sábado, 13 de julio de 2013

Deshojando la margarita.




Cuando ya han transcurrido más de cuarenta años de un proceso que marcó a fuego el mundo, en un cuadro general de fuertes contenidos, con avances y retrocesos, victorias y derrotas: “…A fines de los años sesenta, se vivía la máxima tensión entre las clases antagónicas, en intensos combates con victorias y derrotas para unos y otros en distintos escenarios. La Revolución Cubana, los golpes de Estado en Indonesia, Egipto y Brasil, la guerra de Vietnam, la descolonización en África, los Mayo del 68, fueron hitos de esta lucha mundial. La asunción de la Unidad Popular en Chile por vía electoral, el giro a la izquierda en varios países latinoamericanos, la revolución de los claveles, los triunfos guerrilleros africanos, la efervescencia obrera en los países ricos y la emergencia de nuevos movimientos sociales contestatarios y la derrota norteamericana en Vietnam, llevaron a la burguesía a concluir que se estaba viviendo un momento muy peligroso , una reducción creciente de su esfera de poder y dominación, una crisis extendida acompañada por el ascenso de la lucha de la clase obrera…” (Decíamos esto en una de nuestras columnas dominicales). Retomamos hoy cuando justamente estamos recordando los 40 años de la huelga general en nuestro país, enfrentando a la dictadura cívico-militar, es decir al fascismo. Etapa esta, a juzgar por las más diversas opiniones, está abierta. Revisar la historia para algunos intelectuales “de sobaco”, es redituable, no es casualidad la impresionante zaga de ensayos y libros que vienen circulando, amparados, naturalmente, en la objetividad académica, desde luego en busca de prestigio personal y también, seguro de algún dinerillo. Con el “barniz” de la investigación periodística y “académica”, disfrazan, camuflan probablemente su “ideología” y seguramente la de sus jefes, la de estos últimos influenciada por el odio de clase, es que la burguesía es así, su odio es visceral hacia la clase obrera y no menos cierto hacia los comunistas. Nunca abandonan ese ropaje, son intransigentes y por sobre todas las cosas coherentes, saben ellos y sus acólitos que de lo que se trata es de romper, descabezar el movimiento, la clase obrera. Es decir debe quedar claro que “todo fue en vano”, nada valió la pena. Pero nosotros hoy les contestamos recordando a Líber Falco: “fuera la locura pero hoy lo haría…tras la luz con que alumbra esta sangre de hoy, está la luz que alumbrará mañana...”.
No queremos cerrar nosotros esta etapa a “forcé”, pretendemos no justificarla o justificarnos, decir esto también significa la legitimación de la lucha de los comunistas, de la resistencia a la dictadura, en la cárcel, el exilio y la clandestinidad y esto tiene que ver con lo que simbólicamente fue, es y será la heroica huelga general. Este simbolismo para algunos, simbolismo vacuo, que sin embargo familiariza a los trabajadores con las palabras lucha, resistencia, libertad, justicia y sobre todo memoria. Memoria que el enemigo de clase intentó, intenta e intentará barrer, enlodar. El contenido de los símbolos, está cargado de abnegación frente a la tortura, frente al enemigo y el mayor regocijo es, a pesar de los pesares , estar de pie, enfrentando al enemigo de clase, sin tregua, confiando enteramente en las masas. Debido a nuestro compromiso los comunistas izamos la bandera roja en el museo de la memoria del heroísmo proletario y lo hacemos de cara limpia, con nuestros errores y aciertos. Las batallas perdidas que sólo han dejado atrás a nuestros mártires más queridos, todavía ayudan a los explotados. Hubo un tiempo en que el fascismo cívico militar pudo ser enfrentado y combatido. Por tanto los símbolos todavía dan paso a la esperanza. No se trata aquí, como dice un compañero, de manera equivocada “…Ahora bien: es legítimo pensar lo contrario, que la Dirección del PCU por entonces actuó bien…”. No, no es esa la discusión, ese es el camino fácil, el atajo, no alcanza con decir Yo no estaba de acuerdo, porque entonces también hay que decir ¿que hice?, o acaso Uds., los que ayer estaban y hoy también en contra ¿qué propusieron y qué proponen ahora?, hoy Uruguay 2013. Compañeros, una cosa es la crítica y la autocrítica, otra cosa es el revisionismo histórico, corriente influenciada por el “liquidacionismo”. Debate, balance si, pero no con la agenda marcada por el enemigo.
Y la vida demostró que quienes creyeron que alejándose de los procesos de masas e iniciando otro proceso al margen de ellas, con minorías heroicas iban a estar mejor preparados cuando las instancias definitivas o la historia les pusiera pruebas…………. Llegado el momento no estuvieron presentes, o sea, la vida es muy cruel con las concepciones erróneas, los tozudos hechos de la práctica histórica demuestran que nuestra concepción de masas fue justa, que en el momento histórico donde se ponía a prueba toda la historia democrática de nuestro país estuvimos presentes, encabezamos la huelga general, estuvimos todos esos quince días pero estuvimos todos los días de la resistencia, mientras quienes plantearon otra concepción para nuestro país como ellos mismos lo dicen y lo confiesan prácticamente desde el 72 hasta restablecida la democracia en el 85 no estuvieron presentes en las horas mas dramáticas de la historia de la democracia uruguaya.


…Y digo que el que se preste para peón del veneno,
es doble tonto y no quiero,
ser bailarín de su fiesta…
Silvio Rodríguez.

Refundación Comunista

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