto Da Rosa: aún no se ha encontrado su cuerpo.
Héctor fue el segundo estudiante secuestrado por el Escuadrón de la Muerte en el año 1971.
Héctor encarna al estudiante, al combatiente, al amigo perdido, porque lo asesinaron.
Queremos recordarlo aunque más no sea de esta forma sencilla; pero recordarlo como era; alguien con ideales de justicia que soñaba como muchos otros en cambiar esta sociedad, esta misma de ayer y de hoy, por otra más libre y justa.
Sus ideas eran revolucionarias, sí, aunque ya más nadie quiera tan siquiera nombrar esta palabra, por eso la nombramos, para que el eco de las mismas se expanda y despierte las conciencias.
La lucha por justicia y contra la impunidad continúa, es algo más que un simple monumento o un discurso formal, Héctor es mucho más que un simple recuerdo o una anécdota; es memoria viva, anda por las calles, se invita entre nosotros para trascender el tiempo.
En esta oportunidad volvemos a reclamar a la Intendencia Municipal de Montevideo que cumpla con lo prometido hace más de dos años y ejecute los trabajos previstos para el “Espacio Héctor Castagnetto” y que implican obras en el entorno del monolito situado en el cantero central de Av. Italia y Propios.
Hacemos un llamado a apoyar esta iniciativa por medio de cartas y firmas que centralizaremos en este correo a fin de presentarlas a la IMM para que se cumpla con lo prometido.

Por Memoria, Verdad y Justicia
Tus compañeros de siempre
ERU y Comisión Organizadora del Memorial Héctor Castagnetto.

Montevideo 18 08 2012

“Democracia y lucha armada, MIR y MLN-Tupamaros”



Entrevista con Osvaldo Torres, ex dirigente del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, MIR y sobreviviente de Villa Grimaldi.

Con el sello editorial de Pehuén, esta obra será presentada el próximo 16 de agosto a las 19:00 horas, en la Sala de Conferencias del Centro Cultural Gabriela Mistral. En la oportunidad, comentarán el libro el senador uruguayo, ex tupamaro, Luis Rosadilla; el rector de la UDP, Carlos Peña; el ex secretario general del MIR, Andrés Pascal Allende; y la presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad Central, Daniela López.
Su autor, Osvaldo Torres, fue dirigente del MIR y es sobreviviente de Villa Grimaldi. Es antropólogo social de profesión y tiene el grado académico de doctor en Estudios Latinoamericanos. En la actualidad se desempeña como docente en las universidades de Chile y Central.
A continuación les compartimos el diálogo realizado con el autor de este libro, que a partir del próximo jueves estará a disposición del público en general.
En vuestra obra, a la hora de los agradecimientos te enfocas en las personas sin militancia que te apoyaron en clandestinidad. ¿No crees que sea hora de reivindicar la resistencia invisibilizada de manera más decidida y casi con orgullo, como sucede por ejemplo con el NO y una reciente película?
OT: Resistir a la dictadura era una forma de luchar. Es impensable la sobrevivencia de los militantes de partidos o líderes de organizaciones sin el apoyo del pueblo, en su sentido amplio. En general todo aquel que escondía o daba refugio a un perseguido estaba haciendo resistencia. Se era consciente de eso, pues había un riesgo completamente sabido y era más valioso el aporte pues no necesariamente compartían el mismo proyecto que uno. La resistencia de ese tipo era -en toda su amplitud- de un sentido libertario, democrático y heroica; ellos valoraban la vida de los perseguidos, sabían que con su apoyo se mantenía una actividad contra el régimen dictatorial.
Es por esto que la doctrina de la seguridad nacional llamaba a delatar no sólo a los militantes sino también a quienes le daban apoyo. Por esto también que las formas más brutales de represión, como la desaparición de personas, están vinculadas, pues implicaba que nadie estaba a salvo, que cualquiera por apoyar podía ser torturado, preso o desaparecido; esto la dictadura lo sabía y lo utilizaba como forma de esparcir el temor generalizado, el terror de Estado.
Lo que tengo claro es que yo y mi compañera estamos vivos entre otras cosas porque hubo gente con humanidad que nos apoyó, con una disposición a contribuir a la lucha democrática. En esto no todos eran miristas, sería absurdo afirmarlo.
La tesis central- que plantea tú libro-de como dos organizaciones de la izquierda revolucionaria tuvieron un destino-por decirlo- muy distinto. Los tupas siendo hoy gobierno y el MIR diezmado ¿Descartas un renacer de éste en las nuevas condiciones surgidas desde el 2011 en adelante? ¿Qué condiciones debieran darse para que ello ocurriese?
OT: Es una pregunta difícil de responder pues no conozco los esfuerzos que puedan existir en la dirección de reorganizar al MIR. Si eso fuese así sería interesante saber con qué planteamientos se estaría haciendo, pues el mundo cambió demasiado como para tener una declaración de principios que ya estaba en serio cuestionamiento a principios de los ’70 o un programa de cambios profundos que no son los de los años 70 ni ’80. Sobre esto para el Chile de hoy no tengo claro que se propone y es algo que no se realiza con un par de reuniones de reflexión; requiere articular a muchos pues las transformaciones profundas no son una suma de demandas. Se requiere de una mirada y base social amplia que sea capaz de expresar los múltiples intereses sociales que están por sobre el “viejo” interés de clase. En otras palabras una bandera o la nostalgia no es capaz de aglutinar, y para mí es muy extraño que se pretenda revivir una organización en torno a un método de lucha, pues en mi experiencia eso no es para nada diferenciador entre izquierdas y derechas. Creo que una tarea pendiente es articular una izquierda democrática radical –en todo su sentido- en un contexto de unidad de las izquierdas. Lo plural es mejor que los viejos monolitismos estalinistas.
¿Consideras que esta obra alienta el balance histórico aún pendiente en el MIR, sea desde sobrevivientes dirigentes, de niveles intermedios, bases o desde la periferia?
OT: Creo que el balance histórico es necesario con vistas al futuro, no en el sentido orgánico de refundaciones si no que dé lecciones políticas, sobre todo para los que comienzan esta historia sin fin. También pienso que es una tarea que no pertenece solo a los que militaron en el MIR, como se ha comprobado en múltiples tesis de grado de varias disciplinas y en distintas universidades. Allí hay nuevas miradas, más frescas algunas, que permiten calibrar lo que caló el MIR en la sociedad y cómo lo hizo.
Haces una revalorización de la democracia y manifiestas que la relación con el socialismo no fue bien resuelta por el MIR ¿Es posible hacer la vinculación entre la profundización del ejercicio ciudadano y las experiencias incipientes de asambleísmo y poder popular del ciclo 72-73 particularmente?
OT: El tema de la relación democracia y socialismo no fue bien resuelta ni por el MIR ni por quienes llegaron al poder como la revolución cubana. Para qué hablar del socialismo chino o del soviético que ya criticábamos en los ’60 en gran medida gracias a la vertiente trotskista que tuvimos. Los sandinistas estuvieron más próximos a un ideario democrático al entregar el gobierno en su derrota electoral de fines de los ’80, a pesar de todas sus luchas y sacrificios que habían hecho por derrocar al tirano y construir una nueva sociedad; en lo que devino esa experiencia es otro tema.
Los modelos de sociedad socialista en que la democracia fuese efectiva no los conocí. Allí donde se pudiese disentir sin el temor de “caer en desgracia” o ir a la cárcel; en donde la institucionalidad democrática fuera más fuerte que el interés de un partido único o un liderazgo perpetuo. Esto es central decirlo pues remite a otra cuestión, o sea, que el MIR no supo construir un modelo propio de sociedad y en este sentido creo que Allende tenía con su “socialismo con vino tinto y empanadas” una idea más nacional que respetaba ciertas características de la cultura nuestra. Y con esto no estoy diciendo que su estrategia de cambios fuera la adecuada, como quedó demostrado; pero la nuestra estuvo aún más lejos de ello.
Creo que el asambleísmo y el poder popular hay que analizarlo en profundidad. Por una parte está la idea que tiene Camilo Escalona, que lo expresa en su último libro “De Allende a Bachelet” en que lo califica de algo poco relevante en relación a las fuerzas en movimiento en aquel proceso y otra podría ser la de Gabriel Salazar que tiende a valorar esas experiencias como laboratorios o ejercicios directos de una democracia social. Habría que profundizar en aquello e incluir las experiencias campesinas que se dieron y para complejizar más el tema hay que sumarle los cambios actuales en las comunicaciones, las redes sociales y las experiencias temporales como la del movimiento de los Indignados en España y otros lugares de Europa. Esto nos lleva a otra cuestión bien compleja y que en Chile se expresa en toda su algidez: la relación entre los partidos y la sociedad; entre quienes se creen llamados a dirigir o proclamar proyectos y quienes no están dispuestos a ser meros seguidores. ¿Cómo se resuelve esto? Antes estaba la “doctrina leninista” que respondía que había una vanguardia y las masas la seguían y si ello no ocurría era porque estas no habían alcanzado una “consciencia para sí”. Esto, por suerte, ya no funciona así.
Respecto a la violencia y a la violencia armada en varias oportunidades te refieres a su dosificación, a la necesidad de su dependencia de la política y en el caso del MIR y de Tupamaros das ejemplos cuando así ocurrió y cuando se desvinculó y pecó de militarismo ¿Podrías desarrollar esto, particularmente estamos pensando en los territorios mapuches donde parece ser obvio que la criminalización y la aplicación de leyes de la dictadura como la terrorista, son la parafina que sólo atiza el fuego?
OT: Este es otro tema sensible, en el que quisiera ser muy claro. La violencia política no es ni buena ni mala en sí, es. Como tampoco es de izquierda o derecha. Es un instrumento muy peligroso pues como dice Hanna Arendt, uno sabe cuándo comienza pero nunca se sabe ni cuándo ni cómo termina; tanto en el resultado final de un proceso como en los actores de éste. Creo que esto se relaciona con aquella pintura e idea acerca de que la revolución se come a sus propios hijos. Dicho esto, pienso que la violencia institucionalizada debe ejercerse según la ley que democráticamente se dan los pueblos. La violencia armada de oposición, en democracia, no tiene sentido, no tiene eficacia y tampoco logra construir mayorías. Tratar el tema de la violencia y no negarlo es clave para que se pueda resolver democráticamente que hacer con ésta: como dice Hobsbawm, contradiciendo a Arendt: si se le niega su existencia en el campo de la política, no hay política que la resuelva.
El caso mapuche es diferente, pues si hay organizaciones mapuches que entienden que están siendo oprimidos por “otro” Estado nacional, las condiciones de legitimidad entre ellos para usar la violencia serán mayores, aunque no necesariamente para el Estado de Chile. Este es el problema pues la violencia policial que ha cobrado varias muertes de luchadores mapuches indefensos, junto con la ocupación de la zona por la policía y la ausencia de una voluntad política de reconocerles al menos los derechos consagrados en la Convención 169 de la OIT, puede hacer escalar el conflicto. Si la figura es una demanda de autonomía y reconocimiento como nación mapuche verán en las instituciones policiales y toda institución burocrática estatal la presencia de un Estado colonizador y en esa figura el uso de la violencia para lograr la independencia nacional puede sumar adeptos. Pero este tipo de visión y demanda parece no estar aún muy extendida; a lo que asistimos en todo caso es al fin de la figura de “lo mapuche” como objeto de “alteridad turística”.

