sábado, 11 de julio de 2020

LUC: La aprobaron en el Parlamento, pero es rechazada en las calles

La clase política aprobó una ley reaccionaria, represiva y neoliberal. Una ley rechazada por la mayoría de la población, y repudiada en las calles por miles de personas.

Este miércoles el Senado uruguayo aprobó la Ley de Urgente Consideración, luego de haber recibido las modificaciones de la Cámara de Diputados.
Con 18 votos sobre 31, estos “representantes” aprobaron una ley totalmente rechazada por la sociedad. Lo antidemocrático de esta votación – donde unos pocos deciden sobre la vida de millones – demuestra que la clase política responde a los intereses de una minoría de poderosos que amarrocan su fortuna y defienden la propiedad privada con todo el poder de fuego del Estado.
Este régimen constitucional – y las instituciones que lo integran – habilitaron la presentación de una ley que no es urgente, pero para el gobierno y su coalición sí lo es, para poder pasar un ajuste como el que pretenden con las rebajas salariales y el aumento de la desocupación y la precarización laboral. Para eso es que necesitan que la LUC sea ley: porque el ajuste no pasa sin represión.
En palabras del propio presidente de la República Luis Lacalle Pou, que publicó en su cuenta de Twitter: “Gran satisfacción de tener este instrumento necesario, justo y popular que hace muchos años comprometimos”.

La LUC traerá terribles consecuencias

Con casi 500 artículos, la LUC representa lo más rancio del pensamiento neoliberal y conservador: no solamente es criminalizadora y estigmatizante respecto de la pobreza – “apariencia delictiva”, sino que también lo es respecto de la protesta social, violando derechos básicos fundamentales como el derecho a la huelga.
Esta ley aumenta penas, otorga más facultades a las fuerzas policiales para abrir fuego – “legítima defensa” – crea nuevos delitos, y es claramente violatoria de todo tipo de garantías y libertades. “La propiedad antes que la vida” es lo que guía el pensamiento liberal.
Para los sectores más pobres de la sociedad, la LUC habilita a que las fuerzas policiales puedan atacar por la espalda a un supuesto delincuente y a que la policía acuse a alguien por haberle “faltado el respeto”.
A nivel de la protesta social, la LUC da vía libre para que se judicialice una ocupación de un lugar de trabajo cuando trabajadores utilicen esta medida frente a despidos o intentos de rebajas salariales. O permitirá que un corte de calle, o una Alerta Feminista, puedan ser dispersados y reprimidos por considerarse un “piquete”.
A su vez, la LUC se mete con la educación, quitando la palabra “pública” de casi todas sus definiciones, centralizando sus decisiones, y atándolas a las necesidades de los gobiernos que, como el de la Coalición Multicolor, pretenden mercantilizar aún más la educación.
Con esta ley, los directores de escuela podrán otorgar la continuidad laboral de la plantilla docente en una institución educativa, con la discrecionalidad que esto acarrea. Y dará mayores posibilidades para que entidades educativas privadas puedan beneficiarse económicamente.
Entre otras cuestiones, esta ley pone en riesgo las áreas protegidas frente a los intentos de las empresas de avanzar en sus planes de utilizarlas para sus negocios.

El FA, la oposición responsable

El Frente Amplio, que gobernó durante los últimos 15 años, ha elegido una postura blanda respecto de la ley, optando por dar una pelea en el parlamento para “reducir el daño” de la misma, rebajando lo peor de algunos de sus artículos. Pero en ningún momento apeló ni a su base militante ni a la movilización popular - ya que cuenta con capacidad de movilización - para frenarla.
El FA, que votó casi la mitad de sus artículos, no ha sido una oposición a la LUC, sino todo lo contrario, ha contribuido a la pasividad de su base social y electoral ante un tema tan importante, y con consecuencias tan negativas.

La pelea es en las calles

Desde que se empezó a discutir este proyecto de ley, tanto el FA como el PIT-CNT nos han dicho que la ley será combatida con un referéndum, para lo cual ya se proponían para comenzar a juntar firmas. Pero un referéndum o plebiscito, en primer lugar, no corresponde porque son tantos los derechos que se violan, que sería un terrible error poner a consideración la posibilidad de que a alguien lo maten por la espalda. Pero, en segundo lugar, desde el punto de vista del movimiento popular, nos ubica por detrás de los acontecimientos cuando, en primera instancia, la pelea era por impedir que se votara.
Varias fueron las acciones que distintos sectores estudiantiles, sindicales, sociales y populares realizaron en todos estos meses, inclusive sorteando la pandemia. Radios abiertas, festivales, dos movilizaciones importantes (la última con más de 10 mil personas, en su mayoría jóvenes), volantazos, charlas debates … Varios sindicatos y centros de estudiantes se han tomado seriamente la idea de enfrentar a la LUC.
Sin embargo, en todas estas acciones – realizadas con mucho esfuerzo y totalmente autogestionadas – se notó la ausencia del PIT-CNT y de la FEUU como grandes organizaciones populares, que deberían haber convocado a una lucha centralizada, uniendo fuerzas a nivel nacional para lograr tirar abajo esta ley.
¿Qué hubiera pasado si la Marcha contra la LUC del pasado 2 de julio hubiera sido convocada por el PIT-CNT y la FEUU? Seguramente en vez de 10 mil personas, hubiéramos tenido en la calle a unas 100 mil.
¿Qué hubiera pasado si la clase trabajadora hubiera utilizado sus métodos de lucha, como la huelga, para enfrentar esta “urgente ley de los ricos” y se hubiera plantado hasta que la ley sea retirada del Parlamento? Seguramente la hubiésemos derrotado.

Por un movimiento juvenil antirrepresivo y por la defensa de todas nuestras libertades

Pero todavía hay fuerzas intactas como para impedir que la LUC llegue a implementarse. La juventud secundaria, universitaria y de los barrios populares ha dado muestras en todas las instancias de lucha, que quiere enfrentar el avance represivo y defender la educación pública y el conjunto de nuestras conquistas.
Tenemos que organizar plenarios, encuentros y mesas redondas donde la juventud se organice junto a los sindicatos de trabajadores y trabajadoras de base que estén dispuestos a continuar la lucha.
Desde este medio alternativo que sostenemos diariamente, hemos participado en casi todas estas instancias contra la LUC, y seguiremos haciéndolo.

Karina Rojas
Jueves 9 de julio | 11:20

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