viernes, 14 de junio de 2019

La Huelga General de Montevideo Gas y las perspectivas de triunfo




Las trabajadoras y trabajadores iniciaron la huelga general del servicio hasta que se reintegren a los despedidos y se levanten las suspensiones. Las necesidades de la lucha y las perspectivas de triunfo.

En el día de ayer la lucha de Montevideo Gas comenzó una nueva etapa: la huelga general de todo el servicio de gas por cañería, que afecta a unos 40 mil usuarios. Es en respuesta a los 11 despidos y a las más de 50 suspensiones con causal de despido que la patronal Petrobras resolvió el mes pasado. Con esto, Petrobras realiza un lock-out patronal al evitar que el servicio público se provea correctamente, ya que afecta a sectores clave como el toma-consumo.
El conflicto, que ya lleva largo tiempo, enfrenta la política de vaciamiento de la empresa brasileña Petrobras, quien en el último tiempo venía teniendo una actitud de vaciamiento del servicio, a la vez que de enfrentamiento directo con la organización sindical. Petrobras manifestó en varias oportunidades querer retirarse del país, pero quiere llevarse el dinero de nuestro país y en ese camino, atacar la organización de sus trabajadores y trabajadoras.
La empresa Montevideo Gas es una privatización realizada en los años 90, política neoliberal que ningún gobierno posterior ha revertido. Esta situación pone a la plantilla laboral como rehenes de una patronal que no quiere invertir ni tampoco presenta formalmente su retiro del país, y el gobierno que no quiere hacerse cargo del servicio público.

Un ejemplo de lucha

Los trabajadores y trabajadoras vienen decidiendo en asambleas generales las distintas medidas de lucha. Ante la política de vaciamiento y los primeros envíos al seguro de paro, decidieron realizar una ocupación con control obrero, medida que contó con un amplio apoyo de toda la plantilla laboral y que fue totalmente demonizada por los medios de comunicación y por el propio gobierno, que trató de impedirla de cualquier manera ya que justo se desarrollaba en el medio de las negociaciones con UPM para la instalación de su segunda planta de celulosa.
Petrobras, en un intento de evitar la ocupación, presentó un recurso en la justicia y ésta, actuando según su defensa de clase, dio lugar al pedido y mandó la represión, lo que hizo que la ocupación debiera levantarse.
Pero los trabajadores y trabajadoras no se quedaron desmoralizados ni se echaron atrás, sino que decidieron redoblar la lucha e iniciar una huelga de hambre que fue protagonizada por tres compañeros, de los cuales uno de ellos debió suspenderla por motivos de salud. Los otros dos continuaron hasta el día 30. En el medio, se realizaron nuevas asambleas donde se ratificaron las medidas y el rumbo del conflicto.
También se realizó un Festival Cultural Solidario junto a organizaciones estudiantiles y del movimiento de mujeres en el que participaron varios artistas y que marcó un camino donde la alianza con otros sectores sociales da fuerza a la lucha. Y se extendió el Fondo de Lucha para mantener las acciones.

Confiar solo en sus propias fuerzas y luchar por la estatización bajo control obrero

En el día 23 de la huelga de hambre, y luego del paro parcial del PIT-CNT donde se destacó el conflicto de Montevideo Gas, el Poder Ejecutivo recibió una carta que relataba la desesperante situación de la empresa, y éste pidió unos días para presentar una propuesta a la empresa. Recién ahí, luego de varios episodios donde el Ministro de Industria decía “no tenemos nada más que hacer” decidieron intervenir. Pero la patronal de Petrobras se negó a dar marcha atrás con sus sanciones y despidos. Y hoy nos encontramos con la necesidad de llegar a la huelga general de todo el servicio, por tiempo indeterminado hasta que se suspendan los despidos y se reviertan las suspensiones.
La clave del triunfo de la lucha de los valientes y combativos trabajadores y trabajadoras de Montevideo Gas pasará por confiar solo en la fuerza de la lucha y en la solidaridad obrera y popular.
Es hora de plantear claramente que la política neoliberal de las privatizaciones solo lleva al beneficio de las empresas multinacionales, y que la salida pasa por re-estatizar el servicio de gas por cañería, y ponerlo a producir bajo las manos que mejor lo cuidan y lo mantienen cotidianamente, los trabajadores y trabajadoras que siempre lo sostuvieron. Y que el servicio, que hoy abastece a hospitales y comedores, pueda ser accesible al pueblo trabajador aumentando la cantidad de usuarios y mejorando el servicio.

Karina Rojas
Pan y Rosas Uruguay
Martes 11 de junio

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