martes, 6 de noviembre de 2012
La Revolución Rusa: Ayer y hoy
“El paso del capitalismo al comunismo llena toda una época histórica. Mientras ésta época histórica no finalice, los explotadores siguen inevitablemente abrigando esperanzas de restauración, esperanzas que se convierten en tentativas de restauración” (Lenín).
I – AYER
“Nosotros, los viejos, quizás no lleguemos a ver las batallas decisivas de esa revolución futura. No obstante, creo que puedo expresar con seguridad plena la esperanza de que la juventud, que tan magníficamente trabaja en el movimiento socialista de Suiza y de todo el mundo, no sólo tendrá la dicha de luchar, sino también la de triunfar en la futura revolución proletaria” (Lenín, “Informe sobre la revolución de 1905”, Enero de 1917, O.C. Cartago, tomo XXIII, p. 255)
Lenín el Grande hacía esta confesión… “quizás no lleguemos a ver las batallas decisivas de esa revolución futura”, y manifestaba una creencia…”la juventud tendrá la dicha de luchar y triunfar en la futura revolución proletaria”. Todo cambiaría en pocas semanas: ¡en febrero de 1917 estalla la revolución esperada que parecía desvanecida! Se ponen en movimiento las fuerzas populares y se activan las de la reacción capitalista. ¡Lucha de clases! ¡Conflictos! ¡Oposiciones violentas! ¡virulencia en todos los partidos políticos! Estado, obreros, campesinos, burgueses, terratenientes, zarismo, soldados, guerra mundial, todo se conjuga en vórtice imparable: ¡hacia la revolución democrática de obreros y campesinos! Y desde allí al Socialismo.
La Revolución Rusa de 1917, con el derrocamiento del Zarismo y los capitalistas en octubre, inauguró la lucha mundial e histórica de la liberación de los pueblos del imperialismo, el anhelo de terminar con las guerras fratricidas, e impulsó el derrocamiento del dominio capitalista y su reemplazo por las nuevas formas socialistas de relaciones entre los hombres.
Pero el proceso revolucionario debió pasar por toda una serie etapas que se consumían rápidamente, en Febrero derrocó al Zarismo y su sistema secular de opresión, pero sólo para entregarlo a la democracia pequeño burguesa (partido social revolucionario y mencheviques con Kerenski a la cabeza). Claramente advertida esta situación por Lenín trazaba la táctica de clase respecto del gobierno recién formado: “total desconfianza; ningún apoyo al nuevo gobierno; sospechamos especialmente de Kerenski; única garantía armar al proletariado; elecciones inmediatas para la Duma de Petrogrado; ningún acercamiento a otros partidos” (Lenín, O.C. tomo XXIII, p. 294)
Pocas semanas después el nuevo gobierno iniciaba su política de pactos y acuerdos secretos con el zarismo, el partido kadete de la burguesía y negociaciones secretas con la burguesía inglesa y francesa para detener la revolución, proseguir la guerra, “ordenar” el país y desarmar al pueblo sublevado. Y Lenín explicaba “este gobierno no es una agrupación accidental de personas. Son los representantes de una nueva clase llegada al poder político en Rusia, la clase de los terratenientes capitalistas y de la burguesía que desde hace largo tiempo dirige económicamente nuestro país” (O.C. XXIII, p.305) pero que para su desgracia políticamente era ya retada por las clases explotadas que le impedían administrar pacíficamente el Estado y su dominio social.
Los meses siguientes pusieron a prueba al naciente capitalismo y su clase burguesa en Rusia. No conseguían dar con una resolución de los problemas para el conjunto de la sociedad y, en particular, de las masas insolentadas para con los poderes de los explotadores. En consecuencia Lenín señalaba:”…en virtud de las condiciones objetivas, se plantea en la orden del día la preparación inmediata y en todas las formas del proletariado, para la conquista del poder político, a fin de realizar las medidas económicas y políticas que constituyen el contenido de la Revolución Socialista” (O.C. XXIV, p. 456)
La situación revolucionaria condujo, pues, aceleradamente a la “dualidad de poderes” y a su necesaria resolución por medio de la lucha ya que “…en última instancia, los problemas de la vida social los resuelve, como es sabido, la lucha de clases en su forma más violenta y aguda, es decir, bajo la forma de guerra civil “ (O.C. XXV, p. 193), y al mismo tiempo surgió el nudo de todo el conflicto: ¡el del poder! ya que el problema principal de toda revolución es, indudablemente, el problema del poder estatal y la clase que lo administra.