Ignacio Vidaurrázaga M.

Naranjeros de Paysandú.



Naranjeros de Paysandu por crezano

Crónica de la marcha de recuerdo a la Masacre del Filtro en Montevideo



Una vez más, desde que ocurrió la Masacre del Filtro en 1994 y bajo la lluvia que este 24 de Agosto sacudía la capital uruguaya, cientos de personas se volvieron a movilizar en Montevideo.
A las 18:00 horas la gente se fue reuniendo entorno al Obelisco, que preside la calle principal de dicha ciudad. La gente saludaba especialmente a Norma Morroni que desde hace 18 años viene reivindicando verdad y justicia para su hijo asesinado Fernando Morroni y el otro compañero muerto durante la represión Roberto Facal, del cuál también reivindica su memoria.
De ahí se marchó hasta el Hospital Filtro dónde hace 18 años se encontraban exiliados tres militantes vascos en huelga de hambre protestando en contra de su extradición y reivindicando el derecho al asilo pokítico. En esa época el pueblo uruguayo demostró compromiso, solidaridad y ternura hacia el pueblo vasco y los prisioneros, y a cambio recibieron palazos y disparos por los cuales murieron Roberto y Fernando.
Durante la marcha se pudieron escuchar gritos a favor de la memoria de los compañeros, a favor del derecho de asilo y en contra de la represión policial que hoy en día se vive en Uruguay, tal como ocurría en el pasado.
Al final de la marcha llegó el momento de las proclamas, dónde diferentes colectivos políticos y sociales que son parte de la organizacion de la marcha, tomaron la palabra para traer la memoria y denunciar los hechos acontecidos el 24 de agosto de 1994 y relacionarlos con otros tantos que ocurren y sufre el pueblo uruguayo en la actualidad. Algunos a su vez quisieron rendirle homenaje a Norma y darle las gracias por ser un ejemplo de dignidad durante todos estos años. También tuvieron palabras de apoyo para Iosu Uribetxebarria y los demás presos vascos que siguen luchando y reivindicando sus derechos.
Cabe destacar la intervención de Norma Morroni, que siguiendo con el lema de la marcha exigió a las autoridades del país verdad y justicia, y que se esclarezca quienes fueron los autores materiales de los hechos y los responsables políticos de aquella masacre.
Además se hizo lectura de un saludo enviado desde Euskal Herria por parte de la organización internacionalista Askapena, reseñando la importancia de la solidaridad entre los pueblos y la necesidad de unión ante la misma lucha que nos une a Euskal Herria y Uruguay.

Mensaje enviado por Askapena leído en Montevideo al finalizar la marcha:

Al pueblo solidario de la República Oriental del Uruguay:
Desde la organización internacionalista vasca Askapena queremos enviarles un fraternal abrazo mediante este mensaje.
Hoy, se cumplen 18 años de una jornada que quedó para siempre marcada a sangre y fuego en el corazón de dos pueblos hermanados. Un 24 de agosto de 1994 en el que miles de hombres y mujeres llenaron las calles de Montevideo defendiendo el derecho de asilo a los refugiados políticos vascos y pusieron el cuerpo frente a la represión.
Un 24 de agosto que quedará para siempre en la memoria colectiva y en el recuerdo de las y los militantes internacionalistas de Uruguay y Euskal Herria.
Se cumplen 18 años de amor y de dolor. 18 años de lucha contra la impunidad y de ejemplo para las generaciones posteriores que continúan pidiendo justicia. Un reclamo de justicia para los familiares y amigos de dos compañeros que viven en la lucha, y en los sueños colectivos de nuestros pueblos: Roberto y Fernando nos enseñaron que no hay mayor gesto de cariño que sentir propio la injusticia de otro compañero y que la solidaridad es mucho más que una hermosa palabra.
En el día de hoy, a miles de kilómetros de distancia, pero muy juntos en el recuerdo, somos miles los que los abrazamos y recordamos desde Euskal Herria. Una ciudad que hace 18 años vio como se llenaban sus calles por hombres y mujeres empujados por la indignación y el dolor que transmitían las noticias que llegaban desde Uruguay, y una ciudad que hoy tambien, reclama la libertad inmediata de sus presas y presos políticos, algunos de los cuales aquejados por graves enfermedades se les niega el derecho a la libertad que las mismas leyes les amparan.
Por eso queremos transmitirles, una vez más, que no están solos, que pueden contar con nosotras y nosotros y que nuestros corazones laten con fuerza junto a los de ustedes.
Hamaika herri borroka bakarra (que traducido del euskera quiere decir: "Muchos pueblos, una misma lucha".

Hasta la victoria siempre!

sábado, 25 de agosto de 2012

Declaración de COMUNA sobre el caso PLUNA.



Los principales representantes de los partidos colorado y nacional han estado desfilando por los medios de comunicación, supuestamente espantados y sumamente preocupados por haber descubierto ahora la corrupción en los asuntos estatales, a partir de lo acontecido con PLUNA.
Por supuesto que estamos ante un acto de suprema hipocresía por parte de estos partidos que por décadas han estado llevando adelante todo tipo de negociados y actos de corrupción millonarios, utilizando el aparato estatal en su beneficio.
Claro está que lo anterior no quiere decir que debe dejar de reconocerse la corrupción realizada por la dirigencia frenteamplista que actualmente ejerce el gobierno. Corrupción, que por otra parte no se reduce en modo alguno al caso PLUNA.
Para nuestra organización es importante señalar tres aspectos de este tema:
En primer lugar destacar el hecho de que la corrupción, los negociados, el tráfico de influencias, son inseparables del estado burgués. No se puede concebir un estado que existe para defender los intereses de una minoría que se enriquece gracias a la explotación de las grandes masas populares, sin que sus administradores en el gobierno estén colocados allí para llevar adelante todo tipo de maniobras para favorecer a esos sectores y para sacar sus tajadas correspondientes.
Por lo tanto no se puede cuestionar la corrupción como un fenómeno aislado, anómalo, sino que para hacer una crítica seria del mismo no se puede dejar de cuestionar en su globalidad al Estado Uruguayo, como instrumento de opresión de la burguesía y del imperialismo, contra los trabajadores y demás sectores explotados de nuestro país.
En segundo lugar debemos señalar que el modelo neoliberal, que tiene como uno de sus principios fundamentales el propiciar la intervención privada en áreas administradas históricamente por los estados, además de generar todo tipo de asociaciones entre capitales privados y públicos, es un modelo que aumenta exponencialmente las oportunidades para todo tipo de maniobras fraudulentas y actos de corrupción alevosos.
La historia reciente de nuestra América Latina está repleta de ejemplos al respecto. Baste recordar ejemplos como los de los gobiernos de Fujimori en Perú, Menem en Argentina o Collor de Melho en Brasil, donde la ola de privatizaciones de los años 90 les permitió llevar adelante fraudes millonarios de todo tipo. Lo mismo ocurrió con todos los gobiernos que implementaron las medidas privatizadoras exigidas por el imperialismo en la aplicación del modelo neoliberal, a lo largo y ancho de nuestra América y en el resto del mundo.
Nuestro país ha venido con cierto retraso en la aplicación de la política privatizadora, debido a que nuestro pueblo a resistido fuertemente los intentos directos que se han realizado por los gobiernos blancos y colorados. Recordemos las movilizaciones que culminaron con los Plebiscitos por ANTEL, por ANCAP, por el agua, por ejemplo.
Ante esto, los gobiernos frenteamplistas han recurridos a maniobras indirectas, a llevar adelante un proceso privatizador encubierto muchísimo más profundo que el logrado por los gobiernos anteriores.
La aprobación de la Ley de Participación Público Privado marcó el comienzo de un proceso que acelerará exponencialmente la participación de capitales privados en áreas como educación, salud, seguridad, además de la privatización de empresas públicas, o su asociación con capitales privados.
Esto está generando un caldo de cultivo sumamente propicio para que la corrupción de todo tipo aumente enormemente. No deberá extrañarnos de ninguna manera, que vivamos nuevos escándalos, a medida que se puedan descubrir por parte de algún sector de la izquierda o de los trabajadores, o a medida que algún partido de la oposición parlamentaria juzgue conveniente, según sus intereses electorales, salir a denunciar alguno de esos tantos casos, de los que tan bien están informados por distraídos que se hagan.
Como decíamos antes, es claro que no se puede criticar seriamente un acto de corrupción, como el de PLUNA, sin cuestionar el modelo económico neoliberal impuesto en el país, modelo totalmente compartido por los partidos tradicionales.
En tercer lugar no se puede dejar de recordar todos los actos de corrupción llevados adelante por los gobiernos colorados y blancos y que, sumados al hecho de defender los mismos intereses de clase y por lo tanto el mismo modelo de país que el Frente Amplio, les quitan toda autoridad moral para hablar del tema.
Tan solo alcanza con repasar muy brevemente lo ocurrido en los últimos gobiernos para convencerse de ello.
Alcanza recordar en el caso del gobierno de Jorge Batlle, los casos de fraude en OSE por parte de los Directores Carlos Rodríguez Landoni y Hugo Granucci procesados penalmente y de Juan Justo Amaro y Alberto Casa, a quienes el parlamento, integrado por Blancos Colorados y Frenteamplistas, no otorgó el desafuero para que fueran juzgados. O el caso de Cesar Rodriguez Batlle, nombrado por su primo, Jorge Batlle como presidente del Banco República, y que protagonizara el caso Mi Granja, empresa que figuraba a nombre de uno de sus socios y a la cual fueron desviados decenas de millones de dólares desde el BROU y desde la CND.
En el caso del otro gobierno colorado posterior a la dictadura, el de Sanguinetti, la lista de negociados fraudulentos conocidos es demasiado extensa como para poder detallarla. Baste mencionar los casos, Laguardia, Rupenian, entrega de frecuencias de radios a testaferros, tráficos de facturas, prestamos del BROU sin garantías, etc, etc.
Por el lado del Partido Nacional, su único período de gobierno fue sumamente fructífero en casos de corrupción.
Sanguinetti le gana en número de corruptos pero las cifras de la corrupción en el gobierno Lacalle es astronómica. La privatización del banco Pan de Azúcar a Benhamou le costó al Uruguay 200 millones de dólares y su negocio de venderle el Banco Comercial a los Rohm otros 400 millones.
Se pueden seguir nombrando otros casos: la reclasificación de tierras forestales de Ence, los prestamos del BROU gestionados por Garcia Pintos, etc.
La lista puede hacerse todo lo larga que se quiera. Hay miles de casos comprobados y nunca denunciados o juzgados, de jerarcas y gobernantes de los partidos tradicionales que han sido protagonistas de casos fraudulentos de todo tipo.
En el caso particular de PLUNA hay que recordar que la privatización de la empresa y el comienzo de esta etapa de saqueo de la misma, comenzó en 1991, bajo el gobierno blanco de Lacalle.
El artículo 6° de la ley N° 16.211 del 1° de octubre de 1991 facultó a PLUNA a asociarse con capitales privados.
En base a dicha ley, en junio de 1995, durante el segundo gobierno de Sanguinetti, PLUNA se asoció con Varig, creando una nueva empresa denominada Pluna Líneas Aéreas Uruguayas S.A.
A partir del vencimiento del contrato de gerenciamiento con Varig, el gobierno uruguayo se abocó a la búsqueda de nuevos socios para la empresa, lo que concluyó el 4 de enero de 2007, durante el gobierno de Tabaré Vazquez, en la asociación con Leadgate Investment.
Como se ve el proceso de privatización y vaciamiento de PLUNA abarcó períodos de gobierno de los tres partidos políticos mayoritarios.
Ninguno de estos partidos es inocente, por un lado por haber sido participes directos en estos casos de corrupción, pero también, y fundamentalmente por defender e impulsar un modelo neoliberal que genera constantemente este tipo de sucesos como uno de los mecanismos de transferencia de la riqueza generada por los trabajadores a las manos de la burguesía y el imperialismo.
No se puede criticar al gobierno por los escándalos de corrupción sin denunciar el modelo de país que impulsa y defiende, cosa que los partidos con representación parlamentaria no pueden hacer porque lo comparten.
No se puede criticar estos sucesos, con las manos sucias por el mismo tipo de maniobras como las tienen los partidos blanco y colorado.
No se puede criticar la corrupción sin cuestionar en todos sus aspectos a un estado que defiende los intereses de los explotadores, y eso no lo pueden hacer ninguno de los partidos con representación parlamentaria porque todos ellos defienden los intereses del imperialismo y la gran burguesía.
En definitiva, no es posible ninguna alianza de la izquierda consecuente en este tema, ni en ningún otro con los partidos tradicionales de la derecha. No son compatibles ni comparables las críticas realizadas desde la izquierda y el clasismo con las criticas que realizan blancos y colorados contra el gobierno, ya que ellos son igual de culpables que el mismo.
Al igual que en todos los aspectos de la lucha en general contra la política impulsada por el gobierno, la lucha contra la corrupción solo pude darse por parte de la izquierda consecuente, que defiende principios, políticas y modelos de país totalmente opuestos, tanto a los del frente amplio como a los del resto de los partidos representantes de la oligarquía y el imperio

COMISIONES UNITARIAS ARTIGUISTAS

Mesa Redonda sobre caso Julian Assange




Espacio de Telesur realizado en La Habana, que aborda temas de actualidad con la ayuda de panelistas especializados. Programa del 21 de Agosto del 2012.

Tariq Ali: "El cambio para Europa del Este ha sido un desastre"

Corina Tulbure entrevistó a Tariq Ali para Sin Permiso durante el Congreso Marx is Muss, que tuvo lugar en Berlín del 7 al 10 de julio. También transcribió y tradujo la entrevista.

