sábado, 14 de agosto de 2010

Contraste entre los “disidentes” y Los 5



El asunto que presento, devela sus diferencias desde su génesis, proyección ante la Patria, quiénes suelen estar al amparo de sus respectivas posiciones y cómo han sido tratados en Cuba y Norteamérica.
Los denominados “disidentes”, constituyen en su gran mayoría personas devenidas mercenarias toda vez que realizan actividades cumpliendo indicaciones directas y con respaldo logístico, publicitario y financiero del Gobierno de Estados Unidos de América (EE. UU.) y de otras Administraciones de la Unión Europea; huérfanas de respaldo popular, muy a pesar del dinero que ofertan a quienes les acompañen, y generalmente en composición familiar/amistades; al tiempo que únicamente han sido condenados a encarcelamiento tras un acto de juicio oral con todas las garantías procesales inherentes y después de demostrarse que han cometidos delitos previstos y sancionados por las leyes cubanas —nunca por ser portadores de ideas contrapuestas al Socialismo en la Mayor de las Antillas, como cacarea la prensa occidental.
Ilustra con crece, los 53 sancionados en el 2003 por atentar contra la Seguridad del Estado en Cuba, pues —bajo las órdenes de la Oficina de Intereses de EE. UU. en La Habana— se enrolaron en acciones subversivas y de descrédito a la Revolución en el preciso momento en que Bush, el hijo, estaba eufórico por sus victorias en Iraq y Afganistán, y un personero del régimen yanqui —ni más ni menos que el Secretario de Defensa en turno—, ante la pregunta de si fraguaban algo similar contra nuestro país, respondió: “Por ahora no” —cual evidencia de que manejaban un zarpazo como en el Medio Oriente.
Sin embargo, de ese número convertidos en presos por tangibles delitos contrarrevolucionarios, 22 recibieron licencia extrapenal desde el 2004 y recientemente se completó la excarcelación y salida del país de otros 21 reclusos de la misma causa.
Si a este examen se le incorpora cuánto esfuerzo humano, material y financiero desplegó nuestro país para salvarle la vida a Guillermo Fariñas —el mismo que voluntariamente y desde su residencia optó por hacer huelga de hambre en respaldo a sus socios de la “disidencia”, a contrapelo de su ingrato servicio debido a que la mercenaria Martha Beatriz Roque manifestó en su momento: “¡Lo que hace falta es que Fariñas se acabe de morir para poder armar un buen show!”—, se comprende mejor que se asiste a un reflejo de que la Revolución Cubana es benévola por su esencia humanista y, simultáneamente, exhibe una marcada fortaleza.
Por cierto, leí el título “Diaz-Balart se reúne con disidentes cubanos excarcelados” cuyo contenido da fe de que el congresista republicano por el estado de la Florida de nombre Lincoln y “defensor de una política de aislamiento contra la dictadura de los hermanos Castro”, se había reunido en Madrid con ellos para brindarle su respaldo —según consta en: http://www.elnuevoherald.com/2010/07/24/771615/diaz-balart-se-reune-con-ex-presos.html#ixzz0ug6ub8IT
De este episodio, apenas diré que ese Lincoln es un reconocido portavoz de la delincuencia político-terrorista con asiento en Miami (entre otros, Posada Carriles y Orlando Boch —autores intelectuales de la explosión de un avión de Cubana en Barbados en 1976). ¿Hace falta decir más?
La paradoja hace acto de presencia, al meditar qué ha sucedido con Antonio Guerrero Rodríguez, Fernando González Llort, Gerardo Hernández Nordelo, Ramón Labañino Salazar y René González Sehwerert, llamados Los 5, quienes sufren secuestro desde el 12 de septiembre de 1998 en EE. UU. por luchar para evitar actos vandálicos contra los pueblos cubano, norteamericano y de otras latitudes, desde las mismas entrañas de la terrorista mafia gusano-yanqui ubicada al Norte del Estrecho de la Florida.
Devela cómo estos Héroes de Cuba son víctimas del odio de la Administración USA contra la Revolución en la Mayor de las Antillas, la Conclusión del Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria de Naciones Unidas bajo los auspicios de la Comisión de Derechos Humanos, la cual certifica que privar a estos genuinos antiterroristas de su libertad contraviene el Artículo 14 del Tratado Internacional sobre los derechos Civiles y Políticos, basándose en las condiciones de su confinamiento, incluyendo el largo período en confinamiento solitario, la limitación del acceso de la defensa a la evidencia potencial, y a las condiciones y la ubicación del juicio de Miami, combinado con las severas sentencias recibidas —trascendió en mayo de 2005.
Igualmente, revela inocencia la “Resolución refrendando el llamamiento a una investigación internacional sobre el incumplimiento del gobierno de Estados Unidos en encarar y remediar la falta de justicia en el caso de Los Cinco, y a fomentar la educación y las acciones relacionadas con el caso”, aprobada por el Gremio Nacional de Abogados de ese país a finales de 2007. Así, escapa a la casualidad que una docena de Premios Nobel hayan dado su apoyo a la causa de ellos.
No obstante, la barbarie es una realidad en el particular de Gerardo Hernández, quien no sólo ha tenido que soportar la injusticia ya elevada al infinito a partir de haber sido condenado a dos cadenas perpetua más 15 años de prisión y estar privado de los vínculos elementales con su esposa Adriana Pérez —lo mismo que sucede con la pareja René González-Olga Salanueva—, sino que además acaba de sufrir cruel confinamiento en el “hueco” desde el 21 de julio hasta el 2 de agosto último, sin la asistencia médica que requería y en condiciones verdaderamente infernales. Hay que significar que solo lo sacaron del “hueco”, gracias a la presión/solidaridad internacional.
Se trata del propio Gerardo que exclamó hace veintiséis meses: “Nos echaremos los años que hagan falta, 30, 40, lo que sea, que mientras quede uno de ustedes afuera resistiendo nosotros también vamos a resistir hasta que se haga justicia”.
Entonces —más aún de cara a la actitud asumida por Cuba ante la “disidencia” de factura imperial—, abundan sobremanera los elementos que respaldan la exigencia a la Administración de Barack Obama de la excarcelación de Los 5, y especialmente cualquier tipo de crueldad contra Gerardo Hernández. En ello jamás claudicaremos, hasta el retorno de estos Héroes a la Patria agradecida.

Noel Manzanares Blanco

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