Se viene el carnaval electoral.
Los viejos murguistas de siempre, con su simpática sonrisa compradora, y los nuevos, con nuevos disfraces, vistoso ropaje progresista que esconde la misma política conservadora…
Nos dicen que este gobierno es el de los trabajadores, que defiende los intereses de los asalariados, que es mejor no hacerles paro, que hay que negociar con las cámaras empresariales dueñas por siempre de este país, que hay que ser pacientes y que hay que disputar el programa de gobierno, bla, bal, bla….
El mundo está podrido, el capitalismo desnuda una vez más su naturaleza egoísta y explotadora. Se acerca la crisis cual ola imparable y devastadora, y la solución del gobierno y de las clases dominantes (la oligarquía de siempre) a la crisis es: REBAJA SALARIAL. Una vez más ante el despilfarro, la avidez desmesurada de ganancias, la irresponsabilidad ante el sufrimiento de las mayorías, proponen que sea la clase obrera y los trabajadores quienes, paguen con su sacrificio, su pobreza, la impúdica riqueza de las clases dominantes, inamovibles en sus privilegios.
No es otra cosa lo que se pretende con los consejos de salarios: una vez más acordar para inmovilizar a los obreros en sus reclamos, atar a la clase obrera para salvar lo que en definitiva es la razón de ser del capitalismo: asegurar la tasa de plusvalía en detrimento de los verdaderos generadores de riqueza: los obreros, los trabajadores del campo y la ciudad.
El único gobierno que representa los intereses de los trabajadores es el de los propios trabajadores. El poder obrero, será quien garantice y cumpla con los objetivos de las amplias masas trabajadoras y el pueblo, en oposición frontal, acérrima, al enemigo de siempre: el imperialismo y las oligarquías apátridas, y el sistema capitalista.
La clase obrera debe ser intransigente en la defensa del punto de vista de clase, y forjadores de su propio destino, con el apoyo de las amplias masas trabajadoras y los intelectuales comprometidos. Ningún canto de sirena de traidores a la clase endulzará los oídos para adormecer la rebeldía de los obreros ante la injusticia. Este gobierno no es más que una nueva forma que las clases dominantes se dan para perpetuar su dominación. La independencia de clase se demuestra y si algún conciliador entreguista con discursos negociadores se opone, que el ímpetu de las masas obreras barra con tal actitud claudicante.
Los obreros se deben una renovada discusión ideológica. Una nueva forma de accionar político, con el fin de conquistar, hoy más que nunca, una sociedad sin explotados ni explotadores.
Refundación Comunista
Octubre 2008
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