domingo, 8 de julio de 2012
Declaración por la construcción de la unidad popular
En tiempos del imperialismo, enemigo de la humanidad, éste no cesa en utilizar cualquier método de opresión y explotación contra los pueblos, sobresaliendo la profunda crisis en la cual está sumido, en una política de agresión e intervención militar genocida como lo ejemplifica las aventuras guerreristas y terroristas del imperialismo yanqui y de la OTAN en Irak, Afganistán, Libia, Siria, Palestina, Colombia, etc. El imperialismo aumenta su presencia militar, en connivencia con los gobiernos al servicio del gran capital, en aquellas regiones en las que saquean los recursos naturales y depredan el ambiente, como por ejemplo en América del Sur y el Atlántico Sur.
Una banca internacional parasitaria que no cesa de expoliar a los trabajadores sin diferencias de continentes como sucede en Grecia, España; Portugal, Italia, Irlanda, etc.; intentando hacer pagar a los sectores populares por los efectos de la crisis económica internacional y los desatinos de una burguesía en descomposición.
En una América Latina, donde la lucha de los pueblos desarrollan diversos caminos y métodos por legítimos reclamos, donde surgieron gobiernos que en distinto grado han tomado medidas antiimperialistas como en Venezuela, Ecuador y Bolivia sufren el hostigamiento imperial y el criminal bloqueo yanqui no doblega a la digna Revolución Cubana; en nuestro país , el gobierno seudo progresista ha optado por el camino de la entrega y la sumisión al capital financiero internacional. Revisada la ideología revolucionaria, y empeñados en “humanizar el capitalismo”, se han sumergido en la charca del oportunismo político del “tanto te digo una cosa como te digo la otra”, por lo que el negociado y la corrupción (IMM-Casinos-PLUNA-Zonas Francas) es el destino de una fuerza política en retroceso del favor popular y crecientes síntomas de deterioro.
Tras siete años de gobierno seudo progresista del oportunismo los grandes capitalistas son más ricos y los trabajadores y el pueblo son más explotados, y los recursos naturales se entregan a las multinacionales. Esta aseveración se fundamenta en los estudios surgidos del propio campo seudo progresista. Se mantienen los ejes centrales del régimen de acumulación de capital que predominaron a lo largo de las tres últimas décadas: centralización y concentración del capital, valorización financiera, endeudamiento externo, liberalización comercial, ventajas fiscales a los empresarios locales y extranjeros, zonas francas, privatizaciones, extranjerización de la tierra(4 millones de hectáreas o sea el 25,6% de la tierra en manos de extranjeros, mientras que el 40% de los productores más pequeños apenas tienen el 2% de la tierra).
En resumen: como proyecto de la oligarquía y el imperialismo, el programa económico del gobierno del Frente Amplio no está vinculado a una perspectiva de desarrollo que beneficie a los trabajadores y el pueblo. Es decir, a la clase y a quienes realmente producen la riqueza en la sociedad.
Se mantiene el empleo precario (120 mil desempleados, 80 mil nuevos empleos de baja calidad y empleos “chatarra” para los jóvenes y mujeres. Más del 30% de los empleos en la informalidad (condiciones de máxima explotación y mínima protección del trabajador), más de medio millón de trabajadores sin cobertura social y 140 mil en categoría de “subempleados”. Otros tantos miles en las filas de tercerizados (subcontratistas de grandes capitales privados y empresas públicas que han privatizado una parte de sus servicios y funciones permanentes). A los que debe sumarse la precariedad en ramas que alimentan continuamente el seguro de paro, elevando la tasa de desempleo nacional. Se utilizan los recursos colectivos de la seguridad social en beneficio de los empresarios, perjudicando tanto a actuales jubilados y pensionistas como a los actuales trabajadores que luego deberán entrar en esa etapa de retiro de la actividad laboral .Mientras tanto, las condiciones de sobre-explotación se agravan para los trabajadores rurales, de la forestación, del comercio minorista, de los supermercados, de las grandes cadenas de tiendas, de las empresas de limpieza y seguridad, de las empleadas “domésticas”, de los clasificadores, de los niños-trabajadores, etc.
Una masa importantísima de la clase trabajadora no llega ni siquiera a la cuarta parte de la canasta familiar, de $46.000, mientras el salario medio nacional, es $11.724.
