jueves, 30 de junio de 2022

Hallan 50 migrantes muertos en un camión abandonado en Texas


La responsabilidad del imperialismo y los gobiernos latinoamericanos.

 Cincuenta personas fueron encontradas sin vida en un camión abandonado en una ruta próxima a San Antonio, en el estado norteamericano de Texas. Las víctimas murieron por asfixia o bien debido a un golpe de calor. En tanto, dieciséis viajantes fueron rescatados con vida y trasladados a un hospital.
 La mayoría de los fallecidos son de nacionalidad mexicana, aunque los hay también de procedencia hondureña y guatemalteca. Son los países de los que parten grandes contingentes humanos, ante la pobreza, el hambre y la violencia de las bandas criminales de la región. El crecimiento de estos flujos es una señal inconfundible de la agudización de la crisis capitalista. 
 El nuevo hecho luctuoso es solo el último en la espeluznante ruta migratoria hacia los Estados Unidos, en cuyo trayecto miles padecen estafas, abusos y agresiones.
 Frente a las oleadas migratorias, Estados Unidos aplica un plan de deportaciones masivas. Los gobiernos de Trump y Biden expulsaron 1,7 millones de personas valiéndose de una disposición que –con la excusa de la pandemia- habilita la expulsión exprés, inclusive de niños que viajan solos. 
 Al mismo tiempo, parte de la frontera con México ha sido amurallada, y en algunos de sus tramos se ha colocado alambre de púas. Todo esto incentiva el accionar de mafias que lucran con la desesperación de los migrantes y los conducen a muertes espantosas, como en este caso. 
 En una muestra de subordinación al imperialismo, el gobierno del mexicano de Andrés Manuel López Obrador tapona y reprime las caravanas que parten desde los países del llamado “triángulo norte” (Honduras, El Salvador, Guatemala) con destino a Estados Unidos, usando a tal efecto la Guardia Nacional. 
 La crisis migratoria se está transformando dentro de los Estados Unidos en uno de los tópicos de la campaña electoral. El gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, apela a un discurso xenófobo que alude a “hordas de migrantes”. En desacuerdo con lo que considera una política débil de Biden en la materia, empezó a derivar micros de migrantes detenidos a Washington, donde son liberados. Pero los demócratas, como ya hemos visto, también impulsan una orientación expulsiva. 
 Frente a la crisis migratoria, defendemos el derecho incondicional al asilo y planteamos la unidad de trabajadores migrantes y nativos en una lucha común contra la xenofobia, el racismo y los gobiernos capitalistas.

 Gustavo Montenegro

martes, 28 de junio de 2022

Ecuador: la rebelión popular en la encrucijada


Tras dos semanas de intensas protestas, la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie), representada por una delegación, y el gobierno de Guillermo Lasso, representado por un grupo de ministros y secretarios, han entablado una mesa de negociación que se ha estancado rápidamente ante la imposibilidad de dar respuesta a las 10 demandas indígenas. 
 Leónidas Iza ha declarado públicamente que se ha logrado avanzar en 5 de los 10 puntos, lo que incluye la derogación de varios decretos presidenciales que abría las puertas a la extracción hidrocarburifera de zonas protegidas en selvas y bosques, así como la derogación del decreto 151 que daba poderes extraordinarios para avanzar en zonas protegidas fuera del alcance de la normativa precedente. Al mismo tiempo, señalan que el “aceite popular” – 20% por debajo del precio de mercado – y una primera rebaja de 10 centavos de dólar a los combustibles más consumidos son medidas insuficientes pero que permiten seguir avanzando. Otro punto alcanzado es la condonación de deudas familiares de hasta 3000 dólares y una revisión de las tasas de interés para montos superiores. 
 Estas medidas fueron en su mayoría anunciadas con antelación de la reunión por el propio presidente Lasso, como muestras de un diálogo. Además, ha sido derogado el estado de excepción por conmoción interna, aunque las protestas sigan en Quito y otras provincias y ciudades alargando la lista de heridos y muertos – se estipulan más de 5 manifestantes muertos. Según el ministro Interior de Ecuador, Patricio Carrillo, “hasta hoy tenemos alrededor de 77 cierres (de carreteras) a nivel nacional, y estábamos con un promedio de 350 cierres" (CNN, 28/06) Agregando que las movilizaciones van perdiendo caudal de manifestantes con el pasar de los días y los anuncios de gobierno. En contrapartida, la Conaie asegura que las protestas van a continuar hasta obtener los 10 puntos, esto según informó Iza tras una consulta a las bases. 
 Al ser consultado sobre el carácter político de las movilizaciones y ante un pedido de destitución de Lasso como presidente, solicitado por la bancada que responde a Rafael Correa en el parlamento, Iza aseguró: “No nos involucren con decisiones que son absolutamente de autonomía de la Asamblea Nacional, vía democrática, vía constitucional en esos temas nosotros no opinamos. Aquí estamos por los diez puntos, los resultados que llevaremos a nuestras comunidades” (El Universo, 27/06). 
 De esta manera, la Conaie vuelve a encapsular a las movilizaciones contra el gobierno en una cuestión reivindicativa sin perspectiva superiores. Tampoco plantea la unidad con otros sectores de la clase obrera como sindicatos o federaciones. Esta sectorización impulsada por Iza y la dirección oficial indígena choca con la realidad de las movilizaciones donde se han sumado a las protestas diversos sindicatos y organizaciones de todo tipo, plasmando la potencialidad de una lucha generalizada contra el gobierno de Lasso. La Conaie rechaza esta perspectiva por su propia política de conciliación con el Estado y se contenta con exigir la destitución de Castillo como ministro del Interior. En lo concreto actúa como un salvavidas del debilitado Lasso. 
 El correismo no tiene ninguna posibilidad de impulsar un juicio político contra Lasso, tampoco posee el visto bueno de la burguesía para hacerse cargo del gobierno. Por el contrario, ha dado muestras cabales de su apoyo al banquero al ceder algunas reivindicaciones parciales a la movilización indígena. 
 La pacificación de la rebelión popular no tiene lugar en el marco del descalabro mundial y, particularmente, latinoamericano. Ecuador ha entrado en una nueva fase de la crisis política acentuada por la guerra imperialista y la pandemia. 

 Joaquín Antúnez 
 28/06/2022

A 49 años de la Heroica Huelga General · Homenaje


G7, las potencias capitalistas conspiran

El encuentro se desarrolla en Baviera, en el sur alemán El G7, grupo que nuclea a las principales potencias capitalistas del mundo (Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Canadá y Japón), desarrolla entre el 26 y el 28 de junio su cumbre en Elmau, Baviera, en el sur alemán. Entre los países invitados, figuran la Argentina, India, Indonesia, Senegal y Sudáfrica. El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, tuvo una participación online, de la que solo se conocieron en forma pública algunos extractos. 
 El eje del encuentro está puesto en los enfrentamientos con Rusia y China. En el caso de Moscú, se están resolviendo nuevas sanciones para afectar al Kremlin. Entre ellas, la prohibición de las importaciones del oro ruso, del cual el Reino Unido era hasta ahora uno de los principales compradores. También se estudian trabas al acceso de Rusia a ciertos insumos industriales y tecnológicos, y un precio tope al petróleo proveniente de ese país. Si bien Washington y Bruselas han establecido ya un embargo al crudo ruso, la medida en consideración valdría para otros países. 
 En el caso de China, se acordaría un paquete de 600 mil millones de dólares en inversiones en infraestructura en naciones periféricas o de “desarrollo medio”, como un modo de competir con la ruta de la seda de Beijing. Esta iniciativa encuentra sus límites en el propio cuadro económico internacional, signado por las subas de las tasas de interés, un elevado endeudamiento estatal y corporativo, la reticencia empresaria a invertir debido a la caída de la rentabilidad, y las tendencias recesivas. 
 El encuentro en Elmau busca mostrar una postal de unidad frente a Moscú, en momentos que han surgido disensiones entre Estados Unidos y la Unión Europea (UE), por un lado, y dentro de los propios Estados Unidos, por otro, con respecto al conflicto bélico. En términos generales, la cuestión pasa por si se debe continuar la guerra y tratar de dar un golpe de fondo al Kremlin, o, por el contrario, se debe explorar un cese de hostilidades que incluya un reparto territorial. (A estas disputas podríamos añadir las que han estallado entre Londres y la UE por el protocolo sobre Irlanda del Norte). 
 El agrietamiento en el imperialismo es inseparable de las dificultades que está encontrando Ucrania en el terreno militar, ya que Rusia -tras su fracaso en capturar Kiev- ha logrado progresos en el este; los límites de la política de sanciones económicas (Moscú reorientó con cierto éxito sus exportaciones energéticas hacia India y China, y el rublo se ha revalorizado); y del propio agravamiento de la crisis internacional, con una aceleración de las tendencias inflacionarias tras el estallido del conflicto, que incrementa el mal humor social en las metrópolis -en el caso de Estados Unidos, a pocos meses de las elecciones de medio término. 
 La agudización de la crisis capitalista no deja indemne a ninguno de los contrincantes del tablero internacional. Golpea tanto a Rusia y China como al imperialismo, y es partera de crisis políticas (acaba de caer el gobierno de Bulgaria) y levantamientos populares (Ecuador, Sri Lanka). 
 En su alocución en la cumbre, el presidente argentino Alberto Fernández tuvo una intervención adaptada a los convocantes: ratificó la condena a la invasión rusa, pero omitió toda crítica a la expansión de la Otan y el despliegue imperialista en el este europeo. Planteó que la política de sobrecargos del FMI por ciertos préstamos debe ser revisada, esto después de cerrar un acuerdo con el organismo financiero que refuerza la tutela del imperialismo sobre el país -a tal punto que incluye una revisión trimestral de cuentas. 
 La reunión del G7 tendrá su prolongación en la cumbre de la alianza atlántica, que está por empezar en una ciudad de Madrid sitiada por las fuerzas de seguridad. Allí se dará un nuevo paso hacia la integración de Suecia y Finlandia a la Otan, perfeccionando el cerco contra Rusia y profundizando las tendencias bélicas. El fin de semana, miles de personas marcharon en repudio a este cónclave.
 Luchemos por la disolución de la Otan. Fuera el imperialismo del este europeo. Retiro de las tropas rusas de Ucrania. 
 Que la crisis la paguen los capitalistas. Por gobiernos de trabajadores y el socialismo.

