sábado, 15 de octubre de 2016

Más de 100 mujeres uruguayas en el XXXI Encuentro Nacional de Mujeres en Argentina




El pasado fin de semana largo se realizó el XXI Encuentro Nacional de Mujeres en la Ciudad de Rosario, Provincia de Santa Fe, Argentina, donde más de 60,000 mujeres participaron. Entre ellas, un poco más de 100 mujeres viajaron desde Uruguay para ser parte de este importante acontecimiento.

Este año, así como aumentaron exponencialmente las delegaciones de las distintas provincias argentinas, también pegó un salto importante la participación de las mujeres uruguayas en los Encuentros de Argentina. Si los años anteriores las que “cruzaban el charco” eran no más de 30 o 40 mujeres que lo hacían dispersas y en pequeños grupos, esta vez la delegación superó las 100 mujeres: dos ómnibus salieron desde Montevideo - aunque algunas de las mujeres venían desde Maldonado y Canelones – y otro grupo viajó desde Colonia.
Estas mujeres, pertenecientes a distintos colectivos y agrupaciones feministas, se organizaron previamente para juntar dinero y costear el viaje, y con mucho entusiasmo decidieron viajar más de 10 horas hasta llegar a la Ciudad de Rosario. Allí las esperaban decenas de miles de mujeres, muchos talleres con temas interesantes y un fin de semana de ricas experiencias, reflexiones e ideas para compartir a la vuelta.

“Ahora vamos por nuestro Encuentro”

Ya en el viaje de regreso, además de contar miles de anécdotas, la reflexión y el deseo compartido era la necesidad de hacer un Encuentro en Uruguay para enfrentar los feminicidios, para organizar las alertas ante cada caso de violencia machista, para denunciar las falencias de la legislación sobre el aborto, para liberar a las mujeres presas por abortar, para exigir igualdad en los trabajos y luchar por todos nuestros derechos. “Ahora vamos por nuestro Encuentro” se repetía en los asientos de ambos ómnibus. Algunas inclusive planteaban que el mismo debía ser independiente del Estado y de los partidos tradicionales. Ojalá podamos hacerlo realidad.
La Izquierda Diario realizó una amplia cobertura del mismo, informando minuto a minuto las reflexiones que se daban en los distintos talleres, las conclusiones que se redactaron para la lectura final, los debates y principales posturas, y los problemas que hubo para la votación de la nueva sede del Encuentro para el año que viene, que se puede consultar aquí yaquí.
En esta nota, queremos reflejar los comentarios y reflexiones de quienes “cruzaron el charco”, muchas de ellas por primera vez, y con alegría nos contaron por qué viajaron hasta Rosario y qué se llevaron de vuelta para Uruguay.

Uruguayas en Rosario, Argentina

Camila, estudiante de Ciencias de la Educación, UdeLaR: “Decidí venir al Encuentro porque siempre se aprende mucho de este tipo de actividades, para conocer otras realidades que muchas veces nos rodean y no nos damos cuenta, para aprender de la experiencia de otras mujeres. Considero que hay que valorar el espacio de discusión y reflexión como parte importante de la democracia entre mujeres, ya que en los mismos no hay intermediarios, sino que son las propias mujeres las que hablan y construyen cada tema a tratar. Me traigo a Uruguay las ganas de hacer nuestro propio Encuentro, que si bien nuestra realidad no es muy diferente a la de Argentina y a otros países latinoamericanos, precisamos que la discusión se dé acá también.
Creo que habría que hacer un Encuentro Nacional de cada país latinoamericano y también un Encuentro Latinoamericano. Me parece también que podemos aprender de los treinta y un años de Encuentros en Argentina, para establecer algunos criterios, tales como qué tipo de encuentros se quiere tener, cómo se decide la sede para el próximo año, si se vota o no se vota,antes de la realización de nuestro propio Encuentro. Y también definir, en caso de que se hiciera una marcha, cómo queremos marchar.
Leticia, Psicóloga, UdeLaR: “Nunca asistí a ningún encuentro de este tipo y me interesaba participar de un movimiento de mujeres que se uniera contra la violencia machista y contra el capitalismo en el reclamo de sus derechos. Los talleres a los que asistí fueron muy movilizantes, con historias de vida muy duras, como el tema de la trata de personas. Lo que sucede en los talleres es como un sentido de comunidad, porque aunque no sea tu historia como mujer la haces propia. Y creo que eso está buenísimo porque es lo que le da sentido a la lucha. No hay forma de mirar para el costado. Lo que me llevo es la convicción de que las mujeres organizadas tenemos un potencial

Karina Rojas
Montevideo

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