Más de 650.000 trabajadores (del millón y medio ocupado) tienen un ingreso menor a $10.000. De ellos, un 13% se encuentra por debajo de la “línea de pobreza”. Mientras que este nivel de pobreza alcanza al 67% de los trabajadores “informales”.
Más de 400.000 trabajadores reciben el salario mínimo, o sea, están en el límite de un salario considerado “sumergido” de 7.200.=.
La fuerza de trabajo está descalificada. El país vive una gravísima “crisis educativa”. La educación, tanto como la formación profesional, atañe a la valorización de la fuerza social del trabajo.
Cuando el 75% de las personas mayores de 15 años no terminó la enseñanza secundaria, cuando el 45% no terminó tampoco los tres primeros años de liceo ni enseñanza técnica, cuando alrededor de 100.000 jóvenes (23,6% del total) “no dedican su tiempo a algo productivo”, es decir, no trabajan ni estudian, o cuando cerca del 25% de los trabajadores no tienen ninguna formación profesional, se está desvalorizando el proceso de reproducción social de la fuerza de trabajo.
En definitiva, el sistema educativo uruguayo presenta una estructura totalmente funcional al objetivo de servir fielmente los dictados del mercado, del gran capital. Fuerte centralización en la toma de decisiones políticas, creciente fragmentación del sistema, creciente flexibilización laboral, y apertura a los negocios privados de todo tipo. Por tanto, se favorece la descalificación de la fuerza de trabajo, su abaratamiento. Este proceso que se viene agudizando con la continuidad de las políticas neoliberales del seudo progresismo (diseñadas e indicadas por sus amos) no hace otra cosa que favorecer a los grandes capitalistas y a los monopolios imperialistas que demandan un “menor costo laboral” y mayores facilidades para la explotación del trabajo asalariado.
La reducción en casi diez puntos en los índices de pobreza, no alcanzó al “núcleo duro” de pobres. Según el Instituto Nacional de Alimentación (INDA), 100.000 familias (equivalente a 375.000 personas, es decir alrededor del 10% de la población total del país), se encuentran "con graves problemas de alimentación". Es decir, dependen del "asistencialismo focalizado" para comer una ración mínima.
Esta pobreza de masas que se extiende a toda la geografía, tiene su foto más amarga en el crecimiento de los “asentamientos irregulares” donde se alojan más de 250.000 personas. Los “asentamientos irregulares” pasaron de 375 a 412, albergando a un 10% de los habitantes de la capital.
En estos cinturones de miseria se concentra la mayor parte de los jóvenes pobres y desempleados, y los 20.000 niños (de los más de 35.000 que salen todos los días a trabajar) que sobreviven de la basura, sufriendo “una de las peores formas de trabajo infantil”. Es allí también, donde habitan la mayoría de las 15.000 familias que han encontrado en la clasificación de la basura su único medio laboral de subsistencia.
Las consecuencias “colaterales” de este verdadero proceso de “desafiliación social” están a la vista: marginación, mendicidad, insalubridad, desnutrición, analfabetismo funcional, prostitución, drogadicción. Las causas de esa “minoridad infractora” que se quiere reprimir todavía más, se encuentran en este paisaje desolador. En marzo del 2005 había cinco mil presos, hoy llegan a 9195. Un aumento de casi el 100%.
Esta dramática realidad social que sufre el proletariado, tiene su impúdica contracara en las clases dominantes, que se enriquecen cada vez más. Beneficiándose, primero que nadie, de la “bonanza económica”. Es decir, apropiándose de la riqueza que produce la clase trabajadora y el pueblo. Más del 50% del Producto Interno Bruto (PIB) acumulado entre 2004-2010 (período de mayor “crecimiento” de la producción uruguaya en los últimos 40 años), fue a parar a los bolsillos de las “rentas del capital”. O sea, a las cuentas bancarias de los grandes burgueses. Ensanchando así la brecha de la desigualdad social. Al punto que la participación de la masa salarial en el conjunto del PIB sigue en caída libre y se ubica en apenas un 24%, el porcentaje más bajo de los últimos 20 años. Hoy el 20% más rico se apropia del 47% de la riqueza nacional mientras que el 20% más pobre se debe conformar con apenas el 5%”.