 Gustavo Montenegro

domingo, 26 de junio de 2022

Hambre y propaganda de guerra en Ucrania


Las sanciones occidentales contra Rusia son mucho más dañinas que el bloqueo ruso de puertos ucranianos para el anunciado incremento del hambre en el mundo 

 “Para que el trigo valga dinero: agua, sol… Y guerra en Sebastopol”, se decía en Castilla. Imagino que el dicho se estrenó a mediados del XIX, tras la guerra de Crimea, y recuerda el gran papel de las ricas llanuras ucranianas y sus tierras negras en la producción de cereal y la dinámica de los precios. 
 Hoy, la guerra de Ucrania y las sanciones de respuesta que la invasión rusa ha recibido de parte de Estados Unidos y la Unión Europea han creado una situación ejemplar. Hay un peligro de hambre en zonas del sur global sobre el que advierte el Programa Alimentario de la ONU (WFP). 
 Digo ejemplar por la evidente y conocida relación entre los desastres de la guerra y el hambre (según el WFP, el 60% de los hambrientos viven en zonas afectadas por la guerra y la violencia) que, en el caso ucraniano, incrementará el colectivo de los que sufren hambre aguda en el mundo en 47 millones. Es decir, el número de hambrientos pasará este año de 276 millones (nivel de preguerra) a 323 millones, según esa fuente. Pero ejemplar también por cómo se utiliza este problema con fines belicistas en un contexto de propaganda de guerra.
 La guerra de Ucrania complica los impactos ya generados por otros conflictos: la pandemia, la crisis climática y los costes encarecidos por un incremento del precio del grano, que ya venía de antes, y por el transporte. El África subsahariana será el área más afectada. Egipto, Túnez, Turquía, Líbano, Siria, Argelia, Marruecos, Somalia, Etiopía y Sudán recibirán menos, y además más caro.
 Este informe del WFP se publicó en marzo, pero la mayoría de nuestros medios de comunicación solo se hicieron eco de él en junio. Y con frecuencia, informaron mal. 
 Rusia y Ucrania responden por el 30% de la exportación global de trigo. Ambas son también grandes exportadoras de cebada, maíz, semillas de girasol y aceite de girasol. Gran parte de esa exportación va al sur, en Asia, Oriente Medio, África del Norte y subsahariana, donde se localizan algunos de los países más pobres del mundo, que ya estaban al límite por los efectos de las subidas de precios, el estrés producido por la pandemia y las habituales lacras: guerra, corrupción, desigualdad, mala administración… 
 Desde la OTAN se dice que el bloqueo ruso de los puertos ucranianos es el motivo del aumento cuantitativo del hambre que ONU y WFP anuncian y contabilizan. Pero Rusia exporta mucho más que Ucrania: el 20% del trigo, harinas y derivados, frente al 8,5% de Ucrania. Por eso, lo que no dice la OTAN, la UE y EE.UU. –y con ellos, el grueso de nuestros medios de comunicación– es que en la génesis de ese peligro las sanciones occidentales contra Rusia son mucho más significativas que el bloqueo ruso de puertos ucranianos.
 Las sanciones impuestas a Rusia impiden la exportación del grano ruso. El 50% de ese grano –que es mucho más que todo lo que Ucrania exportaba desde sus puertos– se exportaba desde el puerto ruso de Novorosisk, en la costa oriental del Mar Negro. Como consecuencia de las sanciones, los barcos no pueden acceder a ese puerto a cargar. Las compañías de seguros no cubren el tráfico de esos barcos, y los barcos con bandera rusa no pueden usar las infraestructuras portuarias. Además, Rusia no puede cobrar ese comercio de grano, porque los sistemas de pago están bloqueados y los bancos internacionales cerrados para su actividad.
 Las sanciones financieras impiden que Rusia cobre esas exportaciones e introducen el riesgo de que los pagos a través de bancos y sistemas controlados por los sancionadores sean confiscados, como ha ocurrido con los 300.000 millones de dólares rusos que estaban depositados en Estados Unidos (y con los 9.000 millones afganos, cuya apropiación, en revancha por la debacle militar en Afganistán, agrava el hambre en aquel desgraciado país, y con los miles de millones iraníes robados en respuesta a la revolución de 1979, y…). 
 El segundo aspecto por el que las sanciones agravan la situación tiene que ver con los fertilizantes. Su precio se ha incrementado a causa del aumento del precio del gas con el que se producen. Rusia y Bielorrusia son el primer y el sexto productor mundial de ellos, respectivamente. Juntas representan el 20% de la producción global. Y ambas están sometidas a sanciones. Las sanciones occidentales contra su adversario geopolítico son un factor de incremento del hambre más importante que el bloqueo de los puertos ucranianos
 Así que todo eso afecta a los precios. Y la subida de precios repercute directamente en las posibilidades de los más pobres para pagar sus alimentos: muchos de los que antes iban justos ahora no llegan, advierte el WFP.
 No puede decirse, por tanto, como afirma el bloque UE/OTAN y EE.UU., que el responsable es Rusia, o que es solo Rusia. Obviamente hay una clara responsabilidad rusa por haber iniciado la invasión, responsabilidad inseparable de las circunstancias que la propiciaron también desde fuera de Rusia. Lo más diplomático que se puede decir es que hay una responsabilidad compartida. Y lo más objetivo es decir que las sanciones occidentales contra su adversario geopolítico en este conflicto son un factor de incremento del hambre más importante que el bloqueo de los puertos ucranianos, que los rusos están dispuestos a levantar bajo determinadas condiciones. 
 Pese a eso, el mensaje que nos envían los políticos atlantistas y sus medios de comunicación es inequívoco. El 24 de mayo, en Davos, la inefable presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, dijo que “Rusia está bombardeando silos en Ucrania, bloqueando barcos cargueros ucranianos llenos de trigo y girasol y acaparando su propia exportación de alimentos como una forma de chantaje. Eso es usar el hambre y el grano como recurso de poder”. (Wall Street Journal, 24 de mayo: “Ukraine-Russia War Is Fueling Triple Crisis in Poor Nations”).
 “Debemos garantizar que esos cereales se envían al mundo, de lo contrario millones de personas pasarán hambre”, dice la ministra de exteriores canadiense, Melanie Joly.
 Lo que se abre paso con estas declaraciones es una campaña para romper militarmente el bloqueo ruso de la costa ucraniana alegando “catástrofe humanitaria”. Es decir, una escalada militar aún más peligrosa. Al día siguiente de la declaración de von der Leyen, el editorial del WSJ explicaba de lo que se trata bajo el titular, “Romper el bloqueo alimentario de Putin”: “El mundo necesita una estrategia para romper el bloqueo ruso de los puertos ucranianos para que se pueda exportar alimentos y otros productos, y eso significa un plan para usar barcos de guerra que escolten cargueros mercantes fuera del Mar Negro” (…) “el mundo civilizado deberá actuar pronto para evitar una crisis humanitaria aún mayor”. Putin está usando la “presión alimentaria global para que la OTAN y otras naciones accedan a una paz en sus términos”. Y el diario proponía “una coalición internacional de barcos de guerra” independiente de la OTAN para llevarla a cabo sin que Rusia pueda denunciar provocación. 
 La guerra va para largo. Los centros de poder y medios de comunicación occidentales abogan claramente por su eternización. El Kremlin tampoco está interesado en una negociación mientras no tenga un claro, o aparente, resultado de éxito militar que presentar como desenlace. Cualquier pretexto “humanitario” será, y es, explotado en ese contexto belicista. El incremento del hambre en el Sur no importa en Bruselas, ni en Washington, ni en Wall Street. Y para Moscú es un “efecto colateral” de las mal calculadas sanciones occidentales contra Rusia. 

 Rafael Poch-de-Feliu (Barcelona), fue corresponsal de La Vanguardia en Moscú, Pekín y Berlín. Autor de varios libros sobre el fin de la URSS, sobre la Rusia de Putin, sobre China y un ensayo colectivo sobre la Alemania de la eurocrisis.

viernes, 24 de junio de 2022

Corte de EEUU: armas y oscurantismo


La mayoría de la Corte Suprema norteamericana, paso a paso, va armando una arquitectura jurídica fascistizante en sintonía con el bloque republicano que responde a Donald Trump. Este viernes directamente anuló el fallo Roe vs Wade, que impedía a los Estados prohibir el derecho a interrumpir el embarazo. Es un ataque decisivo a los derechos democráticos de alcance internacional. 
 La Corte también había considerado legítimo que el gobierno de Trump permitiera a los patrones con objeciones religiosas negar la cobertura de anticonceptivos a las trabajadoras, la discriminación laboral a los docentes laicos de escuelas confesionales -o sea, que puedan echar a proabortista, gays o lesbianas- Legitimó también que una agencia católica de servicios sociales en Filadelfia desacate las leyes y se niegue a atender parejas homosexuales que pretenden adoptar. 
 Recientemente, bloqueó el derecho a enseñar sobre el peso que tuvieron los intereses esclavistas en la emancipación norteamericana y sobre los orígenes materialistas del racismo. Sus fallos legitiman leyes locales que imponen graves sanciones a docentes y escuelas que impartan una educación sexual que no demonice la disidencia sexual y escuche las dudas del alumnado respecto de las identidades genéricas.
 En los últimos quince días, el bloque que encabeza Clarence Thomas dio dos nuevos zarpazos sobre los derechos democráticos y el laicismo. 

 Subsidios a la derecha religiosas 

Un fallo obliga al Estado a subsidiar a las escuelas religiosas al punto que hasta el derechista Washington Post opina que “la Corte crecientemente relaja la línea constitucional entre la Iglesia y el Estado”. Hasta ahora, el gobierno pagaba la matrícula en escuelas privadas a estudiantes secundarios de zonas rurales del Maine, donde existen pocas escuelas públicas. Son unos 5.000 chicos. El requisito era que tuvieran una currícula similar a las públicas y eso excluye a las confesionales o cuya enseñanza partiera de principios religiosos. 
 El quinteto de jueces ultraconservadores de la Corte Suprema calificó la semana pasada esa restricción como discriminatoria y lesiva para la libertad religiosa, y ordenó extenderles el subsidio. “Un estado no necesita subsidiar la educación privada -dice el fallo- pero una vez que decide hacerlo, no puede descalificar a algunas escuelas únicamente porque son religiosas.” 
 Así las cosas, los chicos estudiarán a costa del Estado en instituciones que enseñan que los homosexuales son inmorales, que dios “ha ordenado funciones espirituales distintas y separadas para hombres y mujeres, y el esposo debe dirigir el hogar” y cuyo plan de estudios busca "determinar un marco cristiano para ejecutar la política exterior". 
 Es un tributo más. En Ohio, desde los años 90, las familias podían solicitar subsidios para que sus hijos estudiaran en escuelas privadas -las “escuelas voucher” que impuso el pinochetismo en Chile y propone aquí Javier MIlei. Por motivos curriculares y en nombre de la separación de la Iglesia y el Estado, las confesionales no eran una opción. Con argumentos como los de Maine, los jueces las incluyeron tanto en Ohio como en Montana. 
 Los jueces Stephen Breyer y Sonia Sotomayor, que votaron en minoría, acusaron a la mayoría de desmantelar “el muro de separación entre la iglesia y el Estado que los padres fundadores lucharon para construir”.
 Mientras las ONG laicistas acusaron a “la mayoría ultraconservadora de la Corte Suprema de obligar a los contribuyentes a financiar la educación religiosa”, la derecha religiosa celebró el carácter estratégico del fallo y prometió avanzar sobre lugares clave como Nueva York, Nueva Jersey, Florida, Pensilvania y otros.

