martes, 1 de diciembre de 2015

Uruguay contra la violencia hacia la mujer




34 feminicidios, 34 mujeres que eran parejas, madres, hermanas y amigas, 34 asesinatos cometidos por parte de sus parejas o ex parejas en la mayoría de los casos. 34 veces nos morimos ya. 34 víctimas de este sistema machista y patriarcal.

El pasado 25 de Noviembre se desarrolló en Montevideo distintas actividades que conmemoraban el Día Internacional de lucha contra la Violencia hacia la Mujer.
A las 18 hs, la Coordinadora de Feminismos de Uruguay convocó a una concentración en la Plaza Libertad bajo las consignas de “Tocan a una, tocan a todas” y “Ni una muerta más, ni una mujer menos”.
Mientras que a las 19 hs, la organización Mujeres de Negro realizó una intervención – performance que ocupó varias cuadras del centro de Montevideo, bajo las consignas de “Familias unidas para honrar la vida” y “Por mujeres sin miedo”.

La mujer y el desamparo ante el flagelo de la violencia

La situación de las mujeres en Uruguay no escapa a la realidad regional: durante los últimos años han proliferado las denuncias en las comisarías por violencia doméstica. En la mayoría de los casos, las mujeres sufren una re-victimización en las propias comisarías que desestiman las denuncias. En otros casos son los jueces quienes “se duermen” y no protegen a las mujeres, que finalmente terminan degolladas o muertas por un arma de fuego.
Los centros de asistencia y hogares de residencia para mujeres en situación de violencia son escasos y no están repartidos en todos los departamentos. Las listas de espera para ingresar a los mismos son larguísimas y los criterios son tan exigentes que terminan siendo excluyentes y por lo tanto expulsivos. Las mujeres tienen que llegar con una herida de bala prácticamente para que las puedan asistir, y a veces ni siquiera eso.
El riesgo que viven las mujeres es terrible. Pero quienes se encuentran en peores condiciones por supuesto que son las mujeres pobres, las que viven en el interior del país, en pueblos de frontera, en los asentamientos y barrios de las periferias de las ciudades, las trabajadoras – cuyos trabajos son en su mayoría precarios -, las mujeres que ejercen la prostitución y las trans. Todas ellas conforman la terrible lista de mujeres asesinadas.

De responsabilidades y complicidades

Por todos estos motivos, se torna evidente la responsabilidad del estado en la existencia del flagelo de los feminicidios. Pero si esta situación no se detiene, no solo habrá responsabilidad sino también complicidad.
Recordemos que el presidente Tabaré Vázquez, a pocos días de haber asumido su mandato, declaró con motivo del 8 de Marzo, día Internacional de la Mujer, que el principal problema y causa de muerte de las mujeres no era la violencia doméstica sino … el tabaco. Declaraciones por demás repudiadas por las distintas organizaciones de mujeres, inclusive muchas de ellas frenteamplistas.

Un debate abierto

Existe un debate al interior del movimiento de mujeres uruguayo en torno a la responsabilidad del estado. Si bien los distintos sectores y organizaciones coinciden en marcar y exigir al gobierno de turno, en este caso del Frente Amplio – que gobierna hace diez años – más presupuesto para políticas integrales que atiendan la violencia de género, sin embargo no todas las organizaciones concuerdan en marcar la complicidad del estado en la existencia de la violencia de género. Esta complicidad se expresa en distintos órdenes de la vida social.
La educación tanto primaria y secundaria aún continúa sin incorporar esta perspectiva. Los medios de comunicación todavía siguen presentando los casos de feminicidios como si fueran “crímenes pasionales” o directamente “casos policiales”. Y en muchos casos la “noticia” se centra en qué tipo de ropa usaba la mujer o si consumía drogas o si ejercía la prostitución, transformando a la víctima en victimario.
El estado es en su constitución machista y patriarcal, ya que si bien en Uruguay existe la separación entre la iglesia y el estado, se prioriza sin embargo la concepción de la familia y la preservación de una unión basada en la desigualdad de género y de la sumisión de la mujer al varón.

El estado uruguayo al servicio de los patrones

El estado es también responsable de los trabajos precarios que hoy desempeñan las mujeres: el trabajo doméstico, el trabajo zafral, los empleos de baja calificación (call center, comercios, etc.) que, debido a sus bajos salarios, impiden a las mujeres independizarse frente a la existencia de parejas violentas.
Ejemplos de esto son las trabajadoras de FRIPUR, cuyos dueños cerraron la planta dejando a los 960 empleados, en su mayoría mujeres, en la calle, y al día de hoy no se ha movido un pelo para tratar de preservar las fuentes de trabajo, y por el contrario, sigue manteniendo la impunidad a los Fernández, es decir protegiendo a los capitalistas.
Otro ejemplo es el cierre de la empresa GREEN FROZEN en Bella Unión, donde el patrón – un empresario argentino – también decidió cerrar para no tener que pagarle lo que les debía a sus trabajadores, en su mayoría mujeres – dejando a cientos sin trabajo en una zona donde el desempleo abunda. Aquí el rol de la justicia también fue nefasto porque se decretó el desalojo de la planta que había sido ocupada por sus trabajadores, y hoy la demanda judicial interpuesta por los obreros fue postergada para febrero de 2016, dándole un tiempo valioso a la patronal para defenderse.

Mujeres, a organizarse

Frente a la postura de este estado que privilegia a los empresarios explotadores del trabajo femenino, que se abusa de la necesidad de las mujeres que son sostenes de su hogar, y que protege a los violentos, se hace necesario la organización de las mujeres, la contención y la unión en un gran movimiento que sea independiente del estado y de los partidos políticos patronales, cuestión en la que no todas están de acuerdo.
Hoy la tarea es la defensa de las mujeres que salen a la lucha, las trabajadoras de FRIPUR, las de GREEN FROZEN y otras tantas cuyas luchas están invisibilizadas.

Soledad Espinosa

No hay comentarios: