miércoles, 17 de septiembre de 2008

La quiebra de Lehman desata un tsunami


Además, el sector financiero ha sufrido un auténtico terremoto: Bank of America ha comprado Merrill, la Fed ha vuelto a actuar y los grandes bancos han acordado crear un fondo de 70.000 millones de dólares para garantizar la liquidez.
Jornada de infierno en las bolsas con todo el sector financiero consumiéndose por las llamas tras la bancarrota de Lehman Brothers: el selectivo se hundió un 4,5% y cerró en 10.899 puntos. Mínimos anuales y, por su puesto, mínimos de más de dos años para el selectivo, que llegó a tocar los 10.819,70 puntos en los momentos más duros de esta inolvidable sesión. En total, los inversores movieron 5.824 millones de euros en todo el parqué.
La volatilización del Lehman Brothers en el inestable cosmos financiero ha provocado otra tragedia en las bolsas europeas. Y aunque no es ni de lejos la mayor caída de 2008, sí que puede decirse que es diferente a las acontecidas en enero y febrero, ya que se debe a un fallo masivo del conjunto del sistema y no a un fallo de un sólo actor, tal y como pasó el 21 de enero por la brutal liquidación de las posiciones tomadas por el célebre operador de SG Jerome Kerviel.
"Fuertes pérdidas en Europa que suponen un nuevo mínimo anual en el Ibex 35. Nuestro índice, a diferencia del Eurostoxx 50, no ha dejado títere con cabeza partiendo tanto la clavicular descendente de un patrón en cabeza y hombros bicéfalo (hc1c2h) como los mínimos anuales", explicaba Bolságora en el flash del intradía de Ecotrader.
La quiebra de Lehman Brothers ha sido la gota que ha colmado el vaso de la crisis. Es más, el agua que rebosa del mismo se ha convertido en un tsunami financiero. Nadie mejor que Henry Paulson, secretario del Tesoro de EEUU, para resumir la situación con su desesperada llamada a la épica: "Confío en la capacidad de recuperación de nuestros mercados de capitales, y en el compromiso de los reguladores y los participantes en el mercado para trabajar juntos en este difícil periodo".
"En los mínimos es donde precisamente se ha sostenido el Eurostoxx 50, que al cierre ha roto el hueco clave que sostuvo a los precios durante la semana pasada pero no la clavicular del patrón bicéfalo, también descendente. Con todo, y tal como queda técnicamente el índice, los soportes pueden haber sido pan para hoy y hambre para mañana", concluía Bolságora.
"En el mercado la palabra clave es temor. Hay preocupaciones a que podamos ver más casos como el de Lehman y esto provoca incertidumbre y ventas en los bancos", dijo a Reuters
Céline Giffard, analista de Self Trade Bank en España. AIG, la mayor aseguradora del mundo, perdía al cierre de Europa alrededor del 50% haciendo temer lo peor: necesita fondos.
Por lo demás, euro a la baja tras una indescriptible subida previa frente al dólar y fuerte desplome del petróleo Brent, que ha llegado a perder los 92 dólares.
De vuelta al mercado español, destacar que sólo Iberia y Red Eléctrica subieron en el Ibex 35 y que Renovables acabó sin cambios. Mención a parte merecen los serios desplomes de BBVA y Santander, que se dejaron alrededor del 6,8%. (Un vistazo al Ibex 35, al Eco 10 y al resto del mercado)

La quiebra de Lehman Brothers
Lehman Brothers se ha declarado en quiebra después de un fin de semana de negociaciones frustradas para su compra. Además, el sector financiero ha sufrido un auténtico terremoto: Bank of America ha comprado Merrill, la Fed ha vuelto a actuar y los grandes bancos han acordado crear un fondo de 70.000 millones de dólares para garantizar la liquidez.
"Es el caos", señalaba a Bloomberg un analista de mercados australiano. "Si pensaban que la economía estadounidense estaba ralentizándose, el miedo se ha amplificado, y esto tiene consecuencias para el conjunto de de la actividad económica global". (Un vistazo al Ibex 35, al Eco 10 y al resto del mercado)
Lehman Brothers se ha declarado en bancarrota ante el Tribunal de Bancarrotas estadounidense del distrito sur de Nueva York después de que Barclays y Bank of America abandonaran las negociaciones para comprar la firma.
"Los clientes de Lehman Brothers, incluidos los de su subsidiaria de su entera propiedad Neuberger Berman Holdings LLC, pueden mantener sus operaciones o tomar la decisión que consideren necesaria con respecto a sus cuentas", señaló el gigante de las finanzas en la nota.
La situación precipitó no sólo la compra de Merril Lynch, en una operación que dará como resultado un megagigante bancario, sino también una serie de iniciativas privadas y públicas para intentar proteger el sistema financiero de las consecuencias de la quiebra.
Un grupo de 10 bancos internacionales (el propio Bank of America, Barclays, Goldman Sachs, Merrill Lynch, Morgan Stanley, JP Morgan, Citi, Credit Suisse, Deutsche Bank y UBS), anunciaron esta noche la formación de un fondo de 70.000 millones de dólares que servirá de garantía para el sistema financiero. Cada uno de los bancos participantes aportará 7.000 millones de dólares al fondo. Las entidades financieras podrán apoyarse en este fondo para hacer frente a sus necesidades de crédito.
Los bancos participantes podrán recibir una inyección de liquidez de hasta un máximo de un tercio del valor total del fondo, según el comunicado, que indica que otras entidades financieras podrían sumarse y expandir el valor del fondo.
Por su parte, la Reserva Federal anunció una serie de medidas adicionales para apoyar el sistema financiero, entre ellas una ampliación de sus mecanismos actuales para la concesión de préstamos. Además de la expansión de sus mecanismos de préstamo, la Fed aceptará un abanico más amplio de garantías como aval para esos créditos, dice el comunicado.
Según la Fed, estas medidas "tienen como objetivo mitigar los riesgos y alteraciones potenciales en los mercados" ante el colapso de Lehman Brothers. La solución inicial para Lehman, que incluía la venta de sus activos rentables al grupo británico Barclays, se abandonó después de que la entidad del Reino Unido renunciara por la negativa del Tesoro a dar respaldo financiero a la operación.
El Tesoro, que en marzo pasado ya salió en defensa del banco Bear Stearns y que hace una semana intervino en favor de las hipotecarias semipúblicas Freddie Mac y Fannie Mae, rechazaba hacer lo mismo en favor de Lehman al considerar que ello haría que los bancos reclamaran siempre el respaldo del Estado en estas situaciones.
Lehman, una institución con 158 años de antigüedad, desarrolla negocios con otras entidades financieras que podrían verse afectadas por el colapso.

Bank of America y Merrill Lynch
Esta situación ha sido el desencadenante de la compra por parte de Bank of America de Merril Lynch, otro banco de inversión que se consideraba vulnerable.
Con esta adquisición, Bank of America, la primera entidad bancaria del país, consolida aún más su posición de gigante, reforzada ya por una serie de compras anteriores que incluyen el banco hipotecario Countrywide Financial.
La adquisición de Merrill Lynch, acordada esta noche por los consejos de administración de ambas entidades, le permite controlar la mayor fuerza de intermediarios bursátiles del país y crea una entidad que tendrá tentáculos en todos los aspectos del sistema financiero de EEUU.

AIG
La mayor aseguradora del mundo, AIG, también se encuentra en conversaciones para su posible venta, según los medios estadounidenses. The Wall Street Journal publicaba hoy en su página de Internet que AIG anunciará este lunes una reestructuración que incluirá la liquidación de algunos importantes activos, como su división de alquiler de aviones.
Además, podría estar buscando un crédito puente de 40.000 millones de dólares de la Reserva Federal mientras intenta vender activos, según publica The New York Times. La aseguradora no ha querido inversiones de capital privado porque habrían supuesto perder el control de la compañía, según publica The Wall Street Journal citando fuentes anónimas. Citi señala que la Reserva Federal podría abrir su ventanilla a AIG.

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Estados Unidos se convierte al intervencionismo
Los grandes bancos de inversión y los economistas anglosajones no han sido nunca muy amigos de la intervención del Estado en la economía. Pero ahora se agarran a ese activismo con la fe del converso.