 Licencia para matar

 Esta semana, la Corte dictaminó que los ciudadanos tienen el derecho fundamental de portar armas de fuego en la calle. El fallo de 6 votos contra 3 anula una ley de Nueva York que databa de 1913 y requería que una persona demostrara que tenía necesidades legítimas de defensa personal para recibir un permiso de porte de armas. Es una decisión histórica que impide que los estados restrinjan con normativas propias el derecho a andar armado. 
 El fallo no afecta solo a Nueva York sino a otros ocho estados que tienen legislaciones similares. 
 En el contexto de sucesivas masacres en la calle, supermercados y escuelas, la decisión de la Corte es especialmente provocadora. En 2020, 45.000 estadounidenses fueron asesinados por individuos que portaban armas de fuego. 
 El patético papel de Joe Biden y los demócratas y liberales, que se limitan a manifestar su tristeza, enojo o decepción, es una prueba inapelable de que el único camino para defender los derechos de cualquier tipo pasa por un enfrentamiento de clase, independiente de cualquier bloque patronal.

Olga Cristóbal
24/06/2022

jueves, 23 de junio de 2022

Colombia ante un nuevo escenario


Gustavo Petro fue electo presidente 

La victoria en las urnas de la fórmula Gustavo Petro y Francia Márquez representa un golpe al régimen colombiano y, por elevación, a las aspiraciones de la derecha y el imperialismo en el continente. Petro crece diez puntos porcentuales y obtiene el 50,4%, una diferencia de más de tres puntos sobre su contendiente Rodolfo Hernández. Incide, en esto, la ampliación de la participación en más de un millón de nuevos electores con respecto a la primera vuelta y un descenso del voto en blanco. También, una campaña militante que limitó el peso del fraude y de los aparatos tradicionales.

 Polarización 

El resultado de la elección no puede disociarse de la tendencia a la polarización social y política que impera en Colombia. Un ejemplo: la distribución geográfica del voto, que repitió la de la primera vuelta. Petro ganó con holgura en las regiones pobres del Cauca, de Suroccidente, del Caribe y de la Amazonia, además de la capital Bogotá y las grandes ciudades. Mientras que Hernández tuvo su mejor desempeño en las zonas norte y centro del país, más conservadoras y de mayor poder adquisitivo. También en Antioquia, bastión del uribismo. 
 Otra expresión de esta polarización es el traslado de los votos de aquellos candidatos que quedaron fuera de la segunda vuelta. Los de “Fico” Gutiérrez –respaldado por el uribismo-, fueron casi íntegramente a Hernández. Mientras que los del centro político, a contramano de las encuestas, optaron mayoritariamente por Petro. 
 La polarización en Colombia se cristaliza tras la rebelión popular de 2021, con meses de paros, movilizaciones, bloqueos y luchas callejeras. Un dato relevante es que la coalición que lidera Petro, el Pacto Histórico, está integrado por –prácticamente- la totalidad de las expresiones políticas que intervinieron en esas jornadas. Esto incluye tanto a los sectores que eran partidarios de una salida acordada con el gobierno de Iván Duque (el llamado Comité del Paro) como quienes luchaban por abrir paso a una dirección alternativa (coreando “el Comité del Paro no nos representa”). 
 La candidatura a la vicepresidencia de Francia Márquez –en detrimento del histórico Partido Liberal- y su actual postulación para encabezar el naciente ministerio de la Mujer y la Igualdad, responden a este descontento. Francia, una destacada líder ambiental y social, actuó durante la campaña como la representación de los sectores más postergados, y también del activismo juvenil que protagonizó los bloqueos durante la rebelión. Esto colaboró a que muchos de quienes impugnaban por izquierda la trayectoria de Petro y su rol de sostén del gobierno de Iván Duque al momento de las protestas, aceptaran el liderazgo del ex guerrillero.
 Junto a esta figura, también se operó una modificación en la contienda de la segunda vuelta. El Pacto Histórico pasó de lanzar actos públicos que pretendían masividad a focalizarse en el voto a voto, las campañas de nicho y las recorridas en todos los rincones del país, con Petro y los principales referentes a la cabeza. En el sostén de esta iniciativa quedó de manifiesto la estructura militante de las fuerzas que integran el Pacto Histórico. Todo esto colaboró en despertar el apoyo de nuevos sectores de la población explotada que estaban al margen de los procesos electorales. 
 Las grandes mayorías del país viven el triunfo del Pacto Histórico como una victoria propia, aunque el significado de esa victoria no es el mismo entre sus sostenedores. Petro aglutina todas las variantes con ascendencia popular, sin desmedro de que cada una sostenga una plataforma divergente o hasta contrapuesta a la de otra fracción de la coalición. 

 “Gobierno de izquierda” 

El futuro gobierno de Petro es señalado como el primero “de izquierda” en Colombia. Pero esta afirmación debe ser precisada. 
 El ala “izquierda” del nacionalismo colombiano fue privada de esta oportunidad por recursos extremos: el magnicidio de sus líderes políticos y el exterminio de miles de militantes de todas las tendencias, es decir, la apelación al fascismo, ejecutado por los gobiernos “civiles” colombianos, en concurso con la “democracia” estadounidense. Lo mismo vale para la experiencia de otra “izquierda”, la guerrilla, que estuvo a la cabeza de un movimiento popular con base social campesina durante largas décadas, derrotada por la ofensiva política y militar del ex presidente Álvaro Uribe. 
 La asunción de Petro plantea una alteración de régimen. Pero este cambio no consiste en una ruptura con el entramado actual, sino en un reciclaje del orden político y social vigente, que buscará ser llevado adelante mediante una transición ordenada. Es una variante que ya fue ensayada por el ex presidente Juan Manuel Santos. 
 En 2016, Santos firmó los acuerdos de paz con la guerrilla en Oslo y La Habana. Este compromiso fue avalado por un sector de la burguesía colombiana y del entonces presidente estadounidense Barack Obama. Los acuerdos ofrecían una serie de garantías democráticas para los excombatientes derrotados. Como contrapartida, permitían al imperialismo cerrar un frente en su patio trasero y proceder a un apaciguamiento continental que incluyera tanto a los gobiernos latinoamericanos de “izquierda” como de “derecha”. 
 El acuerdo fue el factor determinante en el distanciamiento entre Santos y Uribe. Este último lo rechazaba y planteaba ir a una ofensiva final. Expresaban estrategias divergentes en la burguesía y el imperialismo. La victoria de Donald Trump en Estados Unidos y de Iván Duque –delfín de Uribe- en Colombia, truncaron esta transición. 
 Petro gana con el mandato de una fracción de la burguesía colombiana para retomar la transición explicitada en la letra de los acuerdos de paz. Es decir, restablecer las condiciones elementales de desarrollo capitalista en Colombia. No sorprende, entonces, su propuesta de un “acuerdo nacional”, ni que su campaña haya integrado a sectores que responden a Santos, o que para su ministerio de Hacienda proponga a economistas de la derecha liberal, responsables de la crisis económica de los 90.
 Su victoria electoral golpea, indefectiblemente, las variantes más reaccionarias y fascistizantes del régimen, que ahora no solo tendrán que aceptar una transición, sino una encabezada por Petro, un personaje totalmente ajeno a su riñón político. 

 El gobierno electo 

El programa de gobierno de Petro, aunque moderado en las transformaciones propuestas, no puede avanzar en sus puntos más elementales sin un choque con el capital. Petro no cuenta con mayoría en el Congreso ni en las filas del aparato judicial. Tampoco en los organismos de control, empezando por la Procuraduría, cuyos principales cargos fueron puestos por su predecesor. 
 El presidente electo expresó durante la campaña electoral su intención de declarar una “emergencia económica” que le conferiría poderes excepcionales. Pero no podría declararla sin la aprobación de la Corte Constitucional, que está copada por representantes de la derecha. La gestión entrante deberá negociar su paquete de reformas con las bancadas opositoras, de modo que terminarán recortadas o directamente bloqueadas. Petro ya tropezó con ese obstáculo cuando fue alcalde de Bogotá entre 2012 y 2015: muchas de sus iniciativas fueron frenadas por la legislatura de la Capital, la Junta de la Ciudad. A esto habría que agregar las fuerzas armadas, que ve con recelo y desconfianza la llegada del ex guerrillero a la casa de gobierno. 
 Un plan de reformas requeriría desmontar el aparato del régimen uribista, que abarca, como señalamos, mucho más que la jefatura del Estado. Petro formuló, en la campaña de 2017, la iniciativa de una asamblea constituyente para alterar el régimen político. Ahora, esa perspectiva está explícitamente descartada. Su lugar lo ocupa un acuerdo nacional con los mismos que es necesario combatir para lograr cualquier reforma. 
 Petro plantea terminar con la minería a cielo abierto y limitar la explotación petrolera. Aún más, levanta la necesidad de avanzar en una reconversión energética y la generación de energías limpias y renovables. Importa aclarar que su perspectiva es frenar la exploración de nuevos yacimientos, no acabar con la explotación del petróleo. Los permisos y concesiones ya otorgadas continúan vigentes, lo que habilita a sus beneficiarios a mantener, al menos por los próximos 4 años, los niveles actuales de extracción. Toda la estructura presente, usufructuada por el capital privado, seguirá operando como hasta ahora. Al excluir deliberadamente de su agenda las expropiaciones, cualquier reconversión energética no contaría con los recursos imprescindibles para una transición de esta envergadura. 
 Pero, aun los modestos límites que el presidente electo pretende imponer, muy probablemente, tampoco prosperen. La industria petrolera y minera representan el 50% de las exportaciones colombianas, y sus ingresos reportan varios puntos del PBI. La burguesía no se puede privar de esos recursos, con más razón cuando Colombia tendrá que aplicar sus propias recetas de austeridad para capear el déficit fiscal del 7,1% del PBI “heredado” de la gestión anterior. 
 En el marco de la crisis mundial, los condicionamientos y presiones del FMI y del capital internacional se potencian. En la agenda de Petro figura seguir pagando puntualmente los compromisos de la deuda externa y dar continuidad a las relaciones amigables con Washington. 
 Por lo pronto, el establishment pide anuncios concretos para llevar calma al capital privado. Aunque Petro, en su discurso al cierre de los comicios, dio señales contemporizadoras -aseguró que va a “desarrollar el capitalismo”-, esto no es suficiente. El mundo de los negocios reclama más precisiones, entre otras cosas, sobre la composición del gabinete. En la transición que se abre, la clase capitalista no se privará de apelar a golpes de mercado si hiciera falta, de modo de condicionar al gobierno entrante.
 Al considerar otro elemento central de su programa, la reforma agraria, también se decantó por evitar expropiaciones, y recurrir, en su lugar, a la compra pública de tierras ociosas. Se manifestó por un desincentivo fiscal al latifundio, promoviendo un impuesto a las tierras que pemanezcan improductivas. En Colombia, el 1,5% más rico de la población concentra la mitad de la tierra cultivable. 
 El Pacto Histórico incluye también en su agenda una reforma previsional. En Colombia existe un sistema privado que está en crisis, condenando a los jubilados a retribuciones miserables. Pero, en lugar de poner fin al negocio de las administradoras privadas y expropiarlas, se pretende consagrar un sistema mixto, donde la cifra que garantizaría el sistema público sería de indigencia. Es una salida parecida a la planteada por Boric en Chile. El Estado sale en rescate del capital privado, no de los jubilados.
 Los voceros del Pacto Histórico aducen que estas transformaciones generarán una nueva matriz de desarrollo productivo. Para conseguir el financiamiento requerido, hablan de una reforma tributaria que incluye un impuesto a la riqueza y el gravamen indicado a las tierras ociosas. Pero esto tendrá que pasar por el filtro del parlamento, donde quedará mutilado, como ya viene ocurriendo con iniciativas similares de Boric en Chile.
 ¿De dónde saldrán, entonces, los fondos necesarios para la compra de tierras o para una asignación mínima a quienes no han logrado jubilarse, o los subsidios al parado? Está a la vista que todo este armado tiene una base de sustentación absolutamente precaria e incierta. 
 En un país con un déficit gigante, y sin atacar las relaciones de propiedad y la ganancia del capital, más que en presencia del prometido programa de ampliación de derechos sociales (ayuda social, jubilaciones, salud, educación), estaríamos en presencia de su contrario: un recorte del gasto público, con su consabido impacto en el bolsillo del trabajador. 

