domingo, 6 de enero de 2019

Los trabajadores como variable de ajuste




Aunque en esta ocasión el salto no ha sido abrupto, el alto costo de los servicios públicos básicos es una constante a lo largo de todos los gobiernos frenteamplistas.

Como cada año en estas fechas el gobierno acaba de anunciar los aumentos correspondientes de las tarifas públicas.
En esta ocasión OSE aumentará un 7,8%, la luz un 5,7 % y ANTEL un 7% mientras que el supergas subirá un 7,8% y los otros combustibles no tendrán incrementos, aunque el boleto capitalino tendrá un incremento de 2 pesos.

Un tarifazo permanente

Ya en pleno año electoral los dirigentes del Frente Amplio se empeñan en presentar los incrementos en las tarifas dispuestos por el gobierno, como aumentos pequeños, “en su mayoría” por debajo de la inflación.
Según esta visión se trataría de un gran esfuerzo del equipo económico por rebajar el costo de vida, con aumentos menores a los incrementos salariales. A su vez intentan comparar con la situación en países cercanos como Argentina donde en estos días se dan tarifazos en los servicios públicos.
Sin embargo lo que sucede en realidad es que a lo largo de todos los gobiernos frenteamplistas las tarifas de los servicios básicos han sido extremadamente altas llevándose un porcentaje significativo de de los sueldos de los trabajadores y sectores populares.
En este sentido el Frente Amplio ha sido un continuador de las políticas llevadas adelante por blancos y colorados, quienes también mantuvieron tarifas usureras. Por otra parte, aún con los tarifazos que se dieron en Argentina y otros países de la región en general los servicios públicos son bastantes más accesibles que en Uruguay.
Bueno es recordar que las altas tarifas corresponden a servicios básicos y no a artículos suntuarios; es decir que el acceso a estos servicios condicionan directamente las condiciones de vida de la población.
El “modelo” en cuestión privilegia y promueve que los grandes empresarios obtengan grandes ganancias a costa de bajos salarios, altas tarifas y un costo de vida muy elevado mientras que además la recaudación que se genera por el cobro de estos servicios va a rentas generales, es decir que este dinero sostiene gastos del Estado, entre ellos el pago de la ilegítima deuda externa.

Basta de subsidios a los capitalistas

Pocos días antes de los anuncios del gobierno el sindicato de UTE lanzó una campaña planteando que bajar la tarifa eléctrica hogareña es posible.
Al igual que sucede en otras empresas públicas los trabajadores denuncian que hay un intencionalidad de mantener el gran negocio de la generación privada de energía, privatizando, dando subsidios y exoneraciones a empresarios y retaceando presupuesto e inversiones.
Algo similar sucede con la intendencia frenteamplista de Montevideo, donde Martínez se esfuerza por garantizar las ganancias de Salgado y las patronales del taxi en el transporte público.
En estas cuestiones centrales de la política económica el Frente Amplio no tienen nada que envidiarle a los partidos tradicionales.
Es necesario terminar con el pago de la deuda externa, las privatizaciones, las zonas francas y los subsidios y exoneraciones a los empresarios para poder bajar verdaderamente las tarifas de los servicios básicos.

Hernán Yanes

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