domingo, 2 de junio de 2019

Segunda ola de la marea educativa en Brasil




Cientos de miles se movilizaron en una nueva jornada contra el ajuste a las universidades y el proyecto de reforma previsional.

El estudiantado y la docencia de Brasil volvieron a movilizarse masivamente el 30 de mayo en todo el país, por la defensa de la educación pública y contra el brutal recorte a los fondos universitarios por parte del gobierno de Jair Bolsonaro, así como en repudio a la reforma previsional en carpeta.
Participaron centenares de miles en más de 126 ciudades de 25 estados, con impactantes concentraciones como las de San Pablo (150 mil personas), Río de Janeiro (100 mil), Pernambuco (70 mil) y Minas Gerais (50 mil). Se ratifica así el proceso de alza del movimiento popular que mostró la jornada educativa de hace dos semanas, con un millón y medio de manifestantes.
En la convocatoria del 30 tuvo un lugar protagónico el movimiento estudiantil universitario, con participación de educandos y educadores de los otros niveles y de los docentes del nivel superior que vienen protagonizando importantes huelgas por sus reivindicaciones, como la que llevan desde abril los de la universidades estaduales de Bahía. Se destaca también en algunas de las movilizaciones educativas la participación de trabajadores metalúrgicos, del subte y estatales.
Las manifestaciones tienen lugar en un cuadro de crisis aguda –y temprana- del gobierno de Bolsonaro, surcado por divisiones internas y ahora también por la crisis de la economía, que en el primer trimestre de 2019 tuvo su primera contracción en los últimos dos años y que podría entrar en recesión. Según algunas mediciones, la popularidad del mandatario está en fuerte caída. Bolsonaro ha ido a buscar aire en una nueva movilización de sus bases, realizada el domingo 26, que ha estado sin embargo muy por detrás del tsunami educativo. La gran pulseada del gobierno Bolsonaro es la reforma previsional, madre de las batallas del ajuste contra las masas. Frente al lento avance de dicho proyecto de reforma, el ultraliberal ministro de economía Paulo Guedes amenazó con renunciar. Esa amenaza habría revuelto el avispero, ya que el líder de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia (MDB), acaba de anunciar que el proyecto se votaría a principios de julio. Todo esto refuerza la importancia de la jornada del 14.

Chicanas, represalias y ajuste

El Ministerio de Educación (MEC), dirigido por el oscurantista Abraham Weintraub, emitió una nota según la cual los trabajadores de la educación “no son autorizados a divulgar y estimular protestas durante el horario escolar” –luego de que Jair Bolsonaro acusase a los manifestantes del 15 de “idiotas útiles”. A las chicanas se suman represalias contra el movimiento educativo como el decreto del 14 de mayo, que quitó a los rectores la competencia de nombrar otros cargos de gestión y lo desplazó al Ejecutivo, con una revisión previa de los candidatos por agencias estatales de inteligencia; y el intento de utilizar censos de estudiantes para perpetrar persecuciones políticas y abrir una cartera estudiantil directamente dependiente del MEC, eliminando la principal fuente de recaudación de la Unión Nacional de los Estudiantes (UNE) universitarios.
Como se ve, ataques como estos no hacen mella en el creciente movimiento educativo. No es para menos, ante semejante asonada gubernamental sobre el área, que combina los planes fascistoides (el proyecto de Escuela sin Partido, la creación de más escuelas cívico-militares…) con un ajuste contundente, que busca descargar la crisis sobre el pueblo y estimular el avance de la educación privada. Al recorte del 30% de los fondos de mantenimiento de las universidades, que amenaza su continuidad inmediata, se suma –entre otros- el aplicado a programas de transporte escolar para alumnos de bajos ingresos, jardines materno-parentales, libros didácticos y educación de jóvenes y adultos. Esto cuando el área educativa viene sufriendo el retroceso de su presupuesto real y congelamientos salariales desde los últimos años de Dilma Rousseff, y luego con el gobierno de Michel Temer parido por el golpe.
La rebelión educativa del 15 impuso al gobierno una liberación de fondos para el Ministerio de Educación, aunque extremadamente limitada y apuntada a los programas de mejor puntuación, mientras se agudiza la crisis de los que cuentan con menos recursos.

Crisis y desafíos

Tras un parate de meses desde las grandes manifestaciones del movimiento de mujeres contra el ascenso del ex paracaidista militar al gobierno, el movimiento popular vive una recomposición y tiene una cita clave el próximo 14 de junio, cuando está convocada –por parte de las diez centrales sindicales- una huelga general contra la reforma previsional.
Se trata de un escenario ideal para el desarrollo de una corriente revolucionaria, de superación de la política de conciliación de clases del PT y las organizaciones en su órbita –que, con contadas excepciones, priman en las direcciones sindicales y estudiantiles -, para plantear una salida de fondo al pueblo brasileño.

Tomás Eps

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