sábado, 1 de octubre de 2016

Los comunistas no buscamos extender la vida del capital ni oxigenarlo.




XXV entrega

Retomo esta columna que tiene ya un año y que entiendo sigue siendo hoy un aspecto de intercambio y debate con compañeros, amigos y camaradas:

Hace algún tiempo no mucho lo compartía en algunos grupos, entiendo que en estas horas hay aspectos que son comunes en términos de consecuencias, es decir producto del abandono del materialismo dialéctico y del materialismo histórico, este lleva sin dudas a perder de vista el tema del PODER y del ESTADO, entre muchas otras cosas:
En estas horas que corren, viejos fenómenos no resueltos afloran con nuevas formas, en el fondo no dejan de ser los mismos antagonismos. El ideario socialdemócrata ha estado siempre unido y en lucha con la concepción revolucionaria (marxismo-leninismo), Plejanov, Eduard Bernstein, Carl Kausky y otros, de algún modo son las figuras más trascendentes, mucho después aparecerá Willy Brandt y en el campo de los comunistas aparecerá el Eurocomunismo, con figuras emblemático como Althusser, Poulantza Carrillo. De lo que trataba y trata en definitiva es de “mellar” el filo revolucionario, subversivo y conspirativo del marxismo-leninismo, es decir estos últimos citados son los vulgarizadores del materialismo dialéctico. Todos ellos y otros, García Linera, vicepresidente de Bolivia hoy, con discursos “novedosos” sobre el tránsito pacífico y las supuestas vías para llegar al socialismo cobraron vigencia desde la mitad del siglo XX, no es de extrañar entonces que también el histórico XX Congreso del PCUS operó en beneficio de estos “sofistas” de la revolución.
La coexistencia pacífica no es un aspecto menor, es la conclusión a la que llega el “viejo” y remozado ideario socialdemócrata. También en Uruguay buena parte de estos ejes se anudarían a una orientación errática, son ya muchos los años en que la supuesta ascensión al Poder estaba vinculada al Gobierno, casi como un “peaje” para la toma del Poder. De él se desprende la “ingeniosa” consigna que se la conoce también como expresión táctica “avanzar en democracia”, es decir la “vía” pacífica hacia la toma de Poder.
Por cierto tal formulación, primero que todo y antes que nada, debe someterse a las categorías de análisis. Esta formulación revisionista aun hoy está en boga, claro que para ello debía y debe hacer un “driblen” o una “moña fugas” a las categorías dialécticas. Esta y otras formulaciones inocuas han sido sostenidas de este modo, por ejemplo: democracia sin formular nunca el contenido de clase de la misma, de manera que la expresión “avanzar en democracia” pueda ser sostenida. En caso de formular el contenido de clase, ella sería inviable desde su misma enunciación. Para sostener este planteo hacía falta darle rigor argumental, se lo hace desde la política, desconociendo que la política es solo un polo de la contradicción, unido y en lucha (primera ley de la dialéctica y la más importante) está el otro polo de la contradicción, que es la ideología. La ideología es un cuerpo teórico, el cual no se puede amputar, es decir consta de: teoría de clase (la historia de toda la humanidad ha sido hasta el presente, la historia de la lucha de clases), la economía política y el método.
El marxismo leninismo es la concepción del mundo y del hombre expresivo de los intereses del proletariado, la principal clase explotada. Sus fundamentos están en la ciencia y la racionalidad. A más de un siglo de la desaparición de los históricos, mantiene su frescura y vigencia dada por la propia existencia del sistema capitalista, contra el que nace y se desarrolla hasta ser patrimonio de la humanidad. Defender su frescura subversiva y revolucionaria, implica revalorizar la actividad de hombre como hacedor de la historia, contra el mecanicismo que todo lo deja librado a las famosas condiciones objetivas, la importancia del marxismo leninismo se centra en el ensamble del método y del sistema, en la acción cognoscitiva (el método) y en la acción transformadora (praxis) interrelacionadas. Su concepción es abierta al continuo enriquecimiento teórico práctico, en pos de la compleja interacción existente en la realidad; es una filosofía de las relaciones, negadora de las definiciones congeladas, del pensamiento separado de lo concreto. Reivindica la lucha ideológica que combina la polémica teórica, la confrontación política y el quehacer organizativo. Rechaza el empirismo subvalorizante de la teoría y el academicismo desligado de la práctica.
Mucho se ha insistido sobre estas cuestiones y mucho también ha aportado el materialismo histórico, es decir hay sobrada literatura sobre el mismo.
Algunos ejemplos históricos y aun ejemplos actuales han intentado manejar y orientar a las grandes masas con respectos a una suerte de “capitalismo humano o bueno”, en función de quien administra el gobierno, formulaciones sin ningún fundamento han sido lanzado a la “brega” política como ser: Socialismo del siglo XXI.
