domingo, 13 de mayo de 2012
A 67 años de la victoria sobre el nazi-fascismo
Cuando los medios de comunicación tradicionales (o sea burgueses) tratan el fin de la II Guerra Mundial, nos recrean imágenes de soldados norteamericanos o ingleses, y en nuestra memoria colectiva se aparecen las visiones del 'cine holiwoodense' en torno al tema.
Los libros de textos escolares actuales nos hablan de Montgomery derrotando a Rommel “el Zorro del desierto” en El Alamein; hablan de los “Marines” combatiendo contra los japoneses en Guadalcanal. Vemos las series elaboradas por HBO sobre los valientes paracaidistas yanquis de la 101 División aerotransportada y sus hazañas en Normandía, o recordamos el film de Tom Hanks “Salvar al Soldado Ryan”, es recurrente la imagen de jóvenes y valientes soldados norteamericanos, ocurrentes y despreocupados que derrotan a las malévolas fuerzas hitlerianas o de oficiales ingleses siempre pulcros y caballerosos a los cuales ningún combate contra los nazis les impedía tomar su té puntualmente, como las normas de cortesía británicas indican. Incluso las ultimas filmografías llegan casi a limpiar la imagen de las fuerzas militares hitlerianas creando la imagen de alemanes que combaten en la Wehrmacht movidos por el sagrado deber patrio, del cual Hitler se valió, e incluso ya nos presentan películas en donde se edulcora la figura de Hitler, enmascarando de esta manera la relación comprobada del capital alemán e internacional en el ascenso del fascismo.
Historiografía burguesa
Sobre la II Guerra Mundial se ha erigido una monumental obra de falsificación y enmascaramiento que oculta sus verdaderas causas y se niega el esfuerzo de aquellos hombres y mujeres, naciones y pueblos que realmente sobrellevaron la mayor carga para la derrota de las fuerzas nazi-fascistas.
En el desembarco de Normandía, el 6 de junio de 1944 en el primer día de operación las fuerzas combinadas aliadas de 250.000 soldados (EE.UU., franceses libres, ingleses, canadienses, etc.), en una innegable y arriesgada acción anfibia de gran dificultad logística y militar; se establecen por fin en el continente europeo y constituyen el esperado segundo frente.
Lo que no se conoce y es mantenido por la historiografía burguesa es que el 22 de junio de 1944, los soviéticos realizan la operación “Bragation”; como un esfuerzo de apoyo a las fuerzas anglo-norteamericanas recién llegadas a Francia; en esta épica acción militar un millón 700 mil soldados del Ejército Rojo emprenden una ofensiva sobre los países bálticos y Bielorrusia cercando y derrotando a las fuerzas hitlerianas provocándole más de 150.000 muertos, 250.000 heridos y más de 160.000 prisioneros de guerra, abriendo el camino para la posterior liberación de Polonia y la entrada en el territorio de la Alemania Nazi y provocando la caída de Rumania como aliada del tercer Reich y aliviando la presión que sufrían los aliados en Francia.
Liberación de París
Cuando se habla de la liberación de París siempre se recrea de imagen de soldados yanquis montados en un tanque “Sherman” en los Campos Elíseos, pero se enmascaran los hechos reales, la sublevación del 19 de agosto de 1944 en donde el pueblo parisino, las Fuerzas Francesas del Interior a la cual estaban integrados los celebres Francs-tireurs et Partisans del Partido Comunista Francés (PCF), junto al pueblo francés en general con bombas molotov, pistolas y armas ligeras cercan a las tropas nazis de ocupación, obligando a las fuerzas aliadas a entrar en Paris, pues el mando aliado no se creía en capacidad de arrebatar militarmente París a los alemanes, y como dato curioso las primeras fuerzas militares aliadas que entran en la capital Gala, estaban compuestas por comunistas y republicanos españoles.
Nunca se habla del esfuerzo de los comunistas franceses en la resistencia a la ocupación nazi, del célebre camarada Missak Manouchian y sus guerrilleros urbanos, comunistas polacos, armenios, franceses, españoles quienes ejecutan en septiembre al General Ritter, jefe militar nazi en París; cercados atrapados serán ejecutados por los nazis en 1944, los nazis quisieron exponerlos al escarnio al colocar sus nombres y fotos en un afiche en las paredes de Francia, logrando sólo que en la posteridad fueran conocidos como los Héroes del Afiche Rojo.
En todos los frentes
Todos hemos oído hablar del ataque japonés a Pearl Harbour, y sus innumerables recreaciones fílmicas, pero pocos oímos hablar del Ejército Popular de Liberación y Destacamentos Partisanos de Yugoslavia quienes levantarían una fuerza que llegaría a alcanzar la cifra de 800.000 combatientes y que debieron luchar y derrotar a las fuerzas de ocupación de la Alemania nazi, la Italia fascista, los ustachi (croatas fascistas) y a nacionalistas serbios.
Se piensa que sólo el ejército norteamericano combatía al Japón fascista, pero no se menciona una sola palabra de los 20 millones de chinos muertos durante la guerra o de los celebres 8vo Ejército y el nuevo 4to Cuerpo de Ejército comunista y su guerra de resistencia anti-japonesa; o de la ofensiva soviética en Manchuria en 1945 que junto a las fuerzas chinas, pesó más en la derrota de Japón que el criminal bombardeo sobre Hiroshima y Nagasaki.
Se oculta que el holocausto no fue sólo contra el pueblo judío, para los nazis los gitanos, los negros, los eslavos, los enfermos mentales o discapacitados, todos eran seres inferiores y millones de ellos fueron enviados a las cámaras de gas.
La URSS salva a la humanidad
Se oculta que casi el 80% del esfuerzo militar recayó sobre los hombros del pueblo soviético. 29 millones de sus ciudadanos y soldados murieron en la guerra. Durante tres años la Unión Soviética combatió sola a la Alemania nazi mientras los ingleses y norteamericanos dudaban en abrir el segundo frente. Parecerá risible, no muchas personas de este lado del planeta saben que fue la Unión Soviética la que tomó por asalto Berlín y colocó la bandera del proletariado internacional en el Reichstag un 30 de abril de 1945, no fueron el soldado Rayn, Rambo o Tom Hanks, los que colocaron su bandera sobre la capital fascista.
Hace 67 años, el 9 de mayo de 1945, se sella definitivamente la victoria de las fuerzas del progreso sobre las del atraso, salvando a la humanidad de una terrible, prolongada y sangrienta noche.
Se ignora la lucha de millones de comunistas europeos: franceses, españoles, belgas, holandeses, alemanes, rusos, griegos y del mundo que con su sacrificio derrotaron a la bestia parda del fascismo.
Hoy cuando la crisis del capital y las ambiciones imperialistas de las grandes potencias llevan a la humanidad a la posibilidad de una nueva guerra por el reparto del mundo, cuando el capital internacional puede recurrir al fascismo para acallar la lucha de los trabajadores del planeta, los comunistas del mundo debemos recordar el heroico esfuerzo para derrotar a fascismo hitleriano y el papel jugado por los comunistas y los trabajadores en esta gesta.
Recordemos la gran consigna de entonces:
¡MUERTE AL FASCISMO! ¡LIBERTAD PARA LOS PUEBLOS!
Wladimir Abreu, profesor de Historia
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