miércoles, 20 de junio de 2018

Con diferencias internas, el Mercosur apunta contra Nicaragua y Venezuela




Con resoluciones en sintonía con la política injerencista del imperialismo hacia Nicaragua y Venezuela, la cumbre del Mercosur hizo foco en los acuerdos con otros bloques y resolvió seguir intentando con la UE. Paraguay entregó la presidencia pro-tempore a Uruguay.

Los jefes de Estado de los cuatro países que conforman el bloque –Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay- realizaron este lunes la 52 cumbre del Mercosur. Las dificultades para alcanzar un acuerdo con la Unión Europea estuvieron en el centro del debate. El presidente de Paraguay, Horacio Cartes cedió la presidencia pro-tempore al uruguayo Tabaré Vázquez. El nuevo presidente temporal abogó sin éxito por volver la mirada a China. Las fuertes crisis políticas domésticas de Temer y Macri -que debió enviar a su vicepresidenta y quedarse a pilotear la crisis en Argentina- fortalecieron la posición relativa de Uruguay.
En lo que no hubo fisuras entre los mandatarios fue en las resoluciones sobre la situación de Nicaragua y Venezuela, donde detrás de la usual retórica por la democracia y contra la violencia, respaldaron la línea imperialista impulsada por la derecha continental.
Así, tras condenar “todo tipo de violencia” en Nicaragua, instaron a “retomar el diálogo el diálogo nacional coordinado por la Conferencia Episcopal” y “consensuar una solución pacífica a la grave crisis”. Todo un respaldo a la mesa de diálogo que impulsan la diplomacia de Washington y el Vaticano en suelo nicaragüense junto a los empresarios de ese país, que se desarrolla sin que se haya suspendido la represión gubernamental, y cuyo plan es organizar una “transición” mediante el adelantamiento de elecciones, aceptando entre tanto la permanencia de Ortega. O sea, una salida reaccionaria a la crisis que no tiene en cuenta las demandas profundas del pueblo trabajador.
En cuanto a Venezuela, la resolución aludió al "crecimiento de los flujos migratorios de venezolanos", que obliga a "coordinar esfuerzos a fin de dar respuestas integrales en materia migratoria y de refugio", e instó al Gobierno de Nicolás Maduro a "coordinar con la comunidad internacional" para encontrar una vía de solución. La declaración del bloque, y especialmente de Brasil, señala a la migración que produce la situación económica en Venezuela como el principal problema a enfrentar, muy a tono con los discursos de las principales potencias de mayor control y leyes contra los inmigrantes.
Paradójicamente, los cuatro países apartaron a Venezuela del bloque en agosto del 2017, bajo el pretexto de “ruptura del orden democrático” por parte del gobierno de Maduro. Suena increíble en boca de Michel Temer, por ejemplo, que con una popularidad tendiente a cero, se encuentra en el poder gracias al golpe institucional que sacó a Dilma Rousseff. O en boca de Cartes, quien recibió el mando sin contradicciones de Franco, asumido tras el golpe parlamentario contra Fernando Lugo. Incluso en la de Gabriela Michetti, quien ha declarado públicamente que "No es razonable votar cada dos años", claramente incómoda por tener que rendir cuentas de medio término ante los electores. Vale recordar que el gobierno de Mauricio Macri fue el primero en reconocer al golpista Temer tras la destitución de Rousseff.
La suspensión de Venezuela del bloque, firmada también por el canciller Nin Novoa de Uruguay, no fue recibida homogéneamente en el Frente Amplio, coalición de Tabaré Vázquez. Algunos analistas atribuyen a esa crisis interna el encono del nuevo presidente temporal en impulsar un giro en las relaciones exteriores del bloque, de la Unión Europea hacia China.
"Pedimos proceder y, si por alguna razón alguno de nosotros (....) no puede avanzar en este aspecto, pues también dialoguemos y encontremos fórmulas que sin lesionar al Mercosur contemplen a sus estados partes", dijo el presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, durante su intervención.
China es un mercado clave para las exportaciones de materias primas del bloque, pero también vende productos que compiten con la manufactura interna de sus países. En América del Sur, Chile y Perú son los únicos países que tienen acuerdos de comercio con China.
Vázquez criticó la dilación en las negociaciones con la UE, afirmando que "No estamos dispuestos a perder el tiempo en negociaciones eternas (...), tampoco estamos dispuestos a firmar un ’acuerdito’". Vale recordar que la última ronda de conversaciones finalizó con un progreso limitado y acusaciones mutuas sobre quién estaba entorpeciendo el acuerdo.
Según Reuters, algunos funcionarios explicaron que “Las dificultades para avanzar persisten en el tratamiento de productos industriales y agrícolas, como la carne vacuna sudamericana y los productos lácteos europeos”.
Lo que no dice Vázquez ni ningún mandatario del bloque, es que un acuerdo con la UE lejos está de beneficiar a los pueblos de los países miembros, sino más bien son fruto del enorme lobby del agropower.
En un análisis reciente, el economista Esteban Mercatante señaló que “Cecilia Malmström, la Comisaria de Comercio de la UE, puso en números lo que las empresas del bloque podrían ahorrarse en sus exportaciones al Mercosur: las empresas de la UE pagan 4000 millones de euros al año a los países del Mercosur en concepto de aranceles. Ver reducido este pago no sólo les ahorraría costos, sino que abarataría las mercancías que ingresan al Mercosur; en muchos rubros industriales donde ya de por sí las empresas de la UE con ventaja competitiva por su mayor productividad, esta reducción de aranceles les otorgará mayores facilidades para ganar cuotas de mercado en detrimento de los industriales locales. Por el lado del Mercosur, para el que La UE es el destino del 17% de sus exportaciones y origen del 20 % de sus importaciones, con los términos del acuerdo son mayores las pérdidas que las ganancias”.
Michel Temer defendió la línea de darle continuidad a las negociaciones con la UE. "No debemos abandonar la idea de esta alianza (...) cerrar las puertas ahora significa impedir el camino de las negociaciones que en los últimos tiempos ha tenido un éxito razonable", dijo Temer en referencia a los avances realizados en 2017.
Temer abogó también por un acercamiento a la Alianza del Pacífico, bloque comercial y político integrado por Chile, Colombia, México y Perú que supo constituirse como bastión de la resistencia neoliberal en el continente. Ambos bloques celebrarán un encuentro a finales de julio.
Por otro lado, durante el último semestre se iniciaron negociaciones para alcanzar acuerdos de comercio con Canadá y Corea del Sur y el próximo inicio de conversaciones con Singapur.

