jueves, 25 de febrero de 2016

Vázquez nombra a una ex gerenta de Shell al frente de ANCAP




El pasado viernes 19 de febrero Tabaré Vázquez comunicó oficialmente que Marta Jara sería la elegida para presidir ANCAP. La noticia causó asombro y también polémica en la oposición, quien la cuestiona por su gestión al frente de Gas Sayago S.A.. Un cambio para avanzar en el intento privatizador, y una crisis que la pagará el pueblo trabajador.

La nueva presidenta de ANCAP es presentada como una técnica de mucha experiencia en el manejo de empresas petroleras. Tal es así, que la Ingeniera Química egresada de la UBA trabajó para empresas en Argentina, Londres, y finalmente presidiendo Joint Ventures de la multinacional Shell en México. Aquí, le valió la distinción de "una de las 50 mujeres más poderosas de México”.
A horas de conocida la noticia los principales líderes de la oposición de derecha declaraban no acordar o tener reparos con el nombramiento, ya que Jara es parte de la plana gerencial que estuvo desde 2012 al frente de Gas Sayago S.A., firma privada creada por el estado para construir y administrar la planta regasificadora de Puntas de Sayago. Uno de los episodios más recordados de su gestión fue su defensa de que la multinacional francesa GDF-Suez construyera la planta regasificadora utilizando una sociedad anónima uruguaya.
Pablo Abdala (Partido Nacional) y José Amorín Batlle (Partido Colorado), fueron los principales voceros en los cuestionamientos, a quienes se sumaron Lacalle y Bordaberry desde las redes sociales.
Sin embargo, pasadas las horas la oposición cesó las críticas e incluso se mostró dividida. Pablo Mieres del Partido Independiente en declaraciones para medios informativos, dijo estar de acuerdo con las críticas del resto de la bancada opositora, pero planteó que votará la venia del Senado dada “la sólida trayectoria técnica” de Jara. La senadora Verónica Alonso del sector Alianza Nacional también se desmarcó de las críticas de la oposición y llamó a “apoyar a la nueva presidenta”.
Pero los cuestionamientos de la oposición son solamente de forma, ya que con este nombramiento el gobierno toma parte de su programa, haciendo eje en la “buena gestión y rentabilidad” de la empresa.
Dentro del Frente Amplio sin embargo, el anunció sirvió para cerrar filas en torno a lo ocurrido alrededor de la Comisión Investigadora, y desde la Ministra de Industria, Carolina Cosse, hasta Sendic, le enviaron buenos augurios a Jara.
Con una ex CEO de Shell al mando de ANCAP, el gobierno se prepara para afrontar las próximas discusiones acerca del posible hallazgo y explotación de petróleo. Esta tarea ya había asegurado Vázquez que la llevarían adelante multinacionales como la francesa Total. Parece difícil que una presidenta con un claro perfil privatista venga al ente petrolero a “defender el patrimonio público”.
A su vez, el gobierno intenta cerrar la crisis que significó la pérdida patrimonial de ANCAP. Sin embargo, lejos de una resolución que fuera en el sentido de la defensa del patrimonio público, la nueva presidenta viene a preparar el terreno para una posible futura asociación con privados, o privatizaciones de ciertas áreas. Situación que ya había sido denunciada por la Federación de ANCAP a propósito de la asociación de la Planta Carrasco con el Grupo Eurnekian y Petrobras, en épocas de Raúl Sendic.
El cambio significa salir de la ANCAP dirigida por políticos al servicio de hacer “buenos negocios” y usufructuar el aparato estatal para montar personalidades políticas (Sendic), para dar paso al discurso de “la buena gestión” reclamado por la derecha nueva (Novick) y tradicional, y ahora llevado a cabo por el Frente Amplio. Un discurso que es continental: en la vecina orilla vemos como también Mauricio Macri pone a ex gerentes de empresas trasnacionales como ministros y directores de empresas en nombre de la "transparencia y la "gestión", para aplicar el brutal ajuste que está llevando adelante contra los trabajadores y los sectores populares.
En ambos casos nada bueno pueden esperar los trabajadores, ya sea del discurso “neo-desarrollista” con que Sendic, el MPP, y el PCU dirigieron ANCAP, como del perfil obscenamente neoliberal que expresa Jara.
La capitalización de ANCAP significa una transferencia millonaria de recursos en base a impuestos a los trabajadores (sumado al costo del combustible), o sea: la crisis de ANCAP está siendo pagada por los trabajadores y sectores populares.
Por estos motivos parece urgente que los trabajadores y el pueblo uruguayo se movilicen por un combustible popular, y una ANCAP al servicio de las mayorías populares y bajo el control de sus trabajadores.

Damián Recoba

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