sábado, 10 de septiembre de 2011
Los cascos azules celestes. Un país no es su gobierno
El creciente involucramiento militar del gobierno uruguayo en la construcción del orden imperial
Todos lo sabían. Supuestamente versado en cuestiones militares, el ministro de "defensa" siempre dice que conoce bien como funciona un cuartel. Al mismo tiempo sostiene que los hechos denigrantes ocurridos en Haití involucran solamente a "cuatro manzanas podridas" y no a la institución militar en sí misma.
De ser cierto esto habría que pensar que la Armada para comandante de una unidad selecciona al más reverendo pelotudo capaz de sentarse en el sillón y que le pasen un cocodrilo pintado a rayitas bajo la nariz. Como se sabe, de cosas de este tipo es más difícil no enterarse que enterarse.
Hace un mes una denuncia de una ONG haitiana en Port-Salut habló de violaciones a menores perpetradas por marinos uruguayos de la MINUSTAH. En cuestión de horas la Armada hace una "investigación interna" que concluye que esas denuncias son todas falsas, y los militares todos inocentes. El ministerio, el gobierno, todo el espectro político, los medios de comunicación, dan por buena esa versión.
Luego se conoce una denuncia concreta, una víctima con nombre y apellido, un pibe de 18 años. Y aparece un video. Ahora la versión de Armada es que se trató de una broma de mal gusto.
Las versiones de la Armada son una broma de mal gusto, las declaraciones del secretario de la presidencia de la República son una broma de mal gusto, las conclusiones de la ONU son una broma de mal gusto.
Los hechos habían ocurrido dos meses antes y demoraron un mes en hacer eclosión debido a la vergüenza y el dolor de la víctima, pero el video había sido filmado en la base naval y mostrado con jactancia por los violadores como una hazaña. No se conoció por una investigación del mando militar que negó todo, sino totalmente por afuera. Un haitiano logró sacar una copia, lo difundió, alguien lo subió a Internet, un juez haitiano tomó cartas en el asunto y notificó a Naciones Unidas, que lo remite al ministerio de Relaciones Exteriores de Uruguay. Y es entonces cuando el ministro de "defensa" se da por enterado.
Pero una organización de derechos humanos de Haití recopila hechos que demuestran que "cambiar" (dicho en español) actos sexuales por alimentos es una práctica instalada en la base naval uruguaya en Haití desde el comienzo, lo mismo que el tráfico de sustancias ilegales. Es IMPOSIBLE que esas cosas existiesen sin conocimiento del mando, las personas que ingresan en cualquier unidad militar tienen que pasar retenes, hay una oficina de guardia y un oficial a cargo, etc. Y ningún milico (con o sin galones) hace la vista gorda si no obtiene algo a cambio. Cualquiera que sepa como funciona realmente un cuartel lo sabe.
También es imposible que lo que pasaba en Haití no se supiese en Montevideo, el sistema de relevos hace que 75% de la tropa y el casi el 90% de la oficialidad haya pasado por destinos en "misiones de paz", y los que vienen siempre cuentan la cosas a los que van a ir.
La investigación de la Armada exonerando culpas mientras los hechos reales eran conocidos en la interna es la prueba flagrante del encubrimiento y la complicidad. De la misma forma, las versiones "suavizantes" de Naciones Unidas son la demostración más clara del cinismo de estas "misiones de paz".
La oficina de la ONU miente sin vergüenza al decir que se descarta una violación. El video le llegó en el expediente que le remite un juez, que también incluye el testimonio de la víctima y una pericia médica que constata un desgarro en el ano.
La Ley de Murphy les cayó a ellos. Esto les reventó cuando el fracaso inocultable de la MINUSTAH los está obligando a tratar de acomodar el cuerpo y han empezado a hablar de un "retiro gradual"... ¡en diez años!!!!
Y como Murphy sabe hacer las cosas, les reventó por el lado de Uruguay, el que tenía que hacer el papel del "milico bueno"; les aparecieron los casos de pedofilia cuando hace apenas dos meses el ejército uruguayo organizó, para mostrar las bondades de la MINUSTAH con el pueblo haitiano, una exposición fotográfica en la IMM que exhibía escenas de soldados uruguayos jugando con niños haitianos.
