lunes, 26 de noviembre de 2012

¿Para qué están ustedes en el gobierno?



Como casi todo el mundo sabe, la clase de los propietarios de capital luchan por reproducirlo y ampliarlo cada vez más y más y más. Solo pueden hacerlo reduciendo el poder adquisitivo de los asalariados. El momento en que se fija el monto del salario es crucial de la lucha de clases, es el momento en que la clase dominante ejerce su poder político en concreto, emplean toda sus fuerzas para impedir que los trabajadores obtengan sus reivindicaciones. La correlación de fuerzas entre las clases en lucha se puede medir con las cifras del reparto del producto nacional. En el Uruguay del abajo que se movía (1968 al 73) el pueblo asalariado se apropiaba de alrededor del 40% de la torta; por supuesto, la clase propietaria y el gobierno de Pacheco Areco consideraban que era un porcentaje demasiado elevado el que iba a los trabajadores, para reducirlo lanzaron a la calle el aparato policíaco militar para asesinar, desaparecer y torturar. Ya en esa época la prensa y los políticos de derecha atribuían el crecimiento de la inflación a la lucha de los trabajadores por aumento de salario.Cuando los milicos regresaron a los cuarteles y los policías a las comisarías, el pedazo de la torta que correspondía al salario era apenas el 20%.
Esa historia, la mejor historia de lucha del pueblo uruguayo y la más indigna historia de los dueños de las estancias, los bancos y las fábricas, fue la base política del triunfo electoral de los actuales gobiernos. Fue la lucha de los trabajadores la que puso estos elencos gobernantes en sus cargos, a ellos se deben. ¿No es en ese sentido que todos los caudillos progresistas exhiben como un logro los consejos de salarios? Pues bien, cuando un sindicato logra sus reivindicaciones el gobierno debiera salir a festejar como un triunfo propio. Son los trabajadores, los que los votan, quienes obtuvieron una victoria pacífica en la mesa de negociaciones. Aplauda señor presidente! Aplauda señor ministro de trabajo! Aplauda señor director de trabajo!.
El triunfo obrero de la FOEB no tiene porque traducirse en los precios de las bebidas; pónganse los pantalones, señores gobernantes, y presionen a las patronales para que reduzcan un poquito sus cuantiosas ganancias y paguen con ellas el aumento de salario. No tienen porqué salir como hacían los gobiernos de Pacheco, Sanguinetti o Lacalle a echarle la culpa de la inflación al aumento de salario; es un argumento clasista pero de la clase propietaria... ¿es para ellos que gobiernan? no se puede creer que sean tan rostrudos de responsabilizar de la inflación a quienes lograron que el Frente Amplio llegara al gobierno. No tienen vergüenza señores. Hagan que las patronales ganen menos y no los dejen volcar en los precios el aumento de salario.... ¿para qué están ustedes en el gobierno? Y si los patrones se resisten usen el poder del Estado si es necesario. O solamente lo emplean contra los barrios marginados?

Jorge Zabalza (escrito con mucha calentura)

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