Crece la barbarie capitalista: el número de hambrientos pasará este año de 1.000 millones por primera vez

Algunas cifras, por redondas, parecen más estremecedoras. En el momento en que la ayuda alimentaria está en el nivel más bajo de los últimos 20 años, la cifra de personas críticamente hambrientas está en la cota más alta conocida, hasta el punto de que este año pasará de 1.000 millones de por primera vez.
Son los datos que maneja el Programa Mundial de Alimentos (WFP, en sus siglas en inglés), que ha manifestado públicamente un déficit presupuestario serio para hacer frente a la situación. En este sentido, destaca que muchos países ricos han cortado su ayuda monetaria en la lucha contra el hambre, en lo que consideran "una receta para el desastre".
Hasta la fecha, el PAM sólo ha conseguido un apoyo financiero de 2.600 millones de dólares para cubrir los 6.700 millones que había presupuestado para 2009. "Las contribuciones recibidas apenas cubren una tercera parte del dinero que se necesita para alimentar a las personas más vulnerables del mundo", lamentó el organismo. Esta falta de fondos se produce "en un momento de gran vulnerabilidad frente el hambre", advirtió el PAM.
"Millones de personas han sido golpeados por la crisis financiera global y su capacidad para comprar alimentos es limitada porque los precios se mantienen altos", señala a este respecto el programa de la ONU.
"Las poblaciones más pobres del mundo" están "agotando lo poco que ya tenían y se exponen aún más al hambre", añade.
Desde México, el relator especial de la o­nU sobre el Derecho a la Alimentación, Olivier de Schutter, ha asegurado en un foro organizado por diversas o­nGs que en los últimos dos años aumentó "significativamente" el hambre mundial y que ya se está por encima de 1.000 millones de personas. Además, hay 3.000 millones de desnutridos.
Esta situación es "alarmante" y los Estados deben desarrollar "programas eficientes" que hagan frente a esta problemática que se agudiza cada vez más con factores como el crecimiento demográfico, la crisis alimentaria y el cambio climático, aseveró el alto funcionario de Naciones Unidas.