El gobierno de Mujica trabajó todo este tiempo (y allí hay una diferencia con los anteriores) para "recuperar la imagen" de las fuerzas armadas. Hacia adentro, sosteniendo que los "soldados de la patria" deben tener "relaciones íntimas" con el pueblo. Y hacia afuera, tratando de hacer un buen papel servil en el orden internacional, siendo la parte buena y esforzada de las llamadas "misiones de paz". Ambas cosas se cayeron de la peor manera.
Pero el tema aquí NO ES las violaciones sexuales, por degradantes que sean. Todos los ejércitos de ocupación son violadores, a lo largo de la historia. Pero lo son porque es esa misma condición lo que degrada moralmente al ocupante y lo conduce a actos aberrantes.
Así lo explica el sexólogo uruguayo Arnaldo Gomensoro: en estas violaciones "el sexo no es sino la herramientapara consumar el acto de violencia contra poblaciones discriminadas, el abuso sádico del poder de quienes tienen la posibilidad de oprimir a sus víctimas, una cuestión política [y no meramente sexual o de género. Por eso] frecuentemente las víctimas son niños y niñas pequeñas, cuyo único atributo común es la vulnerabilidad y la indefensión".
Dice Mujica que es normal que en todo ejército haya algo de soldadesca. Le faltó explicar por qué, y decir además que todo ejército de ocupación es todo él soldadesca, precisamente porque es de ocupación. Y que la demostración, si fuese necesario confirmarla, de que estamos ante una ocupación militar violatoria de la autodeterminación de los pueblos (y no ante una "intervención humanitaria") es precisamente la degradación moral generalizada de la soldadesca.
De modo que ocupémonos de la cuestión política.
Es nuestra responsabilidad como pueblo, más allá de lo que haga o deje de hacer este gobierno, asumir la solidaridad con el pueblo haitiano y al mismo tiempo ocupar nosotros un lugar digno en el mundo. Es nuestra responsabilidad la lucha anti-imperialista y anti-militarista.
Nos tocó estar presentes en una entrevista que mantuvimos el 30 de agosto con el canciller uruguayo Luis Almagro y el vice canciller Roberto Conde, asistieron otros integrantes de la Coordinadora por el retiro de las tropas de Haití, y dos representantes del PIT-CNT. En ella el canciller nos informa de la posición del gobierno uruguayo de ir al "retiro gradual" (nosotros reiteramos nuestro reclamo de retiro inmediato), y nos da al respecto su opinión personal: quedarse cinco años más sería "un disparate". Ahora hablan de quedarse diez años, DOBLE DISPARATE.
En nuestra militancia por el retiro de las tropas de Haití, hemos encontrado cuatro argumentos entre los partidarios de mantenerlas. Siempre son los mismos.
1. Los militares están, y algo hay que hacer con ellos.
2. Estamos allí para evitar una invasión directa de EEUU.
3. Si nos vamos, estos negros se matan entre ellos.
4. Uruguay se PRESTIGIA en el mundo con las "misiones de paz".
En una serie de futuras notas vamos a abordar, desde nuestro punto de vista, el fondo de esta problemática. Brevemente:
1. Las "misiones de paz" han pasado a ser la tarea casi única de las fuerzas armadas uruguayas y una forma de sostenerlas, en tanto hipertrofiadas, parasitarias e inútiles para la defensa territorial.
2. Para la ONU no son forma de contener o resolver conflictos bélicos sino una policía mundial globalizada al servicio del orden imperial.
3. El espejo haitiano es un nuevo paradigma de recolonización.
4. Los gobiernos socialdemócratas latinoamericanos cumplen el triste papel cipayo de aliviarle la carga militar al imperialismo.
5. En Uruguay el cipayismo es congénito al país y a su burguesía, y aquí encaja también la política del actual gobierno de ex-presos sosteniendo a sus ex-carceleros, que prolonga la complicidad del pasado.
6. Pese a todo, la decadencia política de la actual socialdemocracia cipaya latinoamericana y del orden imperial por un lado, y la resistencia del pueblo haitiano por el otro, están provocando la crisis de este laboratorio de dominación neocolonial. Allí hay una oportunidad para la reconstrucción solidaria de los vínculos entre los pueblos de nuestro continente, por encima de las rencillas entre alcahuetes de las burguesías y los gobiernos.
La seguimos.
FERNANDO MOYANO
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