Asamblea decidió “resistir” en la fábrica
Finalmente, la empresa pesquera Cooke Seafood USA Inc (propiedad del grupo canadiense Cooke, que opera en EEUU, Europa y Argentina, con oficinas comerciales en Francia), adquirió Fripur. La jueza de primer turno Sylvia Rodríguez “ya lo adjudicó”, dijo Francisco Cobas, socio del estudio Rueda, Abadi, Pereira, uno de los síndicos encargados de negociar la venta de la principal empresa pesquera privada, que cerró en agosto del año de 2015 (ver Correspondencia de Prensa, 22-8-2015). Con esto, el eventual proyecto de cooperativa que el PIT-CNT se había comprometido a impulsar junto a los trabajadores de Fripur quedó, definitivamente, enterrado. Mejor dicho, ni siquiera logró salir del cajón. El gobierno del Frente Amplio (primero con Mujica y luego con Vázquez) le había anunciado a su aparato sindical que no lo financiaría con dineros del Fondo de Desarrollo (Fondes), creado por ley en setiembre de 2011 e integrado con aportes de hasta un 30% de las utilidades del Banco República (BROU).
Enterado de la decisión judicial (a través de la prensa), el dirigente sindical de Fripur y del Sindicato Único de Trabajadores del Mar y Afines (Suntma), José Umpiérrez, informó de una reunión en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Al recibirlos, el ministro Ernesto Murro les aclaró por si acaso: “era lo mejor que le podía pasar a Fripur”. Sin ningún eufemismo: preferible una poderosa empresa capitalista que un proyecto gestionado por trabajadores. Por eso, los trabajadores de Fripur no contaron con el apoyo del Fondes. Curioso, ya que su objetivo (según ley) es el respaldo a “proyectos productivos” que generan valor agregado a las materias primas, requieren ciertos niveles de desarrollo tecnológico, y “un impulso desde el Estado” para su concreción.
Seguramente, entre las cláusulas secretas de la transacción, habrá unos cuántos beneficios a la multinacional canadiense qué, por otra parte, no se compromete a que los 100 trabajadores que empleará sean de la plantilla de Fripur; ni a pagar los “créditos laborales” adeudados por los patrones anteriores, es decir, los sueldos y licencias que se le deben a los trabajadores. En cuanto al gobierno, asume extender por seis meses el Seguro de Paro para quienes, de hecho, serán despedidos.
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A los que continúan asociando frenteamplismo con izquierda, les puede sorprender esta verdadera discriminación a favor del capital. Pero no. Ha sido y es una de las principales señas de identidad del “ciclo progresista” que ayer, justamente, cumplió 11 años. Exoneraciones al gran capital local y transnacional, subsidios a la enseñanza y salud privadas, impuestos al trabajo y al consumo popular, ley de “inclusión financiera” para felicidad de banqueros. Hasta en su “oferta cultural” se puede apreciar como el “modelo progresista” –desmintiendo su propio relato- cultiva y profundiza la grieta socio-económica.
16 de febrero, Estadio Centenario, el megashow tan esperado de los Rolling Stones. Más de 50 mil personas deliran, mareadas por el ruido decadente de la banda británica. Los “dioses del rock” fingieron cantar, payasearon cerca de dos horas y cobraron un caché (por adelantado) de 5 millones de dólares. Limpitos. La Intendencia Municipal de Montevideo (gobernada por el Frente Amplio desde 1990), los declaró “ciudadanos ilustres” y a su desafinado espectáculo de “interés nacional”. Con ello, los promotores (empresarios privados) se beneficiaron de una quita de 50% en los impuestos…aunque negocian la reducción de otro 30%. Mientras tanto, la Intendencia ya resolvió que, hasta el 2017, no habrá perdones tributarios “para nadie”; ni refinanciamiento con quita de intereses (usurarios como los de bancos y tarjetas de créditos), ni suspensión de las acciones que conducen a la ejecución judicial. No importa si la víctima fiscal -a nombre de la “austeridad presupuestaria- posee una modesta y única vivienda, está enferma o desempleada, si es un trabajador o jubilado de dos salarios mínimos al mes. El “para nadie” es otro eufemismo, obviamente. Los grandes morosos saben de qué se trata y ni pestañean, confían en el intendente “socialista”, Daniel Martínez, un empresario como ellos. Tienen presente que la consigna “paga más el que más tiene” es una estafa. Contra los más pobres, claro.
Según el Tercer Informe de Consumos Culturales, elaborado por el Ministerio de Educación y Cultura (MEC), el 66% de los uruguayos no asistió a un recital en el último año. En los hogares cuyos ingresos son menores a $ 15.000 mensuales (U$S 550), el 74% no acudió. Y entre quienes solo cursaron la enseñanza Primaria, el 80% no pisó un recital nacional o internacional. O sea, la “oferta cultural” es un lujo, inalcanzable para la mayoría de la clase asalariada y los sectores sociales “vulnerables” con “necesidades básicas insatisfechas”.
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Por razones más que evidentes, los trabajadores de Fripur no estuvieron entre los fanáticos que colmaron el “Monumento al Fútbol Mundial. Sus aspiraciones pasan por cuestiones más inmediatas y concretas: recuperar derechos sociales tan elementales como trabajo y salario. Ya sabían que el Frente Amplio no iba a apoyarlos en un proyecto cooperativo de “futuro incierto”, pero mantuvieron la ilusión. El PIT-CNT colaboró haciendo lo que mejor hace: colateral del gobierno. No obstante, luego de informarse de la compra por la multinacional canadiense, unos 200 de los 960 trabajadores despedidos de Fripur se reunieron en una asamblea donde, según cuenta la crónica que reproducimos más abajo, “se sentía el aire espeso, bronca, calentura y tristeza”. Resolvieron “ocupar la planta” y “resistir lo que sea necesario para ser tenidos en cuenta por los extranjeros que viene a Uruguay”, según dijo un asambleísta. Le exigen al gobierno una respuesta para “las 1.000 familias que los expropietarios dejaron en la calle. Demandan el pago de lo que se les adeuda y la extensión del Seguro de Paro. El lunes 8 se concentrarán nuevamente en la planta industrial y desde allí marcharan hasta el Ministerio de Trabajo para que sus reclamos “sean escuchados”. La respuesta ya se conoce: alguna propuesta que no será cumplida y una “mesa de diálogo” para dar cerrado el “conflicto laboral”.
Redacción de Correspondencia de Prensa
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