martes, 18 de agosto de 2009

Nixon: Brasil "ayudó a manipular las elecciones" de 1971 en Uruguay



Archivos. Desclasifican documentos sobre acciones de EE.UU. en la región

"Los brasileños ayudaron a amañar la elección uruguaya" de 1971, fue la frase de Richard Nixon al primer ministro británico Edward Heath, en Bermudas, de acuerdo a un documento desclasificado tras 37 años por el Departamento de Estado.
El entonces presidente de Estados Unidos, en otro documento, habría manifestado al secretario de Estado, William Rogers: "incidentalmente, el asunto uruguayo, al parecer él (por el presidente de Brasil, Emilio Garrastazú Médici) ayudó un poco ahí".
La historia se inició en el Salón Oval de la Casa Blanca el 20 de diciembre de 1971. Nixon, el anfitrión, preguntó entonces al presidente de facto Garrastazú Médici: "¿Brasil no dudará en intervenir en los asuntos de sus vecinos, usando una acción encubierta para oponerse a regímenes de izquierda ayudando a gobiernos amigos a mantenerse en sus oficinas (...) en países como Bolivia y Uruguay?", surge de las anotaciones secretas sobre la conversación mantenida por los dos mandatarios, para acordar un pacto secreto a fin de combatir el comunismo en América Latina.
En esa reunión privada, durante una visita oficial, el tema giró exclusivamente sobre la colaboración que planeaban Nixon y Médici para derrocar los gobiernos de izquierda en el continente, poniendo el punto de mira en Salvador Allende en Chile y Fidel Castro en Cuba.
Cuando han corrido 37 años de aquellos diálogos, en reserva total en las cajas fuertes del Departamento de Estado, los Archivos de Seguridad Nacional, una institución no gubernamental sin fines de lucro, localizada en la Universidad de Washington, "descifró" los memorándum y los difundió, con la descripción casi en detalle del intercambio de planes entre ambos jefes de Estado.
En esa oportunidad Nixon, según especifica claramente el documento, interrogó a Médici, en forma reiterada, por el apoyo brasileño para "salvaguardar la seguridad interna del statu quo en el hemisferio, incluyendo los gobiernos de Bolivia y Uruguay".
Pero el tema central, que tantos años se mantuvo en silencio, giró sobre Chile. El primer memorándum, con fecha 9 de diciembre de 1971, el presidente Nixon ofreció "ayuda discreta y dinero si era necesario" a Medici para apoyar el derrocamiento de Salvador Allende. E inquiere: "¿piensa que los militares chilenos podrían hacer caer al presidente?". La respuesta no dejó dudas: "tenemos intercambio de estudios y ejercicios entre ambos ejércitos y sé que están preparados. Él (por Allende) será destituido por las mismas razones que Goulart fue depuesto en Brasil".
Nixon pone el énfasis entonces en que los dos países deben prevenir imperativamente el surgimiento de nuevos Allendes y Castros y tratar en lo posible de revertir esas tendencias.
El documento asimismo especifica que los presidentes analizaron operaciones contra Castro, apoyando a los "grupos de exiliados que tenían las fuerzas para derrocarlo" y discutieron cómo "bloquear los esfuerzos de Perú para traer a Cuba de regreso a la OEA".
Peter Kornbluh, uno de los directores en Archivos de Seguridad, declaró a la prensa: "si los presidentes están hablando de esa manera, eso es sólo la punta del iceberg. En general los mandatarios hablan escuetamente, pero detrás de ellos siempre hay cientos de personas trabajando en el tema diariamente".
Otro de los documentos hace referencia a las divisiones que existían en las fuerzas armadas brasileñas, aunque Médici estaba fuerte por la buena situación económica y la falta de oposición política. Sin embargo, uno de los militares cercanos al presidente de facto, el general Vicente Dale Coutinho, comandante del cuarto ejército, exhibía públicamente su malestar, reiterando que en el acuerdo entre los presidentes "Estados Unidos dejó para Brasil hacer el trabajo sucio".
Los archivos desclasificados en Washington dan cuenta de 15 documentos sobre la preocupación de Nixon por la situación en Uruguay.
En el documento 1 (del 20 de agosto de 1971, telegrama secreto del Departamento de Estado), se pide a las embajadas de Argentina y Brasil que hagan un estimado de cuál sería la reacción de los gobiernos de esos países frente a una exitosa participación del FA antes y durante las elecciones.
El documento 2 (del 25 de agosto de 1971, Análisis y Papel Estratégico Preliminar secreto de la Embajada de EEUU-Uruguay), la sede diplomática estadounidense responde a las instrucciones dadas por el Consejo de Seguridad Nacional para diseñar una estrategia "...para aumentar el respaldo a los partidos democráticos en Uruguay y tratar de disminuir la oportunidad del triunfo político del FA. El Grupo de Trabajo de la Embajada hace recomendaciones en cinco áreas: psicológica, de asistencia económica, política, laboral y de seguridad.
El documento 4 (del 27 de agosto de 1971, cable secreto del embajador de EEUU, Lodge en Argentina), responde a la inquietud del 20 de agosto (documento 1) sobre la intervención de Brasil y Argentina en las elecciones uruguayas. Reporta que Brasil y Argentina han realizado múltiples consultas de inteligencia y están siguiendo de cerca los eventos en Uruguay. "Argentina no tiene planes de intervención en las elecciones uruguayas, pero apoyaría un golpe para reinstalar al actual presidente Pacheco si la izquierda `Frente Amplio` gana en noviembre", dice.
El documento 11 (del 7 de diciembre de 1971) da cuenta de una conversación entre Nixon y el secretario de Estado, William Rogers, sobre el presidente de Brasil:
Rogers: "Sí, pienso que este asunto de Médici es una buena idea. Pasé un tiempo agradable con él hoy...".
Nixon: "Es un tipo increíble, ¿cierto?
Rogers: Es... Dios mío, me alegra que esté de nuestro lado".
Nixon: "Duro y, eh, tu sabes (risas), me gustaría que presidiera sobre el continente entero".
Rogers: "A mi también ...".
Nixon: "A propósito, la cuestión uruguaya, parece que él ayudó un poco allí...".