Siete años después del arribo del Frente Amplio al gobierno y pese a “todas las mejoras alcanzadas”, el “modelo de sociedad” se mantiene intacto y, por tanto, “tremendamente injusto”. Todo un balance del oportunismo en el gobierno y en la mayoría de las direcciones del PIT-CNT, la FEUU, ONAJPU y FUCVAM que habiendo renegado de sus programas fundacionales, son cómplices de la política del gobierno seudo progresista que se ha aliado mediante un pacto de unidad nacional con la derecha tradicional y se han convertido en fieles laderos de los intereses imperiales y de las transnacionales. Un sindicalismo colaboracionista y cómplice, por acción u omisión en la represión a la protesta organizada.
El programa fundacional, abandonado por el seudo progresismo, mantiene total vigencia, sustentado en los ejes programáticos históricos de la liberación nacional y social:
Ruptura de todo tipo de lazos con el imperialismo
Deuda externa-medidas previas hacia su desconocimiento, moratoria y auditoría Nacionalización de la banca
Reforma Agraria, moratoria a la utilización de la tierra en el monocultivo forestal y el de soja, la tierra para el que la trabaje
Contra todas las Privatizaciones
Estatización de todos los Puertos y Aeropuertos del país
Nacionalización del comercio exterior
Nacionalización de los frigoríficos y las principales industrias, desarrollo de las industrias del Estado, defensa de la industria nacional
No a la Mega minería a cielo abierto
Redistribución del ingreso en favor de las mayorías
Salarios y jubilaciones ligadas a la canasta familiar
No a las AFAPS. Jubilaciones Dignas
No al Sistema Integrado, Por un Sistema Estatal, Único de Salud
Trabajo Digno Para Todos
6% para la Educación Pública y salarios dignos para los docentes
Reforma Impositiva que grave fuertemente a la riqueza
Rebaja inmediata de los alquileres – Construcción de Viviendas populares
Especial atención a la situación social: seguridad social, salud, educación, cultura y vivienda.
Lucha intransigente contra la impunidad de los terroristas de la dictadura militar.
Estas legítimas demandas populares son parte de un programa de liberación nacional y social que junto al pueblo construiremos en medio de la participación y la lucha.
Para nosotros, integrantes de las filas del pueblo que provienen de todas las colectividades políticas y principalmente militantes de la izquierda clasista y revolucionaria, hemos decidido la creación de una alternativa popular Por la Liberación Nacional y el Socialismo, que incluya a trabajadores de la ciudad y el campo, a pequeños productores (campesinos) que trabajan su tierra, a estudiantes y retirados de la actividad laboral.
Esta tarea incluye los frentes de lucha social y político, de acción política permanente, incidiendo con la modestia de nuestras fuerzas, en la lucha de clases cotidiana, siempre a favor de los trabajadores junto al pueblo y una fuerza programática que también se pueda expresar en lo electoral, que aglutine a las mayorías, hoy históricamente postergadas y en estos años burlada y traicionada por el seudo progresismo.
El logro de estos objetivos, pasa en esta coyuntura por la construcción de la unidad popular, cuyo germen se encuentra en las coordinaciones clasistas por la defensa de la independencia de clase en el movimiento obrero y las distintas coordinaciones políticas en la izquierda de lucha por el Socialismo, revirtiendo una objetiva fragmentación del espacio. Esta tarea de construcción de la unidad popular, es una tarea en la cual nos sentimos comprometidos, abierta a las filas del pueblo, aspirando a la incorporación de nuevos agrupamientos políticos, organizaciones sociales y ciudadanos comprometidos con la justicia social y la defensa de los recursos naturales y los medios de producción. Somos conscientes del desafío de la hora, dispuestos a superar todas las trabas, pues intereses superiores a los legítimos objetivos de nuestras organizaciones reclaman lo mejor de cada uno de nosotros para abrir un cauce de unidad para luchar.
Contra el imperialismo capitalista, enemigo de la humanidad.
Contra el gobierno de unidad nacional, formado por el Frente Amplio y los partidos tradicionales, personeros de los intereses del gran capital
Por la Unidad para luchar
Por la construcción de la unidad popular
POR LA LIBERACION NACIONAL Y EL SOCIALISMO
PORQUE CON ARTIGAS PROCLAMAMOS:
¡¡LA CAUSA DE LOS PUEBLOS NO ADMITE LA MENOR DEMORA!!
29 de Junio de 2012
www.radio36.com.uy
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