 Tareas 

Para los luchadores, el fenómeno popular abierto por la victoria de Petro merece la máxima atención. Lo cual no puede confundirse ni con un apoyo “crítico” a Petro ni con la idea de que sería un gobierno “en disputa”, es decir, susceptible de ser “izquierdizado”. 
 La tarea es acompañar la experiencia de trabajadores y campesinos con un gobierno que sienten propio, pero cuyos trazos fundamentales están dictados por los capitalistas. Defender, así, la independencia política y ayudar a que madure la construcción de una dirección alternativa –obrera y socialista. En esa línea se orientó el llamado militante desde las páginas de Prensa Obrera ante la segunda vuelta electoral: votar contra Hernández y el uribismo. 
 Es indispensable levantar una agenda propia, que coloque en primer plano las reivindicaciones obreras y populares, las cuales necesariamente chocarán con los intereses del capital y con los compromisos que Petro busca establecer. Esta es la pelea que tenemos por delante.

Luciano Arienti
Pablo Heller

Atilio Borón: ¿Qué le puede ofrecer Estados Unidos a América Latina?


miércoles, 22 de junio de 2022

Estados Unidos en el contexto actual


 

 Sobre la situación actual en Estados Unidos se hablará hoy en la Mesa Redonda con la presencia de especialistas en el tema.

martes, 21 de junio de 2022

Reino Unido: la mayor huelga ferroviaria en 30 años


Los trabajadores frente a la guerra imperialista. 

 Hoy comenzó la huelga ferroviaria más grande en tres décadas en Gran Bretaña. Esta previsto que continúe el jueves 23 y sábado 25. Se calcula que la interrupción se prolongará en los días siguientes hasta el domingo. La huelga fue votada por el 89% de los afiliados al sindicato Rail, Maritime and Transport (RMT). La misma pondrá a 50.000 obreros ferroviarios en pie de lucha. 
 Los trabajadores del metro de Londres también se declararon en huelga, el martes, lo que sumará otros 10.000 obreros a la protesta. Médicos y maestros también están discutiendo ir a la huelga. Los medios ya hablan de la posibilidad de una huelga general, aunque la burocracia de la TUC (la CGT) no tiene la menor intención de hacerlo. El plan del gobierno Johnson es que los salarios de los empleados públicos aumenten por debajo de la inflación. Cuida los gastos del Tesoro. 
 Los ferroviarios reclaman la recuperación del salario real destruido por la inflación y por las condiciones de trabajo. El costo de vida seguirá subiendo, como consecuencia de las sanciones impuestas por la OTAN a Rusia y por los tarifazos al gas Los sindicatos estiman que los empleados británicos han perdido cerca de un tercio de su poder adquisitivo desde 2008, y que el congelamiento salarial vigente desde 2020, configura el mayor retroceso del salario real desde 1830. También reclaman en contra de los 2.500 despidos que pretende concretar el gobierno de Boris Johnson, la reducción de las pensiones y el recorte de dos millones de libras esterlinas en gastos. Sin embargo, el RMT pide un aumento salarial de solamente el 7%, por debajo de la inflación, argumentando que esa era la inflación en diciembre, cuando empezó la discusión salarial. La patronal solo ha ofrecido un 2%, con la posibilidad de un 1% más, bajo la condición de que los trabajadores acepten los recortes de empleo propuestos y los cambios en las prácticas laborales. Como se aprecia en la propuesta, la “modernización tecnológica” viene con una reforma laboral debajo del brazo. 
 Por su parte, Boris Johnson ha respondido con la intención de dar un golpe contra la ola de huelgas. El secretario de Negocios, Kwasi Kwarteng, ha presentado una ley que permitirá contratar rompehuelgas para reemplazar a los trabajadores en lucha, violando así la ley internacional. Además, el gobierno quiere promulgar una legislación que prohíba las huelgas si no se asegura la cobertura del servicio mínimo. Por su lado, la burocracia sindical y el Partido Laborista no esconde el temor de que una ola de huelgas las sobrepase, por eso le piden al gobierno que solucione el conflicto con los ferroviarios. 

 “Verano de huelgas”

 "Gobierno desconcertado por la inminente ola de acción industrial en el Reino Unido", tituló el Financial Times el domingo. Allí se advierte que el gobierno estaba caminando en una 'cuerda floja' para mantener bajos los salarios y que esta política impulsa a múltiples sectores a la huelga, incluso a una "huelga general de facto que podría paralizar toda la economía”. Entre los trabajadores que se pueden sumar a la lucha de los ferroviarios están los trabajadores de la salud, docentes y abogados. La lucha de los ferroviarios marca las pulsaciones de la clase obrera británica y podría convertirse en una lucha bisagra para toda la clase europea, en el marco de la guerra imperialista. El gobierno conservador tiene centrados todos sus esfuerzos en ella guerra, ha aumentado el gasto militar y, por primera vez desde la Segunda Guerra, ha convocado a sus soldados a prepararse para pelear en Europa. 

 Mauri Colón
 21/06/2022

Un tiro de dados


 

 Les compartimos la serie "Las Cinco Puntas de la Estrella", una producción del Ministerio de Cultura que tiene el propósito de analizar y promover el pensamiento del Comandante Fidel Castro Ruz.