Tariq Ali (Lahore, 21 de octubre de 1943) es un escritor pakistaní, director de cine e historiador. Escribe habitualmente para The Guardian, Counterpunch, London Review of Books, Monthly Review, Z Magazine. Ali es, además, editor y asiduo colaborador de la revista New Left Review y de Sin Permiso, y es asesor del canal de televisión Telesur.
¿Cómo ves los países de Europa del Este? Por un lado son parte de la Unión Europea, pero por otro lado, sus trabajadores son tratados como mano de obra barata de una colonia.
Durante un largo periodo de tiempo, los Estados de Europa del Este se quejaron por haber sido Estados satélites de la antigua URSS, detalle que, en cierto modo, no dista demasiado de la verdad. Sin embargo, en mi opinión, pasó algo peor: estos países dieron un salto y, de satélites de la URSS, llegaron a ser satélites de los EEUU. Considero que se trata de países sin una verdadera independencia, simplemente transitaron de una esfera de influencia a otra. ¿Por qué la actual influencia sería por defecto mejor que la anterior? Como mínimo, durante la época anterior, me refiero al periodo socialista, existían viviendas subvencionadas por el Estado, una salud pública de acceso universal, una educación de carácter universal y la diferencia en la distribución de la riqueza entre la gente de a pie y las personas que pertenecían al aparato burocrático quedaba patente, pero no era una diferencia tan elevada como a fecha de hoy. Cuando pensamos en cómo vivía un miembro de la cúpula política de aquellos momentos, en vez de vivir en un piso con un dormitorio, habitaba un piso con cuatro dormitorios. Pero eso es nada en comparación con la desigualdad de nuestros días. Y la gente se olvidó de este pasado, pero la antigua generación todavía lo mantiene en su memoria. Por ello considero que el cambio, para muchos de los países de Europa del Este, no todos, ha sido un desastre. Desde el punto de vista económico, las condiciones de vida de la gran masa de gente han empeorado, los precios en general han aumentado y los precios de las propiedades han saltado por los aires. Desde el punto de visto económico son Estados colonizados por la UE, o, para ser más preciso, por Alemania.
¿Piensas que el mismo proceso se puede identificar en los países del Sur de Europa? ¿Asistimos a una paulatina “colonización económica” mediante las medidas impuestas tras los rescates?
Si miramos a Grecia e Italia, los banqueros europeos deciden quién va a gobernarlos. Finalmente estos países están gobernados básicamente por los banqueros nombrados por la UE con el visto bueno del Gobierno alemán. ¿Qué es entonces la democracia si los banqueros, los culpables de la crisis, se convierten en nuestros mandatarios? España es un país que está en bancarrota y las condiciones de vida empeoran a diario. A fecha de hoy, en caso de convocar un proceso electoral, el elegido Gobierno de derechas estaría fuera. El Partido Socialista ha capitulado ante todas las mediadas de austeridad tomadas por la derecha, así que la izquierda debe construir una nueva organización. Izquierda Unida en España, aunque sea una buena opción, debe empezar a actuar, abrirse al movimiento de los “indignados”, construirse un nuevo discurso, no enquistarse en la antigua forma de hacer las cosas. Así que los problemas a afrontar son inmensos, pero también existen nuevas posibilidades para contraatacarlos.
¿Cuál es el papel de los partidos políticos a fecha de hoy? Mucha gente piensa que la votación es un gesto sin efectos. ¿Cómo te posicionas: dejar de votar, como forma de protesta, u “ocupar” lo político?
Los movimientos de ocupación de las plazas, de los espacios públicos son muy importantes, pero se trata de un gesto simbólico. Se ocupa un espacio público, pero la política sigue por detrás su rumbo anterior, por eso el movimiento Occupy no formula una oferta concreta para la gente, una alternativa, y en eso radica el problema. La ocupación de las plazas en sí simboliza el gesto de un profundo descontento. Tras los masivos movimientos de ocupación de las plazas de España ¿qué ha pasado? No tuvieron ningún impacto en las elecciones, dado que la mayoría de la gente joven afirmó que no iba a votar, actitud que entiendo, pero como mínimo hubieran votado por cualquiera de los partidos de izquierda que valga la pena. Por supuesto que no se trata de votar por los socialistas o por la derecha, sino votar por partidos de izquierda que muestren una alternativa válida, es un compromiso con uno mismo, vale la pena llevarlo a cabo. A fecha de hoy no existe una alternativa que no implique los votos, y todavía no se ha creado ninguna otra alternativa dentro de lo político.
¿Qué significa la socialdemocracia actualmente?
A fecha de hoy, la socialdemocracia no es nada. Significa ser parte del centro, del centro político, que fundamentalmente no muestra diferencias esenciales con los conservadores. Significa apoyar las guerras de EEUU y la ocupación de terceros países y las medidas de austeridad en casa. ¿En consecuencia, cuál es la diferencia? De hecho, lo que vemos es que se degrada y se corrompe el sistema de democracia parlamentaria. Y este resultado es una responsabilidad de las políticas de centro, el centro-derecha y el centro-izquierda. Se ha creado algo nuevo que es el extremismo de centro. El centro actúa como un bloque cuando nota que algo le puede debilitar.
Ante un problema generalizado de degradación de las condiciones laborales, ¿cómo se puede reaccionar? ¿Emigrar a otro país, o quedarse en el lugar y luchar por cambiar la situación?
Es difícil encontrar una solución ahora, porque cada uno de los países de la UE está en crisis y los inmigrantes están muy golpeados por la crisis. En cada uno de los países, la derecha y la extrema-derecha se posicionan contra los inmigrantes, es una situación clásica en una crisis económica grave. Los trabajadores autóctonos de países como Grecia, España, Italia o Francia deberían unirse con los inmigrantes pobres, porque la situación de estos inmigrantes no dista de la situación que ellos mismos viven o vivirán. Todo lo contrario, los trabajadores nativos de estos países serán las siguientes víctimas de esta precariedad laboral. Por desgracia, no existe una respuesta potente de los trabajadores contra el capitalismo que vivimos hoy.
¿Cuál sería el papel de los sindicatos en un mundo globalizado? ¿Defender al trabajador local u optar por una consolidación de los sindicatos a nivel internacional?
Evidentemente que estaría muy bien conseguir un movimiento de los trabajadores a nivel internacional, pero debemos empezar por el nivel nacional. La insuficiente manera en que los sindicatos han integrado entre sus filas a los trabajadores inmigrantes es una muestra de la debilidad de su lucha. Al fin y al cabo, los trabajadores inmigrantes van a otros países para hacer los trabajos que los autóctonos no quieren hacer, y eso queda patente. Grecia, por ejemplo, un país pobre, fomenta la llegada de inmigrantes. En Grecia trabajan unos cientos de miles de trabajadores pakistaníes, padeciendo agresiones por parte de los movimientos de extrema derecha y sufriendo ataques a sus viviendas, en los puertos de Atenas. ¿Y por qué han ido a Grecia? Para conseguir un trabajo, porque existe un tipo de trabajo para ellos, es decir las faenas que los trabajadores griegos ya no quieren realizar, como lo hacían antes.
¿Hablando de la discriminación, crees que la propaganda que existe a fecha de hoy en Europa contra los musulmanes tiene similitudes con la propaganda desarrollada por la extrema derecha antes de la Segunda Guerra Mundial?
Es muy similar, muy parecida a aquel tipo de propaganda. Aún más, los mismos argumentos que se usaron contra los judíos se escuchan a fecha de hoy, en toda Europa, contra los musulmanes: su día de oración es diferente, tienen una alimentación que no nos gusta, visten de manera extraña, hablan una lengua diferente, en fin, no son parte de nuestro mundo. En los tiempos pasados a los judíos se les consideraba “bolcheviques” y ahora ahora a los musulmanes se les tilda de “terroristas”.

Corina Tulbure • Sin Permiso

Mineros sudafricanos muertos a tiros - Fue un brutal asesinato



La muerte a tiros de 34 mineros en la mina Marikana, cerca de Johannesburgo, ha causado indignación. Una multitud de huelguistas desafiantes fueron muertos a tiros a sangre fría en una lluvia de disparos de la policía, lo que trajo recuerdos de la época del Apartheid, de Sharpeville, de Soweto y de las luchas de la década de 1980. Otras diez personas murieron antes de esta masacre y 234 han sido detenidas.
La policía se acerca a los cadáveres de los mineros luego del fusilamiento.
Tras meses de huelga, la patronal se ha negado a negociar, aumentando la frustración de los trabajadores.
Cientos de policías fuertemente armados han rodeado la mina, patrullando en pequeños convoyes de vehículos y realizando vigilancia aérea en helicópteros.
Los 3.000 mineros están en huelga por los salarios, pero se han encontrado con la intimidación por parte de los propietarios de la mina, la multinacional Lonmin. La mina es el tercer productor de platino en el mundo con sus oficinas en Londres. Los dueños han amenazado a los huelguistas con el despido si no vuelven de inmediato a trabajar. Sin embargo, tres cuartas partes se han mantenido firmes a pesar del ultimátum.
Los trabajadores están exigiendo a Lonmin un aumento salarial de 4.000 rands (500 dólares) a 12.500 rand al mes (1.562 dólares). La huelga fue convocada por los mineros que manejan los martillos picadores, los hombres que trabajan bajo tierra frente a la roca con un taladro de 25 kg que vibra salvajemente durante el turno de ocho horas. Cuando se produce un desprendimiento de rocas, por lo general son los picadores sus víctimas, que pierden dedos o la vida. Es el trabajo más peligroso en el negocio. De ahí su determinación para luchar.
Un huelguista, Kaizer Madiba, dijo: "La gente ha muerto ya, así que no tenemos nada más que perder... vamos a seguir luchando por lo que creemos que es una lucha legítima por salarios dignos. Preferimos morir como nuestros compañeros que volver a bajar a la mina."
Un picador también dijo: "Es mejor morir que trabajar por esa mierda... no voy a dejar la huelga. Vamos a protestar hasta que consigamos lo que queremos. Ellos no nos han ofrecido nada. La policía puede tratar de matarnos, pero no nos moveremos."
El presidente Jacob Zuma ha pedido una investigación sobre los asesinatos, al tiempo que instó a la calma sin señalar la culpa en ninguna persona.
Detrás de la huelga está el resentimiento entre la moderada Unión Nacional de Mineros (NUM, sus siglas en inglés) y su rival, más combativa, la Asociación de Mineros y Trabajadores de la Construcción (AMCU, sus siglas en inglés), una escisión encabezada por militantes expulsados ​ del NUM. AMCU ha acusado al NUM de preocuparse más por la política y el enriquecimiento personal que de los trabajadores de las minas. El NUM sin duda ha proporcionado una serie de dirigentes de alto nivel para el gobernante Congreso Nacional Africano (CNA). Cyril Ramaphosa, ex dirigente del NUM, ahora un empresario millonario, se sienta en el consejo de administración de Lonmin.
La huelga es probable que dañe al CNA y a sus aliados, extendiendo la ira de los trabajadores por las desigualdades persistentes en la economía más grande de África. El fin del apartheid y el gobierno del CNA no han resuelto los problemas de las masas. Hasta la fecha, el 40% de los sudafricanos viven con menos de U$S 2,50 al día.
Julius Malema, destituido como dirigente de la juventud del CNA, se ha convertido en un punto de referencia para una oposición creciente. En una reunión masiva, y animando a los mineros de Marikana, sostuvo que Zuma estaba más interesado en la protección de los propietarios de la mina que en la de los trabajadores.
"Los británicos son dueños de la mina", dijo. "Los británicos están haciendo dinero con esta mina... No son los británicos los que perdieron la vida. Son nuestros hermanos negros. Pero no son estos hermanos quienes son llorados por el presidente. En su lugar, va al encuentro de los capitalistas a sus oficinas con aire acondicionado."
Malema fue expulsado este año como presidente de la rama juvenil del gobernante Congreso Nacional Africano después de enfrentarse a Zuma, a quien acusa de no desafiar al "capital monopolista blanco".
"El presidente Zuma dijo a la policía que tiene que actuar con la máxima fuerza. Él no dijo actuar con moderación. Presidió el asesinato de nuestro pueblo y por lo tanto debe renunciar. Ni siquiera el gobierno del apartheid mató a tanta gente... A partir de hoy, cuando pregunten: "¿Quién es su presidente?¨, deben decir “No tengo presidente”."
El pedido de Malema de nacionalización de las minas ha ido ganando terreno, especialmente después de los acontecimientos en Marikana y del descontento creciente.
"Lonmin nos trata como a perros", dijo Thembelani Khonto de 24 años. "Cuando estás bajo tierra, es como si fueras un esclavo y no lo sabes."
Siphiwo Gqala, de 25 años, dijo que a veces pasa hasta 14 horas al día bajo tierra, pero no recibe pago de horas extras. "Es un trabajo peligroso", dijo. "A veces hay que bajar allí a morir por los desprendimientos de rocas. Grandes vehículos pueden atropellarte y matarte". Recordando la masacre, dijo:" Nunca he visto algo como eso: la gente moría como pollos. Uno de mis amigos aún está desaparecido. No sé si está en el hospital o en la morgue."
"La mina tiene que ser nacionalizada. Apoyamos a Julius Malema y a la liga juvenil que dicen que las minas deben ser nacionalizadas. Ahora están empezando a dispararnos. Tal vez muera hoy, todos nosotros podemos morir: ya no queremos trabajar aquí".
Es escandalosa la actitud de los dirigentes sindicales del COSATU, la confederación sindical sudafricana, así como del Partido Comunista de Sudáfrica (PCSA), ya que no han condenado la violencia del Estado, pero sí al nuevo desprendimiento sindical de AMCU ¡El PCSA ha ido tan lejos como para reclamar vergonzosamente la detención de estos dirigentes sindicales!
Mientras que la policía abría fuego contra los huelguistas, The Morning Star (17/8/12) –un diario vinculado en el pasado al PC británico– intentó culpar a los huelguistas diciendo: "No está claro qué provocó la represión fatal de los mineros por parte de la policía." ¡Esto es de un periódico que se supone que es de izquierda!
Inequívocamente, debemos condenar este ataque brutal y los asesinatos por parte del Estado sudafricano contra mineros en huelga. También debemos dar nuestro apoyo a los huelguistas en su lucha por un salario digno y exigir la nacionalización de las minas, como un paso hacia la nacionalización de toda la economía. Esto figura en la Carta de la Libertad del CNA (su declaración de principios). Es hora de que el gobernante Congreso Nacional Africano, en lugar de doblegarse ante el Capital, ponga en práctica la Carta.

Rob Sewell

viernes, 24 de agosto de 2012

Masacre obrera en Sudáfrica



Cerca de 40 mineros huelguistas sudafricanos de la empresa británica Lanmin fueron brutalmente asesinados por la policía mientras que otros 70 resultaron heridos y, además, 259 personas fueron detenidas. La masacre, perpetrada el jueves 16/8, se dio en el marco de una dura huelga por aumento de salarios que vienen sosteniendo más de 3000 obreros operadores de taladros mineros desde el 10/8. Armados hasta los dientes con armas largas de guerra, unos 500 policías perpetraron la sangrienta matanza montando una artera y cobarde emboscada.
Los diarios publicaron en primera plana las fotos de los cadáveres regados por el suelo, rodeados de policías que seguían apuntándoles con ametralladoras, escopetas y pistolas. Es la primera vez desde el fin del régimen del Apartheid en 1994 que se vive la matanza en grupo de sectores de la población negra. La gravedad de los hechos generó una importante crisis política al gobierno de Jacob Zuma, del partido Congreso Nacional Africano (CNA), que se vio obligado a decretar una semana de luto en todo el país.
Al día siguiente, las valientes mujeres de los mineros realizaban una movilización, haciendo frente a los cobardes policías asesinos en reclamo de justicia. Días después seguían exigiendo conocer el paradero de varios de sus esposos. La crisis es tal que el domingo 19/8 el ex dirigente juvenil del CNA, Julius Malema, de gran prestigio entre la juventud negra, denunció la represión en un acto realizado en el lugar de la matanza, se solidarizó con los mineros que lo vitorearon y exigió la renuncia de Zuma y la nacionalización de la mina. Esta crisis surge en medio de los preparativos de la Convención Nacional del CNA, que en diciembre tendrá que definir el próximo candidato a presidente.
El mismo 19/8 la empresa envió telegramas intimando a los obreros a volver al trabajo bajo amenaza de ser despedidos. Pero la compañía, blanco de críticas por su respuesta ante los trabajadores en huelga, se vio obligada a retroceder, y su presidente tuvo que retirar la amenaza de despido. Los trabajadores no se dejaron amedrentar y siguen en huelga. Grandes negocios imperialistas, miseria obrera y popular La mina produce platino y está ubicada en Marikana, 100 kilómetros al norte de Johannesburgo, la ciudad más poblada y con mayor concentración obrera de Sudáfrica. Pertenece a la multinacional inglesa Lonmin, que es la tercera productora mundial de ese metal y emplea unos 28.000 obreros (de un total de medio millón de mineros en todo el país). Sudáfrica es parte a nivel mundial de las “economías emergentes”, los llamados BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), pero su crecimiento económico está basado en aumento de las exportaciones mineras y no en un desarrollo industrial. La política del CNA ha sido sostener el crecimiento en base a políticas neoliberales y a la exportación de minerales, garantizando a las grandes mineras la imposición de bajos salarios y condiciones laborales precarias.
Sudáfrica tiene la mayor reserva mundial de platino y es el principal exportador, uno de los mayores productores de oro y carbón, y el mayor productor de diamantes. Una fenomenal explotación de recursos en manos de las multinacionales imperialistas, que va de la mano de un mayor empobrecimiento de las masas y aumento de las desigualdades. Sudáfrica tiene uno de los mayores índices de “desigualdad social” entre blancos y negros, e incluso entre una casta burocrática de funcionarios negra, desarrollada alrededor del CNA. La huelga de los mineros de Marikana es una respuesta obrera a las consecuencias de la crisis internacional con epicentro en Europa (principal socio comercial de Sudáfrica), que actualmente está afectando esta economía, que ya tiene un 30% de desocupación, por la caída del precio del platino y el encarecimiento del crédito externo. Pocos días después de la masacre en Marikana, ha estallado otra huelga en la minera Bafokeng Rasimone Platinum, mostrando la explosividad de estos sectores obreros superexplotados, que cobran los salarios más bajos de Sudáfrica y viven hacinados en chozas al lado de la mina. Al cierre de esta edición se daba a conocer una tercera huelga en la Anglo American Platinum, también por aumento de salarios.

