Todos sabemos que la línea del MPP sobre la impunidad y la ley de caducidad ha sido y es de mantenerla.
No obstante, esto al parecer tan sencillo no puede reconocerse abiertamente. Sería como mostrar una faz horrible, surcada por varias cicatrices, una de las cuales, tal vez la peor es la que configuran los cientos de muertos, miles de torturados, cientos de compañeras y compañeros violados, los niños secuestrados para ser vendidos, las embarazadas torturadas y usadas como vacas reproductoras, en fin, todos los miles de vejámenes sufridos por los militantes tupamaros durante la dictadura y la pre dictadura, de quienes los actuales emepepistas declaman descender.
Para cubrir este rostro abominable el MPP usa varios velos que son la cuestión que ocupa esta nota.
Tenemos que hacer una clara distinción en este tema entre dirección y bases del MPP. Esta línea está sostenida por la primera, fuertemente impulsada por Mujica, su gobierno y sus operadores políticos.
Las bases, en cambio, han demostrado algunas veces con claridad su pensamiento divergente, sin ir más lejos en las instancias en que el Frente Amplio decidió impulsar la anulación de la ley de caducidad. En ella, las bases, mandatadas a votar en contra, apoyaron sin embargo la anulación, que fue finalmente la línea aprobada.
Es justamente para cubrirse de la posición coherente de las bases con su pasado que la línea directriz debe usar estas mentiras como velos.
1 “El pueblo, el pobrerío tiene cuestiones mucho más perentorias que cubrir que la anulación de la ley de caducidad: la pobreza y la indigencia”. Utilizada desde antes del primer gobierno frenteamplista y durante el mismo. Como si no fuera apremiante para el pueblo anular las fuerzas represivas que siempre lo están amenazando directa o veladamente y condicionando sus decisiones.
2 “El FA prometió no anular la ley de caducidad y este gobierno debe cumplir esa promesa”. Utilizada durante el primer gobierno frenteamplista. Obviamente esta mentira pasa por encima la dicotomía entre fuerza política y gobierno y desconoce el dinamismo del torrente político. Las bases tienen siempre el derecho y el deber de incidir sobre las decisiones. Además, ésta fue una iniciativa llevada a cabo por el pueblo, no por el gobierno frenteamplista. Algunas figuras, como Mujica, que se oponían a la anulación, tuvieron que plegarse a la campaña para plebiscitar la misma, so pena de pagar un costo político en la forma de caudal de votantes.
3 “Los “viejitos” deben ser liberados” por compasión con su edad avanzada. Utilizada sobre todo por Mujica y su compañera y operadora Lucía Topolansky.
En todo el mundo los criminales de lesa humanidad deben ser castigados, para ejemplo de generaciones venideras. El caso de Iván Demjuanjuk lo demuestra. Él era llamado “Iván el Terrible” cuando cometió crímenes en los campos de concentración nazis y fue condenado recientemente por ellos a la edad de 91 años.
En Estados Unidos existen personas que impulsan el juicio a Henry Kissinger, de 89 años por sus crímenes de guerra.
4 “En un mundo ideal no existiría conflictos ni fuerzas armadas, pero como es ahora la realidad, éstos son necesarios”. Utilizada por lacayos acéfalos, sobre todo en el interior. Algunos de estos lacayos, sin embargo, han experimentado en carne propia que estas fuerzas armadas uruguayas no están para proteger a su pueblo de agresiones externas, sino para proteger los intereses de los privilegiados usando todos los métodos sucios aprendidos de sus maestros norteños, como Mitrione.
5 “Se debe perdonar”. Sostenida por el operador de Mujica y secretario de la presidencia Alberto Breccia y otros.
Seguramente los militantes cristianos que pasaron por el potro del tormento han perdonado a sus verdugos, de acuerdo con su fe. Mujica, Huidobro, Marenales, Breccia y otros también tienen derecho a perdonar individualmente. El autor de esta nota también puede perdonar, si se tomara el trabajo de considerar la cuestión. Pero esto no oculta que la cuestión de que el perdón individual es irrelevante. Es irrelevante.
La sociedad debe, de todos modos implementar una forma de instrumentar justicia, por infinidad de motivos importantes entre los que se cuentan impedir la justicia por mano propia, sentar precedentes disuasorios para el futuro, etc.
Estos motivos han sido estudiados durante siglos por el derecho penal.
Además, creemos que no puede ser sano para un movimiento político no tener en cuenta el pasado reciente de sus adherentes.
No tardaremos mucho tiempo en notarlo.
Ricardo Ferré
23 de octubre de 2012
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