Y sin embargo Lenín mismo en el momento supremo del combate de clase, en el instante dramático del asalto, tuvo que arengar, el 24 de octubre, a los timoratos integrantes del Comité Central de su propio partido a tomar de inmediato el poder : “La situación es crítica en extremo. Es claro como la luz del día que hoy en verdad aplazar la insurrección es la muerte. Quiero, con todas mis fuerzas, convencer a los camaradas de que hoy todo pende de un hilo, de que en la orden del día hay cuestiones que no pueden resolverse por medio de conferencias ni de congresos (aunque fueran, incluso, congresos de los soviets), sino únicamente por los pueblos, las masas, por medio de la lucha de masas armadas. ¡¡No se puede esperar!! ¡¡Nos exponemos a perderlo todo!!” (O.C. XXVI, p. 220)
¡Aquí está “Lenín, el Grande”! un conductor notable, intrépido, audaz, sin titubeos, para un no menos grande y heroico pueblo sublevado y una gigantesca revolución social, económica y política que derrumbaba los muros del pasado y abría las puertas de la historia al día siguiente.
¡Mañana del 25 de octubre de 1917 10 hs. en Petrogrado!:
Carta al C.C. y ¡A los ciudadanos de Rusia!
“El Gobierno provisional ha sido depuesto. El poder del Estado ha pasado a manos del Soviet de diputados obreros y soldados de Petrogrado, del Comité Militar Revolucionario, que encabeza al proletariado y a la guarnición de Petrogrado.
“La causa por la cual luchaba el pueblo: la propuesta inmediata de una paz democrática, la abolición de la propiedad de los terratenientes sobre la tierra, el control obrero sobre la producción, la creación de un gobierno soviético, está asegurada.
“¡Viva la revolución de los obreros, soldados y campesinos!”
Comité Militar Revolucionario
Adjunto al Soviet de diputados
Obreros y soldados de Petrogrado.
II – HOY
“El paso del capitalismo al comunismo llena toda una época histórica. Mientras ésta época histórica no finalice, los explotadores siguen inevitablemente abrigando esperanzas de restauración, esperanzas que se convierten en tentativas de restauración” (Lenín, “La Revolución proletaria y el renegado Kautsky” O.C. Edit. Cartago, tomo XXVIII, p. 251)
Primero esperanzas, luego tentativas, finalmente éxito de los explotadores que no estaban afuera sino adentro mismo de la nueva sociedad soviética.
Hito de la historia universal y preludio de la superación del capitalismo.
Como hito: inicio de la declinación del capital; Como preludio: aciertos (expropiación de los capitalistas) y errores en la construcción (exclusión de los trabajadores en la dirección del Estado), monopolio del Estado en el Partido único cuando ya no había necesidad de ello (Post-segunda mundial), no hubo cambio fundamental en las relaciones de propiedad.
Restauración, reacción, desquite del capital, explotación, inequidad: todo ha vuelto al 24 de octubre de 1917, el imperialismo mundial, ha ganado una gran batalla ¡pero no ha ganado la guerra! ¡la lucha continúa! El imperialismo financiero actual no podrá resolver los problemas de los pueblos, no podrá contra el hambre, la injusticia, y las desigualdades, sencillamente porque se sostiene de ellas, las crea incesantemente, y la crisis mundial desatada en el 2008 es un patente ejemplo, no puede dejar de generar su propio enemigo los trabajadores asalariados de todo el mundo junto con todo tipo de organizaciones sociales, políticas, ecológicas, etc. Pero al mismo tiempo ellos han aprendido qué camino debe seguirse luego de los cambios: ¡hay que construir una nueva sociedad de trabajadores asociados en el trabajo y en la dirección de las grandes cuestiones del Estado y del mundo! ¡No una élite! ¡No un partido único! ¡Sí una única política anticapitalista y antiimperialista! ¡Si una única dirección social y política: lo trabajadores construyendo el comunismo!
Fernando Hugo Azcurra
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