sábado, 29 de abril de 2017

Primera huelga general en décadas muestra la impresionante fuerza de los trabajadores de Brasil




El paro de trabajadores contra el ajuste del gobierno fue histórico, pese al denodado esfuerzo de los grandes medios brasileros por minimizarlo.

La paralización en el sector del transporte que vimos este viernes 28 fue posiblemente la más grande y extendida de la historia brasileña. Las terminales, paradas de colectivos, micros y subterráneos se encontraban desiertas. En la educación, ya sea en escuelas municipales, estaduales, privadas, universidades públicas o privadas, se vieron las aulas vacías y se sintió el apoyo de la comunidad educativa a los profesores. La paralización del transporte fue clave para que otros sectores adhieran a la huelga e incluso el comercio en muchas ciudades cerró porque no había gente en las calles.
Los bancos estuvieron en gran parte cerrados, con una importante adhesión de los trabajadores bancarios. Aun más fuerte fue la adhesión de los trabajadores de los correos, que se encuentran en huelga desde el 26 de abril contra las reformas, contra la amenaza de privatización y el despido de miles de trabajadores.
En las industrias hubo un importante paro en los sectores pesados. La siderurgia, por ejemplo, tuvo parados la Compañía Siderúrgica Nacional, el polo petroquímico de Camaçari y el gigante Vallourec. En petroleros hubo una fuerte adhesión en todas las áreas industriales. En las automotrices tuvo mucho peso, en el ABC paulista, Curitiba, zona industrial y zona franca de Manaus, Marcopolo en Caxias do Sul. Los trabajadores de puertos muy importantes del país, como el de Santos y el de Rio de Janeiro hoy pararon el transporte de carga.
Temer ya dio muestras de estar temeroso ante el resultado de esta Huelga General, aunque hasta ahora ha guardado silencio. Expresó este temor al decir que reforma previsional ya no va a ser puesta a votación en las próximas semanas. Afirmó también que no va a realizar el tradicional discurso presidencial el 1º de mayo, día del trabajador, sino solo grabará un video para transmitir nacionalmente sus mentiras.
Los principales editoriales de Brasil definen este día histórico de lucha de los trabajadores como "pequeños grupos" parando vías. Lo que no es más que una gran mentira, parece querer ocultar el pequeño grupo que apoya las reformas y el 4% de la población que aprueba a Temer, al mismo tiempo que esta inmensa adhesión de sectores tan fundamentales de la producción, servicios y transportes en todo el país.
Hoy Brasil paró. No hay editorial de los medios burgueses que pueda negarlo. Al principio de la jornada intentaron minimizar las huelgas, predicando un clima surrealista de "normalidad" que no se sostuvo por mucho tiempo.
Ahora intentan en vano disminuir la masividad de la movilización, adhesión y apoyo popular de este histórico día para la lucha de los trabajadores.
La lista de sectores huelguistas desmiente cualquier idea de "pequeños grupos" movilizados. El apoyo de la población es claro, porque en la coyuntura actual de ataques a los derechos de los trabajadores, al sistema previsional, la ampliación de la tercerización, es pequeño el grupo que los apoya. El diario Estadão reprodujo con énfasis el caso de 13 estudiantes de un colegio parado que estaban en contra del paro y defendían las reformas. Basta con observar la popularidad de Temer, que nunca fue alta, pero cayó drásticamente en los últimos meses, alcanzando solo el 4%. Eso sí es un grupo pequeño para hacer política o usar de parámetro para la caracterización de la jornada de hoy. Su apoyo se reduce a los capitalistas, sus gerentes y secuaces, y a las redacciones de los grandes diarios, revistas y programas televisivos.
Este histórico día demuestra la fuerza de la resistencia contra los ataques por parte de los trabajadores, que sin duda contiene todavía un potencial inexplorado, con capacidad de crecimiento.
A pesar de las centrales sindicales, como la oficialista Força Sindical, la petista CUT o la CTB orientada por el PCdoB, la lucha de los trabajadores paró el país. De no ser por sus acciones y discursos, que orientaban a que los trabajadores se quedaran en casa durante el día para disminuir la fuerza en las calles y hacer un paro dominguero, sin duda la jornada hubiese sido inmensamente más impactante de lo que fue.
La fuerza mostrada debe mantenerse con la exigencia a los sindicatos y centrales que organicen un verdadero plan de lucha para preparar una huelga general hasta tirar abajo a Temer y sus reformas. Con esa fuerza, imponer una nueva Constituyente en la que los trabajadores, sectores populares y la juventud puedan desarrollar un cuestionamiento a todo ese régimen podrido de corrupción y esclavitud asalariada y de esa manera abrir camino para que sean los capitalistas los que paguen la crisis, imponiendo la reducción de la jornada de trabajo sin reducción salarial para que todos puedan trabajar, imponer el no pago de la deuda para garantizar una jubilación digna para todos, garantizar recursos para la salud y la educación.

Ítalo Gimenes

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