domingo, 7 de marzo de 2010

El colmo de los colmos: los que asesinaron en Irak un millón de personas, acusan a Cuba por un suicidio



Hillary Clinton llamó la atención del mundo sobre el fallecimiento del reo y endosó esa muerte al gobierno cubano
La secretaria de Estado Hillary Clinton llamó la atención del mundo sobre el fallecimiento del prisionero cubano Orlando Zapata Tamayo y endosó esa muerte al gobierno cubano.
Andrés Oppenheimer, del Nuevo Herald de Miami, La Nación y el grupo de Diarios de América, siguió esa misma pauta política al escribir su columna del 2 de marzo:”la dictadura militar de Cuba -eso es lo que es, según la definición de cualquier diccionario- está en una posición embarazosa tras la muerte del preso político Orlando Zapata”.
Otro ejemplar del mismo tenor, el ex presidente polaco Lech Walesa, expresó desde Gdansk: “(el fallecimiento) es otra prueba de que el régimen de los hermanos Castro no le hace ningún caso a los llamados de la comunidad internacional al cese de la violación de los derechos humanos, silenciosamente deshaciéndose de los que reclaman la libertad y la democracia”.
En estas afirmaciones se pueden apreciar dos gruesas mentiras y un enorme ocultamiento.
La primera mentira es calificar al fallecido como un preso de conciencia, como lo tenía catalogado Amnistía Internacional junto a otros 55. Importa precisar la cifra, porque los que atacan a la isla hablan de “más de 200 disidentes presos” y los gusanos de Miami directamente los cifran en miles.
Si era un preso político, ¿por qué Zapata no estaba incluido en la nómina que los enemigos del gobierno cubano habían confeccionado en la Comisión de Derechos Humanos de Ginebra, que desapareció en mayo del 2006?
La verdad es que el muerto había ingresado varias veces a las cárceles de su país producto de la comisión de delitos comunes. Al respecto ya han escrito periodistas como los cubanos Enrique Ubieta y Felipe de J. Pérez Cruz, el francés Salim Lamrani y el argentino Atilio Borón.
Ellos han informado que el supuesto mártir comenzó su carrera delictiva en 1990 “procesado y condenado en reiteradas ocasiones por delitos comunes, entre ellos por Alteración del Orden, Daños, Resistencia, dos cargos de Estafa, Exhibicionismo Público, Lesiones y Tenencia de Armas Blancas. Ya en cumplimiento de la sanción de privación de libertad, fue sancionado varias veces por Desorden en Establecimiento Penitenciario y Desacato”. En el 2000 fue autor de lesiones y tenencia de arma blanca con heridas y fractura lineal de cráneo de Leonardo Simón. En 2003 volvió a la cárcel siempre por delitos comunes, al margen de las detenciones que hubo ese año contra Raúl Rivero y decenas de mercenarios pagados por la Sección de Intereses de Norteamérica (SINA) que sí eran reivindicados como “disidentes” por el tipo de prensa que expresan el Miami Herald y “La Nación”.
En el medio, en 2001, Zapata fue captado por la prédica de Oswaldo Payá Sardiñas y Marta Beatriz Roque, asiduos concurrentes a la SINA donde perciben sus haberes. Nuevamente detenido, el devenido en “preso de conciencia” tuvo un pésimo comportamiento, agredió a empleados penitenciarios y agravió su condena. Se declaró en huelga de hambre el 18 de diciembre de 2009, reclamando televisor y cocina en su celda, y teléfono celular, cosa que no disponen los presos, aún los de buena conducta.