Gran lucha y activismo obrero

La huelga es durísima porque la burocracia del Sindicato Nacional de Mineros (NUM, en inglés), aliada al gobierno, viene intentando quebrar la lucha con distintos métodos, incluyendo el envío de matones. El activismo, que cuenta con más de 3000 obreros sosteniendo la concentración en la mina, se nuclea en la Asociación de Mineros y Trabajadores de la Construcción (AMCU, en inglés). El AMCU es una ruptura de la NUM, uno de los principales sindicatos de la central obrera nacional COSATU, también en manos de la burocracia oficialista. La huelga fue declarada ilegal por el gobierno, y en los días previos a la masacre del jueves se habían producido algunos enfrentamientos contra guardias de seguridad, matones de la burocracia y policías, dejando un saldo de 10 muertos. Así, la huelga está mostrando no sólo la disposición a la lucha contra la patronal por las reivindicaciones económicas, sino también la tendencia a una ruptura más profunda de miles de obreros con sus direcciones sindicales burocráticas. En el sector minero, la burocracia parece conservar sólo un tercio del apoyo de las bases, mientras que otro tercio estaría con la AMCU y el resto con ninguno de los dos.
Las declaraciones del líder de la COSATU, que llamó a la unidad del movimiento obrero, parece mostrar que este proceso no está limitado sólo a la minería sino que se extiende a otros sectores del movimiento obrero sudafricano. Ya en 2010, cuando los dirigentes levantaron la gran huelga de trabajadores estatales, habían sido abucheados por sus bases. En enero de 2012, los obreros de la minera de platino Impala llevaron adelante una histórica huelga ante el despido de 5.000 trabajadores. 17.000 mineros sostuvieron la huelga sin el apoyo del sindicato NUN y pese a ser declarada ilegal por el gobierno.
Los activistas de la AMCU denunciaron que los matones de la burocracia están trabajando abiertamente con la policía y seguridad privada para amedrentar a los trabajadores. Tras la represión, los dirigentes de la NUM y COSATU mostraron un rol aún más antiobrero, justificando de hecho la masacre al repetir el discurso de la policía de que los manifestantes estaban armados y de que hubo disparos de ambos lados.
Esta gran lucha minera y el surgimiento de sectores sindicales más combativos que rompen con la dirección de la COSATU reflejan un creciente descontento obrero y popular con el gobierno del Consejo Nacional Africano (CNA). Este partido-movimiento, junto al Partido Comunista y la COSATU, gobiernan Sudáfrica en una alianza tripartita desde el ’94, luego de ganar las elecciones la primera vez que la población negra pudo votar. Millones de trabajadores y sectores pobres urbanos lo veían como el gobierno que les permitió conquistar derechos civiles y democráticos y despertaba la ilusión de mejorar su nivel de vida. El ANC, fundado en el año 1912 con el objetivo de formar un estado nacional-democrático que incluyera a blancos y negros, creció exponencialmente en los años ’50 por su rol en las luchas contra el régimen del Apartheid, convirtiéndose en la dirección histórica de la lucha de las masas sudafricanas por su liberación del régimen separatista, con la figura emblemática de su dirigente Nelson Mandela.

El régimen del Apartheid

El Apartheid (que significa “separación” en afrikan - la lengua de la minoría blanca) rigió desde 1948 y estaba basado en considerar a los negros como raza inferior que no debía mezclarse con la blanca. Las masas negras estaban destinadas solamente a ser mano de obra barata, sin derechos laborales básicos (como el derecho a sindicalizarse ni agruparse, y no tenían acceso a los trabajos cualificados o mejor pagos), para la burguesía blanca y los monopolios imperialistas. No tenían siquiera los mínimos derechos que existen en un país capitalista, incluso con regímenes dictatoriales, de ser considerados ciudadanos. De la mano del imperialismo inglés y norteamericano, la minoría blanca segregaba a los negros de todos los ámbitos de la sociedad: no podían votar, tenían que vivir en barrios alejados de los blancos, viajar en autobuses especiales, no podían utilizar los mismos baños y los niños negros no podían asistir a las mismas escuelas. No se les permitía viajar libremente por el país, debían hacer filas distintas, estaba legalmente establecido que un negro cobrara menos que un blanco por hacer el mismo trabajo, no podían usar las mismas playas ni edificios públicos (como escuelas), los programas de estudio para negros eran inferiores a los de los blancos y las relaciones sexuales y el matrimonio entre personas negras y blancas estaban prohibidos por ley.

Rebelión de las masas y transición pactada con el CNA

Las masas negras que venían luchando heroicamente contra esta ignominiosa opresión racista de los blancos y el imperialismo fueron víctimas de grandes masacres como la de Sharpeville en 1960 o la de Soweto en 1976. A fines de los ‘80 esta lucha venía en claro ascenso, amenazando con transformarse en una abierta revolución obrera y popular. Para evitar esta perspectiva, el imperialismo y la minoría blanca en el poder pusieron en marcha una transición ordenada y negociada con el CNA. Esta dirección, que había encabezado la lucha anti-Apartheid y fue, junto al PC, la mediación reformista entre las masas y el régimen, pactó esta salida, con Mandela a la cabeza, garantizando que no se tocasen los intereses económicos de los blancos y el imperialismo, así como la impunidad por los crímenes cometidos contra los negros, que se garantizó con la Comisión de la Verdad (ver aparte).
El proceso para desmontar el ascenso duró varios años: desde 1989, cuando Federik De Klerk comenzó el desmantelamiento del régimen, hasta 1994, cuando asume Mandela. El fin del Apartheid y la obtención de los derechos civiles para las masas negras son por lo tanto una concesión que se vieron obligados a hacer la minoría blanca opresora y el imperialismo, ante el riesgo de perderlo todo frente a las masas negras. Aceptaron el sistema de “una persona un voto” que llevaría a un gobierno negro, mientras que el CNA y el Partido Comunista imponían una política de "reconciliación nacional" para frenar la movilización de las masas. Esto se dio en el marco, además, de que el Apartheid ya era insostenible por otros factores, como la derrota de Sudáfrica en la guerra de Angola y la presión internacional contra el Apartheid que había llevado a que el imperialismo pusiera en marcha las negociaciones. El CNA, que fue legalizado en 1990, con el apoyo del PC, fue el que permitió que este plan se llevara a cabo, aceptando las condiciones de la burguesía blanca y el imperialismo. Junto a la COSATU y el PC, formaron la “alianza tripartita” con Nelson Mandela (liberado en 1990 tras 27 años en prisión) a la cabeza. Se transformó así en el garante de la estabilidad capitalista y en el aplicador de los planes neoliberales de ajuste y privatizaciones, sobre todo a partir de los gobiernos de Mbeki y su “Plan de Crecimiento, Empleo y Redistribución” (GEAR, por sus siglas en inglés), lo que desató la resistencia obrera y popular y abrió crisis recurrentes en la “alianza”. El actual gobierno de Jacobo Zuma, también del CNA, llegó en medio de la crisis económica internacional de 2008/2009. Los capitalistas realizaron cientos de miles de despidos con el visto bueno del gobierno, que siguió la política neoliberal de su antecesor. Hubo una dura resistencia obrera y popular en 2009 y 2010. Se produjo la gran huelga de la construcción (que paralizó las obras en los estadios para el mundial de fútbol) y la electricidad en 2009, la de los trabajadores estatales en 2010 por aumentos salariales, y las movilizaciones contra la pobreza y por la falta de infraestructura en los antiguos guetos del Apartheid, que son enormes villas miseria donde las paupérrimas condiciones de vida se mantienen intactas. La mayor parte de estas protestas y movilizaciones, que constituyeron verdaderas crisis políticas para el gobierno de Zuma, fueron reprimidas fuertemente por la policía, dejando muchos manifestantes muertos. Esta ola de huelgas y conflictos fueron convocadas y dirigidas por la central obrera nacional, COSATU, y sus sindicatos, que pese a estar dirigida por burócratas afiliados al oficialista CNA debió ponerse a la cabeza del descontento social para que éste no se saliera de cause.

El poder económico sigue en manos del imperialismo y de la élite capitalista blanca

Hoy, después de 18 años de gobierno del CNA, queda demostrado que la conquista de los derechos civiles y hasta de un gobierno negro, no resolvió ninguno de los problemas democráticos profundos, estructurales ni sociales más acuciantes de las mayorías laboriosas. El resultado de la transición pactada fue que el imperialismo y sus monopolios sigan con sus grandes negocios, explotando a los trabajadores negros y expoliando los recursos naturales. La burguesía blanca mantuvo sus posiciones económicas, como las grandes tierras cultivables, entre otras. De esta manera, los derechos civiles y la legalidad de los sindicatos y partidos negros, se vuelven formales para las grandes masas negras. Incluso el ex dirigente juvenil, Julius Malema, guiado por el interés de posicionarse mejor en la interna del CNA, declaró que “nos dieron la democracia pero ninguna conquista social”.
La masacre de Marikana es una trágica muestra de esto. Los guetos siguen existiendo en tanto barrios muy precarios y marginales, casi sin agua ni luz eléctrica, sin gas ni cloacas eficientes. La basura debe ser quemada por los propios habitantes porque no hay servicio de recolección. La pobreza incluso aumentó con respecto a décadas anteriores, afectando a más de la mitad de la población, lo mismo que la desocupación, que llega a casi el 30% (y al 50% entre los jóvenes). Las condiciones de trabajo precario se mantienen de la mano de la tercerización masiva que se impulsa desde el mismo gobierno. La epidemia del SIDA afecta a una de cada siete personas en el país y la expectativa de vida apenas supera los 50 años. Este “Apartheid social y económico”, es producto de que se ha mantenido intacta la estructura capitalista semicolonial del país, e incluso del desarrollo de una pequeña y nueva élite y burguesía negra que avanzó en una mayor entrega al capital internacional.

