sábado, 3 de octubre de 2009

El imperio



El imperio sólo ve adictos, cómplices o enemigos, no personas.
El imperio sólo concibe mercancías.
El imperio se coloca a sí mismo en la puerta del Infierno.
El imperio de que hablo no es el de César ni el de Montezuma,
sino el de la mediocridad.
El imperio no tiene más remedio que desaparecer, o desaparece
todo, y él con todo.
Lo primero que el imperio ha sacrificado es a sus poetas.
El imperio promete su desaparición como un paraíso.
No se puede creer en ninguna promesa del imperio.
El paraíso sólo puede consistir en la libertad de la obediencia.
El imperio prostituye la libertad y prostituye la obediencia.
El imperio no existe nada más que para proclamar que existe.
El imperio sólo existe como existe el vacío.
El imperio adora el vacío que deja a su paso.
El imperio está en cada instante del aire que se respira.
Una islita dice: no.

Cintio Vitier

9 de enero 2004

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