martes, 31 de marzo de 2020

Frente a la crisis, (re) surgen las ollas populares y los merenderos




Distintas organizaciones solidarias han tomado la iniciativa de organizarse para realizar acciones de solidaridad con quienes han sido más perjudicados por la situación a partir de la pandemia. Grupos solidarios, militantes sindicales, organizaciones sociales han tomado la iniciativa, que no se veía desde la crisis económica que hundió al país en 2002.

Muchas de estas iniciativas surgen del movimiento sindical, otras por voluntad de vecinas y vecinos que vieron la necesidad de poder responder al hambre y la merma de trabajo a nivel territorial. Son una gran demostración de solidaridad entre las distintas capas populares, y permite sostener la identidad de clase y los lazos y el entramado social popular. En tiempos de crisis se activan espontáneamente estos canales solidarios, y desde La Izquierda Diario no podemos menos que difundir estas iniciativas y ponernos a disposición de la ayuda que se necesite.
Lo que no resuelve el gobierno, lo resuelve la solidaridad obrera y popular. Y en ese sentido, el recorte de los salarios a estatales, justificado como una medida de “solidaridad pura” está cargado de cinismo, mientras las grandes empresas, las arroceras, las cadenas de supermercados, o la banca extranjera no han sido “solidarios” y, por el contrario, el gobierno les garantiza sus ganancias millonarias.
Pero la solidaridad no se impone, sino que se concreta y se retribuye, así ha sido y así será.
Aquí queremos dar algunos ejemplos de brigadas, ollas populares y otras iniciativas, que están en marcha, pero dejamos este enlace para que a quien le interese, puede ver el conjunto de iniciativas:
Es el caso de la Brigada Solidaria de La Paz, en el departamento de Canelones, impulsada por trabajadores de distintas ramas que tuvieron esta iniciativa para poder ayudar a la población de riesgo. Inicialmente la ayuda era para hacer los mandados a gente adulta mayor o que, por alguna patología o enfermedad pre existente, no pueden salir a la calle. Pero luego vieron que la necesidad era más grande que eso, ya que también se fueron que vendedores ambulantes, feriantes y otros trabajadores informales se estaban quedando sin el ingreso diario, ni para ellos, ni para sus familias.
La Izquierda Diario Uruguay conversó con Pablo Sequeira, trabajador de Montevideo Gas e integrante de la Brigada, quien nos contó que:
“ahí abrimos más la cancha y se conformó un grupo de gente muy variada, y se sigue sumando gente, para atender esta necesidad. Ahora estamos juntando alimentos no perecederos y se los entregamos a los vecinos y vecinas que lo necesitan. Para ello, conseguimos dos lugares de recepción de alimentos, que son dos bares de la zona, y también un local para hacer acopio de la mercadería. Durante estos primeros días entregamos unas 25 raciones, pero creemos que esto se va a desbordar en cualquier momento, y vamos a necesitar más voluntarios, más donaciones y más ayuda. En una ciudad como ésta donde nos conocemos todos, estamos conectados para no dejar sin comida a nadie. Esto lo hacemos con mucho orgullo y satisfacción por resolver una necesidad, que debería estar resolviendo el gobierno, pero que apunta a mantener entre nosotros un espíritu colectivo y solidario”.
Otra experiencia a resaltar es del Sindicato de Trabajadoras y Trabajadores de la Vía Pública (SITVIP) quienes, ante la emergencia de su propio sector que vio cortada totalmente la posibilidad de generar ingresos en la calle, se vieron en la necesidad de montar una olla popular en La Casa de Enfrente, local recuperado ubicado frente al Palacio Legislativo, en Montevideo.
Vendedores ambulantes y artistas callejeros hoy no pueden trabajar, no solo por evitar salir a la calle, sino que en la calle directamente no hay gente. Son de los sectores para los que el gobierno aún no ha dado ninguna respuesta.
La Izquierda Diario Uruguay conversó con Facundo Faroppa, miembro del Sindicato, quien nos pintó un panorama tétrico al interior del gremio:
“La iniciativa partió de una asamblea donde llegamos a la conclusión que nuestro trabajo en particular estaba muy expuesto y la necesidad de repartir alimentos iba a ser inminente tarde o temprano. Como nos ha caracterizado siempre, nuestras medidas son colectivas y tendemos puentes a todas y todos los compañeros en una actitud solidaria. La olla popular está abierta a toda persona que lo necesite y abierta a toda persona o colectivo que quiera colaborar”.
Por último, presentamos aquí la experiencia del Sindicato del Taxi (SUATT) quienes también vieron perjudicados directamente sus ingresos. Si bien la mayoría cuenta con un salario fijo, este un insignificante y debe sí o sí ser compensado con porcentajes de cada viaje realizado. Por estos días de cuarentena, y siendo que los taxistas no han dejado de salir a la calle, hubo días en que se han llevado a su casa menos de $ 500 trabajando haciendo turnos de 12 horas.
En conversación con Damián Fernández, Secretario General del SUATT, nos informó que:
“No es una olla solamente de nuestro sindicato, sino que surge de una coordinación de sindicatos: AUTE, SINTEP, UFC, SUGU, UF y otros. En nuestro gremio particular hubo una baja importante en la recaudación, y eso implica una baja salarial. Lo que implementamos en primera instancia fueron unos bolsones de comida a precios económicos, que fue la primera respuesta frente a la crisis. Luego, conversando con compañeros de otros sindicatos, enseguida surgió la necesidad de implementar una olla popular. Para evitar la aglomeración de gente, lo que hacemos es cocinar en nuestro sindicato, que la gente venga a retirar viandas, y no solo de nuestro gremio sino de otros gremios y gente en general, cualquiera puede retirar la vianda.
Además, pudimos montar una red de distribución con las cooperativas que integran nuestro sindicato, y para las situaciones de edad avanzada o impedimento de acercarse al sindicato, nosotros se lo llevamos a su casa. Por suerte se han entregado más de 600 viandas, y la distribución está saliendo bien. Nosotros estamos todos los días, mañana (por el domingo 29) es el último día que estaremos en nuestro local en Clemente César 2291, y luego estaremos en el local de AUTE, porque la idea es ir rotando de lugar. Y además de los sindicatos, también están presentes las agrupaciones de diferentes sindicatos, que venimos coordinando no solo en lo económico sino en la ayuda militante. Y con mucha alegría tengo que contar que también se sumó la comunidad, vecinas y vecinos del barrio Aguada han dado una mano también”.

Justiniano González
Karina Rojas

Domingo 29 de marzo | 19:45

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