sábado, 19 de diciembre de 2015

¿Quién va a pagar los platos rotos?

La economía se deteriora y la imagen positiva de Vázquez cae a niveles históricos. La crisis deben pagarla los empresarios.

La popularidad de Vázquez en picada

Esto se debe a que por un lado, la conflictividad laboral de los últimos meses, desde la impresionante lucha educativa a esta parte, viene haciendo chocar las aspiraciones de los trabajadores que buscan mejorar sus salarios frente a la carestía de la vida, con la negativa del gobierno de aceptar acuerdos en los Consejos de Salarios por encima de los escuetos márgenes que dispuso para negociar. Las pautas fijadas permiten en el mejor de los casos un aumento del 3 % por encima de la inflación, y en el peor de los casos (según la rama de actividad) implican lisa y llanamente una pérdida del salario real siendo que no hay aumento previsto.
Por otro lado, los escándalos de las últimas semanas, como la paralización de las obras de envergadura, o bien la delicada situación de las empresas estatales, en especial de ANCAP, han minado la “unidad” al interior del gobernante Frente Amplio y por las que salen a ventilar las pujas y pases de facturas entre los distintos sectores.
Mientras tanto, las sombrías perspectivas económicas a nivel internacional llevan a la coalición gobernante a sostener medidas impopulares (y algunas claramente neoliberales): dólar alto (atado a una devaluación inminente), negociaciones salariales a la baja, apertura a los capitales transnacionales (PPP) y ajuste fiscal. Esto es lo que genera descontento en las masas trabajadoras, incluso en aquellas que votaron al FA.

Los gobiernos del “mal menor” que le abren las puertas a la derecha

Tal como ocurrió el pasado 22 de noviembre en Argentina, así como también en Venezuela hace unos días, o Brasil el año próximo, se registra un envalentonamiento de la derecha latinoamericana. Esto sucede porque culminado el ciclo de gran crecimiento económico motorizado por la fuerte demanda y altos precios de las materias primas, estos gobiernos (que accedieron al poder como subproducto de la bancarrota del neoliberalismo) no tienen más que ofrecer que ajustes contra las condiciones de vida del pueblo trabajador. Lamentablemente los bloques políticos que históricamente buscan ponernos frente a la disyuntiva de elegir al candidato “menos malo”, son quienes con sus políticas tibias y conciliadoras con el empresariado y los organismos de crédito internacional, abren la puerta de par en par a proyectos políticos ultraconservadores como el que representa Mauricio Macri.

El rol de la dirección del PIT-CNT y la tarea del momento

Frente a este panorama, la dirección de la central sindical por un lado se posiciona a la cabeza de las luchas en curso, y organiza los paros generales parciales en donde habla de forma “radicalizada”, pero por otro lado acepta sin más las pautas salariales a la baja, y contiene tras de sí todo el descontento popular para evitar que se desarrolle un cuestionamiento mayor al gobierno, garantizando así la gobernabilidad. Ya vimos hace muy poco a Fernando Pereira, “representante” de los gremios de la educación, atacar la huelga y las ocupaciones de los liceos, y acordar con el gobierno desconociendo abiertamente el mandato de las masivas asambleas de la base docente que se expedían a favor de un aumento del presupuesto para la educación pública.
Los trabajadores y trabajadoras y todo el movimiento popular no pueden esperar nada más del Frente Amplio que en su tercer mandato muestra que sigue administrando el estado sirviendo a los capitalistas: mantiene las exoneraciones mientras le niega un aumento del presupuesto a la salud y la educación públicas, sigue pagando la usurera deuda externa, sigue abriendo la economía a los capitales transnacionales. Los días para los proyectos reformistas, tal como ocurre a nivel regional parecen haberse terminado.

La lucha educativa: el hecho político del año

Sin lugar a dudas la gran lucha presupuestal librada por trabajadores de la educación, estudiantes, y padres ha sido lo más avanzado que nos ha dado la lucha de clases este año. Puso frente a frente a bandos que se demostraron antagónicas: por un lado el legítimo reclamo de 6% del PBI, y por el otro, la soberbia y medidas represivas contra los luchadores por parte de un gobierno preocupado por hacer votar el presupuesto de “ajuste”. La lucha terminó, pero tuvo el valor político de mostrarle al conjunto de la clase trabajadora cual es el camino que deberá recorrerse los próximos años.

Podemos conquistar nuestras demandas

Es necesario romper con el gobierno e iniciar un curso independiente. Y para ello tenemos que recuperar a nuestra central sindical para la lucha de los trabajadores, conquistando así la independencia política respecto del estado y de los gobiernos de turno para poder pelear por nuestras demandas. Hay que cuestionar a quienes hoy dirigen el PIT-CNT por ser oficialistas y obsecuentes con el gobierno. Pero no será armando una “central paralela” sino dando la pelea dentro de cada uno de los sindicatos afiliados, formando tendencias y agrupaciones que se propongan ser una verdadera alternativa al oficialismo. Debemos ir por todas nuestras demandas como aumentos de salarios por encima de la inflación y a nivel de media canasta básica familiar, para terminar con la precarización laboral. Que ni un solo trabajador quede en la calle. Total solidaridad con los/as compañeros/as de la ex-FRIPUR. Estatización bajo control de los trabajadores de toda empresa que cierre o despida. Por el 6% del PBI para la educación pública. Que la crisis la paguen los capitalistas.

La Izquierda Diario Uruguay

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