lunes, 8 de julio de 2013

No podemos dejar de responder, no en nuestro nombre




Tenemos memoria, tenemos amigos.
Tenemos urgencias, amores que matan, tenemos silencio.
Tenemos talones de Aquiles sin fondos.
Más de cien palabras, más de cien motivos para no cortarse de un tajo las venas,
más de cien pupilas donde vernos vivos, más de cien mentiras que valen la pena.

Joaquín Sabina

Hace pocos días decíamos en esta columna “La derrota y fracaso del socialismo real, que tiene apenas dos décadas, están siendo analizadas a la luz de materialismo dialéctico. Y el merecido y necesitado análisis de la caída del primer intento glorioso de avanzar en una nueva organización social, no se hará con las pautas de la ideología dominante, no con ella. Los comunistas, es decir Refundación Comunista no se prestara a revisionismos históricos que burlen la praxis marxista leninista”. Hoy sentimos la necesidad de reafirmar que muy a pesar del enemigo de clase “nada fue en vano”, decir esto es intentar desarticular la otra idea “todo fue en vano”.
La historia de los comunistas independientemente de otras opiniones nunca ha sido un camino fácil, o un lecho de rosas, la construcción del Partido nunca a estado al margen de la lucha de clases, un ejemplo muy valido y aleccionador se dio en 1912 en PCCU (partido bolchevique): “…El peor fue la entrada en el Comité Central de los bolcheviques, en 1912, de un agente provocador, Malinovski. Este causó la pérdida de decenas y decenas de los más excelentes y abnegados camaradas, llevándoles a los trabajos forzados y acelerando la muerte de muchos de ellos. Si no causó más daño fue porque habíamos establecido adecuadamente las relaciones entre el trabajo legal y el ilegal. Para ganar nuestra confianza, Malinovski, como miembro del Comité Central del Partido y diputado en la Duma, tuvo que ayudarnos a lanzar periódicos diarios legales, que supieron, aun bajo el zarismo, entablar la lucha contra el oportunismo de los mencheviques y predicar los principios fundamentales del bolchevismo, con el necesario disimulo. Con una mano Malinovski mandaba al presidio y a la muerte a decenas de los mejores combatientes del bolchevismo, pero con la otra se veía obligado a contribuir a la educación de decenas y decenas de millares de nuevos bolcheviques por medio de la prensa legal…”Lenin.
Es decir, toda construcción, formulación, planteo político llevada adelante por los comunistas a lo largo de la sinuosa historia de edificar un tiempo nuevo, una nueva organización social, un Estado de nuevo tipo, ha sido permanentemente sometido a todas formas de ataques de parte del enemigo de clase, no se podía esperar menos. Lo llamativo o preocupante es cuando nuestros compañeros en muchos casos con la mejor intención, suponemos, se hacen eco y propagandean ciertas dudas que sembró en el pasado el enemigo de clase. “…Cuando comienzan a tomar luz algunos hechos de los más importantes de la historia reciente, tan nombrada y amplificada durante el último tiempo. Que ha dado lugar a tantos libros, documentales, conferencias, suplementos e interpretaciones. Casi desarchivando y desclasificando documentos hoy recién se conoce que durante la huelga general de 1973, el secretario General del Partido Comunista dio la orden de levantar la huelga en el transporte, que es lo mismo que decir “levantar la huelga”. Para dar “un gesto” a los militares. Y está orden fue cumplida. Y la verdad que más allá del análisis que esta información reciente merezca, hay muchas cosas que cuadran, coinciden. En aquellos años, el PCU era el Partido de la clase obrera, sin duda alguna el sector mayoritario dentro de las corrientes sindicales. En segundo lugar quien hace estas afirmaciones, no es un disidente, ni mucho menos un Amodio, como para echarle tierra encima. Y por último hay cosas de aquel periodo que nunca pudieron explicarse del todo bien, por ejemplo la liberación del secretario General del PCU en plena comienzo de la dictadura, con miles de presos, mujeres presas, niños presos, es bravo comerse ese sapo marcha atrás de que se trató un canje por trigo o por carne.
Pero si eso fuera poco esta el hecho palpable, cristalino del apoyo dado por el Partido Comunista y la Central Obrera de la CNT al golpe militar y a los famosos editoriales aparecidos en el órgano del Partido Comunista, EL Popular de los Comunicados 4 y 7 de los militares golpistas.
Por tanto con todo respeto a los camaradas comunistas, de una interpretación ideológica y política de los hechos de la historia, no puede existir jamás una conducta acertada de parte de sus dirigentes y al fin de sus militantes tampoco. (Editorial de radio36). Esta afirmación trasformada en “verdad” interpretaba que es en definitiva lo que se deduce, es de alguna forma sostener que todo “ha sido en vano”, y hoy somos hijos de las traiciones del pasado y su consiguiente tragedia.

LAS BANDERAS DE LA REVOLUCIÓN Y EL TRAPO SUCIO DEL ANTICOMUNISMO

Nosotros somos comunistas. Y esto que parece ser una simple afirmación encierra en sí misma una compleja y profunda definición frente a la historia, al presente y al futuro.
Somos comunistas y por tanto nos sentimos parte de un movimiento que desde el inicio mismo del desarrollo del capitalismo y la aparición del socialismo científico, ha participado con diversos resultados de la lucha de clases, dirigiendo este movimiento en algunos casos y transformando la faz de la tierra para siempre.
Somos parte del movimiento comunista internacional. No renegamos del marxismo, ni del leninismo, por el contrario, pretendemos reafirmarnos en las piedras angulares del materialismo dialéctico y actuar en la lucha política e ideológica, orientándonos en esta teoría.
Y como somos parte del movimiento comunista nos congratulamos y festejamos sus éxitos, pero también nos hacemos cargo de sus tragedias y sus fracasos. Y si esto hacemos en el campo internacional, con mucha más razón, en el nacional. Los comunistas hemos participado en la lucha y hemos construido, junto a otros revolucionarios – claro está- los instrumentos organizativos de la clase obrera para alcanzar sus objetivos inmediatos y sus metas históricas.
En este largo camino recorrido los comunistas hemos regado con las sangre de los mejores hijos de la clase obrera en combate, al fascismo y sus crímenes.
Hoy no estamos, los comunistas en un mismo partido, y desde refundación comunista criticamos duramente el abandono de parte de la dirección del PCU, de la ideología del proletariado y la característica vacilante y servilista de su línea política, trabajando como furgón de cola del proyecto dominante en el FA como gerentes del capital financiero internacional.
Luchamos por tanto encarnizadamente contra esta orientación que conduce a la clase obrera a la frustración.
Pero una cosa es la lucha ideológica y muy otra es la calumnia, la insidia desleal, el cobro de viejas cuentas históricas agitando el trapo sucio del anticomunismo encastrando la memoria histórica de los jefes obreros del pasado, muchos de los cuales pagaron con su vida o con años de cárcel y tortura por su participación en la lucha.
Nos hacemos cargo de la responsabilidad histórica del movimiento comunista, de sus logros y sus pecados, así como nos hacemos cargo de la lucha del presente y pretendemos reafirmar las piedras angulares del marxismo-leninismo y en este combate estamos, tratando de reconstruir el partido de la clase obrera, la única clase consecuente con la revolución socialista porque no tiene nada para perder.
Este es nuestro camino y no podemos compartirlo con quienes calumnian, con quienes introducen la duda sobre la moral de viejos combatientes y ayudan a la desmoralización de las masas con febriles disquisiciones.
No en nuestro nombre.

Refundación Comunista


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