La segunda mentira

Contra Cuba se incluyó una segunda mentira, al ubicar a su gobierno como una dictadura y responsable de la muerte del ayunante.
Aunque las autoridades estadounidenses quieran equiparar a la isla con otras dictaduras militares que prohijaron en América Latina y el mundo (Augusto Pinochet y Jorge R. Videla, para nombrar sólo a dos), la realidad indica que una cosa es una revolución social como la que encabezó Fidel Castro en 1959, y otra cosa muy diferente el pinochetismo, el stronismo, el duvalierismo, el somocismo, etc.
La revolución socialista en la Mayor de las Antillas ha dejado como legados propios para toda la humanidad el método de alfabetización “Yo sí puedo”, la “Operación Milagro” para recuperación de la visión y la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), por citar tres logros. ¿Qué tuvieron de bueno esas dictaduras fabricadas por la CIA y el Departamento de Estado junto a multinacionales y oligarquías nativas?
Sobre la situación de los derechos humanos, los que calumnian a la patria de José Martí no pueden replicar a Raúl Castro. “En medio siglo, aquí no hemos asesinado a nadie, aquí no se ha torturado a nadie, aquí no se ha producido ninguna ejecución extrajudicial. Bueno, aquí en Cuba si se ha torturado, pero en la Base Naval de Guantánamo, no en el territorio que gobierna la Revolución”, dijo el presidente.
Expresiones similares tuvo Fidel Castro en la reflexión que escribió luego de la visita de Lula da Silva. Lo hizo no tanto en defensa suya o de su hermano sino también del propio Lula, a quien la prensa pro-estadounidense reprochó que hubiera ido a La Habana a despedirse de Fidel.
El brasileño declaró entonces: “conozco prácticamente todas las huelgas de hambre que tuvieron lugar a lo largo de los últimos 25 años en el mundo y no fueron pocas en las que murieron personas que hicieron huelgas de hambre en varios países del mundo”. En forma elegante, estaba cuestionando que justamente a esta huelga de hambre se le diera tan amplia cobertura mundial y no hubiera ocurrido lo mismo con las otras.
El gobierno de la isla procedió con humanismo. Aunque Zapata se negaba a recibir ayuda médica, fue atendido en el Penal donde estaba, luego fue llevado al Hospital Provincial de Camagüey y finalmente al Hospital Nacional de Reclusos de La Habana.
Fue imposible salvarlo. En general cuando una persona enferma tiene decidido suicidarse, es extremadamente difícil impedírselo. Y si el suicida tiene detrás un coro contrarrevolucionario interesado en que se muera para poder usarlo “como bandera política”, es mucho más difícil aún.

Uno no es igual a un millón

Estados Unidos necesitaba de un suceso como el protagonizado por Zapata para tratar de acorralar a su buen vecino.
Lo necesitaba porque le pesaba que mil profesionales cubanos y de otras nacionalidades -recibidos en la ELAM- estuvieran en Haití curando a 100.000 víctimas del terremoto. Esos médicos son amados por la gente, en tanto los 20.000 marines yanquis son repudiados y temidos, nada más.
Washington estaba furiosa contra La Habana luego que el presidente Castro estuviera en Playa del Carmen, México, en la reunión del 22 y 23 de febrero que decidió crear una Comunidad de Países de América Latina y el Caribe, excluyendo a EE UU y Canadá.
La administración Obama sentía que debía hacer algo luego que en diciembre del año pasado fuera detenido en La Habana un agente de la USAID, colateral de la CIA, Alan P. Gross. Este repartía celulares y equipos de comunicación a los mal llamados “disidentes” que laboran al servicio de la superpotencia y justifican el bloqueo de ésta contra su propia nación.
En las actuales sesiones del Consejo de Derechos Humanos en Ginebra (que reemplazó a la desprestigiada Comisión), el canciller cubano alertó contra el contrabando político que se practica con el affaire Zapata. “Se pretende presentar a mercenarios como patriotas, a agentes pagados de los Estados Unidos en territorio cubano como disidentes, a delincuentes apátridas como prisioneros de conciencia”, acusó Bruno Rodríguez.
Detrás de tanto ruido con la muerte del ayunante, el imperio trata de amortiguar el impacto de los verdaderos crímenes de lesa humanidad y genocidio que comete en Irak y Afganistán, pero también con el limbo legal en que están los torturados presos de Guantánamo.
¿Cuántos iraquíes han muerto a manos de la fuerza militar hoy comandada por el general David Petraus? En el sitio web “Conflictos Armados” se lee: “en 2006 la Johns Hopkins University en un estudio publicado en la revista The Lancet, basándose en encuestas familiares, hablaba de más de 600.000 víctimas mortales desde 2003 hasta junio de 2006. A principios de 2008, el centro británico Opinion Research Business sugería que en casi cinco años de conflicto en Irak se superaba el millón de muertos”. ¿A cuántos ascenderán este 20 de marzo, cuando se cumplan siete años de la agresión?
¿Estos genocidas planetarios tiene el tupé de criticar a Cuba por el suicidio de un delincuente común captado por los contrarrevolucionarios? ¿Por qué no se ocupa Washington de la situación en sus cárceles donde mueren cada año 7.000 personas por abusos, crímenes y suicidios?

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