Próxima ronda con la UE

Lo cierto es que la UE y el Mercosur comenzarán la próxima semana una nueva ronda de reuniones comerciales.
La canciller de Bulgaria, cuyo país ocupa la presidencia temporal del Consejo de Ministros de la UE, dijo el mismo lunes que la Unión Europea y el Mercosur podrían cerrar hacia fines de este año el acuerdo comercial que negocian desde hace décadas.
"Creemos que vamos a poder cerrar las negociaciones hacia el final del año", dijo Ekaterina Zaharieva en una entrevista con Reuters luego de una reunión de ministros de relaciones exteriores del G-20 en Buenos Aires.
La comisionada de Comercio de la UE, Cecilia Malmstrom, había dicho el viernes que esperaba progresos en asuntos difíciles la próxima semana, pero advirtió que se requerirían más conversaciones.
Según Reuters, un diplomático europeo dijo que los autos y las indicaciones geográficas eran los requisitos centrales del bloque. En cuando a los automóviles, las negociaciones se han centrado en el período durante el cual los aranceles deberían reducirse y en el nivel mínimo de contenido local requerido.
En términos de reducción de aranceles, podría ser el acuerdo comercial más lucrativo de la UE hasta la fecha, con ahorros potencialmente tres veces mayores que en los pactos con Canadá y Japón combinados.

Isabel Infanta
@isabel_infanta

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