La necesidad de la revolución obrera y socialista

El caso sudafricano nuevamente muestra que las demandas democráticas estructurales como la independencia del imperialismo y el reparto de la tierra entre los campesinos pobres, sólo pueden resolverse de forma íntegra y efectiva contra la burguesía nativa y extranjera, imponiendo con la lucha el poder obrero y popular. Una revolución obrera y socialista es la única que puede significar una salida real a las penurias de las masas. Sólo un gobierno obrero y campesino basado en sus organismos de lucha puede acabar con la estructura de clase capitalista, nacionalizando los monopolios extranjeros, estatizando las grandes empresas de la burguesía blanca y la nueva élite negra, llevando a cabo una amplia reforma agraria, y poniendo todos estos resortes fundamentales de la economía bajo administración y control de sus trabajadores, para satisfacer las necesidades sociales más elementales de la población: vivienda, salud y educación. El desarrollo de los organismos de lucha como verdaderos parlamentos obreros (soviets) es el único camino para que las masas tomen en sus manos el destino del país. Para avanzar en este camino, los trabajadores sudafricanos que han dado sobradas muestras de combatividad y heroísmo, deberán romper definitivamente con el CNA y sacarse de encima a la burocracia sindical traidora para emprender el camino de la revolución social.

¿Qué fue la Comisión para la Verdad y la Reconciliación?

La Comisión para la Verdad fue un organismo oficial creado por el gobierno de Sudáfrica para la reconciliación social al fin del Apartheid, entre la élite blanca asesina y los trabajadores y el pueblo mayoritariamente negros que fueron sojuzgados y segregados durante décadas. Se basó en la Ley para la Promoción de la Unidad Nacional y la Reconciliación, de 1995, un año después de la asunción del presidente Nelson Mandela. Fue encabezada por el arzobispo Desmond Tutu, quien planteó el lema: "Sin perdón no hay futuro, pero sin confesión no puede haber perdón", es decir que los asesinos del pueblo podían confesar sus crímenes y si se arrepentían lograban la impunidad por sus actos. Aquellos que hubieran confesado totalmente, con detalles, y mostrado un sincero arrepentimiento, podían beneficiarse de una amnistía. Solamente los que se negasen a reconocer los crímenes cometidos serían entregados a la justicia.
Esta impunidad para los crímenes del Apartheid fue una pieza clave en la transición pactada que negoció el CNA y sus socios del PC y la COSATU con la minoría racista blanca y el imperialismo.
Sólo se juzgarían los casos más “extremos” dejando un sinfín de asesinos y torturadores impunes. Por último, la comisión igualaba las grandes violaciones de derechos humanos cometidos por el régimen con las acciones de aquellos que lo habían combatido, como fueron los grupos armados que enfrentaron por esa vía al régimen. Una teoría de “los dos demonios” que bien conocemos en muchos otros países.

Diego Dalai
PTS, Argentina

jueves, 23 de agosto de 2012

Estados Unidos no perdona que le saquen los trapitos al sol.



Comentarios para CX36 Radio Centenario (*) del sociólogo norteamericano, Prof. James Petras.
Lunes 20 de agosto de 2012

“Debemos entender que Inglaterra no actúa sola, tiene principalmente el respaldo de Estados Unidos, Canadá y Suecia y hay indicios de que los británicos están actuando por parte del los Estados Unidos. Se trata de un triple juego, Inglaterra rapta a Assange, lo manda a Suecia y después Suecia lo manda a los Estados Unidos donde enfrenta la posibilidad de pena de muerte, según afirmó una Senadora de California, que entiende que la circulación de información por parte de Wikileaks es una forma de espionaje que pone en peligro la seguridad de estados Unidos. Por esta razón incluso, Rafael Correa no quería permitir la extradición a Suecia, porque sabía que Suecia ahora es un país completamente implicado con el imperialismo norteamericano”

