martes, 13 de junio de 2017

Flexibilización laboral y desregulación ambiental: el nuevo programa de Trump




Esta semana se dará a conocer el nuevo plan del gobierno de Trump que atenta contra derechos laborales y leyes de protección ambiental, entre ellas, las normas sobre la calidad del aire.

La ganancia First!

Los empresarios norteamericanos recibirán una buena noticia esta semana. El gobierno de Donald Trump planea revelar un programa para reducir regulaciones que, según considera, limitan el crecimiento de la industria manufacturera y que potencialmente afectaría a los permisos ambientales, la seguridad de los trabajadores y las normas laborales, dijo un funcionario este lunes.
La lista de “recomendaciones” del Departamento de Comercio de Estados Unidos se conocerá más de tres meses después de estudios y consultas con la industria sobre la manera de racionalizar las regulaciones y aliviar la carga de las empresas manufactureras, afectando las condiciones laborales y de contratación de los trabajadores norteamericanos, flexibilizando la mano de obra en suelo estadounidense.
La jornada laboral en Estados Unidos es una de las más altas del mundo: El norteamericano medio trabaja 34,4 horas a la semana, más que el resto de países industrializados, y tercio trabajan más de las 40 horas semanales. Según un estudio de la ONU, un trabajador en Estados Unidos trabaja 250 horas más que un trabajador británico y 500 más que uno alemán. La mayoría de los trabajadores nuevos sólo tienen una o dos semanas de vacaciones pagadas al año, que es menos que en cualquier otro país industrializado, excepto Japón. Además, en el país más competitivo, un trabajador puede ser despedido en cualquier momento y sin una razón clara.
Y un dato que explica, en parte, este panorama. El porcentaje de trabajadores sindicados en Estados Unidos ha descendido al mínimo desde el final de la segunda guerra mundial: un 11,3%.
Estas son las condiciones que la administración Trump quiere flexibilizar aún más, favoreciendo a los empresarios que inviertan en Estados Unidos, a costa de un mayor nivel de explotación laboral.
La lista del Departamento de Comercio podría apuntar a algunas normas que ya están en rigor. Grupos que incluyen a fabricantes de autopartes también han apuntado a leyes laborales que facilitan a los sindicatos la organización de los trabajadores, expanden el número de empleados elegibles para horas extra y regulan los casos de lesiones en el lugar de trabajo.

(Des)Protección ambiental

Un funcionario de la administración Trump que está al tanto de las recomendaciones que se enviarán a la Casa Blanca dijo que el complejo sistema de permisos de la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por su sigla en inglés) será un foco clave, en línea con las declaraciones que emitió el mes pasado el secretario de Comercio Wilbur Ross.
Las 171 observaciones públicas presentadas por compañías y grupos industriales son un reflejo de las prioridades de la industria frente a estos intentos de racionalización. Varios grupos industriales y empresas reclaman que las normas de la EPA sobre calidad del aire para nuevas instalaciones a menudo son redundantes.
El reporte analizará los comentarios de la industria e "identificará muchos problemas y establecerá maneras de adoptar acciones responsables", dijo el funcionario, que no quiso ser identificado. El proceso ha examinado varias regulaciones concluidas bajo la administración de Barack Obama.
Una demanda común de la industria es que el gobierno de Trump rechace un planeado ajuste de las reglas sobre ozono, que varios grupos dicen que los expondría a mayores obstáculos en la obtención de permisos para nuevas instalaciones, elevando los costos.
Trump ya ha dado pasos para revertir algunas regulaciones ambientales de la era Obama que aún no estaban totalmente implementadas, como restricciones a las centrales eléctricas a carbón y una norma sobre agua limpia que restringe ampliamente el escurrimiento hacia pequeños cauces.

LID

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