lunes, 20 de junio de 2022

Brigadistas de la Solidaridad Internacional contra el fascismo ayer y hoy


Han pasado generaciones de personas que sufrieron el fascismo en sus diferentes características y formas. Han pasado también generaciones de personas que lucharon contra estas fuerzas organizadas que representan la más baja expresión de lo humano en las sociedades de los últimos siglos. 
 Hoy, en Occidente numerosos gobiernos, instituciones, representantes políticos y grupos de gente común apuestan, descaradamente, por el fascismo a pesar de las atrocidades del pasado sufridas por sus pueblos. Todo lo que parece libre información y redes sociales se transforma en nuevo formato del totalitarismo que se impone, construyendo diariamente mentiras sobre mentiras. 
 Entre quienes lucharon contra el fascismo están los Brigadistas Internacionalistas convocados por la solidaridad en defensa de la República durante la guerra civil que España vivió entre 1936 y 1939. De los más de 42.000 combatientes voluntarios, hombres y mujeres de 52 países que acudieron a luchar contra el fascismo, estuvieron los brigadistas de Estados Unidos y Canadá. A ambos grupos brigadistas les toco enfrentar la ilegalidad, aplicada por ambos estados a su acción solidaria. Muchos de ellos eran comunistas, que hacían frente a contradicciones reinantes en su dirección internacional, y socialistas, anarquistas y hasta social-liberales emergentes de sociedades donde más de la mitad de la población vivía muy pobre, ellos mismos sufriendo represión y terror aplicado por las fuerzas represivas norteamericanas enfrentando con violencia las grandes luchas que daba entonces la clase trabajadora en varios frentes. 
 Eran años de conflictos y crisis económica para la mayoría de los pueblos del mundo. En Europa los países que no tenían regímenes fascistas apoyaban a los fascistas de forma directa o indirecta, por ejemplo, el apoyo europeo a los franquistas en España que contó incluso con una brigada irlandesa de católicos fascistas que se presentó en España en apoyo del franquismo. En Estados Unidos y Canadá la simpatía al fascismo y al nazismo de políticos serviles de los ricos era evidente, veían solamente la “amenaza roja” (bolchevique) en todas partes, una obsesión de la clase dominante. Y por ello quienes combatieran la “amenaza” eran vistos como defensores de la “democracia,” falsa pero muy propagandeada terminada la Primera Guerra Mundial y con la caída de los imperios en Europa. Luego estos mismos países tuvieron que enfrentar el fascismo en la Segunda Guerra Mundial cuando se vuelven peligrosamente contra ellos, una mafia peleando a muerte a otra por dominio territorial.
 La brigada de Estados Unidos, de nombre “Abraham Lincoln Brigade”, compuesta por 2800 combatientes voluntarios antifascistas en mayoría hombres y mujeres de entre 21 y 28 años de edad, muchos estadounidenses descendientes de africanos, un 30 por ciento de ellos judíos. De profesión, más de 1000 obreros industriales, 500 estudiantes y profesores, además de médicos y enfermeras entre otros. Una de las pocas biografías escritas por un combatiente, Harry Fisher, emerge como libro publicado en 1997 bajo el título “Comrades.” Para entonces Harry tenía más de 80 años de edad; escribió su libro a petición de su esposa, fallecida en 1993, quien lo convenció de la importancia de documentar las brigadas como documento histórico. 
 Harry Fisher, estudiante y trabajador, nacido en 1911 en Brooklyn, ciudad de New York, de descendencia judía, pasó su niñez en un orfanato. Al crecer se hizo joven comunista y vivió la pobreza que en 1932 azotaba New York y Estados Unidos todo. En sus experiencias relata los primeros tiempos de la Gran Depresión, cuenta que era común que las familias fueran desalojadas por falta de dinero para pagar la renta, en la calle quedaban paralizados al no saber ni que hacer ni donde ir. Un día un grupo de jóvenes comunistas como Harry en solidaridad con estas familias acarrearon sus muebles y pertenencias de nuevo al hogar de donde habían sido desalojados, lo hicieron hasta cinco veces, lo que era un trabajo duro pero que aseguraba que las familias no quedaran totalmente desamparadas en la calle. La policía simpatizaba con ellos; estos policías eran pagados directamente por el dueño de las viviendas a desalojar cada vez que entregaban una orden de desalojo. Cuando una familia tenía que ser desalojada más de una vez, gracias a la solidaridad de los jóvenes comunistas, el costo de desalojo para el dueño de la vivienda aumentaba. Entonces, muchas veces los desalojos eran suspendidos porque el dueño de la vivienda no podía pagar el alto costo y negociaba con la familia que arrendaba la vivienda. Lo que mostraba que la solidaridad era válida y que con cooperación y valentía puede haber resistencia.
 Fisher también cuenta sobre unos cursos que completó en un instituto comunitario en Arkansas y sus entrevistas a granjeros y explica que, aunque estos vivían pobremente de vestimenta y comodidades tenían abundancia de alimentos, en las ciudades se suponía lo contrario, ya que los pobres de las grandes urbes que contaban con ropa y algo de comodidad, pero no tenían que comer y sufrían hambre regularmente. 
 Para el año 1936 Harry Fisher trabajaba en un centro comercial como empleado y era miembro del sindicato de ese lugar. El siguiente año, en febrero y en pleno invierno en New York, Harry se embarca para España como combatiente voluntario brigadista y forma parte del batallón XV “Abraham Lincoln Brigade.” Los brigadistas enfrentan a los fascistas en el valle de Jarama al este de Madrid inicialmente llenos de entusiasmo, pero pronto sus compañeros empiezan a caer bajo las balas enemigas y todos entienden claramente el sacrificio que la lucha implica. En su libro Fisher detalla en forma elocuente los frentes de Brunete, donde pelean con mucho calor y falta de agua y con limitadas armas en contra del masivo armamento y fuerzas militares ayudadas por los fascistas de Italia y Alemania. El único país que asistió a la Republica Española fue la Unión Soviética. Luego en la localidad de Albares los brigadistas conviven mucho con los habitantes del lugar. La batalla de Belchite es muy dificultosa y la lucha es cuerpo a cuerpo, casa por casa, con escaramuzas en la calle. En Tarazona les toca luchar en otoño con frio y mucha lluvia y viviendo en condiciones insalubres. Para mantener el control de Teruel hubo intensas batallas bajo bombardeo diario y con muchas bajas y al fin el lugar siguió en manos de los fascistas.
 En marzo de 1938 comienza la retirada hacia el rio Ebro y los brigadistas caminan junto a los habitantes de Belchite, luchando y protegiendo a mujeres, niños y ancianos con el enemigo cada vez más cerca y bombardeos continuos de aviones que dejan bajas enormes entre los civiles principalmente, un escenario terrible que Fisher vive y describe de esa retirada. La ofensiva del Ebro sería la última batalla de Fisher, en el mes de julio y tratando de capturar el pueblo de Gandesa enfrentan a los fascistas que tenían muchas fuerzas de artillería y aviones bombardeando día tras día y de continuo. Es en la Cumbre 666 en donde caen muchos brigadistas. La España republicana estaba agobiada por el fascismo; el verano de 1938 se juntan 20.000 personas en Madison Square Garden en un esfuerzo para juntar fondos de ayuda a los republicanos españoles. Y en este mismo lugar se realiza en febrero de 1939 un evento impresionante de los nazistas estadunidenses que fue convocado por la German-American Bund, una de las famosas organizaciones pronazis de Estados Unidos en aquellos tiempos.
 Fisher comienza su retorno a Estados Unidos el 21 de septiembre de 1938 luego de cumplir un año y medio voluntario en España. Para el 23 de ese mes el líder del gobierno Republicano, Joaquín Negrín, anuncia en la Liga de las Naciones en Génova que los brigadistas internacionalistas saldrían de España. Solamente 150 combatientes del batallón XV quedaron hasta el final de la Guerra Civil Española. Un tercio del total de combatientes voluntarios de Estados Unidos perdieron la vida combatiendo al fascismo en España. No todos los brigadistas podían volver a sus países de origen, los alemanes, italianos, polacos, húngaros y yugoslavos no podían regresar porque sus gobiernos eran para entonces fascistas y corrían peligro de ser apresados al llegar por los cuerpos de seguridad. 
 Harry se despide de sus camaradas con dolor por quienes ya no están. Todos entendían el valor de esta guerra en que el pueblo español lucha por sus derechos y libertad; Harry Fisher expresa orgullo de haber sido parte del ejército voluntario internacionalista. Después de seis meses de haber vuelto a casa Harry se casa con Ruth Goldstein y juntos trabajan por casi 50 años para la agencia soviética TASS -comparten la misma oficina, caminan diariamente juntos al trabajo, tienen sus hijos y tratan de disfrutar la vida. Harry fue siempre un activista, en especial contra la guerra, no sólo fue brigadista internacional sino también soldado en la Segunda Guerra Mundial, artillero de torreta en los aviones bombarderos.
 Para 1986 los brigadistas internacionalistas deciden reunirse en España para conmemorar el 50 aniversario del comienzo de la guerra, Harry explica que junto a Ruth se juntaron con casi 100 veteranos de la “Abraham Lincoln Brigade” y con cientos de otros excombatientes de otros países. Visitaron Jarama, Brunete y otros lugares de batallas, sólo tuvieron un recibimiento en Madrid. La mayoría de los españoles no sabía nada de nuestra visita, explica Harry, el gobierno español intencionalmente trató de mantener nuestra presencia oculta, recibimos sólo un mensaje del primer ministro socialista dándonos la bienvenida, pero nada personal pues el gobierno socialista trató de mantener la guerra contra el fascismo tapada, bajo la alfombra, nada de recordatorios. 
 Para 1996 la historia fue diferente, luego que los socialistas fueron derrotados electoralmente varias organizaciones españolas celebran el 60 aniversario de 1936, invitando a 750 brigadistas internacionalistas. El parlamento español votó en favor de la celebración, incluso esta vez se pagó el pasaje de algunos veteranos que vivían en sus países en pobreza para que pudieran ser parte de esta celebración. En noviembre de 1996 más de 450 brigadistas, incluyendo 73 de Estados Unidos, y más de 1200 familiares de estos acudieron a la celebración. Esta vez el pueblo de España los recibió cálidamente, fueron momentos inolvidables y la gente más anciana recordaba a los brigadistas con lágrimas en los ojos mientras los jóvenes mostraban mucho respeto y admiración. Harry cuenta que en esta visita un estudiante español le pregunta el motivo que movió a los americanos a venir de un país rico a luchar con la gente pobre de España, y él le explica que la mayoría de la gente en su país era también pobre y que había entre ellos muchos antifascistas, que estaba orgulloso de la lucha que estaba dando el pueblo español, el primero que trató de detener a los fascistas con su propio esfuerzo. 
 A punto de terminar el manuscrito de su segundo libro, “Legacy”, Harry Fisher acude a una demostración contra la guerra y cae inconsciente el sábado 22 de marzo del año 2003, por corto rato en el hospital recupera su conciencia y recuerda que en ese mismo lugar (St. Vincent’s Hospital) fue atendido hace 70 años cuando fue herido por la policía en un piquete del sindicato. Fallece momentos después uno de los últimos combatientes internacionalistas de la Guerra Civil Española, tenía 92 años de edad. En 2013, a los 97 años de edad, fallece otro gran brigadista se trata de Jules Paivio canadiense, integrante del Batallón Mackenzie-Papineau. Paivio cruzó los Pirineos con sólo 19 años de edad para luchar en la guerra y siempre fue muy orgulloso de haber sido un combatiente. Dos años antes de fallecer España le había otorgado la ciudadanía española que él había solicitado, se la entregó el embajador español en Canadá en una ceremonia en Ottawa frente al monumento de los internacionalistas. Paivio, en silla de ruedas, agradece emocionado el reconocimiento de España, un reconocimiento que su país de nacimiento, Canadá, jamás le diera. El 28 de febrero del año 2016 fallece el último, quizás, veterano de las brigadas internacionalistas, Delmer Berg, también soldado por tres años durante la Segunda Guerra Mundial. Delmer, que vivía en un modesto pero muy lindo lugar en California en los faldeos de la Sierra Nevada, gozaba de total cordura hasta el último momento explicando sus experiencias de combatiente, tenía 100 años de edad. Todos ellos fueron activos críticos a la guerra y al fascismo, supieron disfrutar la vida a pesar de sus experiencias amargas, los recompensaba, sin duda, haber sido parte de una epopeya histórica y noble de honor y solidaridad. Su ejemplo es conmovedor y digno, pero no recibió reconocimiento oficial, ni de Estados Unidos ni de Canadá. Todo lo contrario, los brigadistas sufrieron siempre la desconfianza de quienes oficialmente “velan” por la “democracia,” los mismos que no desconfiaron nunca de los fascistas de ayer ni desconfían de los fascistas de hoy. Las memorias de los brigadistas internacionalistas se conservan en Estados Unidos y Canadá solamente gracias a las organizaciones que existen para honrar la memoria de esta hazaña suya tan transcendente. 
 En nuestros días tenemos conflicto en Dombass, Ucrania; fascistas y neonazis han cometido horribles crímenes contra ucranianos de habla rusa sin mayor disimulo por 8 años, y durante ese periodo han aparecido también brigadistas internacionalistas, por ejemplo la brigada Rubén Ruiz Ibarruri de la Caravana Antifascista de Banda Bassotti en apoyo de los habitantes de Dombass afectados. Ha habido también ciudadanos rusos que luchan allí en solidaridad, pero nuevamente muchos países occidentales simpatizando le han brindado abiertamente apoyo a los fascistas de Ucrania, tal como lo hicieron en el pasado. 
 Tres medios de comunicación canadiense a pesar del control y totalitarismo de la prensa de este país han denunciado el papel que han jugado las fuerzas armadas canadienses en entrenar al regimiento ucraniano neonazi Azov. Se trata de Radio-Canada, CTV y del diario Ottawa Citizen. Azov es responsable de crímenes contra ciudadanos ucranianos antifascistas, sexualmente diversos, estudiantes extranjeros y miembros del pueblo gitano de Ucrania. Canadá envió más de 1 millón de soldados a pelear contra el fascismo durante la Segunda Guerra Mundial, de ellos 43 mil murieron, 55 mil quedaron heridos, eran mayormente jóvenes. Canadá degrada su propia historia de la contribución de estos jóvenes que murieron o sufrieron enfrentando al fascismo. 
 Reyes, aristócratas, presidentes, secretarios de estado, políticos liberales con su ideología falsa abren las puertas al fascismo, mientras que los conservadores aseguran que los fascistas defienden sus “tradiciones” de discriminación y odio. Y quienes un día se vendieron como izquierdistas hoy se han ido por el embudo del oportunismo y la traición política. Todos aprueban la cruzada, ya no especialmente contra comunistas, socialistas u otros izquierdistas o minorías étnicas sino como parte de las fuerzas del imperialismo que representan al mundo occidental. 