Corbo: "El fraude comenzó con Pacheco"

El ex diputado y director del Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), Daniel Corbo, dijo a El País que el "fraude electoral" en 1971 comenzó con la idea lanzada por Jorge Pacheco Areco de reformar la Constitución para habilitar su reelección.
"Pacheco, yendo en contra de lo que prescribe la Constitución, presentó una propuesta de reelección simultánea con las elecciones nacionales. De ese modo hace campaña siendo presidente de la República, y a pesar de tener conciencia de que no era viable la reelección, igual la lleva adelante porque pone su nombre de pantalla para llevar de candidato a Juan María Bordaberry, que no formaba parte del Partido Colorado ni tenía votos", dijo Corbo, autor del libro Cómo hacer presidente a un candidato sin voto, que se refiere a las elecciones de 1971.
"Ahí empieza a tomar cuerpo el fraude, porque en esa reforma constitucional simultánea se tiene que votar por dos listas en lugar de una: una por el sistema vigente y otra por el sistema proyectado. Las dos listas parecen iguales, la que lleva de candidato a Bordaberry y la que lleva de candidato a Pacheco. Esto hizo que muchos votos se contara doble, por eso el Partido Nacional dice que hubo más votos que votantes", explicó Corbo.
Según Corbo, otro elemento de manipulación en esa elección fue el papel que jugó Gallup, la única empresa encuestadora de la época. "En todo momento da una elección pareja entre el Partido Colorado y el Frente Amplio, y al Partido Nacional lejos tercero. Esto llevó a que mucha gente creyera que el Partido Nacional no le ganaba al Frente Amplio, entonces votaron a Pacheco o a otro candidato colorado. Esto fue una manipulación de la opinión pública a través de una encuestadora", recordó.
A esto le suma un "conjunto de irregularidades" que ayudaron al triunfo del Partido Colorado. "Una acumulación de irregularidades terminaron por anular las garantías de nuestro sistema electoral", como urnas que quedaron varios días con la "boca abierta", o votos que estaban afuera de las urnas.
El libro de Corta también aborda la injerencia de Estados Unidos bajo la presidencia de Nixon y la versión de la complicidad de Brasil.

El País

No hay comentarios: