martes, 24 de marzo de 2020

En Uruguay una empresaria textil contagió de manera intencional a su empleada doméstica




La dueña de la firma Hontou, infectada con el coronavirus, persuadió a la trabajadora para que siga realizando las tareas de limpieza.

La crisis del coronavirus muestra el verdadero desprecio de clase de los patrones. En Montevideo, Uruguay, Carmela Hontou una empresaria de 57 años, diseñadora de abrigos de cuero y pieles, obligó a su empleada doméstica a continuar realizando la limpieza en su casa, para "no descuidar las tareas". La trabajadora está bajo tratamiento debido a que dió positivo el examen del virus.
Días antes la misma empresaria fue noticia ya que luego de un viaje en enero por Milán y Madrid, promocionando su marca con las grandes casas de moda como Versace, presentó síntomas de fiebre. Sin embargo, al llegar a su país, bajó del avión y fue directo a un casamiento de empresarios, repleto de gente de la “alta sociedad” uruguaya, en una chacra de Carrasco.
El evento contaba con 500 invitados, de los cuales, al día de hoy, hay más de 20 infectados con el virus de Covid-19, del total de 79 casos que hay en todo el país. Incluso el presidente de la Cámara de Comercio y Servicios de Uruguay, el empresario Julio Lestido, presente en el casamiento, tiene resultado positivo.
Tal despropósito le valió el repudio de los de su clase, que se hizo público por audios de señoras "bien” indignadas, amigas de Hontou, acusándola de "irresponsable" y de "vivir en un tupper".
El casamiento de Carrasco es el principal foco infeccioso del país. Los audios se viralizaron y se hicieron memes por lo irrisorio del caso contado "con la papa en la boca".
La actriz Verónica Llinás lo satirizó en su cuenta de Instagram
La empresaria declaró que cuando concurrió al casamiento desconocía tener el virus. Pero cuando obligó a la empleada a seguir trabajando en su casa, estaba muy al tanto de que se había enfermado de coronavirus.
Este caso generó bastante preocupación en Uruguay, ya que la trabajadora se maneja en transporte público (como la mayor parte de la clase trabajadora a nivel mundial) y pudo haber expandido el virus desde la residencia de Hontou en la bahía montevideana a los suburbios de la capital.
A Hontou la denunció la administradora del complejo residencial donde vive, cansada de ver a los hijos de la empresaria paseándose por las instalaciones, sin tener en cuenta el posible contagio que podían provocar a otras personas. ¡Ay Carmela!

Mariela Pozzi
Trabajadora telefónica // Agrupación Violeta
Viernes 20 de marzo | 01:02

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