 Mario R. Fernández | 13/06/2022

Petro, una victoria histórica


Con poco más del 98 por ciento de las mesas escrutadas se confirmó el triunfo de Gustavo Petro, candidato del Pacto Histórico, en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Colombia. Petro reunía el 50.51 por ciento de los votos contra 47.22 de su rival. Se trata de una victoria extraordinaria, de proyecciones no sólo nacionales sino continentales. Lo primero, porque se produce en un país sometido durante largas décadas al arbitrio de una de las derechas más brutales y sanguinarias de América Latina. El crepúsculo de su predominio se vislumbró en la primera vuelta electoral cuando el uribismo, como personificación de aquellas nefastas fuerzas políticas, no pudo siquiera garantizar que uno de sus varios candidatos pudiera llegar al balotaje. Por eso debieron recurrir a un personaje de opereta como Rodolfo Hernández, en quien volcaron todo su apoyo y trataron de presentarlo como si fuera un estadista cuando en realidad era un bufón, y fracasaron en su empeño. Los candidatos del Pacto Histórico debieron luchar contra un establishment que controla todos los resortes del poder en Colombia, y lograr derrotarlo. Un mérito que, sin duda, debe ser saludado por todas las fuerzas democráticas de Latinoamérica y el Caribe. 
 Decíamos también que se trata de una victoria de proyecciones continentales porque reafirma los vientos de cambio que retomaron brío en la región, luego de un breve interregno de la derecha, con la elección de Andrés Manuel López Obrador en México en Julio del 2018, seguida al año siguiente por las victorias de Alberto Fernández en Argentina y de Evo Morales en Bolivia, frustrada ésta última por la conspiración maquinada por la OEA, la Casa Blanca y la derecha fascista boliviana. No obstante, con la victoria de Luis Arce en 2020 se retomó el rumbo provisoriamente abandonado a causa del golpe y, posteriormente las victorias de Daniel Ortega en Nicaragua, Pedro Castillo en Perú, Xiomara Castro en Honduras y Gabriel Boric en Chile, a las que se suma la del Pacto Histórico en Colombia reafirmaron la voluntad de cambio que cada vez con más fuerza se respira en éste, el continente más desigual del planeta. Se constituye así un promisorio telón de fondo sobre el cual se librará la gran batalla de las elecciones presidenciales en el Brasil el próximo mes de octubre, donde todo parece indicar que Luiz Inacio “Lula” de Silva debería alzarse con la victoria. En ese caso tendríamos nuevamente una Latinoamérica mayoritariamente teñida de rojo -un rojo pálido, sin duda- pero rojo al fin y que abre las puertas para renovadas oleadas transformadoras.
 Obviamente la trágica historia colombiana nos obliga a ser cautos. Se supone que Petro debería asumir la presidencia el 7 de agosto, cuando se conmemora un nuevo aniversario de la batalla de Boyacá. Hay por lo tanto que remontar una cuesta de casi dos meses antes de que el candidato del Pacto Histórico se aposente en el Palacio de Nariño. La historia latinoamericana es pródiga en ejemplos de elecciones robadas, magnicidios y toda clase de estratagemas destinadas a burlar la voluntad mayoritaria de la población. No podemos olvidar lo ocurrido en Chile, cuando tras el triunfo de Salvador Allende el 4 de septiembre de 1970 la derecha se lanzó con todas sus fuerzas –con el enfático apoyo de Nixon desde la Casa Blanca- para impedir que el Congreso Pleno ratificara la victoria del candidato de la Unidad Popular. Y en ese afán no dudaron en asesinar a René Schneider Chereau, militar constitucionalista y ​​comandante en jefe del Ejército, que había manifestado la vocación legalista del arma. 
 En un país como Colombia, lastrado por una sucesión de “narcogobiernos” que forjaron una sólida alianza entre el paramilitarismo, el narco y los aparatos de seguridad del Estado no sería de extrañar la existencia de sectores ultraderechistas dispuestas a cualquier cosa con tal de impedir la asunción de Gustavo Petro y Francia Márquez y, de no ser eso posible, maniatarlo una vez en el cargo para que no pueda gobernar. No nos olvidemos que en términos sociopolíticos en los últimos años Colombia se convirtió en un protectorado norteamericano, con al menos siete bases militares de ese país instaladas en su territorio y sería ingenuo pensar que esta noche los oficiales estadounidenses estarán brindando por el triunfo de Petro. Por lo tanto, el Pacto Histórico tiene que redoblar su actitud de permanente vigilancia para evitar que su victoria sea birlada por la poderosa derecha colombiana –que controla la riqueza, el Poder Judicial y los grandes medios de comunicación - y sus patrocinadores establecidos en Washington. Y para ello será fundamental contar con “el otro poder” alternativo al del establishment: el pueblo consciente, organizado y movilizado. Lo peor que podría pasarle a la buena y noble gente nucleada en el Pacto sería pensar que la tarea ha concluido y que es hora de regresar a sus casas. Por eso es alentador saber que hace pocas horas Petro escribió en un tuit que “hoy es el día de las calles y las plazas”. Agregaría, no obstante, que de ahora en más todos los días deberán ser de calles y plazas porque es la única, exclusiva, garantía que tiene un gobierno popular. No es un consejo de este modesto analista sino la tesis central de Nicolás Maquiavelo al indagar sobre los fundamentos de la estabilidad política de los gobiernos populares. Ojalá que Petro, Francia y toda su gente tomen muy en cuenta lo que escribiera el padre de la ciencia política moderna. 

 Atilio A. Boron 
20 de junio de 2022

domingo, 19 de junio de 2022

Gran Bretaña autorizó la extradición de Julián Assange a Estados Unidos


Ensañamiento del imperialismo contra el periodista que documentó y denunció sus crímenes de guerra.

 La ministra del Interior de Reino Unido, Priti Patel, firmó la extradición a Estados Unidos del cofundador de WikiLeaks, Julian Assagne, donde lo espera una condena en aislamiento por casi dos siglos. Patel consideró que la extradición no sería "incompatible con los derechos humanos" de Assange y que mientras esté en Estados Unidos "será tratado adecuadamente". 
 Nadie debería sorprenderse por los estándares derecho humanistas de Patel: la Justicia y la ministra británica han confinado a Assange en condiciones espantosas en Belmarsh, una cárcel de máxima seguridad, retaceado su atención médica y psicológica y, en víspera del juicio, no le han permitido un contacto directo con sus abogados. 
 Assange es considerado una presa mayor por el imperialismo: el periodista australiano documentó la tortura y el asesinato de civiles desarmados publicando miles de documentos secretos sobre los crímenes de guerra de Estados Unidos y sus aliados contra la población civil en Irak, Afganistán y otras partes del mundo. No solo se comprobó cómo los yankies entrenaron a los militares y policías locales en tortura, interrogatorios y asesinato de civiles. Los documentos también develaron cómo discutían sus beneficios por la guerra grandes grupos empresarios. 
 En las últimas décadas creció el número de civiles que mueren en las guerras. En la Primera Guerra Mundial fueron alrededor del 5%. En la Segunda, el 66%. En la actualidad la proporción se sitúa entre el 80 y el 90% (Eric Hobsbawm, Guerra y paz en el siglo XXI). Los documentos publicados por WikiLeaks muestran cómo escuelas, mercados, aldeas, periodistas son objetivo militar. 
Desde entonces, Estados Unidos inició una persecución feroz para atrapar a Assange. Se lo acusa de violar la Ley de Espionaje, alegando que el material pone en peligro vidas de soldados y otras personas. 
 Estados Unidos contó con la complicidad de sus socios europeos para desprestigiar y agotar física y psicológicamente a Assange. Esto incluyó a los grandes medios de prensa que se hicieron eco de todo tipo de patrañas. A la “neutral” Suecia, que acompañó una falsa acusación de abuso a la integridad sexual -romper deliberadamente un condón- para ponerlo entre rejas. Tiempo después la acusadora denunció que fue apretada por la CIA y le cambiaron el texto de la acusación. Lenin Moreno, directamente lo entregó a los ingleses cuando lo echó de la embajada de Ecuador en Londres, donde estaba refugiado. La CIA no niega que está en sus planes asesinarlo. 
 Un juicio en Estados Unidos sería una simple farsa: sus defensores explicaron que sería juzgado en Alexandria, Virginia, sede las agencias de inteligencia. “El complejo judicial está a 15 millas de la sede de la CIA. El estado está poblado agentes del mismo sector cuyos abusos y crímenes expuso Julián”. Además, la redacción de la Ley de Espionaje prohíbe -en nombre de la seguridad nacional- que el acusado explique por qué publicó lo que publicó, lo que expuso y que no resultó en ningún daño físico. La mujer de Assange, la abogada Stella Morris, dijo el viernes que preparan la apelación y lucharán hasta el final para que no sea entregado. 
 La decisión de la Justicia británica va mucho más allá de Assange. Toda denuncia de los crímenes de Estado y los perpetrados por el imperialismo puede caer en el cedazo de la Ley de Espionaje yanky o -como ya ocurre- de las leyes antiterroristas.
 En realidad, Julián Assange puede considerarse como uno de los fundadores del periodismo de investigación moderno. A través de Wikileaks, mostró la factibilidad técnica de difundir, solo con una computadora, millares de documentos secretos facilitados por denunciantes secretos que filtran documentos del Estado o de las grandes empresas donde trabajan.
 Assange creó un modelo peligroso para los gobiernos, los militares, los servicios secretos y las empresas del gran capital. El objetivo de su persecución es amedrentar a las “gargantas profundas” y a los periodistas. El periodismo de investigación ingresa al Código Penal, como un grave delito contra la seguridad pública. 
 La guerra imperialista en curso es una nueva prueba de que los derechos democráticos y la libertad de prensa ya no tienen lugar en el ocaso del capitalismo ni con el estatuto de espantajo. 
 La autorización para que Assange sea extraditado despertó una ola de repudios en todo el mundo. Prácticamente todas las organizaciones de derechos humanos, desde Amnistía Internacional hasta Reporteros sin Fronteras, han demandado la inmediata liberación de Julián Assange. 
 La exigencia de la libertad de Assange debe ser parte de la campaña contra la guerra de la OTAN.

 Olga Cristóbal
 19/06/2022

sábado, 18 de junio de 2022

Hambre en Uruguay. Sin pan y sin paz en los barrios


Hay hambre en Uruguay: suena tan fuerte, como increíble. Es un país donde se produce alimento para 30 millones de personas, con una población de poco más de tres millones y donde hay casi cuatro vacas por persona. 
 La pandemia de covid-19 y la del gobierno neoliberal liderado por Luis Lacalle dejan al desnudo un sistema voraz e insaciable que deja a miles con la panza vacía. 

 ¿Y el pan para hoy? 

 En las últimas semanas empezaron a circular por medios de prensa, informes y noticias sobre casos de hambre y mala alimentación en centros educativos de Montevideo. Los titulares se esparcieron como pólvora y el debate se instaló en medios oficiales y redes sociales. La primera reacción del gobierno fue negar y desacreditar tales situaciones. 
 La vicepresidenta de la República, Beatriz Argimón, consideró al respecto que “estamos asistiendo a la construcción de un nuevo relato por parte de la oposición”. “Se llegó a hablar de hambruna, se llegó a hablar de fracaso en las últimas horas. Seguramente, en breve también alguien puede llegar a comer pasto, como se nos dijo alguna vez”, comentó el 18 de mayo en una rueda de prensa.
 La referencia a comer pasto es a la crisis del 2002. Un docente de esa época relató que conoció casos de gente que comía pasto en una especie de caldo del mismo. El caso resonó por todo el país e internacionalmente. La derecha desde allí se encargó sistemáticamente de que dicho episodio se convirtiera en un mito y una leyenda de mala fe por parte de la izquierda. 
 “Acá hay gente que, en lugar de buscar que los niños coman, busca salir en el diario”, dijo el consejero de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) Juan Gabito en el programa radial En perspectiva, con suma frivolidad. 

 Números fríos, realidad caliente 

 Según la encuestadora Cifra, un 52% de la población entiende que el desempleo aumentó, un 62% que la inseguridad aumentó y un 84% que la inflación también, pese a la sempiterna mueca-sonrisa de Lacalle.. 
 Un relevamiento de la Usina de Percepción Ciudadana, buscó recoger la opinión de la población sobre seguridad y hambre, y arrojó que la mayoría de la población entiende que el hambre y el desborde de la situación de la seguridad son una realidad palpable a diario.
 Frente a la pregunta sobre cuán de acuerdo está con la afirmación “Hay mucha gente pasando hambre en Uruguay”, 63% de la población estuvo de acuerdo o muy de acuerdo, mientras que 15% no estuvo de acuerdo ni en desacuerdo y 20% estuvo en desacuerdo. Dos por ciento no sabe o no contesta.
 Mientras el acuerdo con la frase alcanza a 75% en los sectores socioeconómicos bajos, en los sectores medios alcanza a 64% y en los altos a 55%. Las mujeres tienen un nivel de acuerdo mayor (71%) en relación a los hombres (55%).

 Seguridad pública 

 La inseguridad volvió a ser la principal preocupación de los uruguayos, según la última encuesta de Opción. La preocupación por el tema aumentó 11 puntos porcentuales en el último trimestre (pasó de 18% a 29%) y el mayor incremento se dio entre los votantes de la coalición multicolor de derecha, en el gobierno.
 Aunque si se suman las distintas temáticas consultadas, la realidad económica es la que más preocupa. Un 14% menciona la suba de precios, otro 14% el desempleo, 10% los bajos salarios y 9% la pobreza.
 La encuesta de la Usina de Percepción Ciudadana también consultó sobre la seguridad con la frase “La seguridad pública está desbordada”. Los resultados arrojan que 66% de la población se encuentra de acuerdo con la afirmación, mientras que 16% no está de acuerdo ni en desacuerdo y 16% está en desacuerdo. 2% no sabe o no contesta. 

 Dato mata relato 

 El sociólogo y director de opinión pública de la consultora Opción, Rafael Porzecanski, advierte en base a las últimas mediciones que el gobierno enfrenta “un trimestre complicado”. Ve “caída” en aprobación de Lacalle por encima de fluctuaciones habituales. “Una de las grandes piedras en el zapato del gobierno, y con la que le ha costado lidiar, es la tarifa de los combustibles”, opinó.
 La encuesta de Opción, consultó sobre de quién se cree que es la responsabilidad de los problemas económicos. Para casi la mitad de los encuestados, 48%, los problemas económicos mundiales son la principal causa de los que tiene el país; 27% cree que la responsabilidad es del gobierno, mientras que 17% la atribuye al gobierno previo. 
 El informe de Opción Consultores aclara que, por primera vez desde que se aplica esta pregunta (segundo trimestre de 2020), “quienes atribuyen mayor responsabilidad al gobierno actual superan a quienes atribuyen mayor responsabilidad al gobierno anterior”. 
 El oficialismo se ha parado siempre sobre dos pilares en su relato y justificación de acción de gobierno. La primera es echarle la culpa de todo al centroizquierdista Frente Amplio. Según dicha encuesta, esta táctica empieza a hacer agua. La segunda sigue más firme y es la de mostrarse indemne e indefenso ante las condiciones externas. 
 Es cierto que Uruguay es un punto en el concierto internacional y no gravita. Pero si todo es culpa del afuera, que entreguen la llave de la casa de gobierno y se dediquen a hacer negocios, que de eso saben. 

 Niega niega que algo quedará

 Como en el 2002, la coalición gobernante de derecha se escuda en las causas externas, que existen, pero no explican todo el panorama. La actitud pasiva del gobierno, como si se estuviera maniatado de pies y manos, no coincide con las sucesivas subas de combustible y los recortes en varias áreas del Estado.
 En el 2002 fue la aftosa, la corrida cambiaria en Argentina. Hoy la excusa exterior para ajustar a la interna es la pandemia y la guerra en Ucrania. La premisa es negar; como se negó a los niños que comían pasto en la última catástrofe socio-económica del país. Toda crítica es tomada como “traición a la patria” como diría una senadora incontinente y verborrágica. 
 Se pide “no poner palos en la rueda” desde el gobierno, pero el propio palo en la rueda son los gobiernos oligárquicos que condenan a otra generación al hambre, a la desnutrición, a desarrollarse en condiciones indignas, mientras las exportaciones no paran de engordar al gran empresariado.

 Nicolás Centurión. Licenciado en Psicología, Universidad de la República, Uruguay. Miembro de la Red Internacional de Cátedras, Instituciones y Personalidades sobre el estudio de la Deuda Pública (RICDP). Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)

Lacalle ante un silencio atronador: ¿dónde están los 197 desaparecidos?


«¿Dónde están? La verdad sigue secuestrada. Es responsabilidad del Estado»

 Tras dos años de ausencia por la pandemia, con actitud solemne y portando carteles con los rostros de las 197 víctimas de la dictadura cívico militar (1973-1985) cuyos destinos aún se desconocen, decenas de miles de personas recorrieron la principal avenida del centro de Montevideo en la llamada Marcha del Silencio, en repudio también a los intentos de la derecha por sepultar la historia y mantener la impunidad de los responsables.
 «¿Dónde están? La verdad sigue secuestrada. Es responsabilidad del Estado», rezaba una gigantesca pancarta a la cabeza de la vigesimoséptima procesión, que estuvo escoltada en todo el trayecto por dos cadenas humanas, impidiendo cualquier agresión de bandas derechistas o, incluso, de la policía. 
 La fecha conmemora el 20 de mayo de 1976, cuando fueron asesinados los legisladores uruguayos Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz y los militantes Rosario Barredo y William Whitelaw en Buenos Aires, y además desapareció el médico Manuel Liberoff. Al menos 200 uruguayos desaparecieron durante la dictadura, la gran mayoría en Argentina, en el marco del denominado Plan Cóndor que coordinaron los gobiernos militares en el Cono Sur. 
 Este año se encendieron las alarmas por el escaso avance de las causas por delitos de lesa humanidad y el proyecto de ley presentado por el ultradrechista Cabildo Abierto, integrante de la coalición del gobierno de Luis Lacalle, que busca otorgarle prisión domiciliaria a represores mayores de 65 años, tras fracasar en su intento de restaurar la ley de caducidad, normativa que impidió durante años enjuiciar a militares y policías por su rol en tiempos de dictadura. 
 Martín Fernández, abogado del Instituto de Estudios Legales y Sociales del Uruguay (IELSUR) advirtió que la situación casi no ha cambiado en los últimos tiempos. «Se han dado algunos procesamientos, pero a nivel general todo sigue igual. El gobierno, más allá de la coalición y de los partidos que la integran, tiene que tener un empuje significativo en las causas en relación a generar institucionalidad, la obligación de brindar datos y la búsqueda proactiva de los restos de los detenidos desaparecidos»
 Fernández grafica el lento avance de la justicia con una contundente sentencia de diciembre pasado de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) en el caso Maidanic contra Uruguay(por la desaparición forzada de Luis Eduardo González y de Osear Tassino, así como las presuntas ejecuciones extrajudiciales de Diana Maidanik, Laura Raggio y Silvia Reyes en el marco de la dictadura cívico militar). 
 «Pese a que Uruguay fue condenado la causa no se ha movido ni se han generado nuevas instancias. Esto habla un poco de cómo en general ha tomado el Estado uruguayo la sentencia de la Corte, que por otra parte tampoco ha convocado ni a familiares ni a sus representantes a generar un ámbito de intercambio para el cumplimiento de la sentencia. Eso genera bastante preocupación», explica Fernández, docente de Derecho Penal en la Universidad de la República.
 La Red Nacional de Sitios de Memoria manifestó su profunda preocupación por el resurgimiento de posturas negacionistas y relativistas de las gravísimas violaciones a los derechos humanos cometidas durante el período de actuación ilegítima del Estado y la última dictadura en Uruguay. 
 “Lacalle es muy sensible a la imagen que pueda dar hacia afuera, pero hay que mantener la presión porque del otro lado también la mantienen. Van a salir con otro proyecto y con otra ley, y mientras tanto los militares que podrían decir qué pasó y dónde enterraron los cuerpos se van a a seguir muriendo», dijo a la prensa argentina Elena Salgueiro, militante residente en París. 

 El silencio como protesta 

 Los uruguayos convirtieron el silencio en protesta. Los organizadores invitaron a todos y todas a portar fotos de las personas desaparecidas “para que sus miradas, sus rostros, sigan pidiendo verdad y justicia en el Uruguay”, sin importar el parentesco: “Todos somos familiares”. La marcha se replicó en cerca de medio centenar de localidades uruguayas. También, hubo convocatorias en Buenos Aires, Barcelona, Madrid, Londres y París. 
 El colectivo Imágenes del Silencio, que impulsó la celebración virtual de la marcha en medio de las restricciones sanitarias, distribuyó este año entre las personas asistentes unas 22.000 fotografías con los rostros de las víctimas de desapariciones forzosas. Cada foto contenía un código QR que conducía a la historia particular de la víctima. 
 Después de un paréntesis de dos años por la pandemia, una marea de gente volvió a inundar las calles el viernes en Uruguay no solo para recordar a las personas desaparecidas sino para exigir acciones para dar con su paradero. «Fue el Estado el que decidió y cometió estos crímenes. El que los mantiene ocultos hasta hoy», reclamó la organización Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos del Uruguay. 
 «La información detallada de todas las operaciones de las Fuerzas Armadas, brazo ejecutor del Terrorismo de Estado, las siguen teniendo en su poder, en sus archivos clasificados», agregó la organización 
 «Aquí hay gente viva que estuvo en los secuestros y no quiere decir la verdad. Nosotros queremos saber la verdad y que se haga justicia», dijo Chela Fontora, de la Asociación de Expresos Políticos Crisol. La activista de 75 años, que sostenía un cartel con la foto de una mujer «víctima de fusilamiento», celebró que cada año se sume «más gente joven» a la manifestación. 
 El silencio total que prevaleció durante todo el recorrido fue roto solo al final, cuando los nombres de las casi 200 personas desaparecidas fueron mencionados a través de parlantes instalados en las calles.
 Elena Zaffaroni, integrante de Madres y Familiares de Desaparecidos, expresó que la impunidad impera y reconociendo los esfuerzos y algunos avances bajo algunos gobiernos en la búsqueda y hallazgo de algunos cuerpos, señaló que es la sociedad civil la que abrumadoramente ha tomado la causa de Familiares y es la que se expresa en forma diversa y gana las calles los 20 de mayo.
 “Si uno mira en perspectiva de aquel puñado de Madres y Familiares que en los años 80 se reunía todos los viernes en la plaza Libertad a estas Marchas del Silencio, algo cambió en la sociedad uruguaya, pero no parece ser así en su institucionalidad, añadió.
 Las marchas dejan en claro que es el Estado es el que debe dar respuestas, con la entrega de los desaparecidos, la búsqueda de los archivos que contienen verdadera información -los documentos que son el corazón de los operativos y que son “clasificados”-, garantías en el camino de la verdad y la justicia y el cambio de las instituciones.
 “¿Para que las tenemos a las Fuerzas Armadas en un país de tres millones de habitantes? Me produjo mucha indignación y me parece una falta de respeto presentar en éste momento la ley creando “El día del soldado” y el mes del soldado, reconociendo la labor del servidor público que es, pero que no necesita armas para estar en las ollas populares, para estar en incendios o inundaciones, no precisamos toda esa cantidad de oficiales, de coroneles, de tenientes generales. ¿Para qué?”, preguntó Zaffaroni. 
 Al principio las madres buscaban a sus hijos, las esposas a sus compañeros, a sus hermanos y era como bien al inicio la desesperación por la vida de ellos –vivos los llevaron, vivos los queremos, era una de las consignas- y luego vino un manto de silencio de todos los años de la ley de caducidad que no sólo fue impunidad jurídica sino que hubo una intención de aislar y cerrar el tema, lograr que no hubiera una condena social. 

