domingo, 11 de octubre de 2009

José Mujica y la racionallidad irracional del imperialismo



¿Es Mujica un inepto, cínico e irresponsable o simplemente un instrumento?
En un esfuerzo por responderme ésta pregunta no he podido evitar concluir que tal vez sea ambas cosas al mismo tiempo y además, que por ser lo primero, es que pudo llegar a convertirse en lo segundo.
No es cierto que los dichos del precandidato, su discurso y su actitud política, se deba a que no quiere ser presidente, como afirmó el doctor Luis Alberto Lacalle.- Tampoco me parece que simplemente diga “estupideces” por alguna suerte de alienación, senilidad o idiosincrasia, o porque sea irrespetuoso o chabacano.
Un día se presta a ser entrevistado por un periodista y al otro no recuerda lo que le dijo para después sostener que fue una conversación con un amigo y que no debía ser publicada.- Más tarde se arrepiente de sus declaraciones, ¡las mismas que ayer no recordaba! y publica, en su facebook, que está haciendo dos cursos acelerados: uno para aprender a callarse la boca y el otro para aprender a no ser tan nabo, al tiempo que acusa de traición y engaño a quien lo entrevistó y que, supuestamente, han sido sacadas de contexto sus profundas reflexiones.- Por si esto fuese poco, un par de días más tarde se anuncia la edición de un nuevo libro conteniendo nuevos dislates del mismo tenor, pero asegura que esta vez y para tranquilidad de sus confundidos lectores, ha sido revisado por él mismo en persona, ¡como si esto fuera garantía de coherencia!.
Permanentemente dice y se desdice y su discurso está siempre compuesto de enunciados tautológicos y/o contradictorios para luego burlarse sistemáticamente de las críticas y objeciones que algún periodista intelectualmente honesto le realiza.
De esta manera se mantiene fiel a su filosofía del “como te digo una cosa te digo la otra” y es precisamente aquí donde radica el quid de su extraño y aparentemente absurdo comportamiento.- La explicación está en que no se trata meramente de ignorancia o chabacanería sino de una bien definida estrategia; sí, se trata nada más ni nada menos que de ideología.- Es ésta la estrategia de que se vale la ideología dominante, utilizando para ello a los “Pepes” a los que busca y adiestra cuidadosamente para tal fin.
La actitud de Mujica y sus “amigos”, así como las meditadas reflexiones críticas del Presidente de la República, no hacen más que enmarcarse dentro del pensamiento “posmoderno” (léase neoliberal); el mismo que permanentemente niega la validez de todo discurso que se pretenda coherente.
Se busca banalizar el discurso político de manera que el oyente acaba por despreciar la política por demagógica y absurda, convirtiéndose así en un simple votante, consumidor del mensaje publicitario que le vende un candidato como un producto más del mercado.
Es así que el discurso político, en lo que hace a sus contenidos (salud, educación, vivienda digna, trabajo genuino, etc.) lo mismo que conceptos tales como socialismo, antiimperialismo, democracia, igualdad, soberanía, etc., pierden relevancia ante una sociedad que por estar cada vez más incapacitada para pensar críticamente; los percibe como utopías inalcanzables al ser permanentemente presentados (por los “Pepes” de turno) como anacrónicos, decadentes y pasados de moda.
Éste y no otro es el fin buscado por ésta filosofía y Mujica resulta ser, en nuestro medio, el candidato ideal para llevarla adelante, precisamente por su falta total de ética política e intelectual, así como por su perfecta ignorancia, tanto en aspectos económicos, sociales, técnicos o humanos de cualquier tipo, como con respecto al papel que él mismo está cumpliendo dentro de este esquema ideológico y para el cual ha sido elegido con expresa intención y total acierto.- Aspecto, éste último, que naturalmente también ignora, llegando a estar convencido de que se encuentra donde está ¡por el apoyo popular y su inefable carisma personal!.
En definitiva nuestro desconcertante “caso Mujica” no es más que otro botón de muestra del accionar de las élites del imperialismo capitalista neoliberal, explotadoras de los pueblos, para lo cual se valen invariablemente de elementos funcionales a los que compran con las consabidas herramientas del poder económico y mediático.
Perdón por la extensión de este apunte que no pretende ser más que un intento de analizar desde un punto de vista más intencional que casual, algo que a simple vista puede aparecer como un cuadro mediático-político de total irracionalidad, cuando su intención primera es precisamente ocultar la racionalidad de la que se valen las fuerzas dominantes del mercado.-
Afortunadamente para nosotros la Asamblea Popular aparece, más que oportunamente, como expresión de una conciencia que no se deja dominar y que está llamada a ser el reducto de todos aquellos compatriotas que no se venden y continúan fieles a un pensamiento de izquierda que ni es utópico ni ha pasado de moda, sino que muy al contrario es, cada día más, la única opción viable para los pueblos y el planeta todo.

Carmen del Centro

Fuernte: http://www.radio36.com.uy

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