miércoles, 23 de agosto de 2017

Yemen: entre bombas, anhelos de paz y crisis humanitaria




El conflicto yemení continúa atravesando todas las esferas de la vida política y civil de su población, mientras la crisis humanitaria y de infraestructura crece día a día surgen esperanzas con una posible solución pacífica.

Yemen vive un conflicto social y militar desde el 2014, pero fue un año después cuando entró en escena Arabia Saudí magnificando los hechos y consecuencias de manera constante. Desde marzo de 2015, se formó una coalición militar liderada desde Riad y con el apoyo estadounidense, con el objetivo de poner fin a los hutíes.
Comenzada la guerra civil los rebeldes hutíes, pertenecientes a la rama chií del islam, irrumpieron en la escena política generando una dualidad de poder en el país.
Los hutíes armaron una alianza política y militar junto con el ex presidente Alí Abdalá Saleh, dando como resultado la toma de Saná en septiembre del 2014, capital del país, convirtiéndose en la sede de su gobierno. En contraposición, el actual presidente, Abd Rabbo Mansur Hadi, trasladó la capital y sede de su gobierno hacia la ciudad de Adén, logrando apoyo y legitimación por parte de organismos internacionales y, especialmente, desde los gobiernos de Washington y Riad.
Finalmente, en marzo del 2015 se formó una coalición militar liderada por la casa Saud, dinastía gobernante en Arabia Saudí, que comenzaría con los ataques hacia los chiítas en Yemen que perdura hasta el día de hoy. El presidente Hadi y otros aliados políticos, desde ese momento obtuvieron asilo político en el reino saudí donde el gobierno es sunnita, rama del islam opositora al chií.

Crisis humanitaria

Los bombardeos aéreos son la característica principal de los ataques desde la coalición, y las constantes respuestas de lo hutíes se basan en lanzamientos de misiles en zonas fronterizas donde se lucha por el control. Los intentos de paz nunca fueron suficientes y solo hicieron que se intensifiquen los ataques militares desde ambas partes.
Luego de más de dos años de duros conflictos armados, los impactos en la sociedad están a la vista de todo el mundo. Yemen es un país con más de 27 millones de habitantes y, según la ONU, más del 70% de la población se encuentra necesitada de ayuda humanitaria. Sumado a esa necesidad, este año apareció una epidemia de cólera que, según la Organización Mundial de la Salud, afecta a medio millón de habitantes yemeníes. Las muertes por esta razón ya alcanzaron las dos mil personas.
Tal crisis puede explicarse por la pérdida de infraestructura casi total que vive Yemen, a causa de la guerra. Tras varios años de conflicto, el país más pobre de la península arábiga ha perdido toda infraestructura posible, ya sea en la salud, los servicios básicos, las rutas, los aeropuertos y puertos, médicos y empleados públicos que no cobran sus salarios hace meses, entre otras cosas. De esta manera, la falta de saneamiento en el agua es la principal causa de la epidemia de cólera que atraviesa la población yemení actualmente. A la vez, sin rutas ni puertos se hace casi imposible el acceso a la medicación requerida como también la posibilidad de comercializar con el fin de lograr ingresos económicos que mejoren la situación del país.
La crisis humanitaria, de infraestructura, hambrunas y epidemias son moneda corriente en el paisaje yemení desde comenzados los conflictos armados.

¿Soluciones a futuro?

En junio de este año, el Rey de Arabia Saudí, Salmán, nombró un nuevo heredero del trono. De esta manera, destituyó al príncipe Muhammed Bin Nayef nombrando a su hijo, Muhammed bin Salmán, en ese cargo. El nuevo heredero también es jefe de la Corte Real y presidente del Consejo en asuntos económicos del país, logrando cada vez mayor concentración del poder. La designación del joven heredero continúa mostrando el nuevo rumbo en la dinastía gobernante del reino.
En los últimos días se conoció que el joven heredero saudí reveló sus intenciones de abandonar el conflicto armado en el país vecino. La información proviene de un mail con dos funcionarios estadounidenses, Martin Indyk y Stephen Hadley, que se divulgó en distintos medios de comunicación de la región de Oriente Medio.
Podemos pensar que sea una genuina posibilidad si consideramos el fracaso militar del reino saudí en Yemen. Pasado más de dos años de conflicto nada ha cambiado para bien en el plano geopolítico de Yemen, la gran embestida saudí no logró las modificaciones sustanciales que esperaban ya que los hutíes continúan controlando territorio y sigue existiendo la presencia de dos gobiernos opositores política y militarmente. A la par, como ya se mencionó, la terrible crisis humanitaria azota al país día tras día.
Por otro lado, tendrá que considerarse la postura que pueda tomar Irán como aliado de los hutíes, en caso de pretender una paz acordada. Recordemos que Irán es gobernado por un clero chiíta desde la Revolución Islámica de 1979, lo cual explica el apoyo político hacia los hutíes. En caso de abrirse un proceso de paz, habrá que esperar para ver cómo se resuelve la situación política y social del país, ya que nada parece estar claro en Yemen. La coexistencia de dos gobiernos no deja ver una fácil solución a la situación política del país, por más que se pretenda un proceso pacifico los daños que sufre Yemen no se podrán enmendar únicamente con la paz. El futuro parece lejano ante esta situación.
La guerra ya dejó un saldo de más de 10 mil fallecidos y 40 mil heridos. Sumado a esto se estima que el número de los desplazados ya alcanzó la cifra de 2 millones, mientras la crisis de infraestructura abarca todas las regiones del país.

Guido Luppino
guidolup@gmail.com

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