 Luvis Hochimín Pareja. Periodista uruguayo, analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE). 

martes, 14 de junio de 2022

Acerca de la reducción de la jornada laboral


Durante la semana pasada la jornada laboral ha sido motivo de debate en la prensa nacional e internacional. Entre las bravuconadas del candidato derechista a las elecciones de Colombia, Rodolfo Hernández Suárez, y el comienzo de los ensayos de semanas laborales “más cortas” en Inglaterra, los medios volvieron sobre el problema de la “productividad” del trabajo.

 Menos es más 

El lunes comenzaron en Reino Unido pruebas piloto, en alrededor de 70 empresas, de semanas laborales “más cortas”. El programa esta motorizado por las universidades de Cambridge y Oxford junto a la ONG “4 Day Week Global”. Aunque el programa se titula “cuatro días por semana”, el vocero principal de esta ONG, Andrew Barnes, plantea que el objetivo es trabajar menos horas los cinco días de la semana o reducir la semana de 5 días a 4. Países como Bélgica, aunque han reducido a cuatro días la semana laboral, han mantenido la carga horaria semanal en 40 hs. incumpliendo la “reducción horaria” (cincodias.elpais.com, 07/06). 
 La prueba piloto se basa en el modelo 100-80-100 “…100% de sueldo, con el 80% del tiempo de trabajo y manteniendo el 100% de efectividad” (elmundo.es, 06/07). Esto quiere decir que aunque los tiempos de la jornada de trabajo se reduzcan, la intensidad del mismo se perfeccionará. El mencionado Barnes explica de manera muy clara este aspecto de la iniciativa: las patronales “crearán” las condiciones para una mayor concentración en el trabajo garantizando “espacios laborales más silenciosos”. Por esto debemos entender que se fiscalizará que los trabajadores no tengan tiempos muertos psicológicos. 
 La iniciativa ya fue probada entre repartimientos de la administración pública de Islandia y en empresas de Canadá y Estados Unidos, entre otros. El objetivo es transformar un mayor tiempo libre para el trabajador en un elemento de la productividad del trabajo. La reducción del tiempo de trabajo no redunda en menos “estrés”. Por otro lado, en países como España y en empresas como Telefónica, la “adhesión” a estas iniciativas va acompañada de una reducción salarial. Como la reducción de la jornada tiene lugar con salarios bajos o sufren la depreciación por inflación, como sucede en Europa, el trabajador necesitará buscar un segundo trabajo. La panacea de la utilización “libre” del tiempo ocioso sigue siendo una quimera. El pasaje de una etapa deflacionaria a otra inflacionaria, facilita la reducción de los salarios en la práctica. Estamos ante ensayos para encarar el Covid de larga duración amenguando la necesidad de licenciar al personal en caso de contagios. El temor a infecciones en el ámbito laboral ha reducido la oferta de trabajo en Estados Unidos.
 La reducción de la jornada de trabajo a fines del siglo XIX y principios del XX fue una conquista de la clase obrera organizada. Las patronales debieron invertir en el desarrollo de tecnología (maquinarias y procesos de trabajo). Las cadenas de montaje y la maquinización de los movimientos fue la respuesta de las patronales a la reducción de la jornada de trabajo. 
 Bajo las condiciones del capitalismo, la reducción de la jornada laboral apunta, merced a la tecnología de producción y circulación, y por sobre todo, la de vigilancia, a compensar con una mayor intensidad la disminución de la extensión de la jornada. Es también una versión modificada del modelo del régimen laboral anualizado, que reparte el tiempo de trabajo de acuerdo a las oscilaciones de la demanda de inversión y consumo. En este caso, la empresa opera "normalmente" con personal fijo y aplica el contrato temporal, incluso diario, cuando, por esos motivos de mercado, necesita mayor número de trabajadores. Por cualquier lado que se lo mire, “el trabajo muerto” (o sea, el capital hundido en la producción) sigue dominando al “trabajo vivo” de los seres humanos, y el tiempo muerto (en las empresas) al trabajo libre desligado de la explotación.

 Catalina Rojo 
 14/06/2022

Bolivia condena a los golpistas con la cárcel


La expresidenta Jeanine Añez, sentenciada a 10 años de prisión. 
¿Y Macri y Bullrich, que enviaron gendarmes y armas para la represión dictatorial? 

 El Tribunal Primero de Sentencia de La Paz ha condenado a 10 años de cárcel a Jeanine Añez, la expresidenta que asumió tras el golpe contra Evo Morales y el desconocimiento de las elecciones que lo habían dado ganador. 
 También fueron condenados el exjefe del Estado Mayor Flavio Gustavo Arce, el excomandante Pastor Mendieta (Ejército), el excomandante de la Policía Yuri Calderón y el excomandante de las Fuerzas Armadas Williams Kaliman; los dos últimos están prófugos.
 El exinspector general de las Fuerzas Armadas Jorge Elmer Fernández Toranzo y el exjefe de Estado Mayor Sergio Orellana fueron condenados a cuatro años de cárcel, mientras que el excomandante del Ejército Jorge Pastor Mendieta a tres años de cárcel y el excomandante de la Armada almirante Flavio San Martín a dos años de cárcel. 
 Los exjefes general Gonzalo Terceros (Fuerza Aérea) y el almirante Palmiro Jarjury (Fuerzas Armadas) se declararon culpables previamente y se sometieron a un procedimiento abreviado siendo sentenciados a tres años de cárcel.
 La fiscalía había pedido quince años y las organizaciones campesinas treinta. Según la ley boliviana los que tengan condenas penales menores a tres años pueden ser excarcelados.
 El gobierno golpista que asumió en noviembre de 2019 se impuso con represión y terror. 40 muertos dejaron solamente las masacres contra el pueblo movilizado en Senkata y Sacaba. Y centenares de heridos y presos políticos.
 El gobierno golpista y fascistoide fue derrotado por una creciente resistencia campesina-popular que se impuso con una huelga general con piquetes y corte de rutas, obligando al poder a convocar elecciones. Donde fue finalmente aplastado por la contundente votación contra los candidatos golpistas y a favor del MAS de Evo Morales. El golpe había sido derrotado: menos de un año después de asumida, Añez y su séquito fueron desplazados del poder.
 El giro combativo de las masas bolivianas hundiendo la alternativa derechista fue un palazo contra la política de Trump y Bolsonaro de imponer gobiernos de fuerza contra los trabajadores en toda América Latina. Se inscribe decisivamente en los procesos de levantamientos populares que recorren el continente. 
 En este campo golpista estuvieron también el expresidente argentino Macri y su ministra de Defensa, Patricia Bullrich, que colaboraron con el envió “clandestino” (se conoció meses más tarde) de gendarmes y armas a granel en apoyo al gobierno de Añez. Se rumorea que una parte de ese envío fue para armar a los grupos fascistoides paramilitares que se pusieron en práctica. Por esta razón están siendo investigados estos exaltos funcionarios, que se visten todo el tiempo con el ropaje de defensores de las “democracias”. 
 Detrás de las sentencias de este juicio, tienen que procesarse todavía el accionar represivo y delictivo (las masacres contra el pueblo trabajador, la corrupción, etc.) de Añez y sus verdugos militares. El reclamo popular es que se extiendan estos juicios y sus sentencias a los cómplices empresariales, políticos y eclesiásticos que fomentaron activamente el golpe. En particular, Luis Camacho, actual gobernador del Departamento de Santa Cruz, que se hizo mundialmente famoso por televisarse ocupando la casa de gobierno con una cruz y la biblia en la mano, agradeciendo –con una prédica racista contra los campesinos e indígenas- por haberla recuperado para el catolicismo. Y junto con él, numerosos activos dirigentes políticos golpistas (como Mesa).
 Internacionalmente, el imperialismo viene desarrollando una campaña política derechohumanista en defensa de Añez y los militares represores, acusando al juicio de manipulación política por el gobierno de Arce. 
 Almagro, secretario general de la OEA, fue acusado por un activista hace unos días en un escándalo público, cuando hablaba en la Cumbre de las Américas, de haber colaborado con el golpe y el gobierno golpista.
 Se presupone, bastante fehacientemente, que el jefe de Policía y el comandante en jefe del Ejército, que se fugaron, están residiendo en los EEUU. ¿Biden los extraditará para que cumplan con la sentencia dictada legalmente por tribunales bolivianos? 
 Los medios de difusión y propaganda imperialistas han lanzado una campaña contra esta sentencia elemental. Menor en intensidad a la que ahora desarrollan a favor de la guerra de Ucrania en defensa de la democracia. El diario Clarín, por ejemplo, haciéndose eco de las agencias informativas imperialistas, habla de “presunto golpe”, de “presunto fraude”, de “vacío de poder”, para deslegitimar la sentencia contra Añez y los represores golpistas.
 Se informan de diversas gestiones que se realizan sobre la Unión Europea, las Naciones Unidas, entre otros, para anular esta sentencia. La derecha boliviana nucleada en un Comité Nacional en Defensa de la Democracia” (Conade) ha llamado a movilizarse contra la condena y el gobierno. Integrado por la totalidad de los cómplices del golpe, han puesto sus “barbas en remojo”.
 Esta situación boliviana se suma al conjunto de factores que han llevado, en gran medida, al fracaso de la “Cumbre de las Américas”.
 Para las masas trabajadoras de Bolivia se trata de defender estas condenas contra la intromisión imperialista y desarrollar estos juicios hasta el final. La dirección del MAS no puede garantizar que esto finalmente ocurra. No nos olvidemos que la mayor parte de la dirección del MAS dio un paso atrás cuando se produjo el golpe. O incluso traicionó apoyándolo: como fue el caso de Juan Carlos Huarachi, dirigente de la central obrera (COB) quién en noviembre del 2019, llamó a Evo Morales a que presente su renuncia para “pacificar” el país y se negó a organizar la resistencia de la masa campesina y obrera al golpe; y terminó integrándose como funcionario al mismo. Recién presentó su renuncia cuando fue visible la reorganización de la lucha popular contra el golpe. 
 Ahora Huarachi, frente a retrasos salariales y el avance del trabajo en negro y precarizado, ha declarado: “Estamos ratificando una vez más un compromiso de que los trabajadores vamos a garantizar la estabilidad política de nuestro país y gobierno. Hemos pedido al presidente que si los obreros garantizamos la estabilidad política, él está en la obligación de garantizar la estabilidad económica”. Impone nuevamente una tregua social con el sacrificio de los trabajadores. 

 Rafael Santos