martes, 5 de abril de 2016

Panama Papers y sus repercusiones en Uruguay




La difusión de los Panama Papers tuvo su repercusión inmediata en Uruguay, al aparecer involucradas personalidades locales, como el senador de la república y ex-canciller como Sergio Abreu, el dirigente de fútbol y presidente del Club Atlético Peñarol, Juan Pedro Damiani, entre otros.
También se sabe que Mossack Fonseca tiene su filial en Montevideo, en el edificio Juncal, con dirección Juncal 1305, Oficina 902.

Los implicados uruguayos

Para el caso de Sergio Abreu, su bufete de abogados (Abreu, Abreu & Ferres) aparece vinculado a las maniobras de la familia Messi. Según lo que ha trascendido, la firma de Sergio Abreu creó una empresa offshore para la familia del futbolista, llamada Mega Star Entreprises Inc. Empresa panameña sin actividad, adquirida por el bufete de Abreu a la Mossack Fonseca.
En lo que respecta a Juan Pedro Damiani, aparece vinculado a los escándalos de corrupción de la FIFA, con relación a varios dirigentes acusados. Por ejemplo, la firma del dirigente de fútbol, se vincula con 7 sociedades offshore creadas para uno de los principales acusados del caso FIFA como lo es el otro dirigente de fútbol Eugenio Figueredo. También se lo vincula a Damiani con los argentinos Jinkis que son parte también del escándalo FIFA. Si bien, la actividad demostrada de la firma de Damiani vinculada a la creación de estas empresas offshore no representan delitos de por sí, que estas empresas hayan sido utilizadas por dirigentes de fútbol para sus maniobras, abre un manto de dudas sobre el papel de Damiani en el esquema de FIFA. Por otro lado, desde la prensa argentina, ya se vincula al estudio de Damiani con la ruta del dinero K, a pedido de una de las empresas implicadas en el esquema con sede en Suiza llamada Helvetic Services Group. El estudio Damiani creó, a nombre de la empresa pantalla creada por Mossack Fonseca, empresas "fantasmas" con sede en islas Seychelles.
Ha trascendido también que Odile María Frederick, bajo cuya dirección está el Frigorifico Florida desde que fue comprada por la empresa panameña Vielesul, es la representante oficial de Mossack Fonseca en Uruguay. Por último, se conoce hasta el momento que Pedro Bordaberry tendría relación con Mossack Fonseca para esconder el arrendamiento de un terreno, según versión divulgada por un reconocido medio argentino. Si bien el legislador ha declarado a la prensa uruguaya “No tengo ni tuve sociedad anónima alguna panameña en toda mi vida, no fui director ni accionista de ninguna sociedad anónima panameña en mi vida”. Aunque sí reconoció que el bufete de abogados del cual él era socio representó a una empresa panameña en un juicio contra el estado.

Uruguay como intermediario en el lavado de activos

Entre las estadísticas difundidas por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), Uruguay figura entre los diez primeros países, tanto entre los principales países intermediarios de Mossack Fonseca, como entre los países intermediarios de activos.

El Uruguay y las “panameñas”

Uruguay fue históricamente un centro de creación de empresas fantasmas utilizadas para maniobras financieras, para el traslado (muchas veces ilícito) de activos, sobre todo desde Argentina. Desde mediados de siglo XX a partir de la Ley 11.073 que habilitaba la creación de la SAFI (Sociedades Anónimas Financieras de Inversión), a partir de la cual surgieron numerosos bufetes de abogados y contadores que se especializaron en la creación de estos mecanismos, reconocidos por ser sistemáticamente utilizados en el lavado de activos. En la década de los noventas la polémica Ley 16.170 amplió las facultades de las SAFI, dándose el llamado "boom de las SAFI", donde uno de los principales beneficiarios fue el Ministro de Economía del gobierno de Luis Alberto Lacalle Herrera, Ignacio de Posadas con su bufete Posadas, Posadas y Vecino. Luego de verse varias de ellas vinculadas a resonantes casos de corrupción en la región como el caso de tráfico de armas Argentina- Ecuador, el caso IBM-Banco Nación, etc. El gobierno resolvió en el año 2006 la prohibición de crear más SAFI’s y estableció un plazo hasta el año 2011 para pasar las ya existentes a régimen general. A partir de esta nueva legislación, los bufetes de abogados locales empezaron a utilizar el mecanismo de comprar empresas offshore panameñas, a través de sus vínculos internacionales como en este caso Mossack Fonseca. Por el año 2013 se afirmaba que se podía adquirir una de estas empresas en un paraíso fiscal, pagando solamente 1500 dólares.

Esencial al capitalismo

Como se plantea aquí este tipo de fenómenos está vinculado a mecanismos esenciales del sistema capitalista, tan fundamentales como la propiedad privada, como los son el secreto bancario y comercial. Este escándalo no hace más que actualizar una vieja reinvindicación socialista de terminar con el secreto comercial y bancario.

Sebastián Artigas

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