Efrain Chury Iribarne: Muy buenos días Petras, ¿cómo estás?
James Petras: Muy bien, pronto para este contacto.
EChI: Y nosotros esperando el análisis orientador. Si te parece comenzamos con la situación que se generó a raíz del asilo otorgado por Ecuador a Julian Assange.
JP: Es mi prioridad también, así que empezamos con las amenazas inglesas de invadir territorio ecuatoriano en Londres.
Según las leyes internacionales la Embajada es una extensión del territorio de Ecuador, entonces la amenaza de los ingleses de entrar forzosamente a la Embajada para raptar a Julian es luna violación de la soberanía de un país latinoamericano., Y todos los países en América Latina entienden que la amenaza inglesa contra cualquier país soberano en América Latina. Eso debemos entenderlo ya que incluso gobiernos derechistas como el señor Santos en Colombia, Humala en Perú, hombres de completa confianza del imperialismo, ahora toman posición a favor de Ecuador y la soberanía como principio, contra la amenaza colonial de Inglaterra.
Debemos entender que Inglaterra no actúa sola, tiene principalmente el respaldo de Estados Unidos, Canadá y Suecia y hay indicios de que los británicos están actuando por parte del los Estados Unidos. Se trata de un triple juego, Inglaterra rapta a Assange, lo manda a Suecia y después Suecia lo manda a los Estados Unidos donde enfrenta la posibilidad de pena de muerte, según afirmó una Senadora de California, que entiende que la circulación de información por parte de Wikileaks es una forma de espionaje que pone en peligro la seguridad de estados Unidos. Por esta razón incluso, Rafael Correa no quería permitir la extradición a Suecia, porque sabía que Suecia ahora es un país completamente implicado con el imperialismo norteamericano.
El señor Carl Bildt, Ministro de Relaciones Exteriores de Suecia, es uno de los peores Ministros en toda la historia de Suecia, desde la segunda guerra mundial cuando Suecia tenía relaciones comerciales con los nazis, permitía la presencia de empresas nazis y la intervención alemana de Hitler en Suecia. Por eso, debemos desestimar las acusaciones, el hecho de que el señor Assange se acostó con dos mujeres que lo invitaron a su casa y tuvieron sexo libre, pero después no se sabe como ni cuando, cambiaron de opinión y dijeron que ellas se resistieron. Se resistieron pero almorzaron, desayunaron y viajaban junto a Assange. Es todo una mentira esta acusación sexual. Los propios oficiales suecos en primer instancia no lo tomaron en serio pero luego cambiaron porque se convirtió en un asunto político ya que los Estados Unidos se vieron muy golpeados por la liberación de documentos sobre su actividad en la política internacional. Como los reportajes y documentos que mostraban como los Estados Unidos están matando civiles en Irak y otros países.
Wikileaks es un instrumento de liberar documentos secretos que revelan las atrocidades y el genocidio norteamericano. Revela a los gobernantes cipayos en América Latina que son colaboradores con el imperialismo.
Entonces, lo que está en jugo no es sólo la soberanía de Ecuador y el propio Principio de soberanía, sino el Derecho de Asilo. Porque ¿cuántas vidas se salvaron durante las dictaduras en Uruguay, Argentina, Chile? Miles de latinoamericanos salvaron sus vidas al acogerse al derecho de asilo y los Estados Unidos no reconocen el asilo, siempre quiere tener el derecho de intervenir en cualquier país, capturar cualquier disidente, personas antiimperialistas y llevarlos a un proceso judicial perjudicial en los Estados Unidos.
Por tanto, hay varios Principios aquí involucrados:
Primero, el derecho de Asilo.
Segundo, el derecho de Salvoconducto.
Tercero, la libertad de Pensamiento a partir de Internet, como lo hace Wikileaks.
Cuarto, la Soberanía de los países de América Latina.
Por todo esto, el ALBA y ahora UNSAUR han afirmado el derecho de Asilo y solidaridad con Ecuador. Lo que es interesante en este caso es que algunos países centroamericanos seudo progresistas como El Salvador, con bases militares, no se pronuncian, no se afirman. Tampoco México lo ha hecho hasta ahora, pero esperamos que eso se pueda cambiar, pero vamos a ver. De los países de ultraderecha como Paraguay y Chile, aún no hemos recibido ningún pronunciamiento.
Pero es muy difícil por cualquier gobierno no apoyar a Assange y particularmente el caso de Ecuador.
EChI: Te quería consultar por la corrupción brasilera, que ha llegado a lo que se denomina el ‘juicio del siglo’, porque hay casi 40 personas del poder en el banquillo de los acusados.
JP: Si., Debemos volver a plantear el asunto en un contexto histórico. Cuando estuve en Brasil a fines de los ’90, con contactos con muchos sectores del partido de los trabajadores, estaban en pleno debate sobre si aceptar o no dinero de los grandes contratistas de construcción. Todo el mundo sabía que el dinero que venía de esas grandes empresas tenía un precio, sabían que si uno empieza a pactar con ellos, a recibir financiamientos, tenía consecuencias de corrupción. No simplemente porque canalizaran dinero en las campañas, sino porque los cuadros intermedios y los contratistas tenían un mismo aspecto de corrupción, pero el PT -y Lula a la cabeza- aceptaron el dinero, diciendo que tenían que hacer campaña en los medios de comunicación de masa que son muy caros, que tenían que montar profesionales, consultores, etc. Entonces, una vez que entraron en ese mundo de ‘grandes contribuidores’ también pasaron a otra parte: como conseguir el apoyo de centros corruptos de los partidos en el Congreso, donde el PT no tenía suficientes votos. Una vez que entraron en este juego, canalizaron dinero para la compra de votos, por ejemplo en el PMDB (Partido Movimiento Democrático Brasilero), un partido con larga trayectoria de corrupción.
Los principales operadores en este juego eran los sectores más derechistas del PT pero con la complicidad de sectores supuestamente progresistas. Y con esto tenemos el escándalo actual.
El PT comenzó a imitar a los partidos tradicionales, el PSB (Partido Socialista Brasilero), el PMDB, el Partido socialdemócrata, todos estaban en esta onda el PT no era nada excepcional. El hecho, mientras tanto, era que ellos se capturaran en los medios de comunicación de masa, la publicidad, algún fallo entre los colaboradores y con eso el juicio actual que esta pasando.
Entonces, una vez que entras en el mundo de comprar para conseguir contratos, comprar votos, financiar oposiciones, es parte de la misma cosa, es una cadena, por esa razón antes de ganar la presidencia Lula pactó con el Fondo Monetario, después mantuvo los contactos con Wall Street profundizando ese proceso, y tuvo la buena fortuna de conseguir altos precios en las exportaciones. Pero a partir de eso, traicionó las promesas a los Sin Tierra, dejó de hablar de reforma agraria, habla de dinamismo de l soja.
No es nada excepcional, la derechización del PT es consecuencia de ese proceso electoral que fue directamente a la corrupción y al gran escándalo.
Ahora, en el medio de este ‘juicio del siglo’ como le dicen, Rouseff anuncia un programa de grandes privatizaciones de aeropuertos, autopistas, etc.; porque –dice- necesita las inversiones, necesita la modernización.
Pero también es un juicio negativo sobre la burocracia pública que dice, es incapaz de hacer el trabajo porque la empresa pública está llena de partidarios del gobierno que muchas veces no saben que están haciendo.
Entonces, en vez de mejorar la burocracia pública para hacer las empresas más eficientes, ella decide entregar los multimilmillonarios proyectos al sector privado, como las peores tradiciones del neoliberalismo.
Rouseff no tiene nada de la demagogia de Lula, de presentarse como amigo de los pobres. Ella es una tecnócrata con una historia de colaboración con el gran capital y ahora tenemos esta situación: la economía está estancada, necesita inversiones, necesita crecer porque el modelo ya no está funcionando, China está a la baja, las exportaciones y el sector manufacturero están en crisis y por esas razones, ahora cae este juicio.
EChI: El periodista Oppenheimer le hizo una nota a Mujica, para que hable de su proyecto de legalización de la marihuana; donde Mujica dijo que la marihuana se plantaría en los cuarteles militares pero la vendería una empresa privada. ¿Qué repercusiones tuvo estas declaraciones?
JP: Bueno, Oppenheimer acá está muy mal visto por los periodistas profesionales, más que nada por ser visto como propagandista de la derecha, declarado enemigo de Cuba, Venezuela y de cualquier país que tome medidas progresistas. No es fuente fiable para cualquier discusión, incluso en los hechos básicos nadie lo cita.
Sobre la marihuana acá no se recibe mucha publicidad porque los medios están con el gobierno federal. Ahora, varios estados, particularmente California, han legalizado la venta de marihuana para uso médico, pero contra las decisiones municipales y regionales el gobierno federal empezó a intervenir contra estas clínicas, por lo que hay un conflicto entre la autoridad local y el gobierno federal.
Acá hay un gran porcentaje de la población que cree en la necesidad de legalizar la marihuana, aquí en Nueva York se produce informalmente en algunas regiones rurales y las autoridades hacen la vista gorda porque las economías son tan precarias que eliminar los productores de marihuana va a afectar a los pequeños comerciantes y otros que funcionan. En cambio, en el norte de California son multimillonarios los productores de marihuana y las autoridades no los molestan, o por lo menos los tocan de vez en cuando.
Lo que más que nada se ve aquí y que no se habla mucho, es el lavado de dólares del narcotráfico de los grandes carteles de México, Colombia y otros lugares. Este problema de la transferencia de drogas como cocaína, heroína y anfetaminas; es un problema con el sector financiero que está blanqueando ese dinero y afecta más de 40 mil millones de dólares en los bancos norteamericanos, entonces si quieren tocar el problema de drogas deben intervenir contra los bancos, pero no lo hacen.
EChI: Muy bien Petras, ¿tenías algún otro tema?
JP: Si, tengo otro tema que me parece muy importante, que es el asesinato de 42 mineros en Sudáfrica, bajo un gobierno supuestamente negro, del Consejo Nacional Africano y uno tiene que entender qué tipo de gobierno ha matado 42 mineros, herido a más de 78 y ha encarcelado 259. O sea, casi 400 trabajadores muertos, heridos o encarcelados.
Debemos volver a la transición de Sudáfrica: del apartheid racial al apartheid clasista. La oligarquía negra son multimillonarios, los que dirigen al partido, al sindicato afiliado con el partido, todos son burgueses, todos son miembros de country clubs exclusivos de los blancos, tienen 3 o 4 casa, 5 o 6 mujeres; y las principales mineras están en manos del capital inglés y con socios minoritarios de esta burguesía corrupta y represiva del Congreso Nacional Africano.
Una onza de platino es 1.440 dólares, y el minero gana menos de 500 dólares por mes. Es una cosa muy dramática la relación entre la riqueza que esta acumulando el capital blanco y sus socios oligarcas negros, y la miseria que ganan, los peligros y enfermedades que sufren los mineros.
Debemos cuestionar y hablar de la transición es hablar de Mandela.
Cuando se firmó el pacto de transición garantizando al capital blanco la protección de todas sus riquezas y todas sus desigualdades, sólo compartir con la oligarquía negra. Esa transición fue el gran tema y es el gran fracaso.
Pero como Nelson Mandela pasó 28 años en la cárcel, hombre simpático, preso político, nadie cuestionó la profundidad de la transición, decían que era sólo táctica, pero no fue táctica, fue un compromiso de la burguesía emergente negra con la oligarquía blanca.
Debemos decir que fue un pacto de transición con defectos profundos. Y Mandela transó la libertad, por ser el Primer Ministro, presidente, pero las grandes desigualdades se mantienen. Las peores desigualdades de África están en Sudáfrica. Los negros más ricos de África, están metidos en esta colaboración con el capital ingles-nortemaericano-israelita y este proceso sigue esa realidad.
No ha cambiado tras casi 20 años de mando africano. El problema no es racial esl problema es de clase, y la lucha de clases determina a los burgueses negros actuando como en cualquier otro país capitalista matando obreros para defender el capital del platino.
Debemos enfatizar otra vez que la lucha de clases es lo central de la historia y no simplemente cambiar la piel de los oligarcas.
EChI: ¿Cómo sigue la campaña electoral en Estados Unidos?
JP: Sigue como siempre. Una campaña entre diferentes sectores de capitales para ver quien va a mandar en el país. El candidato a vicepresidente de la derecha, el señor Ryan, es el pretexto justo para que el Partido Demócrata y Barak Obama empiecen a levantar la bandera de la defensa de los seguros sociales y la defensa del Estado de bienestar social. Peor cuando proyectamos los rectores de Obama para los próximos años, termina siendo muy similar a lo que propone el candidato ultraderechista.
Calculo que más de 100 millones de votantes no van a votar, es casi una mayoría absoluta que no se siente identificado, se sienten engañados, frustrados y es el sentimiento que vemos para las próximas elecciones.,
Los medios están ganando millones porque los candidatos utilizan los medios de comunicación para proyectar imágenes e insultar al otro candidato. Es una campaña personalista llena de insultos y demagogia, no hay clarificación alguna sobre los grandes temas que enfrentamos aquí.
EChI: Bien, para finalizar te pregunto como ves la campaña en Venezuela.
JP: Para mi en Venezuela los temas son por un lado la mayor intervención norteamericana en la campaña y segundo, creo que están enfocando sobre las elecciones de gobernadores y del Parlamento. Porque como no le pueden ganar a Chávez, la táctica es tratar de dividir el voto de los ciudadanos. La gran mayoría de los pobres van a votar por Chávez, pero hay muchos cuestionamientos sobre candidatos locales del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), y eso creo que es el problema: como focalizar estos candidatos para que Chávez obtenga una mayoría fuerte para gobernar sin grandes obstáculos. Debemos continuar viendo en qué sentido podrían involucrar más ciudadanos que votan por Chávez, para que sigan votando por el Partido y los diputados, gobernadores y alcaldes.
EChI: James Petras gracias por tus aportes, hasta el lunes.
JP: Muchas gracias y un saludo a la audiencia.

(*) Escuche en vivo los lunes a las 11:30 horas (hora local) la audición de James Petras por CX36, Radio Centenario desde Montevideo (Uruguay) para todo el mundo a través de www.radio36.com.uy