En síntesis producto del agotamiento de partidos exponente y representante de la clase dominante han generado fenómenos nuevos, irrupciones y movilizaciones que han dado vida pública y también política a novedosas expresiones, cuyo objetivo es transformarse en catalizadores del reclamo de las masas, este es el caso en Grecia de Syriza y España con Podemos.
Aun hoy hay compañeros y también camaradas que esgrimen algún ejemplo “trasnochado” sobre el Poder y el Estado. De tal confusión surge el fenómeno “vías”, todo ello para introducir la supuesta vía del tránsito pacifico, algunos apelan al ejemplo húngaro o checoslovaco, no faltara quien mencione a Venezuela o incluso Bolivia, Ecuador.
Estos aspecto políticos-ideológico, he incluso la situación que vive hoy Grecia motivan esta opinión (recuerdo que este material es del año pasado).
Por cierto no se puede o no se debe ver la historia por capítulos, la historia es la concatenación de hechos y sucesos vinculado a la contradicción y toda la vida es una contradicción.
Desde el punto de vista dialéctico hay que ubicar las contradicciones, la fundamental y la principal. El modo de resolución de la contradicción fundamental. Esta es de carácter antagónico e irreconciliable, arranca en el principio y termina en el final. La contradicción fundamental está en la base misma del Modo de Producción, este modo de producción se le conoce como capitalista, en tanto el capital determina la relación. Su antagonismo parte de la contradicción entre Capital-Trabajo, de la que surge: producción social y apropiación privada. No se puede entender este fenómeno sin entender el papel del Estado como órgano coercitivo de una clase sobre la otra, desde luego estamos hablando del Poder y esté en manos de una clase, es decir de la Burguesía, cuyo instrumento u órgano es el Estado. Por tanto en el inicio o principio arranca la contradicción fundamental, ella es superada dialécticamente, termina en el final, el final es la resolución del viejo modo de producción, es el nuevo Estado, es una nueva relación de Poder y es la superación dialéctica la contradicción, por cierto estamos hablando de un nuevo Modo de Producción.
La dialéctica es la ciencia del desarrollo y el movimiento. El desarrollo y el movimiento está ligado a la contradicción, por ello se puede afirmar que la vida es una contradicción, desde luego la sociedad y en ella el hombre/mujer.
Para entender esto “fenómenos” por llamarlos de algún modo, hay leyes fundamentales que rigen, marcan el desarrollo, son leyes generales.
La lucha de masas, la lucha de la clase obrera y sus formas son aspectos necesarios a ser analizados ¿para qué? podría decir algún desprevenido. Para generalizarlas. La generalización genera la ley y esta a su vez se eleva al grado de teoría. Inferir que desde la particularidad existe la posibilidad de que este se transforme en verdad es realmente una forma de vulgarización del materialismo dialéctico. La categoría de análisis es de lo general a lo particular. Un ejemplo aislado o aun varios, no son argumentos válidos para sostener “taxativamente” que es posible sostener este camino como una “vía” posible.
Desde luego que hay otros factores que también es importante mencionar, la burguesía como clase maduro, ya no es la burguesía naciente del siglo XVI o incluso la misma burguesía de principio del siglo XX. Hoy para la burguesía no es un problema que gobierne una fuerza política de izquierda (aun sin mencionar el contenido de clase) no, ya no es un problema. Puede la izquierda gobernar un país, puede gobernar para la burguesía sin ningún inconveniente, maduro la burguesía.
Claro puede algún camarada decirme “si pero no gobierna una fuerza política funcional a la clase obrera, porque entonces sería diferente”. Pero bueno lo que está en juego es el Poder, el poder no se gana en elecciones por más libres que esta sean, se podrá ganar el gobierno, pero el Poder es otra cosa. El Poder se toma, se arrebata y la resolución de la contradicción fundamental y por tanto antagónica e irreconciliable, es violenta. Es la muerte de lo viejo y el nacimiento de lo nuevo, es la tercera ley de la dialéctica, es la negación de la negación.
No hay vías, hay vía. Acá no vale la particularidad, el fenómeno aislado no es ley. Termino afirmando a la luz del materialismo histórico, a la luz del materialismo dialéctico, lo improbable, no es probable. No es azar, no es fenomenología, no es metafísica. Es acción consciente, voluntaria y siempre es de masas, las masas hacen la revolución y digo más, masas en concreto es decir CLASE OBRERA. Hay fenómenos históricos que bien se pueden analizar a la luz del materialismo dialéctico e histórico, se puede y se debe.

Osbaldo Zuñiga

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