15-09-2008 - Un año de crisis deja un nuevo orden económico en Occidente. A un lado del Atlántico, la Administración Bush ha practicado fuertes recortes de tipos de interés, inyecciones masivas de liquidez para salvar la banca, rescates públicos de grandes entidades financieras y ambiciosos paquetes de ayudas fiscales. En otras palabras, un férreo intervencionismo público para sortear las turbulencias tras años y años de sermones sobre las bondades del libre mercado. En la ribera europea, apenas nada. Resultado: la economía de EE UU, origen y principal foco de contagio del huracán financiero, capea el temporal con un crecimiento del 3%, mientras la eurozona flirtea peligrosamente con la recesión. Esa es la síntesis de la situación para los analistas del norteamericano Goldman Sachs.
Los grandes bancos de inversión y los economistas anglosajones no han sido nunca muy amigos de la intervención del Estado en la economía. Pero ahora se agarran a ese activismo con la fe del converso. "Estados Unidos ha reaccionado a la crisis pasándose al intervencionismo, mientras las reacciones en Europa han sido más tímidas", según el informe de Goldman, publicado esta semana. El resultado final es concluyente: "La falta de impulso político explica las divergencias en el crecimiento de EE UU y la eurozona", relatan los economistas de la entidad.
Algo está cambiando cuando incluso los think tanks neoconservadores se abonan a esa tesis. "Europa ha sido demasiado estricta, demasiado rigurosa en su política económica y va de cabeza a la recesión", asegura desde Washington Desmond Lachman, economista del influyente American Enterprise Institute (AEI).
Los miles de millones gastados en ese nuevo rol de la Administración Bush ha servido para atenuar el golpe, mientras Europa apenas ha reaccionado y sufre las consecuencias de esa inacción, subrayan los expertos. Los halcones -así se llama a los férreos guardianes de la ortodoxia- dominan ahora en Europa, pero la crisis demanda soluciones pragmáticas. Tras el estallido de las hipotecas basura, las respuestas fueron similares: inyecciones masivas de liquidez a ambos lados del Atlántico. Pero ahí acabó el parecido. A partir de ese momento las diferencias en política económica han sido notables. Los resultados, también.
- Presupuestos bajo presión. La política fiscal es el mejor ejemplo de las diferencias. El Gobierno Bush aprobó antes del verano un ambicioso plan de estímulo de casi 170.000 millones de dólares y prepara un nuevo paquete para 2009. En Europa -"excepto en España", según Goldman Sachs-, la respuesta es simbólica. Por varias causas. Por un lado, parecía que la eurozona aguantaba mejor la crisis, lo que hacía menos necesaria una intervención. Además, el esquema político desempeña un papel relevante: el Pacto de Estabilidad y Crecimiento limita la posibilidad de incurrir en déficit, y los acuerdos en Bruselas no son fáciles. La escalada del euro -que encarece las exportaciones, aunque empieza a corregirse- ha jugado también un papel en los problemas de la eurozona.
Hay otras razones. "El Estado del Bienestar da a Europa esquemas más generosos de respuesta automática a la crisis" en aspectos como las prestaciones de desempleo, según el banco de inversión, que critica la "falta de impulso político" en Europa para poner en marcha medidas discrecionales y luchar contra un ciclo económico que se deteriora con rapidez. José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney, subraya que al paso que va "Europa va a reaccionar cuando la guerra se haya acabado". "La renta per cápita de EE UU supera con creces la europea por motivos como éste: reaccionan más rápido y generalmente dan en el clavo", añade. No siempre: tras el 11-S, EE UU salió de la crisis con un fuerte recorte de los tipos de interés. Con esa política, contribuyó a hinchar la burbuja que ha explotado ahora.
- El dilema del BCE y la Fed. "Unos dicen que el mundo terminará en llamas, otros congelado". El poeta Robert Frost no pensaba en los banqueros centrales cuando escribió esa frase, pero eso es lo que pasa: la economía corre el riesgo de incendiarse por la inflación, y de congelarse por el riesgo de recesión. El BCE y la Fed tienen ante sí un dilema: los tipos de interés son una suerte de termostato para calentar la economía (bajando los tipos para impulsar el crédito y el consumo) o enfriarla (subiéndolos se encarecen los préstamos). La Reserva Federal (Fed) los ha bajado del 5,25% al 2% desde el inicio de la crisis. El BCE ha optado por subirlos, lo que supone "una restricción monetaria adicional en un momento de fuete restricción crediticia", sostiene Antonio Villarroya, analista de Merrill Lynch. "Un error más", concede Díez. Para Deutsche Bank, eso se explica porque "el mandato del BCE se centra sólo en la inflación, mientras que la Fed tiene en cuenta también el crecimiento". Goldman apunta una diferencia adicional: "El BCE tuvo una respuesta inmediata a la crisis con las inyecciones de liquidez para calmar la tensión interbancaria", pero recientemente ha optado por endurecer la normativa. En cambio, la Fed "ha ampliado" las opciones de los bancos de acceso a la ventanilla de efectivo.
- Rescates bancarios. La economía europea va peor, pero la banca norteamericana sufre más. Los rescates de Bear Stearns y las hipotecarias Freddie Mac y Fannie Mae suponen un coste de hasta 230.000 millones de dólares para las arcas públicas estadounidenses. En Europa apenas ha habido rescates, salvo en el Reino Unido (Northern Rock) y Alemania. "La política económica europea es menos intervencionista, en parte por la menor necesidad", apunta Goldman.
- España. En los tiempos que corren, no es fácil encontrar alusiones positivas a la economía española entre los analistas anglosajones. Pero Goldman Sachs asegura que España aún tiene margen para el estímulo fiscal por su baja deuda pública, al igual que Alemania, mientras que Francia e Italia tienen cerrada esa vía. Además, la economía española responde bien a esos estímulos.

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